Partida Rol por web

| JUGADA MASTER |

[ Sobrevolando el aire... ]

El ejército de Markwolf seguía volando sobre sus dragones... Los encapuchados no rompían sus filas en ningún momento, cumpliendo a raja tabla las órdenes de su líder.

Todos estaban preocupados por lo que pasaría, por si seguirían vivos después de la batalla y por si volverían a ver a sus compañeros. Mae parecía estar en la mente de Jairon, pensando en la estrategia que ambos tendrían que llevar a cabo.

Ya llevaban unas horas volando y empezaban a cansarse cuando, de repente, se vio el internado en el horizonte... Casi no se apreciaba, así que tampoco podían ver si estaba ocupado por alguien. Lo que sí podían ver era la tormenta que se cernía sobre aquella isla, amenazando con descargar... Si conseguían controlarla, podrían utilizarla a su favor...

- Manteneros en alerta- ordenó Markwolf, mientras una sonrisa se extendía por su rostro, la sonrisa de la venganza.

[ En Deeteth - Internado ]

- Bien Dana, pero yo no tomaré posiciones dentro del internado ni en los jardines. Estaré esperando dentro de la torre mayor junto a Rakkir y Hëndel, que vendrá conmigo. - Dije mientras miraba a mi amada.

Teníamos cosas que hacer y no podríamos realizarlas aquí frente a todos. Estaba claro qué que no haya venido la Reina nos daría una oportunidad para que Hëndel se conviertiera en ella y haga de cebo... conmigo cuidándole las espaldas.

- ¿Vamos amor? -

| En Deeteth - El internado |

El viaje se me había hecho muy corto y pronto estuvimos en el internado con todos nuestros compañeros. Escuché atentamente las nuevas órdenes de Dana y asentí a las palabras de Sirius. Había sido una ventaja para los dos que Farilynn se hubiera quedado en Deeteth, pues eso me daría una oportunidad para captar la atención del enemigo.

- Sí, vamos amor...- le dije, con una sonrisa, agarrándole de la mano y adentrándonos en el internado, encaminándonos hacia la torre. El castillo estaba tal cual lo habíamos dejado, sin ningún cambio aparente-. Parece mentira que estemos aquí de nuevo... Y parece que la suerte está de nuestro lado, ¿no crees? Ha sido genial que Dana decidiera dejar a Farilynn en Deeteth... La verdad es que allí estará mejor protegida y...- me callé, dándome cuenta de que el propio nerviosismo estaba haciéndome hablar más de la cuenta.

[Internado]

Me acerque a Dana sigiloso, aunque por sus dotes probablemente ya sabía que estaba allí.  La agarré desde atrás, rodeándola con los brazos y susurrando en su oído.

"Si hay que simular que hacemos vida cotidiana, de entre todo lo que podría hacer, quiero estar contigo."

Apreté mi abrazo, besé su cuello.  Probablemente por última vez.  Daría gustoso mi vida por la suya sin pelear, si sirviera de garantía.

"Si no te importa, me quedaré a tu lado."

 [El internado]

Todo ocurrió demasiado deprisa una vez que llegué al claro. En muy poco tiempo ya estábamos en el internado a la espera de la gran batalla. Escuché las ordenes de Dana y me dí cuenta de que no tenia ningún arma, justo en ese momento ví Naida, llevaba un buen rato buscándola y estaba bastante preocupada. Me acerqué a ella y le dije:

- ¿Estás preparada? Te he estado buscando... Por cierto, ¿sabes donde puedo conseguir una espada o algo parecido? no es por nada en concreto, pero me sentiría un poco más segura si tuviera algo para defenderme- Me reí algo nerviosa, un poco de humor no nos vendría mal, total ya todo daba igual, solo importaba que pudieramos ganar y seguir vivos al dia siguiente.

[ El Internado ]

¿Genial? No, genial para nada. Dana seguramente sabrá algo y nos lo está ocultando... por algo ella es la adivina del internado. ¿Qué pasará por su mente en este momento?

- Si, amor, genial. - Le dije intentando tranquilizarla. - Vamos a hacer lo que hemos venido a hacer para poder tener la boda de nuestros sueños. -

| En el internado |

Pude sentir que mi amado se acercaba a mí, regalándome un cálido abrazo, sintiendo su apoyo moral... Intenté sonreírle a Fist, pero en lugar de eso me salió una mueca extraña. Estaba más preocupada de lo que parecía aparentemente... Tenía miedo de que, por mi estrategia, murieran aquellos alumnos inocentes, que muriera él...

Me di la vuelta lentamente para quedarme cara a cara con él, mirándole directamente a esos ojos que me habían cautivado desde el primer día que lo vi en mis sueños...

- No me importa que te quedes conmigo, todo lo contrario... Me encantará que estés aquí, porque te voy a necesitar a mi lado- le dije, casi en un susurro. No podía demostrarles que yo misma estaba asustada. Si yo lo estaba, ellos notarían que teníamos pocas esperanzas...

Le di un suave y tierno beso, poniendo mis brazos alrededor de su cuello, acariciándole el pelo.

- Prométeme que no harás ninguna tontería durante la batalla... Prométeme que pase lo que pase, seguirás preocupado por tu propia vida, que no intentarás salvarme... Prométemelo, por favor- le dije, mientras los ojos se me inhundaban en lágrimas.

| En el exterior del internado |

Sonreí a mi amiga Lilith. Llevaba un buen rato buscándola y pensé que quizá había decidido quedarse con su nuevo amigo.

- Sí, estoy preparada... Y por suerte me he preocupado de ir bastante preparada, porque cogí dos espadas de las que repartía Melpénome- dije, con una pequeña risa nerviosa, entregándole una de ellas. A la espalda llevaba un arco y flechas, además de que el cuerpo lo tenía protegido por una malla metálica-. Tenemos que estar preparadas, no creo que falte mucho para que lleguen... Tendremos que escondernos...- murmuré, mirando hacia el bosque y hacia el internado-. ¿Qué tal en el vestíbulo, detrás de la puerta? Esperaremos a que Dana de la voz de alarma y saldremos a la batalla...-

| En la torre |

Habíamos estado corriendo por todo el internado, subiendo escaleras, y ya habíamos llegado a la torre principal. Dejé mi arco y la espada que había cogido del barco, en el suelo, cerca de mí. Si quería convertirme en Farilynn necesitaría estar libre de cualquier objeto pesado. Tenía miedo de que la única estrategia que teníamos saliera mal y no funcionara mi transformación...

Cerré los ojos, intentando relajarme, intentando despejar de mi mente que estábamos apunto de luchar por nuestras propias vidas y por la libertad de la Tierra Media... Sacudí la cabeza, dándome cuenta de que no conseguía despejar todos esos pensamientos... Dejé la mente en blanco, olvidándome de todo lo demás, pensando solo en Farilynn...

Al cabo de unos segundos, abrí los ojos y observé a Sirius. Después me miré a mi misma y me di cuenta de que ya no tenía mi propio cuerpo. Ya me había convertido en Farilynn.

- Genial...- dije, soltando un suspiro, aliviada-. Bien... Ahora solo nos falta esperar a que lleguen- dije, mientras cogía mi arco y cargaba una flecha, preparada para apuntarles desde la ventana de aquella torre, intentando trazar algún plan, ajeno a Sirius...

[ El internado]

Cogí la espada, y dije: - Me parece perfecto, creo que tú tienes mucho más experiencia en esto que yo, así que vamos al vestíbulo- Agarré fuertemente la espada y tras una pausa le dije a Naida - Otra cosa... si no paso de esta noche...quiero que sepas que me ha merecido la pena conocerte-

| En la torre |

- Genial, lo has logrado amor. - Le dije mientras automaticamente me acerqué para darle un beso, pero el beso fue algo muy corto, nuestros labios casi ni se habían rozado.

Yo retrocedí.

- Lo siento, preciosa, es que no puedo besarte estando de esa manera. Sé que eres tu, pero la Reina... bueno... tu eres mucho más hermosa que ella. -

Después me giré hacia el borde de la torre, junto con Rakkir, y comencé a mirar el horizonte.

[Internado]

Miré a Dana entre consternado y sorprendido.

"Sabes que me ocuparé de que estés bien, y no me hará falta hacer tonterías.  El amor da fuerzas para proezas que ni tan solo los bardos han soñado.  Solo ten fe, y todo saldrá bien."

Sentí que el resto de palabras sobraban.  Me dediqué a contemplarla, abrazarla y darle mis más tiernos abrazos.

| Exterior Castillo |

Miré ami alrededor. Muchos rostros nerviosos... Desenvainé mi espada y la miré con cuidado. Volví a mirar ami alrededor y ví a Naida con más gente. Me acerqué.
-Se avecina una tormenta.-dije justo cuando estaba tras de Naida.
Conocía aquel tipo de tormentas al haber pasado tanto tiempo en la mar. Aquel era un buen día para la victoria y tambien, por que no, para morir si fuese necesario.

| ANUNCIO MASTER |

No sé si podré postear hoy o incluso mañana, porque el Jueves tengo un examen importante y necesito estudiar bastante. Además, estoy pasando por una situación familiar bastante mala y no puedo estar tan pendiente de las partidas como me gustaría. Siento muchísimo las molestias. Intentaré postear cuando encuentre ratos libres.

Estaré en el messenger conectada por si queréis preguntarme algo sobre las partidas, aunque quizá no os conteste de inmediato. Saludos.

| JUGADA MASTER |

Ya no había tiempo para nada más... Los segundos habían estado pasando, uno por uno, mientras el enemigo se acercaba al internado, donde Dana y los demás esperaban su llegada... Habían pactado aparentar vida normal, pero no era fácil engañar a Markwolf... Él sabía perfectamente que, hasta hace pocas horas, no había nadie en el internado y fue una sorpresa para él encontrarles allí.

La lucha se desató en unos minutos... Los dragones sobrevolaban el internado, lanzando fuego en todas direcciones, intentando que los personajes más importantes sufrieran daños graves. Algunos soldados sacaron sus arcos y comenzaron a disparar a los animales, intentando impedir que siguieran escupiendo fuego. Solo unos pocos eran alcanzados... Los demás seguían en su misión de hacer arder toda la isla.

Dana levantó sus dos manos, y comenzó a lanzar rayos violetas contra los dragones, especialmente contra el que transportaba a Neith. Meirith fue la encargada de lanzar una gran bola de fuego contra Markwolf y Leirith intentaba hacer lo mismo con Cassandra. Los encapuchados también dirigían sus ataques contra ellas, así que a los habitantes de Deeteth no les quedó otro remedio que acudir en su ayuda, ya que las flechas de los soldados tampoco servían de mucho.

El barco emergió de las aguas, transportando al internado nuevos aliados, entre ellos Grey, Nacilë e incluso Melpénome, acompañada de su ejército de sirenas. Todos comenzaron a aportar algo en la lucha y, cuando todos creían que la victoria estaba del lado de Dana, Mae hizo su aparición con su ejército de clones. Un gran número de mujeres idénticas llegaron volando en dragones violetas, con los ojos rojos, soltando fuego por la boca. Una de ellas encabezaba el grupo, alzando en el aire una espada. Aquella era la verdadera Mae.

Nacilë atacaba con su magia a Jairon, lanzándole un hechizo para derribarle de la bestia, mientras que Grey hacía lo mismo con Mefiroth. Melpénome, las sirenas y los habitantes de Deeteth, alzaron sus armas amenazadoramente ante la llegada de los clones.

Entre tanto gentío no parecía encontrarse la reina Farilynn... Pero sí estaba Hëndel, que había adoptado su apariencia, en la torre principal junto a Sirius y Rakkir.

Naida, Lilith y Cambaral se habían escondido detrás de la gran puerta de roble de la entrada, y habían salido al escuchar los gritos de Dana, cargando sus arcos con flechas.

La suerte estaba echada... Y Markwolf parecía estar buscando algo o a alguien...

[ El internado ]

- Creo que el cabrón de Markwolf te busca a ti, cariño, bueno a tu nueva apariencia. - Dijo Sirius mientras sonreía. - ¿Quieres darte a conocer ya? Yo puedo seguir oculto con el Dragón hasta que lo atraigas si lo deseas. -

Sirius miró a Hëndel transformada y sonrío.

- También puedes montar conmigo y salir a buscarle, plan que seguro que Rakkir aprobará. -

[Internado]

El furor de la batalla ya nos llenaba a todos.  Se veía al enemigo acercarse rápidamente y a nuestros aliados acudir en nuestra ayuda.  Decidí apoyar a Dana en su ataque contra uno de los dragones (Neith), intentando acertar a su jinete con un proyectil mágico.

| INTERNADO |

Me di cuenta de que dos personas intentaban atacarme, entre ellas Dana y Fistandantilus. La primera sólo intentaba acabar con mi dragón, pero el asqueroso de Fistandantilus intentaba acabar conmigo.

Con mi magia, intenté crear una burbuja protectora que me rodeara a mi y a mi dragón, para bloquear sus ataques. Si no funcionaba, temía que entre los dos acabaran conmigo... Mientras conjuraba el hechizo, dirigí una fugaz mirada a Mefiroth, de preocupación y, quizá, de despedida.

| Torre principal |

Sonreí a Sirius, mientras mi pulso se aceleraba. Escuché sus planes, analizando cada uno de ellos. Ambos me parecieron interesantes, pero quizá el mejor era el último.

- Está bien... Será mejor que volemos sobre Rakkir, más que nada para que Dana no pueda verme con claridad... Si me viera quizá sospechara- dije, cogiéndole la mano a mi amado, dándonos fuerza el uno al otro-. Estoy lista-.

| RESOLUCIÓN DE TIRADAS |

El hechizo de Neith surte efecto y la burbuja protectora aparece alrededor suyo y del dragón, pero la magia de Dana es demasiado fuerte como para resistirla y el hechizo impacta sobre el dragón. Antes de que el animal comience a caerse precipitadamente hacia el suelo, Fistandantilus también consigue ejecutar a la perfección su ataque, aunque no tiene los efectos deseados. El proyectil impacta sobre el pecho de la joven, que la deja muy baja de resistencia, al mismo tiempo que su dragón impacta contra el suelo.
Neith sale despedida y choca contra un árbol, quedándose casi inconsciente.