Partida Rol por web

Turno 316

El aguacero sorprendió a todos. Groal levantó la vista, mientras terminaba de apurar su cuenco con el guisado. Cálido y reconfortante, podía sentir la energía del alimento llenando su cuerpo de esa agradable sensación de placer, de haber comido.

Sus dedos hicieron cosquillas, mientras observaba a Marga y a Agranil. Pesadamente, pero con cuidado, juntó la cabeza con la enana. Qué son esas hierbas? Cómo se utilizan? Para qué son útiles? Esas preguntas y algunas más escapaban de sus labios mientras analizaba el estado del hombre.

Finalmente colocó su mano sobre la frente de Agranil, tras solicitar aprobación a Marga. En voz baja, pero arrastrada por el viento hasta cada oido, pronunció:

- Gran Oso, padre de todo lo vivo, guardián de esta tierra. Da a tus hijos la fuerza necesaria para cada día, y restaña sus heridas con tu amor...

Podía notar como un poder lo llenaba, como su propia dedicación y determinación hacían surgir de su interior una fuerza que se desparramaba por su brazo hasta Agranil...

Turno 316

- Esto, amigo, es Thurl, una especia que se saca de unos arbustos. Crecen en los bosques, cerca de donde yo vivia, en Barukkizdin. - dijo contestando la curiosidad de Groal. - Y el emplaste que he de colocar a Ilidan es Arnuminas, una hoja de una planta bastante comun que crecen en el mismo bosque, lamentablemente no me quedan mas que un par de dosis, aunque no el no necesitara mas, me quedare sin nada. - dijo enseñandole un puñado de hojas que llevaba en su zurron, en una bolsita de cuero.

Despues el beornida pidio permiso con la mirada para usar su don, y Marga encantada lo dejo hacer. Era maravilloso, Agranil desperto algo aturdido.

Turno 316

- Eh..., ¿que ha pasado?, ¿Donde estoy? - pregunto Agranil descondertado. Pero antes de que obtuviera respuesta, se durmio placidamente. El color habia vuelto a su rostro, pero aun estaba devil...

Turno 316

La tormenta había pillado al bosquimano completamente a desmano. A su lado Oin maldecía como era su costumbre y todos se dirigieron hacia el arbol siguiendo a Valdir.

Dentro de un rato, cuando las ramas del arbol se empapen nos caerá el doble de lluvia encima. Debemos construir un refugio con ropas impermeables si nos es posible. Gelion resopló frustrado. Corremos riesgo de enfermar si no conseguimos mantenernos minimamente calientes y secos.

Ojalá pudiesen abrigarse mínimamente.

Turno 316

Ilidan volvió en pleno silencio al campamento, y con la cabeza algo gacha, debido a su infructuosa búsqueda de plantas. Aun así, la compañía de Elendur de ese día, que estaba claro que no recordaría para siempre, le había echo que el tiempo se le pasará más rápido, tanto que en ningún momento pensó que con quien estaba caminando era un dunadan, un supuesto enemigo, incluso antes de nacer, de su raza.

Cuando comenzó a llover a cantaros, el dunadan, como todos, tapo instintivamente su cuenco de comida, sin embargo, al contrario que el resto, no tuvo prisa en dirigirse a refugiarse bajo el árbol. Aquella no era ni por asomo la primera vez, ni sería la última, que se veía envuelto en aquella situación, de encontrarse bajo fuerte lluvia sin sitio adecuado donde cobijarse. Por lo que como bien sabía, era mejor que sus pertenencias permanecieran secas, incluso antes que él, ya que entre ellas había algunas que valía la pena que no se mojaran si luego quería que cumplieran con su tarea.

Bajo el árbol se acabó su guiso, algo aguado, y luego permaneció allí, viendo como una fina cortina de agua se formaba delante suyo, justo a la altura en la que el follaje del árbol tenía su fin. Así paso el rato, el fuego de la hoguera ya extinguido completamente, cuando recordó que no debían descuidarse, podían no estar solos en la zona. El edain buscaba con la vista, no sin dificultad, por la lluvia, a aquellos 3 jinetes, que de seguro aprovecharían el amparo que les proporcionaba el clima adverso para acercarse, presumiblemente a pie.

Gallindum - Turno 316

Dieron la vuelta de reconocimiento sin advertir nada extraño. Si alguién les seguía los pasos aun no había llegado a la zona, y el enano esperaba que tardase en llegar. Y si los estaban esperando se habían equivocado de sitio. O al menos eso era lo que parecía.

Se sentaron alrededor del fuego para disfrutar de algo de calor y de una buena comida caliente, cuando, poco a poco al principio y en tromba después, empezó a caer la esperada tormenta. Gallindum se levantó entre maldiciones y tratando de salvar lo que pudiese de la cena con una mano, y cogiendo el escudo con la otra (considero que el martillo lo llevo al cinto), corrió a resguardarse de la lluvia bajo un árbol junto a Valdir y los demás.-Maldita sea...-masculló.- A este pasó no secaran mis barbas hasta el día de Durin. Se lamentaba el enano mientras se ponía la capucha y se envolvía todo lo bien que podía en su capa.

Acabó como pudo el estofado pasado por agua, y le dijo a Gelion.- Si sabes como y con que construir un refugio en medio de esta tormenta, ¡Cuenta conmigo!.- Luego se preparó para cuando empezase a caer agua del arbol y se colocó el escudo sobre la cabeza, a modo de tejadillo.

RESOLUCION TURNO 316

La lluvia habia estallado, furiosas y densas gotas caian con rabia al suelo encharcando toda la pradera en la que se habian instalado. Tocos corrieron, unos bajo la improvisada carpa que los almadieros habian levantado y otros en busca de algun arbol en el que guarecerse. Estos ultimos no abundaban, aunque a treinta metros estaba el unico que habia cerca. Un sauce sin hojas cuyas ramas caian por todos lados. No ofrecia gran cobertura frente a la lluvia, pero al menso las gotas no golpeaban con tanta fuerza.

Bajo las mantas  de los almadieros estaban Letar, sus tres compañeros, los dos comerciantes de Esgaroth, el hijo del alcalde, Arlan y Dwalin. El pequeño bolgo con su tamaño, habia conseguido agazaparse en primera fila, alli donde no se mojaba directamente pero sus pantalones se iban calando por las salpicaduras. Habian logrado meterse bajo la “carpa” un total de nueve personas. Estaban apretados e incluso los que estaban mas proximos a la parte externa se mojaban de igual modo, solo que las gotas no caian directamente. Por suerte no hacia demasiado viento y no llovia rachado.

En la lona embreada estaban Groal, Marga, Briniel y Agranil. Alli quedaron los cuatro. La pareja estaba tumbada y la enana y el beornida permanecían semiagachados junto a ellos. En ese refugio no habia mucha altura pues habia sido pensado para que permanecieses tumbados en el mayor espacio posible, dada la escasez de tela.

El resto buscaban donde refugiarse y sin otra opcion siguieron a Valdir hasta el arbol. Ahora la mayoria del grupo se encontraba bajo el enorme sauce desnudo de hojas. Por el momento estaban mas o menos refugiados, pero, como bien predijo Gelion, las ramas se fueron saturando de agua y pronto las gotas resbalaban por ellas haciendo que de la punta de cada una naciese un incesante goteo continuo. Bajo el arbol comenzaban ya a mojarse de nuevo, quiza no tanto como fuera, pero mojandose de igual modo.

Algunos se pusieron los escudos a modo de paragüas, otros se arrullaron en sus capas y otros sencillamente se resignaban a mojarse. Gelion dijo que habia que construir un refugio, y Gallindum se ofrecio a hacerlo si alguien sabia como. Draupner ya habia pensado antes en ello, aunque no lo comento en voz alta, en el mismo instante en que el mago menciono el refugio, volvio a caer en la cuenta. Tal vez podrian usar las telas que cubrian el carromato en el que viajaban Agranil y Briniel, era bastante grande y sin duda servirian. Ahora habia que buscar como hacer una estructura, aparte de eso tambien habia que pensar en como quedaria, tras el aguacero, el lugar donde el dia siguiente volverían a viajar el alcalde y su mujer.

Aun bajo el agua, mojandose intentaban pensar en como construir algun sitio donde refugiarse.

Mientras tanto Groal obraba su magia, sus manos tocaron a Agranil, y este parecio despertarse por momentos, pero volvio a dormirse. Todos oyeron como clamaba por el alacalde al Gran Oso.

La luz casi habia desaparecido por completo, las nubes negras oscurecían todo alrededor y tan solo el tronar traia algo de luz en forma de relámpagos que no muy lejos iluminaban el lugar.

Turno 317

Bolgo se mantenía abrazado a sus propias piernas y con la cabeza agachada para mantener el calor. Exhalaba grandes bocanadas de aire que se repartían sobre su regazo y sus piernas calentándolos momentáneamente. Cada cierto tiempo echaba una ojeada alrededor para confirmar que la lluvia seguía anegándolo todo para volver a acurrucarse de inmediato. El hobbit se había encogido tanto que parecía pasar desapercibido para todos los demás.

De pronto, Gelion sugirió la idea de construir un refugio. Bolgo sopesó la idea de ayudar a realizar la estructura, pero la desestimó al recordar el resultado de la última situación en la que había tomado la iniciativa. En todo caso, y a pesar de que la idea de abandonar su posición y volver a la fría lluvia no le atraía lo más mínimo, ayudaría en todo lo posible aunque solo fuera trenzar los nudos que amarraran las telas.

El hobbit esperó a que alguno de sus compañeros se pusiera manos a la obra para hacer lo propio y ayudarles.

Turno 317

Elendur regresó al campamento sin ningún resultado, eso no era del todo mala noticia, al menos estaban solos por alli, y no había pasado nadie recientemente por el lugar.

La desgracia vino luego cuando se puso a llover, instintivamente todos buscamos cobertura, pero la gran mayoría lo hizo bajo un árbol, sin duda había que construir un refugio, pero Elendur no era un buen arquitecto, de hecho no sabía nada de construir cabañas ni refugios, pero trató de pensar la manera más fácil de cubrirse bajo esta lluvia.

Creo que la mejor opción que tenemos es coger varias mantas y atarlas con cuerdas a los troncos de los árboles, asi nos servirán de cobertura bajo la lluvia, pienso que es lo más rápido de hacer, con lo cual con lo que menos nos mojaremos.

El bosquimano se sentía pequeño e inútil ante aquella situación. Ulmo parecía castigarles o al menos ponerles a prueba y aquel viaje se convertía en una experiencia difícil y peligrosa una vez más. Al mago le gustaba actuar en la sombra, ayudar al resto a brillar le permitía  sentirse feliz y sentía que ese era su lugar. Era en momentos como aquel en los que se veía obligado a tomar el protagonismo en los que se sentía más incómodo. Ver al resto del grupo perdido y confundido le socababa el ánimo. De modo que si no había otro remedio se encargaría de dirigir al resto.

Esto es lo que haremos

E intentando mezclar las ideas de todos, el mago dirigía al resto al tiempo que intentaba contribuir con lo propio, buscaba juntar el sentido común con la inteligencia y juntando las telas que cubrían el carromato, mantas y capas las unieron a las ramas de los árboles

Al final no quedó muy claro lo que habían logrado pero algo mejor consiguieron refugiarse.

Turno 317

El numenoreano no hizo amago alguno de salir a construir cobijo del que refugiarse de la lluvia. Sabía que aquello después le privaría sin remedio de guarecerse bajo cualquier refugio que pudieran llegar a construir sus compañeros. Más aquello no le importaba, ya había pasado más de un día bajo peores influencias climáticas. Además, Gondagal, en su juventud le había mencionado más de una vez que aquellas situaciones eran las que verdaderamente fortalecían el carácter de un hombre.

Mirándolo de otra forma, cuando hubieran acabado de construir el refugio, también podría elegir el mejor sitio bajo el árbol. Un lugar más abierto, donde poder vigilar mejor las posibles intrusiones de enemigos en el campamento.

Hasta entonces, Ilidan no había visto nada extraño por los alrededores, pero por ahora aquello no era motivo para que el edain dejará de vigilar. Además, aquello liberaba su mente de estar pensando todo el rato en el mal tiempo.

Turno 317

Parecia que los dioses estaban en contra de aquel grupo, primero el rio salvaje y ahora una tromba de agua infernal, casi no tenian tiempo de descansar y estar tranquilos, pero el mundo siempre te ponia una nueva piedra cuando empezabas a caminar, y todavia estaba lo de aquellos jinetes, pero ahora no era momento para pensar asi, tenian que hacer un refugio y rapido.

Valdir escucho la ideas de los demas y la verdad es que a él le paracian aceptables, a Valdir el hacer de ingeniero no se la daba nada bien, se le daba mejor destrozar que contruir, eso no significaba que era tonto, sino que era bastante bueno en si trabajo.

Antes de darle tiempo a ayudar a los demas a construir el refugio el hobbit, el bosquimano y uno de los montaraces parecian haberlo acabado, no quedo muy bien pero los refugiaba de la lluvia y eso se agradecia profundamente.

Turno 317

Tras el impulso inicial de refugiarse bajo el árbol al no haber ningún otro refugio por los alrededores, era obvio que debían hacer algo para protegerse de la lluvia y del frío y Gallidun fue el primero en poner la cuestión sobre la mesa. Estaba empezando a caerle bien aquél enano. Luego escuchó la sugerencia de Elendur y vio como un dubitativo Gelión trataba de organizar al grupo para hacer el improvisado refugio.

Draupner tampoco quería contradecir al montaraz delante de los demás, pero él también lo era y no podía estar más en desacuerdo con su propuesta. Un árbol era el peor sitio donde refugiarse en una tormenta. En medio de un bosque, bueno qué remedio, pero ¿quedarse bajo uno de los pocos árboles que había alrededor? Tendrían suerte si no les alcanzaba un rayo aquella noche. Además, las mantas apenas durarían unos segundos secas y desproveerse de las capas durante la noche haría que todos enfermaran, eso sin contar con la humedad del suelo.

- Antes de hacer nada y de malgastar recursos y mojar mantas, tengo que decir algo, desechad la idea de construir un cobijo. Mañana ya pensaremos una solución permamente por si nos vuelve a surgir este problema, pero ahora, y aunque sé que no será lo más cómodo, haremos lo siguiente. No hay tiempo para más. Los dos que se queden de guardia no les va a quedar otra que mojarse. No busquéis cobijo bajo el árbol si quereis aseguraros estar vivos para mañana. - dijo remarcando esta última frase. - El resto vayamos a la Galera y pasemos la noche allí dentro. Letar y los suyos se han encargado de amarrar bien las balsas, el suelo está seco y la lona es impermeable. Con el poco tiempo que tenemos y sin romper nada es lo mejor que se me ocurre. Es posible que no durmamos mucho, pero al menos permaneceremos secos. -

Dicho esto inició su camino hacia la Galera. Sin embargo un pensamiento le detuvo. - Gallidum, - dijo girándose hacia el enano - sé que esta noche os tocaba descansar a tí y a Bolgo, pero ¿te importa que sean Marga y Groal los que descansen esta noche? Agranil estaba bastante mal y creo que sería conveniente que ambos permanezcan junto a él toda la noche. -

Turno 317

El alcalde había despertado, y luego vuelto a dormir. El beórnida comprobó su respiración, y su rostro parecía más relajado... busco en la mirada de Marga algo que le confirmara que el hombre se encontraba mejor. De todas formas, no tenía más para hacer.

Pero esta noche le tocaba guardia, lo que no era una coincidencia: era un hecho arreglado por el Gran Oso. Yo cuidaré de él esta noche. Te despertaré si algo sucede, le dijo a la enana.

Luego, cubriéndose con su capa, dió largos pasos hasta el lugar donde los demás proyectaban el refugio. Guardaré guardia junto a ellos, les dijo al resto del grupo. Así podré vigilar desde allí, así como además tener el ojo atento por si la situación de los heridos empeora.

Gallindum - Turno 317

Draupner llevaba en parte razón, construir un refugio con la tormenta empezada no iba a ser de gran utilidad, durante la construcción se iban a empapar, y el suelo iba a estar mojado igualmente. Con refugio o sin él les esperaba una noche pasada por agua ya que, además no tendrían ni un mísero fuego. Por otra parte Gallindum pensaba que en la galera iban a dormir igual de cómodos que metidos en un barril. Hicieran lo que hicieran, les esperaba una noche de perros. -Está bien, vayamos a la galera y al menos podremos dar alguna cabezada sentados sin soportar el aguacero...- dijo. Y contestando a la pregunta de Draupner.- No estoy demasiado cansado y no temo enfermar por la lluvia. Hace falta algo más que agua fría para quebrar la salud de un enano de Erebor, haré la guardia de Marga o Groal gustoso. Pero me preocupa el pequeño hobbit... no se como le sentará tener que estar en vela bajo el agua al mediano. Ël no ocupa demasiado...dejad que se quede en la galera y yo me encargaré de la guardia solo. De todas formas, con esta oscuridad y este chaparrón dudo mucho de que alguien que no sea un enano pueda enterarse de lo que pasa más allá de su nariz.

Una vez en la galera, el enano se acomodó como mejor pudo, arrebujado en la capa y trató de descabezar algún sueño en espera de que llegase su turno de guardia.

Turno 317 - II

Bolgo escuchaba hablar a Gallindum desde su rincón en el que permanecía encogido. Cuando escuchó la referencia que hizo hacia él se levantó de pronto.

- Haré lo que dice Draupner. Haré mi guardia contigo, Gallindum -concluyó negando con la cabeza -Haré mi guardia como todos los demás -repitió.

Bolgo era consciente de la razón que poseían las palabras del enano, pero después de sus últimas meteduras de pata, el hobbit no estaba dispuesto a renunciar a la mínima ayuda que podía aportar. De alguna forma, temía convertirse en una carga para los demás y ser abandonado en el siguiente pueblo que encontraran.

RESOLUCION TURNO 317

Comenzaban a calarse y nadie parecia tener una idea de cómo montar un refugio. Gelion tomo la iniciativa. Cogieron las pertigas que usaban los almadieros , junto con algunas cuerdas y maderos de la galera para construir un armazon de madera sobre el  tender la lona  cubria el carromato. Eso les proporcionaria el suficiente refugio como para no seguir mojandose. La manera de caer agua apuntaba a que estaria largo rato. Y asi fue. Las gotas se estrellaban una y ota vez contra el ya embarrado terreno. Cuando parecia que amainaba la tormenta solo esperaba para arrancar con mas fuerza aun.

Casi todos echaron una mano, primero dos o tres, incluido Bolgo, echo una mano.  Ayudaban a sostener aquí ya alla siguiendo las instrucciones de Gelion, aunque tambien aportaban ideas los demas. El barro ayudaba a clavar las pertigas, pero tabien dificultaba que una vez clavadas se sostubieran. Hizo falta mas cuerda de la que pensaban, pero suerte varios miembros del grupo contaban con una de ellas. Tras una hora de rapidos paseos a la almadia, ya completamente calados, y de varios resbalones, la estructura parecia poder soportar el peso de una lona mojada. Apoyada toda ella sobre el tronco del arbol crearon una buena estructura con cabida para todos, si la capota del carromato daba para cubrirla.

Ilidan se quedo vigilando no muy lejos de ellos, ojo avizor a todo lo que les rodeaba. La oscuridad y la cortina de agua no hacia facil la tarea. Nada parecia moverse mas alla de los diez metros que se lograba ver. De cuando en cuando un relampago iluminaba toda la planicie salpicada de lomas.

Se recomponieron y descansaron bajo la lluvia lo suficiente para recobrar el aliento. Después, entre todos, y a duras penas, lograron desenganchar la tela que cubria el carromato. Estaba empapada y pesaba enormemente. Aun asi lograron acercarla hasta la estructura y con un enorme esfuerzo la subieron a ella y pudieron crear debajo un espacio en el que el agua no caia con tanta ferocidad.

Pronto se metieron bajo la nueva carpa. Tras tirar de varios sitios de la tela, hasta que las balsas se agua que comenzaban a formarse sobre la tela desaparecian, lograron hacer de ese lugar un sitio mas o menos comodo. No podian dormir, pues no habia sitio donde echarse, pero al menos las gotas no les golpeaban. Asi estubieron durante varias horas. Ya casi en la media noche la lluvia paro de repente, y poco a poco las nubes fueron dejando ver el manto de estrellas que comenzaba a emerger.

La mayoria se hizo un hueco entre el barro con las mantas y se echaron a dormir de puro cansancio. Cada uno hizo guardia cuando fue su turno, aunque en genral la noche no dejo descnasr a casi nadie y la mayoria permanecieron despiertos casi toda ella. Nadie estaba comodo, y cuando el alba llego, y el sol comenzaba a iluminar la explanada, todos estaban ya despiertos. Cansados, agotados, exhaustos del viaje anterior y de la pocas e incomodas horas de descanso, todos estababan deseando llegar a Burth Marlinge.

Letar dijo que si salian lo antes posible, y con suerte, llegarian a la ciudad pocas horas después del mediodia. La idea de una cama blanda, un baño caliente y poder dormir bajo la proteccion de las paredes hizo q todos recogiesen a un ritmo endiablado.

Una vez sobre la almadia, habiendo subido todo y listos para partir, el cansancio hizo mella en todos. Apenas habian dormido, ni descansado, y aun quedaba una larga mañana por delante…

La balsa se puso en movimiento, lentamente al principio, cogiendo velocidad poco después.

Turno 318

El duro trabajo de la noche tenía un doble efecto sobre Bolgo. Por un lado, la sensación de sentirse útil crecía a cada movimiento que hacía bajo la lluvia, por otro lado, el frío, la humedad y el cansancio lo mermaban. Al principio, el sacrificio alimentó su ego y trabajó sin descanso y lleno de motivación, pero las pésimas condiciones le hicieron pronto perder aquella energía hasta el punto de actuar como un autómata durante el resto del trabajo. Se centró en aquellas tareas que requerían menos fuerza y algo más de habilidad, y en ocasiones se limitó a facilitar el movimiento de los demás mientras realizaban otras tareas.

Cuando el trabajo estuvo finalizado, el hobbit sintió un mayor alivio por poder detenerse y echarse que por disfrutar del resultado, y aunque apenas pudo dormir, sí agradeció el estar de nuevo sentado y poder hacerse una bola intentando mantener el poco calor que quedaba en su cuerpo.

La mañana llegó y con ella el añorado sol. La perspectiva de alcanzar su objetivo durante aquella jornada azuzó a todo el grupo y logró que en un tiempo record, estuviesen de nuevo en marcha, navegando sobre el río y aumentando la velocidad.

Turno 318

No había sabido. Gelion se dio cuenta de que aquello había sido un fracaso, el refugio había terminado siendo una chapuza. Malo era sentirse calado hasta los huesos pero peor era sentir que el resto se resentían por su incompetencia.

Gelion tosió, una vez más su débil cuerpo le negaba las energías. Tosió, aquello parecía tomar un cariz bastante malo, sentía el pecho cargado y sibilaba al respirar. Temeroso de las consecuencias de aquella desgraciada noche llamó a Marga y rebuscando en la mochila sacó varias hojas que guardaba conservadas entre cuidadosos envoltorios.

No sé si serán necesarias pero si caigo enfermo o alguno de los nuestros y estas plantas te son de utilidad no dudes en usarlas, querida Marga. No puedo pensar nadie que les pueda dar mejor uso.

Y se las entregó con toda tranquilidad. Una vez dicho esto se abrazó haciendose un ovillo al tiempo que se sentía arder.

Gallindum - Turno 318.

Finalmente trataron de construir un refugio con listones de madera y la tela que cubría uno de los carros. Corrieron, saltaron, cargaron madera y se mojaron. Cuando acabaron Gallindum tenía la barba chorreando, como un matojo de musgo y líquenes en medio de un pequeño salto de agua. El enano empezaba a estar del agua hasta la coronilla.

Tanto hubiese dado que no le tocase montar guardia, aquello era tan incomodo y estaba tan mojado que el enano apenas pudo pegar ojo en toda la noche, y aunque oteaba los alrededores con la esperanza de ver a algún enemigo que le hiciese entrar en calor, nadie apareció en el campamento. Cuando le tocó su turno de guardia se levantó y se dedicó a dar vueltas por la zona, aunque sin alejarse demasiado, le apetecía estirar las piernas. Miraba, de vez en cuando, a su compañero el pequeño hobbit que hacía la guardia con él. Una pequeña sonrisa se asomaba entre la empapada barba; el mediano había rechazado que lo dejasen descansando y había anunciado que haría la guardia como uno más. Parecía ser cierto lo que se decía en Erebor sobre los pequeños habitantes del Oeste "En ellos hay mucho más de lo que parece a simple vista".

En mitad de la noche paró de llover, pero aun así, el barro, la ropa calada de agua y el frio impidieron a Gallindum conciliar el sueño como es debido. "Mucho me preocupaba yo por la salud del bueno de Bolgo... a ver si al final va a ser este enano el que coja una pulmonía... Brrrrr maldita lluvia y maldito rio...." gruñía el enano por lo bajini mientras se revolvía entre las mantas mojadas.

 Al amanecer el sol brilló en el cielo, aunque esto no cambió demasiado el mal humor del enano, sus ropas todabía estaban humedas y tenía los huesos doloridos y los musculos entumecidos. A ver si llegaban de una vez a la maldita Burth Marlinge. El enano no pensaba acercarse a cien metros de un rio en toda su vida. Ya había tenido bastante. Ayudó a cargar como el que más, subió a la almadia, se colocó en su sitio con su cuerda bien agarrada y se preparó para partir con ansia de acabar aquella etapa del viaje.