Partida Rol por web

Turno 312

Elendur terminó de rastrear sin saber muy bien el resultado de su expedición asi que volvió junto al resto para pobar el tan delicioso guiso que había preparado el hobbit.
A diferencia del resto aquel guiso le sabía a gloria al montaraz de hecho se tomo lo restos de aquellos que apartaron el guiso para comer carne salada.

Finalmente se dispuso a adaptar su manta un sitio cómodo con hojas para echar la cabezada.

A la mañana siguiente se despertó y vió que todo seguia igual que la noche anterior, asi que ayudó a disponer todo para continuar la marcha, todo parecía ir bien pues Letar animó a la gente indicando que la situación del río ahora sería mejor, y eso era todo un alivio.

Una vez ya en la balsa, los enanos y el hobbit dijeron ver algo en la orilla, unos jinetes aclaró el hobbit, asi que el montaraz se dispuso a preparar cerca sus armas y su escudo, por si tuvieran problemas más adelante. En estas circunstancias habria que ser precavido

Turno 312

Su turno de guardia sucedió tranquilo, hecho que agradeció el numenoreano ya que si le hubieran cogido por sorpresa su herida hubiera sido un impedimento, quizás la siguiente noche propondría que tomará su lugar Gelion, aunque eso dependería de cuánto y lo rápido que mejorará su herida con la aplicación de la hierba por parte de Marga. El día siguiente antes de partir se la revisó, pero su curación no había avanzado tan desproporcionadamente como había esperado, aunque siendo realista, que se podía esperar en tan sólo una noche.

La travesía transcurrió tan tranquila como la noche, aun así seguía tomando las mismas precauciones que la tarde anterior, aunque sus músculos estaban más relajados. En el descenso del río aquel día, el edain también se dio cuenta que al final no habían quitado la rueda de la galera, como vio por las mitades que sobresalían entre las aguas.

Parecía que nada relevante iba a ocurrir durante la primera mitad de la jornada antes de hacer la parada para comer, y ojala hubiera sido así, la noticia de la presencia de tres jinetes por la orilla no le gustaba pues seguramente implicaría entrar en combate.

Ilidan recogió su arco y su carcaj lleno de flechas, en vez del escudo como había aconsejado Draupner, ya que si se entablaba combate sería más útil para el grupo, por su herida, luchando a distancia. Luego, intentó encontrar con la vista a aquellos tres jinetes, buscando la columna de polvo que se elevará al trote de los caballos, delatando su posición. Y también, sólo de forma precavida, estuvo alerta por si sus compañeros hubieran pasado por alto otro peligro, como un segundo grupo de jinetes.

Turno 312

Por mucho que no le apeteciera hacer la guardia era su deber, asi que miro con envidia a los que se iban a dormir y se dispuso a hacer la guardia, en ese momento vio como Draupner se acercaba a aquel guiso y le pregunto quien lo habia echo, asi que Valdir dijo tambien en voz baja; Lo hizo maese bolgo y yo soy uno de los que ha comido, aunque no este muy bueno siempre se agradece una comida caliente durante el viaje, dijo Valdir con una sonrisa en la cara.

Ya a la mañana y con bastante sueño, Valdir se levanto a regañadientes, ya era hora de ponerse en marcha y él no iba a hacerles esperar, asi que recgio todo y se puso en su lugar en la balsa lo mejor sujeto posible.

Ya pasado un rato Valdir se dio cuenta de que algunos componentes del grupo habian visto algo en la orilla que acababan de dejar, jinetes.. creyó oir Valdir, solo por si las moscas Valdir cogio su escudo y su espada (la lanza se supone que esta con el caballo) y las puso cerca suyo, por si acaso habia problemas mas adelante. 

Turno 312

Gelion escuchó las explicaciones de su compañero Groal al tiempo que asentía con la cabeza. Pareció dispuesto a decir algo o argumentar algun comentario elaborado como tenía por costumbre. De pronto surgieron los avisos de alarma y la posible presencia de jinetes. El bosquimano miraba a todos lados al tiempo que con el rabillo del ojo controlaba la posición de Siempreviva en el cielo .

Miraba desesperado a todos lados temeroso de que el grupo fuese victima de asaltantes.

RESOLUCION TURNO 312

Al poco de salir de su reparadora noche de descanso, la balsa comenzo a coger de nuevo velocidad, surcando ligera y tranquilamente la superficie del agua. En esa zona el caudal era amplio y rapido, ademas de ser bastante profundo por lo que sus rocas y obstáculos no formaron rapidos. Letar junto a sus hombres dirigieron la barca hacia el centro del rio, mientras el resto tomaba posiciones. Unos lo hacian sentandose, otros arrodillandose y muchos agarrandose con fuerza a las cuerdas. Nadie queria caer al rio y Letar ya les habia avisado de que en aun quedaba una zona peligrosa mas adelante. Con ayuda de los remos los almadieros fueron girando la balsa a babor ya que el rio describia una amplia curva a la izquierda pasando por en medio de dos altas lomas que comenzaban a levantarse alrededor.
Justo cuando estaban en mitad de la curva, Gallindum, Bolgo y Draupner creyeron ver algo. Tras hablar entre ellos, llegaron a la conclusión de que se trataba de tres jinetes. No les dio tiempo a ver mas, pues el lugar donde fueron avistados desaparecia tras las elevaciones del terreno adyacente. El nerviosismo cundio. Draupner aconsejo prepararlas armas para defenderse de un posible ataque, cosa que casi todos hicieron sin rechistar.
Groal abria otra opcion, quizas no fuesen enemigos y pedia a sus compañeros que no se apresurasen. Estos entre tanto ponian cerca sus escudos o armas, si bien no las empuñaban directamente. Solo Ilidan tubo la idea de preparar su arco, pues las unica arma efectiva si los atacaban seria esa, ni martillos ni espadas, no a esa distancia de la orilla y sin detenerse. Bolgo estaba bastante nervisoso y no cayo en la cuenta de sacar su honda, la cual seria de gran utilidad en caso de que el esperado ataque tuviese lugar.
Sea como fuere, todos posicionados, con las armas preparadas, no dejaban de mirar enrededor. Esperaban descubrir mas jinetes, o enemigos preparandos con sus arcos, listos para soltar una descarga mortal sobre la balsa. No habia donde parapetarse, salvo el carromato donde viajaban Agranil, Briniel y Marga, que ofrecia una cobertura excepcional si unos se colcaba debajo. Tambien podrian buscar cierto refugio entre las mochilas colgadas de los roperos o, aunque mas cruel, tras los caballos que ofrecían un buen resguardo frente a los proyectiles. Quitando eso, tan solo quedaban los escudos.
Siempreviva revoloteaba sobre la balsa, describiendo grandes circulos sobre ella, tal y como habia hecho tiempo atrás. De cuando en cuando se lanzaba en picado para obtener alguna pequeña presa, de conseguirla, desaparecia durante un buen rato para degustarla. En ese momento batia sus alas para luego dejarse llevar, siguiendo la balsa, yendo y viniendo.
Ese dia habia amanecido soleado y los rayos del sol incidian en el rio brillando y mostrando su pequeños oleajes. No habia muchos arboles cerca, aunque de cuando en cuando se acumulaban altos arbustos, alisas y sauces en las orillas, pero por lo general no eran mas que unos pocos arboles que rapidamente dejaban paso a las praderas de hierba corta. En esta epoca del año estaba verde, de un verde oscuro por la gran humedad de la tierra que era bañada frecuentemente por la lluvia, sobre todo en los ultimos dias, y por el poco sol que recibian. Los dias eran aun muy cortos.

La balsa avanzaba rapidamente por el rio mientras las orillas eran duramente vigiladas desde la almadia.

Turno 313
Percepcion Gelion

El mago miraba alrededor, observaba a Siempreviva, su vuelo señorial parecia normal. En ocasiones su mascota le habia llegado a alertar, con sus gestos y variaciones de conducta, de la presencia de otras gentes, enemigos o no. Esta vez no hacia nada especial. Batia las alas con fuerza para ganar altura y despues se dejaba llevar por un planeo sueve. Era su manera de seguir el ritmo de la almadia.
Gelion vio algo por el rabillo del ojo que le extremecio, dos sombras en la orilla derecha. Cuando se giro para ver bien de que se trataba, habian desaparecido. Por supuesto se puso nervioso…

Turno 313
Percepcion Ilidan

Ilidan observaba los alrededores muy atento. Sus compañeros, y mas concretametne Draupner habia avisado de la presencia de tres jinetes. El numenoreano no habia visto nada, pero no por ello bajaba la guardia. No dejaba de mirar a ambas orillas, meneandose sobre la balsa con movimientos lentos y sosegados. Su mirada buscaba a los enemigos o al menos el polvo del camino que levantarian sus monturas. Lo cierto es que el terreno estaba muy mojado y no se levantaria mucho plovo en caso de que los siguieran.

Turno 313
Percepcion Elendur

Elendur observaba los alrededores muy atento. Sus compañeros, y mas concretametne Draupner habia avisado de la presencia de tres jinetes. El montraz del norte no habia visto nada, pero no por ello bajaba la guardia. No dejaba de mirar a ambas orillas, meneandose sobre la balsa con movimientos lentos y sosegados. Su mirada buscaba a los enemigos sin exito.

Turno 313

Bolgo sintió la agitación que se propagó por la balsa cuando advirtió a los demás de la presencia de aquellos jinetes. Vio como uno a uno, sus valientes compañeros preparaban sus armas y escudos para hacer frente al enemigo si había que plantar batalla. El mediano, meditabundo y alicaído olvidó preparar su honda mientras se encogía en la almadía pretendiendo volverse aún más pequeño.

Tal vez si nos atacan, no reparen en un inofensivo mediano encogido entre estas tablas... pensaba en silencio.

Se reprendió a si mismo por estos pensamientos. De pronto, la imagen de la batalla en campamento de los almadieros le vino a la mente. Allí si había resultado útil. En ese momento, recordó su arma.

¡La honda!

Dio un respingo. Algo más animado por el recuerdo de la batalla donde contra todo pronóstico había ayudado considerablemente a acabar con sus enemigos, se dispuso a preparar su arma. De nuevo el temor del combate infirió un incómodo temblor en sus manos, no obstante, no le impidió preparar la honda y repasar mentalmente todos los movimientos necesarios para disparar una de sus piedras.

Esperando el momento, acarició una de sus piedras mientras intentaba sin éxito expulsar el miedo de su mente.

Turno 313

Draupner seguía algo intranquilo por los jinetes, sin embargo algo le decía, no obstante, que hasta que no hicieran una parada no volverían a tener problemas si bien toda precaución era poca.

El enano pensaba que su avance era demasiado rápido como para que sus perseguidores pudieran seguirles por tierra, con lo que o tenían preparada ya la emboscada, cosa que dudaba, pues pensaba que aquellos bandidos habían puesto su fe en conseguir la cota de malla en el primer asalto, o tendrían que recuperar el tiempo  que ellos ganaban durante el día por la noche y encontrar además un punto desde el que detener el avance de las balsas. De nada les servía atacar en una zona rápida del río pues apenas si tendrían tiempo para lanzarles un par de flechas y aquello no impediría su avance.

No, la emboscada sería al amanecer o en algún remanso o vado, donde el avance de la embarcación fuera muy lento.

- Letar cuáles son las zonas más lentas del río. ¿Hay algún vado que nos dificulte el paso con las balsas debido a las ruedas? - preguntó Draupner para anotar mentalmente los puntos con mayores probabilidades de ser emboscados.

Turno 312

- Es dificil de saber maese Draupner - dijo Letar no muy lejos de el. - Hay una zona de rapidos mas adelante, como a un par de horas  si seguimos a esta velocidad, diria yo - el capataz trataba de recordar el rio, hacia algo menos de un año que lo bajo por ultima vez, aun asi lo conocia bien, pues antes de esa fueron muchas las veces que surco sus aguas.

- Habia un vado en esa zona - dijo refiriendose a los rapidos - pero dudo que con esta corriente nadie sesa capaz de atravesarlo, si es que la corriente no se lo ha llevado ya. - Su voz trataba de elevarse sobre el ruido de las aguas, pero no queria gritar. Incluso Letar observaba las riberas temeroso de un ataque. - Las ruedas podrian chocar, si, pero no creo que nos detengan si es que llegan a tocar las rocas con semejante caudal - termino diciendo mientras observaba el agua.

Turno 312

- Hay que ponerse a cubierto, pero yo no voy a saltar hasta el carromato - dijo el comerciante a su compañero Dorhand mientras se tumbaba junto al ropero, dejando las mochilas sobre el, buscando algo de cobertura. Dorhand le imito.

Turno 312

Ninguno de los esgarothianos tenia escudo, no lo necesitaban. Coralak si tenia su espada y la empuñaba en una posicion arrodillada, cerca tambien del ropero. No le valdria de nada contra las flechas, pero se sentia mas seguro. Observaba los alrededores algo ansioso, ese estado podria llegar a agotar a todos, pero habia que estar alerta.

Turno 312

Ni Dwalin ni Arlan habian llevado escudos, por tanto buscaban el arropo de algunas mochilas. La mayoria estaban en la galera y las que colgaban del ropero ya servian de parapeto para otros de modo que sencillamente se acacharon un poco para no mostrar un blanco tan generoso a sus enemigos.

- Esperemos que no nos den, en caso de que veas aparecer a algun enemigo no lo pienses, corre bajo el carromato - le dijo Arlan a Dwalin

Turno 312

- Solo espero no caer al agua en el intento - le respondio el herrero.

El enano era un gran artesano, capaz de crear las mejores armas, pero blandirlas era otra cosas. No es que fuese malo en el arte de la lucha, pero no era ningun campeon, lo suyo era la herreria. Asi pues agachado junto a Arlan espero atento.

Turno 312

El montaraz del Norte seguía mirando a sus alrededores sin éxito alguno, aún asi se cubría tras su escudo, nunca se había visto en una situación igual, tras todos sus años al servicio de los montaraces nunca emprendió una misión de reconocimiento o de transporte por un río, todo era nuevo para él y no tenia ninguna estrategia conocida para llevar a cabo. Solo contaba con su intuición de batalla y que la suerte les acompañara.

Miró también a sus compañeros con el fin de ver si estaban bien situados y no dejaban flancos libres para un posible ataque y escucho las preguntas de Draupner, que eran muy acertadas. Sin duda ese enano sabía defenderse bien ante una emboscada.

Turno 313

Ilidan aun no había encontrado lo que buscaba, pero estaba seguro que debía de estar allí. Sino, si aquellos jinetes eran hostiles, algo fallaba en su plan. Pues para interceptarlos, e intentar aprovechar la precariedad a caerse a las turbulentas aguas que ofrecían las balsas, debían de atacar desde las dos orillas, ya que de otro modo, bien podrían bajar en la contraria a donde se produjera el ataque para hacerse evitar, o por lo menos retrasar la ofensiva y planear la defensa.

Mientras todos se preparaban para entablar combate, comprobó que sólo él había optado tomar la decisión de combatir a distancia. Lo que sin querer, le brindaba la opción de poder parapetarse tras el escudo o el de varios de sus compañeros mientras cargaba la flecha, para después elevarse tras ellos y disparar. Por entonces, no dio aun a conocer esa idea, pues limitaba su visión y  no parecía haber un riesgo inminente.

Turno 313

La verdad es que todo aquello le dá mala espina. Escucha a Draupner y asiente con la cabeza. 

- Esos felones... - murmura mientras se mantiene expectante mirando en derredor y arrodillado tras el escudo, pero agarrado fuertemente a la cuerda. Se asegura que lleva el hacha al cinto y el martillo bien sujeto.

Valdir siguio mirando a los alrededores para ver si veia al enemigo, sin embargo el era un guerrero, le faltaba ese entrenamiento necesario para detectar pequeñas variaciones en el entorno que revelaban la presencia de enemigos, esa clase de capacidades eran mas dominio de los montaraces que del suyo, asi que suspiro, aferro su escudo y se preparo para lo peor.

La verdad es que Valdir estaba bastante preocupado por su montura, su los enemigos atacaban con flechas, y era lo mas probable, su caballo y el de Groal eran blancos faciles, y eso no le hacia ninguna gracia, pero poco podia hacer en ese momento, asi que siguio en guardia ante el posible ataque enemigo.

Turno 313

Groal se mantuvo erguido, al menos todo lo que le permitía el bamboleo de la balsa. Y aunque sus manos apretaban con fuerza el largo bastón que llevara, y sus ojos tal vez estuvieran atemorizados tras sus espesas cejas y barba en las mejillas, el beórnida hizo un esfuerzo por llevar hacia todos la palabra del Oso.

- Dar por seguro un ataque es vivir con miedo. El miedo nos consume como un animal rabioso. La verdadera lucha es contra el temor, contra la sombra oscura que pueda posarse sobre nuestros corazones!

Su vista, sin embargo, escrutaba las orillas con atención. Conocía los bosques, el mecer de los árboles en el viento, el salto de un conejo perturbando las hojas de la orilla. La charla de una emboscada lo ponía nervioso, pero no quería que los demás lo notaran. El Gran Oso me envía esto para probarme. La violencia no es el camino. La última frase se escapó de sus labios, involuntariamente.