Partida Rol por web

Worm empezó a dar sus excusas de "machote" mientras le echábamos un vistazo. 

- Sí, ya sé que no es nada, pero aún nos queda mucha misión y es mejor que vayas lo mejor posible. - Dije a ver si de aquella manera se dejaba tratar un poco mejor. Había que ver lo orgullosos que eran los hombres para algunas cosas. 

Al menos, me quedó bastante claro al ver la nave, que no era la única a la que todo aquello la olía muy mal y esta vez, sin referirme a Worm y su olor corporal, que esperaba que fuera corporal, porque como fuera un desodorante era para matarlo. 

- Es el piloto de Destrucción. - Dije por no decir qué era delante del alien ni que supiera su nombre. 

Al menos, el hecho de que estuviera él me hacía pensar que si el doctor de los huevos nos la jugaba, nos echaría una mano. 

- Nuestro taxi habitual. - Terminé diciendo. 

Claro que mi respuesta al piloto fue una sonrisa y además, incluso le guiñé un ojo. 

El tipo que había saludado a Videshee levantó el dedo pulgar afirmativamente y luego entró en el interior de la nave, presumibelmente a los controles.

Mientras el Ardeen sonreía ante los comentarios de los Omegas.

Siempre tan graciosos. Como me alegro de que estéis aquí, ya le dije a Destrucción que si no era con vuestro equipo no hacía esta misión suicida ni cuerdo. Ya os conozco, y sé que sois profesionales.

Él también entró y dejó que el grupo hiciera lo mismo. Una vez dentro los antiguos villanos pudieron comprobar que en efecto aquello era una nave de prisioneros. Había una parte para celdas, algo más grande que la que estuvieron. Pero además tenía una parte para llevar tropas. Allí se estaba sentando Ardeen y abrochandose algo parecido a cinturones de seguridad. Sacó un frasquito y se tomó un par pildoras que extrajo del mismo.

Es para prevenir el mareo espacial. Bueno, para el mareo y más cosas. Te quita los dolores de cabeza y otras dolencias. También te ayuda a mantenerte despierto un buen rato ¿Queréis alguno? A mí me encantan, aunque puedo dejarlas cuando quiera claro.

Bueno. ¿Que os ha contado el bueno de Destrucción de lo que vamos a hacer?

Mientras hablaba el resto se sentó ya que la nave empezaba a elevarse.*

Perdieron algo de tiempo curando las heridas de Wormy, pero era eso preferible eso a que fuese desangrándose por el camino. El transporte en ese vehículo tan extraño provocó que la mujer alzase una ceja, incrédula, aunque por lo menos llegarían a tiempo.

-Vaya disparo te has llevado, ¿eh? Casi ni lo cuentas.

Al ver que Templario le regalaba armas al fiestero, Roxanne se rio. Eso, cabrón, ve creando el caos con una furgoneta rosa. El hippie asesino- con suerte se moría matando a algún V’Sori. Solo esperaba que el perro no saliese herido en ese encuentro o tendrían un problema.  Se dio cuenta de que Templario no estaba demasiado animado, pero lo atribuyó a toda la fiesta que habían estado viviendo las últimas dos semanas.

-Menos mal que llevas el casco puesto. Debes tener unas ojeras de la hostia.

En el lugar le esperaban varias personas, entre ellas el doctor imbécil al que habían tenido que rescatar. Roxanne estaba demasiado a su bola al principio como para incluirse en la conversación con el grupo. Ni idea tenía de viajar por el espacio, pero desde luego no se iba a fiar de las mierdas que les diera ese cabrón. Videshee dijo que uno de los que allí se encontraba era el tío que generalmente los llevaba. ¿Cómo lo había reconocido?

-Paso. Prefiero el mareo espacial. Demasiadas pastillas estos días- dijo de pasada, mientras tomaba asiento y se abrochaba el cinturón. Oh, bueno, dame alguna, aunque no me la tomaré ahora. Pero quizá para el futuro pueda ser divertida- sí, para dársela a cualquier mierda y ver si se muere. Estiró la mano en su dirección, esperando recibir la dosis que se guardaría.

Gusanito estaba bien después de nuestros tratamientos. Y hasta habíamos llegado a tiempo a la nave prisión, donde estaban el piloto majete. Garritas se interesó por mi estado, me movía despacio, debía haberlo notado. 

—Nah, enseguida se me pasa, es mientras metabolizo la última botella de ron, no debí beberla entera. Ah, y también que las medicinas inyectables usan un poco de mi sangre para crear el suero, pero al cabo de un rato estoy mejor. Y sin agujeros. ¡Y es cosa tuya! Lo activé en la armadura para cerrarme las heridas de garra en la espalda de la última vez que... bueno ya sabes. —la mujer era algo... bruta. 

Luego miró al nuevo. 

—Ah, el piloto del jefe. ¿Te refieres al único que pensábamos dejar con vida si alguna vez nos cansamos de su perpetuo cabreo y nos rebelamos? —reflexionó en voz alta— Hola, amigo, te has perdido la fiesta que hicimos, seguro que la rubia te echó de menos. Tienes que darnos tu dirección para invitarte a la próxima. 

Para uno majo que conocíamos... el científico por otro lado era gilipollas. 

—¿Nosotros profesionales? —Templario no sabía si reír o llorar. Pero por supuesto que lo eran. Asesinos profesionales. —¿Cuando y cómo has deducido eso? 

Les ofreció unas pastillas y tras dejar que Roxanne tomase una, Templario le quitó el bote y se metió una en la boca. Le dejó las dos que les ofrecía. Bueno, la una que no había tomado Roxy.  ¡Era buena persona! Y el tipo podía dejarlas cuando quisiera. 

—Gracias por las pastis. Chicos, si me sientan mal matadle dolorosamente. Si me sientan bien, luego os paso algunas y os las podéis tomar. 

Era lo más inteligente. Y Templario siempre tomaba ese camino. 

Si el quitarle el bote molestó a Ardeen, este no lo dijo. Pero miró muy fijamente a Templario mientras se quitaba el casco para tomarse la pastilla. Eran pequeñitas y con un sabor un tanto extraño. Desde luego no se parecían en nada a las últimas que se había estado tomando. Tenía un ligero regusto a limón.
Mientras Roxy miraba la suya se fijó en que ponía unas letras. P. E. Z.

Ardeen sonreía.

Desde luego, sois muy serios a veces. No sé por qué pensáis que voy a haceros algo malo. Vamos todos en la misma moto. O en este caso nave. Si no tenéis preguntas sobre la misión podéis relajaros. Tenemos para un par de horas antes de llegar a la orbita del planeta rojo que tenéis en vuestro sistema solar.
Nos encontraremos con varias naves de tipo Manta que patrullan. Pero deberían estar bastante relajados. Mi pueblo no espera ningún tipo de acción espacial por vuestra parte. Os considera demasiado primitivos para eso. Es una suerte que los hombres de Destrucción sepan pilotar nuestros vehículos. A mí no se me da demasiado bien.

Se me escapó una sonrisa cuando vi el gesto del piloto y luego negué con la cabeza. Con lo que me había costado que hablara ahora hasta era simpático el tío. 

Claro que ya no me gustaba tanto, o más bien nada, el maldito científico ese y todo lo que decía, me sonaba con doble sentido o me hacía pensar en un par de hachazos en nuestra espalda. 

- No me gustas... - Pensé mientras lo miraba tratando de que no se me notase demasiado que no era santo de mi devoción. 

Vale que lo de la nave era una buena idea, porque nosotros no teníamos otra forma de ir, pero no estaba segura de que al terminar aquello no fueran a querer meternos en una celda de nuevo. 

- Teníamos que haberle preguntado a destrucción cuando iba a dejar de ser imprescindible este impresentable. - Pero claro, no se me había ocurrido hasta ahora. 

Claro que cuando ya comentó lo de hacernos algo malo puse cara de circunstancia. 

- Quizás porque la última vez que abriste la boca sin pensar te traicionó el subconsciente y nos pone de muy mala hostia que porque seamos tan molones todo el mundo se piense que somos unas buenas cobayas. 

Worm le hizo entender al alienígena, donde se podía meter las pastillas esas. Aunque luego se dio cuenta, que quizás el bicho azul ese no entendiera el significado de un gesto tan claro. Quien sabe, hasta podría ser que en su cultura eso fuera una señal de agradecimiento y todo.

Tomó asiento y se puso el cinturón. No era cuestión de que les parara ahora la policía espacial en medio de una misión, solo por no llevarlo puesto. Buscó con la mirada por si veía alguna revista de coches para entretenerse durante el viaje, pero no era el caso. Parecía que iban a ser dos horas bastante aburridas, por lo que decidió intentar pegar un ojo. Tal vez se le pasara algo la resaca.

Después de aquello no quedaba mucho más que hacer salvo esperar, además una vez fuera de la atmosfera ya podían desabrocharse y pasear por la nave si querían. Desde luego no era como en las peliculas de astronautas que van a la luna. La gravedad seguía estando presente y se movían igual. Pero a los Omegas les venía bien aquel parón para poder descansar, que a algunos buena falta le hacia.

Tal y como había augurado Ardeen se encotraron con algunas patrullas de cazas V'Sori, el piloto avisó de ello por si había problemas, pero el buen doctor habló con los pilotos y pudieron seguir su camino sin problema.

Casi a las dos horas de empezar el viaje, el piloto les anunció que estaban llegando. A lo cual todos se pusieron en alerta.

Vale. Ahora empieza lo divertido. Iremos directos al saltelite. Nos preguntarán que hacemos allí. Así que mientras los chicos de Destrucción y yo entretenemos a los guardias que vengan a hablar con nosotros, vosotros os colais dentro, reprogramais las ordenes de los drones en las computadoras y luego volamos todo con explosivos gordos.
¿Quién quiere llevarlos?

Templario, como en la mayor parte de los viajes se sentó y se durmió. Fácilmente, porque estaba bastante cansado. Había pensado en comenzar con el típico "Hemos llegado ya?" pero estaba seguro que alguna de las otras lo haría, así que decidió dejarles el honor. 

Así, despertó algo más descansado a la hora de llegar al satélite. Donde les explicaron el plan. 

—Yo llevo los explosivos. Soy todo un experto. ¿El buen doctor viene con nosotros? Supongo que deberá reprogramar él a los drones para que ataquen a los V'sori y a los fins y a las esferas y luego se desactiven...

El supervillano esperaba que se los dieran en una mochila, así  tendrían la protección de su armadura. ¡Y él siempre daba la cara al enemigo! 

Después de que Templario se tomara las pastillas, no pasó absolutamente nada. ¿Qué coño es P.E.Z.? Preguntó, con total desconocimiento de algunas cosas de la superficie. No tuvo ni que responderle al doctor porque Videshee lo hizo por ella. Ese hombre no entendía que su vida pendía realmente de un hilo, incluso si eso luego significaba que alguno de ellos la palmase. ¿No se había enterado de que estaba en el bando de los colgados? Porque si a Roxanne se le iba la olla bien le podían dar a Destrucción.

El viaje transcurrió sin incidentes. Roxanne aprovechó para cabecear un poco, pero lo cierto era que no podía quedarse dormida cerca de Arden. Cada vez que estaba a punto de lograrlo venía a su mente las imágenes de otros doctores que se habían encargado de volverla totalmente inestable. Por ella se podían morir todos, que ya encontraría el modo de curar sus heridas o lo que le viniera por delante.

Templario no tardó en ofrecerse a llevar los explosivos, algo que ella prefería no hacer porque le daba la impresión de que los usaría antes de tiempo. ¿Reprogramamos las órdenes de los drones? ¿Quién coño se encarga de eso?- por lo que había oído, el doctor no iría con ellos. ¿Sabía alguno de sus compañeros algo de informática? Ella era más del grupo de acción y menos del de pensamiento. Creo que el doctor se queda con los guardias, haciendo el trabajo fácil. Como siempre. Empezaba a cansarse del patrón donde eran ellos quienes obedecían las órdenes y se ponían bajo un gran riesgo a cambio de nada. Por suerte, si todo iba bien, la puta invasión acabaría pronto y mandaría a tomar por culo a  Destrucción. 

Escuché el plan y a mí me parecía bien, claro que hasta que como Roxanne, me di cuenta que eso de reprogramar cosas no estaba entre las habilidades del grupo. 

- Creo que es más fácil que consiga aprender binario antes de que reprograme nada. - Me encogí de hombros, aquello pretendía ser algo así como un chiste. 

Claro que luego miré al científico. 

- Necesitamos a alguien que sepa "reprogramar" cosas. 

Ya decía yo que esto de "id a hacer una misión y punto" nos iba a tener que traer cola en algún momento. 

- La próxima vez seguro que nos mandan a bailar ballet... Tengo la misma idea que de ordenadores. - Era triste y lamentable encasquetarle a un grupo un trabajo para que el que no iban a estar preparados sin al menos, media carrera universitaria o muchas horas de frikismo informático. 

Ardeen pareció extrañado al escuchar que le necesitaban para reprogramar los ordenadores, y un poco nervioso además. Al parecer no le gustaba la idea de no quedarse "a salvo" en la nave esperando.

Vaya. Menuda contrariedad. Parece ser que sí que tendré que ir con vosotros entoces. Eso sí que no me lo esperaba. En fin. Seguro que os encargaréis de que llegue sano y salvo.

El piloto avisó de que estaban recibiendo una transmisión, a lo que Ardeen se acercó a la cabina para explicar por qué estaban allí, o al menos eso dijo que iba a decir.

Los demás podían ver cómo se acercaban al satélite. No era muy grande, no parecía una luna ni nada parecido, pero suponían que tampoco necesitaban que fuera demasiado si sólo tenían que mantener comunicaciones.

Después de que Ardeen hablara la nave se dirigió a la exclusa, al parecer sin problemas.

Videshee pudo entender la conversión de Ardeen. Al parecer todas esas horas tratando de aprender el idioma habían dado sus frutos.

Aquí nave de prisioneros THX 1138. Nos dirigimos a la ManO'War del Overmind. Tenemos un cargamento de prisioneros para que experimenten con ellos sus científicos maestros, pero estamos teniendo algún fallo con los motores. Puede que algo de la "puñetera" atmosfera del "puñetero" planeta haya obturado alguna cosa. Necesitamos repararlo o quizás no lleguemos. Soys la única estación donde atracar de paso.

Al cabo de poco se escucha una respuesta.

Es algo irregular. Pero de acuerdo. Tenéis acceso al hangar de carga.

El doctor, tras las palabras de las chicas, se animó a venir. Templario pensó en Videshee con un tutú de Ballet. Ya sabía que regalarle para la próxima fiesta. 

Se dirigió al doctor. —Claro que sí. Vendrás con nosotros. No te preocupes, necesitamos que estés vivo para reprogramar y luego que estés vivo para echar las culpas a alguien si la reprogramación no sale bien. A alguien tendremos que matar si no sale todo correctamente. Y probablemente luego Destrucción te necesite para futuros satélites y otras mierdamisiones y tendremos que dejarte ileso. La vida está llena de pequeñas decepciones. 

¿Para que venia si no?

Llegaron, y la explicación parecía haber funcionado, Templario se echó los explosivos a la espalda y se preparó para el asalto al satélite. 

—Venga, todos preparados. Doctor, siempre detrás de mí. No quiero matarte por accidente. No es lo mismo. 

Bueno, era casi igual, pero no lo mismo. 

Habían dejado aclarado quien se encargaría de reprogramar los ordenadores que controlaban a los nuevos drones. Era bueno saber que el doctorcillo ese tenía conocimientos de programación por qué, lo que era Worm… todo lo que se saliera de buscar pelis en páginas porno rozaba para él una ciencia que necesitaba de estudios universitarios.

Llegaron por fin al satélite donde tenían que cumplir su misión y asintió con la cabeza a todas las palabras de Templario. Si, era una pena no poder cargarse al capullo ese. Pero bueno, él se consolaba pensando que ya llegaría el momento, cuando no necesitaran más a ese medicucho.

Comprobó que sus armas estaban en buen estado y dio una señal al resto, de que estaba preparado para avanzar y entrar en el satélite ese. Se puso detrás de las chicas, suponiendo que le tocaba la retaguardia. Viendo el culo de Roxanne, tampoco era tan mal lugar, la verdad.

-Es una pena para todos, doctor. Asegúrate de llevar un buen chaleco antibalas- dijo Roxanne con una sonrisa afilada. Aunque difícilmente algo así te protegería de mis garras, mamón. Oh, Dios, deseaba que todo eso acabara para hacerse con la cabeza de ese imbécil como trofeo.

La mujer se tensó mientras mantenían una conversación en un idioma que desconocían. ¿Y si estaban yendo justo hacia la boca del lobo? Al menos dejaré un bonito cadáver. Ah, y muchos muertos a mi alrededor. No suena tan mal- Rox tenía claro que de algo debía morir, y prefería hacerlo joven a convertirse en una vieja con las tetas caídas.

-Entonces Templario primero, detrás el doctor, luego nosotras y por último Wormy, ¿no?- intuyó, viendo que el hombre violeta se había puesto tras ella. Como te metan un tiro en el lugar equivocado estamos todos muertos. ¿Prefieres que vaya primero, templi?- preguntó, asegurándose de que el plan no saliera mal por una explosión prematura.

Templario meditó pero luego aceptó.

—Sí, pero sólo porque tienes que llegar antes que nadie a matar mamones, y no quiero ponerme en medio. Yo llevo los explosivos, los llevaré a la espalda, es el lugar más seguro, detrás de mi armadura. 

Detrás de dos capas y de su cuerpo. Él estaba preparado con el rifle alien.  

Mientras justo después de que Ardeen dijera que tendría que acompañarnos él, se puso a hablar con los del planeta y para mi sorpresa, entendí bastante bien aquella conversación. Aún tenía alguna palabra que no pillaba del todo, pero mi "alienígena" iba mejorando. 

Aquí nave de prisioneros THX 1138. Nos dirigimos a la ManO'War del Overmind. Tenemos un cargamento de prisioneros para que experimenten con ellos sus científicos maestros, pero estamos teniendo algún fallo con los motores. Puede que algo de la "puñetera" atmósfera del "puñetero" planeta haya obturado alguna cosa. Necesitamos repararlo o quizás no lleguemos. Sois la única estación donde atracar de paso.

Al cabo de poco se escucha una respuesta.

Es algo irregular. Pero de acuerdo. Tenéis acceso al hangar de carga.

Les cuento la conversación en bajo a mis compañeros, para que sólo puedan escucharlo ellos. Eso sí, dejando claro que cuando decía "puñetero" que en mi traducción lo que dije era "puto", significaba que no había entendido esa palabra y había puesto una que pegaba bien. A ver en qué frase no pega un "puto o puta".