Partida Rol por web

La vel¡rdad es que Valdir no podia ver muy bien la situacion estaba demasiado lejos como para poder ayudar en algo, y si intentaba ir en ayuda de los demas posiblemente acabaria trayando mas problemas, puesto que empezar a saltar de balsa en balsa no era muy buena idea en aquel momento, asi que se quedo quieto en su sitio agarrado donde podia para no caer, mirando y esperando, en caso de que les pidieran ayuda entonces haria lo posible por ir en ayuda de sus compañeros, pero en ese momento lo mejor que podia hacer era quedarse en su sitio.

Gallindum - Turno 304

Los cosas iban de mal en peor, en tanto que Oin acababa de ser sacado del agua a duras penas, el que se hallaba ahora en peligro era el bueno de Bolgo. En su afán por ayudar no había previsto que la fuerza del agua del rio superaba con creces la suya; y ahora se encontraba agarrado del remo, sacudido de arriba a abajo y de derecha a izquierda, luchando por no salir despedido rumbo al agua.

Gallindum, de nuevo, asisitió como mero espectador, pues estaba demasiado lejos y debía saltar de balsa en balsa e ir esquivando gente. Además solo había espacio para que dos personas ayudasen al hobbit, y el cupo ya estaba cubierto con mucho, entre Letar, Elendur y Draupner. Así que a Gallindum no le quedaba otra que observar con ojos espantados mientras rezaba por que salvasen al pequeño hobbit y, de nuevo, por que se acabase pronto aquella maldita travesía.

RESOLUCION TURNO 304

Oin estaba a salvo sobre la seguridad de la balsa. Mojado pero vivo. Entretanto la osada maniobra de Bolgo tenia al hobbit en una situación bastante peligrosa. Pese a su tamaño corrio hábilmente a blandir el remo que sirigia la balsa en su parte trasera. Su pequeño y poco musculazo cuerpo no logro detener la pala y se mecia a mecrced de la corriente y los rapidos, agarrado al remo, haciendo terribles esfuerzos por no caer.
Elendur, Draupner y Letar saltaron de inmediato. Etaban tendidos junto a Oin, en el suelo, aun cansados y tensos por el rescate del enano, pero eso nos les impidio ver el peligro en que Bolgo estaba metido y correr a socorrerle. Draupner fue el primero en levantarse. No nuy agil, bamboleado por el oleaje de la aguas tardo en controlar el equilibrio, dando tiempo a Elendur y Letar a sobrepasarle. Elendur llego primero, hasta el remo, seguido de cerca por Letar.
No todo fue tan bien como se planteaba. Elendur llego a tiempo de detener el remo, asiendolo con ambos brazos justo cuando Bolgo no pudo resistir. Salio despedido hacia la parte izquierda de Wyd. Tuvo suerte, pues no fue al agua directamente, si no que cayo de bruces junto a las patas del caballo de Groal. Elendur viendo la escena quedo paralizado. A punto estuvo de presenciar como el hobbit caia sin remedio a las turbulentas aguas del Carnen. Letar en su carrera alargo el brazo en un intento de parar a Bolgo, lo que hizo que perdiera pie y cayese a plomo por la borda, directo al agua.
El capataz desaparecio por unos instantes sumergido entre las espumosas aguas. Pero pronto salio, luchaba por nadar a varios metros de la balsa.
Bolgo estaba desorientado pero a salvo mientras Draupner, ahora en pie, observaba en primer plano la caida de Letar. Los demas, asombrados no podian hacer nada, salvo mirar, desear su salvacion y rezar al mismisimo Ulmo.

Todo sucedía demasiado deprisa, cuando parecía que todos se preocuparían por Bolgo era Letar quien caía al agua. Era demasiado pronto, todavía no había conseguido concentrarse de modo suficiente. Letar tendría que esperar. Rezaba para que pudiese todavía localizarle antes de que lamentasen una desgracia.

Los valar quisieran que no se viese obligado a usar el último recurso que tenía bajo la manga. Por un lado Letar no estaba advertido y al sentirse manipulado inconscientemente se resistiría y aquello podía dificultar mucho las cosas. Por otro lado la nueva artimaña que se disponía a usar era eso, nueva.

Desde el inicio de sus aventuras con aquel grupo de extraña gente sus capacidades se habían desarrollado rápidamente quizá forzadas por la necesidad. Centró por fin la mente, aflojando la mano que usaba para sujetar la varita de modo que acariciaba los nudos que se veían en la madera, nudos que parecían olas encrespadas en aquel momento. Tenía que ir más allá, forzarse para brindar su ayuda.

Había llegado el momento de poner el verbo junto a la intención y un pequeño murmullo crecía junto con los movimientos de las manos que parecían desplazarse en rápidos saltos de derecha a izquierda. El bosquimano casi parecía querer saltar él de un lugar a otro.

Lo único que permanecía fijo eran sus ojos en Letar.

Turno 305

Los Valar están en contra nuestra...fue lo que pensaba una y otra vez Elendur al ver como sucedían las cosas en la balsa, una tras otra, sin poder evitar que todo acabase ahí.

Ahora el montaraz se debatía en varios puntos posibles, o continuar con el remo para controlar la balsa y que no avanzase tan rápidamente o tirarse al agua para ayudar a Letar. Sabía que lo segundo era más arriesgado y que además si soltaba el remo podría ocurrir otra nueva desgracia.

Así que optó por la primera opción y ver si Letar era o no buen nadador. Intentaría retener lo máximo posible el avance de la balsa para darle tiempo a Letar a nadar hasta ellos. De caso contrario vería la opción de sacarlo del agua de otro modo.

Al menos una satisfación fue que Bolgo no cayó al agua, le tenía verdadero aprecio a aquel pequeño, no se perdonaría que algo le pudiese pasar. Aún así parecía aturdido por el golpe, pero no parecía nada grave.

Turno 305

Las desgracias no parecían parar de sucederse y cada vez con peor resultado. Oin era salvado con facilidad, para que después Bolgo se salvará por los pelos, y no sin haber sufrido un fuerte golpe antes que parecía haberlo dejado aturdido.

Y por último, un desafortunado Letar, que sólo quería ayudar a las personas que habían contratado sus servicios para viajar por el río, era el último en sufrir la furia del río pero de una forma más severa, pues al contrario que en las otras dos situaciones previas, el almadiero ya se encontraba en el agua teniendo que luchar para mantenerse a flote con todas sus fuerzas ante las constantes y brutales arremetidas del río.

Ilidan observaba la escena sin poder prestar ayuda a aquel hombre, aunque una idea empezaba a fraguar en su cabeza para salvarlo, pero para ello debía de dejar la seguridad que le daba su agarre a la cuerda para encontrar varias de estas libres para atarlas y lanzárselas a Letar. El sabía que no contaba con ninguna en su mochila, pero quizás los demás sí que portaban alguna, así que pregunto.- ¿Tenéis cuerdas?...¿Dónde?-

Turno 305-2

Elendur escuchó la pregunta del numeroneano mientras luchaba con el remo en contra del río, y dijo

-Yo tengo Ilidan!! en mi mochila!!!! en mi mochila!

A pesar de sus diferencia, en momentos como este las diferencias desaparecen y la unión se hace fuerte ante las adversidades.

Turno 305-2

Tras escuchar una respuesta afirmativa a su primera pregunta por parte de Elendur, el numenoreano se levantó y se acercó, afianzando cada paso antes de dar el siguiente para no caer al agua, a la formación elevada de troncos que cruzaba de un lado a otro de la balsa donde se encontraban los enseres de todos.

Antes de ir echando mano a todas las mochilas hasta encontrar la del dúnadan por suerte, Ilidan mantuvo la cabeza fría, y tras desechar de forma fácil su mochila, pensó en que como él, sus armas estarían cerca. Luego, para desechar las de alrededor que quedaban, sólo tuvo que recordar un matiz especial que tenía la bolsa de Elendur para reconocerla.

Sin parar a mirar ningún objeto más que tuviera su compañero, salvo su armadura que era demasiado grande para obviarla, el edain sacó la cuerda. Una vez la sostuvo en sus manos y miró su longitud, susurró.- ¡Qué suerte, una cuerda de escalada!.- Los 15 metros aproximadamente que mediría aquella cuerda de cáñamo sería suficiente sin atarla a ninguna otra para llevar a cabo la siguiente parte de su plan.

Turno 305-2

Oin sigue agarrado fuertemente y ajeno al mundo.

- Maldita barca... maldito Ulmo... maldito viaje... maldito río...

Turno 305

Los angustioso momentos en que Bolgo estuvo a merced del remo parecieron eternos mientras el hobbit era zarandeado de un lado a otro. Agarrado al remo con toda su alma, el mediano pudo ver cómo dos figuras que no se detuvo a reconocer, corrían en su ayuda e intentaban contener el remo. Finalmente, en un giro especialmente brusco del palo, Bolgo salió despedido.

Cerró los ojos esperando hundirse en el agua en cualquier momento pero esto no ocurrió. En cambio, el duro contacto de la balsa impactó contra su hombro y su cabeza, dejándolo aturdido durante unos momentos.

¿Qué ha pasado? ¿Sigo vivo? ¡Sigo vivo! celebró en su interior ignorando la peligrosa situación que atravesaba Letar por su causa.

Turno 305

El capataz cayo al agua de espaldas, hundiendose en principio unos instantes. En seguida salio y comenzo a batirse contra los rapidos y las olas generadas por ellos. La corriente hacia que su velocidad fuese muy parecida a la de la balsa, quizas algo mas rapida, pues el agua lo empujaba y su peso era menor. Aun asi continuaba a tan solo un par de metros de la balsa. Las salpicaduras del agua, sus bamboleos y continuos cambios de direccion obligaron a Letar a hacer acopio de fuerzas y demostrar sus dotes natatorias.

Turno 305-3

Elendur sopesó las posibilidades, miro a Letar como se debatía contra las aguas del rio por suerte no se alejaba de la balsa, luego miró al que sostenía el otro remo y calculó los posibles contratiempos.
Tenía que hacer algo rápido pues la situación se podría descontrolar, desconocía que pretendía hacer Ilidan, ero mientras más ayudas pueda recibir Letar más posibilidades tendría de salir del agua.

Así que no se lo pensó dos veces y grito al que tenía el otro remo de la balsa
-AGUANTA BIEN EL RITMO DE LA BALSA! TE QUEDAS SOLO CON EL REMO!!!

Y acto seguido trató de sacar el remo del agua con el fin de acercarlo a la posición de Letar lo antes posible.

turno 305

Valdir miraba la situacion con cara de impotencia, sus compañeros estaban pasando por una situacion muy mala y lo unico que podia hacer era mirar desde el otro extromo de la barca.

Si intenteba ir donde los demas cabia la posibilidad de causar mas problemas, y eso era de algo que en ese momento habia de sobre en el grupo, asi que siguio observando la situacion de sus compañeros por muy mal que le sentara no poder hacer nada en aquella situacion.

Turno 305

Bolgo se había salvado, por los pelos pero se había salvado, sin embargo la cadena de complicaciones no parecía tener fin. Ahora era Letar, el que sin dar tiempo a los demás a lanzar en su ayuda una mano había caído a las aguas del río, aunque por fortuna parecía que era capaz de mantenerse a flote. Sus ojos recorrieron rápidamente los elementos de la embarcación por si pudiera encontrar algo que lanzarle y que a la vez sirviera para poder subirle a la balsa. Barajó las distintas opciones, quizá la más fácil era emplear el remo que sostenía Elendur, sin embargo su escasa pericia marinera y su miedo al agua, le hicieron desechar esa opción, luego se fijó en la madera del ropero donde colgaban las pertenencias de todos, podría arrancarla y usarla para izarle, aun así habría que arrancarla y posiblemente se mojarían las pertenencias de todos, así que paseó su vista por las pertenencias colgadas en el ropero tratando de localizar una cuerda en ellas que poder arrojar. La prisa se volvió en urgencia al escuchar las palabras de Elendur.

Gallindum - Turno 305

A Gallindum se lo comían los nervios. Jamás pensó que el trayecto fluvial pudiese ser tan accidentado y peligroso, si no ni se habría pensado en subirse a aquella cáscara de nuez que amenazaba con convertirse en verdugo de todo el grupo si las cosas seguían así. Aferrado como una lapa a la madera y esperando mantenerse a salvo de aquella forma (al menos era lo que el enano deseaba con toda la fuerza de su voluntad) Gallindum era mero testigo de la escena mientras se maldecía a si mismo por no ser más que un lastre con ojos en aquella balsa.

Ardía en deseos de ayudar, pero el pánico a morir ahogado, su inexperiencia en "lides acuáticas" y su alejada posición; le impedían hacer otra cosa que no fuera implorar a los Valar que aquel caos acabase pronto y pudiesen pisar tierra firme de nuevo; donde, esperaba, dejaría de sentirse como una mochila llena de piedras.

RESOLUCION TURNO 305

Lo que se suponia un viaje tranquilo se estaba convirtiendo en una serie de catastrofes mas o menos graves. Oin habia sido salvado de las aguas; Bolgo caido sobre los troncos, luchaba por sobreponerse al golpe; y Letar, que habia sido de gran ayuda, habia caido al agua. Luchaba por mantenerse a flote mientras en la almadia, sus ahora compañeros,  intentaban hacer algo para rescatarle tambien a el.
Gelion permanecia concentrado en la primera embarcación, junto a Valdir y algunos esgarothianos. Desde esa posición poco podian hacer mas que mirar y orar por su vida.
En la segunda balsa estaba el carromato en cuyo interior permanecían aun Agranil, Briniel y la propia Marga que ahora asomaba su cabeza fuera, estaba herida como delataba la sangre manaba en un pequeño hilo desde su frente, bajando por el rostro de la enana. No parecia grave, pero la primera sacudida debio causarle el golpe. Entre esa primera almadia y la otra, la Galera continuaba fuertemente atada a ambas naves, el golpetazo de hacia un instante no parecio dañar su flotabilidad.

En la balsa que abria la segunda almadia se encontraba Gallindum, que bastante asustado se aferraba al palo del ropero. Arlan y Egorant estaban con el. Todos ellos acompañados por el enorme caballo de Valdir que algo asustado, al igual que los enanos, bufaba repetidamente, nervioso, exhalando vaho por los ollares e intentando moverse para todos lados. Por suerte habia sido bien amarrado y no irira lejos.
Por ultimo en la balsa que cerraba la formación se encontraban los demas. Ilidan aun tumbado buscaba cuerda en las mochilas que tenia mas cerca. Draupner lo imito de inmediato. Necesitaban arrojar a Letar algo a lo que agarrarse y poder acercarlo lo suficiente para subirlo, el tiempo corria en su contra. Groal continuaba tumbado junto a numenoreano, inconsciente pero vivo, ajeno a todo lo que ocurria a su alrededor. Oin trataba de recuerar el aliento, sobreponerse a su experiencia acuatica, quedo quieto, en el suelo cara arriba, casi en la misma posición en que lo habian dejado, maldecia a Ulmo, al agua y a la balsa en la que reposaba.
Elendur habia corrido a hacerse cargo del remo, después de que Bolgo cayese dento de la balsa. Mientras se recuperaba el seria el encargado de manerjar el remo. En un principio no sabia bien lo que tenia que hacer, pero enseguida adivino el cometido del remero, y no era otra que la de alejarse de la orilla y las rocas. Entonces tuvo una idea. Viendo como Drauppner e Ilidan buscaban cuerda entre las mochilas el se dispuso a sacar el remo del agua y usarlo de pertiga para que Letar se agarrase a el. El montaraz del norte se acerco al soporte del remo, un palo vertical de un metro de alto que sostenia atado el remo a la balsa. Comenzo a intentar deshacer el nudo para sacar la pala del agua. El nudo estaba muy bien hecho, eso y la humedad ni hicieron posible que Elendur soltase las ataduras. Tan solo aflojo un poco uno de los extremos, ni siquiera lo suficiente para deslazar la cuerda.
El tiempo apremiaba, Letar era buen nadador, pero las turbulentas aguas del Carnen no dejarian que disfrutara de la natacion por mucho tiempo…
 

Gallindum - Turno 306

El enano seguía haciendo lo único para lo que parecía servir subido en aquella balsa: Agarrarse y mirar.

Elendur parecía querer soltar el remo de su soporte, con bastante mala fortuna. Al parecer, los almadieros, sabían como hacer nudos. - ¡¡Utiliza una daga, montaraz!!.- vociferó el enano, tratando de que se le escuchase por encima del estruendo del agua y tratando de prestar (en fin..) algo de ayuda, por muy pequeña que esta fuese.

Letar parecía buen nadador, pero, o lo sacaban de allí rápidamente o no iban a poder disfrutar de la presencia del jefe de los almadieros junto al fuego en la próxima parada que hiciesen.

Turno 306

Bolgo se sentía mareado. El constante vaivén de la balsa sobre el río se vio de pronto acompañado por la sensación de vaivén de su propia cabeza. Este era más suave y amplio, pero le impedía guardar el equilibrio de modo que decidió permanecer tumbado.

El sonido de un lejano chapoteo llegó hasta él. ¿Alguien ha caído? pensó aturdido.

Poco a poco su mente se estabilizó, y el mareo cesó para dar paso a un punzante dolor de cabeza, que le permitía sin embargo, erguirse y pensar con cierta claridad. Echó una ojeada alrededor y vio a varios de sus compañeros socorrer a alguien que al parecer había caído al agua.

- ¿Létar? -llegó a decir, pero nadie parecía hacerle caso.

Turno 306

Draupner apenas tardó unos segundos en tener una cuerda entre sus manos. Ahora el objetivo era lanzarla, quedándose con un extremo, de tal modo que la mayor parte de la cuerda cayera cerca de Letar, para que este pudiera agarrarse. Y tenía que hacerlo antes que Elendur sacara el remo. - ¡Elendur no se te ocurra quitar el remo, si lo perdemos nos condenarás a todos! -

Trató de mantener el equilibrio, sin embargo aquella condenada barca se movía como un búfalo bravo, y si bien no cayó el lanzamiento de la cuerda no fue todo lo bueno que le hubiera gustado, pero a lo mejor aun así era suficiente para que Letar con un pequeño esfuerzo la alcanzara. 

Esperaba no obstante que Ilidan tuviera mejor suerte al arrojarle el cabo.