Partida Rol por web

| Deeteth |

Coloqué mis manos suavemente en su rostro, una a cada lado, rozándole las mejillas. Le obligué a mirarme directamente a los ojos y le dediqué una pequeña sonrisa cuando nuestras miradas se encontraron.

- Fistandantilus... No debes preocuparte por nada, amor- le dije, con voz dulce y tierna. Quería que sintiera mi apoyo, que se diera cuenta que me daba igual lo que le pasara por su cabeza-. Querer más poder y magia no te hace malvado ni nada parecido... Tampoco eso significa que estés volviendo a tus orígenes... Siempre has querido más poder, pero ese deseo se ha quedado nublado por otros que te han parecido más importantes... Pero no es malo querer crecer como hechicero, Fist... No te culpes por ello, por favor... Estoy segura de que todos tus compañeros también sienten lo mismo que tú- le pedí, con mirada suplicante. No soportaba verle así.

APOSENTOS DE NEITH

Mire a gusto a la pequeña Neith, me encantaba verla y más cuando esta esperaba mi llegada. Sus ojos alumbraban mi ser, el cual se encontraba en un caos constante por las constantes indecisiones de lo que se debe y no se debe hacer.

-Me esperabas- conteste haciéndome el asombrado ante el tan esperado y caluroso comentario. –Necesito he…- se me trabo la lengua por unos instantes ante la mirada de la joven -…Quisiera que... Bueno, me podías dejar pasar la noche, es que no he podido estar quieto todo este tiempo- dije un poco confuso.

-Estuve mucho tiempo ausente…- dije sin vacilar y con un aire muy distraído, pero frustrado, parecía estar viendo el futuro, el cual no parecía ser muy prometedor.

[Deeteth]

Puede que tuviera razón y simplemente estuviese obsesionado.  Si el poder corrompe y yo ansío poder... ¿me corromperé yo también?

Agité la cabeza, aparcando temporalmente mis inquietudes.

"Lo siento, fue un mal momento para pensar en esas cosas.  Procuraré controlarme."

Me levanté y le dí un cálido beso a Dana.

"Gracias por estar conmigo cuando te necesito."

| Mi Habitación |

Al escuchar la puerta ya imaginé quien sería. Abrí con tranquilidad, sin mucha prisa y sonreí abiertamente al ver a Naida apollada en el marco de esta.
-Por lo que veo tienes mucha prisa por averiguar el trayecto de nuestro futuro viaje.-me retiré un poco y con mi mano hice una señal para que pasase.-¿Te gusta el ron?.-pregunté.

| MIS APOSENTOS |

Sonreí, picaronamente, y le dejé pasar sin dudarlo dos veces. Me acerqué lentamente a él, hasta que nuestros cuerpos quedaron totalmente pegados el uno al otro. Pasé mis brazos por su cintura, deslizando mis manos por su espalda.

- Claro que puedes quedarte, amor... Aquí siempre eres recibido- le dije, con una amplia sonrisa en el rostro. Me acerqué a sus labios y los besé apasionadamente, mientras con mis manos atraía su cuerpo hacia mí, si era posible atraerlo más...

Empecé a dar pequeños pasos hacia atrás, encaminándonos hacia la cama. Cuando mis piernas tocaron la madera, me dejé caer sobre ésta y le guiñé un ojo a Mefiroth, haciéndole una seña con el dedo para que se acercara a mí.

- Lo estás deseando...- susurré, con voz sensual.

| DEETETH |

Le abracé fuertemente después de responderle a aquel beso tan tierno y profundo... Parecía haber entrado en razón, pero no me gustaba que me lo agradeciera.

- Fist... Sabes que no hace falta que me des las gracias por nada... Te amo y haría cualquier cosa por ti- le susurré al oído, sin dejar de abrazarle. Comenzaba a tener frío, pues la túnica no me protegía del todo, así que me separé de Fistandantilus con una sonrisa-. Vamos dentro que me estoy quedando congelada de frío... Tienes que descansar, seguro que mañana lo verás todo con más claridad...-

| CASA DE CAMBARAL |

Sonreí al ver que me abría la puerta y entré lentamente, sin ninguna prisa. No quería que se notara mis ansias de estar allí con él. No entendía cómo se podía pasar del odio al amor en tan sólo cinco segundos, pero lo cierto era que no podía separarme de Cambaral... Había provocado en mí una especie de adicción.

- ¿Ron? Creo que nunca lo he probado, pero lo haré gustosamente- dije, mirando a mi alrededor-. Eso sí, porque me lo ofreces tú, sino...- eché a reir, y me di cuenta de que me estaba abriendo demasiado.

| DEETETH |

Sonreí, mientras un escalofrío recorría todo mi cuerpo al notar sus manos sobre mis hombros.

- Me parece una idea fantástica... Así me ocuparé yo mismo de que salgas ilesa de esa guerra y de que la ganéis- dije, con un tono de insuficiencia en mi voz. Le saqué la lengua y le volví a abrazar, oliendo su aroma, oliendo su cabello. Aquella chica me fascinaba-. Lilith... Me gustas mucho, de verdad... Me alegro mucho de que tus superiores decidieran traeros aquí, sino jamás te habría conocido y jamás hubiera llegado a dar mi vida por ti- le dije, dándole un beso en los labios, mientras mis manos sujetaban su rostro.

APOSENTOS DE NEITH

Toda la escena me impactaba, pero no me sentía en esos humores. Para sorpresa de ambos, me quede parado y una pequeña gota de lagrima corrió por mis mejillas.

-Si lo deseo, y siempre lo hare, pero hoy ahora no dejo de pensar en el futuro, en lo que nos depara y en las consecuencia de perderte.- Esto último lo dije casi con voz muda.

Casi sobre mis rodillas al suelo y recosté mi cabeza sobre su pecho, sentir su calor me refugiaba y daba esperanzas, pero sobre todo sentía como mi corazón se aceleraba.

-No sé cuál será el desenlace de todo esto… pero puedo decirte que no veo con buen ojo ese día, siento que hay algo que no está bien y que pronto acabara con todo por lo que he luchado.- Dije mientras abrazaba con la misma posición la cintura de Neith.

| Mi habitación |

Me acerqué a una mesita y cojí una botella de madera tapada con un corcho, la cual destapé y vertí el brebaje en dos vasos del mismo material que el de la botella. Le ofrecí uno a Naida.
-He tenido que pelearme con un sirviente de esta isla para que me lo diesen... Parecen un poco estrictos con el alcohol. Decia que no era propio, pero cuando le enseñé un par de monedas le cambió la cara.-reí, mientras brindaba con ella.-Por la mar, los barcos y porsupuesto... Por nosotros que los veremos dentro de no mucho. Almenos eso espero.-me tragué el fuerte ron de un golpe y la miré fijamente a los ojos.

[Deeteth]

Cogí a Dana por el hombro y caminamos juntos hasta entrar en casa.  La abracé y le froté los brazos enérgicamente, ya que decía tener frío.  Le dí un cálido beso.

Quería despejar la cabeza de todo aquel asunto, así que fuí a darme un baño.

"No tardaré mucho, voy a darme un baño - le dije -"

Fuí al aseo y llené la tina de agua.  Metí la mano dentro e intenté aumentar la temperatura hasta dejarla tibia utilizando la magia que tanto apreciaba.

| MIS APOSENTOS |

Me quedé tan sorprendida al verle de ese modo, que me quedé parada unos instantes. Cuando tuve el valor de reaccionar, le cogí suavemente los brazos y le obliqué a ponerse de pie para tener su rostro a la altura del mío. Lo cogí suavemente, colocando mis manos una a cada lado, acariciando sus mejillas.

- Mefi... No te preocupes por eso ahora, por favor...- dije, mientras se me empezaba a contagiar aquel sentimiento de miedo que veía en sus ojos-. Precisamente por eso deberíamos disfrutar de éstos momentos que nos brinda la vida... Mañana no sabemos si volveremos a estar juntos... ¿Vas a dejar pasar ésta oportunidad de tenerme como tú desearías? Sabes perfectamente que lo que más deseas es hacerme tuya... Pues hazlo, como si fuera la última vez- le susurré, mientras le volvía a besar más apasionadamente que la vez anterior.

Acerqué mi cuerpo al suyo, al máximo, y subí mi pierna derecha hasta su cintura, dejando que mi camisón se subiera hasta mis caderas.

| CASA ÁRBOL |

Me quedé parada al instante. Aquellas palabras me cayeron encima como un cubo de agua fría, y provocaron que dejara de provocarle, de excitarle... Sus palabras habían parado el tiempo y escuchaba mi corazón latir con un ritmo acelerado. Le miré fijamente, buscando en sus ojos la señal de la ironía, pero no encontré nada... Solo sinceridad, y eso me hizo estremecer.

- ¿Qué...? ¿Casarnos...?- pregunté, mientras notaba cómo me costaba respirar. Me aparté y me quedé sentada en la cama, sin poder parpadear, dejando los ojos fijos en la pared que teníamos enfrente-. Es... es... Me has dejado sin palabras, Sirius...- dije, mirándole con una sonrisa en el rostro. Le amaba, eso lo tenía claro, pero me daba miedo ilusionarnos con algo si después no podíamos cumplirlo. Me lancé a sus brazos, aún con la temperatura corporal por las nubes, y le volví a besar-. Yo también lo deseo, amor...- añadí, mientras seguía abrazada a él.

No sabía si lo que quería era evitar que tuviéramos relaciones en ese momento o si, simplemente, le había dado un arrebato de amor. Ardía en deseos por celebrar nuestro próximo enlace, pero ya no estaba segura de que él me deseara en ese instante.

|Deeteth|

Me quedé paralizada al notar sus labios con los mios, no me dió tiempo a pensar sobre lo que Sailon acababa de decir. Sentí un cosquilleo subiendo por la barriga y le devolví el beso con ganas, nunca nadie me habia dicho esas cosas.. Dar la vida por mi sonaba demasiado fuerte, no sabía si era cierto pero su voz sonaba sincero. Me aparté un poco para mirarle a los ojos y le dije casi en susurro:

-A mí tambien me gustas mucho Sailon, demasiado diria yo... Intentemos salir los dos con vida de esa batalla, no me perdonaría nunca que te pasara algo por mi culpa- aquel chico me transmitia mucha  tranquilidad y seguridad, me acerqué más a el y le abracé con toda la ternura que sentía por el.- No me gustas, me encantas...-

| CASA DE FISTANDANTILUS |

Sonreí y entramos en casa. Había dejado de tiritar... El calor que me había transmitido con su abrazo no era comparable con una hoguera...

Se me ocurrió una idea cuando me dijo que se iba a dar un baño, así que esperé unos segundos hasta que me decidí ir con él. Sonriendo, metí la mano en el agua para comprobar que su magia había funcionado.

- Vaya... Está perfecta, amor- le dije, quitándome la túnica que me había puesto para salir al exterior de la casa, quedando a la vista aquel camisón de seda. Me acerqué a él y le besé apasionadamente-. No me gusta dejarte solo... Y menos en un baño tan apetecible...- le dije, casi susurrando.

| CASA DE CAMBARAL |

Alcé la copa de ron y la choqué suavemente con la de Cambaral, brindando por nuestra nueva amistad. De momento éramos amigos, pues tampoco nos comportábamos como una pareja normal... Al menos esa era la impresión que me daba a mi. Pero casi que lo prefería así.

- Por todo eso y mucho más...- dije, con media sonrisa, bebiéndome también de un trago mi jarra. Noté cómo el alcohol me ardía en la garganta, por lo que apreté fuertemente los ojos, pero quería más... Así que estiré el brazo con la jarra para que me sirviera más, mientras le guiñaba un ojo-. Está delicioso...- murmuré, mirándole con deseo.

APOSENTOS DE NEITH

Estaba un poco desconcertado por lo acertado que era su comentario, pude ver los ojos brillosos y hermosos de mi amada y fue irresistible caer bajo su hechizo de amor.

Le abrase fuertemente y con pasión, no tarde en besar su cuello mientras tocaba con carisias su cuerpo. Le quite la ropa que llevaba puesta, al ver a la joven sin nada y apreciar su esbelto cuerpo, curvas y proporciones perfectas… sentí muchas ganas de hacerla mía lo más rápido posible.

No tarde en lanzarme sobre ella y hacerla mía, mi corazón se agitaba más y más mientras recorríamos toda la cama. En principio el acto fue despacio y con mucho sentimiento de ternura, preparándola para una repentina explosión de placer.

Sudaba a chorros, mis ojos miraban los suyos mientras ella torcía su cuerpo para poder verme ya que se encontraba boca abajo en una posición muy tentadora. Ella sabía que la necesitaba, y yo sabía que ella me necesitaba.

Que más podía pedir…

[En casa]

Sonreí al escuchar a Dana.  Le devolví el beso y la rodeé con los brazos, poniendo mis manos en sus posaderas y agarrándola firmemente.

"¿Nunca te he dicho lo bién que te sienta la seda?"

Besé su cuello mientras empezaba a retirar su camisón.  Tras quitárselo, volví a agarrarla de la misma forma.

Su piel era suave, tersa.  Olía como debían hacerlo los ángeles y sabía dulce como la fruta madura.

Me aparté un poco de ella e hice una pomposa reverencia, sin duda fruto de su grata compañía, estirando la mano hacia la tina.

"Bueno... ya que mi señora está lista, puede proceder."

Mientras ella entraba, yo me quitaba la túnica.

[ Casa Árbol ]

- Sí. quiero casarme contigo. Pero no ahora, amor de mi vida. - Le dije mientras la volvía a abrazar y girándome me colocaba sobre ella. - Que quiera pasar el resto de mi vida contigo, no significa que en este momento no quiera desnudarte por completo y llenarte de mimos. Digamos que es... bueno... que te amo y no soportaría vivir alejado de ti ni un segundo más. -

Me quité la camiseta mientras volvía a apoyar mi cuerpo sobre el de ella y comencé a besarle el cuello lentamente.

- No pienso dejarte escapar y mucho menos ahora. -

| Mi habitación |

No dije nada. Me giré, cojí la botella y llené nuestras copas de nuevo.
-¿Por qué brindamos ahora?.-le pregunté, divertido por la situación y sabiendo que si no se controlaba terminaria en un estado que probablemente de más juego aún.
No solté la botella. En una mano mi copa y en la otra la botella. ¿Quién sabe?.