Partida Rol por web

Les despertó el traqueteo. Abrieron los ojos notando una leve sensación de mareo y confusión. Lo último que recordaban era la punción en la columna vertebral. Ahora estaban un espacio en movimiento. Cuando la vista se acostumbró al entorno de color plomizo se dieron cuenta de que iban a bordo de un carruaje. Las ventanillas del mismo estaban cubiertas por un grueso y pesado terciopelo.

Iban solos, sentados uno frente al otro, aunque se sorprendieron de ver su aspecto. En lugar de las ropas normales ahora vestían atuendos antiguos. La simulación ¡estaban dentro! No pudieron dejar de desconfiar de sus sentidos. Todo era perfectamente real. ¿Y si aquello era una monumental broma y estaban de verdad en un carro de caballos en algún lugar de la Isla? Después de todo aquello era perfectamente posible ¿o no?

Chris parpadeó dos veces y se miro a ver como iba vestido. Traje de corte victoriano, abrigo, una gorra en el asiento junto a él, un bastón apoyado al lado de la gorra... Se palpó los bolsillos a ver qué llevaba* y luego apartó la cortinilla para mirar por la ventanilla del carruaje. -Vaya, tengo que decir que es el mejor juego que he probado. Aunque espero que se haga algo más que viajar en un carruaje, de lo contrario sería un coñazo y un desperdicio de recursos. ¿Como lo lleva amigo? Por cierto me parece que no nos han presentado adecuadamente. Soy Chris- le tendió la mano a su compañero de juego...

Al apartar la cortinlla la tenue luz del amanecer atravesó la penumbra del interior del carruaje. A través de la ventanilla podían ver un camino abrupto, que corría paralelo a unos impresionantes acantilados contra los que rompía un fiero oleaje invernal. El viento arrastraba una escasa llovizna procedente del cielo encapotado de nubes. El carruaje llevaba buen ritmo y parecía ir descendiendo. Oyeron la voz del conductor, aunque no alcanzaban a verlo:

- Ea... Yeeeeh... cuidado Princesa, que no queremos partir una rueda ahora que ya llegamos. Eah.... eso es bonita.

Brotzman frunció el ceño y luego abrió ampliamente los ojos, tratando de enfocar la mirada y procesar lo que estaba sucediendo.

- Joder... - fue su primera reacción mientras se miraba los brazos y toquiteaba con un dedo cautelosamente, casi como si fuese a atravesar su cuerpo como en esas películas antiguas.

Parecía real pero no podían estar ahí.

- Oh, Todd. - respondió al saludo de Chris mientras estrechaba ligeramente la mano que le tenía su compañero. - También es mejor que cualquier fármaco que haya probado.

Sonreía mientras miraba por la ventaba, como si sus últimas palabras estuvieran al mismo nivel que el gusto por los videojuegos del otro.
 

Chirs respiró hondo. -¿Sabe lo que más me llama la atención? El olor. Ningún juego huele, este sí. Huele a salitre del mar- se llevó la manga a la nariz y miró hacia arriba mientras levantaba un pulgar -¡Eh! No sé quién ha programado mi perfume pero le felicito, me tienen que decir la marca cuando salga de aquí.

Se reclinó en el asiento preguntándose como es que había asumido que le estaban observando "desde arriba" pero luego cayó en la cuenta de algo. -¿A donde vamos?- Se asomó a la ventanilla y el aire marino le atizó en la cara -¡COCHERO! ¿Donde estamos?

El cochero abrió la estrecha portezuela que comunicaba el frontal cercano al techo del carruaje con el pescante desde el que guiaba los caballos. Se asomó el rostro rubicundo de un joven vestido como correspondería a un palafrenero de época, pero denotando cierta categoría a tenor de su sombrero de copa, en lugar de una simple gorra.

- Estamos llegando a Seamouth, señor. No falta más que descender la senda del acantilado. La casa que el señor Hollys les ha alquilado se encuentra justo a la entrada del pueblo. No más de diez minutos falta para la llegada caballeros. Espero que hayan descansado bien, está amaneciendo y llegamos a la hora exacta.- dudó un momento antes de añadir con una sonrisa orgullosa - ¡Sin retraso!

Todd seguía maravillado por el realismo del entorno, el carruaje, el cochero... no quería ni imaginarse cuando salieran al exterior.

- ¿El señor Hollys? ¿Casa alquilada? - preguntó a Chris ligeramente extrañado. - Parece que ahí afuera se han olvidado de explicarnos alguna cosa...

Él también había señalado hacia arriba cuando se refería a los que estaban fuera de la simulación.

Chris se dirigió al cochero -No esperaba menos de usted con razón decían que es el mejor cochero de... Por aquí.- Luego asintió a las palabras de Todd. -Lo cierto es que una referencia básica no habría estado de más. ¿Estamos en Inglaterra? ¿En Los EE.UU.? ¿En Australia? ¿Verano, invierno?

Volvió a mirar hacia arriba -¿Podrían programar un periódico o algo así en la casa esa con un contexto básico de donde y cuando estamos?*- Luego estiró los brazos y miró a su compañero -Mientras tanto tendríamos que aprovechar para conocernos un poco mejor, ¿no crees Todd? Lo mío son las ciencias, ¿Y lo tuyo?

Todd abrió la boca para responder a Chris y se quedó boqueando unos instantes, sin saber muy bien qué responderle. Buscaba las palabras adecuadas con una mirada mezcla de asombro y tristeza por aquel tipo.

- Se me da bien sobrevivir. - sentenció finalmente, tras esos segundos de tenso silencio.

Volvió a mirar por la ventana, aún sorprendido por que todo aquello fuera real. O más bien porque no lo fuera.

- Pero si usted es un cerebrín, ¿por qué no está afuera trasteando con las pantallas en vez de aquí dentro? - se rascaba la cabeza mientras hacía la pregunta. - ¿Qué ha hecho para estar aquí?

-Pfffffffffff- bufó Chris -Ingenieros. Se creen que están a la vanguardia. Todos los fundamentos de toda esta mierda la hacemos gente como yo. Por ejemplo, viniendo hacia aquí se me ocurrió una manera de resolver como viajar más rápido que la velocidad de la luz y si te contara lo que he hecho para DARPA en computación, los del gobierno tendrían que matarte y los de ahí arriba tendrían un orgasmo. No te dejes engañar por el despliegue de tecnología ni por el picapleitos o la cantidad de papeles a firmar. Esto no deja de ser un videojuego con alguna aplicación colateral en el campo de la medicina. Y yo he venido a pasármelo bien, no a trabajar...

Tras la perorata abrió los brazos y se estiró -Sí señor, he venido a pasármelo muy bien probando el videojuego más molón de la historia. ¿Y tú? ¿Por qué te apuntaste a esto?

Sucedió algo extraño. Ambos viajeros sintieron de pronto como si el aire se enrareciese por algún motivo. Como cuando se acerca una tormenta y el ozono se nota en el ambiente. La portezuela de comunicación se abrió de nuevo y el conductor les informó:

- Estamos en el itsmo de Cornualles y es noviembre del año 1887. Verán que Seamouth es una agradable aldea victoriana, no muy grande pero un buen sitio donde descansar.

Después quedó un momento pensativo, como si no tuviera muy claro lo que estaba diciendo, y añadió de una forma más natural:

- Estamos a punto de llegar señores. Si se asoman a la ventanilla pueden ver ya la casa.
 

El carruaje se detuvo. Estaban en lo alto de una sima rodeada por un frondoso bosque europeo. Y la casa que al parecer iba a albergarles se alzaba con todo su esplendor ante ellos. Era un edificio predominantemente blanco de dos plantas, de madera, rodeada por un amplio porche al que se accedía a través de unas amplias escaleras.

En la puerta esperaba de pie un hombre orondo, de larga barba blanca, impecablemente vestido de traje. En cuanto los caballos se pararon se aproximó para saludar a los recién llegados.

- Bienvenidos señores. Es usted un activo muy valioso para esta comunidad señor Lemmington, puede estar orgulloso de cumplir siempre su cometido. ¡Siempre puntual! - dijo saludando al conductor - Señores Knight, Brotzman, permitanmente que me presente. Soy Efrén Hollys, su casero, y he tomado la libertad de venir en persona a entregarles las llaves ya que tenía ganas de conocerles. No todos los días vienen a Seamouth dos insignes escritores como ustedes. Esperamos que encuentren la inspiración que buscan para su obra en nuestro humilde pueblo.

De toda la perorata que su compañero le había soltado solo se había quedado con una cosa y era que tocaba el arpa para el gobierno. Y eso sí que era raro.

Estaba a punto de contarle el motivo de su "voluntariado" en la simulación cuando el cochero abrió la puertecilla y les facilitó la información de referencia clavando la imitación de máquina de tabaco dando las gracias.

- Eso ha quedado un poco raro... - comentó Todd con el ceño fruncido.

Cuando llegaron y el señor Hollys les recibió, Todd se quedó un poco cortado, no acostumbrado a conversaciones tan directas y miró a Chris, esperando que él tomara la iniciativa. Y las llaves.

Chris se bajó del carruaje aún inquieto por la sensación en el ambiente que indicaba claramente una alteración del programa. Esta debía haber sido una pequeña, una grande a saber lo que causaría... Se palpó el bolsillo y sacó una moneda de las más grandes lanzándosela al cochero -Muchas gracias señor Lemmington. Ha sido un paseo de lo más agradable.- luego miró hacia la casa mientras pensaba en que se parecía mucho a la de la película aquella del tío loco que acuchillaba mujeres en la bañera.

Captando la mirada de Todd, sonrió ampliamente y le tendió la mano al tal Hollys estrechándosela con energía. -Señor Hollys. Le agradecemos mucho la bienvenida, estoy seguro de que es exactamente lo que buscamos. Mi colega el señor Brotzman y yo estamos seguros de ello ¿verdad Todd? Cuéntenos cosas de la casa.

El señor Hollys le tendió las llaves a Knight:

- Oh, pues como pueden ver es un edificio excelente, recién construído como quien dice. No tiene más de cinco de años. Está, tal y como nos solicitaron los empleados de la agencia literaria, a una distancia del pueblo que sea la suficiente para poder bajar en una cómoda caminata pero fuera del centro urbano para que nadie les interrumpa en caso de estar trabajando. Lamento que no tenga alguna historia adicional que añadir. La construimos con vistas a que nuestro hijo mayor pudiera establecerse en ella al casarse. Pero el buen Paul encontró trabajo en una firma londinense como pasante. No creo que lo veamos de vuelta pronto, aunque a veces cuando vienen en verano se aloja aquí con su familia. Está casi para estrenar.

- Les dejo. Debo regresar al pueblo para atender algún papeleo. Si necesitan cualquier cosa pásense por mi oficina junto al muelle.- dijo tendiéndoles una tarjeta.

El joven conductor estaba bajando las maletas que, al parecer, pertenecían a los dos viajeros.

- El buen Lemmington ya se está encargando de su equipaje. Espero que todo sea de su agrado. Yo bajaré andando.

Chris se detuvo en seco al ver que su anfitrión se iba y levantó un dedo -Disculpe señor Hollys el personal de nuestra agencia- miró al cielo y remarcó sus palabras -se habrá acordado de indicarle lo del servicio, ¿verdad? No habrán pensado que podemos cocinar ni cosas de esas ¿cierto?. Estamos en el Siglo XIX, las cocinas modernas nos son ajenas a dos escritores de nuestro tiempo...

- Oh, vaya. Pues bien que lo siento,- dijo Hollys parándose ante la exigencia de Knight - pero no nos dijeron nada. Sin embargo ¡no es problema! Le diré al señor Miller, el regente de la pensión, que les mande a Mirabelle. Es una muchacha excelente y hace poco que ha quedado huérfana, le vendrá muy bien un ingreso extra, ya que es temporada baja para la pensión.

Chris estaba encantado de llevar la voz cantante y Todd no tenía problema en dejarle ese papel a la vista que parecía tener en mente detalles menores.

- Siempre podemos buscar un sitio para comer o incluso cazar algo. - le propuso a su compañero pese el señor Hollys ya había indicado que mandarían una muchacha para llevar dichas tareas.

Miró la casa de arriba a abajo y luego el camino que el arrendador les había indicado.

- Bueno, ¿qué prefieres, revisar la casa o acercarnos al pueblo? - preguntó a Chris.

Chris miró estupefacto a su reservado y silencioso compañero mientras despedía con la mano al señor Hollys. -Oye que yo no me he apuntado a esto para barrer, cocinar o despellejar bichos. Además no creo que en la Inglaterra del XIX fuera tan simple la cosa como coger una escopeta y liarse a tiros con los bichos...

Observó la casa con ojo clínico. -Como prefieras, a mí me da lo mismo...- Luego miró a Todd -Creo que nos han timado. Porque o no se han documentado o tanta sonrisa y tanto esto es el futuro esconden un sistema a medio acabar y cogido con pinzas- Comenzó a enumerar mientras sacaba dedos de una mano -Introducción sin información de contexto, casa aislada en zona poco poblada, los protagonistas vienen a descansar pero no han programado servicio, así que se supone que los hombres con cierto nivel adquisitivo del siglo XIX se hacían la cama y sacaban el orinal y esas cosas... ¡Esto no es ni una beta!- Frunció el ceño -Espero que, al menos sea estable... Porque vaya cutrez es por ahora...

Suspiró derrotado mientras observaba el panorama -¡Si el casero ni siquiera nos ha enseñado la casa! ¡Que es lo que haría cualquier casero! Mucho somos los mejores en IA, somos los mejores en IA pero me da que no pueden hacer mucho más allá de esto sin que el sistema pete...- Se encogió de hombros y miró a Todd -Así que elige tú. A mí empieza a darme lo mismo.