Partida Rol por web

-Bienvenidos a la clase de transformaciones, mi nombre es Minerva McGonagall, soy la subdirectora y la jefa de la casa Gryffindor. Y seré vuestra profesora por los próximos siete años. Ahora abran sus cuadernos y comiencen a tomar notas. Comenzaremos explicando qué es la transfiguración

La transfiguración es una rama de la magia muy precisa y delicada. Es la alteración de los objetos en nuestro mundo físico. Sin embargo, esto no es solo una alteración de la apariencia, sino también de la estructura molecular de un artículo. La transfiguración es una forma de magia muy peligrosa, ya que es muy fácil equivocarse. Si los hechizos de transfiguración de cualquier tipo salen mal, pueden conducir a situaciones catastróficas. Cuando trabajas con las moléculas de un objeto, estás cambiando sus principios básicos. Si esta energía o cambio se desplaza o se desenfoca, un daño grave podría ocurrirle a usted y a quienes lo rodean. Ahora, las moléculas se definen como un grupo de átomos que se unen para crear compuestos químicos. Estos compuestos químicos son los que crean todo en nuestro universo, vivos y no vivos.

La transfiguración es una de las ramas más científicas de la magia, lo que significa que existe un enfoque estricto y sistemático en relación con los encantamientos y los movimientos de la varita. Esta es la razón por la cual muchas personas no encuentran la transfiguración tan gratificante como otras formas de magia. A la mayoría de las personas les cuesta apreciar lo particular que es y prefieren cosas que no son tan estrictas en principio.

Hay cuatro ramas de transfiguración: transformación, desaparición, conjuración y destransfiguración. Estaremos estudiando todo esto durante los próximos siete años, aunque la mayoría de ellos estarán en los años más avanzados. Durante los primeros años, nos centraremos en las muchas formas de transformación, como de inanimado a inanimado, de animado a inanimado, de inanimado a animado y, finalmente, de animado a animado. Las cuatro ramas de la transfiguración se discutirán con mayor detalle en la próxima lección.

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La fórmula de transformación

Arriba, encontrará la fórmula de transformación. Esta es una parte integral y esencial de la ciencia de la transfiguración según algunos, aunque no estoy de acuerdo. La idea de las matemáticas puede hacer que algunos de ustedes se dirijan a la puerta, pero deténganse por un momento. Respirar. Voy a explicarlo, ¡así que no entres en pánico todavía! Primero, comencemos diciendo que esta es una fórmula teórica. Si bien algunos afirman usar esta fórmula para tener una idea de la dificultad de un hechizo, no es una fórmula matemática real destinada a ser resuelta por un valor difícil. La razón de esto radica principalmente en la naturaleza de sus variables, pero lo explicaré en un momento. Por ahora, analicemos la fórmula y veamos si puede averiguar a qué me refiero a partir de lo que representan las variables.

-¿Alguien sabría decirme qué significan las variantes de la formula?*

Una vez escucha las respuestas de los alumnos, negando con semblante serio a aquellos que no responden bien. Con un gesto de su varita unas tazas vuelan hacia vuestras mesas y se ponen delante vuestras

-Observad bien el gesto de mi mano, transformaremos estas tazas en ratas

Transformaciones, una de las asignaturas más controvertidas y difíciles. 

La pequeña bruja estaba muy concentrada transcribiendo en el pergamino cada idea vertida por la profesora Minerva McGonagall con gráficos y esquemas que ordenarán aquellos conceptos. Y una gran cantidad de acotaciones al margen. 

Luego, cuando la profesora hizo aquella pregunta sobre las variables de la fórmula de transformación, Amaris agitó la mano con energía, ansiosa por responder aquello, pero también por plantear otras cuestiones.

Finalmente llegó el momento de poner en práctica lo aprendido en la clase. Y Amaris,  varita en mano se enfrentó a aquella taza azul y al interrogante que le roía los pies. ¿Eran acaso los magos pequeños demiurgos? ¿Qué terrible poder era el que le insuflaba vida a objetos inanimados? ¿O era todo una simple ilusión?

Amaris agitó la varita y la taza se transformó en algo imposible, y quizás hasta blasfemo. La taza azul, de pronto, adquirió extremidades de roedor y un hociquito inquieto que olfateaba aquí y allá.

La pequeña bruja miró compungida a la profesora de Transformaciones, y le rogó que deshiciera aquella aberración. 

Entonces preguntó:

—Profesora McGonagall, ¿de dónde surge la vida insuflada a los objetos inanimados?

—En esta fórmula los elementos que interactúan son: (t) la transformación prevista que está directamente influenciada por (a) la masa corporal de lo que se va a transformar, (v) la ambición para realizar el hechizo o fuerza de voluntad del mago, (w) la energía de la varita, (c) la concentración del mago y (ž) una quinta variable desconocida —afirmó la niña.

La Profesora McGonagall parecia una de las mejores profesoras que habia en Hogwarts, pero cuando Tomas vio las complejas formulas que magicamente aparecian en la pizarra del aula y se asusto. Sin embargo, levanto la mano para responder a la pregunta hecha por la profesora.

Seguidamente, observo el movimiento que hacia McGonagall para transformar una taza en rata e imito el movimiento. La taza que estaba en el pupitre de Tomas empezo a sacar pelo de color blanco y una cola muy fina. Sin embargo, no era el resultado esperado.

Otro momento crítico para Dayana, después del desastre en la clase de hechizos miróncon cierta poca confianza a su varita, a saber que iba a pasar si fallaba esta vez. Prefirió dejar para el final su intento de transformar la tasa y prefirió estar atenta a la clase teórica, usar la varita no era divertido, era de hecho horrible y preferiría no hacerlo.

A la hora de transformar la tasa... Dio medio paso atrás, esa varita era inútil ¡Quería una segunda opinión! No acababa de creer que hacer algo de magia fuera tan imposible...

Escuché atentamente la clase, me llamaban mucho la atención las transformaciones, aunque me resultaba sumamente complejo lo que la profesora nos iba indicando.  Intenté seguirla y supuse que lo había hecho, hasta que llegó el momento de hacer el hechizo.  Era mucho más complejo de lo que pensaba.  Intenté con la tasa, pero no pasé de una rata de cerámica inanimada.

Una nueva clase una nueva oportunidad para probar sus habilidades (aunque hasta ahora no habían podido brillar demasiado). Atendió con mínimo interés en cuanto las mates aparecieron durante la explicación de la profesora, pero en cuanto las palabras "taza", "transformar" y "rata" salieron en la conversación no pudo aguantarse la sonrisa. Antes de empezar con su intento echó un vistazo a su rata Zipper, dentro del bolsillo de su túnica, y le dio otra de las pastas del desayuno. Ellis pensó que quizá si podía conseguir realizar el hechizo con éxito, intentaría conseguirle un compañero a su querido Zipper a partir de una cuchara o de la bola de pelusa que tenía bajo la cama. Pero por supuesto no iba a ser tan fácil. El resultado fue poco más que una pequeña aberración que no se parecía a nada, y que, la verdad, le dio tal grima que a partir ahora no intentaría practicarlo tan a la ligera.

Cuando le dijeron que transformaciones iba a ser la asignatura básica más difícil no se imaginaba que la ciencia, matemáticas y sobre todo fórmulas, algoritmos y cálculos estarían en juego. Por favor, ¿quién se preocupa realmente por eso a la hora de realizar una simple transformación? Él se imaginaba que la dificultad vendría por tener que conocer al animalito en cuestión o controlar la imaginación para que no se libere una aberración incurable.

Ante a la pregunta de la fórmula, no tenía ni idea y tampoco le apetecía meter la pata a costa de puntos. Ya ha aprendido que McGonagall, aunque es la jefa de Gryffindor, no le importa restar puntos a su casa si amerita. Se mantuvo callado a la espera de que otro lo resuelva.

Por fin la transformación y tan solo necesitaba seguir los pasos de la profesora. Si estaba proponiendo transformación en rata en el primer día de clase significaba que era muy fácil y él ya sabe cómo son las tazas y ratas precisamente. Pero, no es tan fácil como parece, porque no consigue cambiar ni una sola molécula de su estructura.

Al otro día, Amaris ingresó al salón de Transformaciones con la intención de hacer aquel hechizo.

Y volvió a fracasar. De hecho, en aquel segundo intento le fue peor que en el primero.

Frustrada, regresó al comedor principal donde estaban reunidos sus compañeros, pero en el trayecto se encontró con la profesora McGonagall. 

-B-buenas tardes, profesora McGonagall. T-tengo una pregunta... —sonrló con timidez. —He intentado muchas veces el encantamiento de transformación que nos enseñó, pero es inútil.  ¿Qué cree que estoy haciendo mal?

Otro día...

Algo ocurría.

Algo estaba mal.

Muy mal.

Había conversado largamente con la profesora McGonagall sobre la dificultad que tenía con el hechizo de transformación y nada había cambiado. O sí,  pero para mal.

Este último intento había sido un completo desastre. No sólo no había conseguido transformar a la taza en un ratón, sino que había roto la taza dejando hecho un asco el salón. 

¿Qué ocurría? No era la varita. Era ella. ¿Tenía dudas? ¿Algún cuestionamiento?

Amaris suspiró, cansada.

Otra cosa pendiente, además peligrosa, no podía arriesgarse a dañar a nadie por lo que comenzó una práctica exhaustiva y cuidadosa, no fuera a dañar a alguien.

Mañana y tarde decidió dedicarse a una práctica cuidadosa y serena, estudiar muy bien hasta el último gesto, vocalizar con paciencia, mantener una idea clara de lo que deseaba lograr y centrarse en ello.

Algunas tazas sufrieron las consecuencias directas, y algún objeto cercano acabó siendo una pequeña aberración. Esperaba conseguir acercarse al resultado óptimo.

Esa clase no iba a acabar ahí, pues al día siguiente insistió en aquel desastroso intento, sabía que sus posibilidades de lograrlo eran mínimas. Si insistía en exceso dejaría a la escuela sin tazas y seguramente no vieran muy bien que destrozara el material de Hogwarts.

Cogió la última taza que se le prestó y... "Ñi ñi ñi" una rata apareció, la euforia en Dayana se disparó ¡Lo había hecho! ¡Ella! O su varita caprichosa, pero no acababa ahí su júbilo, pues incluso una liga lágrimas cayó alegre por su mejilla.

Trato de realizar el hechizo tras escuchar la explicación de la profesora pero lo único que consigo tras muchos intentos es destruir la taza haciéndola explotar en pedazos muy pequeños.

-Intenta practicarlo con otros, las transformaciones son muy difíciles y no creo que te salga si trabajas sola -le aconsejó la profesora McGonagall.

Pero Amaris no se daba por vencida, lanzó de nuevo el hechizo, pero el hechizo se volvió contra ella, sus manos se transformaron en manos de rata, aunque la profesora McGonagall estuvo rápida a la hora de devolverla a su estado natural, aún sentía los efectos. Por suerte había sido el último día de la semana y no le traería consecuencias

2º día por la mañana

Lanzas el hechizo de transformación que de alguna manera termina hiriéndote a ti, tus manos y pies se convierten en patas de rata, por suerte la profesora consigue revertir el efecto, pero te queda un leve temblor en las manos

-Debes tener más cuidado, podrías haberte hecho mucho daño

1º Clase

-¿Alguien sabría decirme qué significan las variantes de la formula? -preguntó la profesora McGonagall

—En esta fórmula los elementos que interactúan son: (t) la transformación prevista que está directamente influenciada por (a) la masa corporal de lo que se va a transformar, (v) la ambición para realizar el hechizo o fuerza de voluntad del mago, (w) la energía de la varita, (c) la concentración del mago y (ž) una quinta variable desconocida —afirmó Amaris.

-¡Muy bien! ¡9 puntos para Ravenclaw! 

—Profesora McGonagall, ¿de dónde surge la vida insuflada a los objetos inanimados?

-De la propia magia, de la energía que hay a nuestro alrededor, incluso un poco, de nuestro propio poder vital -responde la profesora McGonagall con una leve sonrisa

Ellís lanza su hechizo pero de alguna forma termina golpeando con su hechizo a la joven que tiene delante, Luna Lovegood, a la que comienza a salirle bigotes y oreja de rata

Frederic lanza el hechizo que de no ser por los rápidos reflejos de la profesora McGonagall habrían acabado por transformarla a ella en rata

-¡7 puntos menos para Slytherin!

2º Clase

-Dayana, enhorabuena, de tus compañeros fuiste la única que consiguió transformar una taza en rata, quizás puedas enseñar a tus compañeros. 

En la clase anterior vimos la fórmula de la transformación, en esta ocasión, hablaremos de las ramas de la transfiguración

 

Introducción

Las ramas de la transfiguración fueron definidas en 1651 por un transfigurista alemán. No se sabe cuál es su nombre, pues hubo diferentes magos que reclamaron el crédito ese año, incluido Fritz Holtz, cuyas notas desaparecieron en un misterioso incendio el día antes de la gran conferencia de transfiguración. Otros tenían reclamos similares de que sus notas originales fueron robadas o destruidas, lo que significa que ya no existe ninguna evidencia posible sobre quién fue el primero. 

Las diferentes ramas de la transfiguración son transformación, desaparición, conjuración y destransfiguración. Cada uno tiene sus propios hechizos que caen dentro de ellos y cada uno se enseñará durante diferentes años. Vuestros primeros cuatro años conmigo se centrarán en la transformación. El quinto año discutirá la desaparición, mientras que la conjuración y la destransfiguración serán materias de nivel EXTASIS, con conjuración que se enseñará en el sexto año y la destransfiguración en el séptimo. 

La Transformación

La transformación es la rama de la transfiguración de la que hablaremos primero. Es la forma más común y generalmente es lo que la gente piensa inicialmente cuando escucha la palabra “transfiguración”. Esta es una forma que hace que las cosas realmente cambien de su estado original a otro, o altera su forma. 

La transformación en sí misma se divide en tres sub-ramas: transformaciones transespecies, cambio y transfiguración humana. Estas tres sub-ramas no incluyen transformaciones generales. Para aquellos que consideran las transformaciones generales como una subrama de la transformación, esto se divide en cuatro categorías generales que son transformaciones de inanimado a inanimado, de inanimado a animado, de animado a inanimado y de animado a animado. Algunas de estas sub-ramas tienen líneas distintivas difusas, particularmente cuando se trata de transformaciones de animado a animado, transformación transespecie, cambios entre especies y transfiguración humana. 

Los hechizos de cambio son hechizos que cambian la ubicación física de dos elementos o un detalle esencial de un objeto. Una transformación transespecie es una transformación que, hasta cierto punto, cambia la especie del objetivo. La transfiguración humana es exactamente lo que parece: el acto de transfigurar el cuerpo humano. Esta es una forma de transformación extremadamente compleja y, por lo tanto, no se discutirá hasta su séptimo año si elige tomar el nivel EXTASIS de Transformación. Hay varios tipos diferentes de transfiguración humana, como cambios entre especies dirigidos a objetivos humanos. 

Los animagos son seres humanos con la capacidad de convertirse por completo en un animal a voluntad, manteniendo su sensibilidad humana. Esta es una habilidad completamente voluntaria y aprendida, que es extremadamente difícil de dominar. No enseñaremos esta habilidad en esta clase y se recomienda enfáticamente que no intentes aprenderla por su cuenta durante su estadía aquí en Hogwarts. Es extremadamente difícil y requiere mucho tiempo para aprender, razón por la cual muchos eligen no hacerlo. Parte de este proceso requiere que un mago o bruja mantenga la hoja de una planta de mandrágora debajo de la lengua durante un mes completo, lo que a muchas personas les resulta extremadamente inconveniente. Cada persona solo puede convertirse en una forma de animal por su forma y este animal llevará alguna marca de identificación relacionada con sus características humanas. Por ejemplo, alguien que usa anteojos puede tener un contorno de pelo más oscuro alrededor de los ojos. Cualquier alteración corporal intensa y permanente también se notará en la forma animaga. Es importante tener en cuenta que los Animagos deben registrarse en el Ministerio de Magia.

Los metamorfomagos son seres humanos con la capacidad de cambiar partes de su apariencia a voluntad. Si bien se considera parte de la transfiguración humana, esta no es una habilidad que se pueda aprender. Más bien, es un rasgo con el que nacen ciertas brujas y magos que se cree que es genético. Un ejemplo de un metamorfomago es una alumna que se graduó hace unos años, Nymphadora Tonks, quien con frecuencia alteraba sus rasgos faciales con el fin de disfrazarse y divertirse, entre otros. Los metamorfomagos pueden cambiar casi cualquier cosa en su apariencia, desde el sexo y la edad hasta algo tan simple como el color del cabello o los ojos. No requieren una varita o poción para hacerlo.

Los hombres lobo son diferentes de las dos formas anteriores de transfiguración humana, ya que no tienen elección en sus transformaciones. Se ven obligados a cambiar en cada luna llena. Normalmente cuando esto sucede, la persona no mantiene su mente humana. Debido a esto, los hombres lobo son increíblemente peligrosos y atacarán a cualquier humano a la vista. Dicho esto, hay una poción que le permite a alguien mantener su mente humana durante la luna llena, aunque la transformación aún tendrá lugar. Esto se llama poción matalobos, que fue creado por Damocles. 

Desaparición

La desaparición es una rama de la transfiguración que permite al transfigurista hacer que un objeto desaparezca del mundo. Hay muchas teorías sobre lo que realmente sucede con los elementos que han desaparecido. Algunos creen que desaparecen todos juntos y nunca podrán ser devueltos. La opinión más popular es que los objetos se desmontan y las partículas se dispersan por todo el mundo. Se dividen en una cantidad tan pequeña que parece que "ya no existen". Sin embargo, no pueden dejar de existir verdaderamente debido a la ley que establece que la materia no puede crearse ni destruirse. Cuanto más complejo es el objeto, más difícil es hacerlo desaparecer. 

Conjuración

Los hechizos de conjuración son significativamente más complicados que sus contrapartes de desaparición. Los elementos conjurados se forman juntando las partículas que nos rodean para crear el objeto que deseamos, esencialmente de manera opuesta a la forma en que se desvanecen los elementos. Lograr esto requiere que el transfigurista tenga en cuenta todos los detalles del objeto que está tratando de conjurar, una tarea difícil, por lo que esto es algo que no aprenderá a menos que elija continuar con la Transformación en sus EXTASIS. Hay también leyes extensas que restringen lo que se puede y no se puede conjurar y las cosas que se conjuran tampoco durarán para siempre. 

Destransfiguración

La destransfiguración es precisamente lo que parece. Es una serie de hechizos que te permiten deshacer transfiguraciones anteriores. Sin embargo, esto es principalmente para transformaciones, ya que la desaparición no se puede deshacer, y las cosas que se conjuran desaparecen naturalmente después de un tiempo. Este será el tema de su Séptimo Año, junto con la transfiguración humana y algunos otros temas transfigurativos avanzados.

-En esta clase aprenderéis el hechizo multicorfors, que consiste en cambiar el color a las cosas, ya que la transformación de un objeto a otro distinto no os salió bien, veamos que tal se os da algo más simple 

Entro deprimido a la clase de transfomaciones, pensando en que me pondrá a hacer la profesora y en que consecuencias acarreara para mis compañeros.

Escucho a la profesora atentamente para que no se me olvide nada, pero lamentablemente no es el caso me pierdo en mitad de la explicación y se que esto no terminara en nada bueno.

cuando es el momento de la practica lo hago tal cual como recuerdo pero en vez de que lo que tengo en el escritorio cambie de color mas bien lo hace el pobre estudiante de  Hufflepuff que tengo delante mío.

El cabello de Hannah Abbott comenzó a cambiar de color rápidamente hasta que acabo con un tono morado que honestamente le quedaba bien.

Me levante rápido de la silla y mire a la profesora "Profesora McGonagall le juro que no fue intencional" digo mientras trato de ocultar mi sonrisa, no fue intencional pero fue muy divertido.

Transformaciones se estaba "transformando" en una pesadilla para Amaris. Aquella asignatura le hacía la vida difícil (¡hasta le había transformado las manos en garras de rata!) y ya desesperaba. Claro que no había hecho caso del consejo de la profesora McGonagall, de puro cabezota, pero aún así... ¡Qué incordio!

Aún así, la pequeña bruja tomó nota de la clase y se interesó sobre algún tema

—Profesora McGonagall, como ocurre con las conjuraciones, ¿también hay leyes que restrinjan lo que se puede y no se puede desaparecer? ¿Se pueden desaparecer seres vivos? En todo caso, ¿desaparecerlos equivaldría a matarlos? —Releyó sus apuntes. —Ya que, según explicó, una desaparición no se puede deshacer...

Luego, intentó con el hechizo Multicorfors y... nuevamente cayó en una pobre muestra. La taza sobre la que intentó el hechizo titiló cambiando de color del azul al verde y del verde al amarillo, pero solo fue eso, efímeras pinceladas de color. Un breve instante y el hechizo se esfumó, otra vez.

—¡Por las barbas de Merlín! Esto es exasperante...

Onyx llegó pronto a la primera clase de transformaciónes. Estaba bastante nervioso. Sacó su pergamino, su pluma, la tinta y su libro y esperó a que todos sus compañeros se acomodaran en clase. 

Tras escuchar a la profesora McGonagall le quedó muy claro que las transformaciones no serían tan simples como lo que se había pensado al ver alguna vez a su abuela hacer desaparecer los excrementos de los hipogrifos o transformar rocas en árboles cuando uno de sus animales cambiaba de hábitat. 

El chico no se atrevió a levantar la mano, aunque tampoco estaba seguro de recordar la respuesta. Es cierto que la había leído pero era algo complicado de recordar. Aunque una vez explicado por la profesora no parecía que fuese a olvidársele. 

Intentó el conjuro varias veces durante la clase pero no consiguió nada. Se fue bastante frustrado, aunque como casi nadie lo había conseguido se pensó que para ser la primera clase no estaba tan mal. 

Su segunda clase de Transformaciones Onyx intentó esforzarse al máximo. La parte teórica de la clase no pareció complicarsele mucho. Sin embargo, en la parte práctica volvió a quedarse atrás y no consiguió cambiar el color de la taza de té que tenía delante. 

El joven mago empezó a agobiarse porque aún no había recuperado de todo el tiempo necesario para aprender el hechizo de la clase anterior. Ahora tenía que repasar dos conjuros y era algo dificil, aunque algo dentro de sí mismo le decía que no tendría porque dársele tan complicado. Era como que la magia estaba dentro de el pero no acaba de pasarle de la mente a la varita. Como cuando se te queda una palabra en la punta de la lengua y te demoras muchísimo rato intentando recordarlo.