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Trilogía de la Orden del Libro: El Enclave

Capitulo 4A: La soledad de la ladrona

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07/06/2017, 18:23
DM

Nariya permaneció escondida en el alfeizar del ventanal observando como todos sus amigos y compañeros eran hechos prisioneros por los hombres lagarto y les habían conducido al interior del monasterio. En el interior aún quedaban dos hombres lagarto montando guardia, mientras que el jardín ruinoso del exterior parecía que había quedado vacío. 

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07/06/2017, 23:43
Nariya

El primer impulso de Nariya fue saltar al suelo para perseguir a sus compañeros y no perderlos de vista. Le aterraba pensar que les pudiesen hacer algún daño mientras ella estaba buscándolos o que se perdiese y no fuese capaz de encontrarlos a tiempo. La angustia le invadía cada vez que pensaba en lo que los lagartos harían a sus compañeros. La jovencita adoraba con todo su corazón al anciano enano y se lanzaría a la cueva de una dragona en cría por él. También tenía unos sentimientos bastante confusos sobre Espinela; incapaz de olvidar aquel beso que le dio en los baños, las miradas de reproche que le lanzaba por haber huido. En cualquier caso, la chica era consciente de que sería capaz de sacrificar cualquier cosa por aquellas dos personas, y casi cualquier cosa por el variopinto grupo.

Su instinto sin embargo, le impidió cometer tal locura. Si quería salvarlos tenía que actuar con astucia, ser una sombra, En lugar de eso, trató de elaborar un plan rudimentario en su cabeza. Había que ir por partes. Entrar en el monasterio. Localizar un escondite. Escuchar, rastrear y arrastrarse hasta localizarlos. Liberarlos. Preferiblemente encontrando las armas antes. Y lo primero de esa lista pasaba por burlar a los dos guardias. Nariya se frotó la pierna, pensando. Los minutos habían pasado, y estaba empezando a notar un hormigueo que indicaba  que pronto se le dormiría. Apretando los dientes sacó la honda y se arrastró por la ventana. El crepúsculo hacía que las sombras se alargasen, favoreciendo la discreción de cualquier ladrón que se preciase.

Salvo que aquellos seres viesen en la oscuridad, claro.

Con cuidado de no hacer movimientos muy notorios, la pícara lanzó una pedrada por la ventana, intentando así hacer ruido para que los lagartos saliesen a investigar, alejándose de la puerta de la fortaleza.

Notas de juego

Bien, voy a necesitar buenas indicaciones del entorno, para ver si me puedo esconder de alguna forma que me de bonos, o ver estrategias xD

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10/06/2017, 12:28
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Los hombres lagarto estiraron el cuello para agudizar sus sentidos en cuánto oyeron el tenue sonido de la piedra retumbar en el exterior. Aferrando con más fuerza sus lanzas se asomaron desde la puerta rota y observaron el ruinoso jardín del monasterio durante largos minutos. 

Al no divisar nada más, volvieron a entrar mientras hablaban entre ellos en un lenguaje gutural que Nariya desconocía por completo.

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11/06/2017, 01:27
Nariya

La angustia de Nariya iba creciendo conforme pasaba el tiempo. No entendía lo que decían aquellos lagartos, con lo cual no podía saber si habían hecho alguna referencia al sonido, a sus compañeros o a la chamana. En todo caso, y a pesar de que el sonido producido por la piedra le había dado la oportunidad que buscaba para entrar, no se movió inmediatamente. Entrar por allí conllevaba el riesgo de que la viesen u oyesen prácticamente al momento. En cambio, era muy posible que hubiese alguna otra entrada al interior del monasterio que le permitiese deslizarse sigilosamente. Si no la encontraba, siempre podía arriesgarse a entrar de nuevo por la entrada principal. Pero por el momento, la mejor opción para todos era que buscase una alternativa.

La muchacha esperó con paciencia a que los lagartos volviesen a entrar en el monasterio y, arrastrándose como ratón por la despensa, salió al otro lado del muro, dispuesta a recorrer con los últimos estertores de la luz la parte exterior del monasterio, buscando una entrada para sacar a sus compañeros.

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12/06/2017, 22:02
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Nariya se descolgó con agilidad por el ventanal saliendo a la parte exterior de los muros del monasterio. El jardin parecía tranquilo y carente de más de aquellos hombres lagarto.

La ladrona se deslizo como un ratón de campo palpando cada metro de piedra y rodeando la base de aquel monasterio que parecía tan antiguo como sólido a pesar del tiempo. Nariya rodeó por completo el edificio sin encontrar ninguna hendidura y ni roca mal colocada que pudiera permitirle una entrada "alternativa" a la planta baja del monasterio. Las únicas entradas posibles desde el exterior eran los propios ventanales a unos dos metros de altura y los que correspondían al piso superior. 

Notas de juego

Para escalar ya sabes....

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12/06/2017, 23:51
Nariya

Solo es un muro más. Una casa más. Y no es tan alto. Has subido a muros mucho más altos... Un muro más.

Pero no era un muro más. Cierto era que en la Robleda no había clemencia para los rateros y que cortar manos no era extraño; del mismo modo, si alguien vagabundeaba por una casa y era atrapado cualquier cosa que el propietario le hiciese era considerado defensa. Pero a pesar de todo, no era ni de cerca un muro más. Si fracasaba, no sería la única que pagase su error. También lo haría el resto. 

Con cuidado, la pícaro apoyó un pie en la junta de dos piedras y se impulsó para subir. En aquel momento cayó en cuenta: aunque una buena protección contra puñaladas, aquella pequeña armadura sería un incordio si tenía que saltar de un lado a otro. Además, no esperaba recibir una puñalada mientras trepaba. Esperaba no ser vista... Teniendo en cuenta que la superaban en número y evidentemente en habilidad en la batalla, que llevase o no la prenda de cuero no iba a suponer ninguna diferencia. Rápida y sigilosamente se la quitó, embutiéndola en el pequeño petate para no dejar ninguna prueba de su paso por la zona. Rápidamente aprovechó para poner a mano la palanqueta y la cuerda y el bote de sangre en un lateral, para poder cogerlo al simple tacto. Se alegraba de haberla recogido, pues de ser descubierta podría dejar un rastro de sangre indicando una dirección falsa. Apoyando de nuevo el pie en el saliente, Nariya hizo impulso y trepó, dispuesta a entrar en aquel lugar.

- Tiradas (1)

Motivo: Trepar

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 79(-10)=69 (Exito)

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13/06/2017, 00:40
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Nariya se encaramó al muro como si de una araña trepadora se tratara, su consitución era agil y desprenderse de la armadura e cuero había liberado su cuerpo de las restricciones que esta le suponía.

La ladrona alcanzó uno de los ventanales de la planta baja, desde una zona exterior del muro opuesta a la de la entrada principal. En cuánto asomó vio una enorme estancia de mármol grís con arriles rotos esparcidos por doquier así como camastros, cortinas rotas y quemadas de color bermellón colgando del techo.

Varias estanterías de libros yacían volcadas por todos los lados y había bastantes libros amontonados en el suelo, algunos de ellos presentaban marcas negruzcas que revelaban que habían sido utilizados para hogueras improvisadas.

En el fondo de aquella cámara había una pared semiderruida que daba acceso a una especie de rincón semicircular cubierto con una enorme alfombra de piel de serpiente y un trono con forma de serpiente al final.  El trono estaba flanqueado por dos ventanales más, y estaba hecho de roca negra y lisa, rústicamente tallado sobre una especie de tarima de 30 centímetros de altura. Nuevas cortinas rotas y resquebrajadas de color bermellón colgaba del techo. 

En el trono yacía sentada la matriarca hombre-lagarto que Nariya había visto celebrando el ritual entre los árboles y posteriormente la que había ordenar hacer prisioneros a sus compañeros y amigos. Esta portaba en sus manos un conejo que devoraba con su larga mandibula al tiempo que varios hombres lagarto parecían afilar sus lanzas y armas unos metros más alejados. 

No había rastro de los prisioneros. 

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13/06/2017, 16:00
Nariya

Desde lo alto, contempló preocupada como la matriarca devoraba el conejo mientras los demás lagartos preparaban sus armas. ¿Acaso estaban haciéndolo para sacrificar al grupo? Por si acaso, había que darse prisa. Después de observar unos segundos más en busca de alguna señal que pudiese serle útil, la chica miró hacia arriba. Aquella parecía ser una única habitación, luego los Ösrik y el resto estarían en la parte superior. 

O en un sótano... puede haber un sótano...

En todo caso, para entrar era mejor hacerlo desde arriba. En el peor de los casos era una excelente posición estratégica. Nariya miró hacia abajo y luego hacia arriba tratando de calcular los metros había hasta el suelo si resbalaba. Una mala caída desde una altura no muy grande podía en algunos casos ser fatal, pero desde el punto de destino podía ser una buena caída y aún así romperse varios huesos. Y hacer mucho ruido. La ladrona trepó un poco más arriba de los ventanales para evitar ser vista y, con gran cuidado sacó la cuerda para hacerse un seguro con ella que le permitiese no caer hasta el suelo. O al menos que amortiguase la caída. Con las manos temblorosas encontró un saliente donde agarrarlo en lo alto del ventanal donde ató un nudo corredizo que, si tiraba de él se cerrase. Esperaba no necesitarlo, pues si caía había posibilidades de que se salvase, pero también las había de que, por un efecto péndulo cayese en el interior. Y eso, se mirase por donde se mirase era malo.

–Tú puedes Nari... Vamos. Los zorros miran, tendrás suerte.– se dijo la muchacha animándose...hasta que recordó uno de los dichos de su hermano, que aunque lo decía en tono humorístico en situaciones como aquella no tenía ni la menor gracia– "Suerte o muerte"

Notas de juego

He entendido que lo de abajo es una sola habitación, así que sigamos subiendo...

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19/06/2017, 11:23
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Nariya dedicó horas a explorar los alrededores de aquel monasterio, buscando por cada uno de los rincones y muros exteriores algún recoveco que le permitiera acceder al interior bajo el oscuro manto de la noche y la oscuridad. 

Finalmente la ladrona optó por escalar los muros para llegar a lo que parecía ser una segunda planta. desde la que observó un largo pasillo  flanqueado con estatuas humanas a cada uno de los lados. El suelo estaba enmoquetado y lleno de extrañas manchas negruzcas y en las paredes había cuadros de retratos de numerosos monjes-escribas. Todos llevaban túnicas y las expresiones de sus caras eran similares: serios, reservados, solemnes y reflexivos.

A lo largo del pasillo había unos cuatro hombres lagarto armados con lanzas que parecían conversar entre sí. 

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25/06/2017, 13:31
Nariya

Demasiada gente. Algo de cobertura pero demasiada gente. Además... ¿Quién era el estúpido que intentaría entrar en aquella habitación cuando podían haber encerrado a sus amigos en una cercana y accesible desde la ventana? Con la esperanza de que así fuese, Nariya se deslizó por la pared, desplazándose a un lateral. Si por un casual sus amigos estaban encerrados en una habitación con ventana "tan solo" tendría que desplegar la escala para ayudarlos a bajar...

O eso esperaba. En todo caso, lo primordial era encontrarlos. Y rápido. había perdido demasiado tiempo al principio y ahora tenía que recuperarlo. De este modo, Nariya pasó horas buscando a sus amigos en las habitaciones exteriores, mientras memorizaba las entradas más practicables para intentar infiltrarse en el caso de que el pequeño grupo no estuviese en alguna de estas. El agobio y el cansancio iban haciendo mella en la muchacha, pero siguió a base de adrenalina y de coraje. Solo quería volver a estar con Ösrik, Espinela y los demás. No quería vagar eternamente mientras sus amigos corrían peligro. No quería estar sola.
Y por encima de todo, no quería que sufriesen daño alguno.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Sigilo

Tirada: 1d100

Dificultad: 35+

Resultado: 2(-10)=-8 (Fracaso)

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01/07/2017, 13:13
DM

Nariya se movió como un gato silencioso en la noche, trepando y deslizándose con extremo sigilo alrededor del monasterio. Examinando cada una de sus rincones hasta que finalmente halló lo que buscaba. 

A través de un ventanal observó una enorme jaula construída con barrotes de madera y cuerdas en cuyo interior se encontraban sus compañeros y amigos únicamente ataviados con sus ropas de tela y desprovistos de toda pertenencia. Justo en aquel momento vió como tres hombres lagarto abrían la jaula, por motivos que desconocía, cortando unas cuerdas que mantenían la entrada cerrada. 

No pudo escuchar nada de lo que se decía, pero de prontó vió como Ösrik y Jarsen se habian abalanzado contra dos de los hombres lagarto y como estos empezaron a chillar con las lanzas en ristre. 

Notas de juego

Te paso a la otra escena!!! Exitazo de tu sigilo