Partida Rol por web

Kami comenzó a moverse a gran velocidad en el mismo sitio donde estaba. Alternando un pie con el otro con el fin de distraer a su rival. Y entonces cuando lo tenía ya suficientemente cerca colocó sus brazos en el suelo y comenzó a descargar un remolino de patadas sobre uno de aquellos soldados.

Kami seguía en sus trece, cuando todos los soldados estuvieran derrotados podrían negociar con el capitán.

El capitán, al ver cómo Yuudai escapaba de sus ataques sonrió. Se quedó mirando a Kami con admiración por aguantar el ataque de sus guardias, pero decidió no interceder. Ante todo era un capitán y le gustaban los combates uno contra uno.

Garrion atacó de nuevo a un nuevo soldado. Usando los mismos movimientos, bajó su garra con destreza, pero el guardia ya había estudiado los movimientos. Esquivó su embestida con un ágil movimiento y aprovechó para clavar su espada en la pata de Garrion.

Kami comenzó a moverse a gran velocidad y apoyó sus manos en el suelo y, colocando las piernas en cruz, giró, buscando golpear al soldado contra el que luchaba. Pero éste pudo agacharse a tiempo, esquivando todas las patadas de Kami y aprovechando la ocasión para asestarle un cuchillazo que, por suerte, no hizo más que jirones su camisa.

Aenar se arrodilla y dibujó en el suelo un círculo con las manos al tiempo que entonaba una especie de canción. Esperó ansioso, pero no ocurrió nada.

Kami miró su camiseta ahora rajada y se encolerizó contra el soldado. Le miró de arriba a abajo como buscándole su punto débil. Y tras aquella rápida inspección dio un pequeño salto y lanzó una patada voladora contra su rival.

Aenar se sentía frustrado. Ahora mismo no servía de nada, el único que hacía algo interesante era su amigo mecánico, el cual empezaba a recibir daños interesantes, así que en lo que empezaba a concentrar energía para curar a alguno de sus compañeros dejó que Garrion siguiera atacando al soldado con el que se estaba enfrentando.

Linette no lo duda y se acerca a su comapñero herido meintras le dice:

- No te preocupes, creo que puedo hacer algo con tu herida

Coloca las manos juntas apuntando a su compañero para concentrarse y pronunciar las palabras de poder 

Garrion ruge y se lanza de nuevo a por su enemigo, que ya estaba esquivando su ataque. Dio un salto cuando Garrion descendió su garra y giró sobre sí para tomar fuerza para el estocazo que le dio en el antebrazo del dragón. El corte no había sido nada profundo, quedando en un leve arañazo.

Kami siguió con su danza de combate. Esta vez dio un salto para golpearle con el pie, pero le golpeó en el brazo y a penas le hizo daño.

Linette estaba ya junto a Yuudai y usó su magia para sanarlo. Sus heridas cicatrizaron de manera inmediata y Yuudai ya estaba dispuesto a luchar de nuevo. Con un gesto rápido, hizo que sus armas chocaran entre ellas y se lanzó al combate. Se produjo un terrible enfrentamiento entre ambos combatientes. Las estocadas bailaban a la par de sus pies. Sus cuerpos giraban, saltaban o lo que hicieran necesario para esquivar los golpes del rival. Pero el capitán tenía las de perder. Yuudai atacó con sus dos armas a la vez. Una descendió al tiempo que la otra ascendía. Sadler no supo reaccionar y, antes de que se diera cuenta, tenía dos cortes profundos en cada hombro.

Kami empezaba a dar muestras de cansancio, en su rostro se podía apreciar una fina y brillante película de sudor debido a los movimientos rápidos y constantes que tenía que dar para poder lograr acabar con los guardias.

Por mucho que miraba a sus compañeros o que trataba de vencer a los soldados, el capitán Sadler se negaba a rendirse ni a permitirles tomar el control del zeppelín. A pesar de ello, el rápido luchador continuó lanzando patadas y puñetazos contra el soldado.

Seguía concentrado en lo que Garrion seguía jugando con el soldado que tenía en frente. Entre pasos y sacudidas de esa enorme mole mecánica parecía que fuera a destruir parte de esa sala, pues la verdad es que era algo bastante grende y pesado.

La nave seguía cayendo y eso lo demostraban los cadáveres que se deslizaban hacia el fondo de la sala, dejando un rastro de sangre y vísceras a su paso. El combate estaba resultando cansado debido a que no sólo había que combatir, sino que debíais mantener el equilibrio al mismo tiempo.

Yuudai seguía combatiendo con fiereza contra el capitán. Parecía que la curación que le había hecho Linette no sólo le había curado las heridas, si no que le habían dado fuerzas para combatir con alguien que parecía más experimentado que él. Así que volvió a mover sus armas con una facilidad asombrosa. Su espada cortó el muslo de la pierna izquierda del capitán, pero la daga no dio en su objetivo, aunque las heridas de su rival ya eran preocupantes, pues no dejaban de sangrar.

Kami era el que más cansado se veía. Sus ataques eran más débiles, aunque seguían siendo rápidos. Y lo demostró con una patada baja a la pierna derecha del soldado, que no supo preveer y le dejó incapacitado para contraatacar.

El soldado que luchaba contra Garrion estaba demostrando más confianza, pues había esquivado los ataques del dragón sin problemas y él estaba consiguiendo herirle. Así que volvió a atacar con fiereza, apuñalando la pierna del dragón. El rugido de Garrión ante esta nueva herida hizo que el soldado se estremeciera y se quedara paralizado; ocasión que no desaprovechó el dragón. Golpeó con fuerza con sus garras, desgarrando su pecho. El soldado grita de dolor, pero aún se mantiene en pie, dispuesto a seguir luchando.

Linette viendo como estaba la situacion mira fijamente el timon y dice:

- Nos caemos, no podemos seguir asi, moriremos todos

Asi pues aprovechando que sus compañeros distrian a los atacantes trata de pasar corriendo para dirigirse al panel de control y tratar de hacer que la nave no caiga, tratar de levantarla al menos

Kami cada vez estaba más agotado y cada vez veía menos esperanzas en aquel combate. Dando una voltereta lateral se acercó lo más que pudo a un nuevo soldado. Su nuevo enemigo estaba haciendo un daño bastante serio al dragón, así que quiso ayudarle y para ello alzó su pierna tratando de golpear con toda la fuerza de ésta y con la dureza de su talón.

Garrion seguía obcecado con el soldado, si terminaba con él podría dirigirse hacia el que parecía el capitán.

Aenar, por su parte, había conseguido acumular la suficiente energía mágica, y con un murmullo y haciendo unos gestos, su cuerpo de vagabundo brillo de nuevo y pareció, durante un segundo, que estuviera envuelto por una capa de cristal. Tras esto, pareció que volvía a concentrarse, como al principio, intentando centrarse en sus conocimientos para poder hacer algo para salvar a sus vidas.

Garrion volvió a atacar con sus poderosas garras. Golpeó con ambas. El soldado saltó se agachó, esquivando sus afiladas uñas a tiempo. En cambio, el guardia aprovechó para clavar su espada en la mano del dragón, que gritó de dolor.

Yuudai volvió a moverse. Se agachó para evitar una embestida del capitán y levantó su espada y su daga. Se las clavó en el pecho. El capitán abrió los ojos con sorpresa y unas gotas de sangre aparecieron por la comisura de su labios. Cuando Yuudai quitó sus armas, el cuerpo del capitán se desplomó en el suelo.

Kami saltó hacia atrás y, con un giro tremendo evitó a un soldado y golpeó en la espalda al que luchaba contra Garrion.

Aenar convocó una poderosa barrrera alrededor de su cuerpo, protegiéndole de posibles ataques.

Linette se acerca al timón, donde está el capitán de la nave agarrado con fuerza.

Al acercarte al timón, compruebas que está bloqueado. Según parecen indicar los paneles, el probelma parece hallarse en la sala central de máquinas. En los tableros aparece perfectamente explicado que desde allí se controlan las entradas de toda la nave. Y la sala central de máquinas está sellada en esos momentos, así que convendría abrirla.

Linette observa el timon y los controles y desde esa posicion se gira y dice:

- Sabeis que no hemos sido nosotros los que han saboteado el dirigible, tenemos que ir a la sala de maquinas, alli podremos hacer que no caiga la nave.

Ahora dirigiendose a todos:

- Tenemos que parar esta lucha sin sentido, como no paremos y colaboremos moriremos todos

-Tienes razón, pero son ellos los que empezaron a atacar -dijo Aenar mientras seguía intentando concentrarse para ver si conseguía invocar algún tipo de ser que tuviera la capacidad de volar, ya que a ese paso les iba a hacer mucha falta.

Mientras tanto, Garrion seguía empecinado con el soldado, pues aún no había recibido ninguna orden que le dijera que parara.

Con el capitán de la guardia muerto, Kami relajó su postura con la esperanza de que sus enemigos dejaran de atacarles, pero cuando vio que aún continuaban tratando de deshacerse de ellos, dio un gran salto para tratar de encajar una patada en forma de arco a uno de los soldados que aún se negaban a rendirse.