Partida Rol por web

En un ambiente distendido cuenta que ha estado viendo a su familia, como han cambiado todos después de tanto tiempo sin verles, la alegría que le ha dado estar con ellos y finalmente el susto que se llevó al ver que no venía Naiara. Aunque como ahora va todo bien ya se siente más tranquilo, si no fuera porque Hannawaka no contesta a sus llamadas.

- ¿Y vosotros qué tal? ¿qué os ha parecido mi planeta? - pregunta. - Parece que tú ya lo conocías, Valahir, pero, a ti Naiara, ¿te ha gustado? Ya ves que es muy industrializado, pero, quizás porque es mi planeta natal, ¡me encanta!

Valahir escucha atentamente y una vez que has terminado de hablar te pregunta:

-Bueno, y si no es indiscreción, ¿cuál es tu historia, Ar-Gour? ¿Por qué piensas que soy un jedi? - añade con una sonrisa en los labios, sin negarlo pero sin confirmarlo.

-Yo la verdad es que no había estado nunca. Poco he visto, ya que solamente he podido seguir a Naiara, pero desde luego si me ha gustado la amabilidad de la gente. Pero..... ahora creo que eres tu el que quiere evadir una pregunta, no?

Termino de decir ante la pregunta de Ar-Gour. Realmente no entendía el por qué de esa afirmación que había hecho cuando no podía despertar a Naiara en el aerodeslizador, pero la verdad es que me iba a gustar saber por donde iba a salir.

-Bueno... básicamente soy un vagabundo espacial, al que le encanta estar en la naturaleza, quizás en contraposición de su planeta natal, y que gracias a su experiencia también hace de astronavegante. Soy un luchador contra las injusticias- le da un trago a su café y continúa -¿Lo de decir que eras un jedi? Pues no tenía claro si le habías comido la cabeza a Naiara haciendo que parezca tu amiga, o habías usado algún otro tipo de truco o algo por el estilo y la única forma que se me ocurrió es que fueses un jedi o algo así jejeje. Aunque, si te soy sincero, por tu ropa lo pareces.

Se yergue un poco y mirando a Valahir le pregunta directamente -¿Y cual es tu historia? Como ves yo he sido muy franco... 

- Bueno... básicamente soy un vagabundo espacial, al que le encanta estar en la naturaleza, quizás en contraposición de su planeta natal y que, gracias a su experiencia, también hace de astronavegante. Soy un luchador contra las injusticias. - le da un trago a su café y continúa - ¿Lo de decir que eras un jedi? Pues no tenía claro si le habías comido la cabeza a Naiara haciendo que parezca tu amiga, o habías usado algún otro tipo de truco o algo por el estilo y la única forma que se me ocurrió es que fueses un jedi o algo así, jejeje. Aunque, si te soy sincero, por tu ropa lo pareces.

Se yergue un poco y mirando a Valahir le pregunta directamente - ¿Y cuál es tu historia? Como ves yo he sido muy franco... 

Naiara permanece entre los dos, pensativa, bebiendo sorbos pequeños y sin perderse nada de la conversación entre sus acompañantes. Al escuchar el tema de los jedi se echa hacia adelante mostrando más interés y vuelve a clavar sus verdes ojos en Valahir esperando escuchar lo que éste tenga que decir.

- Vaya, en comparación con las vuestras, mi historia es bastante simple. Nací en el seno de una humilde familia en Harvan. La orden de los Caballeros Jedi, notó que en mi interior fluía la fuerza con más fuerza que el resto de los seres de la galaxia, y así, me separaron de mi familia para instruirme en la Fuerza. Poco a poco fuí perfeccionando mis habilidades de esgrima con el sable, y mejorando el arte de controlar las fuerzas vitales, como resistir el dolor..... pero la mano del Imperio es larga, y poco a poco fueron exterminando a todos y cada uno de los Caballeros. O por lo menos eso es lo que se cree.  digo con voz apesadumbrada por las circunstancias. Tras esto, solo sueño con encontrar un Maestro que complete mi formación y poder así devolver a la orden de los Jedi todo su explendor.

Vine a este planeta a buscar a un antiguo Caballero, o por lo menos, a buscar su casa, para investigar si encontraba algo que me sirviera de ayuda en mi busqueda. Pero sin quererlo, la Fuerza me mandó a Naiara. La encontré en la tienda de suministros, y tras dudar un poco, algo me dijo que debía seguirla. Llegué aquí tras ella, y el vendedor de motosme dijo que había estado, pero que para dirigirse a las montañas, habí alquilado una moto..... poco adecuada, me explico? Pregunté a los lugareños y me dijeron que a una hora de aquí, vivía un humano, y pensé que quizás esa era su casa. Me dirigí allí con la otra moto, y a mitad de camino, sentí que ella estaba en peligro, y cuando entré en la casa, me la encontré herida en el suelo. Curé sus heridas, y entonces llegaste tu. Termino de contar la historia de como había sucedido todo. Más que para Ar-Gour, para que Naiara se enterara de lo que la había sucedido.

Aunque no lo creas, todavía no soy tan fuerte como para poder controlar las mentes de las personas. Aún me hace falta mucho entrenamiento. Pero lo que si se, es que la Fuerza ha unido mi camino al vuestro por alguna razón, y aunque creo que eres un poco exceptico a las creencias Jedi, yo estoy seguro que ha sido así.

- Vaya, en comparación con las vuestras, mi historia es bastante simple. Nací en el seno de una humilde familia en Harvan. La orden de los Caballeros Jedi, notó que en mi interior fluía la fuerza con más fuerza que en el resto de los seres de la galaxia, y así, me separaron de mi familia para instruirme en la Fuerza. Poco a poco fuí perfeccionando mis habilidades de esgrima con el sable, y mejorando el arte de controlar las fuerzas vitales, como resistir el dolor. Pero la mano del Imperio es larga, y poco a poco fueron exterminando a todos y cada uno de los Caballeros. O por lo menos eso es lo que se cree. - dice con voz apesadumbrada por las circunstancias. - Tras esto, solo sueño con encontrar un maestro que complete mi formación y poder así devolver a la orden de los Jedi todo su esplendor.

Valahir toma un sorbo y prosigue:

- Vine a este planeta a buscar a un antiguo Caballero, o por lo menos, a buscar su casa, para investigar si encontraba algo que me sirviera de ayuda en mi búsqueda. Pero sin quererlo, la Fuerza me mandó a Naiara. La encontré en la tienda de suministros y, tras dudar un poco, algo me dijo que debía seguirla. Llegué aquí tras ella, - continua mirando a Naiara -  y el vendedor de motos me dijo que había estado allí, pero que para dirigirse a las montañas había alquilado una moto... poco adecuada, ¿me explico? Pregunté a los lugareños y me dijeron que a una hora de aquí, vivía un humano, y pensé que quizás esa era su casa. Me dirigí allí con otra moto y, a mitad de camino, sentí que ella estaba en peligro. Cuando entré en la casa me la encontré herida en el suelo. Curé sus heridas, y entonces llegaste tú.

Vuelve a hacer una pausa mientras toma otro trago para aclararse la voz.

- Aunque no lo creas, todavía no soy tan fuerte como para poder controlar las mentes de las personas. Aún me hace falta mucho entrenamiento. Pero lo que si sé es que la Fuerza ha unido mi camino al vuestro por alguna razón, y aunque creo que eres un poco escéptico a las creencias Jedi, yo estoy seguro que ha sido así.

Levantando la taza de café, responde con cara de verdadera satisfacción -Entonces en mí tienes a un amigo. ¡Brindo por ello! Me alegro que por fin hayamos hablado.

Después del brindis, consternado, miro el ordenador por si ha llamado Hannawaka, o ha dejado algún mensaje.

-Estos tíos me tienen preocupado, es raro que no den señales de vida, igual les están siguiendo o les a pasado algo, pero no me atrevo a insistir más.

Levantando la taza de café, responde con cara de verdadera satisfacción - Entonces en mí tienes a un amigo. ¡Brindo por ello! Me alegro que por fin hayamos hablado.

Después del brindis, consternado, mira el ordenador por si ha llamado Hannawaka, o ha dejado algún mensaje.

- Estos tíos me tienen preocupado, es raro que no den señales de vida, igual les están siguiendo o les a pasado algo, pero no me atrevo a insistir más.

Una sonrisa de satisfacción se dibuja en mi rostro. La verdad es que no me esperaba la reacción del alienígena. Pero fué una grata sorpresa. Giré la cabeza y lancé una mirada de aprovación a Naiara.

-Bueno, en ese caso, me alegro de haber cohincidido contigo. Y una vez hemos aclarado ciertas cositas..... que es lo que ocurre con la nave? De dónde tenían que venira buscarnos?

Pregunto frunciendo el ceño por el inconveniente.

Una sonrisa de satisfacción se dibuja en su rostro. Girando la cabeza lanza una mirada de aprobación a Naiara.

- Bueno, en ese caso, me alegro de haber coincidido contigo. Y una vez hemos aclarado ciertas cositas... ¿qué es lo que ocurre con la nave? ¿De dónde tenían que venir a buscarnos? - pregunta frunciendo el ceño por el inconveniente.

-Tenían que haber venido ayer al Centro de Visitantes a recogernos, pero no sé nada de ellos. Propongo que en cuanto abran la dichosa tienda de alquiler y resolvamos ese asunto de que a Naiara le dieron una moto defectuosa, o eso he creído entenderos, cojamos el coche y volvamos al Centro a ver si averiguamos que les ha pasado o si están allí.

Mira la hora para comprobar si entre conversación y conversación ha llegado la hora de abrir las tiendas.

-jajajajajaja Una gran risotada se me escapó al oir aquello de la moto defectuosa. Era la primera vez en mucho tiempo que me reía de verdad, con verdaderas ganas. Una vez consigo controlar las carcajadas intento decir:

-jajajaja, no.... eeeeeeehhhhh defectuosa no, jajajaja, perdón, perdón, jajajaja, eso si que ha sido bueno, jajajajaja Poco a poco me voy calmando, pudiendo así articular alguna palabra más.  No, no es eso. Perdona Ar- Gour, disculpame, no me estoy riendo de ti. Perdoname. La cosa es, que Naiara, para borrar rastro, le dijo al vendedor que se iba a la montaña, pero en vez de alquilar una moto de montaña, alquilo una normal. Termino de decir mientras pongo mi mano en la muñeca del alienigena como muestra de afecto.

-Y retomando el primer tema..... por qué no vamos nosotros a buscarlos? Y qué tiene que ver esta tienda con ellos? Por qué no podemos dejar las motos e irnos?

- Jajaja - Una gran risotada se le escapa al oír aquello de la moto defectuosa. - No... ehhh, defectuosa no. - Las risas continúan hasta que poco a poco se va calmando, pudiendo así articular alguna palabra más. - No, no es eso. Perdona Ar- Gour, discúlpame. No me estoy riendo de ti. Perdoname. La cosa es que, Naiara, para borrar rastro, le dijo al vendedor que se iba a la montaña, pero en vez de alquilar una moto de montaña, alquiló una normal. - termina de decir mientras pone su mano en la muñeca del alienígena como muestra de afecto.

- Y retomando el primer tema... ¿por qué no vamos nosotros a buscarlos? ¿Y qué tiene que ver esta tienda con ellos? ¿Por qué no podemos dejar las motos e irnos?

- Yo perdí a mis padres muy joven. - comienza a decir Naiara, pensativa, queriendo aportar también algún relato tras escuchar la historia de sus dos acompañantes. - Ahora sólo me queda Mike - añade con los ojos brillantes de alegría más que de tristeza. Una sonrisa se va formando en su casa. - Estoy deseando verle.

Naiara se gira hacia el kel dor - ¿Aún no hay noticias de ellos?

-Jajaja- ríe Ar-Gour -¡que bueno lo de la moto!- por un momento parece que se le olvida lo de su amigo Hannawaka. Luego, dirigiéndose a Naiara, le apoya una mano en el hombro y le dice -Seguro que volvemos a ver a tu hermano muy pronto, ya verás.

De nuevo, centrando la conversación en Valahir, -estamos esperando que abra el de las motos para recuperar mi chip de créditos, que se lo dejé en depósito- le responde.

De nuevo revisa su comunicador y el ordenador, en busca de una señal de sus amigos.

- Y puedo preguntar quién es Mike? Tu hermano? Pregunto con la voz un poco temblorosa esperando que la respuesta fuera afirmativa. La conocía desde hacía poco, pero la verdad es que por sentimiento paternalo simplemente por el típico flechazo, empezabaa albergar sentimientos hacia Naiara. Si ese tal Mike era para ella algo más queun amigo o hermano, el golpe emocional iba a ser bastante duro de encajar. Aunque quizás fuera mejor así. Como les había sucedido asus padres, ellos no habían podido estblecerse como pareja hasta que la orden Jedi desapareció. A los Jedi nos está prohibido involucrarnos sentimentalmente. Quizás fuera mejor así. Pienso mientras bajo mi mirada ala taza de café para no desvelar mis pensamientos.

- Jajaja- ríe Ar-Gour -¡que bueno lo de la moto! - por un momento parece que se le olvida de los mensajes a Hannawaka. Luego, dirigiéndose a Naiara, le apoya una mano en el hombro y le dice - Seguro que volvemos a ver a tu hermano muy pronto, ya verás.

De nuevo, centrando la conversación en Valahir, - Estamos esperando que abra el de las motos para recuperar mi chip de créditos, que se lo dejé en depósito - le responde.

De nuevo revisa su comunicador y el ordenador, en busca de una señal de sus amigos.

Naiara asiente ante tu pregunta y sonríe a los ánimos que le da Ar-Gour.

- Sí, es mi hermano mayor - afirma orgullosa. - Llevo sin verle casi dos semanas ya.