Partida Rol por web

Ginebra es tu nombre, como la reina de Camelot. Eso dice Chrétien, el clérigo cuenta-historias de la corte de Champaña. En esta corte has estada destinada ya un par de años como dama de compañía de María de Francia, una de las más importantes nobles de todo el país de los francos. Pero no son buenos tiempos: Luis el Joven, séptimo rey de Francia en ostentar ese nombre, dejó hace decenios de hacer honor a su apelativo y ahora languidece en su corte de París, arrugándose como una pasa. Nadie espera que viva muchos años más y el movimiento de hilos, intrigas y conspiraciones inundan la corte en la que resides. Lo que inicialmente era sólo una lucha por mejorar la situación y prestigio de tu familia se ha convertido en una mera lucha de supervivencia, por encontrar los aliados fiables que puedan protegerla y huir de enemigos que puedan hundirla. Y a veces resulta extremadamente complicado discernir cual es cual...

Pero en medio de todo ese caos, surgió para ti la figura de ese enjuto monje de voz melodiosa y manos de escribano, impregnándolo todo con sus historias de caballeros y magia. Sólo él consigue que las historias de batallas, justas y guerras a las que estabas acostumbrada se hallan transformado en un mundo increíble y sorprendente, lleno de romances, seres fantásticos y prodigios. Hace poco, por encargo de María, ha escrito una nueva obra: Yvain, el caballero del león. Es una historia refinada con nobles sentimientos, caballeros y damas que trascurre en el bosque de Broceliande, en Bretaña. Yvain derrota a un caballero junto a una fuente mágica, enamorándose de su viuda, Laudine. Consigue casarse con ella, pero sale de nuevo de aventuras, no volviendo a tiempo de cumplir una promesa a Laudine, prohibiéndole ésta volver a su lado. De nuevo Yvain tiene que ganarse su afecto, cosa que consigue con la ayuda de un león al que salva de una serpiente...

Has podido hablar con él y mostrarle tu entusiasmo, así como hacerle unas pocas preguntas, pero es un hombre elusivo. No obstante, ni siendo monje es inmune a tus encantos e inocente curiosidad y finalmente se ve obligado a revelarte algo que jamás hubieras pensado posible: Sus historias realmente ocurrieron, él ha estado allí y la magia todavía flota en el ambiente. El monje ha inflamado tu corazón, pero no con amor hacia su persona, sino con la idea de ver algún día la magia de la que hablaban sus libros.

Sorprendentemente, un día, de regreso a las tierras de tu familia, descubriste a un muchacho extraño de no llega a la veintena de edad que te lo acabó de confirmar todo. Calvin era su nombre y decía ser el aprendiz de Pugnatis, una gran maga de la zona. Azuzado por tu curiosidad y excitación, tampoco pudo evitar el demostrarte su valía con unos pequeños trucos mágicos. Era magia de verdad, no simples trucos de prestigitador o bufón. ¡Querías ver más! Por desgracia el chico tenía obligaciones que cumplir y no pudiste retenerlo. Pero algo estaba claro: si la magia existía de verdad, como Calvin te había demostrado, las historias de Chrétien de Troyes debían ser ciertas también. Se imponía un viaje a Bretaña.

Ginebra no puede agarrar bien el sueño durante casi una semana. Se siente ansiosa. Ha visto parte del poder escondido en las historias de su tutor tocaban a su puerta y se mostraban burlonamente para irse de nuevo.

Pero algo era seguro, estaban allí. Sólo había que buscarlas con ahínco. Por lo pronto debería ir preparando las circunstancias con el dinero que lleva guardado para comenzar una pesquisa.

Primero era necesario prepara un viaje a Bretaña. Pensó en todos los detalles necesarios:
Lograr el permiso de su dama María. Nececitaba una excusa.
Si lograba este paso era lógico que le acompallara alguna doncella de compañía y quizás algún guardia, pero habría que ver si era posible costerase esto.
Y una vez en Bretaña era necesario tener en cuenta donde hospedarse ante de dedicarse a buscar la posición de estos mago esquivos.
El resto vendrá después.

Una vez pensado esto con calma buscó a su dama María. Ya encontraría un buen motivo.

Para tu sorpresa, María de Francia encuentra la excusa por ti: mirándote fijamente a los ojos determina sin asomo de duda que estás enamorada, tal es tu excitación contenida. El momento de incertidumbre y asombro que siguen a esta afirmación, dan a tu rostro la expresión de haber sido descubierta que tu dama esperaba y no hace sino reafirmarse en sus convicciones. Y de nuevo vuelve a sorprenderte asintiendo con una sonrisa pícara en los labios y una luz poco habitual en sus ojos. Acepta, a su pesar, que abandones esa corte en la que has sido como una brisa primaveral insuflando vida al gran salón con tus ocurrencias y frescura, que vayas a reunirte con tu caballero soñado, con la condición, eso sí, de que reveles su identidad. Esta última exigencia sí que te pilla con la guardia bajada, pero te sobrepones con soltura improvisando el nombre de sir Guillaume y aduces no poder revelar su casa para no meterle en apuros, ni a él por su condición ni a ella por saberlo... Tienes suerte y la dama asiente de nuevo. Eres libre para marcharte. Y no sólo eso, la generosa dama hace que te entreguen una pequeña bolsa con 12 monedas de oro acuñadas en Champaña que equivalen a 12 deniers cada una. ¡más de media libra! Con eso debería ser suficiente para llegar hasta Bretaña acompañada de algún guarda. No podrás disponer de una dama de compañía a menos que estés dispuesta a pagar un alto precio o que la solicites a tu familia. Sin duda te la concederían, pero podría suponer un obstáculo para tus planes. Lo que está claro es que no puedes viajar sola, es demasiado peligroso...

Ginebra no cabe de sí de júbilo. Todo ha estado saliendo a pedir de boca. Las estrellas están a su favor. María le ha dado su permiso y un guardia. Todo está listo para salir al viaje. No sabe de donde sacado el nombre delvsupuesto caballero, pero Gullaume es un nombre relativamente común.

Una vez todo listo y preparado la joven se despidió de su señora, montó en el carruaje y partió de viaje.

Comienzas tu viaje en verano de 1178 con una ilusión desbordante, ilusión que se ve pronto marchita debido al lento progresar del viaje a través de toda Francia. Atravesar Flandes no supone problema alguno, con sus verdes llanuras y suaves colinas hasta llegar a Amiens, en la frontera con Picardía, luego Rouén, a las puertas de Normandía, Caén, su capital y finalmente Rennes, la capital de Bretaña. Cada puente un pontazgo, cada camino custodiado un pequeño soborno por vuestra protección. El trayecto dura más de 40 días y estás absolutamente agotada.

Rennes es una pequeña y no especialmente próspera ciudad (al menos si se compara con Brujas, por ejemplo) con una iglesia muy antigua dedicada a San Pedro y la Abadía de Santa Mélaine. La ciudad está situada en el río Vilaine, que discurre hacia el suroeste. Más allá de aquí, a escasas 19 millas hacia poniente, el fantástico bosque de Brocéliande.

Pero por desgracia las posadas en esa noche de verano están todas abarrotadas a causa de la feria y tienes que acudir a una posada menos que elogiable. No obstante, la noche en la posada de Rennes resulta reveladora: un criado de origen inglés con un pésimo acento francés y que no acaba de encajar en este ambiente está reclutando trabajadores de todo tipo para una fortaleza cercana. Eso, en sí mismo, no hubiera resultado excepcional. Lo curioso era lo vago que resultaba en dar los detalles, especialmente en cuanto al señor de la fortaleza o al hecho de que todavía no habia fortaleza alguna en ese lugar... Curiosamente el hombre se mostraba de lo más seguro en lo que respecta a que la fortaleza les estaría esperando cuando llegaran...

El viaje ha sido pesimo y la posada es peor aun. No obstante la posibilidad de la feria es interesante. Quizas mañana pueda pasear a ver si hay algo interesante. Telas de tierras lejanas y objetos raros. ?Quien sabe? Ni siquiera una dama debe dejar pasar un oportunidad como esa.

Ene so escucha a un joven que hace un anucio relativo a una fortaleza. Pero nada de lo que dice es claro. ?Puede que esto sea lo que ella esta buscando? ?Sera que el señor le pone la señal?

Master mi intención con Leonor, es hacer que espíe a Rowen y a Gornych, pero casualmente. Eso además de las tareas propias de una ayudante. XD. Lo pongo aca por si deseas manejar mi pj.

El verano es cálido y el tiempo se presta para disfrutar de las emocinoes de la vida. Durante este tiempo Ginebra le dedica buena parte del tiempo a cabalgar por la zona, lo cual le sirve para practicar sus habilidades ya que no es tan mala jinete. Es sus ratos libres camina por los pasillos observando los detalles y conversando con los otros habitantes.

A Leonor le dedica un tiempo, dandole algunas ideas acerca de como comportarse para ir eliminando sus modales un tanto rústicos.

El bello arte de la equitación, a eso dedicas este luminoso y cálido verano. Guillaume du Montverte, vuestro "profesor", es un hombre joven, fornido, buen guerrero, pero parco en palabras, de manera que sus "clases" consisten más en supervisaros en el improvisado campo de monta de entrenamiento que otra cosa. Él mismo parece disfrutar de las clases más que tomarlas como una responsabilidad, por lo que si apenas está cuando alguno de vosotros cae o sufre algún contratiempo. Luego se le puede consultar por qué ha pasado algo o similar, pero cuando ya ha sucedido.

No obstante, el, enorme normando demuestra sus dotes como jinete y sus costumbres atendiendo bien a los animales y estando siempre antes de que lleguéis, llegando a las cuadras probablemente antes del amanecer.

A estas "clases" asiste también Eliatar, un *mago* joven, silencioso y poco comunicativo cuyo rostro y piel, denotan que su vida no ha sido facil. Su mirada refleja un dolor del que no habla mezclado con la avidez de una mente ágil y un certeza sobre lo que depara el destino. Sus sencillas ropas de viaje no pueden encubrir su sabiduría y conocimientos, ni tampoco su verdadera naturaleza. Ésta tampoco pasa disimulada al caballo, que le rehuye. Le cuesta muuucho tiempo habituar al caballo a su monta y se le hace difícil y peligroso, pero persevera y parece conseguir cierto éxito.

Por otro lado está Leonor, a quien vas corrigiendo e instruyendo poco a poco. Conoce perfectamente su lugar y aunque al principio le costó cierto esfuerzo en adaptarse a lo que le pedías, no tarda en ponerse no sólo a la altura de tus espectativas sino de superarlas. Se adelanta a tus deseos y aunque su cultura es claramente deficiente y no tiene tema de conversación alguno que pudiera ser interesante en una corte, nunca abre la boca de más y parece ansiosa por conocer y saber más. Pero algo la distrae, eso también lo sabes...

Master, como habitante, tengo acceso a la biblioteca? y de ser así hay algo ahí que me pudiera servir?
Sino iré a preguntar por ahí si alguien me quiere entrenar en algo.

Fuertemente estresado encuentras a Jean-Louis Lacroix, el sirviente que trajo uno de los "sabios" nuevos llegados. Resulta curioso verle con sus ropas buenas pero de sirviente tratando de realizar unas tareas de bibliotecario que no sabe muy bien cómo manejar. Pero parece muy concentrado en lo que hace y cuando te anuncias casi da un brinco en su sitio. Por fortuna no estaba manejando tinta en ese mismo momento, por lo que no hay ningún accidente. Pero podría haber ocurrido. Un hombre descuidado y asustadizo, estupendo... Ese recién nombrado bibliotecario te informa que no hay nada que leer de lo que pueda entenderse por buenos cristianos(1). Esperas que no sea esa la respuesta que de a la gente de fuera de la torre o podríais tener problemas. En cualquier caso, tras comprobar tú misma que está en lo cierto (pues los volúmenes tienen nombres de lo más curioso y sólo ojearlos ya basta para asegurarse de que su tema es esotérico, cargados como están de ilustraciones esotéricas), decides resignarte y volver con tu criada, para pasar el rato escuchando sus historias, que cuenta de forma vívida, mucho más animada que es su costumbre en su forma de hablar.

Disculpa no postear en la escena de subir de nivel. Pensé hacerlo el vierne, pero al final no vine a trabajar. Y si, me quedo con mis 2px de mitos y leyendas.

INVIERNO DE 1179

Ginebra dedica parte del invierno enseñando algunos trucos a Leonor de como estudiar a las personas y obtener informaciones importantes acerca de aquellos con determinado poder y no sólo simple chisme. O más conocido como chisme.

La primavera llega al bosque de Broceliande y a la Alianza de Contegnum. Ginebra se siente motivada a continuar la práctica de montar caballos. Ya ha aprendido algunos trucos y se siente más segura. Aunque no aprende nada nuevo, al menos disfruta el aire primaveral en una actividad que le agrada.

PRIMAVERA DE 1180

La llegada de la primavera significa la posibilidad de volver a pasear por las verdes praderas verdes de la campiña de Pléchâtel, lo que es todo un alivio. El invierno ha pasado sin verdadera pena ni gloria, pues la mayoría de los residentes de la torre han optado por continuar con estudios solitarios en sus propias habitaciones o laboratorios. Sí, laboratorios. Ardes de deseos de saber qué es lo que puedan crear en esos misteriosos lugares. El que parece más presto a utilizarlo es el tal Janos de Verdi, el joven de origen italiano cuyo aspecto no dista mucho de un vulgar herrero. Le ha pedido unas botas de gran calidad a tu sirvienta, que se ha encargado diligentemente de conseguírselas a través de encargo en Rennes. Gornych, por su lado, ha desaparecido de la torre buena parte del invierno, hasta que se ha recrudecido y esta primavera parece que ha proseguido con sus andanzas por el bosque de Brocéliande, a donde se lleva al borrachuzo Galvan, que no ha estado el invierno por la torre. Una verdadera lástima que el líder de la torre sea tan poco conversador y guste tan poco de compartir sus hayazgos. Brocéliande sin duda oculta muchos secretos.

En cualquier caso, el buen tiempo invita a volver a coger el caballo y practicar el bello arte de la equitación. Sólo que, por una vez, prefieres disfrutar del sol, la brisa y el paisaje fluvial y agrícola antes que esforzarte en aprender algo que de todas maneras no alcanzas a ver qué otra utilidad puede tener para ti a parte de presentar cierto desafío...