Partida Rol por web

Valladolid (1559-2012)

Abrazo Francisco Ansúrez

Cargando editor
06/07/2014, 01:50
Francisco Ansúrez

"Los colmillos... sonrió y tenía colmillos..." -La imagen de Laura vino a mi mente. Todavía tenía flashbacks de lo ocurrido ayer, nada que me hiciera comprender que me estaba pasando, solo los colmillos. Sabía que tipo de persona tenía colmillos, pero persona quizá no sería el termino adecuado. "Tonterías, tonterías y cuentos..." Quería forzarme a creer que nada así podía ser real.

Ladeé la cabeza medio atontado hasta sentir de nuevo aquella sed que me recorría de nuevo y me hacía agonizar hasta límites que no creía capaces. Sentí la tirantez de las cadenas en mis manos y aquello me sacó de quicio todavía más, tenía sed y tenía que... que beber de aquel cáliz otra vez, como fuese, sin importar como.

Tiré de mis muñecas todo lo que pude, sacudí el metal una y otra vez haciéndolo chocar contra la pared y el suelo. Dejándome llevar por la desesperación por querer librarme de ellas y saciarme.

Me quedé quieto entonces cuando escuché sururros, me costó horrores permanecer en calma pero solo quería escuchar. -Muñoz...-susurré yo también. ¡M-Quise gritar, pero recordé el dolor que me inflingió la noche anterior y cerré la boca de sopetón. Pensé que hacer, si gritar o pedir auxilio... Mejor continuar golpeando las cadenas que me mantenían preso, no quería que me hicieran más daño. -No... no, no por favor. Arremetí otra vez contra las cadenas.

Notas de juego

¡Sacrifiquemos a Chloe entonces! Así me pego un buen festín! ;) Maniatada por favor.

Cargando editor
13/07/2014, 03:26
Laura Muñoz

Las voces se detienen cuando estás a punto de gritar y tras un par de segundos la puerta se abre al mismo tiempo que en las paredes algunas antorchas empiezan a brillar tenuemente.

Por la puerta entra Laura, vestida con un traje de pantalón gris oscuro y una blusa de color crema. Su aspecto es tan impecable y elegante como las veces anteriores en que la has visto y su expresión es seria y distante. Tus ojos se dirigen de inmediato a su boca, como tratando de desestimar la imagen de los colmillos que aparece en tu mente una y otra vez. Y cuando habla puedes darte cuenta de que no hay nada fuera de lugar en ella, sus dientes parecen completamente normales. 

- Buenas noches, Ansúrez. - Dice al entrar, echándote una mirada. - Supongo que estará hambriento. Lo mejor será que se alimente primero para que podamos hablar con calma después. 

Se asoma hacia el pasillo y unos segundos después aparece detrás de ella un hombre joven, de unos veinticinco años. Moreno, con un bigote y una perilla muy cuidados y una expresión ausente en el rostro. Se acerca a ti hasta detenerse apenas a unos centímetros, totalmente a tu alcance y sin decir nada estira el cuello con la mirada perdida. 

Tus ojos se posan en su cuello como hipnotizados. Puedes percibir su olor. Un suave olor a sudor fresco, acompañado de algo más, un aroma ferroso que te trae recuerdos de la noche anterior. Y ese punto en su cuello que ves perfectamente palpitar hace que algo ruja en tu interior, ansiando despertar y tomar el control. Deseando morder, desgarrar, destrozar... Lo que sea necesario para sentir ese sabor de nuevo entre los labios y saciar esa Sed que te corroe desde dentro.

Ni siquiera eres consciente de en qué momento te han soltado los grilletes, pero sientes tus manos libres y una presión en las mandíbulas se suma al ardor que recorre todas tus venas. Y delante de ti, ese hombre, exponiendo su piel blanca casi como una ofrenda para un dios pagano. 

Notas de juego

Pobre Chloe, con lo que ella te quiere xD.

Ahora sí, frenesí :D.

Te dejo que lo narres a ti si quieres porque me parece interesante que cada personaje lo viva de una forma propia y más personal, pero si prefieres que tome el control yo, dímelo. 

Cargando editor
13/07/2014, 14:08
Francisco Ansúrez

Tenía los ojos bien abiertos y la mandíbula desencajada a causa de la repentina sed que me invadía, no podía aguantar más, agonizaba por saciarme de una vez. Momentos atrás buscaba una explicación lógica a todo aquello pero ahora no me importaba en absoluto la razón y el entendimiento, solo quería acabar con esa sensación sin importar que. No tenía nada que hablar con Laura, no tenía nada que hablar con aquel hombre... solo quería beber del cáliz otra vez y acabar con el quemazón que me amargaba.

Titubeé sobre que hacer pero al final me acerqué más aún hacia el chico hasta casi sentir su aliento, me temblaba la barbilla de los nervios, estiré los labios dejando ver mi dentadura al completo producto de la sed y el enfado. No podía pensar en nada más que fuera el cáliz y en lo que saboreé cuando di aquel primer trago. Agarré rápido el antebrazo del chico como si la idea de que se separase fuera inaceptable, pero algo me faltaba y no acababa de completarme. Olisqueé su cuello y un pequeño preludio al éxtasis me invadió, apreté más fuerte su brazo y entonces me dejé llevar por el instinto. 

Mordí como un animal furioso sin saber como proceder e inexperto paladeé su carne y su sangre. Empecé a gimotear y gruñir sin moverme ni un solo ápice, estaba agarrado a aquel chico por brazo y cuello y no quería separarme de él por nada del mundo. Pronto entendí que debía alimentarme y que aquel pedazo de carne no dejaba de ser un cáliz que me brindaba de nuevo Laura, me lo había arrojado para saciarme y eso pensaba hacer.

Con la otra mano sujeté al chico del cabello y continué bebiendo de él.

Notas de juego

Nunca he abrazado antes, así que todo lo raro que pueda ser... XD

Cargando editor
18/07/2014, 21:52
Narrador

Tu mente se apaga por completo en el momento en que hundes tus dientes en su carne, con más facilidad de la que sería esperable. Pero ni siquiera llegas a planteártelo, la Bestia que rugía dentro de ti toma el control y es quien succiona y desgarra mientras de tu garganta salen entremezclados sonidos de placer, chasquidos y lametazos. Tardas algunos segundos en percibir los gemidos y suspiros que salen también de labios de tu víctima mientras conviertes su carne en jirones buscando en su cuello cada vez más profundamente. 

El sabor de su sangre es un elixir que nunca habrías imaginado probar y que te embriaga por completo haciendo que pierdas la noción del tiempo. Esa parte de ti, salvaje, depredadora, instintiva, que ha tomado el control ni siquiera percibe que la respiración del hombre se va haciendo cada vez más espaciada. No se da cuenta de que su piel cada vez está más pálida y fría, ni de que sus rodillas fallan y tan sólo queda sujeto por tus manos que, como garras, sostienen con fuerza su cuerpo prácticamente inerte. Y en realidad ni siquiera le importa nada más que la sangre que abandona con un ritmo cada vez más lento sus venas, deshaciéndose en tu boca. 

No es hasta que el líquido rojo deja de fluir de su herida cuando poco a poco esa Bestia va apartándose, satisfecha, casi ronroneante y dejándote recuperar despacio el control de ti mismo, de tu mente y tus actos, del cuerpo que ahora compartís.

Es entonces cuando te das cuenta de la magnitud de las heridas que has provocado en ese hombre cuyo cuello cuelga en una postura completamente antinatural. Puedes sentir una presión en tus encías, como si tuvieras más dientes de los que deberías y la sangre todavía cálida cae desde tu boca, ensuciando tu ropa. Tus manos están también manchadas de sangre y te resulta evidente que lo que estás sosteniendo se ha convertido en un cadáver. Todas tus emociones parecen haberse magnificado mientras miras a tu alrededor, haciéndote cargo poco a poco de la situación.

Cargando editor
19/07/2014, 11:35
Francisco Ansúrez

Acababa de mutilar el cuerpo de un joven hasta matarlo, me había alimentado de él como si nada y no había dudado un solo instante en devorarlo. Quería negar la realidad y hacer como si aquello no hubiera ocurrido. ¿Pero cómo? Todavía sostenía su cadáver con mis manos y el olor a sangre estaba presente en toda la sala.

Le había matado, le había matado y me había saciado con su sangre.

Casi como un demente empecé a asentir hasta que comprendí la barbarie cometida. Mis manos flaquearon y dejé caer el cuerpo inerte a mis pies.

Miré a Laura desafiante, no entendía que había ocurrido pero sabía que ella era la culpable de toda esta situación. Por extraño que pudiera parecerme, aunque me sentía mejor también me sentía triste y una creciente desesperación se hacía presente en mi  por la falta de explicaciones. 

-¿Muñoz? ¿Qué... -¿Cómo terminar la frase? -Explíqueme por favor...

Cargando editor
25/07/2014, 20:40
Laura Muñoz

El cuerpo del hombre cae en un charco de su propia sangre mientras buscas a Laura con la mirada. Ella te contempla desde el mismo lugar, inmóvil, y durante un instante te preguntas si habrá llegado a pestañear. Sus ojos siguen la caída del cadáver hasta el suelo con una expresión extraña, como de anhelo, y entre sus labios te parece intuir de nuevo los mismos colmillos de la noche anterior.

Sin embargo, cuando te mira de nuevo parece haber vuelto a la normalidad. Hace un gesto con la cabeza hacia el pasillo y te habla. - Sígame. - Su tono es autoritario y formal y sin molestarse en comprobar si obedeces, se gira y sale de la habitación, dando por hecho que lo harás. - Encárgate de que lo limpien. - Dice en el pasillo con el mismo tono, dirigiéndose a otra persona que desde dentro no llegas a ver.

Cargando editor
26/07/2014, 02:27
Francisco Ansúrez

La obedecí siguiéndola fuera de la habitación, casi no le di importancia al hecho de tener que sortear el cadáver de un chico al que acababa de devorar, en este mismo instante lo único que me preocupa es saber que me ocurre... y procurar no enfadar a nadie, en especial a Laura.

Mientras caminaba miraba como mis manos goteaban sangre, sentí la tentación de lamerlas pero la cordura regresó a mi y me asusté ligeramente por pensar siquiera en esa posibilidad. Me apresuré para no perderla de vista.

Cargando editor
29/07/2014, 23:30
Laura Muñoz

Al salir al pasillo puedes ver al mismo muchacho de la noche anterior, dándose la vuelta y alejándose en dirección contraria a la que lo hace Laura. 

Las paredes son de piedra y están iluminadas por antorchas cuyas llamas titilantes acompañan vuestro camino hasta que ella se detiene delante de una puerta de madera con aspecto de ser bastante gruesa. 

La abre y espera a que pases para entrar ella detrás de ti y cerrar la puerta. Te encuentras de repente en lo que parece un pequeño despacho. La luz en esta habitación es eléctrica y diáfana, los muebles modernos y si no fuese por las mismas paredes de piedra podría parecer que estás de repente en otro lugar. La decoración no tiene nada que ver con lo que has visto hasta ahora en el edificio y una bonita alfombra cubre el frío suelo de piedra, haciendo más cómodas tus pisadas. 

Laura se sienta en un sillón con ruedas detrás de un escritorio en el que puedes ver un ordenador portátil cerrado y te hace un gesto para que te sientes delante de ella, en una silla negra y mullida. 

- Supongo que tendrá muchas preguntas que hacerme. - Empieza, mirándote de arriba a abajo con frialdad y gesto serio. - Pero le aviso que no voy a tolerar ninguna falta de respeto por su parte. - Hace una pequeña pausa y abre las manos sobre la mesa, como exponiendo la situación. - No voy a andarme con rodeos, Ansúrez. La cosa está así: ahora es usted un vampiro. Puede que le cueste creerlo, pero terminará por asumirlo. No quiere obligarme a demostrárselo, se lo aseguro. 

Tras una nueva mirada y otra pausa continúa hablando. - Pero ha tenido suerte. No es un vampiro cualquiera. Es usted un Tremere. A partir de ahora, forma usted parte de una gran organización. A la que le debe lealtad y obediencia, lo desee o no. - Puntualiza. - Hay muchas reglas y normas que tendrá que ir aprendiendo. También tendrá nuevas habilidades que tendremos que desarrollar. Eso ahora no me preocupa. Lo que quiero que quede bien claro - dice, echándose un poco hacia delante- es que mientras se comporte podrá avanzar dentro del Clan. Me encargaré de instruirle. Puedo hacer que llegue muy lejos. Pero si su actitud deja de ser satisfactoria, nos encargaremos de usted. 

Vuelve a apoyar la espalda en el respaldo del sillón y espera un par de segundos antes de hablar de nuevo. - Adelante, responderé ahora sus preguntas. Después le explicaré las normas que van a regir su vida de ahora en adelante y le enseñaré la capilla. - Y sin más se te queda mirando, como esperando algo de ti. Como si no fuese consciente de lo increíbles que suenan sus palabras, como sacadas directamente de una novela.

Cargando editor
30/07/2014, 17:37
Francisco Ansúrez

 Lo había imaginado... ni siquiera respiraba... Aún así escuchar la verdad de la boca de otra persona era igual de impactante, bajé la mirada arrepentido como si todo esto hubiese sido culpa mía. Si, de hecho había sido culpa mía, yo había aceptado entrar en "el juego" (El juego, recordé las palabras con la voz de Laura) y por mi culpa había acabado con la vida de un pobre chaval.

No era la primera vez que escuchaba la palabra Vampiro, siempre había oído relatos en el este de Europa que hacían referencia a viejos cuentos de terror. Pero como todos, pensé que eran cuentos para niños.

(No quiere obligarme a demostrárselo, se lo aseguro...) Ya había visto esa faceta sádica de Laura, no hacía falta más pruebas que el haber devorado a otro humano.

En cuanto me da paso para poder hacer preguntas levanto la mirada dispuesto a hablar con la educación que ella quería. -¿Qué quiso decir cuando dijo que se había ocupado de Luis? ¿Le... le habéis matado? -Por encima de todas mis otras dudas, esta prevalecía. Desde que me dijo aquello no había dejado de pensar en qué podría haberle ocurrido.

(Ahora es usted un vampiro) Negué con la cabeza en un movimiento lento.

Cargando editor
30/07/2014, 23:39
Laura Muñoz

La mujer niega con la cabeza, sin perder la seriedad de su expresión. No parece sorprendida en absoluto por tu pregunta. - No. Pero hemos eliminado de su memoria la última conversación que mantuvo con usted. - Responde con calma antes de volver a mirarte sin añadir nada más, esperando por si hay algo más que quieras preguntar.

Cargando editor
31/07/2014, 19:25
Francisco Ansúrez

No llegué a esbozar una sonrisa pero me sentí tremendamente aliviado en cuanto pronunció aquellas palabras, ni siquiera me sorprendió el hecho de que dijera que le habían borrado la memoria. Pensar que él o alguno de mis amigos pudo haberse visto involucrado en algo malo por mi culpa...

Deslicé mi mano hasta mi boca y toqué con el pulgar uno de mis colmillos tratando de encontrar alguna malformación evidente que demostrase las palabras de Laura. Algo que confirmase que de verdad era un vampiro, quizá esto solo se trataba de una enfermedad o quizá un experimento de laboratorio. Dejé de examinarme en un movimiento lento y la miré de nuevo con el ceño fruncido. (He matado a un chico, no importa como lo mire...) Era evidente que ahora estaba a su merced.

-¿Es usted la chiquilla del sueño? Hice memoria y recordé la conversación que tuvimos la última vez que estuvimos en un despacho. -Solo aceptó hacerme caso después de entregarle el folio... ¿Cómo pudo ser? ¿Có... ¿Cómo pude soñar eso?

Comencé a negar con el rostro lentamente. -Y... tengo más preguntas... -titubee. -¿Algo de lo que me contó en el museo fue cierto? ¿No volveré a ser como antes?

-¿Volveré a matar? -pregunté tras unos instantes.

 

Cargando editor
12/08/2014, 03:04
Laura Muñoz

Cuando pasas la yema del pulgar por tus colmillos no notas nada extraño en ellos, parecen estar igual que siempre. Sin embargo, recuerdas perfectamente la presión en tus encías, como si algo luchase por salir, y cuando apartas la mano restos de un rojo vivo la ensucian, recordándote lo que has hecho hace unos minutos. 

La mirada de Laura continúa fría y serena sobre ti. Responde a tus preguntas con seriedad y sin hacer ningún gesto que revele que le parecen fuera de lo normal en absoluto. - No sé todavía con exactitud -comienza, y la palabra todavía, cargada de significado, parece más una certeza que una amenaza- cómo o por qué soñó conmigo, señor Ansúrez, pero sí. Esa joven que describía en su papel, fui yo. - Mueve una mano en un pequeño ademán. - Hace mucho, mucho tiempo. - No hay nostalgia en su mirada y el tono de su voz es neutro. - Pero tranquilo, llegaremos al fondo del asunto que le hizo tener ese sueño, puede estar seguro. - Dice, clavando sus fríos ojos sobre los tuyos antes de volver a hablar. 

- Sí, lo que le conté en el museo era cierto. Llevaba literalmente siglos detrás de esa pieza, ¿de verdad creía que podría conseguirla antes que yo? - Pregunta con una leve suficiencia, completamente segura de sí misma para después negar con la cabeza. - Y no, no volverá a ser como antes, Ansúrez. Es probable que vuelva a matar, todos terminamos haciéndolo antes o después. Pero se acostumbrará y dejará de darle tanta importancia. Le enseñaré a controlarse lo suficiente como para poder relacionarse con el rebaño sin lanzarse encima de ellos como si fuera un animal salvaje. Le enseñaré a dominar su Bestia. Pero tendrá que alimentarla. 

Cuando termina de hablar vuelve a quedarse en un silencio expectante, mirándote y esperando por si tienes alguna otra pregunta que añadir antes de pasar a otro tema.

Cargando editor
12/08/2014, 20:34
Francisco Ansúrez

No me gustaba la idea de tener que volver a alimentarme de un ser humano, no me gustaba nada, y no quería ser un vampiro. (¿Cómo he podido acabar en esta situación?, pensé mientras Laura iba mencionando como tendría que aprender a matar). No asentí a las palabras de Laura porque no conseguía empatizar con aquella figura fría, nada que ver con la Laura que conocí en el museo. Esta ni siquiera sonreía o mostraba algún rasgo de humanidad, más que respeto empezaba a infundarme miedo.

-¿De verdad le extraña que yo creyera que podría conseguirlo? Tengo... (O tenía, ya no lo sé) los recursos necesarios para conseguir la mayoría de mis objetivos. -le devuelvo la pregunta desde el más absoluto respeto y con el mismo tono neutro que ella. -Y solo quería comprobar la vesica piscis para probar la veracidad de su historia, nunca hubiera imaginado que era... que usted es... un Vampiro. ¿Se divirtió manipulando a la mujer de la recepción? -ladeé la cabeza en gesto inquisitivo, convencido de haber errado al preguntar aquello. -No le acuso o juzgo, solo es curiosidad. Creí que había enloquecido cuando habló a través de ella...

Quería levantarme y dar vueltas, despejar la mente pero me aterraba interpretara aquello como una falta de respeto así que me contuve y continué sentado. -Señora Muñoz, disculpe mis preguntas si le suenan osadas e impertinentes, estoy... confundido. No tengo nada más que preguntarle, solo enséñeme y podré entenderlo por mi mismo.

Cargando editor
28/08/2014, 03:04
Laura Muñoz

Laura te escucha con el rostro inmóvil e inmutable hasta que terminas, sin molestarse en fingir que respira ahora que ya sabes lo que es. Y cuando hablas de la mujer de la recepción del museo puedes notar el primer cambio en los fríos ojos de la mujer, pues jurarías que ves en ellos un pequeño brillo. ¿Diversión, quizá? 

- No sé si lo definiría como divertido. - Responde, recuperando la seriedad al mirarte. - Digamos que suponía que iba a buscarme y me permití esa pequeña tentación. - Hace una pequeña pausa y empieza a levantarse mientras sigue hablando. - Y sí, me sorprendieron su osadía, su desfachatez y su falta de modales. Ser rico no le hace el dueño del mundo, Ansúrez. Siempre hay un pez más gordo que te puede comer. - Hace una pausa mirándote. - Literalmente. 

Empieza a caminar hacia la puerta. - Tiene suerte de haber tenido aquel sueño. Le debe la vida. - Te suelta sin inmutarse lo más mínimo ni detener sus pasos. - Si no tiene más preguntas, le enseñaré la Capilla ahora. Al fin y al cabo va a pasar aquí mucho tiempo de ahora en adelante. Sígame. - Y dando por hecho que obedecerás, abre la puerta y sale por ella.

Cargando editor
29/08/2014, 15:30
Francisco Ansúrez

Francisco se estremeció cuando insinuó que habría muerto de no haber sacado como conversación el sueño. En cuanto se levantó y fue hacia la puerta puso los ojos en blanco, aliviado y cansado de estar sometido al juicio de aquella mujer. Ya era la tercera vez que le llamaba maleducado e irrespetuoso en pocas palabras. ¿De verdad he sido tan irrespuestoso o está exagerando?, pensó mientras se levantaba de su asiento y la seguía.

-Si. -Asintió. Con Laura, Francisco sabía que cuantas menos palabras mejor.

Ella dijo que se permitió esa tentación en suposición de que iría a buscarla, cada vez era más evidente que en realidad quería que investigase más y diese con ella. ¿Si no por qué hizo todas aquellas cosas? ¿Por qué no borrarme a mi también la memoria? ¿Hubiera sido sencillo no?

Quería preguntárselo pero ella había dejado claro que el turno de preguntas había terminado, y dios sabe que Francisco no quería llevarle la contraria. Ya habría tiempo para molestarle con más preguntas.

Cargando editor
06/09/2014, 00:06
Narrador

Durante la siguiente hora Laura te guía por diversos pasillos de piedra, iluminados por antorchas en las paredes. Si no fuera porque el interior de las habitaciones que te muestra está decorado en su mayor parte de una forma moderna y funcional podrías pensar que te encuentras en las catacumbas de un castillo medieval. En las catacumbas porque no llegas a ver el exterior en ningún momento. No hay ninguna ventana en todos los lugares que te muestra.

Pasáis por una biblioteca formada por círculos concéntricos delimitados por las estanterías, allí Laura te explica que cada uno de ellos va adentrándose en conocimientos cada vez más avanzados y específicos, de manera que se puede llegar a juzgar el nivel de cada uno de los que allí estudian tan sólo por el lugar donde se encuentran. El lugar está en completo silencio y no hay nadie allí cuando te lo enseña. 

Después te va guiando hacia lo que llama "la zona de residencia" y una vez allí te enseña lo que según ella será a partir de ese momento tu habitación: un cuarto que a pesar de no ser pequeño no alcanza ni la mitad del que posees en tu casa. Amueblado de forma sobria, con una cama, un armario y un escritorio, con las mismas paredes y suelo de piedra, al menos tu mirada detecta un enchufe junto a la cama que te da la esperanza de que haya electricidad en el edificio, cosa que hasta ahora parecía bastante dudosa. Laura te informa de que podrás amueblar y decorar tu habitación a tu gusto y después te enseña el camino hacia sus dependencias, pero no te muestra su interior, tan sólo te indica que si necesitas algo de ella y no está en la biblioteca, ni en el despacho que viste antes, podrás encontrarla allí. 

Te informa de que cuando aprendas más podrás tener acceso a un laboratorio, pero sin llegar a enseñarte ninguno o explicarte por qué ibas a querer algo así, y finalmente te guía hacia una sala con algunos sillones y mesas donde puedes ver a un par de personas hablando en voz baja en un rincón. Cuando ven a Laura entrar seguida de ti se callan y se ponen en pie, manteniéndose inmóviles. Ella los ignora por completo, como si se tratase de muebles, y tras enseñarte el lugar sale de allí para seguir guiándote por esos interminables pasillos. 

Te enseña una puerta que según ella es el despacho del Regente de la Capilla, palabras que no te dicen demasiado. Y también añade que es pronto para que lo conozcas, pero que si en algún momento necesitas algo y ella no está allí, puedes acudir a él. Aunque puntualiza que más vale que sea para algo importante si llegas a molestarlo.

Tras el paseo vuelve a encaminar vuestros pasos hacia el despacho del que salisteis, sin que os hayáis cruzado más que con aquellas dos personas y allí te pide que te sientes de nuevo.

Notas de juego

Lo hago del tirón para dar un empujoncito, pero si en algún momento quieres hacer algo más aparte de seguirla, avísame y retrocedemos.

Cargando editor
06/09/2014, 00:19
Laura Muñoz

- No se preocupe por sus posesiones, el Clan se encargará ahora de gestionarlas. En ocasiones fingimos la muerte de nuestros vástagos, pero con usted nos interesa que el mundo crea que sigue vivo. Aunque tendremos que encargarnos de matizar algunos detalles. - Hace un pequeño gesto abriendo las manos sobre el escritorio antes de seguir hablando con seriedad. - Ahora que ha visto la Capilla. ¿Tiene alguna otra duda, Ansúrez? ¿O le explico las normas? - Pregunta posando sus fríos ojos en los tuyos.

Cargando editor
08/09/2014, 00:45
Francisco Ansúrez

Francisco fue recordando palabra a palabra aquello que le iba explicando Laura, no quería tener que preguntarle algo dos veces, debía mostrar lo mejor de él para evitar que se arrepintiera de haberle dejado con "vida". La malo de aquel lugar era que aun estando libre y guiándole por todas las estancias de la capilla todavía sentía que estaba siendo retenido en contra de su voluntad. A cada paso que daban fue trazando un mapa mental sobre el que luego pudiera orientarse para no perderse, o incluso escapar en un futuro. Por lo demás, el único lugar que despertó verdadero interés en Fran fue la biblioteca. Si era cierto aquello que le había explicado, ahí sería donde podría encontrar las respuestas sobre todo.

Continuó siguiendo a su anfitriona con la mirada clavada en sus actos. 

Al menos no es un sarcófago... pensó Fran con tristeza, no le hacía ninguna gracia tener que dormir en aquel lugar, no por la simpleza de la habitación, sino por estar preso en un lugar en el que podía acabar muerto si no ataba su lengua.
El resto de la capilla le pareció un internado para monstruos. Hogar dulce hogar supongo... No será fácil. 

Está claro que eres alguien importante en este lugar. Es evidente, todos se levantan en tu presencia.

-Muñoz, no puedo asimilar tanta información de golpe. Ayer estaba vivo, hoy estoy muerto y he matado a un hombre. No, no habrán preguntas hasta que sepa que preguntar.

Cargando editor
14/09/2014, 13:25
Laura Muñoz

Laura asiente, como si tu respuesta fuera la única posible, y empieza a hablar de nuevo. - Forma usted parte de una organización dentro de otra. El Clan al que ahora debe lealtad controla la Camarilla, una agrupación de vampiros de varios clanes. Podrá estudiar las diferencias entre ellos en la biblioteca. Pero hay seis reglas que deberá aprender, memorizar y asumir desde ahora y que protegen la continuidad de nuestra existencia tal y como la conocemos. Las llamamos Tradiciones. - Te echa un vistazo de arriba a abajo. - Puede que le resulten arcaicas, pero su opinión no es importante. Limítese a cumplirlas. 

Se levanta entonces y empieza a pasear por el despacho mientras enumera con tono frío, distante y monocorde. - La primera es la Tradición de La Mascarada. No revelarás tu verdadera naturaleza a los que no sean de la Sangre. De hacerlo así renunciarías a tus derechos de Sangre. La segunda Tradición. El Dominio. Tu dominio es tu propia responsabilidad. Todos los demás te deben respeto mientras se encuentren en él. Nadie puede desafiar tu palabra en tu dominio. La tercera... La Tradición de la Progenie. Sólo Abrazarás a otro con el permiso de tu antiguo. Si creas a otro sin permiso, tanto tú como tu Progenie seréis ejecutados. La cuarta. La Tradición de la Responsabilidad. Aquellos a los que creas son tus propios chiquillos. Hasta que liberes a tu progenie, estarán a tus órdenes en todo y sus pecados serán tu carga. La Quinta Tradición es la de la Hospitalidad. Honra el dominio ajeno. Cuando llegues a una ciudad extraña deberás presentarte ante quien la gobierne. Sin su aceptación, no eres nada. La Sexta Tradición es la de la Eliminación. Tienes prohibido destruir a otro de tu especie. El derecho de inmolación corresponde sólo a tu antiguo. Sólo los más antiguos podrán declarar la Caza de Sangre. No se preocupe si no lo ha memorizado todo, podrá leerlas todas las veces que lo necesite.

Se gira entonces hacia ti. - Esto en cuanto a la Camarilla. Nosotros tenemos nuestras propias reglas, mucho más estrictas, que irá aprendiendo poco a poco. Mañana le indicaré qué material puede comenzar a estudiar en la biblioteca. Hasta que yo se lo indique no podrá salir de la Capilla. - Te mira muy seriamente y da un par de pasos hacia ti para posar sus ojos fijamente en los tuyos. - Le recomiendo que no haga tonterías, Ansúrez. Se lo dije, si colabora y demuestra su valía, le ayudaré a llegar muy lejos. Pero ahora mismo su vida está en mis manos y no vale nada. No lo pierda de vista.

Mantiene tu mirada un instante antes de apartarse y dirigirse de nuevo al asiento que ocupaba antes. - Voy a encargarme de atar algunos cabos. Puede retirarse. Si siente hambre, venga a buscarme. - Hace un gesto con la mano, como indicándote que puedes marcharte, pero antes de que te levantes te pregunta algo más. - Disculpe, ¿tiene alguna duda sobre lo que le he contado? ¿Quiere que le traigamos algo de su casa? 

Cargando editor
15/09/2014, 17:44
Francisco Ansúrez

Santo dios... esta mujer realmente me odia, no deja de amenazar con acabar conmigo. ¿Será así de verdad o es solo una careta? Las tradiciones no era una normativa compleja, solo un puñado de directrices de sentido común. Era difícil creer que la existencia de esta raza hubiera permanecido en secreto hasta ahora, y más con la cantidad de cámaras que hay hoy en día. 

¿Qué no me puedo ir de aquí? ¿A donde iba a ir de todas formas? Me preocupaba poder hacerle daño a Chloe o cualquier que pudiera pasar por mi casa, quedarme en la capilla era buena idea. Me aterraba pensar algo así, en ese momento estaba bien pero no sabía si volvería a sentir la sed otra vez.

-Ha quedado claro.- Dije sin entrar más al trapo, quería perderla de vista lo antes posible. Se había llamado a su misma vampiro, pero se sentía más como una figura demoníaca. El sueño era una prueba, había escapado de las llamas como un ser mágico. Ninguna leyenda que hubiera escuchado o leído hacía referencia a vampiros con esa clase de poderes místicos. -Recuerdo el juramento.

-Me gustaría recuperar mi portátil, necesito escribir. Al menos eso, lo necesitaba para poder redactar todo lo que había visto hoy.