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TURNO 107

El montaraz escuchó lo que decía el enano Gallindum y en algunas estaba de acuerdo pero en otras no tanto, mas concretamente en la de poner el carruaje de la mujer del alcalde en ultimo lugar, así que intervino para expresar su opinión
Si me permites amigo Gallindum, estoy conforme en que conduzcas la galera y que esta vaya en primer lugar, me discrepo en que el carruaje de la señora del alcalde de la ciudad del lago, pues ir en la retaguardia es algo peligroso en caso de una emboscada o asalto, así que la situación mas idónea para ese carruaje es en el centro

Sin duda Elendur no pensaba en el objeto que portaban, de nuevo se dejaba ver su prioridad de que la vida de aquella señora corra el mínimo peligro

 RESOLUCION DEL TURNO 107

Gallindum se subio al banco del conductor de la galera. Era un carro muy grande, y ver alli subido al enano era una escena cuando menos graciosa. Por suerte para el hobbit y para Gallindum, los frenos de ambos carros eran del tipo palanca, por lo que podian accionarlos usando sus manos. El carromato que llevaba Coralak, en cambio, tenia el freno de pie. Un gran pedal que al pisarlo hacia rozar una zapata de madera en las ruedas delanteras, permitiendo el uso de las dos manos para las riendas. Era interesante estar preparado para usarlos, pues a menudo debian ser usados, los animales en ocasiones no eran capaces de retener todo el peso de los carros, sobre todo en las pendientes pronunciadas.

Los tres carruajes se pusieron en marcha. Avanzaban con todo el sigilo que puede dar el retocerse de la madera y las llantas de hierro, que rodeaban cada rueda, al chocar con la piedra del suelo. Los cascos de los animales tambien retumbaban en la roca. Rapidamente lograron llegar hasta las puertas de la ciudad, ya abiertas desde hacia un buen rato. Las atravesaron para encontrarse unos metros despues con Ithar y sus solados.

Mas que una escolta, parecia un desfile. Ithar a la cabeza, flanqueados por una decena de hombres a cada lado, perfectametne sincronizados y manteniendo la misma distancia todo el camino.

Draupner y Oin caminaban junto a ellos, sin seguir ningun orden, hablando en la lengua de los enanos, aunque tambien se dirigian en ocasiones a sus compañeros en oestron. El resto iba subido al carro.

Ilidan aprovecho para descansar un poco, estarian seguros con semejante despliege de soldados. Elendur, algo mas nervioso, oteaba el horizonte en busca de peligros. Movia la cabeza hacia todos lados, temeroso de algun ataque.

Bolgo y Gallindum se apañaron bien en la conduccion de sus carros, el hijo del alcalde tambien.

El caballo que llevaba el carromato que conducia Coralak era bastante docil, algo viejo pero de fuertes patas. Estaba acostumbrado al trabajo de tiro, por que obecia cada orden de inmediato.

Bolgo daba latigazos de vez en cuando a otro caballo, mas joven y menos experimentado que el de Coralak. A ese equino le costaba mantenerse concentrado e intentaba desviarse a cada momento. Por suerte, al ir el segundo de la caravana, termino por seguir al carromato, facilitando la tarea del mediano.

La galera que lelvaba Gallindum era tirada por dos mulas. No eran demasiado jovenes y aunque parecian endebles, su fuerza y resistencia eran tremendas. Movian sin el menor problema el mayor de los carruajes, siguiendo la carraca.

Gelion habia hecho una observacion sobre el orden de los carruajes, y tras hablarlo con algunos de sus compañeros, Gallindum le apoyo. Elendur sin embargo pretendia que fuese el carromato el que viajase en el centro. Egorant se opuso en rotundo, por lo que llegaron a la conclusion de que debian cambiar el orden entre la galera y el carromato. Asi lo hicieron en cuanto hubo sitio suficiente para la maniobra. Agranil si estubo de acuerdo con Gallindum y Gelion. La idea de Elendur no le hacia mucha gracia, solo habrian de respetar que la carraca fuese en el centro, por lo demas, esa clase de decisiones era trabajo de la escolta, y el dejaba hacer. Una vez hecho el cambio, se pusieron en marcha de nuevo.

Ahora la galera, Gallindum y las mulas iban delante, seguidas por la carraca y por Bolgo. Cerraba el grupo Coralak y su carromato. El ritmo habia bajado, las mulas sin carro al que seguir avanzaban mas lentamente que cuando el carromato abria camino. En parte era normal, el caballo viejo, mas experimentado, seguia un ritmo constante y rapido. El resto se limitaba a seguirlo. A pesar de que todo el mundo se dio cuenta, nadie dijo nada, pues convenia bajar el ritmo para que los soldados, Oin y Draupner, pudieran caminar con una cadencia mas adecuada para sus piernas.

Continuaron durante varias horas, hacia ya mucho rato desde que pasaron el arco que delimitaba la ciudad, continuaron por las bastas extensiones del reino de Baurkkizdin hasta que al medio dia, Ithar dio el alto.

El enano informo que habian llegado hasta los limites del reino, y que a partir de alli no podian continuar escoltandolos. Agranil aprovecho para ordenar un alto para comer.

Todos se bajaron de los carros, cansados por tantas horas de viaje. Se estiraban y desentumecian los huesos, haciendolos crujir en una sonata de chascarridos. Draupner y Oin habian hecho todo el camino a pie, por lo que se sentaron cansados sobre unas pequeñas rocas que habia junto al camnino. Con las carretas hicieron un semicirculo y en medio dispusieron una improvisada mesa con algunas cartolas de la galera. Tras abrir varios sacos, enseguida habia sobre la mesa comida para todos.

No encenderian fuego, era una parada rapida en la que debian comer y marcharse, no tenian tiempo para la cocina. Sobre la mesa varios enbutidos, queso, manteca, vino y pan.

Ithar se despidio y sin quedarse a comer, emprendio el camino de vuelta junto a los veinte soldados que le habian acompañado. Apenas si habia hablado en todo el trayecto, serio, digno y autoritario se habia mantenido al margen del resto, abriendo paso al frente de la columna.

El camino que habian recorrido habia pasado de los caminos empedrados que habia dentro de los limites de la ciudad, hasta los de tierra pisada que habia mas alla. En general buenos caminos con el trabajo de la notoria mano de los enanos en ellos. Ahora mas adelante, tras pasar un gran arbol en mitad del camino, con una vara sobre él para indicar la entrada al reino, el camino se volvia algo mas salvaje. Ya no estaba apisonado y las lluvias y nieves de dias pasados lo convertian en un barrizal, mezcla de tierra mojada y brotes de vegetacion. Era transitable por supuesto, pero nada comparable con los caminos de Barukkizdin.

Durante toda la mañana, el fresco de la montaña competia con el sol, uno para enfriar el aire que a veces se levantaba y el otro para calentar a los viajeros. No habia demasiadas nubes en el cielo, parecia que ese dia las lluvias perdonarian. Por el camino habia nieve a ambos lados de la carretera, sobre las copas de los pinos y sobre las rocas. Aun recordaban la nevada que hacia un par de dias habia caido en aquella zona. Según avanzaban, alejandose de la montaña, la nieve iba decreciendo, dejando montones de nieve semiderretida, y grandes y frios cahrcos de agua.

Era la hora de comer, pero antes habia que decidir quienes serian los vigilantes de la carraca.

 Turno 108

Oin cansado después de la marcha, se sienta en una piedra, a descansar y se saca la bota para masajearse el pié derecho.

- Vaya... y ni el viaje hemos empezaú... Esta parte, en la carreta m'subo... q'ya paseao bastante por ahora... -comenta más bien  a nadie.

Y acto seguido, tras ponerse de nuevo la bota, echa un trago de agua y come algo para reponer fuerzas. Luego, sin más, se recuesta sobre el duro suelo mientras mira el cielo... no es de esperar un ataque tan cerca de la ciudad.

Turno 108

Bolgo dirigió con éxito su carro durante el primer tramo alcanzando los límites del reino de Barukkizdin en los plazos previstos. Una vez allí, la caravana se detuvo para comer, lo cual el mediano agradeció, pues el constante repiqueteo del carro comenzaba a hacer mella en sus posaderas.

Comieron brevemente una suerte de embutidos, queso, manteca, vino y pan, y aunque no se trataba de un manjar para el hobbit, lo agradeció en suma medida.

- Parece que el clima nos acompaña por el momento. En días así, en Combe se organizan jornadas de juegos en el descampado, y comidas populares al aire libre ¡Quien viera de nuevo al viejo Bonar saltar de aro en aro! Jajaja

El hobbit estalló en una sonora carcajada con su habitual alegría recordando con añoranza las costumbres de su pueblo.

Turno 108.

Draupner fue puesto rápidamente al día por Oin que en su intento por calmar las aguas, volvía a agitarlas y a meter el dedo en la llaga. Pero bueno, así era él y sabía que lo hacía con la mejor intención del mundo. Así que rió la "broma".

No era un experto en llevar caravanas pero la nueva estrategia propuesta no le terminaba de convencer, si bien es cierto que los que fueran encabezando la marcha no irían con la lengua fuera, ya que tras el cambio había notado que con la Galera delante iban más despacio, creía que si el camino se estrechaba o esta quedaba trabada quedarían todos bloquedos sin posibilidad de maniobra, ya que apartarla del camino sería complejo, cosa que no ocurriría con las otras carretas más livianas, además llevando a alguien enfermo a lo mejor no se podían permitir ese lujo de reducir la velocidad. De todos modos no dijo nada. Pensó que los que habían hablado habrían hecho esto en más ocasiones y que aportaban su opinión desde el conocimiento.

No le dio más vueltas al asunto. De todos modos una cosa era clara no iban de paseo, así que tras perder la escolta todos tenían que situarse en posición para proteger la caravana. Bolgo y Gallidum llevaban las carretas, así que no se podía contar con ellos, aunque preferia que fuera Gelión el que se encargara de la Galera, había demostrado ser muy útil combatiendo en la distancia y el parapeto que le otorgaría el estár en esa posición elevada les daría cierta ventaja. 

Pensó en cuantos eran, y creyendo que el mayor peligro llegaría por delante consideró que lo más sensato era ir dos en vanguardia un poco adelantados para estar atentos a cualquier posible corte en el camino. Uno a cada lado de la caravana flanqueándola separados también a unos metros en aquellas zonas que el terreno lo permitiera y por último uno en la retaguardia, todos a una distancia máxima en la que un grito alertara al resto.

Eso era lo que pensaba y así lo comunicó al resto antes de ponerse el camino. Los puestos más duros eran los de los flancos, ya que no disfrutarían de las ventajas de andar por camino, así que se ofreció a ocupar uno de ellos. Como montaraz que estaba acostumbrado a moverse fuera de los senderos.

TURNO 108

Ilidan llevo bien el traqueteo de la galera durante todo el viaje, bueno, excepto uno, el momento de tiro en el que los carros cambiaron de posición, acto que provocó que el edain abriera los ojos para enterarse completamente de la situación a su alrededor, ya que había escuchado el cambio que se estaba produciendo pero no a que se debía.

Llegado el mediodía se hizo un alto pues Ithar y sus hombres ya habían llegado hasta lo más lejos que se les habría ordenado, y por lo tanto debían de dar media vuelta y dejar las funciones de escolta al grupo. Ya de paso, la parada en el camino también sirvió para un rápido refrigerio a base de embutidos ricos en grasa para retomar rápidamente las pocas energías pérdidas, salvo a excepción de Oin- El típico ímpetu de los enanos. No hacía falta que hubiera echó todo el recorrido hasta aquí  a pie...Y ahora que nos toca escoltar la caravana quiere descansar.- Pensó al ver al enano quitarse las botas para masajearse los pies, más como por su ascendencia no era el más apropiado para dar órdenes en el grupo no dijo nada al respecto.

Durante la comida el tema de conversación que más salió a la luz fue como organizarse para escoltar la caravana el resto del trayecto. La idea de Draupner sobre el tema le pareció buena, pero la posición en qué debiera colocarse no le importaba.- A mí me da igual donde situarme.- Compartió su indiferencia con el resto.

Además, el enano al echar números para la tarea había considerado también a Oin, cosa que agradeció el numenoreano. Aunque su forma de darlo a conocer había sido sutil, Oin no podría dejar de darse por aludido, por lo que el hombre desechó la idea de intervenir.

Turno 108

El bosquimano agradeció el trayecto protegido en la carreta y le agradó ver que tenían en cuenta sus opiniones. Refunfuñó ligeramente para sí mismo al darse cuenta de que con el nuevo orden de marcha habían disminuido la velocidad pero poco más se podía hacer. A su modo de ver este modo de moverse era más lógico, protegía más a la enferma y lo importante eran las personas.

Se pararon y tomaron un refrigerio rápido sin apenas cocinar. Su experiencia de viajero era que las pausas prolongadas retrasaban más de lo que avanzaban los apresuramientos y por ello comió rápidamente y aconsejó a los demás hacer lo mismo, sin empacharse para evitar el sopor que despiertan las digestiones pesadas. Ahora que Ithar y los soldados les abandonaban comenzaba su verdadero trabajo.

Draupner sugirió que manejase la Galera. La lógica de su argumento era impecable y no pudo negarse si es que el resto del grupo estaba de acuerdo. Se informó lo mejor posible de cómo se manejaba aquello antes de subirse al pescante y buscar una posición cómoda. Por un lado era bueno verse allí, esto le evitaría cansarse andando; pero al mismo tiempo no pudo evitar pensar que si él asaltase un grupo de carretas dispararía primero al conductor de la carreta con un arco.

Es fundamental que algún montaraz vaya vigilando con antelación los terrenos por los que vamos a pasar pues eso reduciría en gran medida la posibilidad de que nos embosquen.

No quiso señalar a nadie ni sugerir cómo se debía realizar el trabajo, pero no pudo evitar mencionar esto, a fin de cuentas la vida de todos estaría en manos de los exploradores. Según él al igual que un ejército manda batidores para evitar ser rodeado así debían hacer ahora ellos, averiguar la presencia de posibles asaltantes con la mayor antecedencia posible.

Gallindum - Turno 108

Para alivio de Gallindum fue Gelion el que se hizo cargo de la conducción de la galera en el siguiente tramo del trayecto. La idea provenía de Draupner, y era buena, basandose en que el bosquimano podría disparar desde allí sus conjuros con una mejor perspectiva en caso de ataque. por otra parte Gallindum había estado comiendo con la preocupeción del mal estado del los caminos que empezarían a transitar ahora y su poca pericia como conductor de carros. La posibilidad de "meter la pata" y más aun yendo en primera posición había llegado a asustar a Gallindum. por suerte el mago había aceptado de buen grado ser el siguiente conductor. Gallindum sonrió satisfecho mientras se metía en la boca un gran trozo de salchichón salado.

Después de la frugal aunque satisfactoria comida, volvieron a ponerse en marcha, pues no era conveniente retrasarse.  Ahora que Ithar y sus hombres habían vuelto a Barukkizdin el grupo tendría que ponerse manos a la obra para que no les cogiesen por sorpresa. Draupner, como buen montaraz, propuso una formación de marcha que les permitiría evitar emboscadas y ataques sorpresa. Los más rápidos y ágiles marcharían en los flancos. Gallindum pensó que alguien con buena vista debería ir en vanguardia, y desde luego ese no era él. El enano llegó a la conclusión que el puesto idoneo para él sería en la retaguardia y así se lo comunicó a sus compañeros.

- Yo marcharé el último, vigilando la retaguardia. Estaré presto para el combate suceda lo que suceda.- dijo el enano a sus compañeros mientras se colocaba en dicho puesto listo para marchar.

Gallindum dió un trago de su petaca de hidromiel antes de empezar a caminar, para "espabilarse" se dijo a sí mismo. Se colocó el escudo a la espalda como si fuese una mochila y tomando su martillo en la mano, para tenerlo listo para lo que fuese menester; apoyo la cabeza del mazo en su hombro y se puso a caminar. Siempre en la retaguardia, atento a los lados del camino y en tensión por lo que pudiera pasar.

TURNO 108

Elendur atendió a la palabras de Agranil y se dispuso a colaborar con aquel alto del camino, hizo los preparativos previos, vigilando en todo momento los alrededores y luego escucho atento todo lo que sus compañeros tenían que decir.

-Bien hay que decidir quien va a ser el que proteja la carraca como prioridad. Yo por mi parte, como bien dice Gelion, puedo adelantarme para poder tantear los terrenos, y de este modo ver si hay gente cerca o si ha habido transito de personas o animales recientemente. Una táctica primordial es adelantarse a los acontecimientos.

El tipo de terreno facilitaba las labores de un buen montaraz pues los rastros en las condiciones en las que nos encontrábamos eran mas favorables de lo normal.

 Turno 108

Dado que no parece que puede ir en el carro el siguiente tramo, rezongando, toma una posición adelantada al primero de los carros pero por detrás de quién vaya en vanguardia.

- Maldita sea... 

Se sube los pantalones y se coloca las armas.

 RESOLUCION DEL TURNO 108

Marga y Arlan hablaban tranquilos con el resto mientras todos degustaban rapidamente la comida que habia. Casi habian pasado desapercibidos, Marga viajaba en el carromato y Arlan habia estado dormido casi todo el rato en la galera.

Según conto Marga la esposa de Agranil se encontraba bien, sin cambio alguno y que habia pasado casi todo el camino durmiendo. Coralak solo salio a coger algo de comer y beber para el y su madre, despues volvio al carromato.

Casi no hizo ni falta decidir quienes serian los que guardarian la tartana durante el descanso, pues incluso antes de que se hubieran decidido, ya estaban recogiendo para marcharse.

Durante la frugal comida, Bolgo recobro el animo e incluso bromeo. Draupner mas centrado, pensaba en la manera idonea para continuar el viaje. Propuso que fueran dos en los flancos, otros dos en vanguardia, algo adelantados y otro en la retaguardia. Ademas sugirio cambiar a Gallindum por Gelion, siendo este ultimo el siguiente conductor de la Galera.

Al resto le parecio bien, a Ilidan le daba igual el lugar donde debia ir, estaba contento de que Oin hubiese sido incluido en ese trabajo, pues pensaba que se libraria. Gelion acepto llevar el carruaje, y Gallindum se ofrecio para ir en la retaguardia.  Ademas llegaron al acuerdo de que Ildan y Draupner irian en los flancos de la caravana. Solo quedaba decidir quien iria en vanguardia. Gelion planteo la idea de que uno de los montaraces fuese como batidor, varios metros mas adelante. Elendur se encargaria de ello. En la delantera iria Oin.

Todos se habian olvidado de Arlan, pues no le encomendaron ninguna posicion. El mismo se invito a ir junto a Oin, posibilitando que Elendur pudiera adelantarse aun mas.

Tras desearse suerte unos a otros, resignados tomaron posiciones mientras Agranil y los demas se sentaban comodamente es su tartana. Comenzaban una segunda etapa del viaje. Dorhand les informo que si seguian el camino sin dejarlo en ningun momento, llegarian al asentamiento de los almadieros.

Aunque el sol brillaba alto, el viento norte que corria en rachas traia el frio de la montaña. Todos iban abrigados, sintiendo como el aire cortaba sus caras y manos. Caminando pronto entrarian en calor. Pocas nubes habia en el cielo, y el sol iluminaba todo. La nieve caida dias atrás aun se agolpaba medio derretida en los lindes del camino y en algunos arboles. Se deshacia poco a poco creando charcos y embarrando el camino.

La ruta se iba transformando, pasando de las buenas carreteras enanas del reino de Barukkizdin a las pistas de esas tierras de nadie. Estabais en Rhovanion, en su parte mas septentrional, donde la vegetacion aun abundaba y los riachuelos bajaban alegres en busca de los grandes rios.

Baches y socavones, charcos y barrizales, no lograban minar vuestro animo. La galera ahora conducida por Gelion avanzaba lenta pero firme, aunque hasta en dos ocasiones estuvo apunto el bosquimano de salirse del camino, mas por culpa del barro que por la suya. Logro hacerse con las mulas y gracias a su fuerza, reconducir el carro de nuevo hasta el buen camino.

No tuvo tanta suerte Bolgo, que incapaz de hacer obedecer al inexperto jamelgo no pudo evitar meter la rueda de la tartana en un enorme hoyo, facil de esquivar en un principio. La galera lo paso sin problemas, pese a su mayor tamaño, pero la tartara no. Necesitaron casi una hora para sacar el carruaje de su atoramiento. El barro parecia agarrar con fuerza la rueda, mientras esta se hundia cada vez mas. Depsues de bajarse los ocupantes de la tartana, tubieron que acudir todos para poder continuar. Finalmente siguieron la marcha. No fue el unico percance que sufrio la tartana, pues ademas de encallar el carro, tambien estubo apunto de salirse del camino varias veces. De haberlo hecho seguramente hubiera volcacado, haciendo su recuperacion muy complicada.

La tarde estaba tocando a su fin. Elendur iba delante mas atento a lo que en el bosque ocurria que al camino en si mismo. Muy de vez en cuando se dejaba coger por la comitiva, para dar novedades, aunque nada parecia ocurrir. Todos caminaban en silencio, cansados. Llevaban casi cinco horas caminando, por no hablar del esfuerzo por sacar la tartana del barro. Realmente necesitaban un descanso, unos mintutos tan solo.

Se detuvieron todos, se sentaron en la galera, se masajearon los pies y se tumbaron para enderezar la espalda. Al final estubieron casi quince minutos, merecidos todos ellos. Oin y Draupner estaban especialmente cansados, pues tambien habian hecho la primera parte del viaje a pie. Estaba resultando una jornada maratoniana. Y aun quedaba camino, según decia Egorant, al menos cuatro horas de trayecto. Hicieron calculos inmediatamente, cada no para si mismo. Debian llevar levantados al menos catorce horas, y aun les quedaban cuatro mas… estaban exhaustos.

Tras el breve descanso continuaron su camino. Mas dificultades, mas barro y cada vez mas frio. La noche habia llegado, por suerte la luna brillaba en todo su esplendor, iluminando todo con su luz fulgurante. Habiais recorrido ya la friolera de sesenta kilometros, era muchisimo, y mas teniendo en cuenta las dificultades tras la comida. Comenzabais a tener muchisimo hambre, pero Dorhand queria continuar, debiais estar a punto de llegar. Las cuatro horas que os habian dicho antes, se habian convertido en cinco, pero ya estabais cerca.

Elendur aparecio por el frente corriendo, pese al cansancio acumulado. Os informo de que un poco mas adelante, sobre la loma, se veia a lo lejos como el bosque se iba perdiendo poco a poco, dejando paso a una inmensa estepa. Al salir del bosque habrian llegado al asentamiento, o al menos eso pensaban. Según Elendur, varias cabañas se erguian junto a un rio no demasiado ancho.

Asi cuando alcanzasteis lo alto del cerro, visteis lo que ya os habia explicado Elendur. Todos hicisteis un pequeño alto alli mismo.

Abajo, descendiendo por una leve cuesta, los arboles iban desapareciendo en parte por que el bosque se acababa, y en parte por que habian sido talados, como mostraban los tocones que aun se distinguian anclados en el suelo. Mas alla, en la ribera del rio, cuatro cabañas de madera se agolpaban arededor de otra de mayor tamaño. Habia aun luz, aunque desde alli no se veia demasiado movimiento, tal vez estubiesen todos dormidos. Era casi media noche. La vision del asentamiento, os hizo sentir en vuestros musculos lo que era el cansancio de una larga jornada a pie.

 Por cierto olvide mencionarte antes.

Si, son las mulas que te intentaron vender a ti, y que rechazaste. Eras el encargado de conducirlas, y ahora las lleva Gelion.

Turno 109

Tras la comida, el trabajo de Bolgo no fue tan apacible como hasta entonces. La calidad del camino había descendido considerablemente, dificultando en gran medida la dirección de la carreta. A lo largo de los primeros kilómetros, el mediano no tuvo mayor problema en controlar a la montura, sin embargo, poco más tarde comenzó a ser consciente de que tenía un duro trabajo por delante.

Poco a poco, notó a su montura más y más nerviosa, de forma que optó por cantar suavemente, con la intención de tranquilizar al animal.

- Los caminos siguen avanzando,

sobre rocas y bajo árboles,

por cuevas donde el sol no brilla,

por arroyos que el mar no encuentran,

sobre las nieves que el invierno siembra,

y entre las flores alegres de junio,

sobre la hierba y sobre la piedra,

bajo los montes a la luz de la luna.

Los caminos siguen avanzando

bajo las nubes, y las estrellas,

pero los pies que han echado a andar

regresan por fin al hogar lejano.

Los ojos que fuegos y espadas han visto,

y horrores en salones de piedra,

miran por fin las praderas verdes,

colinas y árboles conocidos.

Parecía que la bestia se calmaba con la canción y durante varios kilómetros el avance fue más tranquilo, sin embargo, poco después, la calidad del sendero descendió de nuevo, y todo efecto de la canción se vio disipado. Llegado el momento, Bolgo no pudo evitar un enorme hoyo, y la rueda derecha encalló quedando totalmente atascada. Un sentimiento de culpa invadió al hobbit mientras el grupo luchaba por desencajar la rueda. Finalmente, tras una hora de duro trabajo, lograron poner la tartana de nuevo en marcha, y a partir de entonces Bolgo tuvo extremo cuidado en evitar baches y agujeros del camino.

El trayecto se hizo excesivamente largo, y algo después del anochecer, alcanzaron su destino. Y fue en ese preciso momento cuando realmente fueron conscientes del cansancio que habían acumulado a lo largo de la jornada. En ese sentido Bolgo fue afortunado, pues el hecho de haber viajado sentado durante todo el día había disminuido su desgaste, a pesar de ello, agradeció la llegada al final de la jornada y se dispuso para descansar y recuperar fuerzas en el asentamiento de los almideros.

Turno 109

Al escuchar la voz de Arlan giró la vista y allí los vio a él y a Marga. Como no había acabado la reunión, había llegado tarde y se había puesto a hablar con Oín desde el principio no se había percatado de sus presencias. - Discúlpame Arlan, no me había fijado que venías. -

Le alegró ver que todo el mundo estuviera dispuesto a ayudar asumiendo el duro rol que el ir de escolta suponía. Su propio sentido del deber le obligaba a asumir las tareas más duras para él, así que como bien dijo a la hora proponer el orden de marcha, tomó uno de los flancos de la carreta haciendo todo el recorrido por fuera del camino.

Las dificultades del trayecto debido a las condiciones climatológicas propias de la estación del año, unidas a la inexperiencia de los conductores de los carruajes hicieron la extensa jornada más dura de lo que de por sí sería. Él sabía lo que era andar con prisa, y recorrer más de 60 kilómetros en un día lo era, si a eso se añadía el esfuerzo de desatascar las carretas, dudaba que todo el mundo fuera a ser capaz de aguantar muchas jornadas así.

Notar que el fin del bosque estaba cercano ya fue un alivio de por sí, pero estar en lo alto de aquél cerro viendo al alcance de la mano el fin de la jornada no tenía comparación. No sabía cuál iba a ser el plan para la noche y dudaba que hubiera sitio para todos ellos en las cinco casas que componían el asentamiento, pero el solo hecho de poder dejarse caer y descansar animaba a recorrer el corto tramo que les separaba del asentamiento.

Gallindum - Turno 109

Tras la rápida comida volvieron a ponerse en marcha, era importante llegar al asentamiento de almadieros esa misma noche. Gallindum marchaba en retaguardia, atento a cualquier cosa que por azar hubiese podido pasar desapercibida a los batidores que le precedían. Como había hecho la primera etapa del camino en la galera estaba bastante descansado, al menos al principio. Pero tras 5 largas horas de marcha empezaba a sentir el peso de la fatiga en sus piernas; por fortuna hicieron un breve alto para descansar y reposar los fatigados miembros que ya empezaban a cargarse. Después de aquel remedo de reposo, que Gallindum agredeció mentalmente, prosiguieron marcha. Hubo algunos problemas con el carromato que conducía el mediano, se metió en un socabón del que tardaron un buen rato en sacarlo, y aun con la ayuda de todos resultó dificil. El enano agradeció que fuese Gelion el que conducía ahora la galera, pues estaba seguro de que él se habría metido en embrollos peores que el del hobbit si hubiese conducido el carro.

Ya llevaban un buen rato marchando en noche cerrada, iluminada por una blanca luna, cuando Elendur vovlió de su posición adelantada para avisar que a lo lejos ya se divisaba el asentamiento al que tenían que llegar. Se trataba de una pequeña "aldea" en los lindes del río, cuatro pequeñas cabañas en torno a una más grande formaban la pequeña población. Gallindum esperaba algo más grande. De todas formas estaba bien, podrían comer algo, descansar y proseguir su viaje a la mañana siguiente. Al parecer habían puesto fin a la primera etapa del viaje sin más contratiempo que un socabón en el camino.

- Apresuremonos, ya casi hemos llegado...- murmuró más para si mismo que para nadie en particular.

Gelion Turno 109

La natural prudencia del bosquimano impuso una marcha demorada en el camino. A parte de ello la canción de Bolgo le levantó el espíritu y sin darse cuenta tarareaba parte de las notas. Aquello le abstraía ligeramente haciendo la conducción más mecánica y dejando espacio a su mente para ocuparse de otras cosas, como la brisa, el sol y la figura de Siempreviva recortada en el cielo.

A punto estuvo de caer en un hoyo de grandes dimensiones lleno de barro. Tiró de las riendas en el momento en el que lo vio evitando por poco que el vehículo quedase bloqueado. Los caballos habían piafado momentaneamente, reticentes a variar el curso, pero gracias a los Valar hicieron caso antes de que la situación empeorase.

Aliviado por haber superado el obstáculo se olvidó completamente de que iban otras carretas detrás y se echó luego las culpas por no haber avisado al mediano. Tardaron mucho en volver a iniciar la marcha.

Perdóname, estimado Bolgo. Le dijo antes de volver a su carreta. Debí haberte avisado, no estoy acostumbrado a viajar en grupo, seré más precavido de ahora en adelante.

Siguieron camino hasta que la tarde apuntaba a su fin. Gelión se acomodó de nuevo en el pescante. No podía imaginar cansarse de estar sentado pero al hacerlo se sintió muy incómodo. Todavía les quedaba una buena caminata y debían aprovechar todo el tiempo de sol de que dispusiesen, dentro de lo que sus fuerzas le acompañasen.

Finalmente Elendur trajo buenas noticias. Gelion estaba cansadísimo y sólo podía pensar en las sábanas de una buena cama.

TURNO 109

Al final de la comida vio a Arlan, del cual se había olvidado por completo al igual que sus compañeros. Por lo menos que el enano hubiera pasado desapercibido para Ilidan era algo más normal, ya que había sido el primero en subirse a la galera e inmediatamente había cerrado los ojos, para permanecer así durante todo el primer tramo de la primera jornada salvó el momento de cambiaron de posición los carros, el cual había sido muy fugaz. Aun así le extrañaba no haberlo visto al parar, acción que achacó a que el enano se había bajado antes que él, y después por ciertas razones había dado la casualidad de no coincidir en el campamento.

Tras la comida el viaje se hizo bastante más duro debido a las condiciones adversas del terreno. Además a ello había que añadir que el terreno que recorría él era más agreste que el de sus compañeros, a excepción de Draupner, y lo último que faltaba añadir, se produjo cuando tuvieron que desatascar la tartana al haberse quedado atorada en un hoyo lleno de barro.

Por lo menos el tiempo parecía acompañarles, Anar hacía más llevadero los vientos fríos provenientes de las montañas, e incluso Isil aportaba su granito de arena, facilitando la vigilancia cuando su hermano mayor había desaparecido por el horizonte.

Por fin, tras una larga jornada, el asentamiento de los almadieros apareció enfrente suyo, tal como había adelantado minutos antes Elendur. Subido en aquel cerro, con su destino a un tiro de piedra el numenoreano no pudo más que pensar en el reconfortante y merecido descanso que les aguardaba una vez llegaran. Aun así, aprovechando su posición elevada echó una rápida mirada alrededor, más por oficio que por descubrir algún peligro.

TURNO 109

Tras las espléndida comida, realmente no era gran cosa pero el hambre hacia que el mínimo alimento fuese un majar delicioso, Elendur recogió presto sus cosas y deseó suerte a todo el grupo, así que marchó el primero según la tarea que tenia encomendada. Según su trabajo esta acostumbrado a ir en la cabecera de expediciones como un buen explorador.

Durante horas caminó por el sendero atento a cada árbol y cada arbusto que pasaba a su lado, viendo como el deshielo se hacia presente y mas intenso a cada paso que daba. De vez en cuando se detenía en el camino para observar posibles huellas, rastros, restos vegetales y animales y posibles ruidos que hubiera en el entorno, hasta que el resto de la comitiva le alcanzaren. Una vez reunidos Elendur informaba al grupo de las nuevas que había observado por el camino.

Era increíble como las energías del montaraz se renovaban al estar en su medio natural, aquellos arboles le llenaban de engría y oxigeno.

Pasaron horas y horas de largo camino, hasta que un incidente le hizo detenerse, la llamada por un grito de su nombre hizo que retrocediese pues algo había pasado a la caravana. Así fue, el pequeño Bolgo había tenido un percance y había metido una rueda en un hoyo del camino. Entre todos trataron de sacarlo de allí, pero fue una tarea dificultosa, aunque fructífera.

Tras el incidente siguieron el camino durante horas hasta que la luna apareció, Elendur incansable seguía en la delantera cumpliendo su misión, hasta que finalmente divisó el asentamiento, corrió con energías hasta la caravana e informó de lo hallado.
Una vez llegaron todos a la zona dijo

-Y bien.... Quien será el que despierte a los lugareños para informar de nuestra llegada?

El montaraz miro entre los comerciantes e incluso el Alcalde y su hijo. No sabia en estos casos que protocolo seguir.

 Turno 109

Oin miraba el asentamiento con aspecto ceñudo.

- uhmm.... - murmura y escupe a un lado.

La verdad es que el descanso se agradecía pero personalmente, prefiere dormir a salvo así que si aquel poblado es donde van a dormir, no le importa andar un poco más aunque ya está molido.

Escucha a Elendur y escupe de nuevo.

- Yo mismo... 

Así que, encabezando la caravana echa a andar hacia el pueblucho con su martillo bien agarrado y oteando en derredor.

Turno 109

Cuando Oin respondió a Elendur, la imagen de un pueblo ardiendo y Oin con una antorcha en la mano riéndose se le cruzó por la cabeza. Así que abandonando su posición por un momento, se puso a su altura y le dijo en voz baja - [Khuzdul] Oin нека да бъде на кмета или на богати търговци, които са отговорни. Ако сте ги избрали Estapar, може би вече знаете тези хора от други пътувания. Освен това, те са условията за настаняване нали? а за днес са спечелили на заплатите ", ще им даде извънреден труд? -.
 

Luego esbozó una sonrisa y le puso la mano en el hombro antes de retirarse de vuelta a su posición.