Partida Rol por web

Al ver que mi primer puñetazo parece no haber sido suficiente, lanzo uno nuevo tratando de causarle más daño.

En esta ocasión el soldado ve como el semiorco intenta contactar de nuevo con él sin suerte. Este lanza un nuevo golpe a Morko, impactándole de nuevo.

Al recibir el golpe, trato de encajarle otro puñetazo al rohirrym.

Orgen se avalanza sobre Morko intentado apresarlo sin conseguirlo.

EL soldado intenta apresarme, una lástima que una treta tan vulgar no funcione. En cuanto puedo le intento endiñar de nuevo.

El soldado recibe un buen golpe que lo deja temporalmente aturdido. Divisa de nuevo al semiorco y se lanza de nuevo contra él.

-¡Vamos Morko! ¡Ya es tuyo! -grité a mi compañero para rebatir el apoyo que el soldado estaba recibiendo de los Rohirrim. 

Realmente no sé cómo se le ocurrió al jinete enfrentarse al enorme Morko en un combate mano a mano... ¿Tal era su odio hacia su raza?

-¡Ahora verás, maldito!.-Digo lanzando el puño de nuevo hacia él.

Al final cae Morko abatido y también el soldado Orgen. Ambos estaban medio inconscientes en el suelo y los rohirrin se avalanzaron coreando el nombre de su compañero. Muchos de ellos también fuerons en ayuda del semiorco, sorprendidos de la fuerza y el coraje con que había luchado de igual a igual con uno de los más experimentados jinetes de Rohan como era Orgen.

Todos estaban eufóricos, hasta el mismo Éomer sonreía satisfecho del duro combate.

Rápido, lleven a estos dos formidables guerreros a que se restablezcan de sus heridas.

Se dirige al resto de personajes invitándoles a almorzar en la posada con los rohirrin y a celebrar un banquete por la noche, a modo de despedida.

Tras esto busca al posadero, diciendole: - Posadero, sé que os dije que partiriamos hoy, pero al ver el buen ambiente y la alegría de mis soldados, nos quedaremos una noche más en su posada. Querría celebrar un buen banquete para esta noche, con estos compañeros como invitados, por supuesto. Me gustaría degustar un buen cabrito y unos cuantos lechones al horno para esta noche. Ahh, y que no falte el buen vino y ese extraordinario hidromiel que no probé en lugar alguno antes de llegar aquí. ¿podría satisfacer mis demandas?

¿Cómo? eh,... no ten, digo,... claro, majestad, será para mí un placer poder atenderle una noche más. Ahora mismo estoy con los preparativos para el almuerzo y para el banquete de la noche. Intentaré satisfacer sus necesidades con mi mejor servicio. Con su permiso. Y el posadero se va con paso rápido hacia las cocinas de la posada.

-Pues al final no nos ha salido nada mal... Gracias por su amabilidad, Majestad. Será un placer cenar a su lado.

La actitud del rey de Rohan cada vez me dejaba más sorprendido, pero de buena gana aceptaría su comida después de tantos días malcomiendo. Sólo esperaba que Morko se recuperara, todo esto quedara en una anécdota y pudiésemos continuar nuestro viaje con el estómago bien lleno.

-Después de un par de copas no puede evitarlo, su compañero se salvo y el alcohol hizo el resto-

UN BRINDIS!! Por la sabiduria y justicia del Rey Éomer!! Larga vida al Rey Éomer!!

Y OTRO POR LOS DOS GUERREROS, que cruzarons sus caminos, sus puños y sus destinos.

Me acerco a mi compañero cuando se reune con nosotros.

Bravo Morko, luchaste muy bien y sólo la suerte decantó un poco el combate en su favor. Al menos todo ha pasado y no fue tan trágico como pudiera haber sido. Ahora bebamos y divirtamonos, tal vez lo que reste del camino sea como antes.

Tras eso, me uno al brindis de Saldur y a la fiesta dispuesto a divertirme

-Así lo espero.-Digo al fin repuesto de la durísima pelea.-Ha sido duro, pero también divertido. ¿No creéis? Con algo más de entrenamiento y un poco de suerte... Podría haber acabado de otro modo, pero me siento satisfecho.

Dicho esto, me acerco a los demás y busco algo de comer y una buena jarra de cerveza.

Mientras termináis de comer, veis como el posadero parece muy nervioso, corriendo de un lado para otro y llamando casi a gritos a muchos camareros y cocineros. Parece muy preocupado.

Por otro lado, el rey Éomer, Ástomer y la mayoría de sus hombres han terminado de comer y se plantean descansar un poco para más tarde ir de caza por el bosque.