Partida Rol por web

Usicias, su aprendiz y los dos jovenes se acercan a la fogata. Al rededor están dormidos seis bandidos. Las armas están todas recogida en un rincón. Al parecer Akil ha estado haciendo de las suyas. Sin embargo no se le ve por todo el lugar.

¡Ves! protesta el duende con voz chillona. ¡Te dije que te ibas a perder toda la diversión!

 Quentin se muestra nervioso al no encontrar a Akil , y revolotea de un lado a otro escudriñando todos los rincones en su busca. Luego se dirige al duende:

-- ¿Donde esta Akil?

 Joseph se dirige lentamente a los bandidos, aunque estos ya esan durmiendo, se agacha y los mueve suavemente  para ver si se pueden despertar. Al no notar nada raro comienza a ver las cosas que tienen.

¿necesitamos algo de esto?- mira a su maestro, y añade- o sea lo digo por si acaso, ...no por que les quiera robar.

al escuchar a  quentin gritando y le responde antes que el duende hable :tal vez se halla  escapado alguno de los bandidos y akil fue por él. se levanta y camina por el campamento viendo todo, solo por curiosidad.

Uscias mira a su aprendiz mientras mueve la cabeza de un lado al otro y despues de unos segundos le responde.

Hacer falta no nos hace nada de lo que puedan traer, pero sería mejor tomar sus armas y desaparecerlas para que les sea mas difícil de hacerle daño a alguien. Pero quizás sea bueno revisarles a ver si averiguamos algo de sus fechorías.-le dice a su aprendiz y después volviéndose al pequeño duende le dice-Querido Eori acuérdate que ya estoy un poco viejo para estas aventuras deja que las nuevas generaciones se diviertan como tu dices ..... .

La voz de Akil suena cerca de vosotros, en un susurro, muy por debajo del tono normal.

- Ya he retirado yo sus armas donde no puedan cogerlas. Quentin, ve a atarlos por favor, y que Kain os acompañe con su espada presta a su cuello por si despertara el malhechor al que ates. Usicias, por favor, manteneos apartado junto a Joseph y nuestro nuevo amigo. Os ruego por lo que más apreciéis que no habléis y hagáis todos el menor ruido posible, pues pudieran despertar estos individuos. Después, podemos tener toda la diversión que gustéis.

Joseph, el aprendiz mira con curiosidad alguno e los bandidos dormidos, asombrado del prodigio. Puede intuir de cierta forma que ha sido obra de la magia.

En ese instante la voz de Akil se escucha entre el grupo. AL parecer se halla invisible, pues no se le puede ver por todo el lugar. Aunque alguna mirada perceptiva como la de Kain, podría percatarse que hay una sombra de más.

El pequeño duende, replica con su timbre de voz agudo a las palabras del mago. Te puedo ver y no me asustas. dicho esto hace una mueca con la lengua en la dirección donde debería estar el mago.

Sigo a cada uno de mis compañeros para asegurarme de que ningun malhechor se quiera pasar de vivo apuntandolesw con mi espada como sugirio Akil...

Usicias se acerca a la posición donde esta Akil y le pone una mano en el hombro al invisible mago y le da unas palmaditas. Después continua caminando y se acerca a los bandidos y les mira el rostro a cada uno para ver si reconoce alguno de los rasgos de ellos.

 Quentin apenas puede dar crédito a todo lo que está sucediendo, el bosque, los bandidos, y ahora Akil que parece ser invisible !! El duende y Usicias parecen hablar con él, aunque no puede vérsele. Quentin se acerca lentamente al lugar donde parece estar Akil a tenor de las palabras de los que parecen hablar con él. Y con voz queda y temblorosa, haciendo un esfuerzo porque se le oiga, se atreve a decir:

-- Señor ... señor ... estáis ahí?

- No esperaba engañar a vuestros ojos – Akil sigue hablando en un susurro, parece que al duende – ni asustaros. Tan solo os pido algo sencillo por el bien de mis acompañantes. ¿Tendréis a bien seguir mis indicaciones, por favor? Sé que no puedo hacer más que pedíroslo.

Ve como Usicias se dirige entre los bandidos.

- Usicias, tened cuidado, las ramas crujen bajo nuestros pies y ellos pueden despertar. – nota la voz de Quentin preguntando por él – Sí, Quentin, aquí estoy. Por favor, tened a bien de daos prisa en asegurar las ataduras. Podrían despertar sin previo aviso y la situación volverse más… peliaguda.

 Sin dudarlo ni un segundo, y esforzándose por no mostrar el miedo y la tremenda sorpresa que aún pesaban en su ánimo Quentin se dirigió hacia los bandidos para cumplir el encargo de Akil. Uno por uno fue revisando a conciencia sus ataduras, y apretando a fondo aquellas que notaba flojas, por mínimo que fuera.

No os preocupéis mi buen amigo Akil, mi paso es más ligero de lo que pensais-le dice al invisible mago-Ahora me preocupa más tratar de reconocer algún rasgo familiar en sus rostros

Mientras camina los demás se percatan que parece flotar por sobre el pasto como si una briza le elevara unos centímetros del suelo.

EL viejo druida no reconoce a ninguno de los bandidos. Puede que sean nuevos por estos lugares. Después de ojear unos minutos el lugar en silencio, se percatan de que las pertenencias robadas son muchas, pero no hay nada de verdadero valor. Nada de monedas, ni joyas, ni siquiera una prenda de pieles. ¿Qué clase de ladrones son estos que no tiene nada?

  joseph se sienta sobre el tronco de un arbol, un poco apartado para no estorbar. tiene una  cara de aburrido mientras espera que Quentin  amarra a los bandidos, murmura algunas palabras que no se alcanzan a escuchar mientras  mira a Akil.

 Hago la tirada para fijar las ataduras de los bandidos ... ...