Partida Rol por web

AMBIENTACIÓN

Para ampliar información y ambientación sobre el mundo, podéis acceder a EL CÓDEX DE LA MARCA DEL ESTE

Ciudad de Robleda

La ciudad de Robleda es el enclave más importantante de La Marca del Este y el centro neurálgico de toda su actividad. A pesar de ser una ciudad relativamente pequeña, es un lugar complejo, que sirve de puesto adelantado de Reino Bosque en la peligrosa región limítrofe con los reinos de Ungoloz y Visirtán. Está situada en pleno Camino del Comercio (también conocido como Camino de Manticora), una vía principal que cruza toda la marca de este a oeste. Su población se cifra en unas 5.000 almas, en su mayoría humanos, aunque es posible encontrar allí a otras especies, especialmente elfos y medianos. A ella llegan habitualmente numerosos viajeros, comerciantes y aventureros procedentes de todas partes (y es aquí donde suelen comenzar las partidas del juego). La ciudad está protegida por una muralla construida sobre un terraplén empinado. Ese muro exterior cuenta con torres de vigía hechas de madera y reforzadas con piedra. Las viviendas de Robleda son bajas, casi todas de una o dos plantas, construidas en piedra y madera.

Las calles de la ciudad son estrechas y empedradas, manteniéndose limpias y cuidadas. Se abren y distribuyen desde la plaza central de la villa, donde se levanta la casona del Consistorio del Burgomaestre. Al lado del Consistorio se encuentra el Alguacilazgo de la Guarda de Robleda y la pequeña prisión anexa. Muy próxima a la plaza, está la casona donde se reúne el influyente Consejo de Vecería de Robleda, que se dedica a velar por el cuidado de las veredas de pastoreo, así como la organización de las recuas de arriendo para el trajín de los campos de labranza. La Guarda de Vecería cuida de los campos, manteniendo a raya a alimañas y ladrones de ganado. La ciudad se asienta sobre una pequeña colina que domina los llanos prados circundantes, a la vera del caudaloso Arroyosauce, que discurre por el lado este de la ciudad. La economía de la villa se basa principalmente en la agricultura, especialmente de cultivo del cereal, y los frutales, así como en la ganadería y la pesca.

TRASFONDO DE LA ORDEN DEL LIBRO

Historia

La orden del libro se estableció en Robleda hace unos 200 años de antiguedad. Sus miembros son conocidos comúnmente y simplemente como "los sabios". En un principio los sabios ayudaban a las gentes del pueblo mediante sus conocimientos en todas las área del estudio: aconsejaban a reyes y dirigentes, traían exóticas noticias de los rincones más inhóspitos del mundo e inventaban artilugios útiles para cultivar la tierra y mejorar los cultivos. Muchos de ellos eran cuentacuentos y durante generaciones narraban algunas de las leyendas más bellas de toda la Marca del Este.

Objetivos

Buscar la verdad y el entendimiento de las cosas a a través del estudio de la alquimia, el conocimiento histórico y la magia. Fundamentalmente sus miembros se dedican a recuperar restos históricos en profundas y olvidadas ruinas, son estudiosos de la alquimia y conocen los secretos de la magia.

La orden se encarga de culturizar al pueblo. Los sabios enseñan a muchos de sus ciudadanos a leer y a escribir, a sumar  a restar, y a buscar el porqué de las cosas a través de la experimentación y la observación de la realidad. Habitualmente los miembros suelen dar charlas y discursos al pueblo utilizando la retórica y la dialéctica en el anfiteatro de Robleda. Sus charlas se centran en varios y diversos temas como la filosofía, astrología y otros saberes que buscan establecer de manera racional los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar de las razas pensantes. 

También creen y sostienen ciegamente que los dioses no existen y, por tanto, no deberían ser adorados. Todo lo que ocurre en el mundo responde a principios de acción-reacción y toma de decisiones y consecuencias lógicas regidas por la física, la alquimia y la magia. Todo son procesos y fenómenos basados en el azar. No existe la voluntad de ningún dios detrás.

Símbolo

El símbolo de la orden es un libro abierto. normalmente todo sabio reconocido de la orden lleva labrado dicho símbolo en el pecho de su atuendo. 

Enclave

El enclave de la orden se encuentra en la parte norte de la ciudad de Robleda. Hoy por hoy es imposible decidir si el enclave actual fue antaño un castillo que fue erigido para servir como tumba, fortaleza, palacio o templo. Algunos piensan que es una combinación de todo ello. El edifico presenta una serie de incongruencias que provocan en los habitantes de Robleda una cierta inquietud. Aún cuando la fachada parece haber sido construida según los cánones de una geometría desconocida, el interior presenta detalles más extraños aún. Así, por ejemplo, los escalones que conducen al piso de arriba son mucho más anchos y bajos de lo que parecen necesarios para un pie humano. Las paredes están adornadas con bajorrelieves que forman sinuosos arabescos geométricos de una complejidad asombrosa e hipnótica. El origen del enclave es todo un enigma, incluso para sus propios miembros. 

La adoración a Velex

Velex es el dios que personifica la guerra. Representa la fuerza y el honor. Así como el orden, la bravura y los horrores de la batalla. Su símbolo es la V formada por dos lanzas con dos espadas cruzadas en el centro de la V y una gota de sangre que sale del vértice. Los guerreros que lo veneran forman la V con sus dedos en señal de victoria y como homenaje a Velex. 

Velex es una de las deidades más veneradas, tradicionales y fanáticas entre los ciudadanos de Robleda. La principal sede de su culto es una enorme capilla con planta hexagonal situada en el centro de Robleda. Los muros son lisos y presenta columnas intercaladas con contrafuertes adornadas con dos espadas cruzadas que forman una V de las cuales ondean al viento banderas con el símbolo del dios de la guerra. Esculpida en la arcada de la fachada principal se eleva imponente la cabeza majestuosa del dios.

Hextadomarius es el jefe de los templarios y el clérigo supremo de Velex, y siente un profundo odio hacia la Orden del Libro debido a todo lo que representa. Sus salmos cada vez son más fanáticos e incitan directamente el odio hacia la magia, tildandola como un arte demoníaca y cobarde, y sobretodo con aquellos que se atreven a poner en duda la existencia de los dioses. 

Secciones de la Orden del Libro:

Aquí tenéis las diferentes secciones de la Orden del Libro, que sigue una estructura similar a una gran universidad. En definitiva un templo del saber y de las maravillas. Vuestros personajes deberán formar parte de una de ellas y llevarán un broche con el símbolo de su sección académica. 

- Sección de Alquimia: El lugar de los estudiosos dedicados al estudio de la alquimia y sus secretos. Laboratorios donde se elaboran extrañas y exóticas fórmulas de substancias. (Símbolo: Frasco de poción sobre un libro abierto)

- Sección de Artificieros e Ingenieria: Talleres donde los grandes artesanos de la orden, principalmente enanos y algunos elfos, crean e inventan maravillosos objetos y artilugios con todo tipo de materiales. Muchos de ellos son comercializados para el uso de los habitantes de Robleda (Símbolo: Martillo sobre un libro abierto)

- Sección del Saber Mágico: La mayor de las áreas de estudio de la orden, donde los estudiantes arcanos y magos descifran viejos pergaminos mágicos, descubren nuevos conjuros con la manipulación de los elementos y todo tipo de maravillas mágicas. (Símbolo: Varita mágica sobre un libro abierto)

- Sección de Historia y Leyendas: Donde se recopila y ordena la historia del mundo, sus civilizaciones, culturas así como redactar y documentar toda leyenda y hecho de la que se tenga conocimiento. Lugar para cronistas y bardos, también custodios de la gran biblioteca del enclave.  (Símbolo: Una pluma sobre un libro abierto)

- Sección de Arqueología y Expediciones: Donde los exploradores de la orden planean y realizan exóticos viajes a ruinas antiguas o páramos inexplorados por la civilización para traer conocimiento a la orden. También se dibujan numerosos mapas para comercializar. (Símbolo: Un trozo de mapa sobre un libro abierto)

- Sección de Botánica y Fauna: Donde se estudian las plantas, animales y monstruos extraños. (Símbolo: Una hoja y una garra sobre un libro abierto)

- Guardia de la Orden del Libro: Todo gran conocimiento necesita de un buen protector, la guardia de la orden son los encargados de proteger el enclave de todo malhechor o enemigo que trate de cruzar sus ilustradas puertas con intenciones oscuras. Suelen ser hombres y mujeres de buen corazón, que aunque no sean capaces de aportar al conocimiento juran protegerlo con sus espadas y habilidad de combate. (Símbolo: Una espada sobre un libro abierto)

- Sección de Comercio y Diplomacia: Los miembros de esta sección se dedican a comerciar con los productos que crea la orden, mantener las buenas relaciones con políticos, nobles y otras organizaciones así como entrenar las artes de la oratoria y el debate para promocionar las bondades de la orden. También estudian el funcionamiento del mercado. (Símbolo: Una moneda sobre un libro abierto)

Mucho había llovido desde que hace seis años Zadia había atravesado un portal de origen desconocido y había pisado por primera vez el suelo de mármol blanco del enclave de la Orden del Libro. Desde entonces aquel suceso había sido como volver a nacer, casi literalmente, ya que la línea temporal de su memoria partió desde aquel momento. Los primeros recelos de los sabios de la orden habían supuesto que quedara aislada hasta que estos finalmente entendieron que la mujer no supondría ningún peligro. Era de entender, no todos los días se abre un portal y aparece una completa desconocida que dice no recordar nada sobre sí misma. 

Sin embargo Zadia pronto descubrió que los miembros de la orden eran gente con buen corazón, aquel lugar parecía casi idílico y los conflictos entre ellos eran minios. Además de su pañuelo con sus iniciales Zadia también conservaba la conciencia de su capacidad para dominar y entender la magia, pero sin sus recuerdos era totalmente incapaz de invocar cualquier conjuro conocido y tuvo que iniciar de nuevo un proceso de aprendizaje arcano con la ayuda de los demás magos de la orden. Aunque fuera la alumna de más edad debido a tan extraordinario suceso su mente era excepcional y pronto adquirió el saber necesario para empezar a colaborar con los otros usuarios de la magia en la Sección de Saber Mágico.

En su sección académica la arcana había empezado a enseñar los fundamentos básicos de la magia a los alumnos recién llegados al tiempo que participaba en una investigación que pretendía demostrar que los conjuros llamados divinos que realizan los clérigos no son ningún acto religioso en realidad, sino una manipulación de la magia proveniente de otros planos de existencia. El Archimago Rainus, líder de la orden, estaba muy interesado en celebrar una conferencia en el anfiteatro de Robleda para difundir tales resultados y había recomendado a Zadia para presentarla en nombre del grupo de estudio. Para la redacción del discurso contaba con alguien a quien la maga había desarrollado un cariño especial, Morden, el estudiante más joven de la orden que con tan solo quince años ya sabía realizar los conjuros más sencillos y cuyo talante bonachón y entrañable se había ganado el corazón de todos especialmente de Zadia.

A pesar de considerar la Orden del Libro como su hogar la canosa maga aún sentía cierta sensación de vacío y en numerosas ocasiones anhelaba recuperar su memoria perdida. ¿Quién era antes de llegar a aquel lugar? ¿Porqué había atravesado un portal? ¿Habría algún ser querido en alguna lejana tierra que le echará en falta? Las preguntas se agolpaban en su mente más a menudo de lo que ella hubiera deseado y la idea de hablar con el Archimago de la orden para empezar una investigación sobre su identidad pasada resultaba cada vez más atrayente, sin embargo primero tendría que ganarse el favor de este cumpliendo con el encargo del discurso en el anfiteatro...

De todas las secciones académicas de la Orden del Libro los talleres de la sección de artificieros e ingenieros, ubicados en el subterráneo del enclave, era sin duda alguna el lugar donde más se sudaba en la búsqueda del conocimiento. Siendo la mayor parte de sus miembros enanos y humanos de manos hábiles en varías artesanías los talleres rebullían constantemente de actividad, aquel era el lugar de la orden donde se creaban artilugios y objetos mágicos útiles de todo tipo. Algunos de los artesanos destinaban su tiempo a experimentos en los que se ponían a pruebas las características de los materiales tales como su dureza, consistencia, flexibilidad entre otras propiedades mientras que otros artesanos se dedicaban al diseño de ininteligibles planos y complicados cálculos matemáticos destinados a inventos maravillosos, todos ellos destinados a mejorar la calidad de vida de los habitantes del mundo, pues en aquel lugar las armas o creaciones bélicas no estaban permitidas - "La guerra y la violencia no es una fuente de conocimiento"- acostumbraban a decir los miembros de la orden siendo esta filosofía el eje central de las maravillas descubiertas en aquel enclave del saber.

Por último estaban los artificieros que se encargaban de llevar a cabo los diseños de los inventores con los materiales que se han seleccionado. Sus manos y su pericia eran asombrosas, pues con unas pocas herramientas y el conocimiento adecuado de como utilizarlas conseguían crear artilugios que luego serían comercializados y admirados por toda Robleda. Es en aquellos talleres donde el viejo enano Ösrik trabajaba duro junto a su pícara y accidental ayudante Nariya. Ambos habían logrado una compenetración total ya que mientras el enano de gruesas manos moldeaba los objetos con sus alicates y martillo la joven pícara utilizaba sus diestras y finas manos para encargarse de los detalles más delicados en las maravillas que creaban. De algún modo Ösrik se sentía como si Nariya fuera la hija que nunca había tenido, y aquel sentimiento crecía cada vez que ambos compartían aquellas incansables horas de trabajo en el taller.

Recientemente ambos estaban algo más nerviosos de lo habitual pues el Gran Maestro Artesano de la sección, un rudo enano de más edad aún que Ösrik, estaba a punto de cederles una antiquísima tabla rasa recuperada de una vieja mina enana de un clan olvidado hace ya mucho. La expedición la llevaron a cabo los exploradores de la sección de arqueología de la Orden del Libro y el contenido de la tabla era la de unas runas enanas capaces de dotar de vida al material inanimado en el que se grababan. Pero aquellas runas no eran nada convencionales, aún para los propios enanos, y requerían de una habilidad y paciencia perfectas para lograr que funcionasen correctamente.

Era un ambicioso proyecto que Ösrik ansiaba iniciar en los ajetreados talleres de la orden, y como no podía ser de otra manera, contaría con su espabilada ahijada, a pesar que el nerviosismo hacía que este estuviera de más mal genio de lo normal últimamente...

De todas las secciones académicas de la Orden del Libro la de búsquedas arqueológicas era la más enfocada a la aventura pues sus miembros, generalmente exploradores y cartógrafos, eran los encargados de aportar el conocimiento relativo al mundo y sus misterios. Mientras que algunos de sus miembros dedicaban horas a dibujar amplios y detallados mapas de zonas inexploradas por la civilización otros redactaban bitácoras de viaje que ayudase a navegantes y viajeros a planificar sus trayectos con toda seguridad y libres de imprevistos. Todo esto lo realizaban cuando no se encontraban preparando sus equipos de exploración con el que arriesgaban sus vidas adentrándose en zonas naturales vírgenes en busca de especies exóticas, accidentes naturales infrecuentes o explorar viejas ruinas de civilizaciones hace ya olvidadas. Muchos son los tesoros y los secretos que se esconden a lo largo y ancho del mundo, secretos que sin duda alguna son una de las principales fuentes de conocimiento de la Orden del Libro, además de las indudables riquezas que también nutren las arcas de la orden.

Dos de los intrépidos e inquietos exploradores de la Orden del Libro están de enhorabuena, el taciturno Jarsen y la ruda Espinela, quiénes hace una semana regresaron de participar en su primera expedición importante en la que formaron parte de un grupo que se adentró en unas antiquísimas minas de un clan enano hace ya olvidado donde entre otros tesoros recuperaron una tabla rasa que contenía un alfabeto de runas enanas que, según pudieron saber después, contenían propiedades mágicas. La tabla había sido cedida a la Sección de Artificieros donde los hábiles artesanos enanos explorarían la aplicación de sus propiedades rúnicas. Así funcionaba la orden, sus secciones se complementaban y entre todas lograban la consecución de su objetivo más sagrado: el saber en todas sus vertientes.

En aquella expedición ambos sufrieron los clásicos peligros de adentrarse en una mina ruinosa tales como desplazarse en frágiles vagonetas de hierro, atravesar puentes de piedra semiderruidos y escapar de alguna que otra letal criatura subterránea que había hecho de aquellas ruinas su nido. Aquellas eran el tipo de experiencias que los exploradores de la orden por alguna loca razón adoraban, pues como solían decirse entre ellos - "Sin el peligro de lo desconocido no hay conocimiento" - motivo por el que a veces eran vistos como unos imprudentes por parte de los otros estudiosos y magos de la orden. 

Tiempo había pasado desde los sucesos que arrebataron a Valerian su hogar y su posición en la nobleza, habiendo conseguido escapar junto a su mujer elfa Daeris ambos acabaron en la ciudad de Robleda donde fueron acogidos en la Orden del Libro, organización dedicada a la magia y al saber. En aquel lugar Valerian se había alistado como guardia de la orden, un grupo de guerreros leales y habilidosos en el combate cuya misión era proteger los muros del enclave de la orden y proteger a sus miembros de las posibles amenazas del exterior. El trabajo era aburrido, ya que aquella era una organización pacífica y lo más emocionante que podía realizar en una semana es encontrar algún ladronzuelo de poca monta intentando acceder a las torres de los magos o ayudar a cargar con pesados cargamentos de libros. La elfa Daeris también había encontrado un hogar en la orden como guardia, ya que no era poco habilidosa con el combate, siendo una excelente tiradora de arco.

Así pues, ambos habían conseguido reorganizar sus vidas en aquel lugar y podían vivir con relativa comodidad,aunque el fuego interno de la venganza de Valerian hacía el traidor que había usurpado su herencia y su feudo estaba completamente vivo. Algún día podría recuperar lo perdido y vengar su honor, no tenía duda.

Recitentemente Valerian había sido llamado por el Capitán de la guardia, se le había asignado un nuevo puesto, sería el guardaespaldas de una de las magas de la orden, la cual se disponía a dar una charla un tanto polémica en el anfiteatro de Robleda y los dirigentes de la orden temían que pudiera haber detractores que toleraran la libertad de expresión de la arcanista.

Hacía ya unos pocos meses desde que Esma había iniciado su particular aventura tras huir de sus raíces en Alameda y hallar en Robleda una nueva vida, primero llena de penurias como era habitual en todo músico o artista bohemio que empezaba sus andaduras por una gran ciudad, sin embargo la suerte le favoreció cuando fue admitida en la Orden del Libro, un templo de las maravillas y el conocimiento donde todo giraba entorno a la búsqueda del saber no sólo mágico, sinó también relativo a la otras disciplinas tales como la alquimia, la artesanía, la historia, la geografía y, como no, el arte y la literatura.

Así pues, tras un proceso de selección en el que el consejo de sabios debía decidir en que sección académica podrían ser más provechosos los talentos artísticos de la joven barda fue asignada a la Sección de Historia y Leyendas, los custodios de la gran biblioteca del enclave y los encargados de plasmar en la tinta toda producción literaria y crónica existente en voluminosos libros y pergaminos. 

En aquel enclave y bajo las ordenes del Gran Maestre Cronista, el jefe de su sección académica, Esma trabajaba día tras día restaurando viejos manuscritos sobre leyendas antiguas y poemas olvidados, un trabajo tedioso pero que permitía a la joven barda alimentar su creatividad y aprender numerosas interpretaciones con la que saciar su sed de música. Además la vida en la Orden del Libro aunque lejos de ser lujosa le permitía estar en el epicentro de la creación de maravillas de todo tipo, desde los artefactos ingeniosos de los artificieros enanos hasta la manipulación de los elementos que los estudiosos arcanos realizaban. A menudo la barda pasaba su tiempo libre tocando instrumento o cantando preciosas melodías junto a la fuente de agua de los jardines del enclave, un lugar bien cuidado y agradable donde todos los miembros hallaban la paz durante el descanso de sus deberes con el saber.

Religión

- Valion: Dios de origen élfico también venerado en Esmeril

- Rivulus: Señor de los ríos, torrentes, cascadas, riachuelos y arroyos, señor del agua que corre bajo los puentes, señor de lagos y lagunas, señor del rocío y de la lluvía.

- Velex: Dios de la guerra, del conflicto, de la fuerza, la violencia, la rectitud, el deber. Señor de los soldados y de los hombres de armas.

- Taranis: Amo del trueno y la tormenta, de los elementos desatados, de la furia indómita de la naturaleza, de las montañas nevadas y cumbres borrascosas.

- Orión: Señor de los cielos, del viento, del firmamento y los astros que lo surcan.

- Nébula: Diosa de la magia, la alquimia, lo arcano, lo misterioso y enigmático, lo inaprensible al ser humano.

- Penumbra: Dios de la oscuridad, de la noche, del engaño y de la mentira, de la soledad, de lo malvado que aguarda oculto en las tinieblas, de la suboscuridad, de los monstruos y criaturas horribles que habitan agazapados en las sombras.

- Leviatán: Señor de los mares y simas abisales, de las tormentas, olas y profundidades pelágicas y de todas las criaturas que habitán bajo las aguas.

- Orcus: Dios de los muertos vivientes, de la no-muerte, del mal, la traición, la malevolencia y la nigrománcia. 

- Legis: Señor del comercio, justícia, administración, burocracia, negocios, la riqueza, la ciencia y el conocimiento. 

Conocimiento popular sobre el Gran Pantano

Es un paraje mítico para todo habitante de la Marca, un lugar que ha desempeñado un importante papel en la historia de Robleda. Desde tiempo inmemorial, los primeros asentamientos humanos en la región se las tuvieron que ver con las belicosas tribus de criaturas que habitan en las oscuras marismas, y con cosas aún más horribles, engendradas en la oscuridad del mangle, entre nubes de mosquitos y el olor infecto del cieno.

Todo lo que surge en esta inmensa ciénaga es maligno per se, impelido por un oscuro impulso que yace en lo más profundo del Gran Pantano.

Hay varios poblados de hombres-lagarto diseminados por el pantano, así como ruinas y vestigios tan antiguos como los luceros de Esmeril.

Hace siglos, el pantano se extendía más allá de Pasoraudo, hasta casi tocar las Colinas Azules. En aquellos tiempos el hombre debía medir su espada contra el trasgo en los páramos cenagosos. Con todo, algunos valientes y arrojados colonos se asentaron a la vera del Arroyosauce para fundar Robleda, que prosperó y creció poco a poco, a pesar del hostigamiento de los hombres-lagarto.

El hombre plantó el roble, el gran Roble Albo que dió nombre a la ciudad y las gentes prosperaron. Entonces los saurios lanzaron un ataque definitivo destruyendolo todo a su paso. Sólo el Roble Albo sobrevivió a la llama de los malditos, cuando la ciudad ardió a su alrededor. Años después de las cenizas surgieron de nuevo las casas, las murallas y las torres, así como la voluntad renacida de los humanos por conservar la posesión de la llanura arrebatandosela a las bestias de la ciénaga hasta hoy en día.

Los hombres labraron la tierra y ensancharon el curso del río para que los barcos de la reina llegarán hasta los muelles de la ciudad. Las murallas crecieron y se ensancharon , las torres despuntaron al cielo erizadas de gallardetes y banderolas al tiempo que las almenarás de la Marca se encendieron por primera vez, orgullosas y brillantes, para que la gloria del Reino se vislumbrase más allá de las aguas turbulentas del estrecho, con más intensidad que las centellas sobre el Liafdag y los faros de Utmose. Era la luz de la Marca.

Diario de Esfirik

El diario de Esfirik es especie de cuaderno dedicado al estudio de una tribu barbara de la región del Gran Pantano llamados Gáanikurs. En la mayoría de las páginas hay bocetos de de su indumentaria, costumbres, mapas y todo tipo de anotaciones desordenadas sobre estos.

En las últimas partes del diario hay unas páginas con un redactado más personal y ordenado que paso a reproducir

#1#

Durante dos días enteros he permanecido entre los arbustos en los que he construido mi refugio para poder observar a los salvajes Gáanikur. En la espesura del follaje del pantano no he oído el menor ruido. Las ramas entrelazadas de las enredaderas y de las brozas forman sobre mi una densa bóveda por encima de la cual asoman, agitándose al viento, las ramas de los árboles. Ni una sola estrella titila en un cielo descubierto por negros nubarrones que pasan rozando las copas de los enormes árboles. No hay luna y las noches son tan oscuras en lo profundo de estos pantanos como el manto de mi viejo maestro, el demonologista Eboik

#2#

Hoy he avanzado a través de la oscuridad del pantano , abriéndome camino entre troncos caídos y ramas desgajadas. De vez en cuando, el corazón se me subía a la garganta al sentir el frío roce de la piel de algún reptil. Según tengo entendido, en este pantano hay gigantescas serpientes que se cuelgan de las ramas para capturar a sus indefensas presas. Pero los seres con los que yo temo encontrarme son más terribles que la más temible de las serpientes, y cuanto más me aproximo a ellos, más cauteloso he tratado que mis pasos fueran. Al anochecer, un destello brilló rojizo entre los árboles, y pude oír un fiero murmullo de voces que se confundían con el redoble de un tambor.

Varias islas se extendían ante mí. En una de ellas se erigía un enorme zigurat que se elevaba por encima de las copas de los árboles. Varias hogueras ardían iluminando decenas de bárbaros danzando a los pies de la ciclópea pirámide de piedra. Parecían poseídos ante el fuego y el canto de un chamán, situado en lo alto del zigurat, que con voz potente emitía una especie de salmo procedente del propio abismo. Me acerqué aún más entre los matorrales y observé con detenimiento lo que ocurría.

Serían unos cuarenta Gáanikur, con el rostro pintado d sangre y el cuerpo cubierto tan sólo con un taparrabos. Se encontraban de espaldas a mi, formando un gran semicírculo en torno al zigurat.  Los bárbaros llevaban pieles de cocodrilo o de serpiente  y, en sus largas cabelleras, algunos se habían colocado coronas de dientes de algún tipo de animal que debía de vivir por la jungla.

Parecían estar llevando a cabo algún tipo de ritual. Ríos de sangre caían por las escaleras del zigurat. Varios animales muertos yacían a los pies del chamán en lo alto de la construcción. Todso coreaban una y otra vez una misma palabra que no deja de repetirse en mi cabeza. ¡Az-kri-la, Az-kri-la!

Una especie de estatua demoníaca tallada en madera se elevaba detrás del chamán. La estatua era gigantesca y tenía la forma y semejanza de un demonio. La figura, de unos 3 metros de altura, descansa sobre la cúspide del zigurat. Lo que más me llamó la atención de la estatua es que en su pecho descansaba una extraá piedra palpitando y emitiendo ardientes impulsos de luz rojiza que manaban hacía la inmensidad de la noche. 

#3#

He vuelto al enclave y he pedido audiencia con los archimagos, creo que poder llevar a cabo un estudio sobre este ídolo y las formas de vida de los Gáanikur puede ser un gran avance en el conocimiento de la influéncia demonologica en el reino de Valion. Por lo que he podido averiguar gracias a los cronistas de la biblioteca hay una leyenda muy antigua según la cual un demonio se había instalado en lo profundo del Gran Pantano y varías de las tribus barbaras que lo habitaban comenzaron a adorarle como a una divinidad. Este demonio exigía rituales de sangre a cambio de ofrecer a los chámanes de las tribus poderes insólitos que ni los mismísimos dioses alguna vez concederían a un mortal. Los cronistas me han querido dejar claro que la historia ha sido catalogada como leyenda folklórica, probablemente alimentada por los bardos de la época, y que no se han registrado pruebas de que sea verdad.

#4# 

Los archimagos son unos ignorantes, han denegado mi solicitud para un estudio sobre los Gáanikur y ese demonio al que adoraban. Dicen que hay otras investigaciones más beneficiosas que llevar a cabo. Naturalmente he desobedecido al cónclave, mañana regresaré al Gran Pantano y solicitaré asilo en el Monasterio de la Pluma Silenciosa dada su ubicación en el Gran Pantano, los monjes escribas no pondrán ninguna objeción a mi estudio.   

#5#

He podido saber de los Gáanikur  que el demonio tiene nombre, se llama Az-kri-la, como ya intuí hace unas semanas. Según cuenta la tradición oral de esta tribu el demonio no era hombre ni bestia, era algo enteramente preternatural, demoníaco y macabro. El demonio trajo del abismo una piedra consigo, una piedra que los demonios llamaron  "Piedra Rókuuga". Parece ser que la piedra estaba ligada al plano del abismo 

He enviado a mi ayudante a comprobar los archivos de la Iglesia de Velex y ha descubierto algo trascendental. Según me ha informado hace cientos de años los templarios de la ciudad de Robleda descubrieron la existencia del demonio del Gran Pantano y se internaron en una cruzada contra los bárbaros adoradores de Az-kri-la. Mediante un poderoso ritual consiguieron encerrar el alma del demonio dentro de la piedra Rókuuga, donde hoy en día debería seguir atrapada. Según ha podido leer en un viejo pergamino que seguramente ni los clérigos de Velex recuerden en la noche en la que los templarios regresaban a Robleda portando la Piedra Rókuuga fueron emboscados por la tribu más salvaje y fiera del gran pantano. Sin duda alguna se refiere a los Gáanikur, que debieron recuperar la piedra a la que aún a día de hoy rinden culto como pude ver con mis propios ojos.

 

#6# (La caligrafía de esta última anotación transmite que fue escrita con cierto nerviosismo, como si el que lo escribiera estuviera impaciente)

Mañana entablaré contacto los Gáanikur, espero poder ganarme la confianza de sus chámanes para acercarme más a Az-kri-la y descubrir sus secretos. He enviado de vuelta a mi ayudante a la Orden del Libro para que custodie este diario. Si algo me pasa, no quiero que todo lo que he descubierto caiga en el olvido de esta pantanosa región.