Partida Rol por web

Vampiro: Edad Oscura V20 - Bretaña nocturna [+18]

[Crónica 1.2] Estación de Nieblas - Conversaciones nocturnas - FINALIZADA

Cargando editor
19/02/2018, 21:22
z/Eadwig du Josselin

 - Efectivamente, cuando fuimos informados sobre estos sucesos, lo primero que se me vino a la mente fue el castillo de Châteaulin. Ese lugar sigue siendo un mal presagio después de tantos años. Sin embargo, antes de revivir a antiguos Príncipes, procuraría investigar un poco más. – Eadwig se preparaba para hacer una confidencia, para devolver el gesto a su compañero. Miró por un momento a las espaldas del normando para asegurarse de que nadie escuchaba. – Lo que me trae algo inquieto son los nigromantes. Han tenido muchísimo tiempo para jugar y hacer sus experimentos. No me sorprendería que hayan tenido que ver con esa extraña niebla.

El caballero se proponía a abandonar los balcones, cuando de pronto Ingvar se paró en seco e invocó el nombre de San Guénolé. El Ventrue había oido hablar de él pero no por su obra, sino porque era un santo importante de Bretaña y la abadía donde reposaba su cuerpo fue saqueada por vikingos, aunque no creyó prudente referirse a aquellos hechos.

 - El nombre lo conozco, los ingleses lo llamaban Saint Winwaloe. Pero no estoy muy familiarizado con él.

Cargando editor
19/02/2018, 23:28
Ingvar Lundson

-¿Los capadocios? -Contestó Ingvar en un tono de cierta sorpresa. -Supongo que podrían pero... ¿tenéis alguna causa para sostener esa sospecha, o sólo es vuestra intuición?  ¿Qué motivos podrían tener ellos? Son fundamentalmente estudiosos. A menos claro... que hubieran causado el despertar de algo accidentalmente. Pero antes sospecharía de los Usurpadores, si tuviera que acusar a un hechicero.

-Sin embargo, es extraño. -Siguió teorizando, motivado por las palabras del caballero. -Que siempre proceda del mar. ¿Sabéis? Hay una leyenda... que hablaba de una ciudad sumergida, fundada por el mismo rey que después fundó Quimper y gobernó Cornualles. Es una leyenda humana, claro... pero muchas veces las leyendas humanas son motivadas por conflictos de la Estirpe. Y esta en concreto, más que ninguna. Tal vez sea a Quimper, y no a Châteaulin, a donde debamos cabalgar dentro de poco, amigo mío.

Cargando editor
20/02/2018, 14:14
z/Eadwig du Josselin

Eadwig no respondió, sino que se quedó pensativo mientras analizaba lo que había dicho el vikingo. Que había un largo camino por recorrer eso era seguro.

Luego de concluida la charla con el normando, Eadwig se encaminó de nuevo hacia la sala donde estaban reunidos los vástagos y entró junto con Ingvar para oír lo que habían averiguado el resto de sus lecturas.

Cargando editor
21/02/2018, 13:10
Sybilla

Lugar del encuentro Castillo de Brest, sala del trono, finales octubre de 1264.

Sí, en efecto, sois sorprendentemente sincero.-admitió, tras haberlo escuchado con atención, observándolo, pensativa, como si de hecho meditase cada una de sus palabras, quedando a continuación en silencio, tras recibir su petición, su pregunta, llevándose una mano al mentón, expresando con su gesto cierta duda- Vuestra pregunta es complicada...-admitió- Algo que pueda entregaros de mí... -repitió, estirando ligeramente aquellas palabras mientras entrecerraba los ojos.

Bien, lo primero que debéis saber es que, soy quizá, de todos aquellos que han acudido al llamado de Gevrog, quien más pueda valorar la sinceridad. Que no el descaro, ni la falta de decoro o respeto escudada en honestidad.-apuntó- También os digo, que tal cosa no implica que sea yo siempre la persona más honesta. De seguro comprendéis que a veces, las medias verdades o símplemente el silencio... Son herramientas necesarias para defender los intereses propios, y de aquellos a quienes servimos.-aclaró.

- Lo segundo y más importante, y quizá lo último que puedo deciros por ahora, es que no sólo debo lealtad a la Príncipe de Bretaña. Le debo mi vida. O más bien... Mi existencia. Esa mujer me acogió en un momento plagado de oscuridad. Un momento en el que mi cordura y mi pertenencia a este mundo pendían de un hilo.- explicó, ahora con palpable seriedad- Así que no es sólo la obligación lo que me lleva a velar por sus intereses. También es una deuda de gratitud. Es honor. Y en cierta forma, también aprecio. 

Cargando editor
21/02/2018, 13:43
Artur de Aquilare

Lugar del encuentro Castillo de Brest, sala del trono, finales octubre de 1264.

Durante unos segundos el lasombra no dice nada, cual si valorase lo señalado por la consejera. Finalmente, tras unos instantes, asiente.

- Gracias. Vuestras palabras y vuestro comportamiento os honra. He disfrutado de estos momentos, y espero que podamos compartir conversaciones como ésta en el futuro. También, espero, que podamos colaborar fructíferamente, no sólo en este evento, sino por muchos años. El honor engrandece a quien es servido con honor, y a quien sirve con honor- no parece haber petulancia o engaño en las palabras del lasombra, quien enuncia la frase como quien enuncia una verdad inmutable en el universo- Pero temo que nuestros compañeros terminarán por impacientarse o temer peligrosas conspiraciones. ¿Deseáis alguna otra cosa o regresamos, dama Sybilla?

Cargando editor
21/02/2018, 14:32
Bohort du Lac

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Bohort te escuchó sin alterar su permanente rostro sonriente de su cara, su mirada era atenta, a pesar de la aparente poca seriedad de su actitud.

¿Por qué debería sorprenderos? ¿Dije acaso que mis motivos aquí era el asunto anunciado por el Príncipe de Brest? —la sonrisa se volvió socarrona por un momento —. No, muchacho. Fray Aethelstan demuestra preocupación por lo que sucede, pero mis habilidades investigadoras no son las mejores, vengo a observar y a ayudar si fuera menester.

Ante la pregunta a Edwin, Bohort calló y miró al caballero de Saint Brieuc.

Cargando editor
21/02/2018, 14:38
Edwin du Saint Brieuc

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Edwin no necesitaba demostrarse más serio que Bohort, al fin y al cabo todo el mundo le era sencillo ser más serio que el caballero de la Garza Negra.

Mi espada siempre está presta para proteger a los débiles —dijo con convicción —. Tal es mi juramento, y lo que sucede aquí es algo maligno. No me cabe duda.

Sin duda, por la forma de hablar, Edwin no parecía tener una concepción maligna de si mismo en su condición de vampiro.

Aunque prefiero trabajar solo, y dado que mi objetivo es, simplemente, cumplir con mi deber juramentado, no me veré inmerso en las labores del grupo formado —apuntó sereno, con un ápice de confiada arrogancia.

Cargando editor
21/02/2018, 21:58
Sybilla

Despacho del Príncipe, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Gracias.- dijo antes de tomar asiento, con decoro, recolocando sus faldas mientras escuchaba a Gevrog, sin cometer el descaro de tratar de ver qué había escrito sobre el pergamino- Efectivamente, mi señora está preocupada. Y por eso estoy aquí. - admitió, después de todo, aquello resultaba evidente- Me tratan adecuadamente. Quizá me falta costumbre al respecto de la humedad... Pero entiendo que eso es algo que tiene que ver con las inclemencias de este clima, y no con tu hospitalidad.-dijo, tomándose la confianza de tutear al chiquillo de su mentora, ahora que se encontraban hablando en privado. Después de todo, había compartido con él más que palabras, se dijo, mientras lo observaba, con aquellos profundos ojos oscuros que la caracterizaban.

- Sé lo que debes estar pensando. O bueno. Lo intuyo. -expuso- Crees que Margawse no confía en ti, o que desea tenerte vigilado, por si te equivocas de manera estrepitosa.-añadió, con cautela- Y no me atreveré a hablar sobre lo que pueda pensar la mujer a la que sirvo, pero sí puedo hablar por mí.-dijo, apretando ligeramente los labios- No tienes por qué equivocarte. Y sé que eres lo suficientemente astuto como para saber que debes guardar cierta cautela con toda esa gente que ha venido tras tu proclama. -señaló, tratando de discernir cualquier reacción por su parte- No estoy aquí para ponerte en duda. Ni para hacer crítica del modo que escoges para gestionar tu propio gobierno, Gevrog. Ahora mismo, podría decir que sólo deseo ayudarte. Cierto es que en gran parte lo deseo porque tu éxito será algo que complacerá sin duda a Margawse, pero también porque no guardo ninguna animadversión hacia ti. Al contrario... - dijo, esbozando una ligera sonrisa. 

Cargando editor
22/02/2018, 12:28
Sybilla

Lugar del encuentro Castillo de Brest, sala del trono, finales octubre de 1264.

La consejera asistió a aquel cambio en el semblante de Artur con curiosidad, preguntándose qué en concreto, de su confesión, habría provocado tal expresión. En cualquier caso, entendía que no lo había encontrado inadeciado o desagradable.

-Yo también lo espero-indicó, con un asentimiento, atendiendo a su pregunta con una leve sonrisa- Nada más. Tenéis razón, será mejor que volvamos, o acabaremos siendo objetivo de escarnio.

Cargando editor
22/02/2018, 12:38
Artur de Aquilare

Lugar del encuentro Castillo de Brest, sala del trono, finales octubre de 1264.

- Me decepcionaría si la dama Leyre no hiciera escarnio de mi, dama Sybilla. Creo que todo el afecto que puede tener su corazón lo ha depositado en su señora. Y para el resto sólo nos queda el terrible y acerado látigo de sus palabras.

La sonrisa de Artur mostraba que, realmente, al menos por ahora, no le molestaban tanto como podía parecer las procaces intervenciones de la chiquilla de Mahé. En todo caso, tras inclinarse respetuosamente ante la dama Sybilla, ambos regresan con el resto del grupo.

Cargando editor
23/02/2018, 02:56
z/Eadwig du Josselin

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

 

El caballero escuchó a ambos interlocutores. Sus respuestas no se alejaron mucho de lo que esperaba. Conocía a Bohort y no se lo imaginaba en una cruzada, recorriendo esos territorios en busca de desentrañar el misterio de la niebla.

- Bien, maese du Lac, me alegra saber que os preocupa el bienestar de los pueblos bretones. Yo como les anticipé, participaré de los grupos que partirán mañana hacia Crozon. Sin embargo, me ayudaría mucho, si me compartieras los conocimientos que pudieras tener sobre Crozon y Cornualles. No confío mucho en los Capadocio, y parece que en algún momento iremos a golpearles la puerta para pedirle acceso a su biblioteca. Cualquier información que me pudieras dar será más que bienvenida.

Luego, miró a Edwin, y le dijo – Tus motivos son buenos, claro está, y me alegro por ello. Respeto tu decisión de encarar esta empresa solo. Pero déjame ofrecerte mi ayuda si en algún momento de esta misión te hace falta. – lo miró con seriedad. – En serio, si llegas a necesitar apoyo, y estoy cerca, no dudes en llamarme, y me espada estará a vuestra disposición. -

Cargando editor
25/02/2018, 17:26
Gevrog Menguy

Despacho del Príncipe, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Gevrog te escuchó en silencio, su cara no transmitía alegría, pero al menos la ira que le carcomía no encontraba en ti un objetivo. A pesar de que Margawse se sentía continuamente decepcionada por su chiquillo, lo cierto es que para la Príncipe de Bretaña rara vez nadie estaba a la altura de sus varemos, a todas luces, desproporcionados.

Los que han venido a mi llamamiento son poco más que carroñeros y oportunistas que me creen débil e inepto —respondió sin tapujos —. Una condición que dejaré que crean mientras considere oportuno, pero no te quitaré la razón. Odio que la tengas, pero la reconozco.

El Príncipe suspiró dejando descansar su mano derecha sobre la mesa, golpeando suavemente la madera con ritmo irregular.

Siempre has tenido tino aconsejando a mi madre, y no veo la razón por la que ahora empiece a desconfiar de tu criterio. Margawse es muchas cosas, pero que te mandara aquí para minar mi autoridad no es algo que te encargaría, ¿verdad? —te echó una mirada interrogadora, no por poner en duda esa hipótesis tuya, sino como reafirmar su posición. A pesar de la confianza que esgrimía en ese momento, conocías suficiente a Gevrog como para saber que nunca había estado a gusto en posiciones de poder y prefería operar entre bambalinas —. En cualquier caso, ¿qué me puedes decir de nuestro altruistas postulantes, estimada Sybilla?

Cargando editor
25/02/2018, 18:12
Bohort du Lac

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Bohort amplió su sonrisa cuando preguntaste, más aun cuando expresaste tu desconfianza por los capadocios, sus ojos inteligentes te abarcaron mucho más de lo que estabas dispuesto a admitir. No en vano, Bohort te conocía desde tu Abrazo.

No puedo decirte mucho sobre la península de Crozon, muchacho —repuso encogiéndose de hombros, algo que también hizo Edwin —. ¿Pero Cornualles? Bien sabrás que nadie ha reclamado su dominio desde la caída del viejo Riothamus, y su castillo se pudre en ruinas y rumores. Tus suspicacias sobre los capadocios, ¿por qué? Rara vez interactúan con el resto de los vástagos bretones, es un reconocido enclave neutral —hizo una pausa solemne, una solemnidad rota por su permanente sonrisa —. Sé respetuoso con los necromantes, es una virtud que espero que no hayas olvidado en la corte de Suscino.

Cargando editor
25/02/2018, 18:19
Edwin du Saint Brieuc

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Lo mismo digo, sieur Eadwig —asintió solemne —. Mi espada estará presta a ayudaros si así lo precisáis.

Durante unos instantes se quedó pensativo, ajeno a la tibia pulla que Bohort te lanzó, movió la cabeza recordando algo.

Yo también he escuchado esos rumores de Châteaulin —dijo con cierta cautela hablando del antiguo castillo de Riothamus —. Luces, llantos, como si las almas de los torturados por aquel demonio permanecieran atrapadas entre sus muros. Mal asunto y mal lugar, la huella maligna de Riothamus permanece ahí, no me tengo por un cobarde, sieur Eadwig, pero a Dios pongo por testigo que convencido estoy que pesa una maldición en ese lugar a la que nadie debería desafiar.

Cargando editor
25/02/2018, 18:30
Sybilla

Despacho del Príncipe, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Es una buena estrategia, en realidad. Quien se confía acaba... Muriendo por la boca, en más de una ocasión.-admitió, pensativa, mientras lo observaba- Y en absoluto. No acudo aquí a minar tu autoridad.- aseguró, antes de escuchar su última pregunta, esbozando una media sonrisa y cruzando las manos sobre el regazo, como si se acomodase antes de comenzar a hablar de nuevo.

Bien... ¿Por dónde empezar?- dijo, forzándose a emitir un suspiro, mientras entrecerraba los ojos- El normando,  quizá el protagonista de los desmanes hacia tu persona que han tenido lugar esta noche, puede ser un problema en cuanto a imprudencia y poca mesura a la hora de hablar, así como excesiva confianza en si mismo.- admitió- Cree poseer unas dotes conspirativas con las que cláramente no ha nacido, pues tiene tan poca discreción como un gorro de cascabeles en medio de un entierro.- indicó- Esta noche, sin ir más lejos, delante de oídos tan perceptivos como los mios, y como los de muchos de los presentes en la sala anexa en la que nos encontrábamos, susurró al caballero Eadwig que deseaba hablar con él en privado, pues desconfiaba de muchos, pero de él no. -expuso, negando con el rostro, divertida- Cree poder confiar en cualquiera que le ría las gracias y resulta cuanto menos torpe, así que, no lo consideraría peligroso para tu posición. 

Diferente es el caso de Leyre de Abin. Ella en si misma, lenguaraz y legible como un libro abierto, quizá no suponga mayor problema que el normando, aunque sin duda es más perspicaz que éste. -indicó, con un gesto- Pero sirve a los intereses de alguien con fervientes deseos de obtener posición y reconocimiento, y que ya posee cierta rivalidad con vuestra hermana en la sangre, Elaine. Y sirve a ésta persona, que no es otra que Mahé, con tal abnegación, que tal cosa pudiera convertirse en un riesgo. -explicó.

La mujer de tez oscura, a penas ha hablado. Parece cauta, al igual que Maëlys de Trebaul. Y dudo que ambas posean grandes intereses políticos o aspiraciones sociales que puedan perjudicar la estabilidad de tu gobierno. Se las ve más interesadas en otro tipo de motivaciones.-añadió, guardando silencio tan solo un instante, para que Gevrog pudiera asimilar todo aquello que decía, sin sentirse apabullado.

- Quienes me preocupan realmente son el caballedo Eadwig, por su silencio y por no haber demostrado con claridad sus intereses en este asunto, así como el noble castellano, Artur de Aquilare, que asegura no tener interés en perjudicar el dominio de mi señora y respetar las costumbres de esta tierra, y de hecho no parece mentir... Pero sin embargo... Resulta súmamente perspicaz, y sirve asimismo a los intereses de otro de quien a penas conozco nada.-indicó- Mayra de Urueta.- añadió, con un interrogante velado en la mirada, que indicaba que deseaba saber si a Gevrog aquel nombre le sonaba de algo- Además, parece tener algún tipo de relación con Elaine, a quien no se le ha concedido ningún principado, y quien debe estar deseando sin lugar a dudas despuntar a costa de un fracaso ajeno ante los ojos de Margawse. -dedujo- O al menos yo deduzco tal cosa.-aclaró.

En cuanto al emisario Tremere... Bien... Es un emisario Tremere. Útil como el veneno de un escorpión cuando se desea solucionar un problema molesto, pero a su vez... Traicionero y peligroso como tal.- dijo, con desagrado- Un Usurpador trae  siempre consigo los intereses de sus señores arcanos mientras trata de sonreír lo máximo posible y de complacer a cualquier incauto que se deje seducir por sus promesas de poder, creando deudas con las que favorecer a los suyos. 

Cargando editor
25/02/2018, 19:37
Gevrog Menguy

Despacho del Príncipe, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

El Príncipe te escuchó hablar de los que se habían interesado en averiguar lo que sucedía con aquella niebla maléfica, en algunos puntos dio su propia opinión al respecto, apostillando lo que decías.

Es un idiota presuntuoso —dijo sin tapujos, al fin y al cabo Gevrog era el primogénito de Margawse, que también era famosa por no morderse la lengua —. Confiar en uno de los lacayos de Owyn, todo un hito de la visión diplomática de ese forastero con ínfulas.

Leyre.. el capricho de Mahé, su mascota. Bien hará en ponerle correa, para estrangularla cuando hace falta —bufó abiertamente molesto con la mención de la toreador —. No me preocupa la chiquilla de Mahé, espero que la ponga en su sitio.

No mencionó nada de las siguientes tampoco, aunque al hablar de Selin arrugó la nariz en un claro gesto de desagrado, probablemente por el origen sarraceno de esta.

Eadwig es un escalador, ¿sabes que pertenecía a la Garza Negra? Abandonó la orden y a su sire para unirse a la Corte de Vannes, y dudo mucho que sea por convicción —dijo funesto —. Ándate con ojo, no creo que haga ninguna tontería, pero hará cualquier cosa por obtener una posición de poder. Al fin y al cabo, es un patricio.

La mención de Artur hizo que el Príncipe se mostrara más cauto.

Los lasombra llevan muchos años intentando establecerse formalmente en Bretaña —dijo áspero —. Mi madre cree que sería un error abrirles las puertas sin más, estoy convencido que es tal Mayra de Urueta tiene excesiva influencia entre los Le Guillant —comentó pensativo, juntó las manos sobre la mesa —. Como en todo, permanecer a la expectativa será lo inteligente por ahora.

Al mencionar al tremere, Gevrog movió la cabeza desdeñoso.

Por mi pueden seguir postulando todo el tiempo que quieran para obtener su permiso. A los traidores y a los asesinos les tengo la misma estima que a la mierda de caballo —cuajó la mandíbula muy serio —. Pero mi bienamada madre ordena que se les tolere, que son útiles, para mi.. son solo problemas en potencia.

Cargando editor
25/02/2018, 22:55
z/Eadwig du Josselin

Salón del trono, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

-En caso de que mis asuntos me lleven a la puerta de los nigromantes, guardare el respeto que se debe prestar, como en cualquier otra corte, no te preocupes por eso mi amigo. – Aunque la sonrisa perpetua de Bohort ya no lograba intimidarlo, aún no había aprendido a leer sus gestos, por lo que cada mirada que el Malkavian le echaba lo desconcertaba. - He aprendido lo bueno de Pierrik, y he procurado tratar de no aprender lo malo. Mis opiniones no condicionarán mi trato hacia ningún vástago.

- Aun así, todo en Cornualles me provoca malas vibras. – agregó dirigiéndose a Edwin. – Puede ser que el extraño fenómeno que debemos investigar esté relacionado de alguna forma con el castillo de Châteaulin, y aunque yo tampoco soy un cobarde, tampoco soy ingenuo, y no iría a desentrañar los secretos de ese lugar maldito de no ser absolutamente necesario. – Esperó un segundo mientras sopesaba sus próximas palabras. – Pero como os decía antes. Si el destino nos lleva a desafiar aquella maldición, mejor será que nos encuentre a los hijos de Caín unidos para hacerle frente.

Dicho esto, se dio vuelta para ver a Ingvar salir de la sala donde aún seguían reunidos el resto de los vástagos. Así que antes de despedirse agregó.

-Les deseo a ambos que el destino les tenga preparada la mejor de las suertes en su camino. Ahora, si me disculpan, parece que el joven normando reclama unas palabras conmigo. 

Notas de juego

Si alguno de los dos tiene algunas palabras finales, con ellas terminaría la escena. Luego habría ido a los balcones con Ingvar para luego volver juntos a la sala done estaba el resto leyendo. :)

Cargando editor
28/02/2018, 09:42
Ingvar Lundson

Notas de juego

Me gustaría hablar con mi Ghoul y darle instrucciones. ¿Prefieres hacerlo en conversación o simplemente te lo resumo?

Cargando editor
28/02/2018, 15:22
Jean-Etienne

Patio, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

El amanecer no tardaría en llegar, pero tu ghoul apareció en la entrada del castillo, la guardia no le dejó entrar en un principio, pero al presentarte acabaron por permitir el paso a Jean-Etienne al patio para conversar contigo. El rastreador venía sucio, algo habitual en él, se inclinó ante ti.

¿Mi señor? Estoy aquí, como mandó —se anunció prosaico el ghoul.

Notas de juego

Las peticiones siempre hazlas por tu escena, así no llenamos las escenas de rol con cosas que no son, o usa las Notas para añadir algún comentario en paralelo de la escena en ciernes.

Entenderé que habías quedado con él sobre el horario que marco, puesto que no tendrías tiempo de salir a buscarlo ni tampoco me has especificado en qué condiciones, pero imagino que algo así sería.

¡Un saludo!

Cargando editor
28/02/2018, 15:53
Ingvar Lundson

Patio, Castillo de Brest, finales de octubre de 1264

Ingvar se acercó hasta su sirviente, saludándolo con un satisfecho movimiento de cabeza, mientras murmuraba una maldición por la terquedad de los guardias. Hubiera preferido encontrarse con él con algo más de tiempo, pero la lectura de los manuscritos y ponerse de acuerdo con el resto de irritantes vástagos había consumido mucha más noche de la que hubiera querido. De modo que tendría que ser breve.

-¿Has logrado averiguar algún rumor acerca de esa niebla, o de sucesos extraños que hayan tenido lugar en Brest? –Preguntó directamente al rastreador. Era consciente de que, con una única noche, Jean-Etienne debería haber tenido mucha suerte para escuchar algo interesante, pero no perdía nada asegurándose de ello.

-Pero antes de que me informes, escucha bien porque vamos a separarnos unos días y necesito que sigas mis instrucciones. –Continuó hablando sin esperar a la respuesta de su ghoul. Se dirigía a él con una familiaridad que extrañaría a muchos vástagos, pero es que además de un siervo, el rastreador era un buen compañero para el Gangrel, incluso un amigo. –Mañana embarcaré rumbo a la aldea de Kermorvan, al otro lado de la bahía. Me mantendré ahí… siete noches, si todo va según mi plan. Tú viajarás a caballo, rodeando la bahía, llevando también mi montura. Puede que la necesite allí. En cualquier caso, tu primer destino es la abadía de Landévennec, en la entrada de la zona de Crozon. Habla con los monjes, adúlalos, hazles un donativo, lo que sea pero que te ayuden. Necesito toda la información posible sobre el mito de Dahut, el hundimiento de la ciudad de Ker-is, y su paradero. Cuando acabes allí, continúa hasta Kermorvan. Tienes siete días, pero confío en que puedas hacerlo en menos tiempo. Y en el peor caso, si no lográramos encontrarnos, vuelve a Brest e informa en el castillo. Dejaré a alguien encargado de que se te reciba. Yo volveré tarde o temprano.

Ingvar hizo una pausa, mientras esperaba a que su sirviente asimilara todo lo que acababa de decirle. Sabía bien que su ghoul era un hombre de pocas palabras, pero fiable y certero como sólo un hombre de campo podría ser. Estaba realmente satisfecho con él.

-Y… Jean-Etienne… -Agregó mientras miraba hacia el cielo, anticipando la amenaza del alba. -Ya sabes lo que hemos escuchado acerca de esa niebla, y no parece que se trate de un rumor exagerado. Viaja siempre de día, acampa lejos del mar por las noches, y si es posible entre cuatro paredes. Prefiero que llegues vivo a que llegues pronto. Y mientras viajas, escucha todo lo que puedas… la mayor parte serán simplemente supersticiones, pero quizás nos den alguna pista. Mañana al anochecer te veo en el puerto. Allí te dejaré el caballo, dinero, y alguna instrucción extra. Entretanto, usa el día para seguir investigando y descansar un poco.