Partida Rol por web

Tensa todo el cuerpo mientras recibe la provocación, conteniendo la rabia que crecía en su interior a duras penas.. Los músculos del cuello y los brazos se le marcan bajo el uniforme negro, revelando un poderío físico obtenido mediante trabajo intensivo. La espada tiembla ligeramente en su mano, al igual que el escudo, y avanza el pie derecho lentamente sobre el tatami, apenas un centímetro o dos. De momento, mantendría la guardia.

No estaba lo suficientemente cerca para que pudiera atacarle sin peligro para el... viendo que aquellas palabras hicieron mella no dudo en volver a arremeter contra el... verbalmente...

- Te diría que tu madre fue una puta estupenda la otra noche... pero joder - sonrió sarcásticamente, le encantaba cuando hacía esas cosas... - sabiendo que no tienes ni madre eso deja de tener sentido... -  se encogió de hombros - ... no eres más que escoria que va contra natura... y encima pretendes ser un Einherjer cuando no tienes ni honor de nacimiento - le espetó ahora, con el rostro cambiado... con el rostro hinchado por el odio - eres un insulto para los Nuahda... y ni si quiera tienes cojones de atacar

De nuevo se mantiene erguido y a la espera. Esta vez las provocaciones parecen no hacer la menor mella en él. controla el temblor de sus manos y retrocede el centímetro que había avanzado. Aquel iba a ser un duelo en el que los nervios de acero de los luchadores serían los que decidirían el resultado.

Sencillamente le espetó un... - patético - y se mantuvo a la espera

Aprieta con fuerza el mango de la espada y cambia la postura del brazo del escudo. Inclina ligeramente el cuerpo y mira hacia abajo, hacia la jabalina que permanece en el suelo. Claramente, tiene la intención de recoger el arma, aunque parece que de momento esperará.

La tensión se masca en el ambiente.

... y le dio un calambre en el talón de aquiles provocandole un intenso dolor que le recorrió toda su pierna derecha... Contuvo el dolor y lo disimulo a la perfección, aunque ese medio paso de medio centímetro que dio fue, cuanto menos, revelador en su intención de abalanzarse contra su clon. Entrecerró los ojos y le miró fijamente preparado para su arremetida...

Con un grito de guerra, el clon se abalanza contra el ancestral guerrero aprovechando ese momento de debilidad. Su movimiento es impetuoso, brutal, pero no carece de cierta belleza pues también es eficiente. En él no se consume un solo ápice de energía que no estuviera destinada a matara su enemigo.

En cuanto vio que se acercaba corriendo como un animal Risteard flexionó su cuerpo hacía delante echando la espada hacía atrás y como un aguijón lanzó una estocada directa hacía su muslo derecho... justo en el instante en el que iba a "probar" sangre la espada de aquel clon desvió el golpe provocando que saltaran chispas pos todos lados... el combate acababa de empezar.

El sonido de metal contra metal resuena por toda la gran sala subterránea. El clon tenía buenos reflejos y había sido capaz de desviar el golpe fatal de su rival. Sin embargo, la maniobra de Einherjer desequilibra al clon, que es incapaz de devolver el ataque con certeza. El filo de su espada pasa a centímetros del cuerpo del guerrero sin llegar si quiera a representar una amenaza.

Aprovechó que su rival parecía desequilibrado y usando a su favor la fuerza inercial del desvió de su ataque arremetió contra el con un tajo en horizontal y bajo... su acero esta vez si probó sangre y carne ya que la punta de su arma abrió una herida en el muslo derecho al lanzar su ataque...

El clon recibe la herida con un gemido de dolor, pero no ceja en su empeño de vencer el combate. Einherjer siente como la espada atraviesa el tejido del uniforme de su reflejo, pero calcula que, dada la fuerza y el ángulo del corte, debería haber penetrado aún mas en la carne.

El clon, por su parte, devuelve el golpe sin precisión alguna. De nuevo, su ataque pasa a demasiada distancia del cuerpo de su enemigo como para suponer un riesgo.

Siguiendo la proyección de su ataque Einherjer giró sobre si mismo agarrando su espada con las dos manos justo en el momento que le daba la espalda para acabar aquella maniobra... dispuesto a propinarle un potente golpe terminó de girar pero cuanto iba a impactarle se encontró con el escudo de su enemigo...

Aprovechando el golpe contra el escudo, el clon adelanta su defensa obligando a su rival a torcer la mano en un ángulo imposible que debería desarmarlo. Sin embargo, la maniobra no llega a culminar, pues el impulso ha sido flojo y la resistencia de Einherjer suficiente como para evitar dejar caer su arma.

El combate continua en el más absoluto de los silencios, pues todos los allí reunidos no emiten ni el más mínimo sonido, atentos al combate y quietos como estatuas.

Vio la intentona de su oponente, y aunque un buen intento no le salio bien... echó su cuerpo hacía atrás y lanzó su pierna directa a su abdomen buscando la manera desequilibrar a su contrincante y así lanzar un ataque más feroz...

La maniobra no es suficiente para desequilibrar al contrario. El golpe impacta contra el abdomen del clon, pero este ni se mueve un solo centímetro. El traje le protegió de lo mas duro de la patada y su preparación física hizo el resto.

Aprovecha el impulso de Einherjer para contraatacar en un rápido movimiento de corte que prueba la sangre del guerrero ancestral. El tajo, en cualquier otro momento, hubiera sido letal, pero Einherjer descubre para su sorpresa que el uniforme que viste, con el que se había despertado en la celda, también es resistente a las armas de filo. La herida sangra, pero no deja de ser un daño superficial.

Ambos estaban heridos y el combate no tenía vistas de acabar...

Einherjer recibió el ataque de su contrincante con honor... no se echó hacía atrás sino todo lo contrario... la herida lo estimulo por completo haciendo que sacará de el aquel soldado al servicio del valhalla que siempre despertaba poco a poco... como una bestia que dormía. Su rostro se marcó por una expresión más dura, más concentrada, más letal... y no tardo en demostrarlo.

Echó el brazo de la espalda hacía atrás por encima de su propia cabeza y lanzó, como antes, una potente estocada directa a su otra pierna... ya había herido una pierna, y ahora la otra acababa de ser atravesada por su espada...

Pero en el último momento, el escudo de color azabache se interpuso en la trayectoria de la espada, haciendo que saltaran chispas mientras la hoja del arma resbalaba, chirriante, sobre la pulida superficie de la defensa.

El contragolpe no se hizo esperar, aprovechando que el arma de Einherjer estaba ahora apuntando hacia el tatami, descargó un potente golpe, destinado a herir el brazo que sujetaba la espada. Sin embargo, el mal cálculo hizo que este saliera desviado, sin llegar a tocar carne.

La respiración de clon apenas si se había alterado, aunque ya resbalaban algunas gotas de sudor por su frente. Su expresión, indescifrable, era como el de una estatua tallada en piedra.

Apretó la mandíbula ante aquel nuevo fallo por su parte... pero no cejó ni un instante. En cuanto tuvo la oportunidad dio un paso hacía delante... en el inicio del mismo tenía la espada frente a el y cuando dio un potente pisotón sobre el suelo descargó su arma contra el pecho de el con un potente tajo en horizontal...

El tajo es lo suficientemente fuerte como para atravesar el tejido que componía el uniforme del clon y la espada abre una herida profunda en su torso. La sangre sale a chorro del corte, salpicando la cara enrojecida por el esfuerzo de Einherjer, mientras el cuerpo cae flácido sobre el tatami, sin vida. Las armas esgrimidas por el clon caen con él, mientras el suelo se encharca lentamente de carmesí.

La multitud se levanta en silencio, expectante, mientras ven como la voz del que había sido su señor durante un tiempo desconocido se desangra lentamente hasta la muerte.

En cuanto vio que su clon había muerto, Risteard rápidamente soltó su espada e intercepto su caída cogiéndolo por la espalda y depositándolo en el suelo. Una vez sobre el le cerró los ojos y le susurró al oído mientras le colocaba los brazos en cruz sobre su pecho...

 - Has luchado como un hermano, ahora muere como tal.

Le acarició el pelo y se levantó... triunfal, pero mirándolos a todos con humildad. Se acercó a donde habían dejado sus artefactos y se los colocó en sus muñecas... cerró los ojos y sintió la escalada de poder recorriendo su cuerpo, célula a célula... de nuevo era un Einherjer; pero había algo que hacer.

Abrió los ojos y los dirigió a todos los allí presentes. Respiró con profundidad...

 - ¡Ha llegado un momento de vuestras vidas! ¡Un momento para el que estabais destinados! ¡Un momento en el que cada uno de nosotros demostrara su valía! ¡Ninguno de vosotros conoce el propósito por el que fue creado! ¡Pero yo os daré uno! ¡Os daré paso a vuestro destino! - su tonó de voz era firme, fuerte, rotundo... convincente - ¡A partir de ahora seremos hermanos! ¡Y yo os guiare en la batalla, en la lucha... en camino de esta aciaga vida! ¡Pero para ello debéis jurarme lealtad! ¡Haced un pacto conmigo! ¡Un pacto de honor y de sangre! - en ese instante, parpadeo y visitó la forja de armas deifica y cogió una lanza dorada y un escudo con el emblema de Thor - ¡Los caminos de la guerra están despejados! ¡Juntos venceremos llegado el momento! - dio un golpe seco con el final de la lanza provocando un poderoso estruendo para dar lugar a una neblina azulona que fue surgiendo del cuerpo de Risteard... el suelo a sus pies se fue congelando mientras tras él comenzaba a crecer una estatua de el mismo, de todos ellos mismos - ¡Y venceremos! - repitió nuevamente - ¡Ahora, preparaos! ¡Mental! ¡Física! y ¡Espiritualmente! ¡Superaos a vosotros mismos! ¡Sed mejores! - y dejó de hablar... esperando reacciones, esperando comentarios, esperando lo que tuviera que venir antes de su marcha...