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TURNO 106(Continuación)

Nada más llegar al mercado, que parecía aun más concurrido que el día anterior, quizás porque eran menos los días que faltaban para que se cerrará, Ilidan buscó una armería donde poder comprar otro carcaj y sus correspondientes flechas, atendiendo a que el viaje era bastante largo y su primer y último tramo sucederían a lo largo de un río, donde una vez en su cauce la única defensa eficaz era atacar a distancia.

Después, siguiendo pensando en la duración del viaje, el edain estimó necesario hacerse con una nueva cantimplora que le quitará la sed durante las largas jornadas que le esperaban por lo que fue hasta un puesto de curtidores para comprar una bota.

Las dos transacciones sucedieron sin regateó alguno por parte del numenoreano debido a la prisa que llevaba para llegar al punto de encuentro desde donde comenzar el viaje. Sin embargo, sí que aprovechó el tiempo ganado para poder preguntar donde se encontraban los establos.

Cuando llegó allí ya se encontraban esperando la mayoría de integrantes de la caravana, aun así no creyó que hubiera demorado la partida, por lo menos de forma considerable.

Como Gelion solo tenía que recoger su mochila y dirigirse a las caballerizas aprovechó para alcanzar a Marga y cruzar unas palabras con ella.

Me alegro especialmente de volver a contar con tu compañía. Tu presencia en si misma es una garantía, no me olvido de los cuidados que me dispensaste. Quisiera invitarte a una buena merienda cuando tengamos ocasión. Trabajé en la Casa de Desayunos de Eldacar en Minas Tirith durante un tiempo y creo que adorarías los pasteles que allí se fabrican.

Gelion se detuvo, un recuerdo de la gente que se reunía en la terraza, los bellos modales de los nobles y la leve y refrescante brisa le asaltó. El recuerdo pasó dejando una dulce sonrisa de tiempos más simples. Allí había sido feliz.

Bueno, sólo fue de camarero, pero si hubiese seguido allí me habrían enseñado a preparar los pasteles. Es un lugar increíble. Desayunar allí no es barato, pero merece la pena.

Después de hablar unos momentos se dispuso a prepararse para el viaje.

 Turno 106

Oin sale disparado de la reunión no sin antes trincar la pasta... tentado estuvo de dejar allí la bolsa del alguacil... pero la pasta es la pasta... y con tal de no decirle nada a Draupner...

[Khuzdul] - Gurin... - grita desde la puerta - Deberías tener cuidado a quién sirves cerveza... hay mucho enano descastado... - 

Se queda allí con los brazos en jarras mirando a Draupner y a Gurin con una sonrisa en la cara.

- Bribón... ¿así que empiezas sin mí? Maldita sea Gurin... ¿cómo puedes servir cerveza a cualquier personaje que se presenta por aquí? - sigue bromeando mientras se acerca a ambos.- Maldita sea... ponme una de esas... escupo algodón... 

Luego le pega una fuerte palmada en la espalda a Draupner.

- No te la bebas toda... 

 Turno 106

- Oh, vaya, parece que la familia feliz se reencuentra, si al final todos volveis aqui, os gusta... - Dijo mientras se apresuraba a servir una cerveza al enano. Draupner ya se habia tomado dos y no queria mas hasta saber noticias de Oin.

Oin, antes de hablar, se tomo practicamene de un trago su jarra de cerveza. Despues se puso serio para hablar con Draupner.

 Turno 106*

- [khuzdul] Tenemos prisa. He aceptao, por los dos, un nuevo trabajo, lejos de esta ciudad... no tendras que aguantar a ese alguacil tan simpatico. - rio el enano ironizando sobre Tharkân - Iremos con los hombres de Esgaroth hasta Minas Tirith, pagan muy bien... Pero hemos de darnos prisa, ya te contare todo, tenemos que llegar cuanto antes a los establos, estamos muy lejos...

- [Khuzdul] Quieren ir por el rio, en barca... ¿acaso creen que somos patos?... en fin vayamos... - Oin no pudo evitar el comentario, la idea de navegar no le agradaba en absoluto

Antes de marchar, Oin dejo unas monedas para pagar al posadero. Despues casi arrastro a Draupner hasta la puerta. Desde ella se despidieron de Gurin por el momento, el tabernero entre risas decia adios con la mano, era una escena algo comica.

Una vez en la galeria, caminaron aprisa, se habian entretenido demasiado, y aun debian andar mucho para llegar hasta las caballerizas. No habia tiempo para hablar, y mas tarde Draupner seria informado de todo. Ahora concentraban sus esfuerzos en caminar a toda prisa y llegar cuanto antes...

Varios sentimiendo revoloteaban en la peluda cabeza de Bolgo. Por un lado sentía un profundo orgullo y agradecimiento por las palabras de Elendur, y aunque no le agradaba demasiado haber sido propuesto como simple cocinero, la mención a sus capacidades le había agradado especialmente y por otra parte, no tenía mucho más que aportar a tan dotado grupo como el que se había congregado en aquel lugar.

Finalmente, había sido aceptado como ayudante personal de Egorant, y se le había prometido un sueldo de 5 monedas de cobre diarias, que no eran los tesoros con los que Bolgo había soñado en su partida, pero que resultaba un sueldo más que digno para sus labores. Por otro lado, la inminencia de un nuevo viaje llenaba cada rincón de su mente, pisoteando el resto de sentimientos que allí convivían y mientras salía de la reunión, repasaba los objetos que portaba y los que le harían falta para afrontar aquel largo viaje.

Pero antes de que pudiera terminar con aquella tarea, Elendur pasó ante él, lo cual recordó que el mediano deseaba hablar con él.

- Elendur, -le llamó mientras se acercaba -quiero agradecer tus palabras sobre mi. No sé si realmente llego a merecerlas, pero no tenías por qué hacerlo y por ello te estoy agradecido.

Acompañó el comentario con un leve gesto reverencial de su cabeza. A continuación abandonó el lugar en dirección a las caballerizas repasando una y otra vez el inventario que necesitaría para el viaje que tenía por delante.

 RESOLUCION DEL TURNO 106

Draupner fue sorprendido, Oin habia llegado ya. Apenas habia tenido tiempo de tomarse dos cervezas, cuando su amigo llego, metiendole prisa.

Al parecer ambos habian sido aceptados en una mision de escolta, lejos de Tharkân, para suerte de  Draupner. Apuraron lo que les quedaba de sus bebidas y Oin arrastro a Draupner a la salida, mientras le explicaba por encima su nuevo cometido.

Los dos enanos slaieron a la galeria este y desandaron el camino que ya habian realizado un rato antes. Su paso era elevado, daban grandes zancadas para aumentar sus ritmo. Oin creia no haberse demorado mucho, pero entre los saludos a Gurin, la cerveza y la rapida explicacion de la mision, le hacian dudar sobre si llegarian a tiempo, al fin y al cabo, el camino que debian recorrer era largo.

 RESOLUCION DEL TURNO 106

Las caballerizas eran un lugar especial, de esos que casi nadie hace caso, pero son cruciales a la hora de organizar una ciudad. Alli habia cientos de monturas y animales de tiro. Caballos, mulas  e incluso algunos bueyes. Por suerte todos esos animales no deambulaban por la ciudad, hubiera sido un autentico caos. Caminar por las galerias o el mercado hubiera sido una ardua tarea. Varios personas se encargaban del cuidado de todos los animales. Unos recogian los excrementos, otros apilaban comida y algunos llevaban agua. Permancian ajenos a la escena que protagonizaba la comitiva de Esgaroth. Un fuerte olor a animales y mierda flotaba en el ambiente, pero bueno era normal, dado el lugar donde se encontraban…

Era la hora, debian marchar. Todos estaban nerviosos por partir. Aun esperaban a algunos miembros de la recien nombrada escolta. Entonces Ilidan aparecio. Habia ido a hacer unos recados antes de marchar, llegaba puntual, pero como el resto llevaba alli ya un rato, daba la impresión de que le esperaban impacientemente.
Aun quedaban Draupner y Oin.

En el primero de los transportes, que contaba con una buena lona para tapar tanto el techo como los laterales, habia sido dispuesta para Briniel. En su interior habia un jergon de lana en el suelo, varias mantas y una linterna colgada de una de las varillas que sustentaban la lona. Las pertenencias de la señora se encontraban en esa carreta. Ella ya se encontraba tumbada en el colchon, recibiendo los cuidados de Jory y Hernas, sus damas de compañía. Entretanto Marga, junto al carromato, revisaba su zurron. Zallel a su lado le daba las ultimas instrucciones antes de marchar. Ni el anciano ni las dos damas de compañian podrian acompañar al grupo, no debian llevar mas gente de la “necesaria” y esas dos mujeres no ayudarian en la travesia. Esa primera carreta no era mas bien pequeña, cuatro ruedas no muy grandes sostenian el peso. Tirando de ella, un caballo de tamaño medio estaba ya enganchado de las varas. El conjunto se trataba de un carromato sencillo, de pequeña envergadura. Coralak, el hijo de Agranil, se encontraba ya en el asiento del conductor, listo para emprender el viaje. Se le veia algo molesto, alguien como el no tenia por que “conducir” el carromato, para eso habia carreteros…

En segundo lugar, viajaria otro tipo de carro. Se trataba de un carruaje del tipo tartana, una especie de carro de varas con cubierta de lona abovedada y asientos laterales. Era de tamaño medio, algo mas grande que el carromato donde iria Briniel, con lugar para viajar seis personas en la parte posterior. Tenia dos enormes ruedas centradas en la cama, bien equilibradas. Seria tirado por un caballo de fuertes patas, que ya se encontraba tambien enganchado.

En ultimo lugar viajaria una galera, un tipo de carro bastante grande, casi tanto como los dos anteriores juntos. Este tambien tenia cuatro ruedas, como el carromato, solo que estas eran de un tamaño muy superior. La galera tenia cartolas de madera y un porton trasero que podia subirse para no perder la carga y carecia de techado alguno. Dentro habia varios fardos de tela, llenos de alimentos; mantas y ropas de abrigo envueltas en telas para protegerlas; toneles y diversos cajones de madera, aunque ninguno el que estaba en la reunion. Todo ello habia sido colocado de manera que sirvieran tambien de “asiento” imrovisado, pues en mas de una ocasión serviria de transporte para parte del grupo.

En un corro junto a la tartana, Agranil, Egorant, Dorhand y Dwalin, hablan ya nerviosos. Era natural, iban a emprender un larguisimo viaje, y para colmo llevaban mucha prisa en cubrir toda la distancia que les separaba de la ciudad blanca.
Un buen rato después llegaron Oin y Draupner, tranquilo,s hasta el lugar donde todos esperaban. Un largo viaje comenzaba y la prisa que era requerida, hacia que los nervios estubiesen algo crispados. No es que los enanos se hubiesen retrasado mucho, pero al igual que le habia ocurrido a Ilidan, su impresión fue la de que llevaban esperandoles mucho tiempo.

Agranil se alegro de que toda la comitiva estubiese ya presente.

- Bien pongamonos en marcha, no hay teimpo que perder, hemos de llegar al asentamiento almadiero esta misma noche. - dijo serio, mientras indicaba a sus compañeros de viaje que fuesen subiendo a la tartana. Estos lo hicieron de inmediato.

Despues el mismo uso las escaleras que habia en la parte trasera para subirse al transporte, acto seguido se sento al fondo, frente a Dwalin. Dorhand estaba junto al enano. Las dos filas de asientos se encontraban a ambos lados, enfrentadas entre si. Ademas visteis que el cajon que estaba en la reunion, descansaba a los pies del alcalde y el enano.

Tras subir Agranil, lo hizo por ultimo Egorant, al que le costo mas de la cuenta debido a su edad. Una vez arriba, se giro y asomo medio cuerpo fuera.

- Bolgo por favor, me gustaria que como primera tarea como ayudante mio, fueses tu el encargado de guiar nuestro transporte - dijo condescendientemente al asombrado mediano. No muy a menudo le daban ese tipo de tareas. Aunque pensandolo bien no se le daria mal, estaba acostumbrado a llevar los carros de balancín cargados de la cebada que recolectaba su familia.

- Alguno de vosotros tendra de dirigir la galera, el resto puede subirse en ella hasta los limites de la ciudad, seremos escoltados por Ithar y sus hombres hasta alli. - después se metio para dentro y se sento junto al alcalde.

Bolgo se apresuro a subirse en la tartana, que por suerte no era demasiado alta y contaba con estribos para subir. Aunque aun asi le costo un poco, esos carros no estaban diseñados para los medianos. Bolgo se acomodo en su puesto mientras sus compañeros decidian quien seria el tercer conductor.

 Turno 107

De moment, Oin prefería caminar y así aprovechar a poner a Draupner al día, así que lo más que hace es echar sus trastos dentro de la tartana, quedándose con las armas: martillo, hacha y ballesta con munición, a parte de la armadura. 

Y como no tiene ni idea de guiar carros ni le gustan los animales, pues se sitúa en un lado del carro en que llevan el cofre del modo más profesional que puede y le hace una seña con la cabeza a Draupner de que se ponga junto a él.

- Bueno... vamos allá... - y escupe al suelo como hace siempre que sale de aventuras.

TURNO 107

Cuando llegó ya todo estaba preparado para partir de inmediato, quizás era por eso que el semblante  que tenían los que estaban esperando no indicaban la paciencia típica que deberían haber respetado pues él no había llegado tarde. A ver que aun no partían, Ilidan hizo el recuento de las personas que deberían encontrarse por ahí, tras lo cual se cercioró de que no era el último en llegar. Aun faltaban Oin y Draupner, las personas que más deberían haber cuidado el estar a tiempo si no querían empeorar su imagen más para los dirigentes de la caravana.

Una vez tuvieron que subirse a los transportes, el edain lo hizo a la galera rápidamente pero tampoco de forma exagerada que pudiera indicar su escasas ganas de tener que conducir el carro. Se sentó encima una de las cajas y en ese tramo del viaje dejó a Ithar y sus hombres que desempeñaran el trabajo de escoltas mientras el descansaba, no dormía, con los ojos cerrados pero atento con los demás sentidos a lo que sucedía alrededor.

Turno 107

Bolgo se sorprendió al comprobar que su primera tarea sería conducir uno de los carros, no obstante, esa sorpresa inicial se convirtió en agrado. El mediano aún no le había cogido el gusto a los largos viajes y sin duda, la tarea de conducirlo le haría más ameno el trayecto.

De inmediato se subió al carro, no sin cierta dificultad, y se hizo con las riendas. Sus pies colgaban en el aire en el banco donde se encontraba sentado, pues había sido construido para que un humano ocupase aquel lugar, de forma que se echó lo más atrás que pudo para ganar estabilidad en caso de que se encontraran con algún bache especialmente violento.

Acariciando las riendas se giró y dirigió una escueta sonrisa a sus compañeros esperando a que todos estuviesen dispuestos y dieran inicio a la travesía. Los nervios se habían apoderado de su ánimo.

Un largo camino se extiende ante mi. Quien sabe si lleno de aventuras. Quien sabe si lleno de riquezas. El caso es que está a punto de dar comienzo, pensaba animado mientras esperaba.

El mago se acomodó tranquilamente en la carreta. Recordó un detalle importante y salió un segundo. Oteó el cielo hasta que pudo ver la silueta de Siempreviva volando a lo lejos y la saludó recibiendo un chillido por respuesta. Ya más reconfortado y sabedor de que el águila seguiría la carreta volvió a entrar. No tendrían ningún problema hasta salir de la ciudad. Eso estaba claro, los problemas aparecerían una vez que estuviesen en camino. Al observar la disposición de la marcha una duda le asaltó y no pudo por menos que manifestarla.

Compañeros comenzó a decir Me pregunto si la actual disposición de la marcha es la correcta. Quizá llevar a la persona enferma en el primer carruaje no sea lo más inteligente, cualquier contratiempo será sufrido por esa carreta. Me pregunto si se nos permitirá alterar el orden de marcha de los vehículos.

Gelion quería decir algo más pero después de pensar unos momentos decidió dejarlo para luego.

TURNO 107

El montaraz se había preparado para el largo viaje y estaba decidido a ello, tras partir echo una ultima vista a la gran ciudad enana con algo de nostalgia, le hubiera gustado pasar mas tiempo allí, y conocería mejor, pero asuntos mas importantes estaba sucediendo y no podía permitir cumplir aquellos deseos.

Así pues se puso en marcha, aseguró su arma y su escudo y marcho con el resto, comenzó a meditar y recorrer con la mente el camino propuesto por los expertos comerciantes. Sin duda su principal misión era proteger el objeto tan importante que portaban, pero realmente lo que a Elendur le importante era la vida de la esposa del Alcalde.

Al montaraz le había tocado viajar separado del pequeño hobbit, algo que le entristeció, pues se había acostumbrado a sus continuos comentarios, el pequeño no paraba de hablar y eso daba mucha compañía, y era el perfecto complemento de Elendur, pues él era extremadamente callado y reservado. Aun así se entretenía con el bello paisaje.

Desde el principio se dedicó a divisar atento el camino que seguían para evitar cualquier tipo de contratiempo o sorpresa.

Turno 107

- [Khuzdul] Y hay mucho bribón suelto que no sabe qué hacer para tomarse una cerveza en buena compañía. Jajaja - respondió rápido Draupner pese a haberse visto sorprendido por su compañero mientras platicaba con Gurin. Ni le esperaba tan pronto, ni tan agitado. Todo apuntaba a que había venido a la carrera.

A las palbras de Oin añadió las suyas -[Khuzdul] Gurin una rápida, creo que nos vamos -

La explicación de lo ocurrido fue como toda explicación de Oin, al grano y rápida. Tardó menos que lo que tardó en beberse la cerveza y había que ser muy rápido para eso. Y el asunto tenía que ser importante de veras para que soltara sus monedas para hacerse cargo de una cuenta en la que apenas haía participado.

- [Khuzdul] Gurin nos vemos, cuidaté - dijo mirando al posadero mientras agarraba como podía su petate del suelo ante el ímpetu de su amigo y veía que éste apenas podía aguantar la risa. Y no era para menos. Aunque Oin era un enano recio de fuertes brazos Draupner posiblemente fuera uno de los enanos más grandes que habian pisado  Barukkizdin.

Los últimos días en el exterior parecían haberle sentado bien porque apenas le costaba seguir el ritmo de Oin a través de las calles de la ciudad enana.

Turno 107

Saludó con la mano a los presentes y a diferencia de Oin, él arrojó su petate dentro de la Galera. Por las palabras Egorant pensó que ese era su sitio y no la tartana.

Luego siguió el ejemplo de su amigo y se puso a su lado. - Oin Е, вече можете да кажете, че това е всичко. Аз трябва да знам колко далеч сте ангажименти ми чест. - le dijo con una sonrisa.

No había empezado tadavía Oin a hablar cuando escuchó las palabras de Gelión y se giró para darle respuesta. - No sé que decirte. Espera que me ponga al día para valorar tus apreciaciones. -

Tras sus palabras volvió a mirar a Oin.

Turno 107

 Turno 107

Mira a Draupner con los ojos muy abiertos y una media sonrisa.

- [Khuzdul] Bueno, simplemente lo he hecho para alejarnos de esta apestosa ciudad y su apestoso alguacil... Marchamos a la lejana Minas Tirith, la Ciudad Blanca. Se trata de escoltar a esos mercaderes y parece que la vieja enferma es alguien importante... pero creo, que lo más importante del viaje... se guarda en ese pequeño cofre al que no quitan ojo... 

Le pega una palmada en la espalda. 

- No lo he hecho por dinero... tú ya los sabes... es por salir a tomar el aire y alejarnos de la viciada ciudad hasta que se calmen las cosas entre tú y le alguacil... nos pagarán bien por el trabajo de escolta. Nada de Mercenarios. Un trabajo honrado... y si tu no quieres la paga... bueno... - se encoge de hombros - yo me la quedaré... Creo que tu honor ha quedado intacto... hasta el conjurador viene con nosotros y no creo que sea un mercenario... JOJOJOJO

Gallindum - Turno 107

Ya estaba todo dispuesto para partir. Ilidan, Oin y Draupner fueron los últimos en llegar, y aunque Gallindum estaba impaciente por volver a echarse a los caminos (paradójicamente en unos días estaría añorando los mullidos jergones y el fuego del hogar del yunque dorado) no le importó demasiado la pequeña demora de sus compañeros.

El enano dejó sus cosas en la parte trasera de la galera, a excepción del equipo bélico más básico; a saber, escudo y martillo. No quería tener impedimentos si surgían problemas nada más salir de la ciudad. Aun se acordaba de los dos "pájaros" que habían escapado con vida de los túneles de Drômar. Al parecer alguno de ellos debería conducir la tartana, y nadie parecía muy animado en hacerlo; así que el enano se ofreció voluntario.

-Bien amigos, si nadie más quiere hacerlo, yo seré el conductor de la galera.- dijo mientras se posicionaba en el lugar indicado del carromato.- No tengo mucha experiencia, pero alguna vez conduje cosas parecidas en las minas, allá en mi tierra, en Erebor. ¡Veremos que tal se me dá!.

Los demás poco a poco iban ocupando sus lugares, unos a pie y otros en la parte de atras del carro. Los hombres de Ithar escoltarían a la comitiva hasta las puertas de Barukkizdin, pero realmente sería a partir de ahí donde empezaría el auténtico peligro. Aunque realmente Gallindum no esperaba tener problemas hasta que empezasen a navegar y se adentrasen en tierras más salvajes.

Gelion apuntó que no era muy conveniente que el carro de Briniel fuese el que marchase primero. "Por Durin que tiene razón nuestro joven hechicero" pensó Gallindum y añadió a las palabras del bosquimano. - Pienso que Gelion tiene razón y al salir de la ciudad debiera ir la galera encabezando la comitiva, seguida por el carro que conduce Bolgo y que sea el carruaje de la mujer de Agranil el que cierre la marcha. ¿no creeis?