Partida Rol por web

Victorian Vampire

Escena privada: Una casa abandonada, doblemente saqueada.

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30/12/2017, 12:52
Jean Paul

Había echado una gran siesta aquel día, tanto que me había tomado la noche. Mi estomago rugía de hambre, por lo que tenia que hacerme con algo de comer para luego ir a trabajar. Días antes había observado una casa interesante que podría asaltar. No tenia guardias y los dueños eran unos comerciantes adinerados y que no temían un robo, porque supuestamente ocultaban bien sus pertenencias "Estúpidos, todos piensan igual"

Salí a la calle, ataviándome con mi abrigo desgastado, me coloque la capucha de este y empecé andar por las calles. Viendo la hora pensé en acercarme a uno de los boulevards principales de la ciudad, donde había mucha basura con restos aprovechables. Así fue que en media hora rebuscando, encontré un buen trozo de cordero y restos de una botella de vino "Una cena de un rey" Con calma sacie el hambre y tras tomar lo que quedaba de vino, me dirigí a la casa objetivo.

Subí por el muro que rodeaba la propiedad, baje con cuidado y me acerque a la ventana de la planta baja, obviamente todas cerradas, como siempre. Excepto una, mire extrañado ese detalle, nunca fallaban en cerrar las ventanas. Entonces lo escuche, una silla moviéndose y luego unos pies haciendo ruido, no algo exagerado "O mierda" Todo derivaba a que alguien mas había pensado en robar aquella casa y por desgracia se había adelantado.

Entonces sentí como los pasos se dirigían a la ventana en la que estaba, la que uso para entrar. Me eche a un lado y me oculte en las sombras para ver quien era mi rival. Vi salir la figura, por sus formas y movimientos parecía una mujer, entonces una luz tenue me permitió distinguir su rostro, me sonaba...

-Bonne nuit, Mademoiselle. Veo que se me adelanto. Felicidades- Susurre dejándome ver con una sonrisa tranquilizadora, no quería asustarla. Me había ganado por la mano y eso era de respetar entre ladrones.

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30/12/2017, 13:23
Sylvie Blanchett

Sylvie había decidido echar un vistazo a aquel hogar vestida con los ropajes que usaba para confundirse con un chico, aunque de cerca, sus facciones eran claramente femeninas. No era la mejor de las ladronas, pero sí una de las que mejor reunía la información adecuada, y sabía que el mercader dueño de la casa había partido a una ciudad cercana -no sabia cuál- por cuestión de negocios.

Era una suerte que se hubiera llevado a los pocos criados con los que contaba, aunque eso no era del todo una buena señal. El tipo, aunque mantenía las apariencias, no parecía que hubiera tenido demasiado éxito en sus últimas transacciones. Y eso no solo se percibía en un servicio cada vez más escaso, sino también en un botín menor.

Tras revisar con cierta inquietud el primer piso, suspiró. Había encontrado algunas joyas bajo uno de los tablones del dormitorio, pero la mayor parte de ellas no parecían de material demasiado puro. Mucho brillante pero pocas piedras preciosas de verdad. Dejó aquellas que creía que no tenían apenas valor y puso en su lugar todo aquello que había desplazado. El mejor robo era el nunca percibido.

Entonces, se dirigió nuevamente a la ventana que permanecía abierta para su escape. Ya había cruzado una pierna cuando escuchó aquella voz. Estuvo apunto de sacar el cuchillo de su manga, pero se tranquilizó al escuchar el tono de su interlocutor, y el hecho de que se mostrara le permitió confiarse un poco. Aún así echó un vistazo rápido a ambos lados de la calle antes de contestar.

-Bonne nuit, garçon. -saludó en un tono no demasiado alto, con una pizca de diversión. Después terminó de salir del edificio para ajustar la ventana.

-Una no podía dejar pasar la oportunidad, aunque la promesa era peor que la realidad. -dijo cabeceando con cierta decepción hacia la casa.

Ladeó después la cabeza, fijándose bien en Jean Paul, aún alerta. No recordaba muy bien de dónde lo tenía visto. Posiblemente de las calles.

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30/12/2017, 14:25
Jean Paul

La mujer se mostro receptiva, era algo extraño me resultaba familiar, juraría conocerla pero no sabia aun de donde y eso era algo molesto la verdad. Entonces me fije en sus palabras "Vaya me parece que se dejo algo" En las noches anteriores había visto como el mercader guardaba en su despacho del piso superior un pequeño broche que había comprado para su mujer. A veces hablar demasiado con vendedores no era bueno, por las orejas curiosas que andaban cerca.

Sonreí entonces -Bueno hagamos un trato, vigila fuera, si vieras que algún guardia viene o algún peligro, silba sin mas, lo escuchare. A cambio te ofrezco un 20% de lo que pueda yo sacar ¿Te parece?.- Vale que era bueno en lo mío y silencioso, pero siempre era mejor tener ojos fuera y mas si se iba a robar una segunda vez.

La oferta me parecía generosa, ella se llevaría lo ya hurtado mas un % de algo que ni sabia donde estaba. No era precisamente alguien hábil en los acuerdos, me aburrían y por ello solía tomar la primera opción, para no alargar la situación.

Al final la noche podría ser productiva, cosa que alguien con mis nulos ingresos no podía obviar. Una noche sin robar era un día sin comer, o teniendo que robar para comer "Para que digan que robar es un trabajo facil"

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31/12/2017, 00:06
Sylvie Blanchett

Sylvie apoyó la planta de uno de los pies contra la pared del edificio, tras situarse cerca de la esquina del callejón. Lo suficiente como para tener visión de las calles adyacentes, sin mostrarse demasiado a los escasos transeúntes que pudieran estar merodeando por allí a aquellas horas.

-¿Un 20%? Dejemoslo en una cuarta parte, es más fácil de repartir. -sugirió en un tono discreto, sin querer parecer impertinente. A fin de cuentas ella ya había hecho la noche y se la estaba jugando más de la cuenta, expuesta ante un supuesto compañero de gremio y los posibles obstáculos que pudieran nacer en la noche.

-Estaré aquí. Cuanto antes terminemos mejor, menos riesgo, ¿no? Si me escuchas gritar "Timmy, ¿dónde está mi Timmy?" ya sabes que tendrás compañía. -dijo antes de acomodarse en el lugar, como si estuviera acostumbrada a hacer de observadora o centinela en otros ámbitos.

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31/12/2017, 00:42
Jean Paul

La mujer trato de regatear subiendo a una cuarta parte. Me mantuve callado no por parecer duro, si no por recordar cuanto era eso, lo estudios no eran mi fuerte "Cuarta parte, es la mitad de la mitad, o sea si tengo 100...." Al final vi que no era mucha la diferencia y no me apetecía estar en medio de la noche con números arriba y abajo.

-Esta bien así sea. Timmy entendido.- No iba a extenderme explicando que prácticamente la escucharía cualquier cosa. Pues nada mas acabar de hablar salte al interior de la casa, como siempre mostrándome ágil y silencioso, mis pasos imperceptibles. A oscuras sin necesidad de ayuda de luz entre, no tenia problemas de visión.

Paso a paso subí arriba, podía escuchar la respiración de ella y el ronquido de el. Aunque sonaban igual de fuerte "Perfecto". Deje su habitación a un lado y me dirigí al despacho, entre con cuidado y empecé a mirar los cajones. Uno estaba cerrado, saque un par de ganzúas y no me costo forzar la cerradura. Escuche el click y sabia que ya estaba.

Al abrir encontré el estuche con aquel bello broche que daría para un par de noches de fiesta en las tabernas del barrio. Y la atención de alguna dama deseosa de unas monedas. Cerré con cuidado el cajón y me dispuse a bajar nuevamente. Los dueños roncaban ahora a pierna suelta. Entonces un nombre "Timmy y algo peor solo un ronquido"

Alguien se había despertado, efectivamente, el sonido del suelo me alerto. Un salto y dispuse las piernas a ambos lados del pasillo aguantándome, mientras me ayudaba con las manos. Entonces la mujer medio dormida paso por debajo, al parecer volvía de la cocina y de subir con un vaso. Los segundos se hicieron eternos pero al fin la mujer volvió a su cuarto. Di unos segundos mas y me baje, para volver hacia el piso inferior.

Con otro salto ágil salte por la ventana, no sin antes cerrarla como pude desde fuera, para que no se viera abierta. Siempre mejor cubrir los pasos. Luego con la mirada busque a la mujer.

-Bueno listo.- Dije mostrando el estuche y dentro el bello broche. -Ahora solo queda venderlo y que no nos roben en el intercambio, mucho al menos.- Expuse con algo de hastío por que sabía cuanto nos pagaban y como ellos lo revendían a otros comerciantes por 3 o 4 veces más. -Ah Jean Paul, un placer-

Notas de juego

Si quieres en el proceso que la mujer baja al primer piso puedes decir lo de Timmy.

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31/12/2017, 00:54
Sylvie Blanchett

Sylvie asintió con conformidad según sellaron el trato. Una vez Jean Paul se adentró en la casa paseó distraídamente por los alrededores, de manera algo errática y manteniéndose atenta, tanto a posibles visitas del exterior como evitando mostrar de manera demasiado evidente que estaba rondando la casa.

Se mantuvo pendiente echando un ojo a las ventanas de tanto en tanto, y en un momento dado observó y escuchó cierto movimiento en la casa. Dió un par de toques, con los nudillos, a la ventana. De manera desacompasada para llamar la atención de la mujer aunque fuera sólo por un instante. Después volvió a la ventana opuesta, aquella que había sido el punto de encuentro con el otro ladrón, viendo como justo salía del lugar y asintiendo con cierta ligereza.

-Estaba más atenta al exterior que al interior, pero parece que alguien más rondaba por allí. -dijo en voz baja mientras hacía una seña hacia una de las calles, por tal de alejarse de la casa antes de seguir hablando.

-Puedes llamarme Syl. -se limitó a decir, no sabía bien claro porqué le había dado su nombre, pero terminó por responder del mismo modo.

-Te seguiré, yo también he de deshacerme de lo mío. Posiblemente proveamos de material a la misma persona. -se frotó el cuello con la diestra, para hacer luego un gesto con la misma restándole importancia- Es lo que toca.

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31/12/2017, 10:37
Jean Paul

-¿Syl? Curioso nombre, pero es bonito.- Sonreí, estaba feliz, tenia el objetivo y pronto monedas con lo que ello conllevaba. Podría tomar un guiso de la taberna, algo caliente al fin después de días, aunque pareciera aquello lo mismo que flotaba en las cloacas.

-Si bueno supongo que no muchos compran objetos extraviados. En mi caso se lo vendo al Sr. Phlippe Coutin. Es un agarrado de narices y un aprovechado. No descarto un día antes de irme hacer una visita a su casa y cobrarme lo que me ha robado durante este tiempo.- Comente jocosamente, aunque realmente había ya valorado esa opción. El maldito viejo no tenia corazón, ya fuera un ladrón, o un padre de familia que vendía lo que tenia para dar de comer a sus hijos. Siempre buscando mas beneficio.

-Te felicito por tu idea de hacerte parecer un hombre, eso te ayudara a vivir tranquila ¿Y bien hace mucho que ejerces?- Pregunte dado que el camino aun era largo y de algo habría que hablar. -Yo desde que tengo uso de razón.- Preferí dar el primer paso para que no pensara que aquello era algún interrogatorio o algo.

Las calles continuaban, nos movíamos entre callejuelas, donde apenas había luz iluminando el camino y había que tener cuidado con lo que pisabas, dado que podía ser una rata, una tabla o un recuerdo de la comida de alguien. Por ello iba haciendo gestos a Syl, para evitar molestas sorpresas. Por lo demás solo nos cruzamos con algún borracho, alguna pareja que se divertía al amparo de la oscuridad y algún grupo de marineros que habían llegado ese día a puerto. La elite de la sociedad.

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01/01/2018, 23:13
Sylvie Blanchett

Syl asintió agradecida ante la mención del nombre, pero se rascó rápidamente el brazo al escuchar a qué prestamista solía dirigirse el joven. Era cierto que era particularmente codicioso y testarudo, pero hacía pocas preguntas aún cuando se olía que la mercancía no era demasiado legal.

-El señor Coutin es perro viejo. Es de las personas que consideran que en los negocios, los sentimientos son ineficientes. Pero creo que lo tengo más o menos tomado, siempre se le puede regatear. Aunque una se ha de mostrar muy segura del precio de lo que vende si quiere que le haga caso. -comentó tras recordar algunas experiencias pasadas con el tipo.

-Es mucho más sencillo así. Más seguro caminar por la noche, más complicado que me pongan rostro si me ven luego. -dijo encogiéndose de hombros como si fuera realmente una necesidad- No mucho, realmente. Siempre tuve curiosidad por lo ajeno, pero nunca fue cuestión de necesidad hasta ahora. Quizás un par de semanas si considero únicamente el tiempo en el que me ha sido una fuente de ingresos.

Andó con cierta gracilidad, sin detenerse, por aquellas calles. Parecía siempre muy atenta al entorno y evitaba cualquier contacto innecesario con otros transeúntes, sabiendo que la mitad de ellos les harían perder el tiempo o peor aún, les comprometerían de algún modo.

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02/01/2018, 00:01
Jean Paul

Por lo que entendí la mujer se vio empujada a robar hace poco. Supuse que algún problema familiar haría que acabara así, cosa que yo jamás me había planteado, siempre había robado y me veía robando. Nunca pensé en un trabajo normal, me parecían aburridos tediosos. La emoción de colarte en un lugar que no deberías entrar, tomar lo que no es tuyo, conseguir dinero y disfrutar de ello. Era algo que no sabia si podría vivir sin ello.

-Vaya lamento que tuvieras que acabar haciendo esto. Si no quieres no respondas ¿Pero tienes hijos?- La cosa se complicaba si era que si, puesto que detenerla afectaba a terceras personas.

-Así que conoces el jodido viejo. La verdad que yo no se regatear je. Dime de entrar en un fortín y lo hare, pero eso de dinero arriba, dinero para abajo me frustra.- Comento con una risa tontorrona y rascando la cabeza. -Además al no saber leer y apenas sumar, llegadas ciertas cifras se me hace un colapso mental.- Continuaba andando por las calles pero sin preocupaciones, era otra de las centenares de veces que había pasado por la noche por aquellos lugares. Era casi el patio de atrás de casa.

 

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02/01/2018, 00:17
Sylvie Blanchett

-No, no tengo hijos. Por suerte. -dijo con una ligera sonrisa. Lo cierto es que en aquellos momentos consideraba una fortuna no tener descendencia. La situación sería mucho más complicada si tuviera que preocuparse por más gente que ella misma. Ya le costaba demasiado trabajo salir adelante por su cuenta.

-He tratado con él en algunas ocasiones. No es demasiado agradable. -concedió asintiendo de nuevo. Lo cierto es que no le caía del todo bien aquel prestamista- El regateo es un arte, igual que saber tasar los botines. Si no sabes lo que vale lo que tienes entre manos es complicado pedir un precio que no sea ni insultante ni comporte perder dinero.

-Puedo ocuparme por tí, si quieres. A fin de cuentas, tengo derecho a una parte de tu botín, me interesa que lo vendas caro. -sugirió tranquilamente, encogiéndose de hombros luego- Soy ágil, pero me temo que no tanto como he podido ver de tí en la casa. Cada cual destaca en lo que se le da bien.

Continuó por el camino, ya estaban cada vez más cerca de su destino.

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02/01/2018, 01:07
Jean Paul

"Mmm.." Pensaba en las palabras de la mujer. Nunca había tenido socio de negocios, como mucho por encargo y la necesidad de dos personas, pero poco mas. Mire a la mujer, no parecía de aquellas personas que miraban por si, aunque claro era una ladrona. Pero aunque muchos pensaban que no, entre ladrones había un código, sino el latrocinio seria un caos.

-Suena interesante, quizás de esto podría salir una relación de negocios. Si a mi lo de colarme en los lugares es casi innato, supongo que los años me han dado experiencia. Y por lo que dices a ti eso de regatear no se te da mal.- Comento lo que pensaba en alto.-Entonces toma.- Digo dándole el estuche con el broche. -A ver que le puedes sacar, si esta bien, creo que podríamos hacernos socios. Yo entraría en las casas, o levantaría relojes, joyas y demás en los mercados y luego tu podrías venderlo, e ir al 50, 50- Expuse a la mujer.

-Si eso creo que será mejor que me quede fuera, para que el viejo no intuya nuestra alianza, seguro que lo usaría para bajar el precio. Cualquier cosa le vale para eso.- Comente dado que percibía que ya estábamos cerca de la tienda del maldito viejo.

-Si todo va bien, podríamos ir a celebrarlo luego a alguna taberna, a ver si aún tienen algo de comer.- Exprese sonriente, dado que ya me veía comiendo caliente en un rato "Un buen guiso si señor, o estofado"

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02/01/2018, 19:02
Sylvie Blanchett

Syl asintió con ligereza mientras tomaba el estuche. Examinó el broche con cierta discreción para no llamar la atención en aquella calle. Debía valer una pequeña fortuna, pero por desgracia el precio que lograrían por ello sería mucho más bajo del que sacarían si fuera una mercancía legal.

-Me parece bien. Toda asociación que funciona con reparto a partes iguales suele ser beneficiosa para todos los participantes -mencionó mientras guardaba el broche a buen recaudo. Ya quedaba nada y menos para entrar en el negocio. Más o menos conocía el precio de todo lo que llevaba encima, así que algo de beneficio sacarían.

-Está bien. Aunque ese es un argumento de doble filo... si dos personas hicieron falta para conseguir el botín,
es que era complicado de conseguir. De todas maneras creo que tu idea es la mejor: a él le da igual lo que nos cueste traerle estos objetos, así que no le daremos información.
-comentó después con cierta conformidad. Hizo un gesto hacia la puerta del prestamista, indicando que iba a entrar ya.

-Algunos antros nunca cierran. Y estoy segura de que sí, habrá para beber y comer durante unos días. -dijo finalmente antes de alejarse varios pasos.

...

Estaría un rato largo en el interior de aquel edificio. Probablemente las negociaciones serían bastante largas para lo que Jean Paul estaba acostumbrado. El tira y afloja para sacar el mejor precio era constante, y debía medir muy bien sus ofertas y contraofertas si no quería ofender al prestamista. A fin de cuentas él sabía que no mucha gente estaría dispuesto a comprarle piezas robadas, aunque ambos fingieran que era un negocio completamente legal.

Al cabo de un buen rato, Syl saldría con un par de bolsitas en la mano, aquello que hubiera obtenido de la venta. No era una cifra espectacular, pero Jean Paul posiblemente viera que era bastante más de lo que habría sacado por su cuenta.

-Pudo ir mejor. Pero también puedo ir mucho peor. -se limitó a decir con media sonrisa, tendiéndole su parte.

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02/01/2018, 19:40
Jean Paul

Agarre mi bolsa sonriente "Vaya si que esta llena" Me dije al notar el peso.

-Que dices, esta perfecto, con esto tendré para varios días.- Comente a Syl. -Bien ¿Vamos a celebrar el nacimiento de esta empresa?- Reí al decirlo, dado que me sonaba jocoso.

-¿Sabes? Un buen sitio donde robar es el puerto, suelo tener controlado los días de la llegada de mercancías, sedas, cosas de arte y también comida. Aunque parezca mentira las noches no tienen vigilada mucho la zona. Es un buen filón, o en los barcos que solo paran por una noche con nobles. Pero ya hablaremos de negocios. Ahora toca celebrar y comer.- Dije, canturreando una canción popular que solía tener en la cabeza.

-Creo que el Ciervo Rojo esta abierto y no queda muy lejos ¿Si te animas? Socia ja, ja, ja.- Era increíble lo feliz que hacia tener dinero, no me podía imaginar porque esos gordos nobles atiborrados de dinero, eran a veces tan amargados.

Empecé a andar y entonces vi a un viejo tullido sin pierna, le conocía era Francisque, un viejo marinero que perdió la pierna faenando y que ahora apenas subsistía. -Eh ¿Qué tal viejo?- Pregunte mientras le tocaba en un hombro mientras andaba. -Vaya quien trajo la marea, al joven gato, señor de la noche de Paris.- Dijo Francisque tosiendo y tapándose la boca. -Pues ya sabes muchacho, pidiendo aquí y allá tratando de sacar algo para comer y ahora camino del albergue.- Contesto el viejo. -Ah vaya pues nada, cuidate viejo, que no haces muy buena cara.- Comente con algo de sorna, pero mientras introducía en los bolsillos del viejo, varias monedas que había sacado de mi bolsa.

Tras esto volví a acercarme a Syl -Pues eso ¿Te apetece tomar algo?- Si la mujer tenia otros planes, no quería demorarme, esperando poder encontrar algún plato de estofado de rata o algo peor.

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02/01/2018, 20:03
Sylvie Blanchett

-Ya te dije que se me daba bien, yo nunca miento. Si no es necesario, al menos -le guiñó el ojo, lo cierto es que estaba bastante satisfecha con el precio logrado. Siempre había margen para ganar más dinero, claro, pero aquel prestamista no destacaba nunca por dar ofertas favorables.

-¿El Ciervo Rojo? Creo que no conozco ese local, me parece bien ir a tomar algo. Aún tengo algo más de un par de horas. -dijo ahora elevando la vista hacia el cielo, fijándose en la posición de la luna. No tenía nada urgente que atender, pero debía dormir un poco si quería asistir a su otro trabajo a primera hora.

Siguió los pasos de Jean Paul, sin perder de vista su entorno. Algunas de las callejuelas no las solía usar ella, por lo que era un buen momento para aprender nuevas maneras de moverse por la ciudad. Cada ladrón tenía sus medios.

-Así que el puerto, quién lo diría. Parece que quien mucho tiene, poco se preocupa por mantenerlo. -asintió tomando nota de aquello que había mencionado.

Observó al ex-marinero y su conversación con su nuevo socio. Ladeó un poco la cabeza al captar como le había dado algunas monedas sin que se diera cuenta. Sonrió un poco, imaginaba que era un modo de darle una buena sorpresa. O tal vez el tullido era orgulloso y no le gustaba aceptar la voluntad de los demás, por ello se la entregaba a escondidas.

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02/01/2018, 22:05
Jean Paul

-Si el puerto es tan grande que no lo pueden controlar por completo. Hay algunas patrullas pero no pueden estar en dos lugares a la vez y el interior de los barcos normalmente suelen estar casi vacíos, las tripulaciones se van a disfrutar de Paris, así como los nobles o comerciantes que viajan en ellos. Dejando sus cosas en ellos.- Lo tenia mas que visto, muchas noches mirando desde los tejados de las lonjas, mientras comía algo, calculando y controlando.

-Bueno el Ciervo Rojo no es que sea muy distinto del resto, pero suele tener buen ambiente, no como esos lugares llenos de borrachos buscando problemas.- Comente a Syl, quien parecía tener tiempo. Por ello seguí andando girando en un par de callejuelas hasta llegar a una taberna donde colgaba de un cable la cabeza de un ciervo pintado de rojo.

-Como ves, por eso el nombre del lugar.- Reí ante aquella imagen, era algo que solía usar para jactarme del dueño.

-Bueno pasemos, parece que la fiesta esta en su auge.- La música sonaba, las risas, canciones y gritos joviales flotaban por el aire, así como ese olor entre alcohol, comida y sudor. El típico que emitían las tabernas de las calles pobre. Sin dudarlo entre y me uní al baile por un segundo, agarrando por la cintura a una de las mozas. Luego volví a soltarme. Entonces vi una mesa libre.

Rápido me senté y con un movimiento ligero robe una silla para Syl. -Vamos siéntate.- Dije ofreciendo la silla. -Ja como ves no esta mal el sitio.-

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02/01/2018, 23:24
Sylvie Blanchett

-Sí, es habitual. La tripulación prefiere disfrutar de lo que le aguarda en tierra antes que quedarse en el barco. Y bueno, los guardias son guardias. Tienen sus propias ocupaciones y les faltan recursos, supongo -dijo lo último con cierto escepticismo, estaba claro que aquella mujer se sentía bastante defraudada con aquellos que se ocupaban de la seguridad en la ciudad.

Enarcó una ceja al ver la simbología del local. Estaba claro que el dueño no tenía demasiada imaginación o presupuesto que invertir en lo que era la entrada. Sin embargo sonrió ligeramente al ver el buen ambiente que imperaba en el interior, dentro de lo que cabe.

Siguió los pasos de Jean Paul aunque se tomó algo de tiempo en inspeccionar el lugar mientras él danzaba. Pronto tomó asiento en cuanto le guardó una silla.

-Gracias. La verdad es que es mejor sitio del que esperaba a estas horas. El dueño debe vigilar que no mucha gente cause problemas -se acomodó en el asiento y aguardó a ver si alguien pasaba a preguntar qué debían servirles. Lo hicieran o no, terminaría por acercarse a pedir algo de vino y estofado del día, si es que tenían.

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02/01/2018, 23:51
Jean Paul

-¿Quien Gaston? jajaja. Créeme que pocos querrían hacer enfadar al barrigón.- Conteste por el tema de la seguridad, aunque pronto Syl podría comprobarlo.

-Eh tu maldito Jean Paul. Espero que traigas monedas aun tienes una deuda aquí.- Se oyó en el local, de una manera gutural, mientras un tipo enorme ataviado con un pantalón oscuro, camisa clara y mandil sucio de cocinero se acercaba. Su barriga prominente era impresionante. -Vale, vale Gaston, no te vuelvas loco. Siempre pago mis deudas.- Conteste mientras hurgaba en la bolsa "2, 3, 4" -Aquí tienes lo adeudado y algo mas para comer y tomar algo hoy.- Dije mirando algo impactado al grandullón, no quería verme envuelto en una trifulca con el, solo contaría con mi agilidad y velocidad, porque la fuerza bruta estaba claro de quien caía.

El tabernero tomo las monedas para en unos segundos reír. -Claro, tenemos aun algo de ese estofado y como el mejor vino de Paris. Vaya y quien es la madamme que te acompaña.- Comenta jocosamente. -No se fie del joven, es todo un truhan, aunque buena gente a su manera. Bienvenida al Ciervo Rojo, donde quien tenga una moneda siempre tendrá un plato caliente y una copa.- Parecía ser la frase que usaba como artimaña  publicitaria o simplemente no se le ocurría nada mejor.

-Va, va Gaston no molestes a mi socia y trae dos de cada anda.- Dije pidiendo algo para Syl.

-Ya voy muchacho, es tener una moneda y te crees un Marques de esos ja.- Dice el gordo tabernero mientras vuelve a la cocina por lo requerido.

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04/01/2018, 15:43
Sylvie Blanchett

-Es bueno que sea respetado, algo me dice que si no fuera el caso, este lugar sería completamente diferente -dijo pensativa, lo cierto es que le llamaba la atención que aquel lugar estuviera tan "ordenado" a esas horas de la noche.

-Syl -se presentó concisamente cuando el dueño hizo aparición- No se preocupe, sé cuidarme sola. -añadió después con una ligera risilla. No era de las que les gustara fardar, pero si había aguantado tanto tiempo en las calles desempeñando ciertos trabajos, estaba lejos de ser una mujer frágil o que requiriera de cuidados. Sin embargo aquella aptitud paternalista por parte de algunos hombres tampoco le resultaba del todo mala, ya era bueno que la subestimaran de tanto en tanto.

-Veo que le conoces bastante, ¿sueles rondar por aquí? Gastón es un tipo agradable. -preguntó mientras veía como el tabernero se alejaba a buscar lo que habían pedido, aún manteniendo la sonrisa pintada en el rostro.

Notas de juego

Perdona la tardanza que tuve bastante lío estos días.

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04/01/2018, 19:52
Jean Paul

-Gaston es tan fuerte como buena gente, aunque es mejor no cabrearle ja. Lo cierto es que a veces me da de comer aunque no tenga dinero, pero al final siempre pago mis deudas, no me gusta tener deudas con nadie.- Comente mientras miraba alrededor. -Además aquí nunca trabajo, es el único lugar que respeto, manías.- Me acomode un poco relajándome.

-Este es un buen lugar para pasar la noche entretenidamente. Aunque a veces entre nosotros. Me suelo colar en el Gran Teatro de la Opera a escuchar música de esa. No se que tiene pero me relaja mucho.- Susurre lo ultimo, dado que ese estilo de música solía ser visto de manera extraña en esos barrios.

Justo a los segundos llego Gaston, dejando de golpe un par de grandes platos con su estofado. Olía exquisito, al menos para mi. Pero era mejor no saber que tenia dentro. Luego una gran jarra con vino y un par de vasos, por ultimo dejo pan algo duro pero al menos se podía comer. -Bien aquí tiene el Marques, espero que lo disfrutes. Eh vosotros mas vale que no soliviantéis a la parroquia u os daré una patada que os estorbara el cielo para volar.- Exclamo eso ultimo a un par que estaban encarándose, mientras se dirigía a ellos arremangándose la camisa.

-Uhh a comer.- Dije mientras agarraba de manera brusca la cuchara y empezaba a engullir, a la vez que untaba. -Que rico jaja.- Estaba feliz, sentía como aquella comida caliente entraba en mi estomago, el cual lo agradecía. Serví vino tanto a Syl como a mi y seguí comiendo, como si no hubiera un mañana.

 

Notas de juego

No pasa nada, si llevamos un gran ritmo en mi opinión.

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06/01/2018, 04:02
Sylvie Blanchett

-Es bueno tener carácter. Si no se asientan unos límites, el entorno te devora -comentó con cierto desenfado, aún con una ligera sonrisa en el rostro aún teniendo en mente lo afable que era el tabernero. Asintió con suavidad en agradecimiento al hombre cuando trajo la comida y la bebida a la mesa, aunque no podía evitar perder la vista entre la gente de la concurrida estancia.

-¿Pasaba por una mala racha? -preguntó a Jean Paul, cabeceando ligeramente hacia él al ver la voracidad con la que se había dispuesto a comer. No era que fuera especialmente tiquismiquis con los modales, ni parecía recriminarle el gesto. Sino que sentía genuina curiosidad. Parecía un ladrón lo bastante hábil como para no tener que pasar hambre muy a menudo. Pero era cierto que no todo relucía en París.

Tomó un pequeño sorbo de su copa para luego probar el mejunje que hacía el plato principal. No se preguntaba qué clase de ingredientes habrían sido usados, pero estaba caliente y no olía demasiado mal, así que le pareció correcto para el precio que habían pagado.

-Así que le gusta la Ópera. A mi difunto marido también le gustaba, me llevaba a menudo -comentó algo distraída, ensombreciéndosele un poco la expresión, tal vez al recordar tiempos pasados con cierta nostalgia.