Partida Rol por web

Jonh iba a saludar a las hermanas Fergusson cuando vio, entre el asombro y la ira, como su compañero William era atacado, mientras volaba en su escoba, por varios de aquellos duendecillos.

- ¡Cuidado William! - gritó antes de lanzar flipendo sobre aquellos bichos del demonio. Pero hoy no iba a tener éxito. No aún, al menos 

Turno sorpresa

La sorpresa de ver a los diablillos le hizo perder el control sobre la escoba, pero no lo suficiente para caer, únicamente perdió altura de vuelo, aun así logro reaccionar para impactar a una de estas criaturas -¡FLIPENDO!-

Turno 1

Ya mas calmado pudo mantener su control sobre su escoba, -¡FLIPENDO!- lanzo un nuevo hechizo sobre otra de las criaturas -¿Qué paso? ¿Por qué están aquí? No fue suficiente con lo ocurrido en clase- su respiración empezaba a volverse algo pesada por el esfuerzo de combatir en la escoba.

Eduardo se encontraba estudiando en la biblioteca para el examen de transformaciones, junto a Murphy. Era aburrido estudiar una asignatura que se le daba mal, de modo que su vista bailaba a los alrededores, intentando encontrar la diversión que no tenía el libro. Al mirar a la ventana, creyó ver una snitch, pero no era doraba, sino zafiro. Cruzaron más y alucinó sorprendido.  Se levantó deprisa, creyendo que había descubierto un tesoro mágico de Hogwarts de los que tanto se oía hablar. Esas bolas azul eléctrico perseguían a un niño en escoba y al asomarse comprobó que se trataba de William.

—¡Pero qué hace! —gritó con la cabeza asomada— ¿De dónde sacaron esos duendecillos? ¿Un entrenamiento especial? ¡Es un profesional! —exclamó sorprendido, no se esperaba que William fuese capaz de entrenar dos asignaturas como esas a la vez.

William tenía el control de su escoba, no era de esas baratas otorgadas por el colegio. Además, acababa con los duendecillos con suma facilidad. Pensó en bajar corriendo por si podía entrenar con él del mismo modo, pero recoger todo y bajar las infinitas escaleras le llevaría mucho tiempo. Cuando quisiera presentarse ya habría acabado con todos los bichos.

Se separó de la ventana y la cerró para que no entrase frío. Después, continuó con su estudio.

.       - Daisy!   No es ... William ese chico con la escoba que los duendecillos voladores atacan? -.    Le pregunta su gemela a la chica de Slytherin, quien tan pronto lo reconoce toma la escoba que habían llevado a las gradas del estadío de Quiditch para practicar su vuelo para acercarse volando no a su compañero y desde allí tratar de ayudarle invocando ambas hechizos para que lo dejaran en paz y pudieran bajar sin caer de bruces al suelo, pero la chica cayó antes no de poder llegar a ayudar

Turno 1

Daisy coge su escoba pero está tan ansiosa por ayudar que no consigue que ésta vuele y se queda en tierra, lanza flipendo al duendecillo más cercano pero su hechizo no llega a donde se encuentran los duendecillos, le falta potencia.

John movido por la sorpresa lanza flipendo apresuradamente, pero su hechizo se niega a salir, quedando el ataque en nada.

William tiene más suerte, quizás por estar enfrentado directamente a los duendecillos, pues su flipendo acaba con otra de aquellas criaturas. Las demás parecen tenerle demasiado miedo y no se acercan a atacarle

TURNO SEGUNDO.

No iba a dejar a mi compañero solo, en mitad de los duendecillos. En cualquier momento podía ser golpeado y, de caer, desde esa altura, cualquier cosa podía pasar.

- No voy a dejar que te pase nada Thomas- musitó entre dientes, confundiéndose, tal vez por la tensión del momento, con el nombre de su compañero, antes de dirigir su varita contra el duendecillo más cercano- ¡Flipendo!- gritó, esta vez, con más éxito.

Turno 2

Pensó que lo mejor seria ir bajando hasta llegar al suelo, no podía seguir con la situación actual, un error y podía terminar muy herido, al tiempo que lo intentaba lanzo el hechizo -¡FLIPENDO!- apuntando a otra de las criaturas.

.      - Están bien chicos?    Necesitan ayuda? -     Dice Daisy con voz alta mientras se acerca junto con su gemela Fergusson 

Turno 2.

Después de deliberar un poco decido ayudar no por que en verdad quiera si no por que estoy cansado de fallar.

bajo al campo y lanzo el hechizo flipendo a uno de los duendes

" mantente concentrado, la escoba solo puede fallar si pierdes la calma"

Tras decir eso fallo mi hechizo

Turno 2

Daisy lanzó un flipendo acabando con uno de los duendecillos mientras se acercaba a donde estaban sus compañeros y les preguntaban como estaban.

John tan alterado como se encontraba no recordaba ni el nombre de su compañero, pero por suerte, sí de como se lanzaba el hechizo, lo lanzó con gran maestría acabando con otro de los duendecillos.

William lanzó un flipendo contra el duendecillo que quedaba y vio que éste cayó sin tener más enemigos con los que enfrentarse, pudo maniobrar su escoba para llegar al suelo, por suerte aquél incidente había trascurrido sin nada que lamentar

Cuando Frederic llegó al campo de Quidditch, estaba tan cansado de correr tanto, que llegó para ver que todo había acabado

Una vez en el suelo el chico estaba ya bastante sudado y pálido -Mu… Muchas Gracias, ¿De dónde habrán salido estos?- su pregunta no iba a sus compañeros, quienes seguramente tampoco sabían la respuesta -Creo que iré a informar al profesor Flitwick- era el primero en quien pensó ya que era el encargado de los Ravenclaw, tomo su escoba en su mano y volvió a agradecer a sus compañeros.

- Menos mal que no te ha pasado nada William- dijo de inmediato Jonh con tono que expresaba una curiosa mezcla de ira y auténtica preocupación.- ¿Estás bien seguro? ¿vamos contigo a ver al profesor? 

        - No se exactamente lo que pasó William, pero sospecho que podrían ser duendecillos que escaparon de alguna manera del salón de clases de DCAO, donde los vimo juntos la última vez, no creen chicos?     Creo que tal vez sería buena idea ir juntos al salón de maestros y preguntar a mas de uno de ellos, yo preferiría preguntarle a Snape, pero también le podemos preguntar al mismo director Dumblendore o la subdirectora la maestra McGonagall    ¿No lo creen así? -       Propone Daisy a los chicos mientras que trata de encontrar o improvisar algún costal o bolsa para mantener adentro a todas las pequeñas creaturas posibles para llevarlas y presentarlas

[Viernes, mañana segunda, semana sexta. Intentando el truco de sillín lateral.]

Al final lo había decidido. Se iba a ejercitar en eso del quidditch. No era algo que para nada esperase al principio de curso pero... Casi lo había decidido cuando aquella escoba humilde había volado hasta su mano como si hubiera estado destinada a eso. La sensación había sido de inmensa gratitud. Y sosiego.

Parecía que, después de todo, sabía hacer cosas no relacionadas con el estudio.

Pero, fuera como fuera, primero había que aprender lo único que no le había salido en la clase: el sillín lateral volador. Lo cierto es que pensaba que la primera vez no le había salido porque, bueno... la verdad es que la postura le parecía bastante ridícula.

Ahora, sin embargo, se puso serio. Y con alguna vacilación consiguió realizar el movimiento.

7 semana Jueves mañana después de pociones

Con el trauma de la última vez que fui a buscar ingredientes, salí al campo de Quidditch esperando encontrarme algo útil por el camino.

No solo no encontré ni un sólo trozo de planta (lo cual era ridículo visto que estaba en el exterior), si no que era evidente que algo malo me pasaría durante el proceso de búsqueda.

Menos mal, no hay tentáculos a la vista. Sigo rellenando acciones pues xD

Después de la clase de vuelo

Durante la clase de vuelo en alfombra, Neville había cometido el peor de los fallos, uno que la profesora había repetido en numerosas ocasiones, no ponerse de pie en la alfombra. El joven no lo había hecho queriendo, había pisado la alfombra sin darse cuenta y al activarla terminó cayendo, Jonh comenzó a reírse hasta que las lágrimas brotaron de sus ojos, Neville enrojeció de la vergüenza

-¡Te reto a un duelo! -gritó Neville a Jonh, nos reuniremos aquí una hora antes de la cena* y sin decir más Neville se fue corriendo

Neville en realidad nunca se marchó, en cuanto vio irse a Jonh se acerca a vosotros

-Yo... me da miedo volar... no se me da bien..., ¿vosotros podríais ayudarme? ¿Me enseñaríais a volar?

Eduardo no se rio por la caída de Neville, aquél chico era un torpe y todos los de su casa estábamos acostumbrados a verle tropezar en algún lado. Además, solía ser objeto de acoso para los de Slytherin. Aunque fue realmente gracioso lo que le pasó esta vez, no podría burlarse de un compañero león. En su lugar, le miró con calma y serenidad, observando sus movimientos, sin hacer un solo movimiento salvo pestañear. No miraba al chico, sino su metedura de pata.

—Eh, Neville, ¿estás seguro de que quieres batirte en duelo con Jonh? Él es buen duelista, cazó muchos duendecillos aquella vez —le explicó, por si no se acordaba.

Neville lo que quería realmente era aprender a montar en vuelo y, si no fuera porque este transporte se le dio mejor que con escobas, lo hubiese rechazado, no quería volver a romperse la columna.

—La verdad es que montar en alfombra es de lo más fácil y cómo del mundo. Solo tienes que sentarte y listo —dijo y miró a los demás por si se estaba dejando algo en el tintero—. Vale, te ayudaré... ¿En qué tienes problema de toda la técnica?