Partida Rol por web

Trilogía Fuego de brujas: La noche más larga

Grupo B.- Acto I: La Caravana

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18/07/2017, 04:35
Narrador

Habéis sido contratados por el [Color=#FF0000]Gremio de Comerciantes[/color] en [Color=#008080]Corvis[/color] para recuperar los restos de una caravana atacada en el camino, a medio día de la ciudad, en un extremo del [color=#9400D3]Bosque del Viudo[/color]. El viaje de ida solo dura un día, pero dependiendo de lo que puedan recuperar serán los días de regreso. Por vuestros servicios, cobraréis 25 po cada uno al entregar las mercancias perdidas.

Todos van en caballos entrenados para la monta, prestados por [Color=#FF0000]Gunner Wadock[/color], el mercader que los contrató, a la cabeza de la expedición va [Color=#FF0000]Viggo[/color], mano derecha de [Color=#FF0000]Wadock[/color]. Se le ve bastante cabreado. Hasta ahora no habéis sufrido ningún accidente durante el recorrido.

-Dinero fácil, ¿eh?-

Grita [Color=#FF0000]Viggo[/color], desde su puesto en el frente de la formación.

-Ojalá todos mis viajes entre [Color=#008080]Felling[/color] y [Color=#008080]Corvis[/color] fueran tan tranquilos.

La formación está compuesta por 6 caballos de monta y 2 caballos de carga cerrando la marcha, estos últimos amarrados a una sola carreta. Que va vacía.

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18/07/2017, 20:36
Kandu Ramastillada

Estaba encantada camino a las fronteras de lo que una vez fue su casa. Hace un año que partió del Bosque del Viudo con ganas de saber que había más allá del bosque, que se escondía tras aquellos muros de piedra y metal que llamaban ciudades.

No tardó en darse cuenta de que aunque su origen pudiera provenir de allí, estaba más cómoda entre el follaje y los arboles de los bosques. Aún así ella y su lobo se habían mantenido en la ciudad de Corvis durante un año buscando el sentido de una vida industrial como la que llevaban allí sus habitantes para finalmente acabar uniéndose a una comitiva de mercenarios, un tanto peculiares, que le permitía conseguir aquellas monedas metálicas que la permitían comerciar con cobijo y comida y que de vez en cuando la permitía volver a su lugar de origen u otros entornos naturales como en esta ocasión.

Sonreía montada en aquel maravilloso corcel que le habían facilitado para el viaje. Había conversado con él y si bien su trabajo no era de los mejores le cuidaban perfectamente y cubría sus necesidades. Aquel corcel no había conocido la libertad y si se la llegaran a otorgar algún día, acabaría muerto por la imposibilidad de no valerse por si mismo. Lo mismo ocurría con los caballos de carga que siempre que podía se acercaba a ellos para infundirles ánimos.

Durante sus inicios en la ciudad, se metió en problemas por intentar poner en libertad a los animales para finalmente ver como volvían allí donde estaban encerrados. Para aquellos animales era lo normal y Kandu acabó aceptándolo como el orden natural creado en las ciudades muy diferente al del bosque. Cuan diferente era el mundo salvaje al mundo civilizado.

Moonfall también se movía excitado alrededor de los caballos, si bien al principio estos no estaban cómodos por tener alrededor un lobo, la actitud de Kandu con él y las palabras que les dedicó a los caballos transformaron ese miedo en una sensación de protección. Ya que el lobo no permitiría que nada le pasará a los animales a petición de la druida.

La voz de Viggo la sacó de sus pensamientos, parecía irritado. Les habían contratado para recuperar una mercancía de una caravana atacada y el hecho de no haber encontrado problemas parecía molestarle. Los problemas llegarían cuando intentarán recuperar las mercancías de aquellos que las habían robado.

- No conjures la mala suerte Viggo, cuantos menos problemas antes recuperaremos la carga. le dijo en tono apacible y tras decir esto usó sus fuertes muslos para dirigir a su caballo junto a los caballos de carga.

Notas de juego

Editado en el PC para corregir algunas frases a las que les faltaban palabras. El post original lo hice en la tablet. Ya me podéis disculpar.

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18/07/2017, 22:10
Raqick

-No... Si ya me lo advirtió el tío Micky... –

Tumbado en el fondo de un viejo carro de madera, sobre una pila de escombros y cacharros aparentemente inútiles –aunque ya conocen el refrán: la basura de uno es el tesoro de otro.- Raqick observa al cielo pensativo y menea el hocico con evidente disgusto, mientras repasa los acontecimientos que han traído sus bigotes hasta aquí...

Mientras su montura mecánica, una especie de rata portentosa, bestia hecha de placas de acero y otros materiales para Raqick desconocidos, tira del carro y sigue a la caravana invariablemente por el camino, con la cadencia precisa de un reloj, o de un artefacto gnomo. -

acabarás mal… que la vida fuera de la comuna no es como tú te piensas...

Raqick había dejado su vida, su familia numerosa, a su antigua caravana; no una caravana sucia y repugnante, formada por individuos andrajosos y malhumorados manchados de barro, como la presente. Su antigua caravana era una caravana ratfolk, y eso significaba una cosa: comodidad. Y otra cosa más importante: comunidad.  

¿Por qué demonios la dejaría Raqick atrás? La respuesta estaba delante de sus narices, tirando del carro hacia delante. El hombre rata dirigió una mirada tierna hacia su rata mecánica: verla viva era todo lo que necesitaba, y hacía que todo su sufrimiento mereciese la pena…  

Porque mantener la puesta a punto del ingenio mecánico requería más conocimientos de los que poseía, y le costaba más dinero del que era capaz de ganar… Pero horrorizado por la idea de que su familia desguazase el constructo para venderlo por piezas -lo único viable que un humilde comerciante humilde podría hacer con ello- Raqick se hizo al camino hasta la ciudad de Corvit, famosa en todo el reino por la calidad artesanal de sus siervos de acero, donde esperaba poder adquirir los conocimientos necesarios y ganar el dinero suficiente, para no tener que sufrir nunca más por el porvenir de su metálico amigo. Claro que lo que necesitaba ahora, también era dinero para comer.

Sus primeras lunas en Corvit le habían costado ya casi todo el dinero del que disponía… jamás hubiera imaginado que solamente vivir en una ciudad pudiera ser tan caro. Solo el precio del alojamiento… Cada minuto que pasaba en la ciudad valía su peso en oro, nada parecido a lo que él había conocido en su antigua vida como buhonero. Como mucho tenían que pagar algún soborno a la guardia para que les dejaran vender en paz su mercancía. En la ciudad era parecido, pero no solo había que pagar a los guardias también había que pagar una serie de “impuestos”, palabra hasta ahora desconocida para Raqick, al gremio de comerciantes.

Después de pagar algunos de estos impuestos, este había sido el primer trabajo verdadero que había consiguido del gremio de comerciantes. No es que pagasen demasiado bien pero por algo había que comenzar. Con 25 monedas de oro podría comprar los materiales para hacer una poción…venderla por 50… y hacer dos pociones más… y venderlas por 100… y así hasta que pudiera costearse su vida en Corvit. O esa era la idea.

Porque volver a su antigua caravana para ver como sus seres queridos despiezaban a Tsiqi… no era una opción.  

-Dinero fácil, ¿eh?- Grita Viggo, desde su puesto en el frente de la formación.

Raqick había conocido el mundo suficiente para saber que esto del dinero fácil… no es algo que exista realmente. Suena más bien a lo que se le diría a un pardillo para colarle mercancía defectuosa. No es que estuviera orgulloso de ello, pero durante su estancia en Corvit, su ingenio agudizado por el hambre le condujo a a timar a algún que otro paisano para poder costearse un día más en la ciudad.

Si el tio Micky me hubiera visto en ese momento… ¡Qué vergüenza! Toda la reputación de los ratfolk como justos comerciantes, tirada a la basura!

- Eso mismo díselo a los comerciantes... o los pedazos que hayan dejado los bandidos, cuando estemos recogiendo sus despojos… - Raqick acompañó el comentario con una medio sonrisa que dejó entrever, sus dientes pequeños y afilados. Tampoco era cuestión de meterse con un bruto que le doblara en altura… pero sinceramente pensaba que el comentario sería de algún extraño modo del agrado del capataz. Del tipo de humor rudo, directo, de la gente del norte. Además cuando mides tres pies de alto más te vale que piensen de ti que eres un tipo duro… al que no se la dan con queso. - Aunque te reconozco que hacía tiempo que no me daba un paseo tan tranquilo como este por el bosque… - El hombre rata pega un respingo y salta desde el carro al lomo de su montura mecánica, anticipándose al mal que Viggo -en las palabras del domador de lobos ¿druida?- acababa de conjurar. - Sea demasiado tranquilo incluso… 

Notas de juego

Perdonad chicos, valga este post también como una introducción a la historia del personaje, que nunca llegué a escribir. En el futuro intentaré ser un poco más breve.

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18/07/2017, 22:44
Ulrich Von Kleist

No se que queria  Iomedae de mi, ni por que me llevaba por caminos que yo en mi sano juicio no pisaría en ninguna de mis vidas, pero da la casualidad que mi vida no ha sido normal nunca.

Todavía me acuerdo mis últimos días en el monasterio y como mi padre, que es como llamaba al maestro Albert, pues al ser huerfano el se hizo cargo de mi  en todos los aspectos, educación, alimentación, ropajes... me miraba con seriedad y  con el ceño fruncido ( la cara que ponía siempre cuando me tenía que dar malas noticias) , plantado en la entrada, aguantado la puerta principal y señalando con un dedo el exterior.

 Yo le miraba con cara sorprendida y esperando una explicación a este enigma del cual no tenía respuesta, el maestro Albert alargo el silencio de manera teatral y después de tomar aire, me dijo

 - Ul aquí acaba tu vida para empezar una nueva, Iomedae te trajo a mi para que te convirtiese en su palabra y su brazo y eso no lo puedes ser mientras sigas entre estos muros. Así que coge mis ultimos regalos  ( señalando una espada y una mochila) e inicia un nuevo sendero donde tu eres quien eliges que dirección tomar.

No hubo más, ni abrazo, ni apretón de manos, sólo el chirriar de un portón cerrandose y la tenue imagen de una lagrima resbalando por su mejilla... esa fue la última vez que vi a mi maestro, después de eso fui recorriendo pueblos, ciudades, tabernas con la certeza de que me iba a comer el mundo y convertir a todos para que la Verdad y la Justicia sean su único ideal, pero como todo joven lleno de ilusiones y sueños, lo único que recibí fue golpes y desilusión.

Me habían educado y enseñado a lo que tenía que hacer y en que creer, pero no me dijeron como era el mundo detras de la puerta... un mundo egoista, sin valores, donde la codicia y la violencia estaban a la orden del día, un mundo que me hizo pensar que no tenía salvación, pero algo cambió una luz de esperanza me hizo cambiar de opinión, una mano me saco del agujero sin fondo en el que mi espiritu habia caido... descubrí que también habia gente amable, sincera, debota, capaz de ser bondadosa, de reir, llorar y amar y entonces entendí por que Iomedae me eligio.

Debia ayudar a esta gente,  a todos pues a veces el alma perdida solo necesita que le indiques cual es el mejor camino a seguir y así lo hice y no fue una tarea facil.

Y otra cosa que descubrí es que eso no te pagaba la comida, ni la ropa, ni los lugares donde dormir, entonces empece a buscar como conseguirlo y como mis dotes con la espada eran  un metodo para ganar esas monedas que me faltaban, comence a apuntarme a caravanas de comerciantes, que pagaban bien y de manera gratuita me llevaban de pueblo en pueblo para poder de esa ayudar a quien lo necesite.

Y aquí me encuentro en una comitiva dirigida por Gunner Wadock, quien me prometio dinero por un viaje sencillo y rápido y de momento así ha sido, pues ni yo ni ninguno de mis cuatro compañeros, hemos sufrido daño, excepto picotazos de mosquitos y alguna que otra sanguijuela al meternos en el rio. Aun así nunca es bueno relajarse

 Mi querido señor Gunner, comparto lo dicho por la joven Kandu, es de sabios esperar hasta el final antes de vaticinar que nuestro camino esta limpio de problemas, la impaciencia es mala consejera y puede llevar por senderos erróneos 

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19/07/2017, 01:02
Samaara

Samaara se sentía extrañamente cómoda con los integrantes de ése peculiar grupo, una rata, una druida que buscaba integrarse a la civilización, un sujeto de lo más misterioso de ojos extraños, y un clérigo que más bien parecía un caballero dispuesto a enterrar su espada sobre sus enemigos. Y eso era porque ella era una Tiefling; tenía ascendencia demoniaca, pero no sabía hasta que punto. Mientras meditaba en eso se tocaba los cuernos debajo de la capucha que traía.

-Kandu, podrías tranquilizar a mi caballo? "De nuevo"-
Samaara tenía problemas con los animales, estos se ponían nerviosos en su presencia y le huían, ya estaba acostumbrada, pero era un alivio contar con Kandu, que era totalmente lo contrario.

Lo que no era un alivio era el clérigo que los acompañaba, Samaara no era mala, pero tampoco se podía decir que era buena, y lo que es peor, había una profecía que apareció tras su nacimiento, diciendo que se convertiría en un demonio completo con ayuda de una deidad, pero a ella no le agradaba la idea y había luchado toda su vida para mantenerse "neutra" al menos.
Otra cosa sería como se lo tomaría el clérigo, "Ul", había escuchado que así le decían pero ella nunca le había dirigido la palabra, cosa que se lamentaba, ya que debido a su naturaleza y al monasterio en que fue criada, estaba totalmente instruida en los saberes de la divinidad, preparándola para el momento en que aquella divinidad de la profecía se mostrara ante ella. Podrían hablar largo y tendido sobre esos temas, aunque daba la impresión de que el clérigo era más dado a las armas que a la oración.

-Unas horas más y será de noche de Viggo, pensé que la caravana estaba a medio día a caballo- Le dijo al sujeto de adelante algo preocupada. - ¿No deberíamos haber llegado ya? -No le daba miedo la oscuridad, pero si las criaturas que venían con ella.

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19/07/2017, 04:08
Zelditch

"Un dia a la vez, un trabajo a la vez" pensaba, no con dificultad, pero si una vaga indiferencia. Una indiferencia que se notaba a kilometros de distancia, una indiferencia que podria confundir a los mas despistados haciendoles creer que van en compania de un pedazo de chatarra sin vida o conciencia alguna.

"Un dia a la vez, un trabajo a la vez" Es lo unico que pasaba por mi cabeza mientras ignoraba palabras, enunciados,  expresiones que no tuvieran nada que ver con la expresion "Todos al ataque!". Expresion por la cual habia sido programado, expresion de la cual mi existencia y creacion habia sido basada.

No es que no tuviera la capacidad de entablar conversaciones de temas selectos con alguno de los presentes, pero tampoco podria decirse que me llamara mucho la atencion entablar conversacion con alguno de los presentes. Finalmente la unica razon por la cual me encontraba dentro de este escenario era el oro. El oro y obviamente cumplir con la tarea que haria efectivo la entrega del oro por parte de mi contratista.

Seguiria indiferente ante expresiones mundanas que intentaban que el viaje y mision por la cual ibamos a cobrar se hiciera mas amena. Indiferente, hasta que el momento lo requiriera.

Notas de juego

Saludos y vaya que le echaron ganas con los mensajes. Me alegra estar con ustedes, siento que aprendere mucha cosas.

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19/07/2017, 07:19
Viggo

-Saben qué? Tienen razón, lo mismo pensó el viejo [color=#ff0000]Wadock[/color] y la caravana terminó  a medio camino, así que estén alertas, y cuidando donde pisan; esos [color=#8B4513]Gobos de Pantano[/color] nos habían tendido una trampa en el suelo. -Luego de un breve silencio comentó -en un momento llegaremos -

-Estos mercenarios se ven más tranquilos que los anteriores- Piensa [color=#ff0000]Viggo[/color], -Pero son igual de extraños- mira de reojo al sujeto inexpresivo, -al menos el trabajo es más fácil-

[color=#ff0000]Viggo[/color] cambió el semblante al recordar como el viejo [color=#ff0000]Wadock[/color] le había hechado la culpa de todo, en ese momento juró que tendría su propia caravana, con cocinero incluido!

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19/07/2017, 07:44
Narrador

Entran al terreno pantanoso del [Color=#9400D3]Bosque del Viudo[/color], el terreno se va haciendo fangoso, de un lodo profundo, los árboles retorcidos entrelazan sus ramas en lo más alto de sus copas y obstruyen la luz del sol, de tal manera que ahora el camino solamente es iluminado por una especie de pequeños hongos luminiscentes que salen de los troncos de algunos árboles.

Una media hora después de haber entrado en el pantano, encuentran la escena de la caravana: Lo primero que se dan cuenta es el olor viciado de la sangre de dos animales medio enterrados en el lodo, eran los caballos que iban al frente de la caravana; habían caido en una especie de pozo/trampa que los había matado en cuanto cayeron. Detrás de la trampa se encontraban 4 vagones de caravanas, sólo el primero estaba en malas condiciones, tumbado en uno de sus costados y con algunas ruedas rotas, los demás parecían ilesos, escuchan el sonido de unos caballos cerca, y no hay ninguno atado a las carretas.

-Hemos llegado- Anuncia [color=#ff0000]Viggo[/color] analizando la situación - Revisen todos los vagones, y los cofres que están a los lados. Mientras más cosas recuperemos mejor.

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19/07/2017, 21:30
Raqick

La escasez de luz no era problema para el hombre rata. En su genética estaba que los ratfolk pudieran moverse por la oscuridad tan bien como a la luz del día. Se habla incluso de comunidades enteras adaptadas a vivir en entramados gigantescos de galerías subterráneas, que no conocieron nunca la luz del sol.  

El terreno sin embargo sí era algo más problemático para Raqick. No por él, que era por si mismo bastante ligero y podía caminar sobre el fango con relativa facilidad. El problema era sobre todo por el carro y la montura. Con todo su peso, era sencillo que pudieran quedarse enganchados en el terreno.
 
A quien se le ocurre meterse por aquí con una caravana... - Espetó Raqick, que no se contuvo a pesar de posiblemente herir algún orgullo profesional con su comentario. O quizá precisamente por eso. Porque como profesional caravanero esto era de clamar al cielo... De todas formas no quiso incidir más en el asunto y cambió rápidamente la conversación hacia algo que le había llamado poderosamente la atención - pero cómo...¿Gobos del pantano, dices? ¿Gobos... de goblin? - Raqick levantó el hocico por encima de su cabeza y afinó bien las orejas... 

Desmontando del animal Raqick echó mano de una lanza tirada en su carruaje y empezó a caminar por delante de su rata mecánica, utilizándola a modo de bastón o guía para tantear el terreno delante de sus pies como avanzadilla.

- Si hay goblins entonces será mejor que en adelante procuremos no hacer mucho ruido... - su tono de voz había bajado hasta hablar en susurros. 

- Mucha gente los infravalora, pero son criaturas inteligentes y astutas... Expertos en tender emboscadas y endemoniadamente creativas fabricando sus trampas...  Una vez tuve un maestro que me enseñó a hablar su idioma. Los odiaba con toda su alma, pero no podía dejar de reconocer la valentía de algunos de sus artefactos. Por eso me enseñó a entenderlos. Si no os importa, después de hacer el trabajo y antes de irnos me gustaría examinar rápidamente la trampa de cerca. Estoy seguro de que no andará escasa de ingenio... 

El hombre rata guío a su montura hasta una pequeña elevación del terreno -un poco más seca o no tan enfangada- y desenganchó allí su carro. Antes de ponerse a recoger la mercancía que habían ido a buscar, rebuscó en su propio carro hasta sacar una especie de cofrecito con dos asas como de mochila, que guardó dentro de las alforjas de su montura. Fuese lo que fuese lo que guardase en su interior debía de ser demasiado valioso para que Raqick quisiera dejarlo desatendido dentro del carro. De su montura se podía fiar casi más que de él mismo.

Una vez el cofrecito estuvo a buen recaudo intentó dar una orden a la rata. - ¿Vigilas?- señalando el perímetro que rodeaba a la caravana con el dedo y dándole sendas palmaditas en la cabeza como si se tratara de un perro bien adiestrado. Luego cargó la pequeña ballesta que colgaba de su cinturón con un virote y con la lanza en la mano, clavándola por delante suyo para asegurar bien por donde pisaba, se puso manos a la obra tal y como había ordenado el capataz, revisando primero los vagones de los lados. 
 

Notas de juego

Dire, tu ya me dirás lo que tengo que tirar (a los dados me refiero) si es que tengo que tirar algo :D

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19/07/2017, 23:16
Ulrich Von Kleist

Por fin llegamos a nuestro destino, al irnos acercarnos comenzamos a ver una serie de carromatos enfrente nuestra, que parecen en bastante buen estado, menos el primero que parece ser el que ha recibido mas daños.

Me apeo de mi caballo y lo ato en un árbol cercano, no me fio y oyendo los relinchos de los alrededores parece que hay algo en los alrededores que está asustando a las bestias y no quisiera volver a Corvis andando.

Comienzo a seguir a Raqick y a su extraña compañia, no me puedo creer lo que veo, un ser metalico y que se mueve, es más parece que lo entiende y le hace caso y en la soledad y privacidad del campamento le he visto mantener conversaciones con él  y tratarlo como a un hijo, pero quien soy yo para juzgarlo.

Asi que comienzo a andar, con alguna que otra precaución y con mis armas en ristre,  despues del aviso de Viggo de que en esta zona hay gobos, cualquier precaución es poca, unos seres carroñeros y que no tienen ningun tipo de miramientos para conseguir lo que desean y aquí esta la prueba.

Me acerco a la fosa donde yacen los cadáveres de los jamelgos que tiraban del primer carro y tocando la vaina de mi arma rezo una plegaria - Iomedae guia mi bendita arma y ayudame a castigar a los viles seres que han causado tanto mal, convierteme en tu arma vengadora-

Después me pongo a ayudar a mis compañeros, sin dejar de vigilar lo que nos rodea, no me fio de que estemos solos

 

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20/07/2017, 02:45
Samaara

Habíamos llegado al lugar y la escena era algo tétrica, a decir verdad me daba algo de miedo la rata mecánica de Raqik, en la oscuridad si que resaltaba ese brillo extraño en su pecho, estoy segura que si alguien lo ve de lejos de noche, pensará que son los ojos de un ser extremadamente grande... Había mucho silencio, y el olor a sangre seca casi no molestaba.

-Una, dos, tres, cuatro... Viggo, Wadock había dicho que serían 5 carretas, falta una - Digo mientras me bajo del caballo y lo amarro cerca de donde el clérigo, - y creo escuchar los otros caballos cerca- Me quedo viendo la escena y asumo que habrá que mover la de enfrente, quizá arreglarla y usar los caballos que traíamos para regresar las demás.

- Revisaré las carretas de atrás - Lo hago estando alerta a los llamados gobos, la oscuridad no me supone ningún problema. -Con permiso ratita- Digo adelantándome a raqik, que va tentando el suelo mientras yo camino como si nada, aunque bastante lento - vaya, el lodo se hace cada vez más profundo, tengan cuidado- todo el pie se undía, hasta los huesitos que sobresalen del pie, maleólos? no recuerdo. Al llegar a las carretas, empiezo revisando el contenido de la tercera y los cofres a los lados.

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20/07/2017, 03:34
Viggo

-Es el mejor camino sabes... [color=#008080]Corvis[/color] se encuentra asentada en tierra pantanosa, es lo malo de haberse fundado justo donde se juntan los ríos - Le digo al roedor parlante, se nota que es un buen mercader, quizá lo contrate cuando tenga mi propia caravana.

Me llevo una mano detrás de la cabeza, y respondo a la chica en pocas ropas - Es cierto, pero estamos aquí para rescatar lo que se pueda, supongo que si encontramos esa otra carreta podré pedirle al viejo [color=#ff0000]wadock[/color] que aumente la paga, pero ya es cuestión de ustedes, por lo pronto tendremos que levantar la carreta, y veré que puedo hacer para arreglar las ruedas, los demás empiecen a registrar las otras - Digo señalando la segunda y última carreta. Luego llamo a los demás caballos con un silvido, si están por ahí correteando vendran enseguida-

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20/07/2017, 03:38
Narrador

Te enteras de que faltan ambos cofres de la primer carreta, que por lo demás ya descrito, está en perfectas condiciones, también la segunda carreta está en el mismo estado, pero esta si tiene sus cofres a los lados.

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20/07/2017, 16:08
Zelditch

-A la orden señor Viggo! diria con palabras secas pero con un tono de voz intimidante. Finalmente habiamos llegado a nuestro destino despues de un largo viaje. Muchas observaciones se habian realizado acerca de la carreta, muchas suposiciones y cuetionamientos acerca de la posible causa que pudo haber dejado las carretas varadas, sin embargo no nos pagaban para ello.

Yo solo seguia ordenes por lo cual no me molestaba en suponer u observar alrededor. Seguiria las ordenes tal y como me las planteaba el contratista o el representante del que nos iba a pagar. Me dirigiria a la ultima carreta para examinarla y reportar lo observado a Viggo.

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20/07/2017, 18:48
Raqick

Nada en la primera caravana, al menos no ninguna mercancía...
 
Raqick levanto el hocico del suelo y vio como el resto de compañeros ya se estaban ocupando de los otros carruajes... así que siguió buscando: Lo primero que hizo fue subirse a lo alto del carro que tenía enfrente y tratar de divisar a los caballos sueltos que todavía andaban por la zona. Si se habían roto las correas debería de haber quedado algunos restos en el carruaje;
y si los caballos se habían desatado sin romper la cuerda ¿desatados cómo? ¿por ellos mismos? Eso sería difícil de creer... 
 
El hombre rata también buscaría en la vegetación, rastros o marcas en el lodo, o algún resto por el suelo que le indicaran hacia donde se podría haber marchado la última caravana que quedaba por encontrar. O señales de combate o algún indicio de que hubiera habido, o hubiera en ese preciso instante, actividad en la zona que no fuera la propia...

Son muchas las cosas que uno puede encontrar si sabe simplemente mirar bien... 
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

@Dire: Todavía no has explicado muy bien cómo vas a dirigir el tema de las tiradas... pero voy a dejar una oculta de percepción hecha, con mi modificador base, por lo que pueda surgir y para adelantar un poco.

Por eso y por qué no reconocerlo, porque me apetecía estrenar los dados :D
Luego tu ya decides si la utilizas o no o qué haces con ella... y como debemos hacerlo en el futuro.

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20/07/2017, 19:05
Kandu Ramastillada

Escuchó la voz de la tiefling pidiéndole ayuda con su montura. Al igual que ocurrió al principio con su lobo, parecía que el corcel sobre el que cabalgaba no se encontraba cómodo con su jinete, a pesar de que aun con aquella apariencia tenía un cierto halo de bondad, nada que ver con aquellos que compartían su raza. Sin duda, la forma de sentirse ella en la ciudad no debería ser muy diferente a la suya propio, aunque en raza se identificaban su cultura era un mundo totalmente diferente y opuesta. Desde su forma de vestir hasta la forma de pensar y actuar.

- No te preocupes yo me ocupo. la dijo con una sonrisa de complicidad. Se bajó de la grupa de su caballo y se detuvo delante del caballo de Samaara que se detuvo ante ella agitado. Kandu acercó su cabeza y la apoyo sobre la frente del caballo y comenzó a susurrarle en el idioma natural que la habían enseñado, las emociones que debía sentir la tiefling ante el mundo y que seguramente solo buscaba ser aceptaba, ya que su apariencia no era realmente lo que había en su interior. Le acariciaba por debajo del morro y finalmente cuando el caballo parecía más tranquilo le dio un beso en la frente y acarició su cuello. - Es un buen caballo, si lo tratas con cariño no se pondrá más nervioso, ya que no va a prejuzgarte más por tu raza. dicho esto se montó sobre su propio caballo y continuó en movimiento junto a la Tiefling compartiendo el camino en un grato silencio. Reflexionó sobre el raro grupo que se habían juntado donde los más normales en apariencia eran Ulrich y ella, ya que el resto eran sin duda peculiares. Raquick y su acompañante mecánico la tenían loca, no entendía como aquella máquina podía tener vida y la forma en la que él trataba a su artefacto era muy similar a la de ella y su lobo. Sin duda sería algo que llegaría a estudiar para entenderlo un poco más. Por otro lado tenían un artefacto humanoide poco hablador y de origen desconocido, otra incognita para ella. Y finalmente tenía a Samaara al lado, cuerpo infernal pero sin embargo no actuaba con maldad.

Ante el aviso de Viggo estuvo atenta al terreno, lo último que necesitaban era meterse de lleno en una trampa por lo que avanzo en vanguardia observando las configuraciones del terreno. Al entrar en el pantano el terreno cambio y el espectáculo de luces naturales creados por los hongos maravilló a Kandu. Adoraba estos efectos creados por la inteligente naturaleza. Poco duro su alegría observando las bellezas naturales de su antiguo hogar ya que encontraron la caravana. Dos caballos que habían sufrido una terrible muerte y por los que Kandu derramó unas lagrimas mientras se conjuraba a la madre naturaleza para que los protegiera en el cambio de ciclo natural.

Bajo del corcel, tranquilizándolo y encomendadole a que no se moviera de donde le había dejado si no había peligro y si lo hubiera que no se alejara demasiado ya que el grupo acabaría con cualquier amenaza. Desenfundó la lanza del caballo, ante la sugerencia de Raquick y apoyándose en ella comenzó a observar la trampa que les habían tendido buscando rastros de huellas y su dirección. Los relinchos de caballos en la lejanía no reparaban nada bueno, le preocupaba pero primero tenía que asegurar la zona. Al oir a Viggo Silvar, Kandu hizo lo mismo con la intención de atraerlos hasta la posición en la que se encontraban mientras el resto buscaba entre los carromatos. Silvó en diferentes tonos y frecuencias, unos más cortos y otros más largos tal y como había sido enseñada.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada de trato con animales no se si servirá de algo para este caso concreto.

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20/07/2017, 22:48
Ulrich Von Kleist

Empezamos a desplegarnos por la zona, registrando los carros y sacando todo aquello que parezca valioso, útil, o que cumpla los requisitos que nos han comentado como mercancía valida.

Se notaba el nerviosismo y como todos mirábamos cada dos por tres al vacio por si veiamos algo moverse o algún signo de peligro.

Kandu comenzó a llamar a los caballos perdidos y creo que es la persona más adecuada y preparada para ello, aunque espero que eso no sea también un sistema para avisar a elementos hostiles de que estamos por aquí.

Bueno espero que encontremos lo que nos hace falta y sigamos hacia Corvis

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21/07/2017, 01:48
Samaara

Revisando la tercera carreta me doy cuenta que está en perfectas condiciones, abro los cofres para ver la mercancía y encuentro distintos tipos de tela y varias herramientas, todas sin ningún rasguño - Aquí está todo entero! - Grito a Viggo aunque a mitad del mensaje bajo la voz, viendo que todos están en actitud de sigilo, dentro de la carreta me entero que tiene pequeños agujeros en la tela, y algunos dardos encajados - Chicos!, al parecer fueron atacados con dardos desde lejos - Les digo susurrando, ya me estaba haciendo una idea de lo que había pasado, pero que fue de los mercenarios que custodiaban la caravana?, no sé si será correcto preguntar.
Por un momento pensé en cargar las cosas para pasarlas a la otra carreta, pero como estaba en pefectas condiciones, sería mejor que usaramos los caballos, "será mejor que no me vean o saldrán corriendo de nuevo" pensé.

Luego escuché a Kandu llamando a los caballos, y sonreí para mi, era una habilidad sorprendente, estar en comunión con toda la naturaleza debía ser una experiencia única, Kandu era todo lo contrario a mi; yo me sentía forastera hasta en mi propio mundo.

Raqik estudiaba la primera carreta, yo la tercera y el sujeto callado, Zelditch la última. EL clérigo Ulrich también hacía lo suyo, pero no me quedaba claro donde estaba, seguramente en la segunda carreta, "Me pregunto si esos dos tendrán alguna relación, sus nombres son tan parecidos"

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21/07/2017, 02:05
Narrador

El grupo se pone a investigar el contenido de las carretas de la caravana; encontrando lo siguiente:
La carreta #1 está vacía totalmente de los cofres,
La carreta #2 está en perfectas condiciones, pero por dentro encuentras cajas de madera quebradas con restos de alimentos.
La carreta #3 tiene telas y algunas herramientas
La carreta #4 contiene algunos cuadros y otras pinturas. además de herramientas.

Las cuerdas de los caballos han sido arrancadas a la fuerza.

Todas las mercancías están en perfecto estado, menos las de la 2 que han sido robadas, y falta la última carreta, además la mayoría de las carretas tienen 3 o cuatro agujeros de dardo. Lo cual comunican a [color=#ff0000]Viggo[/color].

Momentos después llegan 3 caballos que se detienen dócilmente frente a [color=#ff0000]Kandu[/color] y [color=#ff0000]Viggo[/color], 5 menos de los que esperaban. (Cada carreta es tirada por dos caballos)

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21/07/2017, 02:56
Viggo

-No me sorprende la verdad, esos [color=#8B4513]Gobos de pantano[/color] normalmente sólo son una molestia, pero esta vez se han pasado de listos, deben de tener algún nuevo jefe o algo así- explico al grupo - Sé que no todos los gobos son así, incluso en [color=#008080]Corvis[/color] conozco a algunos muy majos - Digo recordando a los que trabajan en [color=#ff0000]La Unión[/color], - Ojalá lo que tuvieran de ingenio lo tuvieran de sociales - acto seguido levanto los hombros en actitud resignada.

-Desgraciadamente faltan las cosas más importantes, se han llevado las armas y las pieles de calidad, y lo más probable es que ya se han comido todos los alimentos - Empiezo a perder la compostura. - Pero con los caballos que traemos será suficiente para regresar. - Después de todo no nos están pagando por arriesgar nuestras vidas, "al menos no esta vez".

-[color=#ff0000]Zeldritch[/color], ayúdame a acomodar la carreta, necesitamos músculos y tú pareces tener bastantes