Partida Rol por web

Uscias asiente feliz al ver que su joven aprendiz ha tomado la iniciativa y ha reconocido perfectamente el camino a seguir. Es un joven muy talentoso y ha crecido mucho desde el dia que lo recogió en su pequeña aldea.

Muy bien mi querido Josehp, veo que recuerdas a la perfección el camino....-le dice mientras acaricia el pelo del muchacho-El sol siempre es bienvenido en nuestras frías tierras.

Dice mientras dirige su mira al cielo y masculla algo en una voz muy baja inaudible para los demás presentes, parece un plegaria al astro rey.

escucho las anecdotas de Akil con atencion... pero no emito opinion... luego escucho a Joseph que nos dice que estamos cerca de un bosque... excelente... mientras mas tiempo viajemos de dia mejor... la oscuridad de la noche no es para nada alentadora... digo luego de que Usicias le da sus felicitaciones a Joseph...

Se adentran al bosque, y poco a poco se va oscureciendo. LLevan una larga jornada de camino, pero aún les quedan varias por delante. Ya tuvieron un alto para merendar, pero se va haciendo hora de pensar en como pasar la noche. El sol ya casi se pone, así que los magos también deben ir pensando en reaundar su ritual de magia protectora. Por su puesto el de Usicias envuelve a su aprendiz pues las leyes y el sentido común lo obligan.

 +2 percepcion, + 1 atencion

Una vez el grupo se interna en el bosque, la charla de Akil va disminuyendo conforme el sol va bajando, atento a lo que puedan encontrar, evidenciando que no se siente allí tan cómodo como en el camino conocido o en la ciudad.

A pesar de que la oscuridad empieza a caer, tus ojos perciben un leve tintineo de luz entre los árboles justo delante de su camino. Agudizas el oído y puedes escuchar voces, pero no lo suficientemente bien para saber que que se trata.

Akil entrecierra los ojos, fijándose en un entre los árboles. Entonces parece escuchar algo. Alza las manos, haciéndoos gestos para que paréis y observéis un punto entre los árboles. Casi en un susurro dice.

- Luz y voces, allí.

A pesar de que la oscuridad empieza a caer, tus ojos perciben un leve tintineo de luz entre los árboles justo donde ha señalado Akil. Parece ser una fogata. Agudizas el oído y puedes escuchar voces, parecen ser hombres bebiendo. Pero no es suficiente como para distingar más detalles.

me coloco cerca de Usicias... son hombres señor Usicias... al parecer estan de fiesta pero no puedo diferenciar cuantos son ni si son ladrones o mercenarios... tal vez si me acerco un poco mas pueda identificarlos... me lo permite? le pregunto mientras continuo observando hacia el mismo lugar...

Usicias mira hacia donde indica Kain y efectivamente ve un grupo de hombres conversando animadamente y ante las palabras de este le responde.

Sería mejor acercase cautelosamente pues con todo lo que está sucediendo actualmente podría ser tanto enemigos como amigos los que se encuentran allá adelante.-le dice al joven soldado-.

entonces confie en mi... respondo a Usicias... me acercare lo mas que pueda para identificarlos... una vez termino de hablar con usicias comienzo a caminar agasapado y cautelosamente hacia los hombres intentando escabullirme por entre los arbustos y arboles...

Akil le pone una mano en el hombro a Kain, en el mismo susurro de antes.

- Iré con vos, aunque no me veais... No os asusteis si algo que no veis os toca por detrás... - mira a Quentin con una mirada significativa, dando a entender que confía en que sabe lo que tiene que hacer, antes de internarse en el bosque detrás de Kain.

Kain y Akil se alejan un poco del grupo, para acercarse a las luces que tiene delante y ver de que se trata. Mientras quedan Usicias, su aprendiz y Quentin atrás, esperando a que retornen.

Akil se vuelve invisible. Toa aire un par de minutos. Y luego le da un toque en la espalda a Kain. Bajo la señal convenida ambos avanzan con cautela hacia la fogata.

Kain es hábil y apenas se puede ver entre las sombras de la noche. Akil por su parte se acerca lo suficiente como para que la pobre luz no cree su sombra. Es el defecto de su magia y que debe tener en cuenta.

Hay un grupo alrededor de la fogata. Son seis hombres, de aspecto fiero. Uno saca filo a una rama con su daga para ensartar su comida, una liebre escuálida. Otro atiza el fuego, mientras ríe en una perpetua sonrisa. Una ciatriz le llega desde la comisura de los labios hasta el oído.

Los otros cuatro se pasan una bota, probablemente de vino y ríen de una historia tétrica. ¿Vieron como el viejo suplicó por su vida? Jaja, hacía tanto que no me divertía tanto. enseguida otro replica. ¿Eres tonto? Diversión fue la de su esposa... estaba tan dulce. un tercero interviene Para la próxima me toca a mi primero.

Sus palabras, y los despojos de un carruaje, dejan entrever que se trata de un grupo de asaltadores de caminos.