Partida Rol por web

 Peter Pan  sonreía satisfecho pese al dolor en el cuero cabelludo.

 Ahora todo estaba claro. Mucho más claro.

 Tras acompañar a Midas y la Reina Blancanieves al salón de invitados, se dirigió tranquilamente, como quien no quiere la cosa, al pasillo. Silbaba una alegre tonada mientras se alejaba pacíficamente.

El Príncipe iba a besar a Cenicienta cuando el candelabro parlanchín empezó a prender fuego a la nariz de Pinocho para obligarle a sacar a Caperucita a bailar asíque acabó dándole el beso en la nariz a Cenicienta y ésta besó su real barbilla.

-Hey...-rió con voz queda sonriendo a su prometida estrechándola para darla una vuelta que abriría el elegante faldón de su traje de novia con un frufrú adorable. Pinocho, el niño de madera bailaba con Caperucita que bailaba de una forma que se le antojaba demasiado provocativa. Enrojeció ligeramente al pensar en eso y continuó bailando con Cenicienta, cruzándose con la otra pareja, sin pasarle desapercibida la vuelta de Blancanieves y su tío.-¿bailarás con nuestros invitados querida?Es para ellos un honor-dijo con suavidad meciendo a Cenicienta procurando no chocar con Pinocho y Caperucita.

El Rey maldito entró un discreto y sutil paso por delante de Su Reina, sus ojos barrieron la sala de derecha a izquierda identificando a los presentes con el disimulo de quien curiosea por afición. Se giró mirando de nuevo a su Dama e inclinó ligeramente la cabeza acompañando con una sonrisa su movimiento. El Rey Maldito vistió su rostro con una imagen de anciano afable y bonachón o eso intentó suavizando su expresión con las manos metidas en las mangas anchas de su traje.

-Veo que aún hay gente, -el anciano espero a Su Reina y comentó en bajito- tal vez el Príncipe se haya enterado de algo.

Ladeó ligeramente la cabeza con el rostro alegre, después de todo estaba con Su Reina cosa que conseguía que el siniestra Midas volviera a ser, aunque solo fuera por unos instante, Midas el Magnífico, el Midas de antaño...el Midas idiota que cometió el mayor error de su vida. El anciano esperó la reacción de Su Reina y después caminó con paso lento hacia el Príncipe sin permitir que la distancia hasta su Señora fuera más allá de dos pasos.

-Buenas noches de nuevo, Príncipe y buenas noches a vos también Princesa -el anciano adelantó acontecimientos- Es un honor que una dama como vos vaya a formar parte de nuestro linaje, besaría con gusto vuestra mano...pero dada la maldición que pesa sobre mis hombros y amor que de seguro el Príncipe siente por vos, jamás me perdonaría cometer tal error-el rostro del anciano tomó un tono triste y sombrío-...con una vez hay suficiente.

El anciano hizo una inclinación de cabeza como muestra de deferencia a ambos, reforzando la autoridad de uno como Príncipe y futuro Rey y dando a entender a la otra que contaba con su favor.

Regreso turbada del balcón. La reacción del rey no me la esperaba, pero tiene razón, no debí intentar tocarlo. Lo observo caminar con firmeza y decisión, me mantengo un par de pasos por detrás mientras él toma la iniciativa.

Al parecer todos los que permanecen en la sala de invitados están ocupados bailando y unas palabras dichas por el anfitrión me sacan de mi ensimismamiento.

¿bailarás con nuestros invitados querida?Es para ellos un honor

Sonrío y hago un leve ademán con la cabeza mientras abarco con mi mano el enorme salón prácticamente vacío,

-¿Con quién exactamente majestad?, no os preocupéis, el baile no está hecho para mí, vosotros disfrutad de vuestra velada-

En ese instante, Midas comenta por lo bajo que quizás el príncipe sepa algo. Yo hago una negación con la cabeza casi imperceptible y dudo que él la haya visto, puesto que se dirige con total decisión hacia la pareja.

Lo escucho pelotear a Cenicienta, sobre algo así como una bienvenida a la familia. Ante esto, no puedo más que poner mis ojos en blanco disimuladamente. -Disculpadme, pero después de todo lo ocurrido no he probado bocado- Saco mi manzana y añado, -Son mi comida favorita, pero ahora mismo necesito algo más en el cuerpo, si me permitís...- Tras una reverencia, me dirijo tranquilamente hacia la mesa de la comida. Nunca se me han dado bien los lazos familiares, y mucho menos desde que mi propia madrastra intentó acabar con mi vida. 

Al arribar a la mesa, cojo una copa con champán y cato algunos de los bocaditos delicadamente colocados.

La mirada de los invitados se desvió hacia la puerta de la sala cuando el Capitán Garfio, libre esta vez de molestos competidores, entró con el pecho erguido en la sala. Unos pasos detrás de él, Alicia lo seguía intentando pasar desapercibida ante las miradas de todos. 

-FLASHBACK-

- ¿Qué hace Hansel espiando tras la puerta de esa habitación?

- No te importa, no son asuntos tuyos.

- Pero tengo que hablar con él. Él me defendió. Es mi único amigo.

- Ya te buscará cuando acabe. Ahora debes seguir al capitán. ¿O quieres que crean que estáis conchabados?

- Hansel...

- No lo mires, sigue andando.

- No sé por qué te hago caso.

- Me haces caso porque siempre te he aconsejado bien.

¡NO PUEDE SER! ¡ÉL! ¡MALDITA SEA! ¿Y AHORA QUÉ HAGO?... bueno Roja, tranquilízate, es el momento de pensar con la cabeza... tengo que deshacerme de Pinocho, su olor me está mareando con tanto barniz.

Ah... ya sé... pensó la joven mientras daba vueltas con Pinocho.

Tras varios traspies y vueltas desafortunadas con el niño de madera, la joven pareja chocaron con la del Príncipe y Cenicienta.

- ¡UY! ¡Lo siento! es que estoy algo torpe hoy por culpa de estos dichosos zapatos, Cenicienta querida por qué no bailas con tu invitado un poco, creo que le haría mucha ilusión, y al menos podrá bailar como merece. Yo necesito un descanso. miró sensualmente al Príncipe. Majestad, ¿me acompañáis por favor a por una copa? Creo que no hemos tenido ocasión de charlar tranquilamente y ahora que parece que vuelve la calma, me gustaría proponeros algo. dijo tomando al Príncipe del brazo y acercándose mucho a su hermosos rostro. ¡Vamos venga! ¡No seas tímido! ¡No voy a comerte! Jijijiji rió divertida y sensual.

Roja se acerca mucho al Príncipe para poder olerle mejor... ¡Tiene que ser un error! ¡No puede ser él! pensaba mientras lo hacía.

No, no era un error. Tu instinto de cazadora nunca te había fallado hasta entonces, y una vez que te acercas a él, descubres que el príncipe despide el inconfundible olor de los cambiaformas. ¿Cómo es posible que una aberración semejante te siga produciendo, sin embargo, tal atractivo?

¡Maldición! ¿Cómo puede ser él? ¿Ahora cómo hago para matarle y que nadie me ahorque por ello? Maldita sea... esta prima cabeza de chorlito va y se coge un cambiaformas para compartir su lecho... lecho de muerte será si no lo evito.... Tendré que pegarme a ellos como una sombra......

¡AAAAAAAAhhhhhhhhhhjjjj! y encima es tan condenadamente atractivo... ¡Maldito sea! ¡Me lo llevaré a la tumba conmigo si hace falta!

No has traído ningún veneno ni somnífero, no. Tus métodos suelen ser menos sutiles. Ahora que has descubierto algo importante piensa en cómo usar esa información para tus intereses. Y como último recurso, siempre quedará montar una matanza, XD.

Cenicienta se quedó mirando a su futuro tío político, al que sonrió suavemente mientras asentía a cada una de sus palabras.
-Para mí es un honor ser aceptada en vuestra familiar, majestad -Dijo con voz cantarina, sin perder la sonrisa, y con todo el respeto que Cenicienta podía ofrecerle. Hizo una leve reverencia, alzando a ambos lados el faldón de su vestido e inclinándose.-Todos conocen mi humilde procedencia pero Príncipe me acepta tal y como soy, y eso para mí, es felicidad. Y,-hizo una leve pausa mientras miraba intensamente a Midas-que vos también me aceptéis...-Suspiró.-No tenéis ni idea de lo feliz que me hacéis. Estoy deseando que llegue el momento de nuestro enlace-Casi musitó como si fuera un deseo a una estrella fugaz mientras miraba de soslayo a su amado prometido. Blancanieves se acercó para comer una manzana y por primera vez, Cenicienta se fijó en la inmensa belleza que tan recia dama despedía.-No os preocupéis, majestad,-dijo volviéndose hacia Midas-vuestras palabras son más que sobrantes sin necesidad de llegar al tacto.

Observó por encima del hombro del anciano bondadoso, la entrada de Capitán Garfio mientras escuchaba a Caperucita Roja a su lado. Se quedó mirando a Pinocho y le sonrió. Un polizón no es digno de bailar con la prometida real.Así que, simplemente ignoró las palabras de su prima.
-Querida, -le dijo a Caperucita,-dejemos que Príncipe y Rey Midas hablen tranquilamente, yo necesito que te quedes conmigo.-Volvió la cabeza para mirarle.-A mi lado.-reafirmó. Se acercó a Príncipe para besar su mejilla melosa y susurrarle.-Estoy deseando estrenar el salto de cama que los ratoncillos han confeccionado para nuestra noche de bodas.-Levemente se apartó de Príncipe y su tío mientras se despedía con una mirada de tonta enamorada, hizo un gesto para que Caperu la siguiera y Cenicienta comenzó a acercarse a Capitán Garfio.
-Capitán, deseo hablar con vos -le dijo suavemente, con una leve sonrisa.-Sobre Bella.

-Disculpadme, pero después de todo lo ocurrido no he probado bocado. Son mi comida favorita, pero ahora mismo necesito algo más en el cuerpo, si me permitís...

El Rey maldito escuchó el taconear de Su Reina alejándose para permitirse el lujo de echar culo con los delicados bocados que habían sido servidos. El anciano miró nostálgico a las parejas bailar recordando sus tiempos mozos surcando la pista de baile ataviado al estilo antiguo aún podía recordarlo, moviéndose al ritmo de la música !Oh!Si, No podéis tocarlo!!Midas el Magnífico, perras!

My, my, my music hits me so hard
Makes me say "Oh, my Lord"
Thank you for blessing me

With a mind to rhyme and two hype feet
It feels good, when you know you're down
A super dope homeboy from the Oak town
And I'm known as such
And this is a beat, uh, you can't touch

I told you, goldboy
(You can't touch this)
Yeah, that's how we living and you know
(You can't touch this)

La preocupación por su Señora le sacó de su ensoñación, no debía alejarse de ella. El anciano estuvo tentado de acercarse a la mesa donde se encontraba Su Señora, todo tenía taaaan buena pinta. Era normal que Su Señora quisiera cambiar la fibra de las manzanas(aunque una vocecilla maliciosa decía que Su Señora debía tomar poca) por aquellos manjares para alimentar sus carnes magras !quién las pillara a manos llenas!.

El anciano escuchó a la prometida de su sobrino, una dama encantadora que como vino se fué acompañada de otra Dama de muy interesante "personalidad" y sensuales maneras. Midas no podía acudir a la llamada de su ama aún, tenía algo que resolver con el Príncipe ¿pero como empezar aquella empresa?¿Estrecharle la mano?!No! 

-Has encontrado un tesoro de dama -dijo el anciano mirando de soslayo hacia la mesa de la comida- Imagino que estarás algo inquieto por lo sucedido.

Pinocho ve como queda solo de nuevo y comienza a partir en busca de bestia, algo debia decirle antes de que pasara algo malo, no miro a nadie mas ya que tenia ganas de salir en busca de estos dos. Algo raro recorria mi cuerpo, intentaba fundirme en las sombras, eran mis unicas aliadas en estos casos, quien iba a mirar a alguien de madera.