Partida Rol por web

Turno 318

Elendur se lamentó enormemente de ver que el resultado de la construcción improvisada no era el esperado, solía ser muy perfeccionista en todo lo que hacía, pero en este sentido no tenía ni idea de como mejorar aquella estructura, así que se resignó y trató de sacarle el mayor partido posible a aquella cobertura.

Durante la gaurdia Elendur pensaba en que al día siguiente llegarían a la ciudad, una cama, comida caliente, gente con la que conversar, edificios...tenía ganas que llegase ese momento, y gracias a esos pensamientos la guardia se le hizo más amena.

Aún asi no durmió mucho aquella noche, el clima no acompañaba y eso hacia que se fatigaen más de la cuenta, por suerte pronto podrían descansar, solo quedaba un tramo más de viaje hasta llegar al siguiente refugio seguro.

Turno 718

La noche pasó con más pena que gloria debido a las condiciones meteorológicas, el improvisado regufio y la intranquildad del sentirse perseguido. Por fortuna a lo largo de la noche no tuvieron que hacer frente a ataque alguno salvo al del frío.   

La noche acabó y con ella las incomodidades, sin embargo, eran evidentes en todos sus compañeros de techo, las consecuencias de la falta de un adecuado descanso.

Desde que se despertó hasta que marcharon permaneció alerta y no se desprendió de la armadura hasta instantes antes de subirse a la almadía y partir.

Nuevamente sobre la embarcación adoptó la postura del día anterior y previno al resto. - No os relajéis demasiado que aunque esta noche haya sido un asco todavía es posible que tengamos algún perseguidor. - 

Turno 718

Agua y más agua. Durante casi toda la noche, no hace más que llover y llover. Lo cual vuelve a Oin más y más melancólico, añorando una taberna con rugiente fuego y fresca cerveza enana. Por desgracia allí están cubiertos de barro y empapados hasta los huesos. De muy mala leche, cuando llega el alba se dispone a desayunar y luego, de más mala leche aún sube a la maldita almadía para surcar de nuevo las traicioneras aguas del río. 

Busca de nuevo su sitio y sin dejar de murmurar, gruñir y quejarse, se acomoda y vuelve a agarrar la cuerda. Eso sí, no se despoja de armas, armadura o escudo. Puede estar enfadado pero no ha olvidado a los perseguidores.

Turno 318

- Ja ja, Tranquilo maese Gelion, no va a morir. Quizas moquees unos dias, tal vez te sientas mal, pero es un simple resfriado, guarda tus hierbas para cosas mas graves. - le dijo la enana divertida desde su almadia al mago que, en la balsa contigua y tras estornudar, le tendia desde alli su bolsa de hierbas a la enana.

Turno 318

En cuanto paro de llover, Ilidan volvió a encender la hoguera para secarse de cintura para arriba, mientras que para hacerlo hacia abajo, decidió volverse a poner sus pantalones viejos, aunque estuvieran algo acortonados por el barro que ya estaba reseco y que aun no se había acordado de lavar. Para su herida prefería la suciedad que de seguro no entraría a su herida por el emplaste, que la humedad, que se filtraba con más facilidad.

Tomando todas las precauciones de días anteriores se subió a la almadía para descender el último tramo por el río hasta Burth Marlinge. El numenoreano se sentía destemplado, y pronto llego el estornudo que le indico que había cogido un resfriado.

Turno 318 (y II)

Gelion guardó de nuevo las hierbas en la mochila al tiempo que volvía a estornudar.

La última vez que enfermé estuve a punto de ver las estancias de Mandos. Me alivia saber que ahora no tengo peligro de nada tan grave.

Y sintiéndose fatal todavía quizá más por el temor a enfermar que por otra cosa se dispuso a vigilar recordando de repente que se suponía que debía actuar de guardián y vigilante de la compañía.

Turno 318

Tras la noche en vela, solo echando una cabeza aquí y allá, Groal se encontraba extenuado. Casi hasta la ruptura. Al menos se había mantenido seco; pero en todos los otros aspectos parecía más un autómata que un ser humano.

Así, sin prestar mucha mayor atención, subió a la balsa y se acomodó como pudo, sentado en el suelo. La tensión, la noche, el uso de sus habilidades... sentía a los músculos agarrotados y la cabeza llena de algodones.

Lentamente se fue deslizando al suelo de la balsa. El movimiento lo fue meciendo, haciéndole caer la cabeza sobre el pecho...

Tras la larga noche y por fin ya sin la maldita lluvia Valdir se dirigio hacia su montura con pesadoa pasos y empapado de pies a cabeza, una vez ayudado a subir a su enorme montura Valdir se dirigiop a su sitio en la balsa, a ver si por fin acababan este maldito viaje por el rio.

La verdad es que empezaba a echar de menos una cama caliente y un techo bajo en que covijarse, asi que con el cuerpo cansado y mojado se dispuso a descender el ultimo tramo del rio, a ver si esta vez no hay problemas, el grupo no parece estar en condiciones para entablar combate; se dijo asi mismo Valdir,.

RESOLUCION TURNO 318

Estaban en marcha, media jornada de viaje por el rio los separaba de Burth Marlinge. Ninguno de los viajeros habia estado nunca en esa ciudad, ni conocia nada de sus costumbres o habitantes. Para todos era algo nuevo. Los comerciantes si habian oido hablar de ella, a menudo escuhabn noticias relacionadas con la ciudad, e incluso conocían a algun miembro de ella que habia estado de visita en Esgaroth.

La balsa comenzaba a coger velocidad, las lluvias intensas de la noche habian acelerado las aguas y ahora corrian a toda prisa dejando atrás lomas y colinas. Gelion estornudo, comenzaba a sentirse mal y pronto aparecio la congestion. No fue el unico, Ilidan y Elendur tambien comenzaron a notar los sintomas de un catarro aparentemente leve. Primero fueron los estornudos y mas tarde algo de tos. En todos los casos el malestar general los hacia sentir debiles.

En general todo el grupo habia descansad muy poco. Las lluvias, el suelo encharcado y lleno de barro, hicieron que no fuese nada facil conciliar el sueño. De hecho alguno ni siquiera llegaron a pegar ojo. El agotamiento estaba presente en toda la almadia. Quizas los que mejor noche pasaron fueron Agranil y Briniel, junto a Groal y Marga. Al fin y al cabo ellos cuatro habian compartido un buen refugio para ellos solos, mientras que los demas casi no cabian en los suyos.

Briniel parecia haber estado mejorando con la humedad del rio y las lluevias de esa ultima noche la habian animado aun mas. Todos estaban cansados, nadie pego ojo mas de una hora seguida y todo ello se notaba. El grupo apesadumbrado y agotado estaba deseoso de llegar a su destino.

Asi bajaron, echando una carrera a la corriente del rio, avanzando a toda prisa, como lo hacian las numerosas ramas que el agua habia arrastrado en sus aguas turbias. Algunos estaban nervisosos aun por la no presencia de los jinetes, quizas todo fuera una mala pasada de la vista, pero aun asi se aferraban a sus armas. Fue al fin cuando Letar anuncio que estaban llegando.

Lo cierto es que el paisaje apenas habia cambiado en esas horas. Largos campos abiertos de hierba salvaje, lomas de poca altura salpicadas de pequeños bosquetes de apenas una decena de arboles y arbustos deshojados por todos lados. La impresión general era que el tiempo no pasaba, como le ocurria al paisaje, una y otra vez lo mismo.

El tiempo se calmo un poco, desde la mañana solo se podia intuir donde estaba el sol por que las nubes tenian algo mas de brillo. Un cielo encapotado y grisaceo amenazaban con continuar el chaparron. Por suerte según avanzaban se fue aclarando, e incluso algunos rayos de luz se abrian entre las nubes dejando que los hazes de luz iluminara la almadia como si del propio dedo de Iluvatar los señalara.

Burth Marlinge estaba alli a lo lejos, sobre una loma, se veia su muralla, o se intuia mas bien…