Partida Rol por web

- Muchas gracias, Señor Schulzt.- Digo sonriendo y estrchando en mi defensa.- En mi defensa le dire que yo tambien siento curiosidad por sus genuinas obras, tal vez algun dia le revele mis trucos y usted me revele los suyos.

Y con esa alegria de haber conocido un buen amigo al que pedirle cosas prestadas, hago una despedida cortes con la cabeza y luego salgo de la habitacion con marcha rapida. Una vez salgo del almacen, empiezo a llamar a Sforza por el movil mientras me dirigo al coche.

Puede que me estuviera equivocando, pero por lo menos tenia que asegurarme de que no me habia mentido el señor Sforza. Y sabia la manera de saber sus verdaderas intenciones.

El teléfono se descuelga al tercer tono. Una voz jovial con acento italiano te responde. Parece mas alegre y vital que las otras veces que has hablado con él.
¡Signore Cofre! ¡Dígame!
Mientras sales por el almacén recibes varios saludos de los trabajadores. Algunos agitan la mano con alegría, otros solo se despiden con un gesto de la cabeza y los menos te gritan un ¡Nos vemos! con bastante energía.

-... - Me quedo un momento parado e intento analizar la situacion. Hay algo muy raro en esta conservacion y no se lo que es.- Buenos dias, señor Sforza, se le nota muy alegre.- Miro de reojo al almacen del señor Schulzt, tal vez...- Por cierto, creo que se le ha olvidado comentarme que el diamante en cuestion tiene propiedades malditas como matar la gente que se adueña de el ¿Es cierto eso?

Oh, si, estoy bastante contento. Acabo de cerrar un trato muy importante que me traerá mucho beneficios
Responde con su jovial acento italiano
Y si, creo que se me olvidó comentarle el detalle sobre la maldición del diamante... pero confié en que fuera lo bastante competente como para poder averiguarlo por su propia cuenta y riesgo. Sea como sea, solo afecta a los que se lo quedan... así que siempre y cuando me lo entregue su vida permanecerá a salvo.

"¿Este tio va en serio o es que me toma por idiota?" Cabreado, me meto en el coche dando un portazo al entrar.

- Agradezco que confie tanto en mi señor Sforza.- Era una voz alegre pero con un temblor de rabia contenida.- Pero le ruego que detalles tan importantes como esos, no se los guarde, por favor. Si hay algo que tenga que decirme sobre el diamante y la maldicion y que se le haya olvidado, estoy dispuesto a escucharlo.

No
Responde con sencillez
Creo que ya lo sabes todo... Conoces su maldición, su historia y que tiene alguna relación con los demonios. Y eso es todo lo que yo se... De momento. Necesito la piedra preciosa para poder estudiarla y averiguarlo todo sobre ella

Me quedo un momento pensativo y mirando a la calle con cierto desinteres, parecia que el señor Sforza no estaba mintiendo, al menos sobre ese tema.

- Ciertamente el Señor Schulzt tenia razon sobre usted.- Vuelvo la mirada hacia al almacen.- Por cierto, hablando sobre el, le he prometido que le dejaria examinar la joya a cambio de dejarme una replica gratis, espero que no le importe.

Lo que hagas con la gema hasta que me la entregues es cosa tuya
Responde tranquilamente, sopesando tu posible reacción
Siempre y cuando recuerdes que solo te pagare por el trabajo si recibo la original en perfectas condiciones
Añade con tono profesional, ese tomo que utilizan los jefes acostumbrados a tratar con empleados que mas de una vez toman decisiones equivocadas por cuenta y riesgo propios

- Puede estar tranquilo Señor Sforza, estare vigilando en todo momento el diamante y toda la informacion que me de el señor Schulzt.- Una sonrisa se me perfila en la cara mientras busco una caja bendita o sagrada dentro de mi dimension.- Pero no comprendo lo de "Perfectas condiciones", segun usted, me dijo que queria que nadie hiciera mal uso del diamante, y me parece que destruirlo es una buen manera de cumplir con ese objetivo.

Te responde sin bacilar, se nota que es firme en su determinación
¿Que sucedería si alguien destruyera la gema que porta en su pecho, señor Cofre?
Es una cuestión sencilla en apariencia, pero sus implicaciones van mas allá de la simple obviedad

- No lo se, ¿Que ocurre cuando destrozas las puertas y candados de una dimension llena de cosas olvidadas y desterradas de esta dimension?.- Sigo buscando algo que me sirva, hasta que empiezo a recordar que es posible que tengas cadenas sagradas y un candado normal y corriente.- Supongo que seria como una gran piñata con muchos regalos y explosivos capaces de destruir una ciudad entera, pero ciertamente no se lo puedo asegurar del todo.- El tono habia sido raro, como una mezcla de apatia que señalaba que Jack habia asumido que era una bomba viviente y lo habia incluido en la lista de riesgos cotidianos.- Pero creo que ya he gastado bastante de su tiempo y debe tener tareas mas importantes que atender, asi que me despido de usted hasta que le llame con diamante en mano, Señor Sforza.

Pues imagine que poder deber haber encerrado en el interior del diamante si es capaz de matar a sus dueños de muy diversas maneras, solo por poseerlo
Responde con tono neutro, sin emoción, dando a entender que tiene la posibilidad mas que estudiada
Ese diamante debe permanecer bajo buen recaudo, lejos de manos que puedan ambicionar su poder.
Hace una pequeña pausa y añade
Muy bien, volveremos a hablar cuando tenga el diamante señor Cofre. Y tenga mucho cuidado...

- Gracias por preocuparse por mi, Señor Sforza.- Digo de manera formal y respetable.- Usted tambien tenga cuidado hasta que nos volvamos a ver.

Y con esa ultima frase, cuelgo y termino de buscar y sacar las cosas que necesitaba. No queria pensar sobre Sforza y sobre Schultz, me daba dolor de cabeza pensar quien me mentia y preferia centrarme en el robo por ahora.

Con una sonrisa, dejo las cosas en la mochila y saco a "Zorro" para no deajarlo cerca de esas cadenas, seguramente se cabrearia conmigo despues por este dia y por la forma que le habia tratado, pero en cuanto lo alze hasta mi cara, cualquier persona podria decir que los dos teniamos la misma chispa de maldad y codicia en los ojos.

- ¿Ya es la hora?

- Si.- Afirmando lo que pensaba "Zorro".- ya es la hora.

Dejo en el regazo a "Zorro" y acelero a tope por la carretera en direccion al hotel. Se acabo las charlas futiles y llenas de mentiras, se acabo investigar en barrios bajos, se acabo negociar con extraños personajes. Ahora lo unico en lo que me centraba, era robar ese diamante y disfrutarlo tanto como puede uno en una noche de desenfreno y placer despues de haber hecho celibato durante mas de un mes.

Las acciones siguientes fueron rapidas y consecutivas, primero aparcar el coche y luego pedir a domicilio la cena desde el cuarto del hotel, exactamente de un chino de al lado que vende esos paquetes que sirven como platos.

Mientras espero a la comida, me dedico a preparar las cosas, por una parte estaba las mochilas de una asa que iba a llevar, la de color azul iba a llevar los cachivaches, las camaras y "Zorro" el cual ya estaba relleno de explosivos, pegado con celo a las granadas y llevaba un manto negro al estilo de caperucita. Tambien era de destacar la camara pegada con celo al parachoques del coche de juguete. En la mochila negra iba llevar la caja y las cadenas que iban a ser el recipiente del diamante. Y por supuesto la replica del diamante, que iba estar en todo momento en mi cuerpo.

Una vez que ha llegado la comida, la guardo en la mochila negra y me empiezo a vestir para el trabajo. Pantalones negros cargados de bolsillos y cremalleras a doquier y un chaleco de manga ancha, con bolsillos escondidos por dentro y capucha. Un atuendo perfecto para meter o sacar cosas de la manga. Por ultimo, echo un vistazo al plan y reviso la estructura para evitar perderme por el edificio, cosa que me pasaba demasiado para mi gusto.

Una vez listo, cojo el equipo y me dirigo al garaje, pero esta vez cojo la moto que siempre utilizo para esta clase de trabajos, una Yamaha R6 de color negro. Una vez salgo del garaje, me dirigo por las cercanias del museo y en lugar apartado de las vistas, me dedico a esperar a la hora indicada en el plan mientras me zampo la comida que me he traido conmigo.

La noche pasa tranquila hasta que llega la hora.
Todas tus gestiones han transcurrido tal y como planeaste, salvo porque en el chino se habían quedado sin fideos

Desde tu escondite has podido ver varias veces a una pareja de guardias haciendo la ronda por fuera del museo, siguiendo una ruta programada, acompañados de perros. También has podido entrever, en las ventanas mas altas del museo, que corresponden al piso donde se encuentra la exposición, las linternas de los guardias que allí arriba vigilan

El momento está cada vez mas cerca y lo tienes todo preparado

"Hum, mala cosa, si me acerco demasiado, los perros podrian olerme y destapar mi tapadera."

Bajo de la moto y empiezo a caminar silenciosamente con las mochilas puestas, buscando algun lugar a 20 metros del techo y facil de esconderse. En todo momento voy mirando el reloj.

"Segun la informacion, dentro de poco habra un cuarto de hora sin guardias, en ese momento abrire un portal que me llevara un poco por encima del techo y empezare a buscar la entrada de ventilacion."

En cinco minutos se produce el cambio de guardia- Desde el suelo consigues calcular la altura del edificio y según tus cuentas debes acercarte a unos metros a la fachada para poder llegar hasta el techo, a un zona sin iluminación que queda cerca, según tus planos, del lugar de entrada