Partida Rol por web

Al llegar a las puertas del castillo Manuel se detiene y dice:

- Bueno, pues ya estamos aquí, yo creo que iré a darme una buena ducha, vosotros, pues haced lo que veáis, me ha dicho el director que mañana por la mañana quiere veros a todos para comentar lo de la cueva y demás, así que... bueno

Comienza a caminar y saluda con la mano mientras dice mientras guiña un ojo a Liz y Ben:

- Nos vemos y cuidado con lo que hacéis esta noche eh

Llegaron al castillo tras pasar el día entero en camino, trayecto que Makoto realizó en silencio casi en su totalidad.

- Gracias por todo Manuel - se inclinó levemente ante su guía.

- Nos queda algo pendiente Hime-chan, no me olvido - dijo a la pequeña Himiko señalándola con el dedo y forzando una sonrisa.

Luego se giró hacia el resto de sus compañeros y levantó la mano.

- Ha sido una magnífica excursión chicos - dijo fingiendo un ánimo que no tenía.

Evitó la mirada de sus compañeros y desapareció por la puerta rápidamente. Fue directo a darse una ducha.

Había algo que hacer, aunque fuera terrible, Rina fue la última en entrar, sus compañeros ya estaban quitando la nueve de sus hombros cuando Makoto apura el paso, Rina sale detrás de él, había meditado todo el resto del viaje sobre lo que debía hacer, y aquello, era necesario.

-¡Chocolate!, Lia, estás en todo, has pensado en chocolate... y yo que pensé en sandwiches... el chocolate es mucho mejor, seh- dejó que el ánimo del resto siguiese a lo suyo guardando la experiencia de las gemelas en aquel sótano donde se dejaban las cosillas en las que pensar cuando estuviese sola.

-Hacedme caso, si os ponen un tobogán sangriento como el mío... dejad que Kurt vaya primero, así se cae en blando- bromeó alejándose unos pasos de Kurt para evitar posibles represalias, deteniéndose a contemplar la estampa del castillo-es hasta bonito...

-Mañana os veo después de desayu... oh mierda, que tenemos la reunión essta. La excursión va a tener que esperar- se interrumpió para mirar a su hermana pasándose una mano por la cara- olvidad lo que he dicho. Preparáos, mañana os acosaré a preguntas inapropiadas para saber qué habéis sacado en claro de vuestra visita a la cueva del yuyu.

Kyara se había mantenido callada mientras caminaba y comía su manzana, que no era nada del otro mundo, pero era algo que la llenaba el estómago y cuando Lia ofreció el chocolate, la joven no lo dudó y cogió un trozo- Gracias, Lia, siempre estás en todo -dijo sonriente y dio un bocado al chocolate, alternándo con otro bocado de manzana en una de las mezclas de comida que hacía esa chica.

-Yo he sacado en claro una cosa -dijo Kyara a lo que decía su hermana- que los viajes psicotrópicos de los Simpsons tuvieron que empezar en esta cueva porque, jo-der -dijo mientras entraban en la puerta exterior del castillo- Bueno, ¿moñeamos un poco o nos vamos a las habitaciones ya?

Caminé junto a Ben por delante del grupo hasta que paramos a comer, aunque apenas cruzamos palabra. Trataba de acelerar el paso, pues temía que nos pillara la noche, más teniendo la certeza de que por aquel mismo camino paseaban lobos. Puede que no fuera raro encontrar aquellas huellas, como todos pensaban, pero incluso una chica de ciudad como yo sabía que el tener lobos cerca podía ser peligroso; sin embargo, más de uno en el grupo parecía ser pariente de Rómulo y Remo, me parecía que estaban excesivamente tranquilos ante la posible cercanía de unos lobos.

A pesar de mis intentos, tuve que parar a regañadientes con los demás cuando Manuel nos indicó que era la hora de comer. Así que tras el breve almuerzo desistí en darme prisa, caminando con Ben hacia la cola del pequeño grupo.

Al llegar al castillo me relajé un poco, aunque continuaba sintiéndome algo incómoda por los últimos acontecimientos. Supuse que sólo necesitaba relajarme un rato, y por fortuna Manuel nos indicó que podíamos hacer lo que quisiéramos hasta la hora de la cena. Fui despidiéndome de los compañeros que se marchaban, e igualmente levanté mi brazo para despedirme antes de entrar, no sin antes hacer un gesto a Ben indicándole si quería entrar conmigo.

-Hasta lue… - comencé a decir, cuando vi cómo Manuel nos guiñaba el ojo y nos hacía otro comentario personal, que ya no sabía si trataba de ser gracioso o hiriente.

Miré inmediatamente a Ben, que se encontraba fulminando con la mirada a Manuel.

-Vamos a descansar un poco,- le dije, agarrándole suavemente del brazo para que desviara su atención hacia mí. – que falta nos hace…

Bajé mi mano hasta alcanzar la suya y se la agarré, poniendo rumbo al interior del castillo.

Dejo atrás a los demás cuando Liz acelera el paso marchándose sola. Lo cierto es que no entiendo nada, cada vez menos, de lo que pasa en este lugar. Cuando veníamos hacia aquí, Manuel decía que el bosque era peligroso porque había lobos. Ahora dice que el hecho de que los haya es normal y no hay que preocuparse. En fin, puede que sólo sea un chico de un pequeño pueblo de Winsconsin, pero hasta allí sabemos que un lobo es un animal peligroso, más si la nieve le impide encontrar comida con facilidad. Los demás parece que hayan vivido entre lobos toda su vida, o que no tengan ni pajolera idea de lo que es un lobo y se crean que sólo es un perrito grande que jugaría con ellos a cambio de unas galletas.

En fin...

Liz está muy rara. Apenas me habla en todo el camino, y temo que esté enfadada conmigo. El problema es que no quiero hablar de ello delante de todos, y por el camino no tengo oportunidad de estar con ella a solas. Así que, cuando llegamos a la puerta exterior y Manuel nos dice que podemos hacer lo que nos de la gana, estoy deseando alejarme de todos para aclarar las cosas con ella.

Sin embargo, Manuel vuelve a hacer una broma de las suyas. El muy cabrón, no tiene nada mejor que hacer después de la gilipollez de anoche que tocar las pelotas otra vez con lo mismo. ¿Se creerá muy gracioso? Menudo payaso de m...

Liz me agarra del brazo, haciendo que deje de taladrar a Manuel y me fije en ella. Tras haber estado tanto rato sin hablarnos, me propone retirarnos a descansar. Me coge la mano, y eso me tranquiliza en parte.

Sí, será lo mejor...

Por fin estábamos llegado al castillo, no es que estuviese harto de caminar, me gustaban estos paseos, pero me apetecía relajarme y lucrarme un rato en algo.

-Descuida-Le contesté a Nyara-Me tiraré primero sin duda, me ofreceré para amortiguar la caída...-terminé con un tono bastante sarcástico y mirando como se alejaba de mi.

Vi como cada uno se iba yendo a lo suyo, no sabía muy bien donde ir pero lo primero era lo primero.

-Yo creo que iré un rato a mi habitación a cambiarme y hacer un par de cosas, nos vemos gente.

Y levantando la mano despidiéndome, puse camino a esta.

Qué prisa tienen todos por perder de vista al resto, la virgen... Pues yo sigo con hambre.

-voy a mendigar algo de comida si la cocina no está abierta, os echo una carrera- dijo mirando a las chicas, después de todo era con ellas con las que había estado hablando por el camino, dedicándole a Himiko un guiño de ojos y se apresuró a entrar en el castillo.

-Te sigo -dijo Kyara mientras se disponía a cenar algo, rezando para que no llegaran tarde.

Finalmente, llegamos a la puerta del castillo. Estoy cansado, no demasiado, pero lo estoy, y me apetece darme una ducha antes de cenar. Los demás se van marchando gradualmente, entrando a cenar, o adonde sea. Yo les imito.-Me voy a pegar una ducha, y si sobrevivo, me iré a cenar.-digo a Gula y la niña.-Nos vemos luego, ¿va?-entonces, tras despedirme con la mano, entro en el castillo.

Lia acarició la cabeza de Himiko.
-Pequeña, deberías ir a cenar. Yo antes quiero ir a comprobar algo en la Biblioteca. Tampoco tengo mucha hambre, y en la mochila aun me queda algo para picar, así que quiero que vayas a cenar bien y a gusto mientras yo voy a consultar algo-le sonrió con dulzura. Tenía algo de prisa para buscar en los libros, y la verdad es que no tenía prisa para ir a dormir-Si aún quieres dormir conmigo puedes ir a mi habitación cuando quieras si te entra el sueño-le ofreció mientras esperaba la respuesta de la pequeña. Le dolía separarse de ella, pero la pequeña debía alimentarse y Lia no tenñia tiempo de pasarse por el comedor.