Partida Rol por web

Una Sombra en los Sueños

El viaje de La Dama

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25/04/2012, 00:10
Heimer Magmeld

Solo me da tiempo a avanzar un poco, cuando desde el umbral del arco principal a la entrada del salón de invitados escucho una voz profunda a mis espaldas. Casi dando un tumbo me giro a recibirla, pues me invita a ayudarme.

Casi doy un traspiés cuando descubro al hombretón en frente de mí. Sumado a su tamaño, su voz lo hace imponente, y ciertamente, es muy guapo. De una belleza que, ahora que no está de espaldas, no te puedes liberar.

Mi boca se entreabre, y estoy seguro de que quiere decir algo, pero mi pecho se encoge por la impresión. Y así noto que pasan dos segundos cuando escucho al revisor tras nosotros, invitándome a entrar y a dejar allí mismo el equipaje. Entonces salgo de aquella enajenación mental.

No me doy cuenta hasta entonces de que las maletas y el baúl ya estaban en el suelo. Probablemente las dejé caer cuando me quedé petrificado ante aquél señor, así que ahora me toca disculparme. Noto la sangre latir en mi pecho, y calor en las mejillas.

¿Me he sonrojado?

- D...disculpadme, supongo que los revisores pueden hacerse cargo. Muchísimas gracias, en cualquier caso- me dirijo a él mirándole a los ojos y me inclino levemente como símbolo de gratitud, con la mano diestra tras la espalda y la izquierda estática en el vacío frente a mí. Es un símbolo que mi padre acostumbraba a hacerle a sus contrincantes en los duelos.

Después le vuelvo a mirar, aún sonrojado, y recuerdo la mesa que el regidor me ha citado.

- ¿Os parece si entramos?- invito al hombretón.

 

"Bienvenido a la Dama" Heimer... Desde luego no empiezas con muy buen pie en lo que a elocuencia y elegancia respecta...

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25/04/2012, 09:01
Mutombo

-¿Os parece si entramos?- Me invita el joven aristocrata.

-Si. Respondo.

Una vez localizo la mesa que me toca sentarme, veo que es la misma del joven aristocrata, y tomo asiento, no estoy muy comodo ya que la mesa esta pensada para una persona de talla media, y a mi me queda algo pequeña, no es la primera vez que me pasa, ya estoy acostumbrado.

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25/04/2012, 09:19
Heimer Magmeld

Entro acompañado del caballero de enorme estatura y me siento en la misma mesa. En el camino me percato de que no hemos pasado desapercibidos. Intento no levantar mucho la mirada y coloco mis manos sobre la mesa.

Después me dirijo hacia él, frente a frente.

 

- Mi nombre es Heimer; Heimer Magmeld.- me presento con una tímida sonrisa.

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25/04/2012, 09:23
Mutombo

-Mi nombre es Mutombo.

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25/04/2012, 13:05
Daelire Hellmekia

-No estaba comiéndome al revisor con la mirada...-le digo por lo bajo a Yreth mientras me sonrojaba hinchando los mofletes al acabar la frase. Al intentar alcanzarle escuché que a un tal Magmeld le decían que su habitación es la número 22 y me giro para mirarle. Era un hombre muy bien vestido que tenía una gran cantidad de maletas. Yo en cambio tenía una triste mochila. Justo a su lado pude ver a aquel hombre altísimo que me había parecido amable y me quedé mirándole <De lejos no se le veía tan guapo> pensé mientras observaba sus ropajes <¿piel? es algún tipo de nómada o salvaje>volví a pensar pero me sonrojé de nuevo al notar que su ropa era algo escasa. Le di la espalda no sin antes escuchar lo que decía el revisor y loss nombres de ambos  <Heimer y Mutombo.... están en la mesa 5... ¿qué mesa nos habrá tocado?>pensé mientras alcancé a Yreth -¡Hey!- dije poniéndome delante de él -Parece que tenemos banquete antes de ver nuestras habitaciones, ¿vamos a ver cual es nuestra mesa?- dije sonriendo inocentemente aún un poco sonrosada...

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25/04/2012, 19:28

Estaba casi al final de la cola de subida, y después de un rato, por fin parece que me tocaba pasar adentro. Tenía ganas de ver aquel trasto ñpor dentro, si era tan impresionante como por fuera tendría que reconocer que lo había subestimado por completo. Cuando sólo quedan un par de personas por delante de mi escucho las intrucciones del revisor.

Llega mi turno. Dejo mi bolso de mano en el sulo y saco de un bolsillo de mi pantalón la invitación. La ojeo antes de darsela, sólo unos segundos, y entonces alargo la mano hacia el chico.

- Hola, aquí tienes. - le digo mirandole a los ojos.

Observo atentamente. e sjoven, no de muy buena familia por lo que se ve y algo tímido, ya que no me devuelve la mirada directamente. Se le ve tranquilo, como cansado del mismo trabajo siempre. ¿me cansaré yo alguna vez de mi vida? No lo creo... Pienso mientras doy los primeros pasos hacia el ointerior.

Ya dentro, me dirijo acia mi mesa. Cojo el bolso con las dos manos para no molestar a la gente de alrededor ni golpear a nadie. Busco con la mirada y encuentro la mesa que me corresponde enseguida. En ella, ya hay varias personas acomodándose. Un hombre de alta cuna se sienta algo sonrojado en uno de los asientos, mirando al vacío, pensativo. Cerca de él, un hombre enorme, de una constitución asombrosa y hermoso como no abía visto hace tiempo. Parece de rasgos sosegados, de mirada tranquila y paciente.

Recuerdo como una de mis hermanas y yo jugabamos de más pequeñas a observar a la gente y adivinar sus vidas, sus pensamientos, su carácter y sus emociones. Aún lo sigo haciendo cuando viajo sóla, es mi forma de pasar el rato.

Me adelanto un poco más a la mesa.

- Hola. Parece que voy en esta mesa también. - les digo como saldo y me siento al lado del hombre enorme y enfrente del que parece bien avenido. Dejo mi bolso a un lado cerca de mi, donde pueda cogerlo si lo necesito.

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26/04/2012, 01:40
Heimer Magmeld

En unos minutos mi mesa se ha llenado de extraños. Frente a mí se encuentra Mutombo, el enorme hombretón de piel oscura extremadamente guapo, tras él ha llegado una pareja extraña, con rasgos orientales, y por el acento deben ser de Phaion, la segunda costa de comercio. Por último una chica muy corriente, demasiado corriente incluso, pero bastante guapa.

Noto el calor en las mejillas, pero pensándolo bien, no es vergüenza lo que siento. Acabo de percatarme de que este sentimiento es más parecido a la envidia. A la envidia y a la atracción unidas. Un hombre así hace que otro como yo destaque por sus defectos, y colocándose en frente no hace más que resaltarlo. Me consuela únicamente saber que casi todos en esta mesa son igual de normales que yo.

Pero por qué me preocupo de esto.

Echo un vistazo a la sala y acierto a comprobar que las mesas están dispuestas en filas bien organizadas. Todas repletas de gente adinerada en su mayoría. Distingo algún aristócrata conocido en Chaville, y un escritor de La Roche que una vez hace un tiempo dio una conferencia en el Teatro Real. Le acompaña una Diva, hermosa y escultural.

Los nervios por este absurdo viaje han hecho mella en mí. Quizás debería sentirme halagado por encontrarme ocupando un asiento de lujo cerca de unos completos extraños igual de afortunados, pero no es así. Daría lo que fuera por estar en mi casa, tranquilo, y sin embargo aquí estoy...

- Mi nombre es Heimer- me presento dirigiéndome al grupo que parece ya completar la mesa.

Por fin noto que el calor en las mejillas se rebaja. Creo que he recuperado mi tono pálido habitual.

Observo que la última chica que se incorpora deja su bolso al lado, lo que me recuerda que mi equipaje va de camino a la habitación 22.

Tengo que grabarme a fuego ese número

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26/04/2012, 02:54
Yreth

-No recuerdo haber escuchado que mesa era la nuestra…- Dice Yreth pensativo. Observa el comedor y a sus ojos vuelve la viva imagen de los poderosos y adinerados luciéndose ante las pocas personas normales que logra atisbar.

No muy lejos de su posición observa como un hombre de tez negra a pesar de estar sentado resaltaba por su altura y no únicamente por ello… Se queda un rato mirando embobado, mas logra recuperar sacudiendo la cabeza negativamente.

- No importa…- logra proferir finalmente - ¡mira, allí!...- señalaba donde antes había estado mirando.

Sin esperar a Daelire avanza hasta aquella mesa.

-Hola…-esboza una media sonrisa mientras dirige ese único vocablo a los integrantes de la mesa, mientras sus ojos heterocromos observan a cada uno de ellos durante unos segundos. Separa la silla más cercana y espera que Daelire se siente en ella. Luego se acomoda en la contigua, quedando entre Heimer y Daelire.

Una vez conforme en la silla dejando a sus pies la bolsa de viaje, comenta.

-Bueno, supongo que toca presentaciones-Seguia manteniendo su media sonrisa, algo característico en el muchacho. - En fin,… Mi nombre es Yreth…- No añadió nada mas, había oido mientras se acercaba a Heimer decir su nombre, pero suponía que este volvería a presentarse.

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27/04/2012, 10:59

Una vez que todos habéis tomado asiento, las puertas que daban al exterior de La Dama han sido cerradas.

Al poco tiempo podéis notar como el dirigible comienza a despegar, los que se han atrevido a mirar por las ventanas quedan totalmente sorprendidos por la ligereza con la que este titán se eleva , como llamado por el mismo cielo.

Al cabo de pocos minutos, cuando el dirigible se encuentra a una altura estable, podéis ver como seis guardias irrumpen en la gran estancia, colocándose cada par, delante de toda salida posible de la zona. (Estáis en las mesas de la zona 8)

 

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27/04/2012, 11:52
Guardia

Lamentamos comunicar a los pasajeros que no se les permitirá la salida de esta estancia hasta que los camarotes se encuentren completamente habilitados dentro de unas horas, a excepción de "necesidades privadas".

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27/04/2012, 12:33
Heimer Magmeld

Tras las presentaciones, cuando por último llega un chico con un ojo de cada color (un caso que nunca había visto en persona) y pasan unos minutos que parecen eternos porque nadie dice nada, me doy cuenta de varias cosas.

El tal Yreth y la chica son algo más que amigos, aunque a juzgar por su actitud o se lo tienen muy callado o tampoco llegan a ser novios. Mutombo tiene mucha clase, y es guapísimo, pero a mi parecer no deja de ser un salvaje. Y la mujer, la del bolso, que ni siquiera se ha presentado, bueno... ¡Ni siquiera se ha presentado! Así que esto es de lo más incómodo.

Miro por una de las vidrieras y abro bien los ojos. La Dama está despegando. Es sutíl, pues no he notado hasta ahora el cosquilleo, y en pocos minutos estamos a una altura considerable.

Lo único que no me cuadra es la intromisión de los guardias. En un dirigible de tanto prestigio, ¿qué hacen seis guardas armados bloqueando las puertas?

Se supone que tenemos acceso al baño por las burdas palabras del guarda, así que garraspeo un poco y me levanto de la mesa para dirigirme al baño. No es que tenga especial gana de ir, pero esta situación es extraña. En los eventos sociales de Chaville los guardas no entran en las salas, se quedan fuera. Aquí lo han hecho al revés. Me pregunto por qué.

Camino hacia el guarda que bloquea la puerta y me detengo frente a él.

- ¿Podríais cederme el paso buen hombre? He de ir al baño...- digo mientras le miro a los ojos.

 

Notas de juego

¿Los guardas de seguridad son agentes de Gabriel? ¿Podemos notar alguna diferencia a la hora de hablar en el que nos ha "encerrado"? (La melodia afrancesada, o el tono gabrielense vaya)

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27/04/2012, 13:55
Guardia

Puedes ir, pero irás escoltado.

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27/04/2012, 14:14

El guardia que te ha hablado, hace un gesto con la cabeza a su compañero para que sea él quien te siga y te guíe al servicio. De camino al servicio, puedes ver a dos militares al final del pasillo discutiendo con bastante nerviosismo por parte de uno.

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27/04/2012, 15:52

Camino entre las mesas  parandome de vez en cuando a contemplar alguna cosa que me llame la atención  de entre la gente noble, Finalmente aburrido de lo ocurrido voy hay un hueco libre  que veo en la mesa.

--- Con permisoo......- digo mientras me siento en la misma mesa que los demas.

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27/04/2012, 17:33
Daelire Hellmekia

Al sentarme en la mesa tras Yreth quedé muda al ver de cerca al hombre que dijo llamarse Mutombo, al darme cuenta de que no me había presentado volví en mi. -Creo que no me he presentado, mi nombre es Daelire- digo sonriendo tímidamente. Me fijo que aún queda una silla libre en la mesa y rápidamente miro a mi alrededor, todas las mesas estában llenas <¿Habrán entregado menos entradas de las que debían o falta gente?>pensé Entonces veo a un chico en pie que se acerca y se sienta en la silla. -Daelire- digo sin mirar directamente al chico -...me estaba presentando, me llamo Daelire...- digo mirándole. Entonces Los guardias irrumpen en la estancia y dicen que no podemos salir de la sala excepto para ir a los lavabos <¿Quieren obligarnos a comer?> pienso mientras vuelvo a hechar una mirada a los rechonchos burgueses de algunas mesas <No creo que sea eso...¿entonces?
Heimer se levanta y va hacia los guardias. <¿Irá a preguntar que pasa?, bueno...>digo intentando no pensar en eso <Tengo que disfrutar de mi banquete de cumpleaños> pienso alegremente. Me doy cuenta de que la otra chica que se sienta a nuestra mesa no se ha presentado y la miro con curiosidad. 

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27/04/2012, 20:03
Heimer Magmeld

Creo que he oído bien cuando me dicen que iré escoltado al.. bueno, al lavabo. Realmente esto no es simplemente inusual, suena a ratonera. O bien hay algo que nos ocultan, o bien el que debería ser cauto soy yo.

Me fijo, mientras camino pensativo tras el guarda, en otros dos que parecen discutir, y aprovecho la oportunidad para intentar oir algo más; dejo caer el pañuelo que llevo en la solapa del traje y me agacho a recogerlo poniendo atención.

 

 

- Tiradas (1)

Motivo: Advertir

Tirada: 1d100

Resultado: 55

Notas de juego

55 + 10 (65 advertir)

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27/04/2012, 23:09
Guardia

Vamos camine, debo volver a mi puesto.

El soldado te apremia para que hagas tus necesidades lo más rápido posible.

Notas de juego

No has conseguido oir nada, solo ves como se alteran un poco mas.

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28/04/2012, 02:05
Heimer Magmeld

Tras las rudas palabras del guarda me apresuro y procuro ser ágil a la hora de entrar al servicio. La verdad es que quizás esté dándole a todo más importancia de la que tiene. Lo mejor será volver a la fiesta y procurar disfrutar un poco de esto. Aunque eso sí, este guardia es un maleducado.

Salgo del baño y me dejo guiar de vuelta por el guardia, aunque le dedico una mirada de desdén antes de seguirle de nuevo.

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29/04/2012, 13:46

Parece que la mesa ya está llena del todo. Hay algo de ajetreo en la sala y los guardias no parecen ni muy amistosos ni tranquilos. Algo está pasando. No nos edjan movernos nisalir a otras salas. Observo cada movimiento, curiosa, para intentar captar algo de lo que pasa.

La chica de la mesa no deja de mirarme, como esperando algo. NO me gustan las presentaciones. Pero creo que en este caso voy a tener que hacer una escepción. La miro a los ojos y la sonrio.

-  Me llamo Abie, si es eso lo que estás esperando. - Sigo sonriendola y miro hacia los demás de la mesa. Entonces dirijo de nuevo mi mirada a los guardias y a la gente de los alrededores, a las puertas de salida y a las distintas mesas.

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29/04/2012, 22:08
Daelire Hellmekia

Cuando la otra chica, Abie se presentó le respondí con una amplia sonrisa y automáticamente miré al chico que acababa de llegar, me dio la impresión de que era algo joven pero no quise preguntar y parecer una curiosa, parecía un chico de pocas palabras pero esperaba ansiosa a que se presentara, así sabría el nombre de todos los que se sentaban conmigo en aquella mesa. No podía frenar del todo mi curiosidad y por más que lo intentaba no podía apartar la mirada del nuevo integrante, <¡Cotilla, más que cotilla!> decía una voz en mi cabeza.
Algo distrae mi atención, en la entrada de la sala Aparece Heimer escoltado por los guardias pero no parece muy contento <¿Le habrán tratado mal?>pensé. Cuando Heimer está cerca de nosotros me atrevo a preguntarle -¿Los guardias son amables?...- con una pequeña sonrisa que no expresa felicidad sino más bien resignación y algo de temor. No me gustaba estar vigilada y menos por los guardias de Gabriel, me daban mala espina.