Partida Rol por web

La Tercera Ronda daba comienzo. Aquel combate serviría para obtener las últimas puntuaciones para la clasificación a la siguiente fase. Aquellos entrenadores que lograran puntuar lo suficiente se verían pronto en las semifinales, por lo que aquel combate podría ser decisivo. Ambos entrenadores debían estar sumamente concentrados y dar lo mejor de sí mismos para poder hacerse un hueco para optar a la final.

Por el lado izquierdo del estadio aprecía I'il Erika, una pequeña niña que no dejaba atrás nunca a su osito de peluche y que a pesar de su temprana edad se había convertido en una fuerte entrenadora. Era su primer torneo de estas características, pero no por ello se la veía atemorizada o asustada. Sin duda, aquella chica daría todo lo que estuviera en ella para ganar.

Por el lado derecho estaba Lilly, una muchacha que logró obtener un importante tercer puesto en el Torneo de Verano. Aquello le había llevado a lograr unas tablas en aquellas situaciones y ahora podría tener algo más de experiencia respecto de su rival. Lilly había demostrado ser una entrenadora de las que luchaban hasta el final y la amistad y entrenamiento que había compartido con sus pokémon le hacían ser una poderosa contrincante.

Aquella batalla iba a ser épica, no era común que dos chicas llegaran hasta aquel lugar, parecía que el género femenino no predominaba tanto en esa clase de torneos, pero aquí veríamos una de las mejores batallas entre dos poderosas amazonas.

Las compuertas que había bajo los atriles de ambos entrenadores se abrieron y tras ellas apareció un enorme desierto que facilitaría los movimientos de los pokémon de tipo tierra.

Una nueva señal del árbitro hizo que los técnicos escogieran el clima con el que se empezaría, siendo un clima habitual y sin temperaturas extremas.

Los espectadores gritaban de la emoción, la elección surgida de ambas combinaciones darían lugar, sin duda a un singular combate en la que los entrenadores pokémon darían todo lo que estuviera en su mano para clasificarse para la siguiente ronda.

La tercera ronda estaba a punto de comenzar, llegué con un poco de nervios, me había esforzado en llegar hasta aquí, y tenía que seguir dándolo todo, una vez que el terreno del campo de batalla se mostró, comenzé a repasar mentalmente mi equipo, sopesando que opciones tenía.

Sumida en mis pensamientos no reparé demasiado en mi rival, se trataba de una jovencita, al darme cuenta, la saludé con la mano y una sonrisa. -¡Hola, mi nombre es Lilly, encantada! -  Y dicho esto tomé la pokéball que sería mi elección para este combate.

-¡Muy bien, adelante Bolita! - Exclamé liberando al pokémon de la ball lanzándola al campo. Veamos si podemos librar un buen combate...

Era una nueva ronda y Erika se encontraba tremendamente contenta, Además quería compensar al público por el espectáculo tan férreo ofrecido en la anterior por lo que se decidió por un comienzo electrizante; Sopesando con alegría una de sus pokéballs la lanzó con decisión al estadio.

Pop Corn(Whimsicott), ha llegado tu turno.

El pokémon se encontraba perfectamente cepillado y reluciente para su combate. Y en un primer momento entrenadora y pokemon se miraban con ternura y confianza.

Ambas entrenadoras no tardaron en sacar a sus dos pokémon de las pokéball.

Lilly decidió sacar a su fiel Sealeo, en un campo de tierra, Sealeo o Bolita como lo llamaba su entrenadora estaría en desventaja pero si su rival optaba por elegir a un pokémon acorde con el campo en el que iban a luchar, su elección sería de lo más acertada.

Desgraciadamente, I'il opinó exactamente como Lilly y el pokémon que eligió también fue uno que le daría grandes ventajas a un pokemon terrestre.

El combate sería tan espectacular como se esperaba, ambas entrenadoras se las veía con ganas de darlo todo y de ofrecer un gran espectáculo y sobre todo se las veía con ganas de empezar y de disfrutar. Sin lugar a dudas aquel combate sería muy importante y decisivo. 

El duelo entre aquellas dos chicas estaba a punto de comenzar.

Erika evaluó la situación, frente a  Popcorn se encontraba un duro pokémon, y su mejor baza era la velocidad. Debía debilitarlo lo más posible cuanto antes.

Popcorn, Ataque Gigadrenado

Oh vamos... Pensó disgustada Lilly chasqueando la lengua, no era nada bueno ver aquel pokémon planta. Y si algo había aprendido en anteriores combates, es que arriesgarse en aquellas situaciones no obtenía buenos resultados, así que sopesando su siguiente acción decidió hacer regresar a su sealeo antes de que sufriera graves daños.

-Lo siento Bolita, esta vez no pienso dejar que te debiliten por arriesgarme, ¡cambio! - Exclamó haciendo volver a su pokémon y lanzando rápidamente otra ball al campo de batalla.

-¡Pyro adelante! Aguanta el golpe, se que lo harás bien. - Dijo apretando los puños, esperando que su quilava recibiera el golpe de whimsicott.

PopCorn reaccionó en primer lugar y preparó sus esporas para absorber toda la cantidad de energía del pokémon de Lilly, pero la entrenadora ya estaba cansada de tratar de hacer que sus pokémon luchasen aunque estuviesen en grave desventaja, así que antes de que las esporas afectasen a Sealeo decidió intercambiar su pokémon.

Lilly había agotado su cambio nada más empezar el combate, ahora debía elegir bien a sus pokémon puesto que nunca más podría volver a cambiarlos y eso le daba unas altas posibilidades a Erika. De todas maneras, ninguna de las dos habían llegado hasta donde lo habían hecho por haber cometido errores. Estaba claro que la estrategia era un fuerte en aquellas dos muchachas, y todavía quedaba mucho por decidir.

Erika sopesó un momento dejar continuar a PopCorn, pero definitivamente el Quilava era demasiado para el pokémon bromista de ella. Aferró la pokéball e hizo volver a PopCorn.

No te debilites inutilmente, luego será tu momento.

Cogiendo otra de sus pokéball la lanzo al estadio.

Mídete con alguien a tu nivel. Adelante Glotona(Fraxure), es tu turno

No podía ser tan fácil, ¿no? Bueno, nos apañaremos, al menos no es clara desventaja como antes...

-¡Pyro comenzamos con Humareda, adelante! - Exclamó Lilly para iniciar el enfrentamiento entre su quilava y aquel fraxure rival. Iba a costar agotar al pokémon dragón, pero intentarian doblegarlo.

Ninguna de las dos entrenadoras tenía intención alguna de dejarse perder aquel combate, y ante la diferencia de pokémon elegidas al principio del combate, ambas decidieron cambiar de pokémon para cambiar de estrategia y evitar sufrir un golpe más terrible de lo normal.

Así que I'il también decidió sacar a su Fraxure a luchar al terreno de batalla, por lo que la humareda de Quilava no provocó todo el daño que debería si su objetivo hubiera sido otro.

Ahora ambas rivales no tenían más opciones ni más posibilidades. No podrían cambiar de pokémon, así que cada una de las elecciones que harían apartir de entonces serían definitivas.

Erika pensó que en otras ocasiones había logrado evitar grave daños en glotona cnfundiendo al rival. Aunque era una apuesta arriesgada decidió probarlo. Glotona, Contoneo. Aunque enfureeor , el grácil baile del dragón podía otorgarle una ventaja.

-¡Nitrocarga Pyro! - Exclamó la entrenadora señalando el pokémon rival. Habría que andarse con ojo, la estrategia que iban a usar, era distinta de otro fraxure que ya había visto en acción. Pero nunca se sabe.

Quiava comenzó a agitar las patas sobre el terreno de batalla y segundos después se lanzó directo a golpear al Fraxure de I'il. La velocidad que tomó el pokémon de fuego hizo que Fraxure se viera incapaz de esquivarle, aunque el golpe no fue demasiado duro.

De pronto, el pokémon dragón comenzó a contonear su cuerpo, moviéndolo en gestos lascivos como burlándose de su oponente. Quilava se enfureció y su poder de ataque aumentó, pero a su vez el baile le causó una gran confusión, pues no entendía bien lo que sucedía. Ahora Lilly había perdido el control de su pokémon, lo que le daba una ligera ventaja a su rival.

-¡Pyro no te rindas Humareda! - Dijo Lilly sin tirar la toalla. Seguía confiando en quilava, aunque las cosas no estuvieran a su favor.

No teníamos muchas posibilidades contra un tipo dragón, con suerte esperaba que el ataque humareda lograra su objetivo, pero no parecíamos tener demasiada suerte.

Aguanta, por favor.