Partida Rol por web

Una espada contra el Caos [Capítulo II]

1. El prisionero fugado

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16/06/2019, 13:58
Narrador

https://www.youtube.com/watch?v=BG42F-5AVOE

Aunque algunos estabais en Nemesis Tessera desde hacía algún tiempo más, hacía al menos un par de semanas desde que todos habíais aterrizado en el planeta por una u otra razón. No obstante, el Strategium había permanecido cerrado para vosotros, al tratarse de una sala donde sólo los dirigentes de la fortaleza se reunían para discutir aquellas cuestiones de importancia para el Ordo. No obstante, esta vez os hicieron llamar allí, y uno de los muchos hombres y mujeres adoctrinados y de rostros anónimos que el Ordo Malleus empleaba para trabajos menores, os sirvieron de silenciosos guías.

Había decenas de metros de separación entre los primeros pisos de la fortaleza y el nivel subterráneo en el que se encontraba el Strategium, pero los alaridos de los heridos alcanzaban hasta los pisos inferiores. Toda la zona superior se había reformado para convertirse en una improvisada enfermería desde que la fortaleza "secreta" sufriera el ataque hacía ya casi una semana.

Cientos de soldados heridos se recostaban en cada esquina, y los muertos de la Guardia Imperial se apilaban por cientos también. Es obvio que los caídos del Capítulo no, pues se les reservaba un lugar especial donde eran preparados para su viaje a Titán, tras la limpieza y purificación de su cuerpo.  

Uno tras otro fuísteis llegando a la sala precedidos por los aprendices de túnica blanca. Primero Trebek, después Leinad, luego Zorael y Cole y, por último, un tecnomarine desconocido para el resto de nombre Stein. No tenía la apariencia de un novicio, pues al igual que el resto tenía un sello de pureza sobre su armadura, pero tampoco lucía más decoro que lo que podíais tener cualquiera de vosotros. 

En cualquier caso, llegado ese momento, las grandes puertas de metal ornamentado se abrieron y os brindaron acceso al interior del Strategium. 

El Strategium es una galería rectangular de gigantescas proporciones. Grandes escudos, estandartes y recuerdos de batallas pasadas en forma de trofeos varios decoran sus altos muros allí donde no hay un ornamentado pilar o una heroica estatua.

Varias servocalaveras vuelan de un lado a otro sin hacer nada en particular, deteniéndose momentáneamente sobre los imponentes sarcófagos de varios héroes del Imperio para después seguir su indeterminado camino.

Al fondo, una vidriera iluminada por decenas de cirios en su base, y que continuamente repone y enciende de manera sistemática un servidor siguiendo una especie de ritual silencioso, representa la figura gloriosa del Emperador en pose victoriosa. A ambos lados de la cristalera, soldados de la guardia de honor se mantienen en posición de firmes sujetando en alto sus alabardas némesis.

En el centro de la enorme sala hay una gran mesa redonda, fabricada a partir de un bloque mármol oscuro y sobre la que hay tallado tanto el símbolo del Malleus en su centro como una serie de símbolos hexagrámicos en su circunferencia exterior. Gracias a unos sistemas tecnológicos integrados, la mesa parece ser capaz de generar hologramas, aunque ahora mismo no hay nada. 

Sentados alrededor de ella hay un total de cuatro Caballeros Grises, junto a par de personas externas al Capítulo, una mujer desconocida y un hombre al que todos ponéis cara; el Inquisidor Erastus Olzar, uno de los máximos dirigentes de la fortaleza en ausencia de Torquemada Coteaz, el afamado Alto Inquisidor. 

El Inquisidor Olzar es un hombre anciano y de aspecto sepulcral, aunque gran parte de su rostro está siempre oculto bajo su amplia capucha. Viste un tabardo cubriendo parte de la servoarmadura que a día de hoy parece sostener su anciano cuerpo mejor que sus propios huesos. No obstante, a pesar de su débil apariencia, todos sabéis que es un hombre extremadamente resistente gracias a los implantes con los que la Inquisición dota a sus sirvientes, y además sois conocedores de que ha participado en diversas gestas expulsando a numerosos demonios del plano material.

La mujer, en cambio, no porta servoarmadura, sino un apretado traje elástico, que no deja mucho a la imaginación. Rondará la treintena, con un cuerpo atlético aunque de apariencia excesivamente frágil comparado con la fisionomía de la mayoría de agentes inquisitoriales. Su cabello es rubio y bien peinado en forma de recogido. Junto a ella hay un tomo encadenado a su torso.

En torno al Inquisidor y a la mujer se encuentran los Caballeros Grises, vestidos con imponentes servoarmaduras de exterminador a los que algunos ponéis cara y nombre. Por un lado el Hermano-Capitán Mithrac Tor, bajo el amparo de quién todos habéis servido en la 8ª Hermandad durante vuestra época como novicios. Por otro lado está el Hermano-Capitán Cadon varn, al que algunos habéis conocido durante la batalla, y que pese a sus recientes heridas de considerable gravedad está con plenas facultades para estar presente. A su lado está un capellán, dada la calavera y su oscurecida armadura, y por último otro miembro de gran relevancia en el grupo. Se trata ni más ni menos que de un Gran Maestre, dada su ornamentada armadura, sus distinciones o sus heráldicas.

 

Notas de juego

1) En la parte superior hay un vídeo de Youtube (Música), pero no he conseguido insertarlo bien. Os he dejado el link para que lo pongáis de fondo.

2) Intento que cualquier pnj tenga su descripción una foto (Siempre que puedo). Por si queréis pulsar para aceros una idea mejor.

3) Si alguien tiene dudas de a quién conoce de los pnjs presentes, es síntoma de que no le conoce. En ese caso, nunca ha tratado con ese Pj, ni siquiera de vista. 

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16/06/2019, 14:21
Narrador

Habías oído que el Gran Maestre Covan Leorac, Gran Maestre de la 7ª Hermandad, donde has estado los últimos meses desplegado, iba en la misma nave que tú hacia Némesis Tessera, pero dado tu puesto de custodia del prisionero que escoltabais,  el inquisidor excomulgado, nunca llegaste a verlo en persona. Quizá pensaste hasta que sólo fuera un rumor. Ahora sabes que no era ningún cuchicheo, que era algo real... 

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16/06/2019, 14:26
Gran Inquisidor Erastus Olzar

- Gran Maestre -empezó el Inquisidor Olzar, que se había levantado como muestra de respeto, sin que os hubieran dado aún pie a presentar vuestros respetos, ni siquiera os hayan saludado. La servoarmadura del anciano chirrió ligeramente-, y Hermanos de la Cámara Militante del Ordo Malleus, pido disculpas por la parte que me toca. Primero el ataque a la fortaleza, y ahora esto. Llegaremos hasta el fondo de este asunto, sin lugar a dudas, pero me temo que va a ser necesario saltarse algunos protocolos...

» Todos somos plenamente conscientes de lo que está ocurriendo en Cadia -Prosiguió-. El Ojo del Terror está abierto y Cadia podría caer en cualquier momento. De hecho, lo que hace unos días ocurrió aquí, no es nada comparado con lo que está ocurriendo en otros lugares del Segmentum Obscurus. El Ordo me necesita para dirigir los interrogatorios que se están llevando a cabo en los territorios controlados por el Caos, de manera que no podré ocuparme de este asunto personalmente. 

» Por ello, la Inquisidora Isharya, aquí presente -Continuó el inquisidor, señalando a la joven que hay a su lado-, que goza de mi plena confianza, tendrá toda la autoridad sobre esta operación, y en su nombre le insto a que prepare una fuerza de asalto de Caballeros Grises con la mayor rapidez posible, y que la ponga a su disposición para investigar este importante asunto.

Entretanto, la mujer se mantiene callada, en apariencia expectante. 

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16/06/2019, 14:34
Gran Maestre Covan Leorac

- Por eso les he hecho llamar -continúa el Gran Maestre, extendiendo la palma de su mano hacia vosotros-. Acercaos por favor; tomad asiento.

Se trata de un astartes de semblante serio, facciones marcadas, pelo oscuro y de corte militar. Frente a él reposa su ornamentada celada, sobre la cual hay una corona de laurel de oro, sin duda signo de sus muchos triunfos. 

Se hace el silencio hasta que todos tomáis asiento, un silencio seculcral, y entonces prosigue, con su rostro marcado por ciertas arrugas de preocupación. 

- Para aquellos que no me conozcáis, mi nombre es Covan Leorac, y estoy aquí como representante de los Caballeros Grises entre la Sagrada Inquisición. A mi lado se encuentran los Hermanos-Capitán Mithrac Tor y Caddon Varn, y el Hermano-Capellán Anael. El Hermano Cadrig Pelenas, Maestro de la Forja, no ha podido asistir, pero él ha recomendado tu presencia, Hermano Eachann. 

» Os he convocado a todos por un asunto de vital importancia, más incluso que el reciente ataque sufrido: Un prisionero ha escapado con información sensible. El cómo ha podido llegar a ocurrir esto no es algo que nos ataña a nosotros directamente, pero sí que seremos los responsables de dar caza a ese individuo, y traerle de vuelta. Vivo si es posible.

» Por eso os he hecho llamar -Repite el Gran Maestre, mirando nuevamente hacia el Inquisidor-. El prisionero en cuestión es el Ex-Inquisidor Baltassar Caro, declarado Excommunicate Traitoris por los crímenes de herejía mayor, al asociarle con un Culto al que denominaban Los Hijos del Exiliado. El prisionero fue escoltado hasta aquí a la espera de que se celebrase el juicio y se llevase a cabo la sentencia, pero ha conseguido escapar durante el ataque. 

» Capellán Anael, continúe, por favor.

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16/06/2019, 14:40
Capellán Grebrus Anael

- Hemos podido saber que el susodicho ha logrado llevarse consigo al menos uno de los objetos custodiados en las criptas -La voz del Capellán, grave y ronca, siniestra, resonaba más fuerte si cabe en el Strategium. Su rostro, siempre oculto bajo la calavera, le daba un toque aún más tétrico-. Se trata de un tomo que a algunos de vosotros les sonará: "Las prodigiosas y celestiales ocurrencias del Sistema Cadia". Apenas habíamos tenido tiempo de investigar su contenido, pero parece ser un punto de conexión con la disformidad, un posible portal en forma de libro, de seguro un útil blasfemo y una amenaza moral considerable. 

» No obstante, también me gustaría felicitaros en nombre de Ordo, y de todos los aquí presentes, por vuestro desempeño en la reciente batalla. Enorgulleceos, hermanos -Los Capellanes son los guías espirituales, y este caso no es una excepción-. Las atrocidades que el enemigo está cometiendo en el Ojo no conocen límite, y únicamente hombres como nosotros podrán detenerlas. El enemigo ha cometido un grave error al traer esta guerra a nuestro terreno, y hombres como nosotros seremos los que le inflijan el castigo que el enemigo se merece. Honrad al Capítulo y vuestro nombre será recordado. Honrad al Emperador y vuestro nombre será leyenda...

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16/06/2019, 14:41
Gran Inquisidor Erastus Olzar

- ¡Es imperativo que ese tomo regrese a nuestro poder!

El Alto Inquisidor dió un golpe con su puño sobre la mesa, cortando al capellán y su liturgia guerrera. Sin duda se le notaba enfadado. Alguien no sólo había logrado escapar, sino que había robado información y se había escapado con ella. 

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16/06/2019, 14:44
Gran Maestre Covan Leorac

- Somos plenamente conscientes de ello, Inquisidor -Afirma el Gran Maestre con la cabeza, respondiendo al enfadado Inquisidor-. Lamentablemente, yo no puedo liderar esta batida. El Imperio necesita a los grandes maestres en otros puntos, al igual que a sus comandantes. Por eso hemos solicitado que ellos acudan a esta reunión. Fueron los primeros en tener bajo su protección ese tomo, y aquí los Hermanos Capitanes Tor y Varn han dado su bendición para que sean ellos quienes lo recuperen de nuevo. 

Ambos oficiales os saludan con la cabeza en señal de aprobación, mismo gesto que le hacen al Inquisidor.

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16/06/2019, 14:46
Capellán Grebrus Anael

El Hermano Capellán gruñe por su vox-comunicador, y después prosige: 

- También el Epistolario Jefe me ha concedido la suya para que el Hermano Zorael se una a ellos -Añade el capellán, con su siniestra voz retumbando en la inmensa sala-. Y necesitarán un apotecario, por lo que he solicitado que el Hermano Leinad se una temporalmente también. Por otro lado, si el Hermano Eachann está aquí, hemos de suponer que al Maestro de la Forja no le importará que vaya con ellos, y no veo mayor autoridad sobre el Hermano Trebek que usted, señor, salvo el mismísimo Emperador...

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16/06/2019, 14:48
Hermano-Capitán Caddon Varn

- Necesitarán un líder de escuadra -Intervino entonces uno de los Hermanos Capitanes, que hasta ahora habían permanecido en silencio. El Hermano-Capitán Varn, pese a las heridas sufridas durante el combate de hace unos días, que habían impedido su movilidad, parece preparado nuevamente para volver a luchar gracias a la habilidad quirúrgica de los apotecarios y su gran capacidad de regeneración-. No tenemos suficientes efectivos, por lo que he solicitado que el Hermano Angron tome dicho papel como Justicar en funciones. Me ha salvado la vida en varias ocasiones, le conozco, y confío en que será apto para ese cargo. Tampoco es que sea algo nuevo y, si regresan de la misión, se evaluarán los informes y se procederá a revisar si mantiene o no dicho rango, o si lo asumirá otro miembro del equipo de batalla.

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16/06/2019, 14:52
Gran Maestre Covan Leorac

- Hermano Angron, ¿Está de acuerdo? -El Gran Maestre pregunta primero a Cole, y luego os mira a todos los miembros de la mesa-. ¿Alguna objeción al respecto? ¿Alguna pregunta sobre la misión?  Por favor, no os sintáis cohibidos. Hablad. 

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16/06/2019, 14:53
Gran Inquisidor Erastus Olzar

- Por mi parte no sé si un Caballero Gris que porta un arma de dudosa procedencia -Irrumpe el anciano Inquisidor con tono irónico y mirando hacia Cole con el medio rostro superior oculto bajo su amplia capucha, sin duda haciendo referencia a la espada negra de la Inquisidora Galea, recuperada del cuerpo del demonio Gi'zgoth'djugruc'kul-, por suavizar la forma de decirlo, es la mejor opción, Gran Maestre. No me opondré, pero el tiempo lo dirá...

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16/06/2019, 14:56
Inquisidora Yelena Isharya
Sólo para el director

- El surgimiento de un mal largo tiempo olvidado está entretejido en el tapiz de la caída de una estrella, la muerte de un gran héroe y el fin del tiempo conocido -Irrumpe la mujer, en Alto Gótico.

Su voz es cálida, con el típico acento de provenir de la clase adinerada de una de las miles de ciudades colmena del Imperio de la Humanidad.

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16/06/2019, 15:01
Gran Maestre Covan Leorac

El Gran Maestre mira a ambos Inquisidores, y seguidamente fija su mirada cansada sobre el anciano hasta que tras unos segundos añade: 

- Pienso que ahora mismo tenemos asuntos mucho más urgentes que un arma que ya ha estado en nuestro poder durante años y la cuál recibió las consiguientes guardas hexagrámicas en su momento. ¿Alguien más? -Pregunta entonces, en dirección a vuestro grupo-. Por favor, hablad...

El Gran Maestre mira hacia el Inquisidor Olzar, pero este se queda callado. Luego os mira a vosotros. 

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16/06/2019, 22:01
Cole Angron

Era la primera vez que fuera llamado al Strategium de la ciudad fortaleza, y era un privilegio que aceptaría gustoso sin oponer queja alguna. Guiado por un aprendiz llego hasta aquella estancia rectangular en la que se se encuentran grandes personalidades del capítulo, e incluso un par de inquisidores. También veo a mis hermanos de sangre, a los que saludo después de demostrar mi debido respeto a aquellos que nos han hecho llamar. Tras de mi, un tecnomarine se une al grupo. Por un momento me hace recordar a Wolfram, pero pronto me doy cuenta de que es alguien completamente diferente. Tampoco veo a los hermanos novicios que nos acompañaron en la defensa. Han debido de ser reasingnados a otras funciones. Me concentro en lo que tengo delante y tomo asiento tras ser invitado a ello.

Escucho atentamente las palabras de los presentes, sin pasar por alto el silencio que la inquisidora, con mirada escrutadora, presencia el debate que se está teniendo lugar. El respeto hacia su superior la mantiene en un segundo plano que aprovecha para estudiarnos. Es por ello que me sorprende cuando soy propuesto para liderar la escuadra que están formalizando, en este mismo momento, el Gran Maestre y los Hermanos-Capitanes. El sarcasmo con el que se refiere a mi persona, el propio Gran Inquisidor, ha me da una primera impresión del motivo del escrutinio de la inquisidora. Pero entiendo los motivos de su desavenencia, por lo que no digo nada, aceptando la duda generada. Sólo hablo cuando se nos pide intervenir.

-Es un honor ser el depositario de la alta estima que el Hermano-Capitán Varn tiene sobre mi persona. -Asiento con solemnidad hacia él. -Pero en este caso, me gustaría contar con el beneplácito de mis hermanos antes de aceptar el puesto. A la mayoría les conozco de otras batallas, pues con ellos compartí bautismo de fuego. Con ello, espero poder aplacar la duda que tenga el Gran Inquisidor.

Miro a mis hermanos, y por último a la alta cúpula, esperando sus respuestas.

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17/06/2019, 14:05
Steingrimur Eachann

Tras el ataque, Steingrimur se encontraba en la armería reparando armas y armaduras, salvaguardando sus espíritus, acallándolos con los salmos y los ungüentos, protegiendo sus intrincadas y sagradas partes para que pudieran seguir sirviendo con letalidad y eficiencia a los sagrados ordos. La misiva que le hicieron llegar le pilló por sorpresa, pero rápidamente aceptó su nuevo sino y le dejó a uno de sus hermanos el bolter de asalto a medio reparar con el que estaba trabajando. 

Se lavó las manos en agua bendecida y luego se colocó los guanteletes de su servo armadura. Escuchó con satisfacción el siseo que emitieron las junturas al cerrarse y se marchó del armorium directamente a donde lo habían convocado, el estrategium. Nunca lo había visitado, por ello se quedó observando el lugar, su piedra, sus columnas; en definitiva su arquitectura hasta que le pidieron que tomara asiento, cosa que hizo en el acto.

Las nuevas no eran buenas y algo le decía que aquel libro era una reliquia u objetivo importante, algo cuyo imperativo era recuperarlo a toda costa. Al ser nombrado, Steingrimur asintió con solemnidad - Es un honor - dijo con la voz clara y firme mientras proseguían las explicaciones. Quien es propuesto como justicar es alguien ajeno a él, pero lo miró valorando al astartes, al caballero gris, al hermano desconocido. No iba a ser él quien pusiera ninguna objeción, por ello asintió nuevamente, con firmeza y estoicismo en una clara señal afirmativa cuando el hermano Angron, de apellido tristemente ilustre, preguntó si lo aceptaban. El tecnomarine no iba a desdeñar las ordenes y elecciones de capitanes y el maestre, no se creía tan osado, aunque si que no le gustó que el veterano inquisidor se marchara dejando al mando a alguien a quien juzgó por parecerle inexperta, rezó al Emperador porque él se equivocara y fuera alguien digno del cargo que le acababan de dar.

Sin embargo, si que tenía una duda - ¿Al reo como lo quieren mis señores? ¿Vivo o muerto? - cualquiera pudiera pensar que la pregunta fue formulada por un psicópata, pero nada más lejos de la realidad, el pragmatismo era evidente, y Stein esperó a que dijeran muerto, capturar a un traidor con vida era algo realmente complicado a su parecer.

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17/06/2019, 15:47
Zorael Eduh

Con la muerte de la abominación, parecía que el inmaterium se había calmado, las tormentas cesaron y pudimos recorrer el campo de batalla sin mayor problema que ver como había quedado el planeta tras el asalto enemigo, habíamos ganado pero a un gran coste. Como si de un recordatorio se tratase, de lo que nos podía haber ocurrido en nuestro enfrentamiento con el demonio, el brazo me duele horrores cada vez que veo a uno de nuestros hermanos caídos.

Paso la primera semana recuperado la movilidad del brazo y entrenando sin armadura mientras los hermanos fabricadores reparan los destrozos en sus sistemas, añado rezos a mi día a día, muchos demonios habían perecido bajo nuestra mano e incluso el mejor de nosotros podría flaquear si su fe no era lo suficientemente fuerte. Por otra parte una vez mi cuerpo y mi mente son uno, por fin puedo recluirme en el sanctum y abrir mi mente al inmaterium, un lugar donde las almas puras brillaban y la oscuridad acechaba, pero aun así un lugar que unos pocos estábamos obligados a visitar, y es entre estos momentos de estudio cuando vuelvo a ser convocado.

Con la armadura reparada y mi fe apunto me dirijo hacia el Strategium. Allí se reunían mis hermanos de armas, capitanes ilustres, unos inquisidores, así como nuestro gran maestre, sabía sin mirar al futuro que el mal se había concentrado una vez mas y que tendríamos que combatirlo costara lo que costase. Las palabras de nuestros superiores reafirman mis peores sospechas, el libro que tan duramente habíamos conseguido, había desaparecido junto con un "ilustre" preso.

Mis señores, hermanos, gran inquisidor, inquisidor. Son malas nuevas las que aquí se nos presentan, pero si fuese algo fácil no llamarían a nuestro ilustre capítulo. Miro cuando digo esto, al gran inquisidor que con tan duras palabras se ha presentado ante nosotros. - Yo mismo entregué ese infame libro cuando estuvo en nuestro poder, su mera presencia era una manifestación de todo lo detestable en este universo, las falsas creencias que inundan sus páginas, conllevan la locura para cualquier mente débil. Acepto la misión, con la humildad que esta se merece. Señalo al hermano Cole. - No dudo de la guía del hermano Cole, nos ha llevado a la victoria contra sendos seres demoniacos, golpeo el águila imperial que cuida la coraza de mi pecho, - que el Emperador maldiga sus oscuras almas. Esa espada ha servido con honor desde que la recuperamos de manos del enemigo, si el Gran Maestre ha dado su beneplácito no seré yo quien lo juzgue. Sabiendo que no dudaba del hermano Cole, y que tendríamos que seguir a un "Inquisidor", venían las preguntas importantes. - ¿Sabemos como consiguió huir el hereje?. ¿Teleportación, una nave?. Miro hacia el gran inquisidor. - ¿Seguía teniendo séquito?. ¿Donde actúan los hijos del Los Hijos del Exiliado?. Si no tiene los recursos de la Sagrada Inquisición, de seguro se apoya en ellos. ¿Sabemos de algún planeta donde estuviese su base de operaciones?. 

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17/06/2019, 17:37
Leinad Ikegar

Hacía una semana que tenía las manos untadas en sangre. No manchadas … sino untadas. Desde hacía tres días que las amputaciones habían cesado. - Eso era bueno. Al menos, eso pensaba el apotecario. - Estamos deteniendo la podredumbre y las infecciones. Era un consuelo. Tal vez un consuelo que sólo los técnicos de la salud eran capaces de comprender. - Las armas podrán ser letales, pero inútiles sin un cuerpo que las porte, gobernadas por un espíritu fuerte, decidido y sano. Ese era su trabajo. Su misión. Cuidar de los hermanos, y en un momento dado de la Guardia Imperial. Pocas cosas podían sucederles, peores, que la enfermedad corriera por nuestro Sagrado Hogar en Titan. Una epidemia. Y ahora, con tantos cuerpos, algunos, con dudas si sobrevivirían, esto había que controlarlo.

Desde el momento que las sierras habían dejado de tullir huesos y hender carnes, su misión había cambiado totalmente. Estaban creado un sarcófago, pero Leinad no participaba en ello. Era reservado, tanto para hermanos con mayores honores, como para otros con más nivel y experiencia. Él se dedicaba a patrullar, como médico, por los pasillos atestados de heridos. Decorados con sangre de la operaciones improvisadas realizadas in situ, y como no, con la música ambiental de voces doloridas, lamentos, gritos aterradores, de aquellos que no solo su cuerpo, sino también su mente había sufrido por lo visto y oído durante el asalto. Gente valiente, que no había tenido la suerte de poder dar su vida por el Sagrado Emperador, y aún tenía que seguir sufriendo un poco más, con la esperanza de que, algún día, fueran útiles otra vez. Durante una de sus múltiples rondas, sólo salpicadas por los ratos que pasaba en su celda, estudiando los Sagrados Textos, buscando inspiración para encontrar la paz que su mente necesitaba, recibió la orden: - ¡Arnés de batalla y al Strategium!. Jamás se atrevería a dudar de la orden dada por el líder de "The PReservers", así que cumplió a pies juntillas, sin preguntar, sin más gesto que la propia genuflexión de cabeza, asintiendo a la orden, y marchando a cumplirla de inmediato.

Era un sueño. Visitar el Strategium, poder contemplar sus honores y tesoros. Esperaba entrar allí para alguna asistencia, pero era raro tener que vestir el arnés de batalla completo. - ¿Una misión urgente? ¿Un asalto rápido o golpe de mano?. Estaba claro que era algo prioritario, si no, no se le hubiera ordenado algo así, y de aquella manera. No se imaginaba a un apotecario entre aquellas paredes, cual líder de una unidad o capítulo. Pocos eran lo de su rama que llegaban a tales honores y a obtener mandos, más que dentro de los apotecarión o en algún que otro consejo superior. Tal vez uno o dos llegaban a la gloria, pero su especialidad era de apoyo y servicio. No una de las que ganaban ascensos para llegar a mandar … un capítulo. Alguno había con grandes honores, pero, eran tan escasos aquellos que empuñaban el narthecium junto al bolter que llegan a ese nivel.. que eran … raros. Cual fue su sorpresa, al llega al lugar y encontrar a hermanos de su "Bautismo" y a algunos más. Pero lo que más le impactó fue la mujer. Una figura silente que no parecía darse muestras de importancia. Una importancia que descubrió cuando el propio Gran Inquisidor la puso al cargo de la misión que … no tardó en averiguar: - "Cazar al Traidor". Aún así, aquella líder sería su supervisora. Le general de esta misión. La Inquisidora Isharya. No sabía de que, pero le recordaba a sus primeros días, cuando preparaban la misión donde vieron una batalla de verdad por primera vez. Aquella también era una mujer, y la conoció entrenando. - ¿Vendrá también de las Hermanas de Batalla?.

La conversación se tornó hostil durante un momento, pero llegó el momento de dar la voz. Repitió la genuflexión, como poco tiempo antes, solicitando así permiso e indicación de que hablaría: - Con su permiso, el Hermano Cole ha sangrado a mi lado, ha sangrado en mis manos, y ha sangrado por el Sagrado Emperador, y no conozco a nadie mejor para cumplir la misión encomendada. Un gesto amable dirigió a Angrón: - Justicar. Era un saludo, pero también era una felicitación, a la par que una presentación de subordinación. Sería un "Justicar en Funciones". Pero para él era su Justicar.

El hermano Zorale fue quién tomó el tomo. Que mejor que el bibliotecario de su unidad para hacerse cargo de un libro, y ahora, que mejor que él mismo, ya que tiene experiencia.

Notas de juego

Arkuras, te me has adelantado … jaajajja.

Que rabia da cuando le das a poner el post y alguien te ha ganado la mano.

¿Cómo se llama eso en F1? ¿Undercat?

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18/06/2019, 22:02
A’zroth, la Segadora

Desde el combate contra el demonio la espada había estado hablándote todo el rato. 

Parecía no callar, incluso en tus horas de meditación. Su chirriante voz se metía en tu cabeza continuamente, y sin embargo tampoco es que dijera nada relevante. Simplemente hablaba. Otros muchos ratos reía. Sin duda, cualquiera con una fuerza de voluntad débil ya hubiera sucumbido a la locura de tener a alguien, o a algo, todo el día metido en su cabeza, y más al ver que en ocasiones el tiempo pasaba mucho más rápido de lo habitual. La espada impedía realizar las tareas mundanas con la misma rapidez que cuando no tienes nada más en lo que pensar, y eso podía ser algo muy peligroso. 

Quizá esa fuera su destino, volverte loco, o el tuyo que no volviera loco a nadie más. Esto último es, al menos, lo que de momento parece. Por temor a que nadie la coja y su mal se extienda, ni siquiera te desprendías de ella cuando realizabas los rituales de purificación o de mantenimiento del equipo. Y aunque te desprendieras de ella, su voz continuaba llegando hasta tu mente si estaba en tu radio de visión. Era una pesada carga que habías asumido, y que te acompañará durante un tiempo indeterminado.

Se sentía orgullosa de haber matado al demonio con gran facilidad, y lo repetía una y otra vez, como si en realidad lo que quisiera era realmente escucharse a sí misma y no que tú dijeras nada. De hecho, la mayor parte del tiempo ya ni siquiera le respondías. Eran frases que ya había "compartido" y que no aportaban nada. En esos momentos, cuando no decías nada, era cuando más insistía en repetir lo mismo, seguro que por si no le habías oído...

Se regodeaba de que su sola presencia fuera una amenaza para las abominaciones del Inmaterium. En ocasiones decía que había estado en al menos once manos, pero que no las recordaba todas pese a ser todos ellos grandes líderes. En otros momentos mencionaba lo que parecían nombres, de seres o planetas, quizá sus portadores o sus víctimas, o quizá simplemente invenciones suyas, pero tan raros e imposibles de pronunciar que se te hacían imposibles de mantener en la memoria por más de un instante. 

Sin embargo, ahora callaba. Era un "sonido" que hacía tiempo deseabas sentir. Nadie parecía existir en tu cabeza salvo tú mismo. Era un estado de completa paz... Quizá la paz frente a la tormenta...

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18/06/2019, 22:15
Trebek N'Kari

Una semana de descanso para los Astartes, una semana defendiendo la base sin tener que derrotar a enemigos difíciles ni demonios ni nada similar, así que se podría decir que habían descansado. 

Trebek, estuvo casi todo el tiempo cerciorandose de que su bolter pesado no volviera a fallar, desmontó por completo aquella poderosa arma y limpió todos y cada uno de los componentes. Una vez acabado el mantenimiento realizó los debidos rezos y purificó el arma. 

Trebek había descuidado su misión de custodia por culpa de la invasión del Caos y tener que combatir contra el enemigo. Pero una vez vencido volvió a ella, a medida que hacía las otras tareas que le encomendaban. A medida andaba por la base veía todavía los estragos de la batalla: cientos de soldados de la Guardia Imperial heridos, y moribundos. Pocos Marines Espaciales, y los pocos que veía eran tratados por apotecarios. Un buen día un sacerdote de túnica blanca se presentó ante el expiador por orden del Gran Maestre de la 7ª Compañia, Covac Leorac, para asistir a una reunión en el Strategium. Aquella llamada debía de ser muy importante si la había hecho él mismo, asintió al aprendiz y lo siguió por hasta el Strategium. 

Trebek fue el primero en llegar allí, acto seguido fueron apareciendo el resto de sus hermanos de batalla, Leinad, Zorael, Cole y uno nuevo un tecnomarine, cuyo nombre era Eachann, como supieron más tarde. Dentro del Strategium se encontraban, rodeando una mesa, el Gran Maestre Leorac, el Hermano-Capitán Varn, otro hermano capitán, un capellán y dos inquisidores. El hombre es reconocido al instante, Inquisidor Olraz, prácticamente la mano derecha de Coteaz. 

El inquisidor Orlaz expone los hechos acaecidos en Cadia y dando paso a la Inquisidora Isharya, que estará a cargo de la misión. La intervención del Maestre Leorac Esclareció algunos de los hechos y objetivos de la misión en cuestión: El ex-inquisidor Caro ha escapado con información sobre el sistema de Cadia y les toca a los cinco Astartes ir en su búsqueda, capturar-lo, recuperar la información de Cadia y traerlo de vuelta. Esa información se trata del Tomo que Custodió Zorael en su última misión juntos. al escuchar que Caro había escapado, el semblante de Trebek palideció, a pesar de que llevaba el casco puesto se le notó. Era su misión custodiar a ese inquisidor y al entrar en combate ese bastardo lo aprovechó para escapar. Y entonces entendió porqué estaba allí Trebek, no por sus logros y sus hazañas, si no para cumplir con su misión. 

Perdido en sus pensamientos, desconectó de la conversación por completo y para cuando se quiso dar cuenta de qué estaban hablando les tocó el turno de palabra a ellos. Cada uno de sus hermanos fue diciendo la suya y agradeciendo por el honor de participar en la misión pero Trebek no empezó por ahí:-Siento haber fallado Gran Maestre.-expresó su arrepentimiento retirando el yelmo se su cabeza, dejando a la vista las feas cicatrices de la operación, e inclinandose:-Por el Sagrado Trono de Terra y por la Voluntad del Emperador, juro recuperar al prisionero y enmendar mi error.-expresó con sinceridad y se colocó el casco:-Gran Inquisidor Olzar, fue gracias a que Cole extrajo la espada negra que pudimos derrotar al demonio Gi'zgoth'djugruc'kul, ha sido gracias a él que pudimos derrotar al demonio de Sangre en las llanuras heladas de este planeta y parar la invasión del Caos, desde que combatimos juntos no he estado más orgulloso de llamar a este hombre hermano. Él moriría por nosotros y nosotros por él.-expuso con detenimiento Trebek ante la reticencia de Orlaz de darle el rango de Justicar a Cole:-Será un honor que nos lidere, Gran Inquisidor.-finaliza Trebek. 

Notas de juego

Master entre el final del prólogo y esta escena podemos recargar munición?

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18/06/2019, 23:06
Narrador

Todos los presentes parecían esperar un rotundo sí par parte de Cole, y alguno incluso pareció sorprenderse de que éste dejara su posible cargo en manos de sus compañeros. ¿Sería confianza en ellos, o simplemente quería saber lo que opinaban de él?

En cualquiera de los casos, el fin había sido el mismo, por unanimidad. Cole se convertiría en el Justicar en funciones del equipo de batalla cuya misión, a falta de unas incógnitas aún por resolver, parecía estar ya claras. 

 

Notas de juego

Aunque imagino que no, por si alguien tiene dudas de por qué Cole ha sido el escogido como justicar en funciones, y no se ofreció a otro, es simplemente por sus habilidades y talentos.

No obstante, además, Cole tiene algo que beneficia a todos: 

Siempre que el personaje sea el líder, aquellos bajo su mando (Incluido él mismo) ganarán un punto de daño y penetración adicional por rango del personaje.

Es decir, todos tendréis +2 daño y penetración.