Partida Rol por web

Una Sombra en los Sueños

Primera parte: El viaje de la Dama

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05/02/2014, 22:51
Narrador

La Dama es una visión realmente impresionante. Se trata de un descomunal zepelín de tres cuerpos unidos entre sí por cuatro largas pasarelas de metal. Toda la estructura está bellamente tallada de un modo tan aerodinámico como ostentoso, que trata de imitar el estilo de los regios navíos del principado. Las dos barcazas laterales están destinadas a los viajeros y sus camarotes, mientras que en el cuerpo central se encuentra la bodega de carga y el puente de mando.

Notas de juego

Narrad vuestras impresiones por el zepelín y por qué queréis montar. Si habéis conseguido el pasaje u os vais a colar y esas cosas.

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06/02/2014, 00:15
Ariadne Briaero

La vista del increíble artilugio fascinaba a la joven Ariadne. Llena de excitación por la perspectiva de volar por los cielos, esperaba pacientemente su turno de embarque con una sonrisa radiante.

Realmente había sido una suerte participar en aquella lotería callejera: el que iba a ser un agotador viaje de regreso a Arkangel (incluso más agotador que el viaje hasta Lucrecio escoltando a un paranoico mercader, al menos iban) se había convertido en un lujoso paseo sobre las nubes tras ganar el premio especial. Aunque se había podido asear en la ciudad, seguía vistiendo su ropa desgastada por el viaje, algo que la hacía desentonar entre la pomposa multitud. Pero eso no llegaba a incomodar ni a la joven ni a la gente a su alrededor.

Cuando llegó su turno, se echó sus fardos a la espalda y subió alegremente la pasarela, dispuesta a disfrutar de la experiencia del viaje.

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06/02/2014, 01:34
Evan Dawnguard

La multitud se congregaba y hablaba alegremente frente al ostentoso armatoste que se disponía a cubrir por los aires la distancia desde Lucrecio a Arkangel. Desde luego, aquel engreido tenía cara si creía que con aquel truco de feria podría llegar a impresionar a la Santa Madre Iglesia y a nuestro Emperador. Mayores y más gloriosas eran las visiones del espíritu de las que este amasijo de metal pudiera conseguir, por mucho que pudiera languidecer por los cielos.

La petulante muchedumbre vestía atavios ricos y de colores brillantes, y hablaban en voz alta y animada entre ellos. La mayoría simplemente se callaba y se apartaba cuando me acerqué al navío volante. Sin duda mis ropajes negros con tan solo la Cruz de Sangre bordada como distintivo desentonaban con los demás, por no hablar de mi serio rostro y la espada que colgaba de mi cinto. La capa se movía con mis movimientos, y nada brillaba salvo el hilo de plata en el que estaba bordado la cruz. "Estas gentes sí quedarán impresionadas cuando vean el brillo sagrado de la ciudad de Arkangel... no esta máquina voladora..." Pensé mientras me acercaba para disponerme a subir.

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06/02/2014, 03:37
Pyros Sedrith

Pyros contempló el pasaje que tenía para viajar en la Dama. Por alguna razón extraña sentía como si aquellos pasos ya los hubiese dado en otro momento, y se miraba las manos y también el billete como si estuviese en un sueño. No recordaba bien cuál era el motivo de haber llegado hasta allí, parecía que habían pasado meses desde que lo había obtenido, y tan solo recordaba haberlo ganado en una apuesta contra una amiga. Una amiga de las tantas que solía tener cada noche.

El orondo joven miraba aquella embarcación como si se imaginase lo peor, pero ya que tenía el billete sería absurdo no montar. Así que evitó cualquier pensativo negativo sobre lo que estaba sucediendo en su mente y decidió adentrarse en el lugar.

No lejos de allí había una apuesta y joven de pelo rosado, estaba un poco más delante en aquella cola, y aunque juraría no haberla visto nunca, (ni en la calle, ni en la cama), pensaba que la conocía de algo. Después miró a los que había allí, pero nada, solo ella parecía especial. ¿Qué diantres estaba sucediendo? Pensó al tiempo que iba avanzando para embarcar.

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06/02/2014, 09:31
Cáliban Menrol

Cáliban corría por las calles intentando evitar chocar con la gente, pero esas lentes nuevas aún le hacían sentirse ligeramente mareado- ¡lo siento! ¡perdón! ¡llego tarde! -decía mientras intentaba no llegar tarde. Llevaba tres días alí esperando para poder hacer el viaje hasta Arkángel para poder aspirar a ser miembro de la Orden del Cielo, pero parecía que el destino se lo ponía difícil. Primero le robaron casi todo el dinero y, después, se le rompieron las lentes, por lo que el dinero que le quedaba lo tuvo que invertir en que le hicieran unas gafas nuevas. 

Daba gracias de estar en donde estaba, pues en otros reinos eso hubiera sido imposible.

Cuando llegó a la zona donde hacían filas los viajeros, no pudo evitar un silbido ante la majestuosidad de la Dama. Aún no entendía como podía volar, pero eso era algo que no le importaba, iba a volar como los ángeles.

Cuando empezó a montarse la fila detrás de él, metió las manos en los bolsillos y con la derecha sujetó su billete, arrugado, como queriendo evitar que se lo robaran. Miraba al suelo y respiraba hondo, como si tratara de mantener un ritmo en concreto- relájate, relájate, solo es gente, mucha, pero solo es gente -se decía a sí mismo mientras esperaba su turno para subir a su barco hacia una nueva vida.

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06/02/2014, 12:40
Leon Kriess

El muchacho aguardaba pacientemente su turno en la cola. ...O para qué engañarnos, no tan pacientemente. Una amplia y entusiasta sonrisa delataba su impaciencia por subir a bordo de la Dama. Aunque su atuendo también desentonaba con el de los demás pasajeros, pues constaba de una capa raída que le envolvía por completo a modo de toga, su actitud sí le permitía pasar desapercibido. Trataba de mantenerse en silencio y respetando las normas tanto como le era posible.

Entre tantos vistazos, no pudo evitar fijarse especialmente en algunos sujetos que, como él, o en algunos otros aspectos, desentonaban con el resto.

La primera en la que fijó su mirada fue en aquella hermosa chica que, al igual que él, vestía algunas ropas usadas y raídas. No obstante, debido al poco control sobre sus emociones, rápidamente desvió la mirada hacia donde no debía. Al darse cuenta de esto, o al cruzar la mirada con la chica, Leon se sonrojaría y apartaría la mirada al instante, avergonzado.

Ni lo sueñes, Leon. Demasiado para un chico como tú.

Después se fijó en el tipo que venía corriendo. ¿Cómo podía alguien siquiera plantearse llegar tarde a un evento como éste teniendo un billete? Costaba más de lo que muchos podían ganar en una vida, y él lo sabía muy bien. Con un suspiro, pareció aliviado al ver que lograba ponerse en la cola a tiempo. El joven pelirrojo dedicaría una sonrisa divertida y amigable al tipo si sus miradas se cruzasen.

No parece como los demás. No me importaría tenerlo cerca para hablar durante el viaje.

Finalmente posó sus ojos en aquel que vestía la Cruz de Sangre con orgullo y que le reconocía como Inquisidor en activo. Esto hizo que el muchacho se tensase, y apartase la mirada inmediatamente, haciendo por evitar cualquier tipo de contacto visual con el hombre. Sentía miedo y respeto por su persona, y prefería pasar desapercibido.

Supongo que era de esperar. Un evento como éste debe estar supervisado bajo las mayores precauciones. Pero aún así...

No pudo evitar una última mirada de soslayo hacia el tipo, tratando de encontrar el posible legislador que portase con él, con una chispa de emoción en sus ojos.

Finalmente, con un suspiro, volvió a mirar al frente y avanzó lo poco que le permitía la cola, sujetando con firmeza su billete para una nueva gran aventura.

Eso es. Para eso estaba él allí.

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06/02/2014, 16:42
Inari

Poco a poco la cabeza de Inari se iba despejando. Se llevó la mano a la cabeza. 

Maldita sea - dijo al comprobar que tenía un chichón. No tenía tiempo para averiguar, en ese momento, quién había sido el causante de eso, puesto que notaba un alboroto fuera de lo común. Gritos, chillidos, algo que parecían disparos. 

Se levantó y contempló que se encontraba en lo que parecía un cubículo. Se asomó por la ventana y vio una multitud de gente, mujeres, niños, ancianos y demás, que estaban celebrando algo. 

Inari apartó la mirada de aquellos y la dirigió hacia otro lugar. 

¿Quiénes serán? - se dijo al ver los que subían a este aparato.

De pronto se paró a pensar qué había sido de su hogar, de su querido lago, sus formaciones heladas y de la paz que reinaba en su país.

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09/02/2014, 15:12
Narrador

Os situáis tras una larga cola. Hay un par de revisores a cada lado de la plataforma de entrada, cogiendo los pasajes y dando la bienvenida. También hay guardias por si alguien intenta colarse.

¿Me permite el pasaje? os dice cuando os llega el turno. Al comprobar que todo está en orden, os da la bienvenida

Bienvenido a la Dama, esperamos que tenga un viaje muy agradable.

Entráis por un lujoso pasillo enmoquetado rojo hasta el enorme salón central. Este increíble salón está decorado de un modo lujos y llamativo. Varias estatuas de mármol de conocidos escultores adornan el lugar junto a una carísima moqueta y una gran lámpara de araña en el techo. Hay tres filas de cómodos sillones que dejan paso a dos amplios pasillos laterales.

En el gran salón se encuentran sentados los viajeros. Son un par de decenas de individuos, de los cuales la mayoría son gordos burgueses, jovencitas y niños. Todas las mesas parecen ocupadas, excepto una, en la que no hay nadie.

También hay cuatro soldados. Dos de ellos en las puertas de la entrada y otros dos al fondo, delante de otras dos puertas, recias construcciones de roble tallado.

Notas de juego

Si alguien se quiere entretener en algún punto o necesita una descripción más detallada de algo en particular, que lo pida :)

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09/02/2014, 15:14
Narrador

Las ventanas eran increíbles, ya que te permitían ver todo lo que había fuera, pero aún no conseguías saber dónde te encontrabas. Al mirar a tu alrededor, pudiste observar exactamente en qué cubil estabas.

No era un dormitorio común, no era un catre y un pequeño baúl. Era un lujoso dormitorio, digno del mejor de los hoteles.

En una de las mesas, hay un billete. Al leerlo, ves que el barco donde estás se llama la Dama, pero no es un barco. Es un zepelin. De hecho, estás en el primer viaje en zepelin que se hace, camino a Arkangel.

Escuchas ruido fuera y sales de la habitación. Tras recorrer un pequeño pasillo, sales por una puerta. A tu lado, dos guardias te miran sin decir nada.

Entras en una gran estancia de unos cincuenta metros de longitud por treinta de anchura, decorada de un modo lujos y llamativo. Varias estatuas de mármol de conocidos escultores adornan el lugar junto a una carísima moqueta y una gran lámpara de araña en el techo. Hay tres filas de cómodos sillones que dejan paso a dos amplios pasillos laterales.

En el gran salón se encuentran sentados los viajeros. Son un par de decenas de individuos, de los cuales la mayoría son gordos burgueses, jovencitas y niños. Todas las mesas parecen ocupadas, excepto una, en la que no hay nadie.

Frente a tí, en lo que debe ser el principio de ese salón, hay una puerta de recia construcción de roble tallado donde están entrando más pasajeros.

Notas de juego

Si tienes maletas, están allí, si no, no hay nada tuyo jeje

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11/02/2014, 04:40
Pyros Sedrith

Pyros avanzó por aquel largo pasillo mientras se contemplaba los pies. Continuaba con aquella sensación de dejavu que le hacía pensar que ya había estado allí antes. Pero tenía entendido que los viajes en la Dama no eran algo común, y aún no tenía muy claro si era o no, el primero que hacía. Por eso trató de sacarse esa idea de la cabeza, era imposible que ya hubiera estado allí antes. Pero... ¿esa chica? ¿Por qué le llamaría tanto la atención aquel pelo tan rosado?

Después llegó al salón y echó un vistazo al lugar que se encontró, instintivamente buscó todos los posibles puntos de salida. Seguía con su modo paranoico y saber donde estaban las salidas por si había necesidad de huir, era un detalle que a Pyros no se le escaparía.

Luego contempla la gran lámpara que hay en el centro de la sala, y una imagen se le viene a la cabeza al ver como aquel foco de iluminación se descolgaba y caía sobre los viajeros que había debajo. Volvió a echar un vistazo y pudo ver una mesa libre, afortunadamente estaba lejos de la araña y decidió ser el primero en ocuparla. Sabía que alguien más se sentaría junto a él, el gran salón era amplio, pero quizá justo para albergar a tantos viajeros.

Una vez sentado se quedó observando a los guardias y respiró tranquilo, al menos tenían protección, si algo malo pasaba, ellos se encargarían. Desde su asiento buscó a la pelirrosa, deseaba verla para invitarla a sentarse junto a él. Por alguna extraña razón, sentía la necesidad de conocerla.

 

 

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11/02/2014, 14:26
Evan Dawnguard

Saludó con un gesto de cabeza al empleado que solicitaba mi pasaje, y después se lo mostré sin siquiera despegar mis labios. Avancé a continuación al interior de la nave, cuya entrada daba paso a un pasillo, el cual crucé con paso firme, aunque silencioso gracias a la moqueta. Finalmente llegué al salón central, ricamente decorado e iluminado por una araña que colgaba del techo. Aquel lugar estaba repleto de viajeros, todas las mesas estaban ocupadas, y a penas había unos pocos guardias para un lugar tan abarrotado. 

Miré a todos lados, no veía un solo hueco libre, de modo que anduve a lo largo del salón. Observé a la gente, traté de analizarla, observar en qué ambiente me movía, tratar de recordarlos, o identificarlos. Finalmente me decidí a tomar asiento, como cualquier otro viajero. Me acerqué a una de las mesas que parecía tener algo de espacio, aunque ya estaba ocupada, pero podría sentarme al otro lado. Me acerqué con paso firme y me senté al otro lado de aquel que la ocupaba, soltando mi espada del cinto, dentro de su vaina, y colocándola junto a mi en el asiento.

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11/02/2014, 23:59
Inari

Tras meterse el billete en la mano, Inari salió de ese lugar camino de otro.

Llegó a un salón en donde mucha gente se estaba concentrando. Su intención no era sino saber respuestas a preguntas. Había una mesa libre, pero en vez de ir hacia allá, buscó algún guardia a quien poder preguntarle.

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12/02/2014, 12:21
Cáliban Menrol

Cáliban estaba muy tenso, tan tenso que pensaba que le pararían y registrarían como si fuera a causar un alboroto o algo en el gran primer viaje de la Dama. Cuando dio el billete y le permitieron acceder, hizo un seco cabeceo y pasó al inerior.

El lujo le sorprendió sobremanera, pero tampoco es que le importara muchísimo, porque la gente llamó rápidamente su atención. Mucha gente, muy abarrotado y los que quedaban por entrar. Se pasó una mano enguantada por la frente y la respiración se alteró- tranquilo, solo es gente -se dijo a sí mismo mientras buscaba un lugar donde poder separarse del mundo.

Una mesa casi vacía, con dos ocupantes uno en cada extremos. Optó por acercarse hasta allí y ver si podría sentarse- Disculpen -dijo- ¿les importa que me siente?

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12/02/2014, 23:29
Ariadne Briaero

Tras entregar alegremente su billete al revisor, Ariadne accedió a la portentosa nave. El lujo del interior no desmerecía al del exterior, acorde al de sus pasajeros. Observaba con los ojos muy abiertos las delicadezas con que se regalaba la vista la gente rica: preciosas estatuas, suntuosa moqueta e incluso la gran lampara de araña... todo ello era toda una experiencia para la joven, incluso obviando que todo aquello estaría surcando los cielos en breve.

Finalmente llegó el momento de sentarse, pero las mesas parecían llenas. Todas salvo una, con personajes variopintos. Entonces se percató de que uno de ellos le provocaba un deja vu, por un momento le pareció recordar una voz ronca como del rozar de la madera diciendo buenos días... aunque nunca hubiera pasado. No era momento para ensimismarse en cábalas existenciales, un tercer viajero se estaba sentando ya, sino de coger asiento y disfrutar del evento.

Se acercó a la mesa y saludó alegremente a los allí reunidos - ¡Muy buenas! - para depositar acto seguido sus bultos a un lado y ocupar un asiento libre. - Parece mentira que todo esto vaya a volar... - comentó jovialmente.

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15/02/2014, 17:22
Narrador

Todos se iban sentando, ocupando los lugares libres e intercambiando pequeños diálogos animados y nerviosos. Era el primer viaje de la Dama, muchos sueños estaban depositados en ella.

Sólo había dos hombres que no se habían sentado. Uno, junto a la puerta por la que todos habían entrado, parecía ensimismado con la decoración; su cara de asombro daba pie a esa interpretación.* El otro hombre que estaba de pie estaba en la otra punta de la puerta principal, aquella que debía dar pasos a los camarotes. Se estaba acercando a un guardia y parecía preguntarle algo.

En pocos minutos, se empieza a escuchar un ruido procedente de la Dama

El zepelín comienza a moverse. Primero lentamente y después coge algo más de velocidad. Según se inclina para empezar a ascender, notáis una sensación extraña en el estómago. Desde las ventanas, veis cómo todo comienza a hacerse diminuto. Las casas parecen de juguetes y las personas son como hormigas. La ascensión es una imagen preciosa, y más cuando las nubes salen a vuestro encuentro y pasan de largo por las ventanas.

Cuando el dirigible corrige su posición y vuelve a la horizontalidad, uno de los guardias se adelanta y carraspea para aclarar su garganta

Señores y señoras, por favor, escuchen. Durante una o dos horas, deberán permanecer en el Gran Salón. Podrán ir a sus habitaciones cuando se encuentren completamente habilitadas. Mientras tanto, pueden mirar por las escotillas. El paisaje será increíble. Además, también tienen varios refrigerios y comida que nuestros camareros servirán con gusto

Tras esas palabras el guardia vuelve a su posición inicial. La gente parece tan encantada con el salón que no les importa mucho no poder ir a sus habitaciones.

Notas de juego

Arth, ese eres tú.

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15/02/2014, 17:26
Narrador

Te acercas a uno de los guardias que está junto a la puerta por la que acabas de salir. El hombre, sin moverse de su posición ni alterar su rostro, te mira por el rabillo del ojo. Notas como frunce el ceño levemente; una pequeña arruga le aparece en la frente.

Notas de juego

Ojo, los guardias están a tu lado, que no me lees

A tu lado, dos guardias te miran sin decir nada.

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15/02/2014, 23:52
Inari
Sólo para el director

Oiga, ¿qué se supone que hago aquí?, necesito salir inmediatamente, me han debido de secuestrar - le dije a uno de los guardias en tono hostil debido a mi confusión.

Esto debe de ser una confusión.

Notas de juego

Perdón : (

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16/02/2014, 20:57
Leon Kriess

Ante el reciente anuncio del guardia y el despegue del zepelín, Leon recorrió el Gran Salón bordeándolo de forma en que pudiese asomarse por las escotillas, con una ilusionada sonrisa en sus labios.

Una vez hubo saciado (al menos lo suficiente) su curiosidad con semejantes lujos en el aparato volador, dedicó una mirada general al lugar para buscar asiento. Al observar un sitio libre en una de las mesas, comenzó a acercarse. Conforme lo hacía, fue paseando la mirada entre los que allí estaban. Era curioso, estaban la mayoría de los que le habían llamado la atención en la cola antes de subir al zepelín.

Con un tono de voz jovial y alegre, el joven posa la mano sobre el respaldo de una de las sillas libres, y dice antes de tomar asiento:

-Espero no molestar. Es uno de los pocos sitios libres y aún tenemos que permanecer por aquí. Dirige su sonrisa a los presentes, aunque evitando tímidamente cruzar la mirada con la chica. Esto es increíble. Sólo unas pocas personas podrán disfrutar de una experiencia semejante. ¡Somos afortunados!

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17/02/2014, 00:07
Pyros Sedrith

Pyros asintió con la cabeza a los recién llegados a su mesa. No tenía ningún problema en compartir aquel viaje con ellos, ni tampoco en compartir mesa. De hecho a Pyros le gustaba estar rodeado de gente, preferiblemente de mujeres, pero si aquella iba a ser su compañía, estaría encantado.

Observó uno a uno cómo iban llegando y les devolvió el saludo. Pero no había llegado a presentarse cuando un sonoro ruido interrumpió sus palabras, aquella aeronave comenzó a hacer un gran ruido, estaba claro que iba a despegar. En cuanto llegó ese momento, el corazón de Pyros se aceleró, sería la primera vez que volaba en toda su vida y eso era una sensación nueva para él. Iban a volar como los pájaros, a cruzar las nubes y a ver las cosas desde tan alto que todo parecería insignificante. Se puso muy nervioso y por eso no dijo más. No sabía muy bien qué hacer, ni cómo reaccionar.

Por eso, cuando el guardia se adelantó salió corriendo a mirar por la ventana. Quería contemplar todo aquello y observar lo que estaba pasando allí abajo, se moría de ganas por ver todo desde tan alto. Era una sensación que no sabía si algún día volvería a vivir, debía aprovecharla al máximo.

 

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17/02/2014, 22:40
Ariadne Briaero

El extraño ruido de la nave al ponerse en marcha puso en alerta a Ariadne. Tan buen punto empezó a moverse, no pudo despegar sus ojos de las escotillas. Maravillada con el espectáculo, casi ni oyó al guardia repartiendo instrucciones.

Poco después del pequeño discurso, Ariadne salió disparada hacia una escotilla. Ilusionada con la vista, tardó un rato en asimilar lo que el guardia había dicho. Paisaje increible, refrigerios, comida... Aquel viaje prometía mucho. Y de momento estaba cumpliendo sobradamente sus expectativas.