Partida Rol por web

Algunas horas después de emprender la marcha nuevamente, llegais a las puertas de la Ciudad, una extraña amalgama de edificios de formas retorcidass y puntiagudas, parecía que la ciudad intentaba "agarrarse" del cielo para evitar ser tragada por la tierra que rodeaba el rio sobre el que estaba fundada la ciudad. A medida que se acercaban un olor a humo de vapor y sonidos de maquinaria metalicos se escuchaban incesantes, como murmullos, mientras el bullicio de la gente anunciaba oportunidades para todos ustedes.

El lugar tenía un aura de misterio y magia, y daba la impresión que dentro de ella habitaban miles de oportunidades de escuchar historias fantasiosas e interesantes de lo más variopintas.

Gunner les inforrma que en cuanto ayuden a descargar el contenido de los vagones, habrían terminado su servicio y su travesía.

-Por fin la civilización!- exclamó cuando entraron a la ciudad -En un lugar como este es fácil encontrar de todo... una buena cerveza... una buena cama... y una buena muchacha para calentarla!- rió, mientras bajaba de un salto del carromato y se afanaba a liberar las correas que mantenían sujetos los cofres -Tiene que haber alguna taberna cerca de aquí. Os apuntáis a unos tragos cuando hayamos acabado aquí?- les preguntó al resto del grupo.

Arghaton respiro profundamente -Nunca me acostumbraré a esto y mira el tamaño. Nunca me imaginé algo así- Miró a Maan -Yo me apunto, las tabernas son el mejor lugar para gastar el oro ganado. Y quién sabe si nos enteramos algún trabajo- El guerrero no dejaba de mirar a ambos lados, andaba despacio contemplando la enormidad de los edificios, la suciedad de sus calles y la gran variedad de sus gentes, razas y toda clase de máquinas -Soberbio... Magnífico- No lograba articular más que elogios

Me mantuve en silencio lo durante la mayor parte de lo que quedaba del viaje. La tónica de la conversación terminaba insinuando que fuéramos a permanecer juntos tras aquel trabajo. Sin embargo, salvo la curiosidad que despertaban en mi los poderes de Aradia, ninguno de los demás allí presentes me resultaba lo bastante interesante, ni tampoco resultarían ser ninguna pista para encontrar a quienes mataron a mis padres.

Aun así, desconocía las capacidades del asesino y también los motivos que le habían llevado a matar a mis padres, por lo que me convenía mantener a gente como Maan y Arghaton cerca. Entre mis planes no se encontraba morir cumpliendo mi venganza, simplemente era el objetivo actual.

- Ah, por fin - suspiré cuando alcanzamos la ciudad.

Colaboré con el resto de compañeros para desmontar la carga de los carromatos. Tenía intención de mantener los gastos en el mínimo indispensable, pero con las ganas que tenían los hombretones de beber me tocaría desprenderme de una cantidad que no quería para poder mantenerlos a mi lado.

- Me apetece - mentí -, necesito relajarme un poco después de este viaje.