Partida Rol por web

¿Suero? ¿Le habrían inyectado a Amuro lo mismo que a mí y al resto? No me sorprendía, no era la primera vez que el ejército mentía a sus soldados... pero hacer pasar un suero por vacuna... se me antojaba extraño.

Sacudí la cabeza intentando despejarme. No importaba. Si el general lo había visto apropiado estaría bien. Sólo me importaba una cosa, cumplir la misión.

Acomodándome en mi asiento cerré los ojos para intentar dormir, aunque aguanté un poco más despierto para escuchar la conversación...

¿Suero? Recuerdo inyecciones... y haber tratando de resistirme... ¿Habría sido capaz de hacerme eso? Que hijo de puta... Sentí rabia, e ira, y apreté los labios con fuerza mientras se desenvolvía la conversación.

Alcé una ceja ante el tono condescendiente del señor Brown... Pero ciertamente no sabía pilotar... además... Perdida la amenaza el señor Stark y yo podíamos entretenernos con otras cosas y esa idea me agradó... pero la rabia hizo que no pudiera contenerme.

- A mi SI que me atañe. ¿Qué mierda me han metido? - Mire a Ethan a los ojos, mientras apretaba los puños. Odiaba a los médicos, a los médicos, a los experimentadores y a cualquiera que quisiera meterme alguna mierda de sustancia en el cuerpo que no fuera una droga de las buenas.

La rubia tenía razón estaba metida en todo esto tanto como los demás, así que lo mejor era hablar con ella antes de que hablar de más le pudiera traer algún problema.
Señorita Rachel si es tan amable me acompañaría unos instantes para poder hablar con usted.
Mire a Stark y antes de que pudiese decir nada, Tranquilo señor Stark no entretendré  a su… “Copiloto” más de lo debidamente necesario.

- Señores, ¿Estan diciendo que el general Hoover esta tan rematadamente loco que les a inyectado ese sucedaneo del suero del supersoldado, altamente inestable que se deshecho hace meses?.- pregunto Stark entrometiendose.- Yo participe en el experimento que convirtio a ese muchacho en el capitan america pero lo que han hecho con ustedes no tiene nombre.-  Stark resoplo.

- Cuando vuelvan pienso ocuparme de que reciban el mejor tratamiento medico para asegurarnos de que contaran con secuelas... y por supuesto los cuidados necesarios para la señorita.- aseguro sintiendose responsable de algun modo.

Se giro y volvio a la cabina.- Vuelvo a mi puesto señores, señorita copiloto, cuando este lista continuaremos nuestra clase de vuelo.

Aseguro y cerro la puerta tras el.

Brown no dijo nada limitándose a mirar a Stark bajo una nueva luz. Así que el ricachón había estado metido en la fabricación del muchacho de barras y estrellas. No sabía porque no le extrañaba... Suspiró cansado al menos se ocuparía de la muchacha a la vuelta. Se encogió de hombros. Si volvían.

¿El suero del supersoldado? Habían experimentado con nosotros, cada vez era más evidente. No pensé ni un segundo en los posibles efectos secundarios, por mi mente sólo pasaron las proezas que se contaban del Capitán América... si el suero podía proporcionarme habilidades parecidas podría servir muchísimo mejor a mi país...

Si había efectos secundarios tendría que ser fuerte y sobreponerme a ellos.

Intenté que esos pensamientos no me distrajeran... de momento tenía una misión que cumplir, luego a la vuelta hallaría respuestas... de una forma u otra pero hallaría respuestas.

¿El Suero de super soldado? TOMA YA! Será hijo de puta... no solo me alista en el ejército, el muy cabrón experimenta conmigo. Noté como la ira ardía en mi interior. "Te mataré, maldito hijo de puta", pensé... Esta vez se había pasado de la raya. 

- Vuelvo enseguida... - Sonreí al señor Stark por su amabilidad, y me giré hacia Ethan con gesto frío. - En cuanto sepa que mierda me han metido en el cuerpo...

Me puse junto a ethan, y con un sonrisa irónica concluí. - Hablemos.

Sr. Stark no se dé que me habla y por supuesto aunque lo supiera y repito que este no es el caso, dudo mucho que tenga autorización para hablar de ello por lo que hare como si le hubiese escuchado, cuando terminemos esta misión como si nos quiere pagar una estancia en un balneario de lujo, pero hasta que ese momento llegue será mejor que se dedique a su cometido… por el bien de todos.
Acompañe a la Srta. Rachel a un lugar un poco más apartado.
Señorita Rachel, empecé hablar mientras me arremangaba la camisa hasta el lugar donde aun estaban las marcas de los pinchazos.
Dudo que yo sea el único al cual han cosido a pinchazos y he contado al menos 6, desconozco que nos han pinchado. Lo único que le puedo decir es que al ejército no le gusta que se hablen de sus programas secretos. Lo único que podemos hacer es llevar a cabo esta misión y después pedir explicaciones al General Hoover.
Señorita Rachel le estoy dando un consejo, he participado en ciertos programas clasificados y se cuales son las consecuencias de airear cierta información. La mejor opción es hablar directamente con Hoover.
El señor Stark seguro sabe las consecuencias que le puede traer hablar de esas “cosas” y le puedo asegurar que a pesar de todo el dinero que pueda tener, no es buena idea entrometerse en temas militares clasificados como alto secreto.

¿No puedo hablar de algo donde estoy implicado con personas que estan implicadas? ¿que secreto se rompe si todos lo conocen? y sobretodo me gustaria preguntarle ¿Que no se compra con dinero? Le sorprenderia señor, pero todo en esta vida tiene un precio, hasta los generales de relucientes medallas... Esos tipos nunca tienen bastante de esas cositas relucientes que coleccionan y lucen en los uniformes y ni se imagina cuantas estan compradas en efectivo.

 Se encogio de hombros y dejo de hablar del tema.- Pero como gusten, si alguien quiere charlar... del tiempo, estare en la cabina.

Brown se limitaba a estar junto a la japo con los ojos cerrados. Fingiendo dormir aunque muy atento a todo lo que sucedía a su alrededor, no pudo evitar sonreír aunque mantuvo los ojos cerrados. Era divertido escuchar a los blanquitos maldecir y ponerse nerviosos por que les tratasen como ellos llevaban tratando a los negros durante más de doscientos años. 

Divertido se mantuvo en silencio.

Tomé nota mentalmente. Pediría explicaciones al general Hoover, y al capitan Eduard Stevens. Por la vía oficial, o por la no oficial, pero me darían respuestas.

Traté de descansar el resto del viaje, nos esperaba una misión difícil.

Mis ojos se encendieron, y tuve que contenerme para no hacer ninguna gilipollez. Apreté los puños y lancé una mirada furiosa a Ethan. 

- Perdona señor... peterson, o como sea...  Lamento decirle que no tiene ni puta idea de como es el general Hoover, y si cree que ese hijo de puta le va a contar algo ya le voy a aclarando que está completamente equivocado. Me importa una mierda si al ejército no le gusta que hable del tema. Me han metido algo y pienso saber que es, si sabe algo le aconsejo que me lo diga.

Parecía que estábamos hablando en idiomas diferentes, Stark por una parte no entendía en que le podía comprometer informar a un grupo de militares y civiles sin autorización a esa información de haber participado en la creación del hombre barras y estrellas en la cual participo. ¿Acaso no sabía lo que significaba información clasificada? Además alardeaba de pagar las estrellas de algunos generales, pero aquí no estaba solo el general Hoover, estaba el Capitán Eduard y había oído autenticas salvajadas sobre él.
Y después estaba la “amiguita” de Stark, Rachel la cual según ella conocía al General, no sabía si este me contaría algo o no, pero sabía que si a su lado estaba el Capitán con la peor reputación y el cabronazo más grande de todo el ejército americano no podía ser por casualidad.
Señorita tiene usted toda la razón no conozco al General Hoover, pero no es él quien me preocupa. Solo pretendía darle un consejo ya que para mi esta no es mi primera vez, pero pensándolo mejor usted ya es mayorcita para saber que se hace.
No tengo más que decir sobre el tema. Si lo desea regrese con el Señor Stark estoy seguro que le podrá ofrecer los mejores cuidados que se puedan comprar, nosotros tenemos una misión que llevar a cabo tanto si nos acompaña como si no.
No me gustaba imponer mi graduación pero íbamos a estar en medio de Alemania y la misión debía cumplirse, no había lugar para esas discusiones cuando entrásemos en territorio enemigo.
Pero si decide acompañarnos acatara mis órdenes como los demás y en caso de que me ocurriese algo las del Cabo Brown, píeselo señorita Rachel tiene de tiempo hasta que el Señor Stark nos de la señal de 40 minutos para llegar al objetivo.
Hice un fugaz saludo y me dirigí a mi asiento a descansar, no quería seguir discutiendo con aquella mujer, así que la deje que continuase sus “clases de aviación” con el señor Stark con el que se mostraba algo más que amable. Recordé unas palabras de mi abuelo el cual me decía, que la mejor manera de saber si una mujer le interesas tu o tu dinero es que no sepan que lo tienes y esta sabía muy bien lo que tenía Stark.

Hanna no podia dormir. Despues de que la bestia apareciera era imposible conciliar el sueño pero se sentia agotada. Se levanto y miro al hombre negro con los ojos cerrados. Parecia descansar tan agusto que Hanna decidio acortar la distancia para ver si el sueño se le contagiaba. Como una niña y sin avisar coloco la cabeza en la pierna del hombre. Se relajo y sintiendose mas protegida se durmio.

Brown abrió los ojos de golpe al notar la cabeza de la chiquilla sobre su cabeza, pareció que estuviese apunto de sufrir un ataque de pánico. Levantó las manos por encima de la cabeza y por un segundó hizo el ademán de levantarse como si una víbora estuviese reptando por la pierna.

Al fin reunió valor y se quedó donde estaba con la espalda muy recta en completa tensión. Pero la niña seguía acurrucada junto a él con los ojos cerrados y no se atrevió a moverse. Cruzó los brazos sobre el pecho y empezó a entonar una oración silenciosa. La siguió mirando durante un buen rato, al final el enorme negro casi llegó a sonreír.

Me aseguré de estar bien equipado, con un par de armas de corto alcance, y la mejor arma que pude encontrar de largo alcance. Cogí toda la munición que podía llevar encima, pero con intención de no ir muy cargado, y el resto del viaje lo pasé sentado lo más cómodo posible intentando dormir y descansar.

Tenía mucho en lo que pensar: primero la misión, y luego mi misión personal a la vuelta.

Alcé una ceja... mientras mantenía la mirada fija en ese hombre.

Qué imbécil... Le meten dios sabe qué que no sabe lo que hace y le preocupan más las órdenes que su propio pellejo... - Susurré. 

Luego me dirigí hacia la cabina con el señor Stark, quizá él pudiera contarme algo más sobre el supuesto suero.

Me dirigí hacia el interior de al cabina y una vez dentro suspiré.

- Odio el ejército... Con todas mis fuerzas... Si tuviera elección jamás me quedaría con esta panda de idiotas... ¿Cómo puede ser que a nadie le importe lo que nos hayan hecho? - Me senté junto a Stark, algo indignada y traté de mostrar una sonrisa de complicidad. - ¿Puedo hacer algo para convencerle de que me cuente algo más sobre el suero del que hablaba?

Solo pedirmelo con esa sonrisa de angel y mostrarme que el cielo es posible es bastante precio, señorita.- dijo Stark con su mejor palabreria.- Considero que deberian estar al tanto de lo que les han hecho. Steven estaba de acuerdo con el experimento pero usarles de cobayas sin mas es detestable.... Vera, desde del capitan america se a intentado clonar el suero. Todas las muestras han sido un fracaso, solo se logro estabilizar algunos elementos que aun constaban en la sangre del capitan pero eso era como tener una parte de una sinfonia y tener que improvisar el resto.- dijo esperando que le comprendieras.

Asi que se le dio una muestra a los seis cientificos mas brillantes y cada uno compuso su propia sinfonia a ciegas, esperando que sonara exactamente como la original. Obiamente eso es una estupidez y el proyecto se detuvo... o yo creia que se habia detenido hasta este momento.