Partida Rol por web

El "Distrito de los Foráneos" así es como se llama el lugar donde os encontráis, las caravanas extranjeras entran por el "Camino del Comerciante" hacia el distrito en el cual se realiza el comercio con otras ciudades. El lugar esta atestado, todos los comerciantes bocean sus mercancías e intentan atraer a posibles clientes.

Os colocan bajo un estandarte, en el cual se representa a un drik¹ negro sobre un sol dorado con un fondo verde oliva.

El lugar consta de una tienda de comercio en la cual el mercader se protege de los rayos del sol mientras espera a un comprador valido, se encuentra sentado en frente de una mesa de madera oscura con algunas bolsas llenas de monedas.

Las caras de vuestro alrededor son desconocidas, estáis cansados y hambrientos², unos enormes grilletes de pelo de gigante os inmovilizan muñecas y tobillos³. Varias personas pasan, todos ellos acompañados por asistentes y protectores os examinan como la carne que sois, os manosean y os observan con miradas inquisitivas y curiosas. Da la sensación que os violan con sus miradas. Os custodian algunos esclavistas que se preocupan de que no intentéis alguna estúpida acción.

Al cabo de un rato un hombre se para delante del grupo. Lleva una túnica morada, su rostro es severo y amargado y os mira de una forma indiferente. Esta acompañado de unos guardaespaldas y de un par de esclavos que lo mantienen bajo una fresca sombra.

El noble se desplaza seguido de su séquito, va realizando un reconocimiento entre la mercancía del mercader. Momentos más tarde se detiene cerca de vosotros.

¿Que tenemos aquí?

Dice mirando de arriba a abajo a un humano tuerto¹

- De refilón miro al noble que está hablando, viendo cual es la riqueza que muestra, si aparenta muy opulento o si relamente lo es por sus joyas, esclavos bien nutridos, indumentaria, guardaespaldas... Y de paso intento reconocer el acento que tiene

Ah..burf...resoplo Kavan echando arena al aire...estas caminatas... pasandose por el arco del triunfo las miradas del noble, no eran las primeras de modo que poco podia hacer al respecto...tiro un par de veces de las cadenas de los brazos para poder acomodarlas con mas facilidad y asi que no le rasparan mas de lo que ya hacian.

Otro dia mas en su vida de esclavo....

Sorak aun estaba aun un poco indispuesto debido al exceso de calor, y la caminata no había ayudado a ello. A pesar de ser un Mul y haber sido criado para ello, los recuerdos de su pasado no hacían más que recordarle que era un objeto de comercio común. Como lo había sido a lo largo de su vida, y eso que esta no había sido muy larga, pero nunca se había salido de la rutina de compra-venta y luchas. Excepto la vez que intentaron huir, pero no se llego muy lejos y el castigo aun perdura en su cuerpo, sobre todo en la espalda, con las marcas y señales que le habían dejado.

A pesar de ello, ahora había vuelto a ser una mercancía, aunque ahora fuera en otra ciudad y a pesar de todo, no aspiraba a mucho más. No por ello cejo en su empeño de comprobar la resistencia de las argollas que llevaban.

- Al mismo tiempo, ya que me dan un respiro para ver más que para el frente, observo a los otros que, como yo, están cautivos y pienso cual sería la situación que les llevó a este final...

El semigigante tenía los ojos cerrados, pero cuando escucho hablar a alguien abrió uno de ellos.

Lo miro con la intensidad de quien mira por un solo ojo. Para luego sumar a su intimidante rostro otro ojo grande inyectado en sangre.

Sabía que tenían que ser vendidos. Y prefería que fuera pronto. Los amos solían ser mejores que los esclavistas, aunque seguían tratándote como mierda de elfo.

Así que se puso en movimiento, se desperezo, tensando las cadenas de pelo de gigante. Eran fuertes, pero el también.

Ahrrrhhhhh

Grito al tiempo que hizo un aspa viento con la pierna pretendiendo atacar a cualquier transeúnte que pasara por la zona y que no viniera con el posible comprador.

Soy un guerrero, cómprame y matare para ti. No deseo ser mierda de elfo aquí.

Desde luego, su manera de hablar era todo menos fina y distinguida. Le pegarían por haber hablado y casi pegar a alguien, pero un guerrero solo sabia una cosa, matar. Y debía ser comprado para eso.

Wooha...el tiron de las cadenas del gigante se podia notar, vaya que si pero era la marca de su raza; la pura fuerza bruta que dejaba al mundo hecha una mancha grasienta en la pared...bueno; asi eran las arenas, lo que el sol da el sol te quita como decia el sargento Kras ...

Kavan se acomodo, apoltronandose en la arena con comodidad, estirando todo lo que podia las piernas; estas caminatas eran mucho para un viejo como el y mas valia aprovechar cada oportunidad de descanso....

Al fijarte detenidamente, te percatas de que este humano es un noble de cuna, sus ropajes, esclavos, joyas y maneras lo delatan.

Tambien es obvio que le encanta exhibir su riqueza...

El noble se sobresalto por la tronante voz del semigigante.

Inmediatamente sus guardaespaldas dieron un paso adelante a la vez que desplazan a su protegido fuera del alcance del potencial peligro.

Tranquilos, esa bestia puede ser atemorizante, pero las cadenas de pelo de gigante y mis guardias lo mantienen a buen recaudo.

Indico apresuradamente el esclavista que os pretende vender

¡Haced que ese se levante!

Dice señalando al humano tuerto

Y enseñadle modales al grande...

Los guardias del mercado se miran uno al otro temiendo la represalia del monstruo gigante.

Uno de los guardias restalla el látigo cerca de Kavan con la intención de hacerlo levantar y el otro, aun preocupado golpea con el cuero al semigigante¹

Con un gesto de aprobación el noble gira la cabeza y dice
Hablemos de negocios.

El mercader se apura, ordena algo de asado de kirre¹ y vino.

Ambos se acomodan bajo la sombra de la improvisada tienda mientras acuerdan un precio.

- Cuando sale el comprador de la tienda del esclavista, levanto la barbilla y lo miro fijamente al noble a los ojos durante un segundo, y arreglando algo mi cabello tras largas caminatas por el árido desierto y digo con voz tranquila y dulce - ¿Necesitais a alguien que se haga cargo de la casa, que eduque a vuestros retoños en el arte de la danza o que os ayude en asuntos del comercio?

Kavan suspiro audiblemente y se levanto de su comoda postura en el suelo con facilidad incluso a pesar de las cadenas que lo tenian preso, tomando un poco de distancia del gigante, al que dentro de poco iban a golpear y que era probable que en ese proceso alguna le cayera a el...asi que algo de distancia era razonable..

Calma con los latigos; que solo dañan la mercancia suspiro en voz baja cuando los dos esclavistas se acercaron a levantarle; tocaba jugar al buen esclavo; tal vez como la mujer que tenia cerca...pero ya llegaria su turno...solo habia que esperar....

Bretus no dijo una palabra o hizo sonido alguno mientras el guardia dubitativo asestaba el primer golpe. Tras este vinieron el segundo acompañado de un tercero y un cuarto. Y ante la pasividad del semigigante el cabeza de “elfo” del guardia ganaba confianza.

Tras el quinto golpe, justo cuando el humano cargaba el brazo el semigigante se movió y lo pillo por la mano. No hizo fuerza, solo la justa para que el brazo del agresor no lo golpeara una vez más.

Tócame más hoy, y te sacare la piel a mordiscos.

Los ojos del semigigante abiertos y brillantes, sádicos como los de un loco asesino junto con su atronadora voz que aun en susurros era como poco inquietante e incómoda hizo su papel yendo de la mano con la fuerza bruta que destilaba.

Poco a poco aflojo la presa de la muñeca del hombre, y volvió la vista a otro lado. Ya no le interesaba aquel guardia, y los golpes recibidos era un buen recuerdo de donde estaba. En una ciudad salvaje y cruel en un mundo aun peor.

Tras un poco de las insinuaciones de la esclava  y la pasividad del humano, se pregunto cómo habían caído en el mismo saco que el.

Parecéis gente buena. Pena esclavos. Bretus un bruto, no ser otra cosa en vida.

Bretus sabía que estaba con gente que no valía su peso en mierda.

Pero al menos había conseguido lo que quería, que la mercancía, ósea el, resultara interesante.

Sin hacer otra cosa allí parados que servir de mesa a las moscas no hubiera conseguido nada. Y no le gustaba estar allí al sol. Seguro que aquel mercader hacia que se moviera de manos y acabar luchando  y destripando seres inferiores.

Como supuso, el dueño de su vida le ofreció golpes a cambio de una venta segura. Imbécil. Pero no le importaba, tenía un plan.

Notar el miedo y la duda en un ser inferior siempre era placentero, porque le daban todo el poder que necesitaba.
Sabía que si se movía, aquel humano estúpido actuaria con más violencia. Debía ser astuto. Dejo que lo golpearan sin mover una ceja. La aparente falta de dolor era algo que recordaría aquel miserable el resto de las veces que pensara en Bretus.

Como no le golpeaba aquel ser patético solo hacia una cosa, creerse que realmente era superior. Que incauto. Dejar que le pegara tenía muchos motivos, pero sobre todo, hacia que el humano se confiara y bajara la guardia.

En cuanto no se lo espero le agarro la mano con fuerza. La violencia era algo fácil de combatir. Pues el dolor se combatía con sangre, y la sangre con más sangre. Pero temer, temer era otra cosa. Hacía que seres grandes y fuertes perdieran la vida. Hacía que el mundo girara en torno a otros seres más patéticos pero que daban miedo.

El sabía usarlo, así que lo amenazo, de muerte. Clara y gráficamente. Ahora que su mano estaba bajo el yugo de un semigigante tonto, el temor a que aquello pudiera pasar seria lo que lo mantendría lejos de Bretus.

Una vez acabada su pequeña maniobra, le tocaba el turno a sus pusilánimes compañeros.

Sin duda lo peor dentro de lo peor. Un mul, luchador, quizás un luchador de la arena.

Un humano silencioso, peligroso por el momento precisamente por eso.

Un soldado que no era capaz de sentirse mal siendo esclavo. Interesante y manipulable, lo convertiría en su marioneta. Porque la que quedaba, aquella ramera apestosa, era tan burda que una hembra mediana seria más atractiva aun siendo cagada por un mekillot.

Al menos lo tendría fácil para usarlos en su favor. Eran esclavos, y puede que no desde hacía mucho, así que seguro que podría usarlos para escapar. Ahora faltaba que las condiciones cambiaran para cambiar el juego.

Kavan rio una sola vez ante las acciones del gigante; no podia negar su naturaleza y eso ya era un punto a su favor, pues no se andaba con hipocresias, hablo a los demas con un acento mas que marcado pero tambien era algo de suponer.

Je, asi es la vida en el desierto amigo se froto Kavan el parche del ojo; la herida picaba entre el tiempo al sol y la arena que se habia colado hoy esclavos; mañana soldados, pasado villanos y despues el desierto dira... 

Observo al resto de los compradores asi como a los esclavos..¿ que estaran buscando? se pregunto para si, no me sale el tipico reclutador de gladiadores...este busca algo mas o menos..no lo se.....

El noble, a medio camino de su asiento, gira la cabeza en dirección a la seductora elfa¹.

Mientras, el mercader frunce su ceño, dejando meridianamente claro que no le gusta que distraigan a sus potenciales clientes.

El guardia que azotaba al semigigante palidece en el momento que este le amenaza de muerte, y tanto el como sus compañeros, se miran desconcertados intentando buscar a alguien que los aliente para continuar con el castigo al enorme bruto.