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RESOLUCION DEL TURNO 100

RESOLUCION DELTURNO 100

 RESOLUCION TURNO 100

RESOLUCION TURNO 100

(Intro)

TURNO 101

Que le separasen de su montura no era un pensamiento grato, pero no podia ir a la posada con ella, asi que suguio al alguacil hacia la posada sin decir nada.

Una vez ya sentados en la mesa y comiendo algo, Valdir intento empezar una conversacion con el alguacil, que la verdad no habia hablado mucho en ese rato, tampoco iba a ser una conversacion relacionada con los sistemas de gobierno, seria mas de sobremesa puesto que Valdir era ma un hombre del camino que un burocrata.

Asi que le pregunto al alguacil, disculpe la pregunta maese Tharkan, pero ¿que me  puede contar del comerciante al que debo visitar?

Turno 101

- Mmm, se trata de Egorant. Es de ciudad lago y ha venido por ciertos asuntos junto a Agranil, alcalde de Esgaroth. - dijo el enano seriamente mientras daba un fuerte mordisco a una gran rebanada de pan untada en manteca.

- Ellos estaran esperandonos, desayuemos rapidamente y subamos, seguramente esperara esa carta ansiosamente... - El enano no era muy hablador, y tampoco demasiado educado, engullia en lugar de comer y parecia que tan solo desaba acabar.

Turno 100

Oin se levanta sujetándose la cabeza y se sienta en el borde de la cama.

"Por todos los malditos orcos... que alguien mate ese gallo..."

- Maldita sea... la mi cabeza...una bandada de Mûmaks... recorre...

Bosteza, se estira y mira en derredor. Luego recoge sus cosas entre gemidos, se pone en pié. Más quejidos. Se estira y prueba a andar. Al principio se tambalea pero luego, camina ya sin problemas rumbo a la mesa. Allí, se deja caer en el banco mientras pone los achiperres a sus pies.

- Joder... Draupner... ¿En la bebida q'me echastes...? jojojo... la mi cabeza como un bombo tengo...

Y sin más echa mano a algo de zampar y de remojar, empezando por la cerveza. Lo mejor para la resaca es ... más alcohol.

- Eftá... fueno... - comenta con la boca llena.

Turno 101.

Draupner se despertó al escuchar los ruidos de la mañana. Se sentó un momento sobre la cama y se restregó los ojos con las manos, todavía somnoliento. Con sus 100 kilos de peso, la cama de madera crujió cuando hizo fuerza con sus brazos para ponerse en pie. Se levantó en camisola y calzones en  busca de una palangana en la que refrescarse un poco antes de vestirse.

Cuando volvió de refrescarse le dio un cariñoso puntapié a Oin - ¡vamos holgazán o llegaremos tarde! -. Poco a poco, empezó a colocarse la pesada armadura de mallas y sobre ésta su capa. Se colgó las armas y el escudo y cogió la mochila cuando estuvo listo.

Se mantuvo en silencio durante todo el tiempo hasta que entraron en la posada, echando un vistazo a su renqueante amigo y sonriendo por lo bajo. No sabía porqué pero le hacía gracia ver a su amigo de esa guisa.

Una vez dentro dejó apoyada sus cosas en la pared y tomó asiento. Y luego, al igual que el resto, empezó a comer. Draupner no era una persona especialmente habladora y menos cuando se despertaba por la mañana, momento del día en el que prefería la soledad de sus pensamientos y el silencio.

Turno 101

Elendur descansó plácidamente durante toda la noche, reponiendo fuerzas para el gran viaje, pensó por primera vez en el resto de sus compañeros montaraces del norte, en su paradero y si necesitarían su ayuda ahora o en el futuro, pero se centró en que su misión ahora era otra y también muy importante.

Perecía ser que aquella gente con la que compartía habitación iban a ser sus compañeros durante un largo viaje, y se conocerían unos a otros, estaba ilusionado con ese viaje, y deseaba que todo fuese correctamente.

Una vez ya por la mañana se adecuó las ropas y sus pertenencias y se dispuso a ir a la posada con el resto de compañeros, un rugido de su estómago lo hizo pensar en la comida.
Sus ojos se alegraron al ver aquella mesa llena de comida, se sentó y comenzó a deborar aquellas tostadas y esos huevos.

-Que aproveche caballeros!
Fue lo único que dijo entre bocado y bocado. Vió como Ilidan entró y por un instante lo observó, luego volvió a centrarse en su desayuno.

TURNO 101

Nada más despertarse, temprano y con suficiente tiempo para acudir a la reunión, Ilidan se cambió los pantalones por los nuevos comprados en el mercado de la ciudad, y limpio su botas del barro, ahora sí, totalmente reseco chocándolas por la parte de las plantas entre ellas. La suciedad formado por esto no le preocupaba pues tampoco era que cambiará mucho el aspecto de la habitación, y la impresión que se pudieran llevar los clientes que fueran después de él.

Finalmente recogió todas sus pertenencias y dejó la fonda. Viendo la estampa del mercado descubrió que él no era el único que se levantaba temprano y que iba a tener un largo camino por delante ese día.

TURNO 101

Un rico aroma se incrusto profundamente en sus fosas nasales siquiera antes de haber divisado el Yunque Dorado.

El numenoreano entro en la posada pensando que sería de los primeros en acudir a su cita, pero cúal fue su sorpresa cuando descubrió que todo el mundo estaba ya presente.- Parece que aquello me costó más tiempo del que había previsto.-  

Se acercó a la mesa para reunirse con los demás- Buenas mañanas, compañeros. Que aproveche.- Los saludo y después se sentó junto a ellos para degustar el rico desayuno.

Turno 101

Consiguió finalmente dormir tranquilo y las tribulaciones de la noche pasada quedaron atrás.

Se aseó como buenamente pudo, se dio cuenta de que había dormido sin quitarse la ropa, tan confuso hebia llegado hasta el catre. Así que perdió bastante tiempo en arreglarse. cuando llegó al comedor el desayuno recien hecho le recordó lo vacío de su estómago.  Los demás ya se habían puesto a desayunar.

Buenos días a todos.

Se sentó y se sirvió té, tostadas y un par de buenos huevos de corral. Guardó algo del tocino y la panceta para Siempreviva.

Creo que tenemos un día ajetreado por delante; ¿ no es así caballeros ?

Gallindum - Turno 101.

El cacareo lejano de un gallo despertó a Gallindum. Tras un buen sueño reparador, el enano se despertó de buen humor.- ¡¡Buenos días, por la mañana!!- dijo dirigiendose a sus compañeros que ya empezaban a levantarse. Se arregló un poco la barba y la melena, no deseaba aparecer en la reunión con los graves mercaderes de esgaroth pareciendo un lunático. Se echó algo de agua en la cara y se frotó las orejas y la nuca con las manos mojadas. Ahora ya empezaba a estar despejado del todo. Recogió sus pertenencias, se colgó la mochila y se dispuso a dirigirse al Yunque Dorado junto al resto del grupo.

De camino a la posada, Gallindum agradeció no haber caído en la tentación de beber unas cuantas cervezas más la noche anterior al ver el estado de Oin. Por la expresión de su rostro, parecía que tuviese la cabeza entre el martillo y el yunque, Gallindum conocía demasiado bien aquella sensación...

Al entrar en la taberna, el delicioso olor que provenía de la mesa que, al parecer, les habían reservado para el desayuno, hizo que las tripas del enano rugieran como un millar de leones. ¡¡Que buena pinta tenía todo!!. Gallindum se sentó a la mesa al tiempo que soltaba una carcajada ante la comilona que tenían por delante. El enano se sirvió un gran tazón de leche y acompañó un par de tostadas de pan con varias tajadas de tocino, una abundante ración de embutido y un par de huevos fritos. Saludó a Ilidan cuando entró con un gesto de la cabeza, pero sin dejar de engullir, Gallindum se preguntaba por que el edain no había querido dormir con el resto del grupo. Una vez hubo terminado, se recostó satisfecho sobre su silla, y se sirvió una buena jarra de cerveza, esperando a que sus compañeros acabasen y a que llegasen los hombres de Ciudad del Lago. El enano, aunque hartado y eruptando de vez en cuando, picoteaba algo más de tocino y panceta mientras terminaba su cerveza. Al fin y al cabo, no sabía cuando iba a poder volver a tener un desayuno como aquel...

TURNO 101

Por lo visto el enano no era muy hablador asi que Valdir le agradecio por la informacion y siguieron desayunando en silencio.

La verdad es que era un poco incomodo, pero Valdir no era un maleducado y si el enano queria estar en silencio el no le iba a llevar la contraria, asi que espero a que el enano acabara de comer para ponerse en marcha a donde el comerciante.

 Turno 101

El hombre al que Tharkân se habia acercado para susurrarle algo se levanto una vez el enano se sento.

- Buenaventurada es tu llegada amigo, mi nombre es Agranil, alcalde de Esgaroth, y creo que ese sobre que portas es para nosotros, acercate - dijo educadamente Agranil - Egorant y yo - dijo señalando a un anciano que se sentaba a su izquierda - estamos ansiosos por las nuevas del rey Eowur.

Agranil extendio las manos indicando a Valdir que la carta le fuera entregada...

Turno 101.

Me despierto, y abro lentamente mis todavía adormilados ojos, mientras mis oidos escuchan en la lejanía el hermoso canto de un gallo. El alba ha llegado más pronto de lo que me hubiera gustado y, deseoso por permanecer tumbado en el catre y continuar con mi gratificante sueño, me hago el remolón durante unos cuantos minutos. Finalmente, al escuchar la reinante actividad en la sala, me obligo a levantarme, y pongo mis pequeños y descalzos pies en el frío suelo de la habitación.

- Muy buenos días a todos - digo con aire jovial, mientras desentumezco cada músculo de mi cuerpo.

Después, tras terminar de asearme correctamente y recoger mis pertenencias, camino junto a mis compañeros hacia la posada, mientras observo nuevamente las fantásticas estructuras construidas por los enanos.

Una vez me encuentro en el interior del edificio, y tras observar el inmenso desayuno que nos ha sido preparado por el posadero, corro rápidamente hacia la mesa, con el fin de comenzar a degustar lo antes posible tan delicioso manjar, mientras noto como mi estómago ruge y como en mis labios se dibuja una enorme sonrisa.

- Este posadero si que sabe tratar a los Hobbits - pienso, mientras muerdo un trozo de embutido

Después, al observar como Ilidan se sienta con nosotros, tras haber dormido en otra posada la noche anterior, pienso, durante unos breves instantes, en lo extraños que son aquellos a los que llaman Numenoreanos Negros, antes de volver a dar buena cuenta de la comida.

- ¡Chicos, acordaos de dejarme suficiente comida! - grito, mientras engullo un trozo de tocino. - ¡Quiero probar todos los platos! -

 RESOLUCION TURNO 101

El desayuno os agrada en demasia. Casi sin hablaros entre vosotros comeis cuanto vuestro cuerpo os permite, a algunos mas que otros, como en el caso de Bolgo, que parece no tener fondo. Practicamente no comentais nada de lo ocurrido la tarde pasada

Una vez dais cuenta de casi todo lo que hay en la mesa, vuestros estomagos estan mas que saciados. Todo estaba delicioso, o al menos eso os habia parecido. El posadero al darse cuenta de que ya habiais terminado, se acerca amablemente para deciros algo.

- Señores, os esperan arriba – dijo el posadero señalando las escaleras que iban al piso superior.

Intrigados, recogeis vuestras cosas y comenzais a subir, siguiendo al posadero.

Las escaleras suben un nivel, hasta llegar a un largo pasillo con varias habitaciones a ambos lados. En la pared del fondo tambien habia una puerta, junto a ella, en la pared de la izquierda, una de las puertas estaba abierta, de ella salian varias voces, de las que algunas si reconocisteis. La del alguacil era la mas clara. Su ronquera y potencia de voz eran inconfundibles. Tambien oisteis al capitan de la guardia y a algunos hombres mas que habian estado la noche anterior en la posada.

El dueño de la posada os guia hasta la puerta, y despues sube un nuevo tramo de escaleras que van hasta el piso superior, donde tras una puerta abierta, hay una unica habitacion. El posadero sube delante vuestra, se queda junto a la puerta hasta que entrais, para depues cerrarla y marcharse.

Es una estancia bastante grande, de casi veinte metros de largo por doce de ancho. Debia ser usada como habitacion comun, pues en una de las esquinas se veian varios camastros amontonados junto a una mesa. Habia tambien varias sillas y banquetas dispuestas para que os sentarais, asi como alguna otra pegada en la pared. Al entrar a la derecha, un enorme plato de laton con patas servia de hogar para un fuego que caldeaba sin problemas toda la sala.

Una vez dentro comienzan las presentaciones. Tras una larga mesa, sentados en sillas se encuentran varios enanos y hombres.

Todos hablaban tranquilamente mientras en la mesa se veian los restos de un desayuno parecido al que vosotros habias degustado abajo. Tomasteis asiento en las sillas vacias que habia frente a la mesa, como os indico Agranil. Comenzo la reunion.

Se presentaron uno por uno, diciendo su nombre y el cargo que ocupaba, ya fuera comerciante o Guardia. Todo parecia muy solemne.

En el centro esta Agranil, alcalde de Ciudad Lago. A su derecha el comerciante Dorhand, a su izquierda el mercader Egorant, todos de Esgaroth.

A la mesa tambien estaban el Aguacil Tharkân, que se sentaba junto a Egorant, a continuacion estaba el hijo de Agranil, llamado Coralak, que casi ninguno conociais. Junto a este ultimo Ithar Hachablanca, el jefe de la guardia exterior, al que ninguno habiais visto desde vuestra entrada en la ciudad.

Por la parte izquierda de la mesa, Zurukgal, capitan de la guardia exterior y mando de Ithar, al que Oin y Draupner conocian bien, pues estaban a sus ordenes. Junto a el, Dwalin el herrero, un enano bastatne callado y serio que apenas hablaba nunca. Finalmente Zallel, el anciano curandero cerraba por la izquierda.

Os sorprendio ver frente a la mesa, sentados en dos sillas a Arlan Mazonegro, con el que pudisteis luchar brazo con brazo y la incansable Marga, la enana que tanto os habia ayudado en vuestra aventura con sus dotes para curar

Una vez todos presentados todos los presentes era vuestro turno, como indico Agranil:

- Bueno, creo que algunos de vosotros ya me conoceis, aunque yo no os conozco a vosotros, por favor, levantaos de uno en uno y presentaos.- dijo el alcalde.

Marga y Arlan se pusieron en pie y se presentaron. Arlan como encargado de un grupo de mercenarios y Marga como ayudante de Zallel. Despues tomaron asiento y miraron a Gallindum que estaba junto a ellos, para que hiciese lo mismo. No sabian bien que iba a pasar, o de que iba toda aquella parafernalia, pero de momento las normas de educacion dictaban una presentacion.

Seguido estaban Draupner, Oin, Ilidan, Elendur, Bolgo y Gelion, que se sentaba mas cerca de la puerta.

Prometia ser una larga reunion, pues en la enorme habitacion, habia casi veinte personas.

 RESOLUCION TURNO 101

Valdir se acerco a Agranil y le entrego el sobre de cuero, que estaba lacrado. El alcalde lo abrió rompiendo el lacre, y después saco una hoja de papel que había en su interior. Después de leerla, le paso todo a Egornat, que hizo lo propio.

Entretanto, un silencio sepulcral inundaba la sala, nadie abría la boca ni decía una sola palabra. Al fin, cuando ambos leyeron la carta, Agranil hablo.

- Bien, vuelvo a agradecerte la entrega de esta misiva. Puedes retirarte, pero no te marches, esperad abajo.

Valdir se sentía extrañado, en otras ocasiones había pasado lo mismo, tras la entrega unas palabras de agradecimiento y después sencillamente marcharse. Pero nunca había habido tanta expectación. había nueve personas a la mesa, mas dos que se sentaban en las banquetas que había enfrente. No era asunto suyo, aunque si tenia curiosidad. El hecho de que le hicieran esperar abajo, le hizo suponer que debería llevar una respuesta, como en otras ocasiones.

Cuando Valdir se disponía a irse, otro anciano, el que estaba a la derecha de Agranil, se levanto para hablar.

- Un momento, no marches aun. – Le dijo a Valdir, que paralizado se detuvo de inmediato. - Tal vez puedas ayudarnos, supongo que te diriges hacia el sur, de vuelta a casa. – espero a que Valdir asintiera. – Por unas monedas, ¿Podrías llevar un mensaje a un  asentamiento en el río Carnen?

Antes de que Valdir contestara, Egorant también se levanto para hablar.

- Tu rey – le dijo hablando directamente a Valdir – Pone a nuestras ordenes al mensajero, es decir tu persona. – Después miro al otro anciano – No creo necesaria una remuneración por unos servicios que nos da el mismísimo rey Eowur. – Se sentó de nuevo.

Entonces el anciano que estaba a la derecha volvió a hablar.

- Bueno, si eso es cierto, tengo una misión para ti. Lleva esto hasta ese asentamiento, a orillas del Carnen, en su nacimiento. Allí has de buscar a Letar, capataz del grupo de almadieros. Entrégale esta carta. Es de suma importancia que partas de inmediato. – Acto seguido, saco otro sobre de cuero de su toga, y se la tendió a Valdir.

Agranil hablo finalmente:

- Bueno, parece que hemos encontrado a ese jinete que necesitabas Dorhand – dijo refiriéndose al anciano que te dio la carta. – Ve muchacho y realiza bien tu trabajo, aunque a Egorant le duela, puede que al final podamos darte algún agradecimiento. Tu montura espera donde la dejaste.

Después todos esperaron a que Valdir tomara la carta y dijese algo antes de marcharse.

No sabia quienes serian las demás personas, pues solo conoció el nombre de tres. Pero la carta decía que estaba al servicio de Agranil, y cumpliría la orden de su rey.

 Turno 102

Oin espera a que Gallindum se presente antes de hacerlo él de mala gana. Mientras se acaricia la barba y observa a los de la mesa. No le gusta la situación.

Una vez sea su turno, se levanta despacio.

- Oin Yelmogris soy... a las órdenes de Zurukgal, de momento... Martillo de alquiler... 

Y sin más se sienta. Hasta no saber de qué va todo ésto y sobre todo, de tener su oro, no piensa decir más.