Partida Rol por web

Tres Haikus de Viaje

A un paso del Fuego y los Truenos.

Cargando editor
31/03/2011, 21:43
Shosuro Komoe

El magistrado te observo durante unos momentos antes de seguir dando instrucciones a sus hombres. Parecía que tenía muchas cosas que hacer. Quizás estuviera superado, pues aquella aldea no era muy grande, y quizás exceptuando a algún viajero pendenciero no tuviera de verdad trabajo.

En cualquier caso, en cuanto acabo de dar instrucciones se giro hacia ti.

Bien, Bayushi san, lo veré mas tarde, y me explicara un poco su historia. Ahora tengo muchas cosas que hacer.

No era una amenaza, tu historia era buena, y no tenía motivos para desconfiar. Pero quizás fuera la actitud que le pedía que tuviera. Estabas empezando a convencerte de que aquel hombre no tenía muchas luces.

O puede que quizás fuera un enemigo en potencia. Aun no podías saberlo. En cualquier caso, tu contacto estaba muerto, y quedarte a preguntar o mirar por la zona, solo podía traerte más problemas.

Debías de cuidar tu tapadera e intentar averiguar cosas por otros medios.

Cargando editor
01/04/2011, 04:53
Bayushi Haru
Sólo para el director

- Será un placer volver a veros, honorable Magistrado. – contestó el Escorpión mientras volvía a inclinarse en otra respetuosa reverencia. – No dudéis en solicitar mi presencia en cuanto lo deseéis.

- Pero por favor, no dejéis que continúe entorpeciendo vuestro trabajo con mis balbuceos intrascendentes. Como bien habéis dicho, debéis de tener mucho que hacer. Por favor, continuad.

Haru se despidió del magistrado con otra reverencia, y aguardó su señal antes de retirarse del lugar. Finalmente, se giró sobre si mismo y encaminó sus pasos hacia la casa de huéspedes.

Sin embargo, mientras avanzaba por el sendero, procuró estudiar bien la zona donde había ocurrido el lamentable hecho. El movimiento de los guardias quizás hubiera atraído a muchos curiosos a los alrededores, y era probable que los vecinos intentaran fisgonear lo que ocurría. Después de todo, en un poblado tan pequeño como aquel, un asesinato no debía de ser cosa de todos los días. Así que Haru procuró recordar algunos rostros, quizás tuviera oportunidad de hablar con ellos más adelante.

Notas de juego

Por cierto, si tiene oportunidad, Haru también estudiará las reacciones de los que se crucen en su camino. Quizás alguno no pueda esconder sus emociones.

Cargando editor
01/04/2011, 15:22
Director

Un hombre caso con lo que estabas buscando. Era un pescador, quizás el único que hubiera en la zona. Puesto que no había mucha pesca en el rio sol. Casi todo la pesca venia de los clanes que lindaban con el gran mar.

Pero aquel hombre, que estaba afanosamente trabajando en sus bicheros, miraba con insistencia hacia el lugar del crimen. O bien sabía algo, o no tenía mucho más que hacer.

Te acercaste a él, y se empezó a poner nervioso. Seguramente había visto como hablabas con el Magistrado.  Aquel hombre tenía algo extraño.

En cuanto te plantaste a su lado, empezó a recoger sus cosas, en silencio sin ser capaz de levantar la cabeza.

Cargando editor
01/04/2011, 17:14
Kakita Adako
Sólo para el director

Andando airosa, acelerando ligeramente el paso, Adako tomó el mismo camino que los muchachos, sonriente. ¡Hacía tan poco que en su cabeza no había más preocupaciones que las que ocupaban ahora mismo las de esos chicos! Pero amplió la sonrisa, indulgente consigo misma: tampoco podía quejarse por sus quebraderos de cabeza. Estaba siguiendo una peregrinación educativa que sus mayores le habían preparado, y su camino, hasta ahora, era placentero y tranquilo.

Cuando llegó a su altura les saludó con camaradería, como una joven más, aunque sin dejar ese peculiar aire de responsabilidad que usualmente cae encima de los que ya han superado su gempukku, y los reviste de madurez.

-¡Buenas tardes! Y bonitas, Madre Amateratsu nos sonríe aún, iluminando los rincones de este agradable pueblo. Soy Adako, y vengo de tierras grulla a dar mis respetos al Kami. Veo que no soy la única extranjera por aquí, según deduzco de la apariencia del hombre que estaba con vosotros...

Cargando editor
01/04/2011, 18:58
Bayushi Haru
Sólo para el director

El Escorpión se acercó al sujeto casi por casualidad, como si se lo hubiera encontrado de repente mientras se recreaba la vista con las bellezas del paisaje. Su tono fue distendido y educado, incluso con una cierta nota de despreocupada inocencia.

- Saludos, noble pescador. – dijo con voz amistosa, dejando que su sonrisa cordial traspasara la máscara que cubría sus facciones. – Es un hermoso lugar el que las Fortunas os han obsequiado para transcurrir vuestros días. Ciertamente podéis sentiros orgullosos de vuestro pueblo. Alberga todo lo que un hombre puede desear. Belleza, tranquilidad, armonía… y no parece que sufran las penurias que aquejan a otras regiones menos favorecidas. Hay pastos y comida en abundancia, incluso un cristalino río donde disfrutar de las caricias de Amateratsu.

- A propósito de ello… - continuó el Escorpión, aunque variando su tono para demostrar cierta sorpresa. – No creo haber visto demasiados hombres dedicados a vuestra tarea. ¿Puede ser que seáis el único pescador de la zona? ¿Acaso recae únicamente en vuestras espaldas la difícil misión de surcar el Río del Sol?

Poco a poco, el Escorpión había ido acercándose al sujeto de forma casi imperceptible, aunque sin perder en ningún momento su jovialidad habitual. Su cháchara discurría apaciblemente, sin dejar margen a su interlocutor para que la interrumpiera y sin que pareciera que iba a ningún lugar específico. En cierta medida, su lengua se movía como las pinzas del Escorpión. Entretenían a su presa mientras la cola buscaba un hueco para clavar el aguijón.

- Debe de ser un trabajo fascinante. Ser el único confidente a quien el río cuenta sus secretos. Seguramente tendréis cientos de historias que contar ¿verdad? Yo soy un amante de las buenas historias. Quizás hayáis visto cosas que nadie más ha visto, o encontrado objetos que otros consideraban perdidos para siempre…

El Escorpión mantuvo siempre su tono afable y calmado, no quería asustar a su presa. Prefería ganarse su confianza, aunque ello llevaba tiempo. Por otro lado, solo eran manotazos en la oscuridad, y Haru no depositaba demasiadas expectativas en sus pesquizas. Sin embargo, era tan buen lugar como cualquier otro para comenzar a indagar sobre el asunto.

Cargando editor
02/04/2011, 14:16
Aldeano Normal

Los chicos al principio te miran como si fueras un ser venido de otro lugar. No sabes exactamente por qué. Revisas cada palabra dicha, por si has formulado algo incorrecto. O piensas en si no has saludado debidamente.

No, has debido de hacerlo todo correctamente, y sin embargo, los jóvenes están como si les hubieras preguntado por alguno de los misterios del universo. Era cuanto menos peculiar.

Uno de ellos, se atreve a dar un paso adelante, no es que tuvieran miedo, pero al menos quedaba patente que el resto no sabía qué hacer. Este último, más bajo que los demás, y con una cara un poco más despierta.

Esto..., Grulla san, me temo que no hemos entendido ni la mitad de lo que nos ha dicho.

Luego pone los ojos en blanco un segundo, pero antes de que puedas decir nada vuelve a hablar contigo.

Si, bueno, seguro que el hombre grande no era del pueblo, pues yo llevo toda la vida aquí.

Dice en un renuncio, dejando claro que lleva toda su vida en Ginasutra. Lo cual, quizás, no sea demasiado tiempo. Pero prosigue con su explicación.

Estaba buscando al tío de las plantas raras. No sé por qué. De todas formas, aquí es normal ver gente nueva de vez en cuanto, ya estamos acostumbrados. Aunque no suele venir gente como tú, como usted quiero decir.

El chico se pone un poco rojo, y los amigos se ríen por lo bajo detrás de el. Algo pasa, que se te escurre como agua entre los dedos. Sea cual sea el motivo, los chichos parecen mirarte como si fueras algo fuera de lugar.

 

Cargando editor
02/04/2011, 14:26
Director

El hombre se muestra mucho más nervioso de cómo debería. En cuanto nota que os acercáis, empieza a recoger sus enseres rápidamente.

Incluso con vuestra cháchara intrascendental, solo consigues frenarlo un poco. El hombre alterna la vista entre el lugar de los asesinatos, y tu propia persona. Parece estar cavilando a gran velocidad.

Bueno, yo solo soy un pobre y humilde servidor del pueblo. No tengo nada de interés que contar. Yo estoy pensando que hoy me encuentro mal, si mal, estaré quizás cogiendo algún mal. Sera mejor que me valla para mi casa.

El tipo es incapaz de levantar la cara del pecho cuando empieza a moverse. No tiene intención de ponerse a hablar. Es como si el mismo Innombrable le estuviera persiguiendo.

Cargando editor
02/04/2011, 15:48
Kakita Adako
Sólo para el director

Una risa sincera, sin dobleces, alegró el rostro de la grulla, y lo arreboló.

-¡Claro! perdona, amigo. ¿cuál es tu nombre...? El mío es Adako, esa es una de las cosas que he dicho. Otra es que sí, como ya has visto, soy grulla. Y que vengo a ver el santuario de Osano-Wo. Y a saludar al Kami. También he dicho que el sol está brillando con fuerza, y que me parece que eso hace aún más bonito este pueblo.

Ladeó la cabeza, divertida. Había olvidado lo que era ser samurai, de Alta Escuela, en un pequeño pueblo de heimin, aldeanos sin demasiados cumplimientos, una cultura popular muy suya, y una ingenua y natural manera de ser y de expresarse.

-En cuanto al hombre del gran martillo... dices que busca al de las plantas raras. ¿Quién es ése...? Yo he oído hablar de otro hombre que me gustaría conocer, si es que vive. Quizá sea ése mismo. Es un monje, un artista. Godai, creo que es su nombre.

Mientras hablaba se detuvo, y se desató las sandalias, puesto que el camino estaba cubierto de musgo, y se las quitó. Adoptó también un aire mucho más suelto al andar, no quería parecer demasiado formal a los ojos de los muchachos. Aunque en ningún momento perdió su estilo, y el aire honorable que, aún sin quererlo, rodeaba a la joven Kakita. De lo que era, una samurai educada.

Cargando editor
02/04/2011, 16:15
Kuni Kiru
Sólo para el director

-Una persona muy estimada para mí se encuentra gravemente enferma y no le hace efecto ningún remedio, pero hay uno que puede que lo sane pero es sus ingredientes son difíciles de encontrar. Uno de esos ingredientes es la sabia de la nanohara y se que usted sabe como encontrar. Por favor, le pido que comparta ese conocimiento conmigo-

tras esto hago una profunda reverencia a aquella persona, he expresado sin ningún pudor todo aquello que me había traído hasta él y aunque no creía que fuera a compartir aquel conocimiento así como así, en el fondo de mi corazón esperaba que no fuera algo que requiriera mucho de mi tiempo, ya que no sabía cuanto podría aguantar mi señor en el estado en el que se encontraba.

Cargando editor
02/04/2011, 19:56
Director

El hombre abrió los ojos al escuchar hablar de la planta que necesitabas. Y empezó a negar con la cabeza. 

Volvió a meterse un poco hacia el interior de la casucha, sin llegar a entrar. 

No, la respuesta es no. Esa planta es..., ademas tu no sabrías como usarla. Para poder portarla hay que ser un hombre santo. Nah. 

El hombre, parecía entre inquieto, y malhumorado.

Seguro que tu eres unos de esos buscavidas, que viene en busca de algo que le haga rico. No, no cuentes conmigo. Olvídalo. 

Cerro la puerta tras si, y te quedaste mirando con cara de idiota. Aquel hombre no se fiaba de ti. Y tras haber hablado con el viejo comerciante, no te parecía extraño que desconfiara. Aquella planta conseguía grandes beneficios para los que la encontraran. 

A pesar de que tu solamente la querías para un bien mayor. Para Otomo sama. Sin embargo, estaba claro que ibas a tener que intentar otra cosa. El viejo no quería saber nada de ti.

Empezaste a caminar cuando escuchaste tras de ti, como se abría algo. Y al girarte comprobaste que era la ventana de la chabola. El hombre sacaba una mano, y te apuntaba con el dedo al tiempo que preguntaba. 

¿Y quien dices que te ha hablado de mi?

Cargando editor
03/04/2011, 15:40
Kuni Kiru
Sólo para el director

Me apresuré en acercarme a aquel hombre con esperanza en el corazón -en realidad había venido a buscar a su antiguo maestro, el honorable Mirumoto Chuboko me dio indicaciones que era el único que conocía la localización de la planta, pero en el camino, un comerciante me dijo que ya no podría encontrar al monje de Ginasutra, que tendría que buscar a su antiguo discípulo, también me habló de la maldición de aquellos que usan la planta, una maldición que estoy dispuesto a soportar si cumplo así con mi deber para con mi familia-

Permanezco en silencio esperando que mis palabras hubieran hecho cambiar de opinión a aquel hombre, y le hiciera compartir conmigo su secreto.

Cargando editor
04/04/2011, 06:01
Bayushi Haru
Sólo para el director

Haru estaba bastante habituado a aquel escenario. Eso no lo hacía más fácil, pero al menos le permitía tomar todo con mayor soltura, sin caer en la desesperación. Era un recién llegado, y sabía bien lo que pensaban los lugareños de los recién llegados. Sobre todo en un pueblo pequeño como aquel.

Difícilmente pudiera conseguir algo mediante la fuerza o la intimidación, así que el único camino era ganarse la confianza de aquellas gentes. Sería un trabajo duro y llevaría tiempo. Para peor, solo tenía una única oportunidad de causar una buena primera impresión.

- ¿Te sientes mal? - comentó el samurai por lo bajo, preso de una repentina y bastante honesta preocupación – Oh, por favor, que las Fortunas no lo quieran. Sería terrible para el pueblo que su único pescador cayera enfermo. Y aún peor para mí, que me vería privado de las historias para mi nuevo libro.

Haru rebuscó unos instantes entre los pliegues de su kimono, hasta que finalmente dio con algunos zeni que llevaba sueltos para ocasiones como aquella.

- Ten, espero que esto te ayude a conseguir más rápido alguna medicina. O quizás hasta puedas tomarte la mañana libre y descansar para reponer las fuerzas.

El Escorpión insistió de manera firme en cuanto a su obsequio, y prácticamente terminó por poner las monedas en las manos del sujeto.

- Vamos, acepta sin compromisos. Tómalo como pago por las buenas historias que podrás contarme cuando te recuperes. Como si viniera de un viejo amigo. – los ojos del samurai se desviaron momentáneamente del pescador para observar significativamente al magistrado. Todo rastro de inocencia había abandonado su mirada, y cuando volvió a mirar fijamente al sujeto, su voz adoptó un tono más bajo pero también duro, lo que le daba un cierto aire conspirativo a sus palabras. - Nunca se sabe cuando necesitaremos de un amigo que nos tienda la mano.

Notas de juego

Si los acepta, le doy 3 zeni.

Cargando editor
05/04/2011, 21:39
Aldeano Normal

Los jóvenes se empezaron a reír, y el joven les lanzo una mirada fulgurante, mientras se ponía completamente rojo.

Pronto el resto se marcho por otra calle, y te dejaron a solas con el chico que había sido el único capaz de articular palabra.

Bueno, el viejo de las plantas, es uno que está loco. No muy loco, pero si un poco loco. Vive alejado, y colecciona plantas. Dicen que antes sabia hacer medicinas y cosas así, pero que encontró una planta muy rara, y que se volvió… no sé, raro.

El viejo del martillo, pues quería hablar con él. Normalmente solo preguntan por el los caza fortunas, gente que busque las plantas esas que te vuelven loco.

Luego empezó a rascarse la cabeza, haciendo un esfuerzo enorme por recordar que más le habías preguntado. Y notaste en sus ojos antes de que dijera una palabra, que ya sabía que iba a decir.

A, si, el viejo monje Godai, si esta siempre en el templo, ya no baja nunca, sino en invierno, a tomar sake en la posada una tarde. Dicen que antes era un asesino, pero yo no me lo creo. Es un buen hombre. A mi hermano una vez le regalo una flauta.

Parecía mucho más tranquilo ahora hablando, aunque daba bastantes rodeos para contestar, y además no paraba de moverse. Estaba claro que era un Heimin. Pero no parecía importarle charlar contigo abiertamente. Quizás porque te habías quitado las sandalias, o puede que por otra cosa.

Pareció que iba a decirte algo más, y sin embargo lo que te lanzo fue una pregunta.

Señorita. ¿Para poder conseguir una chica guapa como usted que es lo tengo que hacer en la vida?

Según iba hablando bajo instintivamente la pregunta. Cierto era que se salía de tono, que aquel joven parecía no tener ni un solo pelo en la lengua aquel día. Pero en cierto modo era entrañable. Solo tú debías decidir si contestarle a su pregunta, o corregirle por hablarte de ese modo.

Cargando editor
05/04/2011, 21:48
Director

Pues parecía que había surtido efecto. La mano se quedo suspendida en la ventana unos segundos. Luego volvió a hablar aquel viejo con la voz seca y gutural, que hacía que cualquiera se pusiera nervioso.

Bueno, pues si quieres saber algo, primero tienes que demostrar que eres digno. Vete al templo, que seguro que no has presentado tus respetos. Cuando vallas, y me traigas algo de allí, te contare lo que pides.

Necesitare, no sé, ¿Qué estaría bien? , a si. Quiero una vela aromática del templo. Más te vale que me la traigas si quieres sacar algo en claro chico. Porque yo no me vendo a majaderos venidos a mas.

Sin más, volvió a meter la mano dentro de la choza, y siguió farfullando cosas que no llegaste a entender, pero que seguro no eran agradables.  

Cargando editor
05/04/2011, 21:54
Director

Aquel hombre, estaría esperando cualquier cosa, pero no dinero por su silencio. Acepto el dinero, aunque de la forma más disimulada posible, y miro a todos lados antes de cogerlo.

Durante unos segundos estuvo callado mirándose la mano, con un dinero que bien podía solucionarle unos días de trabajo.

No es que no hubiera visto tanto dinero junto. Pero si que le costaba normalmente más tiempo y esfuerzo conseguirlo.

Con el dinero en la mano. Y la vista perdida en la choza del hombre muerto. Pareció pensar en algo.

Un libro. Bueno, los libros están bien. Yo no sé leer. Pero tengo un sobrino que a veces me lee cosas importantes.
Muchas gracias. Espero poder serle de ayuda. Quizás, esta noche pueda contarle algo en la hospedería. Seguro que se quedara allí, si es usted… de fuera. ¿Verdad?

Cuando respondiste que si, se quedo más tranquilo.  Y luego empezó a moverse rápidamente hacia el interior del pueblo. Parecía intranquilo. Pero al menos, sabias que conseguirías algo de información. Habías pagado por ella, y el dinero era siempre un poderoso aliado. Y más cuando se trataba de gente humilde.

Cargando editor
05/04/2011, 22:32
Bayushi Haru
Sólo para el director

Haru observó como su recién ganado contacto se internaba por las callejuelas del poblado. Una sonrisa enigmática se dibujó en su rostro, aunque la máscara de porcelana impidió que nadie jamás la viera. No era mucho, pero al menos era algo. Suficiente para empezar. Si algo había aprendido en su corta carrera, era que su profesión requería de mucha paciencia. Y de una gran dosis de suerte, por supuesto. Por lo general, los peces grandes solo se pescaban con buenas cañas y sofisticadas carnadas. Pero cada tanto podía conseguirse algo con una simple lombriz de tierra.

Luego, se giró discretamente hacia donde se encontraba el magistrado para cerciorarse de que todo estaba en orden. Su intercambio se había llevado a cabo a bastante distancia, y había numerosos obstáculos que podían entorpecer la visión del funcionario. Eso sin contar que tendría cosas mucho más importantes por su cabeza que seguirle los pasos a un recién llegado. Sin embargo, Haru no podía dejar nada librado al azar. Así que se aseguró de que los hombres de la ley seguían ocupados en sus asuntos, sin prestar atención a respetuoso visitante.

Por último, encaminó sus pasos hacia una de las pocas construcciones de dos plantas que había visto en toda la aldea. Con toda probabilidad, se trataría de la casa de huéspedes que estaba buscando, aunque algo le decía que encontraría allí mucho más que una simple habitación donde pasar la noche…

Notas de juego

Por cierto, voy a colgar todas las Ventajas / Desventajas en la pestaña "Notas" del personaje. Hasta ahora no ha surgido mucho en el juego, pero me cuesta horrores tener presente algunas de ellas. Sobre todo "Bendición de Benten" y "Belleza Peligrosa". Bueno, quizás tu las estés teniendo en cuenta, pero yo no estoy tan acostumbrado a llevarlas.

En fin, eso. Y que la aventura se torna interesante para todos, no solo para vos,jeje.

Cargando editor
06/04/2011, 07:38
Kakita Adako
Sólo para el director

La pregunta del muchacho casi hizo que Adako lanzara una carcajada, sonora y contundente. De hecho, la lanzó en su cabeza. Pero, por fortuna, sólo fue allí. Habría sido humillante, e incomprensible, para el jovencito, el aldeano que estaba simplemente siendo tal cual era ante ella.

En vez de eso, sonrió y le miró, ladeando de nuevo la cabeza.

-¿Una chica guapa? Vaya, me gusta que me veas así, pero, ¿sabes? es algo que no deberías decirle a una mujer, con palabras. Si quieres conseguir que una mujer te corresponda, debes primero hacerte todo un hombre. Servir bien a tu Señor, actuar con Honor, y esforzarte en mejorar cada día. Y cuando llegue el momento, sin darte cuenta, ya sabrás cómo conseguirla. Eres un muchacho listo, y agradable. No vas a tener problemas.

Pero algo de lo dicho por el chico aún seguía rondando la mente de Adako.

-Por cierto, aún no me has dicho tu nombre. Y... yo tampoco creo que un monje que le regala una flauta a un chico, sea una mala persona. Así que sólo baja un día al año... ¿Un asesino...? ¿Por qué lo dice la gente? ¿han sucedido cosas malas aquí en el pueblo como para que haya esos rumores?

Miró en la dirección en la que se había marchado el hombretón del Tsubo.

-Claro que si los extranjeros cazafortunas vienen a conseguir plantas raras, puede que sí, que estén sucediendo cosas malas... ¿qué piensas de eso...?

Cargando editor
10/04/2011, 18:06
Kuni Kiru
Sólo para el director

Salí del lugar con semblante sonriente, aun tenía que superar una prueba pero no parecía demasiado complicada. -estaría bien descansar un poco del largo viaje- pienso ahora más tranquilo.

Me dirijo de vuelta a la casa de invitados y entro en busca de algo de comida y cobijo -algo de comida y sake- digo con un ademán al dependiente mientras tomo asiento en algún lugar libre.

Cargando editor
11/04/2011, 15:42
Director

El director del Hostal, que no es otro que un padre de familia normal de Rokugan, realiza todas las gestiones para que te alojes. Te comenta que de las cuatro que hay, ya hay una ocupada por un mercader y su cohorte.

Y otra ocupada por un sencillo hombre santo que ha venido en peregrinación. Te da un poco de conversación, nada importante, pero notas que como cualquiera, tiene curiosidad por saber quien se hospeda en su casa. Aunque en cierto modo es más ameno de lo podría pretenderse.

En cuanto dices que vienes a visitar el lugar, prácticamente acaban las preguntas.

Cuando tienes ya tu propia habitación, y te aseas, pues llevabas varios días de viaje. Bajas a comer algo, es casi la hora de la cena, y puede que en breve te traigan información. 

La cocina esta llevada por la madre y la mujer del hombre que te había atendido. Allí hacían un arroz y verduras que si bien no eran exquisitas, entraban muy bien en el paladar. Además de ser copiosas. Parecía que no escaseaban en los viajeros, o bien sabían que los peregrinos tenían más hambre que un ciudadano normal.

Mientras esperas la comida, cierto pescador, entra y se sienta en una mesa, no más lejana de la tuya de lo que distaría una no dachi extendido.

El hombre, para no variar, parece nervioso, pero pronto se distrae pidiendo algo para beber y comer. Es entonces, cuando le explica al tendero, que ha tenido suerte hoy con la pesca. 

En cuanto puede, y sin que tú digas nada, se pone a susurrar. 

Fue un monje, tenía el hábito de un monje. Me parecía extraño, porque no es Rikiyami, el que suele venir de compras al pueblo. Y lo vi entrar en la casa, y luego salió rápidamente, mirando a todos lados. Yo andaba saliendo del agua, y creo que no me ha visto. 

Pero ese monje es extraño. No parece un monje, creo que es un asesino. Tiene una marca en la cara, como si antes hubiera tenido que luchar, o lo hubieran marcado. 

Tan pronto como empezó la cháchara se acabo. En cuanto le sirvieron la comida y bebida, pareció recordar, que su estomago tenía otras cosas más importantes que hacer. Y casi fue mejor así. Porque instantes más tarde, entro por la puerta el magistrado, y dos de sus secuaces, que no acabaron muy lejos de ti. 

Tardo un rato en reparar en ti. Pero estaba claro, que más tarde o más temprano, te diría algo. 

 

Cargando editor
11/04/2011, 15:52
Director

Tus pasos te devuelven de nuevo al lugar que tenias contratado para pasar la noche. Y tu corazón estaba contento. Con suerte, y si las fortunas te sonreían podrías llevar a cabo, la que sin duda era la tarea más dura de las que había en la lista. 

Entraste, y la sala estaba medio llena. Algunos aldeanos, comían tranquilamente, y había dos mesas con escorpiones. En un principio, y teniendo en cuenta que eran tierras de ese clan, poco importaba encontrarse samuráis de dicho clan en ningún lado. 

Pero quizas a causa de Kusanagi san, te ponías incomodo en su presencia. Así que al sentarte echastes un vistazo. 

En la primera mesa, había tres hombres. Dos de ellos mas armados que el tercero, que comía en un trozo de la mesa para el solo. Parecía alguien importante, quizás el magistrado local. 

En la otra, había un samurái solo, comiendo tranquilamente. Al principio te pareció otro escorpión mas. Pero luego recordaste su cara. O mas bien su mascara. 

Sin lugar a dudas, se trataba de aquel escorpión, que hacia unas semanas participo en la reunión de Otomo sama. Aquel si que había parecido un hombre normal, no como otros compañeros de viaje. Pero por el momento no había captado tu presencia. Parecía interesado en lo que hacían el resto de sus compañeros de clan.