Partida Rol por web

Finge que se enfada. Es evidente que no es verdad, hasta un patán como yo puede verlo. Se nota en su tono de voz, en su mirada, en su sonrisa. En todas esas cosas que la hacen tan encantadora, tan hermosa incluso cuando hace pucheros como una niña, con ese candor infantil tan excitante.

Hay muchas cosas que me dan miedo -Digo mientras estiro la mano para atraer la manta que descansa a los pies de la cama, estirándola para cubrir a Liz- Por ejemplo, que te apartes de mí, jeje. -La atraigo otra vez, con un abrazo- O que todo esto sea sólo un sueño, y despertarme. -Me pongo un poco más serio, con la mirada algo perdida- O quedarme sólo.

La miro de nuevo, dándome cuenta de que pensar en mis miedos me ha robado parte de la alegría del momento. Y no, mi miedo a la soledad y el abandono no van a fastidiar esto. Me fuerzo a sonreír de nuevo.

Me arropó con la manta, y me acercó nuevamente a él, volviendo a sentir su calidez, pero parecía haberse vuelto algo tenso al recordar sus miedos. Miré hacia arriba, terminando de ver cómo pronunciaba aquellas palabras, mientras miraba a algún lugar. Pronto volvió a sonreírme, pero mi cara se mostraba algo seria también.

- Eso no va a pasar. - dije, volviendo a apoyar mi cabeza en él y rodeando finalmente su torso con mi brazo, apretándome contra su cuerpo. - Nada de eso va a pasar.

Me había costado abrazarle, pero ya no quería soltarle por nada del mundo. Me concentré entonces en su respiración, en su aroma, en el ritmo de su corazón, cayendo poco a poco en un profundo sueño.

Justo cuando mis miedos me atenazan, y me veo obligado a luchar contra ellos, es ella quien se vuelve súbitamente segura. Es la primera vez que la veo así, tan convencida de algo, sin titubear. Eso me gusta. Me planteo, con algo de orgullo, si soy yo responsable en parte de ese cambio.

Ojalá sea verdad lo que dice.

Ojalá pudiera serlo.

Se abraza a mi cuerpo, con la cara hundida en mi pecho, y me reconforta sentirla apretándose contra mí. La abrazo un poco más fuerte, acariciando su pelo, tan suave, tan sedoso. Tan relajante. Siento cómo me adormezco, me pesan los ojos, me siento tan a gusto que lo demás ya no importa, sólo quiero abandonarme y descansar junto a ella.

Pienso en poner la alarma del móvil para despertarme pronto por la mañana. Quiero volver a mi habitación a ducharme y cambiarme de ropa antes de que los demás anden pululando por los pasillos. Sigo pensando que es mejor que no metan las narices en lo que no les importa, y dejar de lado habladurías y demás. A nadie le importa si pasamos la noche juntos o no. Pero me siento muy cansado para alargar el brazo hasta la butaca y coger el móvil, y tendría que soltar el abrazo a Liz. No me apetece, no quiero, no, no, no.

Con un ojo entreabierto y el otro casi cerrado, miro hacia la ventana. Es un ventanal enorme, seguro que cuando amanezca entrará un montón de luz. Sí, eso es, la luz del amanecer me despertará, sobre todo porque estoy acostumbrado a dormir a oscuras. No necesito un despertador. No tengo que soltar a Liz, ni dejar de acariciar su pelo. Puedo seguir abrazado a ella, con mis dedos en su pelo, tapados con esta manta, compartiendo calor, acompasando la respiración...

Soñando que todo esto es real... y que no acabará nunca...

En la habitación contigua a la de su hermana, Nyara se desvistió revisando las notificaciones en su móvil por si su agente había contestado al mismo mensaje que le había mandado a su padre y, tras ponerse la camiseta de los Houston Texans (concretamente la de Andre Johnson) como parte del pijama,se recostó en la cama mirando al techo, escuchando en su silencio cualquier sonido que viniese del castillo que pudiese percibir con las manos entrelazadas sobre el vientre.

Es curioso, la señora Parker  en la clase de música del colegio decía que no inspiramos igual cuando estamos tumbados que cuando estamos de pie, empezó a divagar sobre esa clase en la que la señora Parker hizo una parodia de como se inspiraba normalmente estando de pie, levantando los hombros hasta casi tocar las orejas, y como se inspiraba tumbada, hinchando la tripa.

Giró sobre sí misma cubriéndose con las sábanas y el edredón hasta que tapó la posición fetal en la que estaba sin hacer ningún sonido, aún escuchando lo que el castillo y sus habitantes podían ofrecerle, quizá esperando escuchar también a su hermana. ¿Se sentiría ella igual de sola? Kyara siempre había sido la más fuerte de ambas desde que su madre abandonó a la familia y el abuelo murió. Se mordió el labio inferior reprimiendo un puchero y se cubrió la boca con la mano, girándose para poder ver la ventana mientras esperaba al sueño alejando así (o más bien intentándolo) el picor ardiente que le subía desde la punta de la nariz hasta los ojos, volviéndolos brillantes como vidrieras inestables de jade en la oscuridad del cuarto.

Aunque esto esté lleno de chins está Kyara, siempre podremos volver juntas...  Empezó a entrecerrar los ojos a medida que los párpados se volvían más pesados con la somnolencia que trae el llanto.

Aquí no hay nadie que se sienta solo. No tienen ... cerró los ojos abandonándose a la negra inconsciencia del sueño sin darse cuenta.

Kyara se dirigió a una de las habitaciones que estuviera libre y que fuera contigua a su hermana, y sin esperar mucho se lanzó en plancha a la cama, donde una vez tumbada, se quitó las zapatillas con los pies mientras bostezaba. Iba a ser una época extraña la que viviera en ese castillo.

Por fin se habia quedado dormida, el dia habia sido muy intenso y habian sucedido muchas cosas, muchas emociones, pero `por fin habia podido descansar. La noche fue normal, al menos hasta un sueño, el sueño fue un tanto extraño

(sueas con lo que sale en el video, si es un videoclip, ves exactamente lo que aparece ahi y en el idioma del video por lo que como no dominas japones no lo entiendes)ç

Justo cuando termina la actuacion en el sueño la chica aparece sola de pie llena de sangre y con las ropas rotas. En ese punto mira hacia delante como tratando de alcanzar algo y se termina el sueño

Por fin se habia quedado dormida, el dia habia sido muy intenso y habian sucedido muchas cosas, muchas emociones, pero `por fin habia podido descansar. La noche fue normal, al menos hasta un sueño, el sueño fue un tanto extraño

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Justo cuando termina la actuacion en el sueño la chica aparece sola de pie llena de sangre y con las ropas rotas. En ese punto mira hacia delante como tratando de alcanzar algo y se termina el sueño

Abro los ojos lentamente, con pesadez. Estoy cansado, no, estoy a gusto, quiero seguir en la cama un poco más. Pero la luz me molesta, tanta luz entrando por esos pedazo de ventanales. Miro el techo iluminado, lleno de decoraciones y pinturas, y la lámpara encendida. Esto no es mi casa...

Estoy desorientado, pero lo recuerdo todo de golpe y porrazo. El castillo, el hombre que se desdobla, la sargento antorcha Terminator...

Elizabeth...

Bajo la mirada bruscamente, sorprendido. Ahí está, en la misma posición que anoche, su rostro contra mi pecho, su brazo rodeando mi torso. No ha sido un sueño, todo ha sido real, ella es real. Le aparto suavemente el pelo de la cara y observo su rostro. Aún no me lo puedo creer.

Podría quedarme horas mirándola, pero entonces aparece un mensaje en la pantalla del ordenador. Desde aquí no puedo leerlo, pero puedo asumir su significado. Va siendo hora de levantarse. Y yo tengo que hacerlo rápido, antes de que los demás empiecen a pulular por los pasillos.

Aparto su brazo con cuidado, y me deslizo dejándola tumbada boca abajo, saliendo de la cama muy a mi pesar. Me recibe el frío y la soledad. Hace calor en la habitación, y ella está tan cerca que puedo tocarla, pero después de haber estado abrazado a ella toda la noche, es lo que siento. La tapo mejor con la manta, y echo un último vistazo a su bello rostro, antes de empezar a recoger mis cosas.

Me doy cuenta de que tengo el móvil en la butaca, y se me ocurre una idea. Lo cojo y conecto la alarma, para dentro de diez minutos, y empiezo a buscar una canción. Esta no, esta no, esta tampoco... Mejor busco en la carpeta de bandas sonoras. ¿Pretty woman? No se, Julia Roberts era prostituta... Ya está, el guardaespaldas, me encanta ese tema: "I will always love you". Me detengo. ¿Te amaré siempre? Una declaración un poco fuerte, ¿no? Bueno, sólo es una canción romántica, sin más, no le demos más importancia...

Conecto la alarma y le escribo un texto para que aparezca cuando suene: "Nos vemos en el desayuno, un beso".

Cojo mis cosas, las deportivas, la cartera, el cinturón, los calcetines, y dejo el móvil en la butaca. Entonces abro la puerta con cuidado, para que no haga ruido, y me asomo a ver si hay vía libre en el pasillo.

Y salgo, en dirección a mi cuarto.

Recorro el tramo entre la habitación de Elizabeth y el mío descalzo, con las deportivas en la mano, junto a mi cinturón y el resto de cosas. Abro la puerta de mi cuarto y entro en silencio, mirando al entrar a ver si alguien me ha podido ver entrar o, sobre todo, salir del cuarto de Liz.

En cuanto entro, dejo caer mis cosas y me apoyo contra la puerta, respirando profundamente con una amplia sonrisa. Cierro los ojos, y trato de recordarlo todo, de guardarlo muy profundamente en mi memoria para no olvidar ningún detalle. Tengo que contárselo a Jeremy, estoy tan contento... De hecho, debería sacarme un selfie con Liz solamente para que me crea, porque ni siquiera yo puedo creerme aún lo que ha pasado.

Salgo corriendo hacia el cuarto de baño, quitándome la ropa y dejándola tirada por la habitación. Cojo mi mochila de camino, y saco el neceser. Me afeito con la maquinilla eléctrica, me echo masaje y entro en la ducha a toda prisa. Estoy súper nervioso, parece que haya tomado unos cuantos cafés. Me ducho bien, poniéndome a cantar de alegría mientras me froto, y al salir y secarme me esfuerzo en peinarme lo mejor posible, usando algo de gomina. Quiero tener la mejor imagen posible. Para Liz. Me echo desodorante, algo de colonia, y comienzo a vestirme. Muda limpia, los vaqueros de ayer, una camiseta justada de cuello abierto, y comienzo a calzarme.

Miro el reloj. ¿A qué velocidad me he arreglado? Ni siquiera estoy seguro de que haya sonado ya la alarma que le dejé a Elizabeth...

Busco mi chamarra ¿Donde está? Creo que me la dejé anoche en la sala recreativa, no recuerdo haberla llevado a la habitación de Elizabeth. Salgo de mi habitación en camiseta, dispuesto a pasar por la sala recreativa a buscarla antes de ir a desayunar.

A ver a Liz.

-Nnn....Nnnnn-giró a un lado y giró a otro pero nada. No había forma de volver a dormirse. Se despertó sintiendo la boca seca, la lengua pegada a paladar y una línea anaranjada que entraba por la ventana hiriendo mortalmente la penumbra del cuarto en la que solo se encontraba, extrañamente, la pantalla del ordenador con un mensaje.

Se sentó en la cama con los ojos entornados y se pasó una mano por la cara mientras los sucesos del día anterior volvían de la bruma del adormecimiento hasta su consciencia.

Joder. El castillo Disney.

Tardó un rato en estar preparada y visible pero cuando lo estuvo salió de su cuarto arrastrando los pies y abrazándose a sí misma hasta detenerse en frente a la habitación de Kyara.

-Kyara- su propia voz sonó ronca al otro lado de la puerta mientras daba con el lateral del puño en la madera para despertar a su hermana-voy al comedor, te cojo zumo...no tardes.

Con un sobresalto, Kyara se puso levantó de la cama, y al hacerlo en un lugar aún descnocido (pues no era su cuarto habitual) pegó un grito y rodó por la cama hasta caerse en el suelo. Gateó como si quisiera huír de algo hasta pegarse a la ventana y allí fue cuando se recuperó, recordando que ahora estaba en un castillo en Suiza o algo así.

La respiración agitada y un sudor frío recorría su cuerpo, como si hubiera estado enferma, pero se pasó una mano por la cara y, tras recomponerse un poco, optó por dirigirse hacia el baño para lavarse un poco.

La voz de su hermana sonó a través de la puerta y contestó con velocidad antes de terminar de arreglarse, recogerse el pelo en una coleta un tanto desastrada y que hacía que el pelo pareciera una palmera.

Una vez arreglada, salió.

-Sí, ahora mismo voy -contestó Kyara a su hermana.