Partida Rol por web

Vademécum del mal

Un extraño ejemplar - Escena de Juego

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07/05/2020, 20:41
Virginia Echagüe

Quizá su aspecto, tan proletario, me ha ganado, pero la respuesta del chico me parece espontánea y pienso que no es un matón a las órdenes de una secta. No digo tanto como confiar en él (es de esperar que este tipo de gentes tengan matones entre el servicio) pero sí como para sacrificar un peón y ponérselo fácil para que él confíe en nosotros.

Le hago un gesto para que se acerque.

—Oye compañero, escucha. Hay fulanos siniestros y peligrosos interesados en esos objetos robados... Espero que tu prima esté bien porque ya hay quien ha muerto de maneras la mar de sospechosas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Edito: he hecho la tirada, que se me había pasado :-)

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09/05/2020, 01:14
Dr. Jose Maria Rocavila

Siguió caminando por la calle observando a ambos lados y mirando a la gente que pasa a mi alrededor. Por un segundo me quedo mirando al segundo piso, alguien observa desde el balcón. ¿Quién será? Continuo mi camino sin darle mayor esperanza y permanezco en la distancia viendo el actuar de mis compañeros con aire ausente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si estaba incluido en la tirada de intelecto. Pero dejo tirada por si algo me llama la atención si no procede nada.

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10/05/2020, 10:28
Juan Garay

Mi prima murió hace unos meses -respondió el joven haciendo la señal de la cruz-. No sé nada de ningún robo, pero si quieren pueden preguntar al señor Dato -os propuso-. Luego se acecó a Virginia, una vez que le hizo gestos para ello. Después la escuchó tras la verja. El joven tornó el rostro de melancolía por el de extrañeza.

¿Peligrosos? -repitió, mirándola ahora de abajo a arriba. Y el sirviente no sabía qué pensar ya-. Mi prima, les digo, murió. Era la ama de llaves del señor Dato.

Bueno... -mirando ahora al militar Valerio, confundido ya en sus pensamientos acerca de porqué cuatro sujeto se acercaban a la vivienda de su señor preguntando por su prima-. ¿Desean ver al señor Dato o no? Aquí hay mucho trabajo que hacer. El otro sirviente que estaba también en el porche miraba desde lejos la conversación de la entrada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sí, estabas también incluido, Doctor, ya que estás a unos metros de la entrada, pero en realidad cerca de ésta.

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10/05/2020, 10:32
Director

Sólo vosotros fuísteis los únicos en escudriñar al joven del balcón, allá, dentro de la vivienda, sentado en una silla de ruedas. Parecía abstraído, mirando el vaivén de la ciudad. Entonces bajó su cabeza, os miró, y os dedicó una sonrisa. Era una sonrisa exagerada. Tan exagerada que os provocó cierta intranquilidad. Después levantó la vista y volvió a mirar a la ciudad, a sus edificios grandes, fijando la vista en realidad perdida en algún punto.

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10/05/2020, 14:23
José Alfonso Marro Gambin

Pues sí. - Aceptó la propuesta de ir a ver al señor Dato. Al final era realmente a lo que habían ido hasta allí. - Y siento mucho lo de su prima. No teníamos ni idea... - Dijo con solemnidad. 

Entonces miró a sus compañeros y les hizo un gesto. Tenían acceso al señor Dato y había resultado aparentemente, mucho más sencillo de lo que podría parecer de antemano. 

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12/05/2020, 03:29
Virginia Echagüe

El joven del balcón me deja absorta y cuando me doy cuenta estoy asintiendo a Marro.

¿Tengo miedo? No sé, es como si hubiera visto un fantasma o algo así. Me da cosa entrar por lo que justo antes improviso otra pregunta al joven proletario.

—Oiga... ¿Un joven en una silla de ruedas? Es... ¿Familia de la casa?

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12/05/2020, 23:37
Dr. Jose Maria Rocavila

Me acerco a la puerta principal de la casa y llamando con los nudillos pregunto por el señor Dato.

— ¿Podría recibirnos, tenemos algunos asuntos importantes que tratar?

Esperaba que hablar con el señor de la casa fuera sencillo. Otra cosa es el resultado que obtendrían de aquella entrevista. ¿Corrían peligro sus vidas en aquella casa? 

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14/05/2020, 23:04
Valerio Buendía

Asiento en apoyo de mis compañeros, sacado de una cadena de pensamientos sobre la montaña de papeleo que me espera cuando vuelva al cuartel. 

Notas de juego

(me ha caído una montaña de curro. Sorry)

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15/05/2020, 09:57
Juan Garay

Pues sí, el señor Dato está en casa -respondió el sirviente ante la pregunta del doctor-. El tipo asintió cuando Marro le dio el pésame, pero tampoco dijo mucho más (tan sólo abrir la puerta enrejada, apartarse un lado y dejar que entrárais). Valerio accedió pensando, tal vez, que habría que dar muchas explicaciones por su ausencia, quizás; no así de la búsqueda del libro de Ledesma, la cual sólo os concernía a él y a vosotros.

Ante la pregunta de Virginia, el sirviente miró al balcón, se ruborizó un poco, y disimuló mirando al suelo del jardín antes de devolver la mirada a la secretaria.

Es Javier, el hijo de don Carlos -le explicó, pero no dijo mucho más-. Entren ya, no quiero que me vean de charla. ¡Adelante! -insistió-.

Entonces entrásteis en el jardín. Aquella mansión parecía más grande una vez en el recinto que desde fuera. La impresionante fachada presentaba ahora, estando más cerca, muchos motivos arquitectónicos de vivienda colonial, pero con un aire renovado. Desde luego un lujo de hogar. El otro criado os miró extrañado, y el que había hablado con vosotros os invitó a entrar por la puerta principal, en la fachada delantera. Una vez dentro, vísteis que había otra muchacha joven, con delantal blanco. Debía ser otra criada.

Enseguida vendrá don Carlos, voy a llamarle -el joven, del que no sabíais el nombre siquiera, desapareció en la casa unos instantes-. Os dejó en un salón con techos altos, compuestos de una escayola en cuadrícula y decorada muy bella. Un zócalo de madera y piedra rodeaba a media altura el interior de los muros de ese salón, y había una mesa, sillas y diversos armarios y cómodas. Todo tenía un aspecto francés de la época muy atrayente. Unas plantas altas decoraban la estancia.

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15/05/2020, 09:58
Carlos Dato

Tras unos minutos, alguien apareció.

Buenos días... -se sorprendió un tipo de barba recortada, media altura y chaquetilla oscura y ceñida. Debía rondar los cincuenta, tal vez alguno más-. Juan no me dijo -debía referirse al joven que os hizo pasar- que eran...cuatro -contó rápida y mentalmente-. Díganme, soy Carlos Dato. Querían verme, creo. ¿A quién debo el placer? -sus palabras eran firmes pero caritativas-.

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15/05/2020, 19:18
Dr. Jose Maria Rocavila

Entraron los cuatro al interior de la casa y miraban a todos los lados. El doctor se fijaba en los detalles que hay a su alrededor y en el dueño de la casa buscando algo que no estuviera en su lugar.

— Buenos días Señor, siento mucho la muerte de su hijo. — Estiro la mano hacia el señor Dato como signo de condolencia. — Soy el señor Rocavila nos gustaría hablar unos minutos con usted. Hay algún sitio tranquilo donde podamos hablar.

El doctor se quedo parado ante Carlos Dato esperando que este les ofreciera acompañarle a un lugar tranquilo. Poder acceder a la casa y ver alrededor podía ser interesante. Ya llegaría el momento de hacer preguntas.

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16/05/2020, 08:04
José Alfonso Marro Gambin

La casa era impresionante. Marro no sabía si lo era más por dentro que por fuera, pero realmente le dejó ojiplático. Se notaba que la familia Dato era pudiente y pese a la muerte de don Eduardo, seguían conservando ese poder económico, por lo que ya eran ricos de antes de que Eduardo se convirtiera en presidente del congreso, o bien se habían enriquecido mucho durante esa etapa.

Por fin apareció Carlos Dato y el doctor Rocavila se puso al frente de la entrevista, preguntando por un lugar apartado y tranquilo donde poder conversar. Era buena idea, pues una vez en un lugar más íntimo, sería más difícil que les echara de su casa sin responder a pregunta alguna.

Buenos días, José Marro. - Se presentó de forma cortés y esperó la respuesta a la pregunta de su compañero.

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18/05/2020, 22:26
Carlos Dato

Carlos Dato observó el brazo y la mano del Doctor, se la estrechó, pero cuando le dio el pésame se quedó mirándole, y enseguida se la aparto.

¿Mi hijo? Creo que está usted equivocado, señor Rocavila: mi hijo está arriba, en su habitación -le aclaró-. Luego asintió ante el saludo del inspector. Pues aquí mismo, no entrará nadie en este salón -os dijo-. Luego se quedó mirando un poco a Valerio con su uniforme, y a la única muchacha del grupo. Todos os sentásteis entonces, y en realidad no os ofreció ningún refrigerio, pues era temprano y tampoco esperaba visitas como para tener algo preparado.

Ustedes dirán. ¿Quienes son? -se adelantó a preguntar-. No me refiera a sus nombres, por supuesto. ¿Son de la policía? -quedó un instante mirando a Marro, pero le extrañaba también la presencia de Virginia por su juventud-.

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18/05/2020, 23:32
José Alfonso Marro Gambin

- El caso es que sí. - Respondió al señor Dato. - Soy sargento de la policía de Barcelona. - Miró a sus compañeros. - Sólo yo soy policía, pero no estoy aquí por eso. - Trató de alguna forma de tranquilizarle. - Verá, venimos por algo que fue suyo. Un libro... - Se le quedó mirando y tratando de alguna manera, de observar algún tipo de reacción en su rostro. Algo que indicara que con aquellos pocos datos, su anfitrión ya sabía a qué se debía la visita.

- Tiradas (1)
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19/05/2020, 22:28
Dr. Jose Maria Rocavila

Mientras estrechaba la mano de su anfitrión el doctor volvió a insistir en su afirmación. O estaba equivocado o algo en aquella historia no encajaba.

— Me refería a su otro hijo, Eduardo.

Todos se dirigieron a sentarse y entonces el doctor asintió a la respuesta del inspector añadiendo.

— Efectivamente un libro.

Y quedo a la expectativa de las reacciones de su anfitrión.

Notas de juego

No se si me he liado con el parentesco de los Dato.

Si no estoy equivocado a muerto recientemente.

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20/05/2020, 09:56
Virginia Echagüe

Este es un pez de los gordos y no se va a amedrantar por unos policías fuera de servicio pero dejo que las autoridades hagan las preguntas mientras me limito a echarme a un lado, sacar mi cuaderno de mi bolso y mi lapicero, y ponerme a tomar notas. Para que el señorón Dato de por hecho de que soy una inofensiva secretaria y no sospeche que traigo una pistola y que vengo dispuesta a volarle la cabeza si saca un arma o algo.

Notas de juego

Perdonad la tardanza.

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21/05/2020, 10:38
Carlos Dato

Valerio aguardaba sentado, como podía, escuchando a sus compañeros. Virginia fingía tomar notas relevantes (en realidad las tomaba, pero estaba realmente atenta a la situación y la conversación del inspector y el doctor).

Sólo tengo un hijo, señor... -respondió a Rocavila-. A quien usted se refiere es a Eduardo, mi hermano, el cual murió. El anfitrión levantó una ceja, pero luego levantó la otra cuando se le preguntó por "un libro".

Mi hijo... un libro... -parecía comenzar a atar cabos, hasta que se hizo una idea en la cabeza de vuestro propósito. Una idea propia, vaya-. ¿Vienen de parte de algún anticuario? ¿O de algún tipo de institución mental? Dudo que esto sea un algún tipo de broma, pero todo es posible... -Carlos abrió sus brazos, esperando que fuérais más concretos-. No hay libros en esta casa -sentenció-. Ninguno. Ni en ni alcoba, ni en este comedor, y ni la servidumbre... ni por supuesto en la habitación de mi hijo. Sus palabras eran ahora fuertes y rotundas.

Y era verdad. Echásteis una ojeada a todo aquel salón. Ni un sólo volumen en estanterías o sobre muebles.

Notas de juego

José Alfonso te respondo en privado a la tirada.

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21/05/2020, 10:40
Director

Comprendiste, o al menos eso creías, que Carlos Dato tenía aversión por los libros, pero no en ninguno en concreto, sino en general. No sabe que te refieres al Necronomicón.

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21/05/2020, 10:40
Director

Entonces algo ocurrió.

Escuchásteis un alarido de risa, ¡o de dolor! Virginia se sobresaltó, y la punta de su lápiz hizo una raya muy pronunciada en la libreta. Valerio miró para atrás, y también lo hicieron los tres hombres que llevaban el peso de la conversación en dirección a la entrada del salón. Entonces vísteis, a través de las puertas de entrada al salón, a una mujer vestida de blanco correr por el recibidor, escaleras arriba, allá en el pasillo. Era una corpulenta enfermera entrada ya en años. Los alaridos procedían de la planta superior. Instantes después unas puertas se abrieron y cerraron en alguna habitación de la mansión, y más tarde se calmaron.

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21/05/2020, 10:41
Carlos Dato

Aquí no hay libros -insistió Dato-. Ese que grita es mi hijo Javier, y los libros lo han dejado así. Ruego que me digan qué buscan en realidad o tendré que pedirles que se marchen de mi casa... a la de ya -os reafirmó Carlos Dato, pidiéndoos claridad-. Esperen... -como recordando algo- ¿vienen por ese desgraciado? ¿Vienen por el francés? -os preguntó finalmente Dato con cara de horror-.