Partida Rol por web

Devuelve una reverencia a Hector, antes de que este cierre. Luego se acomoda el machete al costado, y comprueba que la pistola este bien. Asiente a don Orlando con una media sonrisita leve. 

-Estoy de acuerdo. Javiera, iras atras con Sarah. +indica, mientras se ponen en marcha tras las 4x4 que sale, hacia el auto donde esperan la chiquilla Gangrel y el profesor.

- si no hay problemas, es mejor además con tantas armas -les responde a los hombres mientras mira la última de las armas  que había tomado y la guardaba detrás, se jaló la polera y se hizo un nudo, para poder ceñirla. - ponermos al medio a don Orlando y disfrutado un poco de la comodidad - bromea con ellos.

-Jaja no faltara ocasion +rie a Javiera + piro aura no quiero distraerme coneso placere. Tenemo camino que ricorrer. Primero vamo a di pa Diamante. E lo mejo pa empeza' a busca al Javie, aun si dispue no tenemo que volve, po si anda campeando. 

De la mansion sale una 4x4 negra, y detras a pie los 3 que ingresaron, que avanzan hacia el auto charlando.

Orlando ahora carga un rifle bastante grande en la espalda. El otro hombre, Alfredo, ha aceptado cambiarse por un uniforme militar, ademas de añadir una pistola y un machete al cinto. Javiera en cambio viste ropas civiles del mismo tipo que las de Sarah,( incluso los mismos colores lisos y el tamaño, aunque ha hecho un nudo en la remera para ceñirla.) Tambien parece llevar dos pistolas y un cuchillo militar.

Sarah esta en el asiento trasero del auto, cambiada de ropas, mientras que el profesor aferra el volante y tabaletea, quiza algo cansado o aburrido.

Se aproxima por la ventanilla, apoyando el brazo en el techo. No se mete, sino que desde ahi le tiende dos pistolas a Sarah, con unos cargadores adicionales 

-Toma. De navaja naida... pa lo que vamo a haser, si te agarran de cerca van a vale mejo laj garra. +gruñe. 

Le miro elevando una ceja.

- Por fin hablamos el mismo idioma - tomando las armas con una sonrisa arrogante. Las observo cual preciados tesoros y poniéndole el seguro las pongo ambas al cinto.

La otra se sienta en el coche, en la parte delantera. A saber donde se sientan los ancianos. "Camisa anudada, ja, ya sabia yo que para estas lides estaba crudita" Personalmente preferiría una camiseta de licra y pantalones igualmente ajustados pero elásticos. Son lo mejor para una inspección de terreno.

Ya en la 4x4, se acerca a la puerta trasera, su sire iría adelante, junto al Profesor, y ella se sentó, inclinándose en el asiento del auto, y con su mano sobre su abdomen, y la otra tocándose el labio inferior, pensando y juntando fuerzas para tener que aguantar a los brujah militares que los acompañarían.

Don Orlando se va a la 4x4, con los hombres de Hector, para enseñarles el camino. En el auto entra Alfredo en el asiento delantero, mientras que Javiera se acomoda con Sarah en la parte trasera. Las dos igualitas, de jean, remera, y con dos pistolas... 

Enseguida arrancan. La camioneta toma la delantera... Hay mucha noche por delante. Primeramente, salen de Parana y avanzan por la ruta 11. El paisaje es principalmente campo, totalmente oscuro... Algunas localidades separadas brindan luz y animo a la vista. Nombrecitos al costado del camino. Muchas solo son un par de calles rodeadas de edificios, como Aldea Salto, o Aldea Brasilera, y a una le recuerdan en cierta forma a Quantico, en su pequeñez. Otras son mas grandes, tal vez un par de miles de personas. Oro Verde, Valle Maria. Caminos secundarios hablan de mas pueblitos, como aldea de las Arañas o Strobel. Pero esos remansos de humanidad son nada en la negrura del paisaje campestre. En muchas ocasiones, solo las luces de la camioneta adelante les indican que no estan solos. 

Al cabo de una hora ven una luz mayor. Diamante, junto al rio Parana, ya una ciudad de 15mil almas. Pero en vez de entrar hacia la zona urbana, toman un desvio, comenzando a bordear la localidad por la zona portuaria...

Miro por la ventana, calladita. No se porqué no habrá venido el Sire, pero bueno, me da lo mismo. Puedo valerme yo sola.

El viaje los llevó a internarse en una espesura digna de las novelas de LeCarey a las cuales era tan asidua lectora, por cierto, ese era otra ventaja de su condición, podría leer más novelas y no sería demasiado vieja para compartir sus conocimientos. Se movió hacia delante, poniéndose entre los dos asientos, - ¿a donde vamos ahora exactamente? ¿a buscar a los amigos de don Orlando? - le pregunta a su sire, ya viendo las luces de la ciudad y del puerto.

-Vamos a buscar a Javier...+responde, mirando por la ventana+... Es un antiguo Gangrel, el segundo tras don Orlando en la region, pero la palabra "amigos" probablemente no aplica en este caso. De hecho, las circunstancias del ataque apuntan a que puede el pudo indicarles a los agresores donde hallarlo, o  incluso estar involucrado...

Suspira, hundiendose levemente en el asiento.

-En el peor caso, se habra unido al Sabbat, en cuyo caso agradecermos tener estas armas. Para ser el segundo de la region sus capacidades de combate deben ser considerables, por no hablar de otros aliados que tenga ni de que conoce esta zona muy bien. ¿Alguna vez oiste del festival de Diamante?

- no, nunca Alfonso, es más ni sé donde vamos - se encogió de hombros, y apoyó su mejilla en el respaldo del asiento - entonces.. lo buscaremos para aclarar las cosas... me parece super - se río, pero sin esconder su preocupación, al no saber si podría enfrentarse a  esos enemigos.

- pero dime Alfonso, que pasó exactamente, no han sido demasiado claro, nadie de hecho- pregunta en un susurro, y mira al profesor, que seguía conduciendo en silencio.

Se encoje de hombros lentamente, cruzando los brazos sobre el vientre.

-Todo lo que sabemos es lo que dice don Orlando. Que fue atacado, por vampiros que eran de la sangre Tzimisce y otras cosas, seguramente criados. Al menos logro herir a varios lo bastante para que huyeran e incluso destruir a una, con algo de ayuda de esta muchacha...+mira a la silenciosa Sarah por el retrovisor+ pero perdio a varios de su familia mortal en la lucha, mujeres y niños que le atendian. Me temo que no ha sido mas claro en los detalles, pero las pruebas que trajo convencieron al principe.

Observa el camino delante, donde se ve un enorme edificio de varios pisos, lleno de luces. Mientras, comenta.

-Ahora, este Javier, no hace mucho hizo una reunion de clan donde intento convencerlos de atacar a la Camarilla local, como represalia a las depredaciones de la zona. Varios le apoyaron... pero Orlando no. Al ser el mas antiguo su opinion cuenta bastante. Pocos dias despues su refugio es localizado y atacado por Sabbat bien organizados. Resulta demasiada coincidencia...

Suspiro.

- I muss have shot the black one

Cruzo la pierna, sin interesarme mucho la conversación. Pero si vamos a la finca de ese tipo y tiene a Lautario y JJ....

Vaya ¿había dicho eso en voz alta?

Se volteo para mirar a la mujer, pero o hubo mayor expresión en su rostro, de todas formas el aspecto de la mujer no le hacia dudar que hubiera podido destruir a uno de los atacantes, tenía una presencia de agresiva, que se asemejaba demasiado a su sire, o quizás era la influencia de él, pero no hizo comentario, ella había demostrado una reticencia constante a la conversación que rayaba en la mala educación. Volvió sus ojos hacia su sire y luego al frente, la luz de la ciudad se hacía más y más intensa.

- ¿que clase de bestia puede atacar a mujeres y niños indefensos? - suspiró sin ocultar su horror en una pregunta retórica, ella como persona de derecho, funcionaba con un deber ser, una existencia que debía tender a un paradigma ideal inspirado por principios fundamentales como bien común y justicia, y aunque en su  historia la desgracia estaba presente y había sido testigo de las brutalidades humanas, eso sólo lo concebía dentro de un estado tiránico, pero el mundo en esas dos semanas había cambiado demasiado, lo que creyó verdad era sólo una pálida imagen de lo que la verdad era... y como dijo Hegel, la verdad es el concepto y la historia  del mismo, y ella, hasta hace dos semanas, no desconocía tanto el concepto como la historia de la verdad.

- de todas formas, estamos sobre pistas circunstanciales, nada de hecho, más allá de las palabras de este hombre, aunque no niego, es muy conveniente como lo presentas Alfredo, e imagino que las pruebas para cazar a un vampiro no son tan exigente como si se armara un caso - sonrió y apoyó ambas manos en los respaldos de los asientos - pero bueno, entonces nos enfrentaremos primero a este Javier... ¿cierto? - se muerde el labio inferior haciendo un esfuerzo de memoria para recordar los atributos básicos de  un vampiro como aquel.

Esboza una media sonrisa.

-Es dificil armar un caso sin cadaver, ni tan siquiera registros legales de su existencia, por no hablar de la ineficacia de los metodos tradicionales como las huellas dactilares o las autopsias... Luego hay herramientas que si funcionan, por ejemplo la Taumaturgia o la Nigromancia, que ninguna corte mortal aceptaria y tambien algunos principes. Ya lo hablaremos en otra ocasion. Ahora lo importante es este hombre, Javier.

Van llegando al parecer. A vuestra izquierda parece haber un gran estadio, aunque solo hay tribunas en uno de los costados, el resto esta rodeado por un bajo muro. Pero la camioneta adelante gira hacia la derecha y se detiene finalmente en un oscuro prado. Al mirar por la ventanilla ven algo que identifican de inmediato... Tumbas.

-La particularidad del festival de Diamante...+comenta Alfredo, tras unos segundos de silencio+... es que lo celebran junto al cementerio. Algun dia preguntare porque.

e iban llegando al lugar, un festival al lado de un cementerio, demasiado lindo, demasiado acorde, que hacía pensar en las fiestas de la muerte en México, suspiró, no recordaba mucho sobre las habilidades que mencionaba, pero creyó que no era el momento de preguntar, así que se reclinó sobre el respaldo,  y se fue mirando el espectáculo, las lápidas en donde pudo haber terminado.

- que pintoresco...- resopla - ¿buscaremos a este Javier en este festival? va a estar entretenido - masticó las últimas palabras, imprimiendo un dejo de sarcasmo, porque en realidad estaba nerviosa, se sentía cargada de armas, y esa "actitud" no iba con lo que siempre trataba, pero si lo ponía en perspectiva y claro, si se adaptaba, era lo mismo que ir a juicio, aunque se sentía como su primer alegato en la corte.

-No lo creo... El festival fue en enero. +dice, mientras sale del auto, mirando el cementerio+ Don Orlando debe saber por donde continuar, pero creo que estamos tratando con un tradicionalista.

Hace un gesto abarcando el escenario delante. Las tumbas llegan hasta los arboles, un denso y oscuro bosquecillo. Algunos mausoleos aqui y alla salpican el paisaje. No obstante es dificil ver nada. La luna esta baja y no hay ninguna luz en la zona, mas que las pocas que vienen de la calle o los faros de ambos vehiculos.

-Estereotipos... Los muertos con los muertos y todo eso. Un desperdicio de energias inmortales.

- justo eso iba a decir, es casi una alegoría de la muerte- levantó una ceja, realmente desearía poder estar a sola con el profesor y su sire, y así expresar su nerviosismo, pero con la chiquilla de don Orlando la intimidad no existía, incluso, si estaba el mismo don Orlando ahí, sería más simple.   No pudo evitar recordar que le gustaban los cementerios, iba a uno cuando niña, donde el aroma a eucalipto le relajaba mientras dejaba flores a su bisabuela y a su pequeño primo que falleció con apenas dos años de edad.

-¿ Doña Mercedes nos encontrará acá? - no es por ser mala, pero sintió que aquel lugar era más acorde al estilo de aquell mujer de preciosos ojos azules.

Orlando se arrima. De la camioneta bajan los 3 soldados uniformados, todos rapidamente preparados para el combate... tal y como lo expresan los fusiles de asalto en las manos.

-Bueh... aura tenemo que dentra busca. El Javie no tiene ranchada, duerme 'n el suelo. Puede anda entre laj tumba o `n cualquie lado. Pero no puede nterrarse con laj cosa, laj arma y lo bolso. Esa va se la pista, aunque casi siguro aya salio a caza. Pero de ayi lo puedo rastriar...

Cierra los puños con firmeza, mientras sus ojos se ponen rojos de una forma antinatural, brillantes.

-Vamo a separano, pero no mucho. Laj mujere que vengan atra...