Partida Rol por web

Un alto en el camino

3. Fortuna iuvat audaces

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01/09/2011, 13:29
Director

(Play)

 

En esos momentos, mientras contemplábais la dantesca escena e intentábais percibir cualquier murmullo de la manera más sutil, algo totalmente impredecible os sorprendió. Dísteis un salto hacia atrás ¡Antón incluso cayó al suelo de la impresión!: ¡¡Un estruendoso rugido producido por una gran brasa de fuego, humo y olor incandescente apareció en el bosque!!

Lo hizo a unos cincuenta metros de vosotros, por lo que aún teníais la protección de algunos árboles. Era tan visible y gigantesca que parecía que la teníais delante de vuestros ojos. Veíais por encima de éstos, sobre sus copas, como el fuego, que se había originado en algún punto del cual señaló Antón para proseguir la búsqueda, había aparecido como de la nada, abrasando todos de los árboles cercanos y tocando a los contiguos con numerosas llamas. Y vosotros lo contemplábais, estábais allí, ¡era una situación aberrante! ¡¡Un fuego imprevisto que consumía hojas y ramas y se elevaba hacia arriba, hacia los cielos tan rápido como una espada atraviesa la carne si está bien empuñada!!

En esos momentos, todos pudísteis escuchar unas voces procedentes del mismo lugar; tenebrosas, graves y entrecortadas. Y Antón abrió sus ojos, soltando su arco. Sacó una cruz y la apretó con gran fuerza.

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01/09/2011, 13:52
Antón Escriba

Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día,  ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol.

-Antón seguía rezando. Ahora apretó los ojos con fuerza, mucha fuerza, y las siguientes palabras parecía decirlas con más decisión-:

Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: su brazo es escudo y coraza. Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa,  porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpi....serpi...

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04/09/2011, 00:22
Alvar Peláez

Las llamaradas me sorprendieron untando el filo de mi hoja con los extraños afeites que me tuvo a bien regalar maese Antonio. Todos mis músculos se tensaron debido al estruendo, haciendo que cayera entre mis pies el pequeño recipiente, ya vacío.

Como acto reflejo, apunté mi espada hacia la amenaza, aunque bien poco puediera hacer una espada contra el cruel beso de las llamas.

- ¡Dios nos asista! - Exclamé - Parece haberse abierto ante nosotros las mismísimas puertas del infierno.

Miré en derredor, observando la reacción de mis compañeros. Antón había caído de rodillas, cruz en mano, implorando el favor divino con profusos rezos. - Bien hecho - Pensé - Ójala tus plegarias sean escuchadas.

Al oír las extrañas voces que parecían venir de las mismísimas llamas, intenté vislumbrar contra el fulgor del fuego, por si distinguiese algo que pusiera algo de cordura en todo aquel espectáculo de pesadilla, pero no podía ver más que llamas abrazando los árboles y prendiendo los pastos.

- Tiradas (1)
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04/09/2011, 12:35
Antonio Burgos

PNJOTIZADO.

Hize la señal de la cruz. ¡Oh, el Señor! ¡Un fuego candente delante de nuestros ojos!

Ciertamente estaba algo desorientado. ¿Habría tenido algo que ver aquellas bestias sobrehumanas? ¿O el hecho que el buen maese Álvar le hubiera cercenado la cabeza llena de plumas a esa bestia? Sea como fuere podíamos sentir el calor de las ramas haciéndose ceniza y cayendo al suelo o espolvoreando nuestras cabelleras sobre la niebla...

Esos niños... -dije-, si siguen con vida estarán cerca del peligro, ¡no muy lejos de aquí!. Deberíamos ir.

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04/09/2011, 12:41
Director

Notas de juego

Álvar, tira por tu IRR para el ugüento, ya que es un hechizo. Si lo consigues éste durará 60 minutos. (no tiene malus, pues es de primer nivel, y te quitas 1 PC lo consigas o no una vez hecha la tirada).

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04/09/2011, 12:55
Alvar Peláez
- Tiradas (1)

Notas de juego

Bien! Éxito!

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04/09/2011, 13:21
Director

Cuando Álvar untó el aceite en la hoja de su espada, ésta pareció reacciónar. Un brillo comenzó a verse cruzando desde la empuñadura hasta la punta, invadiendo todo el acero y haciendo visible unos metros más allá que de costumbre con un azul turquesa casi blanco. Acto seguido el resplandor desapareció, inundando la atención aquel fuego abrasador de nuevo...

(Tienes 60')

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05/09/2011, 14:39
Manuel Noguera

Manuel perdió el color en la cara. No se tenía por un hombre cobarde, pero esa situación le superaba. Un fuego, venido de ninguna parte. Unas voces que aunque vienen de él, parecen tener poco de humanas. Y todo después de haberse cruzado con una criatura, y haber visto cómo sus compañeros habían matado otra. Pese a que últimamente Dios no estaba con él, se persignó en silencio mientras retrocedía un par de pasos.

Oía a Antón como si oyera llover. De hecho, hasta que escuchó a Antonio hablar de los niños no fue capaz de reaccionar. Intantando mirar alrededor del fuego. Aunque estaba claro que esas voces no podían ser de los niños o de los soldados de sus compañeros, éstos podrían andar cerca, o incluso es probable que al ver el fuego, se acerquen a investigar. Debido al humo, y a que el fuego seguía atrayendo su vista, no vio nada remarcable, así que dio un paso hacia uno de los lados del fuego, sin acercarse ni alejarse, mientras hablaba a sus compañeros.

- Si hay algo ahí, no lo veremos parados. Rodeemos el fuego, veamos si encontramos algo con lo que apagarlo, o alguien que nos ayude o necesite ayuda.

Tras decir ésto, les hace un gesto para que por un momento no hagan ruido, para ver si con su oído, Manuel puede ayudar mejor que con su vista.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Disculpad la tardanza.

Utilizo suerte para escuchar. Tiro en el siguiente post.

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05/09/2011, 14:54
Manuel Noguera
- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues nada, un puntejo de suerte menos.

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05/09/2011, 15:13
Alvar Peláez

Las palabras de maese Antonio me hicieron recordar el por qué estábamos allí: unos niños inocentes perdidos, expuestos a alimañas y a criaturas surgidas de algún infierno, ahora enfrentados quizá al fuego. El miedo que sintieran esos niños, de seguir vivos, debía ser atroz. Por ellos, por nuestra palabra y por Dios todopoderoso que nos daría fuerzas, debíamos seguir adelante.

- ¡Cuanta razón tenéis, maese Antonio! - Le dije a voz en grito para poder ser oído por encima del crepitar del fuego en su avance voraz entre los árboles - Adelante, compañeros, debemos rescatar a esos inocentes, estén vivos o no lo estén, para que por lo menos sus familiares puedan santificar sus almas. ¡Es nuestro deber!

Escuché las palabras de Don Manuel, pero discrepando de ellas y grité: - ¡NO! SI NOS SEPARAMOS PERECEREMOS. DEBEMOS PERMANECER UNIDOS - Miré entonces a los ojos de maese Antonio, que mostraba evidentes problemas para respirar el humo que nos rodeaba. Yo mismo debí ahogar un acceso de tos, provocado por aquellos vapores infernales.

En cuanto pude recuperar la compostura, continué hacia adelante con la espada presta y vigilando bien por dónde pisaba.

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05/09/2011, 15:26
Manuel Noguera

Manuel intenta prestar atención a los sonidos del bosque, las voces del fuego, y las que, ójala pueda oír viniendo de fuera del mismo, pero a quien mejor escucha es a Alvar gritando que no es buena idea separarse. Se gira hacia él, hacia ellos, para contestarle, lo suficientemente alto para que le puedan escuchar pese al fuego, y al resto de sonidos:

- Tranquilicese maese Alvar, no dije nada de separarnos, sino de avanzar. Juntos.

Les hace un gesto con la mano a modo de invitación para que se acerquen a él, mientras saca su hacha, al darse cuenta de que Alvar ha tenido buenos reflejos al armarse. Tras esto, sigue avanzando, intentando rodear el fuego, con el oído atento.

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05/09/2011, 15:34
Director

"Vamos, Antón, agarra a este viejo que poco puede andar..." fue lo que escuchásteis de la voz de Antonio, malherido aún y que mostraba reticencia a no aventurarse a ese encuentro. Lo hacía más bien no para apoyarse en el joven mercenario, que ahora dejaba de rezar, sino más bien para sacarle de ese estado de trance y fe que al que no pocos se aventurarían al ver un enorme fuego brotando de la nada delante de sí...

Tras flanquear un pequeño malentendido de palabras (las cuales, dignas del hombre, son objetos ciertas veces de desavenencias para cualquiera), se decidieron a "flanquear" el fuego. Al acercaros rodeando la masa de árboles que ardía sobre sus copas cuyas llamas encendidas llegaban casi a las mismísimas raíces de los árboles, diversos eventos se os revelaron, siendo testigos precisos de ellos:

Parecía como si delante del fuego, justo en el lado opuesto por el que rodeábais el lugar unas voces clamaran, gritaran (cualquier otro verbo sería redudante). Y estaba realmente cerca (tan sólo tendríais que rodear del todo el incendio para encontrar su procedencia). Eran quejidos y gemidos algo ininteligibles, pero muy curiosos, ya que, cuando escuchábais uno de ellos, alguna de las llamas se volvía más y más fiera, cada vez más efervescente, como si hablara a la par que lo hicieran tales clamores...

Y por otro lado, vísteis una imagen espantosa, austera..., ¡terrible!: Justo delantes de vosotros, con Manuel y Álvar comandando el pequeño grupo, contemplásteis dos bultos oscuros. Y digo bultos por el el humo ahora era más denso a aquella distancia tan cercana. No obstante, al acercaros pudísteis comprobar que uno de ellos estaba colgado de alguna de las ramas del árbol que justo teníais delante de vosotros, y el otro atrado al tronco del mismo árbol.

Al forzar la vista hasta los límites de casi cerralos vuestros rostro cambió y tornose blanquecino como la nieve:

El bulto del tronco era Muthadi, el hombre a sueldo de Antonio. Pudísteis comprobar que estaba atado de pie al tronco, y parecía como si las cuerdas que lo hacían lo sujetaran y vencieran la gravedad, pues su posición vertical era algo forzada. Incluso tenía la cabeza caída, hacia abajo. Parecía inconsciente. Al acercaros vísteis su peto de cuero destrozado, lleno de sangre y su daga tirada por el suelo, justo al lado del árbol. Pero lo que más os horrizó fue la gran cantidad de heridas y hendiduras en su cuerpo, algunas de las cuales al estar ya tan llenas de suciedad, polvo del humo y sangre, no conseguíais distinguir si era ropa, armadura o carne...

Del otro bulto, desde vuestra posición, no podíais distinguir más detalles: estaba demasiado alto...

Antón, que tenía su arco preparado agarrado con su rosario entrelazado y bien atado a su mano, había dejado de cuchichear esa leve letanía en forma de murmullos (rezos o plegarias tal vez) para dar paso a un rostro desencajado al ver tal escena: unos ojos grandes podíais distinguir aun estando bajo su antifaz.

Notas de juego

Aunque estaba claro que esas voces no podían ser de los niños o de los soldados de sus compañeros, éstos podrían andar cerca,

Supongo (y debo aclarar) que Manuel se refiere a unas voces que él solo consiguió oir al final de la escena anterior.

 

 

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05/09/2011, 16:30
Alvar Peláez

- ¡Por la sangre de María! - Exclamé - Esto no lo han hecho las bestias que hemos encontrado hace un momento, aquellas eran incapaces de usar cuerdas. - Miré en derredor, como esperándome que de la nada emergiera una amenaza desconocida. - No tenían brazos - Concluí.

Miré de reojo al bulto colgado, me temía lo peor. Seguramente sería otro de los desaparecidos... quizá incluso fuera Lucio. A pesar de mis temores, aquél no era momento para andar encaramándome al árbol para salir de dudas, así que volví a fijarme en los alrededores, sin bajar la guardia y, sobretodo, en el fuego que danzaba exultante ante nuestras faces.

Aquél fuego infernal debía ocultar forzosamente la razón de lo ocurrido. Lo irreal de aquello me hizo confiar en que lo ilógico sería, con seguridad, lo más factible en aquel mundo de pesadilla. Por tanto, me concentré en escrutar las llamas e intentar ver qué pudiera ocultarse entre los tocones calcinados que pudiera albergar en su vientre.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Con mi descripción, asumo que el bulto está colgando pero no demasiado alto y es factible la operación que describo. Si no es así, ya reescribiré el post. Sin problema :)

Lanzo los dados por la habilidad de Espada. Me he equivocado y he puesto la Dificultad en la casilla de Modificador, pero el resultado obtenido con los dados (54) es un éxito.


Tal como me indicas en el off, máster, he reescrito el post pues es imposible alcanzar el bulto ni la rama, así que obviamos la tirada de dados que se refería al espadazo (es decir, lo dicho hasta aquí en notas) y nos quedamos con la de Otear que menciono a continuación.


Tiro a Otear, para ver a través del humo... saco un 3. Éxito. Como tengo activado el talismán de Suerte, consumo 2 puntos para convertirlo en un crítico :D (a ver si sirve de algo).

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05/09/2011, 19:07
Antonio Burgos

PNJOTIZADO.

Cierto, ¡de filos son esas marcas! -dijo sin dejar de mirar el cuerpo de Muthadi. Pero... ¿A qué espera vuestra Razón, don Antón? ¡Aprisa! ¡¡Desáte a este desdichado!! ¡Puede que esté vivo!

Mientras esperaba que Antón desatase al otro guerrero, palmeaba el aire a fin de evitar que se dispersara y que el menor humo posible entrara en mi garganta.

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05/09/2011, 19:10
Director

Entre el vaivén de las llamas, justo cuando se ladeaban de uno a otro lado en la inmensidad de las alturas, don Álvar pudo discernir una figura humana entre las mismas... bueno, tal vez no humana ¿quién sabe? ¿No habían acaso vistos colachos acechando en ese lugar? ¿Acaso sería más lógico que un campesino estuviera vislumbrando unas brasas en un bosque?

Ciertamente, veías los movimientos de sus manos como aderezando al gran fuego, cuyo calor os rozaba, en alto ¡Muy alto! ¡Y su boca se movía! ¡¡¡Bien era cierto que no era sino él aquel quien espolvoreaba las llamas con unos cánticos como quien azuza a un caballo!!!

Notas de juego

La figura en cuestión:

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05/09/2011, 23:11
Alvar Peláez

- ¡Válgame Dios! - Exclamé con un asombro casi imposible tras vislumbrar aquella figura al otro lado de las llamas. Entonces llamé a mis compañeros. sin poder pensar demasiado en lo que hacer ni qué decir. Señalando con mi espada, como si pretendiera atravesar el fuego, les dije: - Hay un hombre... o un demonio... al otro lado de la pira, azuzando las llamas.

Recuperándome del pavor, recobré la guardia con la espada, atento a qué pudiera hacer aquella siniestra figura.

- ¿Qué o quién puede ser? - Pensé, intentando echar mano de la memoria y las historias que me contaran en mi infancia sobre seres de pesadilla. Las mismas historias que me sirvieron hace breves instantes para identificar al colacho.

- Hay que ser valientes, sólo así conseguiremos vencer - Pensé con determinación - Probablemente una reacción tan osada sea lo que menos se espere.

- Don Manuel, vayamos cada uno por un lado del fuego para rodearlo y darle caza. Antón, tú también serás de gran ayuda.

Esperé unos instantes hasta ver la respuesta del infanzón que portaba la temible hacha.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago tirada de Con. Mágico, para saber o bien qué ser es ése o bien qué está haciendo. Utilizo 7 puntos de suerte para acertar la tirada.

Editado para precisar mejor el punto en el que está el enemigo.

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06/09/2011, 00:02
Director

No, no, no: no está "dentro" de las llamas. Imagínate una línea recta con tres puntos. El del centro es el fuego, el de un extremo sois vosotros (el grupo) y el otro, justo en el lado opuesto, está ese individuo.

;)

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07/09/2011, 15:49
Director

Lo que tienes delante te recordó a una vieja historia que tiempo ha te contaron. Al parecer, aquella descripción se parecía mucho a lo que habías visto tras las llamas:

Renubero:

Los Renuberos son seres maléficos, emparentados con los Silfos, que viven entre las nubes y que se dedican a amasar el pedrisco, para destruir los campos. A veces, cuando las tormentas son muy fuertes, caen a la tierra, hay quien dice que por culpa de un descuido o de su torpeza, aunque otros aseguran que caen porque los empujan los ángeles. Sea como fuere, los Renuberos caídos adoptan en tierra la apariencia de hombres hoscos y contrahechos, que viven una existencia desgraciada y miserable. Siempre están dispuestos a hacer el mal, con la esperanza de que, en premio a sus malas acciones, las fuerzas infernales vuelvan a colocarlos entre las nubes. Algunos conjuradores pretenden tener el poder de hacer caer a los renuberos de las nubes.

Notas de juego

No había visto tu tirada! xD

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07/09/2011, 16:44
Alvar Peláez

- ¡Que me aspen si ése ser no es un Renubero! - Murmuré para que los demás me oyeran, pero no así aquel demonio - Es un ser maléfico... hay que acabar con él. - Concluí con decisión mientras comienzaba ya a rodear el fuego por mi costado para preparar el ataque y siempre vislumbrando su posición al otro lado del fuego, para no perderlo de vista.

- Estos seres están sobre la tierra para esparcir el mal con todo el ahínco de que son capaces - Pensé, recordando las viejas leyendas - No me extrañaría que el rapto de los niños estuviera en sus planes para complacer al Maligno.

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07/09/2011, 16:54
Manuel Noguera

Manuel aprieta su hacha mientras hace piensa sobre los seres mágicos que conoce.
- Renu... reunui... reunuibero... válgame Dios. No me suena de nada... En fin, sea lo que sea, hay que pararlo cuanto antes. Asi que andando.

- Antón, aléjate con maese Antonio hasta algún lugar desde el que puedas disparar al ser... el reunuibero ese. - susurra antes de marchar hacia el lado contrario al que marcha Alvar, dándose prisa para rodear el fuego, y salir a la vista de la bestia a la vez que su compañero, eleva el hacha sobre su cabeza para asestar a la criatura un fuerte golpe.

 

- Tiradas (1)