Partida Rol por web

El chico te mira extrañado y tras unos segundos señala de nuevo a Athan - Vale que no son muy numerosos, pero los hombres gato se dejan ver de vez en cuando por la ciudad. De echo, hay una caravana mercante de gatos que viene una vez al mes. 

- Yo también me tengo que ir. Ha sido un placer compartir mi escondite contigo. Suerte!! - el chiquillo se va corriendo y se pierde entre las sombras de los callejones.

Miras al cielo y te das cuenta de que el tiempo ha pasado más rápido de lo que habías calculado en un principio. Hace tiempo que pasó la hora de la comida. El estómago te ruge y las sombras empiezan a alargarse. Mientras tanto observas cómo Athan sigue de cháchara con los guardias de la puerta.

El guardia gruñón frunce aún más el ceño (si es que eso es posible) y parece que va a contestarte con un improperio cuando su compañero salva rápidamente la situación. - Lo que ocurre tras estas puertas es asunto exclusivo de los miembros, señor. El acceso está restringido a los miembros, no obstante cualquiera que esté interesado se puede unir al Culto de las Almas. Tan solo ha de acercarse usted a una sesión informativa y ahí le explicarán todo cuanto necesite saber. Éstas sesiones son de libre acceso y cualquier ciudadano puede acudir a ellas.

Por sugerencia de Ed, decidís acudir al Foso de los Héroes. Ponéis rumbo al Barrio de los Mineros hasta llegar a un pintoresco edificio de planta circular y dos alturas. La entrada está compuesta por una enorme puerta de madera de doble hoja adornada con tallas de todo tipo de criaturas (dragones, esqueletos y gárgolas). Una vez dentro, os da la bienvenida un enorme y lujoso hall con suelos, paredes y columnas de mármol. Conforme entráis, a mano derecha, hay un puesto de recepción atendido por un elfo.

- Buenas tardes caballeros - os saluda el elfo educadamente - Bienvenidos al Foso de los Héroes. ¿En qué puedo ayudarles?

Agradecí con un gesto de cabeza el hecho de que Numendil quisiera unirse.

Una vez en aquel lugar me entretuve unos minutos mirando las estatuas de las criaturas, preguntándome que se sintiría el enfrentar a un dragón, en el pasado me las había visto con lobos, hienas, grandes felinos y ese enorme Rocks, además de los orcos que antes fueron enemigos, goblins y trolls, pero había muchas más criaturas en el mundo.

-Buenas tardes, nos interesaría participar- le dije cordialmente al elfo.

La tarde cae y mi estómago se queja más de lo que debería. Pero era momento de entrar en acción.

Así que salgo de mi escondite, marcándolo bien en mi mente para una próxima vez si la hubiese, y me dirijo hacia donde están los guardias.

- Buenos días señores. ¿Tendrán lugar para albergar a una viajera cansada por esta noche? 

Accedí con desgana a la motivación de Edward por luchar en el Foso de Héroes.  Acompaño a los dos, con un gesto aburrido; todo esto ni me iba ni me venía, realmente. Lo único que quería era algo de acción, por lo visto, en aquel lugar se celebraban combates por grupos. Quizá no estaría tan mal, al fin y al cabo probablemente nos veamos envueltos en más de una refriega futura. A medida que nos acercamos a la entrada, puedo comprobar la magnitud del lugar, con un robusto portón decorado con multitud de tallados de distintas criaturas del mundo.

Una vez dentro, el ambiente es más lujoso que en el exterior, con una decoración de alta calidad. Un elfo nos atiende desde la recepción y únicamente asiento a la frase de Edward, pues no hay nada que añadir. “Por ahora…”

-Oh, ¿enserio?-Dije con cierto interes- Estaría interesado, ¿cuando suelen ser? Espero que no sean ahora. Me gustaría poder encontrar al muchacho antes.

Aquello se estaba poniendo divertido. Hacia muchos nombres que no me infiltraba en una sociedad secreta. Bueno, aunque la ultima vez fue para robar el cáliz de oro. Aun no me explico la mala suerte que había tenido aquella vez. Maldita guardia, no había tenido otro día para venir. Aunque tengo que adimitir que las carceles de aquel lugar eran preciosas, al igual que su alcantarillado.

El Foso de los héroes más bien parecía un circo para las apuestas. Se empezó a temer lo peor el joven clérigo, nunca había estado antes en uno de esos antros poco recomendados, pero había leído sobre ellos y no gozaban de la mejor reputación. Dirigiéndose al elfo con la debida cortesía trató de formarse una mejor idea de la naturaleza de los encuentros que allí tenían lugar:

Deberá disculpar mi ignorancia, pero ¿podría abusar de su gentileza rogándole indicación sobre el código que rige los combates y en qué modo tienen lugar?

Sin más arma que su maza, sin el símbolo sagrado de Apolo y envuelto en ropas grises y oscuras, Numendil, debido en parte a la fama de los hombres gato, podría ser confundido con alguien poco digno de confianza o incluso temible, mas cuando se le oía hablar, con su tono amable y sus atentas maneras, solía resultar desconcertante.

Los tres camaradas observaron con curiosidad al elfo, intrigados por saber cual sería su reacción y qué respondería.

- La próxima reunión será mañana por la tarde, señor - responde el guardia simpático - El lugar de reunión es en el pequeño teatro que hay junto a la Escuela de Orfebrería.

De repente notas cómo alguien se acerca desde atrás y escuchas una voz femenina que te resulta muy familiar:
- ¿Tendrán lugar para albergar a una viajera cansada por esta noche? 

Al girarte para ver de quién se trata descubres a Lureene.

- Esto no es una posada - responde a Lureene uno de los dos guardias de mal humor -  Si quieres descansar vete a la ciudad, allí encontrarás sitios donde dormir. 

- Disculpe a mi compañero, señorita - interviene el segundo guarda - Aquí no ofrecemos ningún tipo de servicio de alojamiento. Me temo que, tal y como le indica mi compañero, deberá acudir a las posadas de la ciudad.

- Oooh, son ustedes participantes. Ya veo - el elfo busca unos papeles que tiene desordenados en el mostrador y los tiende hacia vosotros - Deberán leer y firmar este impreso, si son tan amables - el documento que os entrega es un manifiesto donde se establece que la organización del Foso de los Héroes no se hace responsable de los daños irreparables que puedan sufrir los aventureros, así como les exime de toda responsabilidad si alguno muere durante el combate.

- El foso ofrece dos modalidades de combate - comienza a explicar el elfo mientras vais leyendo el documento - Por un lado tenemos El Foso, donde deberéis superar un máximo de cinco combates contra diferentes criaturas. Se realiza en la arena de combate, tras esas puertas - dice señalando al fondo de la sala - Entre combate y combate recibiréis atención médica gratuita. Cada enfrentamiento será más peligroso que el anterior pero la recompensa irá aumentando conforme vayáis ganando encuentros. Al finalizar un combate podréis decidir si seguís adelante con el desafío u os retiráis con el botín que halláis conseguido hasta ese momento.

- La otra modalidad es para grupos experimentados. Se llama El Dungeon. Descenderéis al sótano del edificio por aquellas escaleras - señala nuevamente en la dirección por la que se accede a dicho lugar - La prueba será atravesar todas las salas de una mazmorra. Estará llena de trampas, enemigos y tesoros ocultos. A diferencia de El Foso, en El Dungeon tendréis que valeros de vosotros mismos. No recibiréis atención sanitaria hasta que completéis el desafío, pero el premio que podéis ganar es mayor que el del Foso. 

-Gracias por la ayuda buen hombre. Y a usted también-dije mirando a ambos guardias con una sonrisa simpatica justo antes de que la señorita Lureene apareciera.

Me hice el interesado en su problema, y cuando los guardias le dieron la negativa me acerqué a ella con una sonrisa amable.

-Señorita, yo puedo guiarla si le hace falta. Aunque si usted me ayuda con un pequeño menester antes: un niño que se a escapado y no conseguimos entontrar. Tras ello yo mismo la acompañaré a la taberna. Yo mismo me hospedo ahí, y no me vendría mal compañía-le dije con una sonrisa picara antes de girarme a los guardias-. Entonces, mañana a la tarde.

Ante la rotunda negativa no puedo más que escandalizarme. 

- Pues que grosero. - le increpo al guardia - Veo que todas las recomendaciones y buenos comentarios de este lugar por parte de los habitantes son completamente infundados. Tan buena reputación tirada por el piso por un guardia irrespetuoso. - comento claramente ofendida. Después escucho lo del niño por parte de Athan - Si hay algo que sobra aquí son niños, acabo de encontrarme con uno que me recomendó este lugar para descansar. Y si son tan maltratados como aquellos que buscan un techo para descansar, entonces comprendo porque se ha escapado. 

Escucho atentamente las indicaciones sobre los modelos de combate propuestas por el elfo. A decir verdad, ninguno de los dos termina de convencerme en absoluto, dicho sea de paso. Si en el primero nos brindan servicio de curación después de cada enfrentamiento,  en el segundo estamos nosotros a nuestra suerte hasta el final, pero aquí la recompensa es más cuantiosa. Vuelvo a releer los papeles que nos ha dado sin decidirme. “Una recompensa es una recompensa… Pero no es bueno arriesgarse tan pronto. Ya habrá oportunidades futuras."

-Dado el poco tiempo que hemos pasado juntos –me pronuncio finalmente-, me parece más plausible participar en el Foso. No nos conocemos lo suficiente como para aventurarnos a atravesar una mazmorra los tres solos, por muchas cualidades que poseamos. Además, el tiempo no juega a nuestro favor;  por mi parte, veo mejor elección la primera modalidad –afirmo a la espera de que se pronuncien mis dos compañeros.

Lo dicho por Rion me parece muy juicioso -. Afirmó con rotundidad el clérigo -. Siempre estamos a tiempo de buscar mayores desafíos, por el momento lo más razonable parece no ponernos en excesiva desventaja.

Esperó el parecer de Edward, a fin de cuentas, estaban allí por él.

-Será la primera vez que podamos colaborar en un combate, servirá para irnos conociendo y los 3 podremos ir viendo hasta donde seguir, además de llevarnos ganancias- dije asintiendo a lo que dijeron mis compañeros.

-Será en el foso entonces- le dije al elfo- se pueden hacer apuestas?-

El tema de las apuestas es algo ajeno a la organización del Foso de los Héroes - el elfo mira de reojo para ambos lados y después se inclina para susurraros - No obstante podéis encontrar corredores de apuestas entre el público asistente. 

Excelente - el elfo se reincorpora y vuelve a elevar la voz, luego revisa los papeles que habéis firmado y va anotando vuestros nombres - Por ahora sois el único grupo que tenemos hoy en el Foso. En una hora comenzará el evento, podéis pasar a la sala de espera - señala una puerta detrás de él - Un último dato. ¿Cómo queréis que os presentemos? Por regla general, los grupos de aventureros eligen un nombre para el grupo. Es una simple formalidad pero es algo que le encanta al público.

El guardia gruñón comienza a rechinar los dientes a medida que Lureen se va quejando. - No se dónde habrá escuchado esas cosas, señora - dice algo ofuscado, con un tono de voz elevado - pero le repito que aquí no se da cobijo ni a viajeros ni a niños. Ésto es un lugar exclusivo para miembros del Culto y si usted no es miembro, no puede pasar. Si le han tomado el pelo no es mi culpa...

En ese momento la puerta del edificio se abre y surge del interior un enano de mediana edad y barba marrón algo canosa. El guarida gruñón se calla y agacha la cabeza.

- Disculpen las molestias, señores - comenta el enano que se acerca a vosotros - Permitid que me presente. Mi nombre es Thorgrim y no he podido evitar oír que deseaban entrar a la Logia. Estos chicos no se lo permitirán, me temo que son muy eficientes en su trabajo aunque algo rudos... Pero si me lo permiten, yo puedo hacerles de guía, enseñarles el interior de la Logia y responder cualquier duda que tengan sobre nuestro Culto. En calidad de ser mis invitados, pueden acompañarme al interior sin mayores contratiempos, si vuestras mercedes así lo desean.

- Ha sido un día largo y cansador - le digo a nuestro nuevo interlocutor - solo pedía refugio por esta noche. Pero has logrado llamar mi atención - digo con aire coqueto - Mi nombre es Lureene, un gusto y un placer conocer a alguien con algo más de estilo y... tacto - comento mientras veo al guardia - en este lugar.