Partida Rol por web

|JUGADA MASTER|

Jairon y Neith, que acudieron inmediatamente al despacho de Cassandra para explicarle lo que había visto el muchacho, pero nadie contestó cuando tocaron un par de veces a la puerta. Al parecer, Cassandra no se encontraba allí en ese momento.
Sin embargo, la profesora Shen apareció por el pasillo, llamando la atención de los muchachos.
- ¿Qué hacéis ahí? La directora no se encuentra en el internado en este momento- dijo la profesora, acercándose a los muchachos-. ¿Necesitábais algo? Si no es urgente puedo darle yo misma el recado, tengo una reunión pendiente con ella, así que no me importa...-.

Mientras tanto, Walgior se encontraba ya en la sala de reuniones donde le había citado la reina Farilynn, y cuando el muchacho hizo su entrada en ésta, se llevo una pequeña sorpresa. Farilynn no estaba sola, se encontraba con su madre Hanless, con el Jefe del Consejo Élfico (Frank) y, para más sorpresa, la reina de las sirenas (Melpénome).
- Bienvenido a la reunión, señorito Walgior- dijo Melpénome, que se encontraba rodeada de unas damas sirenas que no cesaban de rociarle con agua salada-.
- Tome asiento, por favor- dijo Hanless, señalando una silla que había en uno de los extremos de la mesa. En el otro extremo se encontraba sentada Farilynn.
Cuando Walgior se hubo sentado, Frank se levantó y comenzó a andar por alrededor de la mesa.
- Señorito Walgior, sabemos que es demasiado temprano para pedirle responsabilidades con respecto a la corona élfica, pero el mundo necesita saber que los elfos tenemos control sobre nuestra propia tierra- explicó Frank, apoyándose en su bastón mágico a cada paso que daba-. Me gustaría ir al grano... Walgior, necesitamos que esté presente en una celebración idéntica a la que hicimos con la coronación de Farilynn... Para que me entienda, queremos que acepte las responsabilidades como rey élfico- concluyó, con una sonrisa.
Farilynn carraspeó la garganta mientras se levantaba, dispuesta a hablar.
- Frank, ya sabes mi opinión sobre ésto... Aunque tú creas que esa opinión es por miedo a que se me quite el trono, no es para nada por esa razón...- empezó a decir Farilynn, mirando a los presentes-. Creo que Walgior correría un riesgo aún mayor si decidiéramos coronarle y ya tenemos bastante con lo que tenemos... Sería exponerle ante el mundo entero, que sabría de su existencia y de su localización. No creo que sea buena idea exponerle así, es demasiado joven-.
- Sí, pero usted, mi reina, no tuvo ningún reparo en acostarse con él a pesar de saber lo joven que era... Porque no creo que cuando estuvieran en la cama, Walgior tuviera unos años más...- comentó Frank, que parecía fuera de sus casillas.
- ¡No le consiento que me hable de esa manera, Consejero!- gritó Farilynn, golpeando la mesa con su mano derecha-. ¡Le guste o no sigo siendo la reina élfica y le exijo que me hable con respeto!-.
- ¡Le hablaré con respeto cuando usted se lo gane! ¡Desde que se le nombró sucesora al trono no ha hecho otra cosa que andar hechizando a elfos y hombres, simplemente por diversión sexual! ¡Se le ha exigido siempre una responsabilidad pero siempre ha sido una persona que ha preferido ir de flor en flor! ¿Cómo puede exigirme ahora que la trate con respeto?- preguntó Frank, alzando la voz aún más, encarándose con la reina hasta quedarse a unos centímetros del rostro de ésta.
Farilynn levantó la mano con el puño completamente cerrado, dispuesta a protestar, pero su madre Hanless se levantó también de la silla y golpeó la mesa para llamar la atención de los que se encontraban allí presentes.
- ¡BASTA, BASTA, BASTAAAAA!- chilló, impidiendo que Farilynn y Frank siguieran discutiendo-. ¿No os dáis cuenta de que ésto es lo último que nuestro mundo necesita? Lo único que conseguiremos con ésto es separarnos más y eso sólo le beneficia a Markwolf... ¿No os dáis cuenta?-.
- Pero Farilynn tiene razón, no creo que sea buena idea... No te ofendas, muchacho, pero no te veo cualificado...- dijo Melpénome, con la tranquilidad y templanza que le caracterizaba.
- Por favor, Walgior es más que cualificado para el puesto, pero es demasiado joven para aceptar el cargo tan pronto...- dijo Farilynn, que seguía mirando con maldad a Frank.
Sin duda, aquella reunión no iba a ser corta... Habían conflicto de intereses y Frank no parecía el mismo, estaba bastante cambiado, y eso Farilynn lo había notado.

Fistandantilus consiguió tocar un ladrillo que parecía tener un secreto oculto... Al tocarlo, activó algo secreto de la torre, que a los pocos segundos consiguieron descubrir...
La pared se giró, mostrándoles otra parte distinta de pared a la que había antes. De ésta colgaban unas cadenas y unos grilletes. ¿Qué sería exactamente esa torre antes de que llegaran ellos y lo convirtieran en un internado?
Rakkir, el dragón de Sirius, consiguió llevar a Hëndel hasta lo más alto de la torre, pero la muchacha no bajó por la cuerda.
- ¡Hey! Vengo a advertiros... Desde el internado se veía la columna de humo así que, si alguien la ha visto, no creo que duden ni un sólo segundo en venir para ver lo que ha sucedido... Venga, subir, o tendremos problemas- advirtió Hëndel, mientras montaba de nuevo en Rakkir, esperando para que Sirius montara también con ella.
Naida, aceptando la advertencia de Hëndel, agarró a Fistandantilus de la mano y lo arrastró hasta la cuerda.
- Vamos, tenemos que marcharnos- dijo la muchacha, sin mirar a Annette.
Naida fué la primera en subir por la cuerda y, una vez arriba, subió a lomos de su unicornio alado Uky, preparada para cuando subiera Fistandantilus y marcharse cuanto antes.
La siguiente en subir fue Annette, que subió la cuerda inmediatamente y se subió a lomos de su águila, esperando a que los demás estuvieran preparados para marcharse todos juntos.
Sin embargo, algo les hizo apresurarse con su escapada, pues los pájaros comenzaban a volar asustados, saliendo de los árboles... Parecía que alguien iba en camino hacia la torre, y no parecían ir de paseo precisamente, pues seguían saliendo los pájaros asustados de sus hogares...

| Sala de reuniones |

Lo primero que me apetecío hacer era partirle la cara a Frank. Menudo insolente... Aunque al decir que mi amada habia estado de flor en flor me descolocó bastante e incluso me dolió su comentario. Cuando dejaron de discutir por un momento tomé la palabra, con un tono más serio de lo normal.
-Llevo 18 años siendo un simple guerrero. Lo único que sé hacer en esta vida es luchar con todas mis fuerzas. Ser coronado Rey Élfico sería algo que como guerrero que soy le haría frente y aceptaría, haciendolo lo mejor posible si esto ayuda en nuestra guerra. No es para mi un problema poner en peligro mi vida siempre y cuando sea por una buena razón. ¿Qué hago en este internado como todos los demas si no?.-guardé silencio un breve instante, mirando a todos los presentes y luego continué.-Pero si decidis no coronarme pues seguiré a vuestro servicio como decidí hacer desde que acepté venir al internado. La guerra la tenemos hay fuera contra Markwolf, no la hagamos aqui dentro por cosas que podemos solucionar pensando un poco con la cabeza. Así que mi opinión es la siguiente... Si es conveniente coronarme para ayudar a nuestro pueblo, darles motivación pero el unico inconveniente es que peligre mi vida pues coronarme. Si creeis que es porque no estoy cualificado pues estoy dispuesto a aprender, si esto no es posible entonces no me coroneis... Hay que hacer lo mas conveniente para esta guerra, no para mi ni para cada uno de nosotros individualmente.-terminé, guardando silencio y esperando las contestaciones. Más le valía a Frank ser respetuoso con mi punto de vista o mi odio hacia el aumentaria.

[ Torre - Sobre Rakkir ]

Dejo subir a todos los demás, para después, coger la soga y trepar rápidamente hacia el exterior. Cuando llego allí arriba, puedo ver a todos montados en sus respectivos animales y sobre mi dragón, veo a Hëndel que me recibe con una sonrisa.

Los pájaros comienzan a volar hacia todas direcciones mientras subo a lomos de mi dragón. Algo los está espantando y eso es peligroso. No suelen salir volando de esta manera si algo no los asusta. Estarán acostumbrados a las criaturas del bosque, así que esto, debe ser algo extraño para ellos.

- Vamos, amigo. - Le digo a Rakkir que abre sus alas y nos eleva por los aires. - Busca y encuentra que está produciendo este desmane de pájaros. -

[Sobre la torre]

Aquello no me gustaba.  Esa torre tenía pinta de ser una sala de torturas.  La idea me gustaba menos sabiendo que Dana estaba desparecida.  Sentía indecisión. ¿Deberíamos quedarnos y luchar contra lo que venía?  No parecía muy prudente.

En mi fuero interno decidí que por ahora deberíamos ser algo conservadores.

"Sirius, salgamos de aquí.  Esto se va a poner muy feo y no sabemos a qué nos podemos enfrentar.  Volvamos al internado" le dije mientras no dejaba de sorprenderme la suavidad del pelaje de Uky, que acaricié.

"Espero que sea tan resistente como suave" - pensé.

MIS APOSENTOS.

Ya descansado, me levante con muchos animos y ganas de hacer lago, asi que me dirigi al libro que tome de la biblioteca, extrañandome aque contenido...

Me sente con el en mi cama, tomo una postura faborable para la lectura y comoda... llamo con los dedos a mi fenix, para que se recueste de mi pecho. Una de las cosas que mas me gustaba de aquel animal eran sus repentinos colores... cambiaba constantemente el color de sus llamas, dependiendo de su estado de animo... cuando estaba durmiendo era azulado, cuando estaba de buen animo era rojizo, cuando estaba molesto era verde... al posarse en mi pecho se puso de un color azul, se durmio rapidamente, era un animal bago, se paresia a su amo...

Lo bueno es que almenos me servia para alumbrar el libro y asi poder leer... me quede lellendo el libro por un buen rato y tratando de analizar su contenido, quien podia ser y que tenia en relacion con todo esto.

| Pasillo |

Miré a la profesora Shen un momento, pensando si decirlo lo ocurrido o no. Decidí no hacerlo.
-Ya lo hablaré con ella en cuanto regrese. Si lo recuerda digale que tengo que comentarle algo. Espero que no le sienta mal.-dije educadamente, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza y girandome para irme de allí junto con Neith.
Lo que habia visto me tenia bastante intrigado. Me daba igual que aquel individuo muriera, no sentía pena por el, pero queria saber quien era y porque habia visto aquello. Tenia que tener un significado, estas cosas no pasan por casualidad...

|JUGADA MASTER|

[En la sala de reuniones...]
Todos se encontraban mirando a Walgior, como si cada uno de ellos estuviera pensando qué era lo ideal para él y para el futuro de la libertad.
Farilynn, como había mostrado desde el principio de la reunión, no estaba para nada de acuerdo con la coronación de Walgior... Ella había expresado los motivos para no querer nombrarle rey, y eso era lo que había dado a entender que Frank estaba convencido de que la muchacha tenía miedo de perder la corona.
El jefe del consejo élfico, se encontraba mirando intensamente a la reina elfa y al muchacho, escudriñándolos por si hubiera algún gesto que hiciera decidir completamente al joven Walgior.
Sin embargo, Melpénome y Hanless no se decidían, parecía que eran las dos personas más neutrales en aquel momento y eso podía complicar las cosas en una votación a mayoría.
- Soy el portavoz de todos los elfos y yo digo que ellos estarán de acuerdo conmigo y coincidirán en que lo mejor es nombrar a Walgior como rey, pues para eso estás con él, ¿no?- preguntó, dirigiéndose a Farilynn, que seguía roja de furia-. ¿O es otra de tus queridas flores?-.
Todo parecía indicar que la reina Farilynn estaba al límite de su paciencia.
- No creo que estemos aquí para hablar de mi pasado o de mi vida sentimental... Pero, de todas formas, no creo que sea usted el más indicado para hablarme de este tipo de cosas- le dijo Farilynn, desafiante. Estaba claro que sabía algo de lo suyo con Cassandra, y eso no le gustaba absolutamente nada-. Yo sí que le puedo dar un buen consejo... No se deje influenciar por algunas personas o acabará realmente mal-.
- ¿Yo, acabar mal? Creo que antes de que yo acabe mal, usted pierde la corona- dijo Frank, levantándose de su asiento-. ¿O cuánto se cree que le queda ocupando ese cargo? Me consta que los revolucionarios no aceptan su relación con Walgior, y es un grupo bastante numeroso... No durará ni dos días... Ese afán suyo por satisfacer en todo momento sus hormonas sexuales le va a pasar factura, señorita Farilynn-.
De repente, un rayo violeta cruzó toda la estancia e impactó contra el jefe del consejo, provocando que éste saliera despedido unos metros hacia atrás.
Cuando todos los presentes se dieron cuenta de lo sucedido, enseguida quisieron averiguar de dónde provenía aquel hechizo... Farilynn había perdido definitivamente los nervios, y se encontraba con la mano levantada, apuntando con la palma a Frank.
- ¡Pero hija! ¿Qué demonios has hecho?- preguntó Hanless, corriendo inmediatamente hacia Frank, que parecía estar ileso-. ¿Te has vuelto loca? ¡¡Una reina jamás puede perder los nervios de esa manera!!-.
- No se preocupe, Hanless, estoy perfectamente...- dijo el jefe del consejo, mientras se levantaba y se sacudía su túnica, librándose del polvo que había cogido con la caída. Después miró a la reina, que seguía con el brazo estirado-. Farilynn, acabas de sentenciar tu futuro inminente... No voy a parar hasta que te quiten el trono. El mundo de los elfos no está seguro contigo al mando-.
Dicho ésto, Frank salió de la estancia, seguido de Hanless que intentaba convencerle de lo contrario.
Melpénome, un poco abrumada por lo sucedido, decidió desaparecer, aunque le mostró su apoyo a Farilynn dedicándole una sonrisa.
De repente, Walgior y Farilynn se quedaron solos...
- No quiero escuchar comentarios de lo sucedido- le pidió Farilynn al muchacho, sentándose de nuevo en la silla.

[En el exterior...]
A pesar de que Fistandantilus prefería huir de allí y evitarse más problemas, Sirius consiguió ver que algo se movía entre los árboles.
- No podemos quedarnos más tiempo, Sirius- dijo Hëndel, agarrándose fuertemente a su cintura, después de que el muchacho subiera por la cuerda.
Sin embargo, pudieron ver algo entre los árboles antes de que pudieran decidir si se iban o no... Eran dos personas, que se dirigían rápidamente hacia la torre. Parecía que el humo les había alertado, pero no estaban seguros de qué especie se trataba.
- Marchémonos ya- dijo Naida, indicándole a Uky que volara a más altura para ocultarse entre las nubes y poder volver al internado sin que esos dos individuos les descubrieran.
Annette decidió hacer lo mismo con su águila, así que sólo quedaban Sirius y Hëndel, a lomos de Rakkir.

[Aposentos de Mefiroth...]
El joven Mefiroth no encontró nada más en aquel libro, sólo lo que había leído anteriormente, pero lo más intrigante eran aquellos indicios de haberse arrancado algunas hojas.
¿Serían hojas escritas o en blanco, como el resto del libro?

| Sala de Reuniones |

Me quedé sin decir nada ante lo sucedido en la sala. Me sorprendío el repentino ataque de Farilynn, pero gracias a mi temple no lo demostré en absoluto. Nos quedamos a solas por fin y yo no podía evitar quitarme de la cabeza eso que Frank decia de ir de flor en flor...
-No quieres que mencione nada, pero como comprenderas no me siento agusto despues de los comentarios de Frank.-me acerqué a Farilynn y empecé a hablar casi susurrando, no por temor a que me escucharan, si no para que mi voz tomase el tono mas serio que fuese posible.-Farilynn, me tienes aqui para lo que sea y lo sabes. Si tu decisión es no coronarme como Rey Élfico yo lo acataré sin problemas. Lo que no puedo dejar pasar es eso de ir de flor en flor...-esto ultimo me costó incluso decirlo. Me hacia daño el simplemente pensarlo.-No quiero ser ningun capricho. Ya sé que todos hemos podido tener nuestras historias en el pasado pero yo no quiero ser ninguna historia que termine siendo del pasado.-hablé con total sinceridad, mirando fijamente a los ojos de Farilynn, ignorando por completo la amenaza de Frank antes de salir de la sala de reuniones.

[ En la torre ]

- Quedemonos aquí sobre la torre y esperemos a ver quienes son los que se acercan. - Le digo a Hëndel mientras paso mi mano por su cintura para que se pegue a mi espalda por si tenemos que salir en picado de la torre.

Me pregunto quienes serán los que se acercan. Es una gran duda y pretendo averiguarla. Nadie sabía de la existencia de la torre y ahora, tenemos a dos intrusos que vienen derecho hacia aquí. Pues bien, descubramos a los intrusos.

|Sala de reuniones- Mi habitación|

Ya estaba bastante perpleja con todo lo sucedido, para que ahora viniera Walgior a decirme todas esas cosas... Parecía mentira que fuera él quién lo dijera.
- Walgior, ahora no me vengas con esas... Sabes perfectamente que esto no es nada pasajero. ¿No crees que si hubieras sido otro "capricho", lo hubiera llevado en secreto hasta el final de la relación?- pregunté, levantándome, colocándome justo al lado de la ventana-. Pero claro, hacerlo público no ha bastado para que te des cuenta de lo que siento por tí, ¿verdad? Estabas totalmente convencido hasta que éste impresentable me dedica unas "perlas"... Y tú, en lugar de creerme a mí y creer en los hechos, le crees a él... - seguí explicando, sintiéndome bastante ofendida-. Ahora si que no quiero oir ningún comentario más...- añadí, finalmente, saliendo de la estancia pisando fuerte, encaminándome hacia mi habitación.
No había salido nada tal y como esperaba, pero sabía de alguien que me daría su apoyo incondicional... Tenía que reunirme con ella lo más pronto posible. Había que poner en marcha el plan B.

|Exterior|

- Sirius, por favor... No creo que sea buena idea...- le dije, agarrándome fuertemente de su cintura-. ¿Y si nos descubren? No quiero que me expulsen del internado... Quiero aprender a ser mejor luchadora y no me agradaría demasiado que me expulsaran, ¿sabes?- le dije, bajando cada vez más la voz, pues los individuos se iban acercando-. Sirius, por favor, si de verdad me quieres... Vámonos...-.

[ Exterior ]

- Vale, princesa, me has convencido. Vámonos de aquí Rakkir.- Le digo a mi dragón mientras remontamos el vuelo.

Allí abajo queda la torre y los intrusos. ¿Quien demonios serán?

[A lomos de Uky]

Todavía no estábamos demasiado lejos cuando empecé a arrepentirme de habernos marchado.  Si lo que queríamos era enterarnos de algo, qué mejor forma que haberse quedado.  Pensé que habíamos cometido un error.

"Naida, bajame, allí -le indiqué un trozo de terreno que quedaba entre el internado y la torre-.  Simularé que acabo de llegar y veré quién ha acudido con tanta presteza."

Ya repasaba mis conjuros a la espera de tocar tierra.  Adelanté mi cabeza, apoyando mi pecho en su espalda, para hablarle al oído:

"Hazme un favor y avisa a los demas.  Y si la cosa se complica no acabes de nuevo en la enfermería".  Guiñé el ojo, aunque dada la posición, dudaba que lo hubiese visto.

MIS APOSENTOS.

Fue sorprendente como me canse del tonto libro, me extraño lo de las ojas, pero alfinal no le puse importancia... coji un bolso para libros y otras chucherias de magos. Me puse mi ropa y empaque los dos bastones.

Me sentia listo para cualquier cosa, ignorando todo lo que ocurriese alla fuera de mis aposentos ya que llevaba mucho tiempo encerrado.

Sali al pasillo a buscar gente con la cual conversar o almenos escuchar lo que desian. Sentia la necesidad de ir en busca de Cassandra y o Victoria, para preguntarles que iva a ocurrir.

|NOTA MASTER|

Por diferentes motivos personales, entre ellos una operación de mi perro, me veo en la obligación de anunciaros que no podré postear hoy.
Debido a que el jueves tengo mi último examen antes de Navidades, tampoco podré postear mañana, así que hasta el jueves por la tarde (si no me surge otro imprevisto) no podré postear nada.
Un saludo y besos a todos.

| Sala de reuniones - Pasillos |

Me quedé alli sentado un buen rato, pensando en lo sucedido. No pude decirle nada a Farilynn ya que se fué bastante rapido. Me habria gustado decirle que confiaba en ella, solo queria aclararlo, debia entender que el comentario de Mark no me gustase.
Dando un suspiro me levanté y salí de la sala de reuniones bastante desganado. Caminé sin rumbo durante un rato y luego recordé a la gente que habia en la torre. Solo esperaba que Annette no fuese un incordio como yo pensaba.

|Sobrevolando los exteriores|

Escuché lo que Fistandantilus dijo y, a pesar de que la idea de dejarle allí no me gustaba demasiado, decidí que si él quería quedarse y correr ese riesgo, era bastante mayorcito para saberlo.
- Está bien, no voy a discutir contigo sobre ésto, pero quiero que sepas que no me hace ni pizca de gracia dejarte aquí... De todas formas, me quedaré sobrevolando toda esta zona, por si necesitaras mi ayuda. Y te advierto que no voy a aceptar un "no" como respuesta- le dije, descendiendo hacia el suelo y dejando allí a Fistandantilus.

|JUGADA MASTER|

[En el internado...]

Mefiroth, que iba en busca de alguien con quién entablar conversación, se encontró con una larga cortina de fuego que le impedía el paso en aquel pasillo...
Justo cuando intentó darse la vuelta para retroceder, se encontró con otra cortina de fuego que consiguió acorralarle.

Walgior, que también iba caminando por los pasillos, fue golpeado en la espalda, provocando que el muchacho cayera al suelo. Al levantarse, se dio la vuelta para ver de quién se trataba y vio un individuo con una capa negra que le llegaba hasta los tobillos. Su rostro estaba oculto por una máscara plateada y una capucha negra.
El individuo sacó una larga y fina espada, con un símbolo grabado de una serpiente, mientras con la mano le tentaba para que le atacara.

Sirius y Hëndel, a lomos de Rakkir, llegaron hasta el internado, al igual que Annette (subida en su águila).
Cuando llegaron allí, no pudieron predecir que todo aquello les iba a ocurrir...
Cuando bajaron de sus correspondientes animales, un grupo de encapuchados les atraparon por detrás y con una cuerda los inmovilizaron, tapándoles también la boca para que no pudieran ni siquiera pronunciar algún hechizo.
Cuando consiguieron inmovilizarlos, les taparon también los ojos para que no pudieran ver el lugar donde les iban a llevar.
Tras unos quince minutos, les quitaron la benda de los ojos y se encontraron en un lugar bastante frío y húmedo. Parecía una cueva o un agujero en el subsuelo, porque no había ni ventanas ni luz. La única luz que había era la de las antorchas que habían encendido los encapuchados.
- Ésto ha sido magnífico...- dijo una voz, fría y malvada.
Cuando los muchachos miraron a su alrededor, pudieron comprobar que no estaban solos... Atada de las manos a la pared, se encontraba la que aún era reina elfa: Farilynn. Le habían cortado su larga melena y su rostro estaba bastante pálido. Estaba bastante desganada.

[En los exteriores...]

A pesar de que Fistandantilus pensaba que se encontraría con algún individuo misterioso, no encontró absolutamente nada. Fuera lo que fuere, ya no se encontraba en el bosque.
Los pájaros volvían a sus hogares, algo sobresaltados.
Naida volvió a descender con Uky al ver que no había nada misterioso.
- Qué extraño, ¿no? -le dijo Naida a Fistandantilus.

[ Lugar desconocido ]

Me quitan la venda de los ojos y puedo ver que nos encontramos los tres en un lugar desconocido. Puedo ver las caras de mis compañeros por que las antorchas dejan vislumbrar... ¿Farilynn?

Me acerco a Hëndel y miro a Annette.

- ¿Estáis bien las dos?

- Parece que cada vez que estamos juntos nos encierran en algún lado, ¿no cielo?, le digo acariciando la cara a Hëndel.

Después de ver que están bien, me acerco a la Reina e intento desatarla con un hechizo.

| Pasillos |

Me levanté lo mas rapido posible, girandome y sacando mi espada señalando con esta al encapuchado que me encontré de frente. Le escudriñé un momento con la mirada. Me fijé en la serpiente de su espada y luego en aquella mascara plateada.
Despues de unos segundos le ataqué en diagonal con la espada. Estaba furioso por haberme atacado por la espalda, ademas de que una fuera se desató dentro de mi al pensar que probablemente sería la misma persona que me dió la paliza en el cuarto... Esta vez podría defenderme y darle su merecido.