Partida Rol por web

Yo no necesitaba mirar para saber que no podía pagarlo, pensé en dormir al raso como muchas veces había hecho, pero el ofrecimiento de Heimer me alegro.

Me acerque a el en un momento por la espalda posando mi mano en su hombro.

-Muchas gracias, Mutombo te retornara esta deuda en cuando le sea posible, tu tener la palabra de Mutombo.

Muy bien, podéis usar las habitaciones 1 y 2 del primer piso, y la señorita el 5, la primera del segundo piso. Pasaré en un momento a dejaros ropa mientras os aseáis. 

Acto seguido, Miriam desaparece en las cocinas.

- Muchas gracias Miriam - Le dije con una sonrisa. Entonces me volteé para ver a mis compañeros y con un gesto de amabilidad les dije. - Porfavor, pasen. Primero las señoritas por eso. - Y volví a sonreír.

Zahariel mira a sus compañeros de naufragio y les comenta.

- Pues en un rato nos veremos aquí mientras cenamos, tal vez sea un momento de descanso donde poder conocernos mejor y al menos mitigar nuestra soledad. – comenta el Daevar mientras saluda a todos y tras dejar en manos de Heimer la mitad del pago que hay que hacer a Miriam, cuando se pone en marcha a su habitación recuerda una cosa. Mira a Yreth. – Maese Yreth, ¿no tendréis a mal compartir habitación conmigo, mientras Heimer y Mutombo comparten la otra? – comenta mientras espera una respuesta de este.

-Muchas gracias Miriam.

Giro la cabeza hacía mis compañeros.

-Por mi bien, ¿quieres ducharte tu primero, Heimer?.

- Nah tu primero. Yo ya me ducharé luego. - Le sonreí.

-Por lo que veo no parece ser necesaria mi aceptación…- comenta al ver que tanto Heimer como Mutombo ya parecen satisfechos con el reparto.- Pero por supuesto no habrá ningún problema- Acaba la frase cincelando en su rostro una sonrisa sincera, casi hasta inocente. Pero la realidad era que aquella proposición le causo algo de gracia y algún pensamiento paso por su mente.

Cuando parece que comienza a moverse, el muchacho detiene su pie y comenta:

-Por favor, si deseas ducharte hazlo primero, me gustaría primero recorrer…. las instalaciones.- Dicho esto ultimo, sin aceptar replica alguna se dirige hacia la habitación que le pertenece. Únicamente quería ubicarla, en pocas palabras hacerse un mapa mental del lugar.

-Muchas gracias, Heimer, Mutombo no tardara mucho.

Sin mas espera, me dirijo hacía la habitación, me pego un ducha de la que disfruto mucho y vuelvo junto a mis compañeros.

Visto que todos se han hecho a la idea de quedarse a dormir en la posada sin tan siquiera importarles que Heimer y Zahariel corrieran con todos los gastos me resigno a ello. Odiaba deber favores a la gente por ello no me importaba dormir a la intemperie pero al ver que incluso Yreth parecía cómodo con la decisión resoplé y me quedé callada viendo como ellos hacían sus planes. Cruzada de brazos vi como Mutombo desaparecía de la habitación y seguidamente lo hacía Yreth y entonces me giré hacia Miriam y tras sonreír ligeramente le hablé.
-Los baños están en las habitaciones... ¿verdad?- recordaba como en el templo todos los discípulos del viejo compartían un baño común y la idea de que aquí pasara lo mismo me daba pánico y aunque la pregunta podría parecer algo tonta necesité hacerla. Miré de reojo a los que seguían en la sala y volví inmediatamente a Miriam para escuchar su respuesta. Solo pensaba en relajarme y dormir... si es que podía.

Cuando Mutombo terminó de ducharse yo estaba preparado para ir dentro. Al terminar de ducharme y me puse la ropa. - ¿Vienes a comer algo Mutombo? - Le dije mientras salía por la puerta y picaba a la puerta de los otros compañeros. - ¿Estáis listos ya? - Les dije a través de la puerta.

-Si, comamos algo.

Si señorita Hellmekia, los baños son individuales, no se preocupe y dese prisa, la cena estará servida en pocos minutos! 

Grita la posadera desde la cocina.

Sonrío ante la respuesta de la posadera y sin más preámbulos subí a la planta 2 para ver la habitación y darme un baño. Estaba ansiosa por probar aquella cama, hacía tanto que no descansaba en condiciones que apenas podía esperar, una vez me diera el baño y cenara iría directa a descansar, o al menos ese era mi plan cuando subí las escaleras y entré por la puerta de la habitación 5.

¡La cena está lista! -grita la posadera-Venid al comedor.

A medida que bajáis las escaleras y os encamináis al comedor, un agradable olor empieza a envolveros. 

Cuando llegáis a la mesa, veis una mesa redonda, bastante grande, con 6 sillas bellamente talladas, y sobre la mesa, un grandioso banquete que consta de 3 tipos de ensalada, pollo asado, patatas rellenas, sopa de pollo para el frío, algunas minucias varias para picar, y el plato principal, estofado de carne.

Sentaos y disfrutad de la comida, el estofado está hecho desde una receta familiar, que ha sido heredada desde hace siglos, espero que sea de su agrado.

Cuando hube salido del baño escuché la voz de Miriam llamándonos a comer. Me sentí como en una casa familiar, como cuando la madre llama a sus hijos para que bajen a comer. Me dispuse a vestirme cuando recordé que Miriam había dicho que nos iba a deja ropa en las habitaciones más había ido a hacer la cena antes de hacer cualquier otra cosa. Como no tenía más ropa me puse la misma con la que llegué al pueblo. En ese momento, tras darme un baño, mi vestido azul se me antojó un harapo sucio y maloliente pero me embutí en él sin prisa para poder bajar al comedor, estaba hambrienta. Nada más salir de mi habitación me llegó el agradable olor a comida casera y muchos recuerdos agradables se agolparon en mi mente. Empecé a bajar las escaleras cuando me acordé de que Yreth debía estar dando vueltas por la posada investigando el lugar y me entraron ganas de hacer lo mismo. El lugar no parecía muy grande pero la curiosidad es la curiosidad.
Cuando llegué al comedor, me encontré con una mesa repleta de manjares y no pude evitar mirarlos con la boca semiabierta. La boca se me hizo agua nada más entrar por la puerta.

-Sentaos y disfrutad de la comida, el estofado está hecho desde una receta familiar, que ha sido heredada desde hace siglos, espero que sea de su agrado- dijo Miriam al verme entrar
-Gracias...- dije tras mirar a mi alrededor esperando ver a mis compañeros. Me senté tan rápido como pude en la mesa, por un lateral y disimuladamente cogí un mendrugo de pan para acallar el hambre hasta que los demás llegaran.

La cena ya estaba lista y Heimer estaba de lo más feliz. - ¡Venga chicos a cenar! - Que buena pinta hacía todo. Nos sentamos y empezamos a comer con entusiasmo. - Felicidades Miriam ¡está buenísimo - Dije mientras comía.

Zahariel había disfrutado de la ducha/baño como nunca. El viaje, las emociones y la situación habían echo que acumulara una cantidad enorme de estrés. El alivio y la relajación que sintió durante el baño ayudo a mitigar ese estrés. Para cuando dieron el aviso de la hora de cenar, se había cambiado y acomodado en la habitación. Por lo que tardo un poco en alcanzar la planta baja y sentarse para disfrutar del banquete. La observarlo se quedo mudo de asombro.

- Lady Moonflow, ¿pero que es esto? – pregunto mudo de asombro. – Esto parece el banquete de una familia noble en plenas festividades. No se ni por donde empezar. Esta todo que huele de una forma deliciosa. – comenta mientras comienza a ponerse un poco de todo y disfrutar de cada manjar que entra por su boca. Mirando a sus compañeros asiente a una idea propia. – Creo que esto merece un plus para ayudar a Lady Moonflow con la criaturilla que nos visitara pronto. Por Clarise y su madre. – brinda de forma clara y energica.