Partida Rol por web

2 de Septiembre. Estación King´s Cross, Londres.

Como cada año, la estación de King´s Cross se prepara un evento oculto a los ojos de los simples mundanos. Y es que, en la ignorancia de los muggles, los miembros de la sociedad mágica se congregan en el andén 9^3/4 para despedir a los jóvenes magos que se encaminan hacia el Colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts.

Poco a poco, alumnos de todos los cursos se arremolinan en el andén. Muchos felices de volver a ver a sus amigos y compañeros un año más. Otros, los más pequeños, son nuevos en ese lugar y en ese mundo. Algunos son hijos de muggles y es la primera vez que tienen contacto con la magia.

Aun quedan unos 10 minutos para que el Expreso se ponga rumbo a su destino. Para algunos, será el último viaje de ida a Hogwarts. Al menos, en ese tren lleno de recuerdos y magia.

El andén está tan abarrotado como de costumbre, y Robert no puede evitar una sonrisa al emerger de la pared de ladrillo. Otros años no le ha apetecido demasiado estar ahí, pero esta vez es diferente. Incluso lleva algunos días expectante, casi nervioso ante la perspectiva de volver a Hogwarts, aunque sólo él sabe por qué. Bueno, o al menos, casi sólo él...

Agarra con fuerza el carrito y se abre paso, mientras su gata Shirey lo observa todo sentada encima de una maleta de cuero. 

—Cuidado, chicos... —advierte a dos alumnos nuevos que observan el expreso de Hogwarts con la boca abierta y le cierran el paso. Parece que ha pasado una eternidad desde que él mismo estuviera en su situación...

Mira hacia atrás, para comprobar que Karen le sigue. Aún tienen tiempo, pero seguro que en cuanto su hermana entre en el andén, se lanzará a encontrarse con sus amigas y es mejor que no la pierda de vista. El año pasado por poco no se quedó sin subir el equipaje al tren mientras se ponía al día con todas sus compañeras de clase.

—Bueno, ya estamos aquí —dice a Karen con media sonrisa—. Cada año me da la impresión de que hay más alumnos... ¿Seguro que lo llevas todo?

La cosa no tiene mucho misterio. Tras 2 años cruzando la barrera mágica, ya casi lo hace de una manera automática, aunque está contenta por encontrarse de nuevo allí. Con el equipaje en el carrito, sigue a su hermano por el andén para acercarse al tren. La locomotora, como siempre, ya se prepara para partir y el humo sale de su chimenea.

Como cada año, desde que comenzó Hogwarts, hay mucha expectación porque los protagonistas de los sucesos de la Batalla de Hogwarts están presentes en ese lugar. Vamos, que son leyendas. Pero lo que más le entretiene a Karen es meterse con su hermano... en según que cosas.

-Claro que sí, hermanito.

Se coloca a su lado para susurrarle.

Llego con tiempo de sobra para subir mi baúl al tren y echarle un cable a algunos alumnos más jóvenes, de pronto mi  vista se enfoca en Kara quien viene llevando su baúl, por lo que me acerco rápidamente a ella y tras saludar con una leve venia a sus padres tomo el baúl de Kara.

No te molesta que te eche una mano ¿Cierto Kara? Por cierto, ¿Qué tal la pasaste la última semana? Estuve esperando tu lechuza con ansias. - digo con una sonrisa mientras la ayudo a llevar el baúl.

Mi padre me ha tenido en un régimen de entrenamiento atroz, por eso no pude escribir, sólo a él se le ocurre hacer un campamento a una semana del inicio de las clases, al menos ahora puedo reconocer unas treinta plantas medicinales diferentes, jejeje.

Por cierto, tengo algo para ti. - digo mientras le entrego un cromo de las ranas de chocolate. - Merlín edición limitada, sé que hace buen tiempo que no las coleccionas, pero siempre estuviste buscando esta, me toco de casualidad ayer.

-Estás muy contento, Bobby... 

Amplía la sonrisa.

-¿Ya has visto a cierta pelirroja?

Robert sonríe con los ojos entrecerrados ante la pulla, sin dejar de empujar el carrito. 

—No, todavía no —dice imitando la voz de su hermana.

Echa un vistazo alrededor.

—Y la verdad es que no sé si tengo más ganas de verla o de esconderme... —suspira—. En fin, ya veremos qué pasa. Tú ten cuidado también, tercero es el año en el que los chavales empiezan a rondar alrededor de las chicas guapas.

Y se vuelve hacia Karen enseñando mucho los dientes al sonreír.

-Bueno... eso son los chicos normales. Tú no eres ni medio normal, hermanito...

Le saca la lengua, sabiendo que ha estado rondando a la chica que le gusta desde mucho antes de tercero. Bueno, quizá no rondándola, pero si siguiéndola con la mirada. 

-¿Qué harás si me echo novio antes que tú?

No se si ya era costumbre como todos los años soportar el viaje, escuchando la vieja música de papá.

-Cuando yo iba a Hogwarts con tu tía Arthur éramos inseparables, te digo inseparables – mi padre le gustaba recordar sus tiempos – no entiendo como puedes llevarte tan mal, con tus primos, eres de los mayores, deberías ser mas ambles con ellos- dijo mientras conducía su vehículo por las calles para llegar a la estación de trenes.

-Por favor Peter ya deja a Mathew en paz, Qué te recuerdo que tu querido hermano ni si quiera se acordó de invitarnos a la boda de su hijo Bill- mi madre por otro lado era una mujer larguirucha y rencorosa, desde la boda de Bill no había parado de recriminarle.

-Pero cosita hermosa, eran tiempos difíciles y tu no podías viajar, aun así, no es escusa para que hayas encantado a tu primo Loise para que escupiera babosas- sentenció el bonachón de mi padre.

Desde mi asiento solo escuchaba silencioso toda la conversación, aunque claro estaba a punto de pedir bajarme del auto y caminar el resto de las calles con todo el equipo.

-Bien papá me disculpare, ¿También quieres que le envié una nota al primo Bill?- respondí sarcásticamente.

-Sería recomendable y con buena caligrafía que he visto como escribes- el viejo no entendía la palabra sarcasmo, pero que le íbamos hacer, por el momento preferí no discutir más con él, de seguir con ese ritmo era capaz que me pedía que le enviará un pastel  de disculpa.

Cuando por fin llegamos a King´s Cross me tope con el resto de la familia despidiéndose, mi padre en su típico comportamiento gentil se dedico a saludar a cada uno de mis primos y conversar sobre el buen tiempo que hacía, mi madre por su lado dedico unas cuantas sonrisas fingidas y prefirió solo cotillar de lo que le parecía interesante.

Yo por mi parte tome todo mi equipaje que consistía en cuatro maletas, una para ropa y atuendo, la segunda para útiles y materiales, una tercera donde llevaba algunas cosas sin importancia y la cuarta y ultima en ella guardaba lo mejor la cámara fotográfica, una era un modelo viejo que aun tomaba fotografías en ese color sepia que me agradaba, la otra un modelo reciente para fotografiar a color y guardar esos detalles.

Una vez listo para abordar me despedí de mi familia, después de todo no los vería por un tiempo, aunque claro siempre había un montón de primos escandalosos con quien pasar el tiempo y varias primas con quien conversar, pero por el momento lo mas importante era emprender el viaje.

Abordé el tren y me dispuse a ocupar uno de los lugares para viajar tranquilo, con la vista busque a los chicos de Hufflepuff , después de todo era con los que mejor me llevaba, así que al menos recorrería el resto del camino tranquilo, en especial buscaba a Krystal Lovegood una querida amiga, a los primeros que vi fue a los cerebrillos de Ravenclawn, si me lo preguntan son tan encantadores como su inteligencia les permite ser, bueno al menos hay algunos que tienen su encanto, pero compartir el asiento con ellos ni de broma.

Recorrí un poco mas con la esperanza de encontrarme con Krystal, James o Lula pero fuera de eso no me apetecía compartir el vagón con cualquiera, salvo que fuera  uno de los jugadores de slythering, cierta persona que aun no encontraba, o la chica ardiente de Gryffindor, fuera de eso, preferiría sentarme con otro chico Weasley, corrijo sería mejor sentarme con el Krakén del lago negro, maldición aun tenia en la cabeza esa canción que papá había puesto.

La idea de volver a Hogwarts era, en todo su conjunto, una fuente de expectativas y estrés para Kara Draganov. El tener que afrontar la incertidumbre sobre su futuro, su permanente miedo al fracaso y todas sus dudas componían el desagradable segundo bloque mientras el primero estaba formado por la alegría de reunirse a sus amigos, la dulce comodidad de la conocido y rutinario y el alejarse de su casa en lo más crudo del invierno.

Por suerte, en el momento de cruzar la tenue separación entre lo mundano y lo mágico predominaba la alegría, acelerando sus pasos aún con la dificultad de tirar con todas sus fuerzas de un baúl destartalado. Sus padres iban justo detrás de ella, enjutos, envejecidos y cohibidos, sin parar de mirar en derredor, apartando la mirada cada vez que la cruzaban con algún que otro mago.

Estaba rebuscando su varita en la holgada manga de la sudadera verde que llevaba cuando una voz hizo que levantara la cabeza como un resorte.

- ¡Artemis! - saludó con una sonrisa, mirando a su alrededor para comprobar que era el primero en llegar de sus amigos -. Gracias - respondió al chico, aunque su sonrisa se convirtió en una mueca de pesar ante el siguiente comentario -. Galileo está enfermo.

Galileo era la lechuza de sus padres. Aunque ella propiamente no tenía ninguna, en verano utilizaba al viejo animal para cartearse con sus amigos. La verdad era que a pesar de ser un anciano, lo cuidaban como si fuera un miembro más de la familia pues los tres sabían que tras su muerte tardarían mucho en ahorrar lo suficiente como para tener una lechuza. Así que los tres Draganov se habían desvivido hasta el infinito por lo que debía ser un achaque de la edad de la lechuza.

- Por lo demás, bien - no valía la pena entrar a mencionar al último huésped que había ocupado la habitación que sus padres alquilaban. Decir que había sido sucio era quedarse corto -. Lo del entrenamiento en herbología suena...interesante - comentó haciendo una mueca de compasión-. Es casi como calentar para empezar el curso - miró de reojo a sus padres, sabiendo que tendrían la vista fija en ella.

La verdad era que alentaban todas sus amistades, pero sobre todo cuando eran mestizos, sangre sucia o gente excepcional. Artemis cumplía bastante bien con dos de los puntos de modo que tener esa conversación frente a ellos, sintiéndose observada por sus ojos fijos, era un tanto abrumador. Casi sin darse cuenta, observó a la gente que les rodeaba, incómoda, antes de que el chico le tendiera el cromo.

- Ohhh, ¡Merlín! - dijo con un brillo de emoción en la mirada mientras tomaba el cromo. La verdad es que había cejado de coleccionar los cromos cuando había malvendido su colección por ayudar un poco en casa, pero siempre había ansiado completarla. Era una pena que en el momento en que por fin hubiera podido hacerlo, estos ya no estuvieran en su poder -. Siempre ha sido mi favorito. Mil gracias, Artemis - acabó por decir con una amplia sonrisa mientras lo sujetaba con fuerza con la mano derecha. Artemis siempre había sido muy considerado con todos, se dijo a sí misma. En un intento de acabar con la conversación a la vista de sus padres, se despidió de estos con un abrazo y la promesa de escribir pronto, para que así pudieran utilizar la lechuza de Hogwarts y darle un descanso a Galileo. Acto seguido, siguió al chico, junto al baúl, hacia el interior del expreso -. ¿Sabes algo de Jake? Hace como medio mes que no sé nada de él.

Y como no podía ser de otra manera mi llegada fue ruidosa, no solo por el carro cargado hasta arriba e maletas que empujaba como si nada si no también por el sonido de aleteo constante que provocaba una pequeña snitch ya muy vieja, mucho mas incluso que yo y el sonido de tacones que seguía el de mis botas. Una enorme sonrisa iluminaba mi cara adoraba estar de vuelta por Hogwarts y sobretodo estar a tan solo un año de terminar mis estudios porque eso significaba que dentro de poco podría hacer lo que tanto quería.

Mi madre se puso rápido a mi lado tras cruzar el muro, era una mujer pelirroja, alta, delgada y que aparentaba menos edad de la que realmente tenía. No miro a absolutamente nadie de los tantos allí presentes si no que se limito a mirarme mover su dedo índice y decirme:

- Y recuerda lo que hemos hablado -había estado todo este viaje dándome la brasa con que sacara las notas mas altas posibles para así no ensuciar el nombre de nuestra familia y tener una vida fácil, ella no comprendía que yo siempre sacaba muy buenas notas y que mi vida ya era fácil.

- De acuerdo madre, adiós -empuje el carro hacía delante cuando ella se paro para girarme, despedirme y luego con otro giro volver a tomar el carro, ella siempre se había quedado cerca de la entrada y era la primera en irse por lo que ya me había acostumbrado a despedirme nada mas pisar el lugar

No tarde en encontrar caras conocidas entre toda la gente, estiré el brazo para abrir la jaula de mi gato y este tras estirarse salió de ella y tomo posición en el punto mas alto de la montaña de maletas. Mas o menos conocía a todos los de mi edad pero no me iba a molestar en saludarlos a todos solo a los mas importantes y en caso de que estuvieran acompañados me vería obligado a hacer lo mismo con sus acompañantes. Por lo que solo me pare una vez a saludar en el andén.

-Hola Kara, oh y a saludos a ti también Artemis -dije al pasar a su lado mientras les adelantaba por un lado

Solo fue un simple saludo tras el cual me aleje rápido desapareciendo de su vista y tras guardar todo mi equipaje en un pequeño rincón que siempre usaba desde 4º entre dentro cazando por la espalda al pequeño Weasley.

- Vaya, vaya tejoncito ¿tu por aquí? Acaso estás buscando mas tejoncitos con los que reunirte pues de eso nada -abrí la puerta de nuestro lado que estaba vació y lo empuje dentro- Tu y yo vamos a hacer este último recorrido junto. Y también con Alek seguro que te encanta la idea ¿eh?

Espere unos segundos con la puerta abierta hasta que mi gato la cruzo a toda velocidad hacía uno de los asientos, la cerré y tome asiento, en ese momento la snitch descendió hasta mi regazo y se paro a descansar.

Según puso en su carta iba a llegar temprano, pero aún no lo veo. Tengo algo pensado para la noche del sábado, es probable que nos metamos en líos, aunque siempre pdemos usar el pasaje secreto que descubrimos en cuarto para llegar a los jardines y darle esquinazo a Filch y a su gata.

Ese tío es inmortal, ya tiene como 100 años y sigue trabajando, para mi que va a terminar como Binks. - digo a modo de broma mientras veo pasar a Nathan.

Hola Nathan. - respondo al saludo del Slytherin mientras lo veo alejarse.

Un par de minutos después, ya estaba subiendo el baúl de Kara al tren y con ese cubría mi cuota de la mañana, pues el tren ya estaba próximo a partir.

Mientras recorría el vagón vi pasar a Dominique Weasley con unos amigos, así que la saludé con un leve movimiento de mano, para luego seguir mi camino junto a Kara.

Vaya suerte, de todos los que podía aparecer y arruinar un viaje tranquilo  tenía que aparecer él, no tomo mucho tiempo y en fracción de segundos compartía lugar con el, bueno era mejor que compartirlo con algún otro familiar.

-Un por favor Matt, te suena tan difícil Cross- respondí acomodándome las ropas y las maletas que gracias al empujón las había dejado regadas – Ten más cuidado o no tendrás buenas fotos para el periódico- intenté reprenderle por la brusquedad, lo cierto es que resultaba algo agradable compartir ese espacio con él, aunque eso significaba soportar algo de bully.

-Eso es nuevo- señale al tatuaje que se podía ver sobresaliendo por su cuello, digamos que en ciertas ocasiones puedo ser muy observador y más cuando tengo interés y ese chico por alguna razón hacía que mi ritmo cardiaco aumentará, aunque me negaba admitirlo.

Torpemente busque entre las maletas la cámara, era el modelo mas nuevo así que no perdería la oportunidad -de..de..dejame tomarle una foto- exprese mientras apuntaba con ella.

El día había llegado, el inicio del nuevo curso y eso para Krystal solo significaba una cosa, quedarse dormida y así fue, se quedo dormida precisamente esa misma mañana, había estado toda la noche dando vueltas en la cama, aun se ponía nerviosa la noche anterior a iniciar las clases, y este año encima era el último, si todo iba bien algún equipo de Quiditch le echaría el ojo y podría seguir los pasos de su padre. Como solía ser normal en ella Krystal se había puesto ropa que no era especialmente discreta, una gran boina y ropa con el mismo patrón con tonos rojos y rosas, bajo la cual llevaba una camisa blanca, la falda a juego con el resto de la ropa y unas botas de color negro, detrás sus padres caminaban, el empujando el carrito con las numerosas maletas de ella.

Al observar el tren Krystal se da cuenta de lo evidente, había llegado de las ultimas y prácticamente no quedaba nadie en el andén, con un chasquido de boca dice a sus padres:

Bueno… creo que como siempre hemos llegado de los últimos… bueno, me voy eh… saludad en casa, nos vemos en navidades… o no, ya veremos… ya hablamos

Para casi de un salto empezar a empujar el carro, aunque muchos de los alumnos ya estaban dentro aun quedaban algunos alumnos a los que saluda con la mano, mientras caminaba pasa junto a un grupo de alumnos que entraran en primero, al verles se para y dice:

Hey, hola, ¿sois nuevos verdad?

Los chicos tímidamente asienten mientras los padres de estos la miran con cierta sorpresa y ella le choca los cinco mientras dice en un tono de voz animado y guiñándoles un ojo cómplice:

Venga, no tengáis miedo, que seguro que os lo vais a pasar genial… ya veréis que divertido es el colegio…

Sigue su camino mientras mueve animadamente la mano y se despide. Al llegar a un vagón aleatorio mira sus maletas y mira a su alrededor esperando ver si hay alguien que pueda ayudarle, sin embargo, parece que no hay nadie que pueda ayudarle, hace como si se remangara las mangas que no tenia y los sube, camina esquivando a algunos alumnos y mira a un lado, entonces ve allí a Mathew con Nathan, justo en ese momento el primero está diciendo algo de tomar una foto, rápidamente ella deja caer sus cosas y entra en el compartimento mientras dice:

Mat claro… una foto, venga…

Decía mientras prácticamente se tira encima de Nathan, se agarra del cuello de este y dice:

Venga… una buena foto… de dos de los buscadores… ostras Nathan que tatuaje… eres toda una serpiente eh, pon cara de tipo duro con ese tatuaje que así mola mas la foto

-Krystal, que gusto verte, no creo que pueda poner otra cara -disparé la cámara para obtener la foto de ambos chicos, en mi mente tenia una sensación alivio, aunque sabía que eso había arruinado los planes de Nathan para burlarse de mí- Que tal el verano, el mío infernal al parecer mi primo Bill  le ha contado que embruje  a su hijo haciéndole escupir babosas y he tenido que soportar las quejas de papá- respondí alegremente -Así que esta año se las verán difíciles  los de Slythering la mejor buscadora de Hogwarts seguro y los aplasta -realmente quería molestar al chico de Slythering.

Me acerque a mi compañera para darle un fuerte abrazo – Gracias me salvaste el día- le susurre a la chica, realmente estaba muy feliz de verla.

Me recuesto un poco mejor en el asiento pongo los pies en el otro quedando al lado de Matt.

- Pfff, por favor, ya si claro que te crees que eso va a ocurrir. Y tu estás deseando sacarme fotos por favor soy tu modelo masculino estrella. -sonreí cuando se fijo en mi tatuaje, bajé un poco mi camisa para que se viera entero, era una serpiente exactamente igual a la de Slytherin- Guay ¿eh? -me reí un poco cuando tartamudeó- T-t-te dejo sa...

Pero entonces entro Krystal como un vendaval por suerte mis reflejos felinos hicieron que pudiera apartar la snitch de debajo suya a tiempo y a la vez salir bien en la foto con cara de que me iba a comer a Krystal mientras la agarraba de la cintura y las piernas. En cuanto la foto estuvo hecha la levante un poco en peso y casi la lancé al asiento de mi lado.

- Vaya, parece que hoy la primicia va a ser mi tatuaje, bueno este es el resultado de vivir tus colores podría decirse. ¿En serio crees que ella va a poder quitarme el trono? Despierta del sueño Weasly porque ya puedes ir preparándote para sacarme otra sesión de fotos para otra vez cuando Slytherin gane sus partidos -desde luego era indudable que era muy bueno sobre la escoba y pocos podían seguirme lo cual para mi era licencia para chulear las veinticuatro horas del día- Pero me gusta escuchar que te has puesto rebelde en el verano, eso es interesante.

De pronto, Kara nota un peso en sus hombros. Son los brazos de alguien desconocido.

-¿He escuchado travesuras? ¿Pasadizos secretos? ¿Castigos?

Aunque no sean amigas, sino más bien conocidas, allí está una de las nuevas chicas de Hogwarts para el último curso. Aylin lleva su equipaje a rastras. O lo llevaba.

-Sabéis que las travesuras se planean en pequeño comité y no en medio del pasillo lleno de alumnos, ¿verdad?

Suspira.

-Aaah... estos ingleses. Cuánto tienen que aprender.

Sonríe ampliamente.

-Yo me apunto, que esas cosas no estaban en el tour de bienvenida.

-Que me quedo sin modelos masculinos, sueñas Cross- una sonrisa fingida se marco en mi rostro, aunque la verdad si me quedaría sin el más interesante pero tampoco pensaba decirlo.

 – Te apuesto esa snitch a que Hufflepuff gana este año y si pierdo puedes pedirme lo que sea, pero te advierto este año nos hacemos con todo, recuerda que los tejones comen serpiente- imite el movimiento que haría a un tejón al morder, aunque mas de parecer gracioso podría haber parecido otra cosa.

-El chico me provoco, es un crio de lo mas pesado, el tipo de persona que no es de mi agrado- por no decir que era educado, cortes, con una sonrisa de oro y buenos sentimientos, aunque tal vez yo no lo era y solo quería hacerle sufrir un poco – En todo caso no ha sido rebeldía, ¿Qué tal tu verano Nath?- pregunte tratando de cambiar el tema.

Está nerviosa. Le comentaron el año pasado que es como una tradición que todos los alumnos vayan en tren hasta el castillo de Hogwarts así que allí está ella, vestida con su ropa habitual kawaii, desentonando un poco con los colores sombríos que llevan muchos de los allí presentes.

-Les falta un poco de color... - murmura.

Tras respirar hondo un par de veces, se encamina hacia tren y, sin pensar demasiado, entra en uno de los vagones. Parece que el tren tiene compartimentos para unirse a los amigos en privacidad, pero la única amiga que hizo, es Kara y no la ha visto aun. ¿Y si no se encuentran? Quizá tenga que hacer su viaje sola. Pero no importa... seguro que las cosas acaban bien y tal.

Entra en un compartimento libre y deja su equipaje donde corresponde.

Krystal sonríe cuando Nath habla de que es el mejor buscador y dice:

Bueno… si tu lo crees… aun me acuerdo ese partido que te quedaste mirándome la escoba desde atrás… bueno espero que fuera la escoba

Dice en un tono divertido para picar un poco al chico. Cuando Mat se acerca a ella, le sonríe ampliamente y le abraza mientras dice:

Claro hombre para eso estamos.

Después empiezan a hablar sobre el verano y una pequeña broma que Mathew hizo a alguien, ella se aparta de su compañero de casa para dejarle respirar y termina de colocar sus cosas no con demasiado cuidado, mientras dice:

Pues mira, una broma nunca viene mal… las babosas es todo un clásico… pero vamos siendo tu… seguro que era un petardo y se lo merecía, eso seguro.

En ese momento se deja caer en el asiento y su pequeña mascota aparece y se coloca en su boina, se trataba de Puff un Puffskein rosa que tal y como se había colocado parecía un pompón de la gorra:

Eso Nath ¿Qué tal las vacaciones? Déjame adivinar… como buen Slytherin seguro que has ido a sitios caros, te has hecho el tatuaje en un sitio caro, has hecho cosas de gente cara y te has ido de vacaciones a Ibiza… seguro, me han dicho que allí las discotecas Muggles son de lo mejor…

El primer impulso de Robert es soltar una carcajada, pero se contiene. Después de todo, lo que Karen dice no es algo tan descabellado... Se encoge de hombros.

—Pues, obviamente, tendrá que recibir mi bendición —dice—. Y no será fácil, así que más vale que sea un chaval digno de mi hermanita.

Le guiña el ojo a Karen, y en ese momento ve a Yukino. No recuerda haberla visto por el colegio nunca.

—Anda, mira —dice a su hermana—. Esa chica tiene pinta de ser nueva, yo por lo menos no la conozco...