Partida Rol por web

Mira con curiosidad al capitán y al que no deja de dar órdenes, demasiado serio para su gusto. 

Vuelve a mirar el "botín" con gesto de mayor curiosidad mientras sonríe y apoya sus manos en uno de los sillones, impulsándose y quedándose en rodillas sobre el mismo. 

-Entonces... ¿eres un pirata?- parecía evaluar las palabras de Yuri, y para ella esa era la respuesta más acertada. 

-En ese caso, señor pirata, yo quiero uno de esos caramelos. Soy adulta- se señala con el pulgar mientras infla el pecho como si fuera un pavo o fuera a explotar en cualquier momento. 

Esbozó una gran sonrisa al oír la contestación de la muchacha que mira al mar y luego, la de la enana peli-rosa le provoca gracia, tanto, que hasta echa a reír. La mira ahora más serio y le responde - No eres adulta. Si así fuese me enseñarías tu carnet para comprobarlo - Sonrió pues esos eran unos "caramelos" muy especiales que sólo compartiría con ciertas personas y las niñas pequeñas no eran las mas acertadas para ellos precisamente - Y si, soy el malvado pirata Blackhearth - Bromeó pero con ese peinado y esa cara quedó como resultado algo un poco aterrador.

Mira a Rea y le contesta - Si, bueno, un juego en el que pones en riesgo tu vida y te metes en líos uno tras otro, sí, un juego - Se encogió de hombros como si no le importara mucho ese estilo de vida pues realmente le encantaba - Además, no siempre se gana y...cuando se pierde...acabas mal pero es lo que hay por juntarse con mala gente - Siguió jugando con el zippo mientras hablaba.

Alarga la mano hacia atras inconsciente y acaricia la cabeza de Eru distraida mientras respondia a Erik.

-Eso es a lo que nos arriegamos todos al jugar. A perder o ganar. Si no fuera de esta manera no seria entretenido. Mi mano se habia movido inconsciente hacia Eru. Sonreia ante la idea, no lo habia hecho en mucho timpo pero parecia que no hubiera pasado un dia. -tengo ganas de llegar a la playa. El mar es divertido de ver pero tanto tiempo en un barco seguro me puede llegar a causar algun mareo.

Sonríe de manera tierna ante las caricias de Yuri, moviendo la cabeza como si fuera un perrito. Parecía que las caricias le relajaban (por lo menos en parte).

-Síííííí yo también tengo ganas de ir a la playa y buscar conchas y estrellitas y caballitos y nadar con tiburones... Por cierto- se gira hacia Erik con gesto de fastidio recordando lo que le había dicho momentos antes -señorito "capitán Blackheart"- parecía que no le había intimidado, o por lo menos no dejaba verlo -y sí que soy adulta. Seguro que tenemos más o menos la misma edad, por lo que si yo no soy adulta tú tampoco lo serás- infla las mejillas molesta, todavía con la mano de la chica sobre su cabeza. 

Una sonrisa traviesa aparece en su cara cuando Rea menciona la diversión y la playa. Se puso es pie y le respondió a la enana peli-rosa que no iba a ser mayor de edad ni de broma por lo que, para callarla, optó por su "carnet"

- Yo si soy mayor de edad, mira - Sacó la cartera y le enseñó un carnet de identidad falso pero que daría el pego hasta en el FBI - Debes rondar 3 o 4 años menos que yo ergo no te dejaré tomar ningún caramelo de esos. Bueno, me voy a divertir un rato - Los dejó de lado.

Entró hasta lasala de mando donde estaba el capitán - ¿Tenéis Skis? ¿Y cuerdas? ¿Podrías para un momento la lancha? - Hizo tres preguntas rápido esperando la respuesta pues su idea tenía que estar plasmada y sería muy divertido por lo que su sonrisa no desaparecía de la cara.

Continua acariciando la cabeza de Eru. -Tengo ganas de ir a la playa contigo, seguro que nos lo pasamos muy bien. Como si se acabara de acordar mete una de sus manos en su bolso y saca una bolsa de caramelos de limon. -Quieres uno de estos?

-No le hagas caso, eres mayor. Pero no te comas todo lo que veas que vete tu a saber donde a estado. Los botines pirata son muy raros. Sonrie y deja escapar una risita sin dejar de mimarla. Le traia demasiados recuerdos. Ya de por si se consideraba una persona que le gustaba mimar, pero a muy pocas personas habia tenido la oportunidad de tenerlas como tenia a Eru en esos momentos.

Comienza a hacer pucheros a Yuri y tiende sus manos para que le de un caramelo mientras asiente con la cabeza -sí porfa...

Se mete el caramelo en la boca y sonríe encantada mientras señala al chico con el pelo de erizo -es un mal pirata... Jack Sparrow parece más simpático... por lo menos da ron y es enrollado... además, tiene un mono y es más guapo- esto último lo dice elevando la voz para que el chico la oiga mientras le saca la lengua desde donde está. 

-Con permisoooo- coge otros dos caramelos, uno para tendérselo al chico con el que había cruzado unas palabras con anterioridad, pero parecía demasiado callado, y el otro para el peliazul que había aparecido en último lugar y con el que todavía no había hablado -¿queréis?- sonríe de manera adorable y alza un poco la voz a la par que se levanta levemente para alcanzar a ver a Etzuko y Ayama -¿vosotros queréis caramelos? ¡Son gratis! ¡Invita Rea!- mira a esta última con una amplia sonrisa algo exagerada mientras le guiñaba un ojo. 

El chico parecía completamente inmerso en su trabajo, moviendo el timón como un verdadero pirata (que realmente no servía, porque al lado estaba Kouya dirigiendo la lancha con un volante). Casi se podían ver pétalos de rosa y brillantitos a su alrededor, lo que daba a entender que era PERFECTO.

Se gira con un movimiento de cabeza que hace que su pelo se mueva con suavidad y sex appeal mientras sus ojos azules como zafiros se clavan en Erik. Casi se podría interpretar como que intentaba ligar... 

-¿Qué? Ah...claro... Uno de los pequeños marineros de agua dulce no se encuentra a gusto y quiere hacer algo distinto- comienza a reír con una risa cantarina. 

La risa de Tamaki hace que Kouya se gire hacia él con el enfado brillando en su rostro, hasta hace poco carente de sentimientos. Tose ligeramente y se coloca bien las gafas para volver a tranquilizarse. 

-Capitán...recuerde que no estamos en ninguna embarcación de piratas, y estos de aquí son los premiados.

Sacude la cabeza con exasperación.

-Discúlpale, a veces se mete demasiado en su papel- se dirige hacia Erik con bastante familiaridad, además de tratar al señor "capitán" como a un niño pequeño. 

-La verdad es que estamos a punto de llegar a la isla, y no disfrutarás todo el tiempo que, supongo, te gustaría disfrutar. Además, nos olvidamos de guardar los skiis- lo mira por encima de las gafas, casi adivinando lo que pasaba por su cabeza -tranquilo, que tendréis días para disfrutar y practicar bastantes juegos divertidos. 

Cuando vio sus manos libres, volvió un momento sobre sus pasos hacia la mesa para coger la pistola de agua, por suerte seguía ahí, aunque se queda mirando los objetos durante unos segundos extrañado - "¿No había una manzana?" - sin darle más importancia saluda y agradece.

- Hola y gracias.- Saluda a Erik y a Yuri con una sonrisa, pero a Eru con una cara de aburrido -"No he olvidado lo que sucedió, aunque en realidad, ¿qué paso?" - se rasca la cabeza y regresa donde estaba Etzuko.-

-¿Moda?.- ¿"Sera"? - queda con la pregunta dando vuelta en la cabeza mirando a Erik- ¿Seria yo más popular con ese peinado?.-sonríe y trata de imaginarse a sí mismo con ese cabello, pero le fue imposible.

-¿Enserió cantas?...¡Increíble!, no seas modestas.- Se notaba bastante sorprendido.- seguro que lo haces sensacional... es más... me gustaría escucharte, ¿te has grabado?, ¿ya tienes un disco?, ¿compones tus canciones?.- Pregunta bastante animado a pesar de que la respuesta no era totalmente afirmativa.- Pero tu autógrafo me convertiría en el fan número uno, aunque no valgo mucho jajaja.- Etsuko se retiró un momento sonrojada para mirar el mar, él chico no lo noto hasta que ella se volteo nuevamente hacia él,  voltea su vista hacia la costa para ver cómo se perdía en la distancia, esperaba que el viaje fuera algo más largo, por lo visto segun lo que contaron no tardarian mucho.

-¿EH?.- Se gira cuando le hablar notando un pequeño rubor. - Si solo!,  tuve muchos problemas por eso... aunque todo fue extraño...  Se queda pensativo unos instante.- "Supongo que no todos los días te secuetran".. ¿Tambien vienes sola?- pregunta y mientras constestaba se acerca al estribor inclinando su cuerpo por sobre la barandilla para mirar hacia adelante, el viento de inmediato golpea su cara, pero por mas que trato de mirar veia ninguna isla.

De pronto escucha que las chica que estaba un poco mas  (Eru) les habla y le ofrece caramelos, se veian bastante apetecibles, su madre no le permitia comer muchas golosinas y cuando tenia la oportunidad de comer algo dulce no perderia la oportunidad y acepto de inmediato.

- ¡Siiiii!.- Olvidandose de lo sucedido antes se acerca animado para tomar un caramelo .- ¡Gracias Rea!, soy Ayama Ku.- Se presenta pues no lo habia hecho.- mmm, esta rico!

El capitán a poco más se le insinuó - Maricón - Pensó pero no lo dijo a pesar de que se tuvo que morder la lengua par ano hacerlo. Ya le comenzaba a caer mal el tio ese y ni lo acaba de conocer. Luego el más razonable habla con él, sólo le dan indirectas sobre que no puede hacer nada de nada y eso le mosquea - Pues que mierda de barco. La próxima vez nos venís a recoger en portaaviones o algo mejor que esta lacha QUE NI SKIIS TIENE - dijo alzando la voz para que se oyera - Ya veremos si me lo paso tan bien como decís, sino, me oiréis - Sonrió con una cara maliciosa y se fue hasta su asiento mientrs jugaba con la llama del zippo. La tenía encendida y pasaba los dedos de la otra mano por la llama tentando a quemarse pero no le importaba pues lo hacía medianamente rápido y no se quemaría de una forma tan sencilla. Cuando llegó a su asiento y se sentó se aburría en demasía por lo que guardó el zippo - Jodeeer, esto es muy aburrido y los jefes no dejan hacer nada - Se quejó con un tono infantil de un modo jocoso - Veamos a ver qué hay - De repente una idea loca se le vino a la cabeza. Se levantó y comenzó a buscar al muchacho que se llevó la pistola de agua - ¡Ehh! ¡Muchacho de la pistolita! ¿Donde estás? - Gritaba de un sitio a otro mientras lo buscaba. Finalmente llegó a donde estaba - ¿Me la dejas? - Preguntó sin malicia alguna...por lo menos aparente.

Cohibida aún, Etzuko no sabe donde meterse, ella era una buena cantante, pero por lo que había pasado ya no podía cantar demasiado tiempo, y también había dejado de cantar paulatinamente, hace tiempo no sentía ganas para seguir cantando, aunque sí para escribir nuevas canciones que contaran sobre su amor y su corazón helado y dolido.

- eh... pero en serio, no servirá de nada, jejeje - intentó evitar la firma, pero Ayama parecía muy entusiasmado, Etzuko suspiró, y algo resignada tocó sus ropas, y luego se encogió de hombros.

- ¿te parece que cuando lleguemos a la isla, te doy un autografo? - le guiñó un ojo y para ver el mar juntos, cada vez se alejaban más de tierra, pero Etzuko se siente aún conectada a ese pasado, a esa vida que se resiste a dejar. La chica asintió a la pregunta de Ayama,  viajaba sola, pero no alcanzó a responderle nada, porque una chica linda apareció repartiendo dulces.

- ey, muchas gracias - movió su mano y  tomó el caramelo para echárselo a los labios, ya había notado como el capitán se había movido y pavoneado ante el chico de los picos rubios, y le causó demasiada gracia, pero debió dejarse de reír cuando el chico rubio se les acercó pidiendo la pistola de agua que antes Ayama había sacado.

- hola -  se inclinó y dio un paso hacia delante para que Erik la pidiera ver - ¿cómo te llamas? - le pregunta, con una preciosa sonrisa en los labios.

Llegó y se centró sólo en el chaval de la pistolita pero miró de reojo a una muchacha - Pistola de agua y gasolina...lanzallamas asegurado - Tenía una risa traviesa y pícara típica de él. Se giró cuando escuchó a la chica hablar y sus ojos observaron a los suyos por acto inconsciente. Tras un momento de...encantamiento? volvió en sí - Erik Blackhearth - Hizo un burdo saludo militar a modo de gracieta muy peculiar en él - ¿Y tú? - Dejó de lado al de la pistola de agua y se centró en ella pues la idea del lanzallamas inventado ha sido aplazada.

Se había tumbado mientras Erik sacaba las cosas y sin darse cuenta se quedó dormido. Soñó que le tocaba un concurso y que iría a una isla durante una semana con más gente, a gastos pagados y con todo tipo de lujos. Soñó con que se encontraba a un conocido de la infancia, y que veía una chica de pelo rosa corriendo de aquí para allá que le sonaba un poco.

Entonces despertó súbitamente, sin motivo alguno. Se levantó y se quedó de pie, mirando de un lado a otro. Estaba en una lancha, recordando que realmente le había tocado un concurso y que allí estaba, esperando para llegar. Todos estaban ya a sus cosas, hablando y despreocupándose. - Joder, menuda cabezadita. - dijo en voz alta, sin pensar. Bostezó con los ojos cerrados y andó un poco hasta tropezar con algo. O más bien, con alguien. - ¡Uy! -

Al abrir los ojos, lo primero que vió fue el estrambótico pelo de Erik. - Perdón, Erik. Estoy todo dormido. - pero entonces se dió cuenta de que el rubio estaba fuera de su alcance y no se había chocado con él. Así que bajó la cabeza para encontrarse un largo pelo rosa y un rostro que no le resultaba desconocido. Su ceja se fue alzando poco a poco según aumentaba su sorpresa. - ¿...Tachi? -

Asiente con la cabeza la respuesta de Etzuko aunque con aires desanimados, tal vez se le olvidaría, y si daban su palabra no le gustaba tener que recordarlo, tal vez era algo tonto, pero a él si le había marcado mucho sucesos de su vida. Sonríe y sigue conversando viendo el mar, fue en ese momento cuando Eru les ofrece golosinas y el acepta gustoso recuperando energías.

Después de presentarse saboreaba el caramelo cuando escucha al chico de rubio buscarlo para pedirle de vuelta la pistola de agua, lo miro bastante extrañado, si era algo que no le había visto utilidad, ¿para que la quería de vuelta?,  a él le había gustado y no se animaba a devolverla así por así.

-¡Santa Rita, lo que se da no se quita! – le saca la lengua y da unos pasos hacia atrás pero, muy pronto pierde el interés cuando Etzuko le saluda.

No le extraño lo sucedido, le queda viéndole entrecerrando los ojos apartándose hacia un lado. Otro chico aparece chocando con Etzuko la que llama casi por su nombre, recordó un momento lo que ya había visto cuando llego, por lo visto todos parecían ser amigos, y lo ultimo ocurrido abre de pronto su sospecha.

-¡Esperen!-  Se acerca a las niñas.- ustedes se conocen.-  Luego apunta a los 3 que estaban juntos y habla un poco mas bajo.- Ellos se conocen…. y el la conoce a ella.- su cerebro proceso la información en un momento.-

 ¡Esto está arreglado!-  Ahora todo tenía cierta lógica, por eso tubo tantos problemas para ganar el concurso, y el chico del que tomo su lugar debían de conocerlo, era lo más seguro, se cruza de brazos y mueve su pie indignado, recordando toda la humillación que tuvo que pasar frente todo el instituto... ¿Coincidencia?... pues no lo creía. - ¡Corruptos!

En la sala de lectura se está muy tranquilo... pero no voy a conocer gente, ni a superar mis miedos, ni mi timidez, recluido. Hago un verdadero esfuerzo, para salir afuera, y ver qué es lo que causa tanto alboroto entre mis compañeros de viaje. Además, la chica de pelo rosa, Eru, parecía maja. Podría hablar con ella.

De modo que salgo de la habitación apacible, dejando el libro de poesía en la estantería, y llego a la estancia en donde todo el mundo se está conociendo. Al aparecer de la nada, unas cuantas miradas se posan sobre mí. Me muero de vergüenza.

Bajo la cabeza, sonrojado. Di algo, Kazuki. ¡Di algo! ¡Vamos!

-Ho... Hola...

Ladeo la cabeza lentamente evitando llamar la atención, y noto la presencia de un chico rubio encantador... el capitán del barco.

Más rubor. Más vista al suelo.

Erik la quedó mirando  los ojos, su reacción fue algo extraña, pero no se lo cuestionó, quizás le había resultado conocida, o algo así, por eso le regaló una sonrisa,  y levantó las cejas mirando la pistola de agua que Ayama aún tenía y que se rehusaba en abandonar.

-¿se pondrán a pelear por un juguete? en la isla deben haber más - se encogió de hombros y volvió a mirar a Erik, él sigue mirándola, y ella se encoge de hombros pero esa extraña sensación en el vientre que los ojos del chico rubio le generaba se vieron cortadas cuando una voz ya conocida asomó en el escenario. Era Ooji, y lo peor, es que la había reconocido...

- sí... soy yo - dice metiendo sus manos en su chaqueta y mirando a otro lado - ha pasado demasiado tiempo...- intentó explicar, pero Ayama salió chillando de que eso estaba a arreglado,  sin comprender que aquella reunión sólo había sido fortuita y que para Etzuko sólo la llenaba de pena.

- eh... sólo somos conocidos, teníamos un.. un amigo en común- la pena imprimió la palabra amigo, y Ooji sabría a quién se refería, - no hay corrupción -  frunció sus labios, algo molesta por los chillidos de Ayama, aunque el chico no podría comprender lo que para ella significaba ese momento - pero si quieres pensar eso, allá tú -  cerró sus ojos y se fue alejando del grupo de chicos.

Estaba embobado con los ojos de Etzuko...pero de repente apareció Ooji el somnoliento que tropezó con ella. Luego el chaval de la pistolita se pone a chillar como un poseso y a hacer suposiciones equivocadas sobre todo. La muchacha se iba y ni su nombre sabía.

Miró fijamente a Ayama y bastante molesto pues ni el jaleo ni la suposición eran correctos y Etzuko se iba - Uno, gritar no te va a dar la razón y dos eso es falso. Participé en ese sorteo de puro milagro, un viejo me obligó - Dió la explicación de porqué estaba aquí - Relájate de una vez - terminó diciendo

En otra época y si fuera otra chica se encogería de hombros y charlaría con Ooji de ella pero el misterio y la duda que lo inundaban eran muy grandes y quería, por lo menos, saber su nombre. Se acercó a ella, dejando a Ooji de lado, e inclinó la cabeza para mirarla de nuevo - ¿puedes decirme tu nombre? No me gustaría olvidarte fácilmente - Dijo con toda franqueza mientras caminaba a su lado sin ser consciente de que...¡clonk! Calló al suelo pues se pegó contra una pared. Se tocó la frente y nariz...por lo menos no se rompió.

Responde con una infantil y adorable sonrisa a los agradecimientos por los caramelos mientras le hacía una señal con el pulgar hacia arriba a Yuri, como que todo iba bien. 

No le cuesta llegar hasta donde se encuentra el nervioso chico al que había dejado inconsciente, parándolo en seco con una mano en el hombro, ejerciendo algo de presión (quizás más de la necesaria) para que dejase de moverse -creo que te has equivocado. Hace algo más de un año que no veo a Yuri ni he tenido contacto con ella...- una sombra de tristeza cruza por su rostro, que rápidamente se esfuma con una gran sonrisa -¡por lo que creo que ha sido una agradable casualidad! Soy Eru, y siento lo de antes- parecía recordarlo, pero por su voz se notaba que lo que decía lo decía con una clara sinceridad mientras le tiende la mano con la palma hacia arriba, en ella seguía el caramelo que no había cogido, quizás por despiste. 

Se gira al ver de nuevo al tímido chico con el que apenas había intercambiado unas palabras antes de ponerse en marcha la lancha. No se le había pasado por alto su rubor incrementado al ver al capitán, lo que provocó que una amplia sonrisa se instalase en su rostro. Con leves saltitos se acerca hasta el chico ofreciéndole también un dulce -¡bienvenido!, ¿dónde te habías metido? ¡¡No me digas que te habían abducido los aliens!! Y yo me lo he perdido... ¡tendré que estar más atenta para la próxima!