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Warhammer 30.000: La Gran Cruzada

Trasfondo

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31/05/2018, 11:05
Casius Atlas

-Mi señor-el Doblegador plantó la rodilla en el suelo ante el holograma del primarca de la XII-Vengo aquí con la más honda de las congojas pues la información que os traigo puede resultar... inquietante. Mi nombre es Casius Atlas, jefe de escuadra, II Compañía de Exploradores de la XVII, una de las pocas que conservamos.

El Doblegador mira a su alrededor, inquieto.

-El motivo de mi visita son nuestros reclutas. Los Doblegadores nunca han sido una legión muy grande, menos aún después de Ullanor pero el flujo de nuevos astartes ha sido constante y nuestra semilla genética es estable. Sin embargo, nuestro estatus de "legión sin primarca" ha permitido que alguien nos manipulase. Todo esto habría pasado desapercibido si la masacre de Ullanor no nos hubiera obligado a reestructurarnos: nuestros archivos han sido alterados pero hay un goteo constante de reclutas que llevan desapareciendo años. Nuestras reservas de semilla genética son un 40% menores de lo esperado y hemos encontrado restos de otra semilla que no se parece a ninguna que conozcamos: estos incidentes están mencionados en los informes como "mutación", "rechazo de implantes" o "bajas en combate" pero la pauta es clara e implacable: alguien ha estado arrebatando a los Doblegadores sus reclutas y empleando nuestras instalaciones para cultivar otra semilla genética. Por lo que sabemos, nuestros reclutas podrían formar parte de otra legión. Algunas han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos tiempos...

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31/05/2018, 11:14
Sir Zaifodias de Laumpspur

-Se hizo, mi señor. Hemos podido averiguar que la escuadra Perceval se volvió contra la Valvaria en medio de la refriega con los orkos. Los recuerdos son fragmentarios pero, aparentemente, los miembros de la Perceval no respondían a los comunicados estándar y empleaban una lengua cifrada desconocida. La Perceval y la Valvaria eran los pretorianos de lord Arcturus: si se enfrentaron entre ellos, eso podría haber dejado a mi señor completamente expuesto en medio de las líneas enemigas.

El marine espacial parece arrepentirse de sus palabras:

-Por supuesto, es muy improbable que mi señor Arcturus cayera frente a simples orkos pero el hecho de que sus guardaespaldas se enfrentaran de repente no puede ser producto de la falta de disciplina: es una trampa meditada y planeada.

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31/05/2018, 14:00
Ark'sul

Recibir esa respuesta era peor de lo que esperaba porque exponía una situación mucho más comlicada que todo lo que hubiera podido ocurrirsele a él. Una escuadra de pretorianos se volvió contra la otra tras usar unos códigos extraños y cifrados. ¿Cómo podía haber ocurrido eso? ¿Qué podría pasar si ocurría eso con sus hijos y una Orden se volvía contra la otra? El mayor caos se desataría y ahora entendía la pesadilla que había sido la XX.

-Que Nimrod cayera en ese preciso momento no fue algo del azar, sino un movimiento táctico muy bien estudiado para conseguir un objetivo que desconozco. ¿Querían matar a mi hermano o apresarle? ¿Querían sembrar la desconfianza en un momento crítico para la Gran Cruzada?

Entonces la paranoia se apoderó de él.

¿Y si Zaifodias era uno de esos traidores? No podía demostrar nada, no podía confiarse al completo. Tenía que mantener la calma y, a la vez, mantenerse alerta.

-¿Puedes darme las coordenadas del lugar del ataque? Quiero ver si hemos rastreado esa zona bien y, más aún, con la información que tenemos ahora tal vez podamos encontrar algún rastro.

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31/05/2018, 14:52
Uliq deNugnat
Sólo para el director

Asentí complacido al trato que dispensó Casius, –levantaos y contadme –estaba agradecido por su gesto de respeto.

Me crucé de brazos al escuchar su historia mientras grababa con detalle con mi ojo biónico su mensaje. –Comprendo –aquella información era sumamente importante, un secreto que podría hacer temblar a la legión implicada y hacer caer a su Primarca en desgracia –y… ¿Tenéis alguna sospecha? La mayoría de las legiones han aumentado su número, incluso la mía, si bien… algunas han crecido en una medida exagerada –tecleé en mi unidad –40% es mucha cantidad, habéis hecho bien en acudir a mí. ¿Podéis pasarme los datos de los que dispongáis? Así podré hacer mis propias indagaciones. ¿Quién tiene acceso a las instalaciones de cultivo? Quizá deba hacer una visita personalmente –.

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01/06/2018, 10:46
(Legio XVI) Eon de Sycorax

Eon alcanzó a Vulkor un pequeño cofre que parecía hecho de obsidiana. 

-Está ahí dentro- dijo-. Yo diría que encierra algún tipo de mente del Sha´eil, pero tú eres el experto. No sé si es la misma que intentó comparme, pero todo apunta a que sí.

El Corsario empezó a pasearse por la estancia.

-Ya lo sabes Vulkor; ya sabes por qué me marché. No pienso volver arrastrándome a que el Emperador me destruya. No pienso seguir barriendo delante de él para que se proclame dios de la Galaxia. Soy un pirata; los piratas huímos cuando las cosas se ponen en contra. 

Luego se paró de pronto.

-¿Decías en serio lo de enfrentarte a Padre? ¿Tú, que serás su Señor de la Guerra si depende de mí?

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01/06/2018, 10:50
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-Sabes quién me ha revelado esas cosas. No tiene sentido que te hable de una Cábala, del Circuito Infinito ni de ninguna otra fuente, pues sé lo que piensas de los xenos. Sólo puedo pedirte que confíes en mí, en mi palabra, en la certeza de un hermano. Si eso no te basta lo comprendo, Aegror, y siempre te llevaré en mi corazón, pero no volveré. Nunca.

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01/06/2018, 10:52
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-He visto al Emperador trabajar en su propia deificación. Le he visto usarnos como instrumentos y devorarnos uno por uno para eliminar a cualquier posible competencia. He visto a sus Custodios penetrar en los caminos secretos entre mundos, más allá del Empíreo. He visto que todos mis temores eran certezas. 

El Corsario sonrió.

-Ahora es cuando me dices que el Sha´eil me ha envenenado, que mi mente se ha visto afectada. Si tu próximo argumento para defender a Padre es que algún demonio me ha poseído y que tú tienes fe, la misma que se puede tener en cualquier falso dios, creo que tu corazón sabrá que tengo razón.

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01/06/2018, 10:56
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-Son metáforas, supongo -respondió la voz del Corsario-. Aunque una cosa está clara: las historias antiguas sitúan al Emperador en Marte mucho antes de la Gran Cruzada.

La impaciencia de Eon podía notarse incluso a través de los espacios oníricos.

-Me son indiferentes los cuentos salvo para lo que nos atañe: la Espada del Silencio. Sé que existe ese material. Lo he visto; he escuhado a los artesanos eldar hablar de él. Una aleación que devora el poder disforme y con la que se podría destruir a cualquier presencia psíquica y quemar su esencia para siempre, arrancarla del tejido del universo. Sé de un antiguo mundo de los necrontyr en el mismo Segmetum Solar: Drokon. Mi pregunta es: si consigo el mineral, ¿podré contar con tu forja? Solo así regresaré, mi hermano de sangre y metal.

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01/06/2018, 12:22
Uliq deNugnat
Sólo para el director

Notas de juego

Has puesto el mensaje que solo era para mi y ahora lo ven todos.

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01/06/2018, 13:25
Ark'sul

-El Omnissiah -comentó Ark'sul con una ligera ironía. ¿Tal vez por eso era por lo que había permitido el culto del Mechanicum? ¿Por que le veneraban a él o a una representación de él?. Cada vez las cosas estaban menos claras y todo empezaba a ser un montón de dudas en la cabeza de Ark'sul.

Una aleación que podía matar cualquier presencia psíquica era algo extraño, porque pondría a la ciencia por encima de esas capacidades suprahumanas que tenían algunos de los miembros de la humanidad, unas capacidades complicadas de explicar y que, al fin y al cabo, no eran existentes en sus hijos. Tenía una oportunidad única, tal vez imposible de otra forma, de estudiar un material que podría ser legendario o inexistente, ¿y quien mejor para eso que él¿.

-De acuerdo, hermano; pero te pongo una condición. Iré contigo a obtener ese material y seré yo el único que lo manipule hasta que cree ese arma para ti.

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01/06/2018, 13:29
Aegror (Legio IV)

Aunque sabe que su hermano no puede verle (al menos en un sentido real y físico) Aegror sacude la cabeza en un gesto de tristeza, suspira y sus hombros caen ligeramente, como si hubiese perdido las ganas de seguir avanzando.

-Sea pues. Respeto tus deseos, y no intentaré seguirte más ni buscaré convencerte para que lo hagas. Me gustaría dejarte con una reflexión, hermano. Allá en el mundo colmena admití que los xenos habían logrado construir imperios superiores a lo que la humanidad logrará jamás. No desprecio a los xenos porque los crea inferiores o abominaciones. Los desprecio porque son el pasado. Hoy en día la humanidad es el presente de la galaxia, y todo aquello que intente perjudicarla debe ser destruido. Habrá tiempo para que el futuro llegue y la humanidad se apague, pero eso debe llegar de manera natural. No vivas en el pasado, Eon. No te ancles a cosas que fueron, la historia no es más que eso, historias. "El pasado es un recuerdo, el futuro una ilusión, el presente es lo único real" -cita-. Hay que vivir, no recordar o soñar.

-Espero realmente que esta no sea nuestra última conversación. Si lo es, ve con mis bendiciones, Eon de Sycorax, príncipe corsario. Espero que algún día encuentres la paz y la libertad que tanto buscas.
 

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01/06/2018, 14:18
Casius Atlas

-Al no tener primarca, la XVII siempre ha estado supeditada al mando de Lord Arcturus, mi señor. Los Adeptus Custodes también han ocupado nuestra cúpula de mando y hemos compartido teatros de guerra con la mayoría de nuestros hermanos. En esas circunstancias, los apotecarios suelen servir a todos los astartes sin importar su heráldica.

Atlas hizo una pausa antes de seguir:

-Pero las dos legiones que más acceso han tenido a nuestra semilla genética han sido los Segadores y los Portadores de la Agonía. Ambas tienen gran renombre en el cultivo de órganos progenoides.

Notas de juego

Perdón. No es que fuera nada privado pero justo corregí el número romano que me mencionaste y fastidié lo otro.

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01/06/2018, 14:22
Sir Zaifodias de Laumpspur

-Nimrod Arcturus fue visto por última vez en el Barranco del Lobo Negro, en Ullanor II. La cuarta ofensiva del sector 2A-43 buscaba desestabilizar una columna de pieles verdes para impedir que reforzaran el frente principal y liberar algo de presión sobre los Caballeros del Arca que se encontraban asediando la Cota 92-I0.

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01/06/2018, 14:55
(Legio XVI) Eon de Sycorax

-¿Para mí? No, mi hermano de sangre y hierro. Este arma no es para mí. Este arma la empuñará aquel que quiera destruir al Emperador, será un seguro contra su tiranía, el último legado de los primarcas. Tal vez sea empleada dentro de mil años, cuando todos hayamos sido devorados y sólo quede una Humanidad oprimida por su dios dorado. Tal vez el último de nosotros sea quien la esgrima.

A no ser...

-A no ser, Caballero del Arca, que quieras empuñarla tú. Vengar a tus hijos sin sangre, que el Emperador te hizo asesinar. Pero tú has luchado en Ullanor, crees en la Unidad, ¿no es así? ¿No soy para ti un monstruo, un renegado peligroso?

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01/06/2018, 16:28
Duncan Thorne Brodie

-A los psíquicos no les hace falta poseerte para imponer su voluntad, hermano, y diría que eso es igualmente cierto para los horrores de Más Allá de las Brumas-dijo riendo, aunque era una risa seca y amarga-una vez conocí a un tirano llamado el Maestro de Títeres. Era un psíquico relativamente poderoso que gobernaba sobre un mundo del que ya no me acuerdo, y lo hacía mediante ilusiones y mentiras proyectadas por sus poderes. Cuando le descabecé, todo el velo cayó con él, y los habitantes de su planeta comprendieron lo equivocados que estaban-explicó, con paciencia.

-Creo que ese es tu caso. Lo que habita Más Allá ha visto dudas en tu corazón, Eon. Eso, sea lo que sea, no es amigo de ningún ser de la carne, estoy bastante seguro de ello. Y al ver que podía, endulzarte los oídos con mentiras, decidió hacerlo. No creo que el Emperador busque ser un dios. No nos ha hecho erigir templos en su honor, si no erradicar toda fe e instaurar una confianza ciega en la ciencia y el progreso. ¿No crees que no es el suelo más fértil para plantar las semillas de tu adoración?-preguntó.

-En cuanto a usarnos, en cierto modo, seguramente es cierto. Pero también es cierto que le importamos, aunque el gobierno de toda la Galaxia le impida prestarnos toda la atención debida. Pero somos parte de sus planes, así que naturalmente que nos usa, como nosotros usamos a nuestros hijos, lo que no quiere decir que no sean cercanos a nuestros corazones. Y sobre ese asunto de los Custodes, no sé ni a qué se refiere, pero no suena tan terrible, la verdad.

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01/06/2018, 18:55
Vulkor Señor del Legado Oscuro

Magnar cogió el cofrecito y lo dejó de lado temporalmente.-Padre ya no es el que era, la campaña terminará el breve y yo o Duncan seremos proclamados señores de la guerra, sin embargo nuestro hermano no se acerca de lejos a mis méritos pero es fácilmente manipulable tiene un cierto carisma pero su apego por el alcohol nubla su mente. Ante esto muy posiblemente seré vilipendiado de nuevo, no volveré a ser engañado como a una oveja mansa para volver al redil. Mira lo que se pasó a Nimrod, su lealtad fue recompensada con la muerte y el olvido.

Vendrás conmigo a Terra, yo te llevaré preso y te entregaré a los Astartes, es la mejor forma de que te infiltres en el palacio averigües cuanto puedas. Mientras tanto yo entretendré al consejo y te garantizaré una salida segura del planeta en una de mis naves cuando viaje para el nombramiento, allí podrás refugiarte y descansar; pero para que nadie sospeche de nosotros deberemos sangrar como nunca lo hemos hecho. ¿Me has entendido bien? Cuando todo esto acabe prometo rebelarte las verdades que conozco sobre todo lo que rodea a la figura de nuestro "amado" padre.-se levantó y empezó a estirar el cuello con sonoros chasquidos en espera de la inminente batalla, pero no le atacó a traición en ningún momento. Esperaba su permiso y sus palabras, no le agradaba todo aquello pero era un mal necesario para salvar al Imperio de un futuro muy incierto.

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02/06/2018, 02:12
(Legio XVI) Eon de Sycorax

EL REGRESO DEL CORSARIO

Tres años. Tres años siderales desde que Eon de Sycorax desapareciese. Tres años desde la purga de Laeran, relato que escalofrió a todos los iteradores imperiales. Tres años desde aquellos sueños esquivos en los que el Rey Pirata se había despedido de sus hermanos más próximos.

En aquellos tres años cayó Ullanor, se celebró un gran triunfo y se alzó un Señor de la Guerra. En aquellos tres años la búsqueda de los Custodios fue estéril. La 27ª Expedición y prácticamente todas las flotas de la XVI se habían internado en las profundidades del Segmentum Pacificus y no había forma de rastrearlas. Sycorax guardaba silencio, y las delegaciones enviadas a sus sistemas desaparecían, perdidas en las tormentas disformes que se desataban sobre el subsector. La población de Jrun se mostró cada vez menos amistosa con los Leviatanes que acudían en ocasionales visitas, y sus rituales en honor a los astartes fueron tomando tintes mucho más siniestros. Las gentes de Tanith parecían haber desaparecido en el aire; fundidas con los bosques que eran su hogar. Y Laeran… Laeran era un osario habitado sólo por fantasmas y criminales que trabajaban para el Mechanicus.

Tres años de silencio en los que la “rebelión” de Eon se fue convirtiendo en una “desaparición”. Algunos en la corte, los que se habían enamorado de la leyenda del Corsario, lo veían como una figura trágica, y hablaban a su favor a escondidas. En algunas cenas secretas en lo alto de las colmenas se brindaba por el regreso del hijo díscolo, y en el submundo del Imperio, entre ladrones, criminales y gente de baja estofa, se convirtió en un patrón, un nombre que invocar para esquivar la mala suerte. La ley imperial persiguió a muchos de estos “cultos”, pero no pudo erradicarlos, y con acciones tan violentas los disidentes no hicieron sino aumentar.

Entre los primarcas la ausencia no fue menos notada. Magnar Vulkor tenía pocos hermanos verdaderos, pero sin duda uno de ellos había sido Eon. Antes de que el Corsario partiera hacia el Halo, ambos se habían encontrado en la fortaleza de Qyl-Aman y habían compartido palabras sombrías. La Araña de Marte también vio cómo las advertencias de quien fuera su padrino y gran amigo se iban cumpliendo poco a poco conforme el celo por erradicar el recuerdo de Eon se endurecía. Tal vez aquella fue la determinación que inició su propio camino a la condenación…

A pesar de ello, ni Vulkor ni Akr´sul; ni Aegror ni Duncan; ninguno de los más cercanos al Pirata podían imaginar que regresaría.

Empezó en Hagia, un pequeño mundo agrícola poblado por granjeros y pastores. El planeta no poseía riqueza alguna a escala galáctica, pero era un remanso de lealtad al Emperador en la misma franja de Pacificus. Tal vez por ello El Rey Pirata se ensañó tanto con aquel pobre pueblo. Sólo cinco supervivientes alcanzaron el espacio Imperial en una nave concedida en persona, dijeron, por el primarca. Hablaron de horrores alienígenas que luchaban junto a los astartes; eldar, loxatl, rak´gol, lacrymole, enoulianos, stryxis y demiurgos. Todos aquellos monstruos depredaron el planeta de la mano de los Corsarios Estelares y celebraron con ellos el derrumbamiento de todas las aquilas imperiales.

En rápida sucesión cayeron Hydraphur, Balhaut y toda la extensión de Laanah. Millones de almas sacrificadas por nada, en nombre del saqueo y la locura de un Corsario que renegaba de todos los dioses. Despreciaba al Empíreo, al Dios de la Mano Ensangrentada y, sobre todo, a su Padre. Para Eon de Sycorax se había acabado seguir a ningún amo: grabaría a sangre y fuego su nombre en las estrellas.

Así, todas las fuerzas de la XVI Legión fueron convergiendo sobre un pequeño sistema llamado Istvaan...

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02/06/2018, 10:20
(Legio XVI) Eon de Sycorax

TESTIMONIOS DE ISTVAAN:  Contralmirante Kaminska, Iracundo

Cuando el señor de la Guerra designó a Vulkor para devolver a Istvaan a la paz del Emperador, el Matahermanos pasó varios meses en el Sistema Solar agrupando a sus fuerzas. Además de cinco legiones astartes, el primarca reclutó naves y tropas de todo tipo. Fuerzas que llegaban del frente para reabastecerse, navíos recién fletados, regimientos recién fundados; todos se unieron a la expedición de castigo. Mi propia sección de la Flota Saturnina fue requisada por el Sigilita en persona. El Trono quería un castigo ejemplar, quería a todos los hijos del Imperio unidos para aplastar la amenaza.

Ahora lo pienso y me doy cuenta: el Pirata y el Matahermanos pudieron planearlo todo. Se aseguraron de atraer al máximo de fuerzas leales a su trampa, de despojar a Terra de sus guarniciones más cercanas.

Claro que entonces no podíamos saberlo. Nuestra flota era impresionante; mayor que cualquier otro despliegue imperial. Y a la cabeza, junto a la Féretro, la Volcán y el resto de barcazas, se encontraba la Bucephalon. La nave insignia dorada del mismo Emperador. En sus tripas aguardaban varias compañías de Custodios encargadas de representar en batalla al Señor de la Humanidad y escoltar a Eon a Terra.

Puedo jurar ante el Emperador que aconsejé prudencia cuando entramos en el sistema. Claro que, ¿qué podía hacer yo frente al fervor de Vulkor, que parecía tan ansioso de entrar en batalla? Él se ocupó de recordarnos a todos que no estábamos allí para una anexión pacífica ni para conquistar planetas. Así pues, avanzamos.

Debimos sospechar. Cuando nuestra avanzadilla consiguió penetrar en los perímetros de los Corsarios debimos saber que estaba siendo demasiado fácil. Cuando cercamos Istvaan III y aislamos a la XVI de su flota debimos darnos cuenta. La legión de Sycorax es imbatible en el espacio, y nosotros, necios, pensamos que la habíamos doblegado con pura fuerza bruta.

Esperaron a los primeros desembarcos. Buena parte de las tropas estaban camino a la superficie cuando los detectamos. La primera señal fue la desaparición de nuestros escoltas. Fue tan rápido que pensamos que habría sido un fallo técnico. Pero no: los eldar ya estaban entre nosotros. Sus cazas interceptaban los transportes que descendían; sus veloces incursores acuchillaban a nuestras fragatas.

Vulkor dio la orden de seguir adelante. Concentramos todos nuestros esfuerzos en mantener el cerco. Los Robles Eternos recibieron la orden de asegurar la retaguardia y los Doblegadores se desplegaron para contener a los eldar. A pesar de las bajas, pensamos que conseguiríamos completar la invasión.

Entonces llegó aquella fragata negra. Salió de ninguna parte, del corazón de la flota de los Heraldos de la Pureza. Rompió la formación de anclaje y se dirigió a la Bucephalon a toda velocidad. La nave más bella, más poderosa y más ilustre del Imperio no alzó los escudos. ¿Por qué iba a hacerlo? Aquel instante de duda y arrogancia nos salió caro. No pudieron evitar la primera salva de torpedos.

Recuerdo las transmisiones confusas, el fuego amigo que destrozó la fragata. El silencio de Vulkor y, de pronto, los gritos. El capitán Hommed, de la Bucephalon vociferaba algo sobre sellar el puente… lo siguió gritando hasta que el Devorador de Vida le convirtió la garganta en pulpa. Aquellos torpedos, que apenas habían causado daños, habían plantado el virus más letal en la nave dorada. Las cápsulas de salvamento fueron lanzadas, pero las destruimos siguiendo el protocolo de contención. Incluso los Custodios sucumbieron. Trescientos de los mejores del Emperador se disolvieron en sus propias armaduras, y sólo un puñado consiguió alcanzar las cañoneras para descender al planeta.

Podrida hasta el alma, pero aún resplandeciente; en órbita sobre Istvaan para siempre: ese fue el destino de la Bucephalon. Nadie se molestó en volarla por los aires. Estábamos demasiado ocupados luchando por nuestras vidas.

Los Heraldos de la Pureza destrozaron nuestro flanco y, al retirarnos hacia la posición de los Dragones Esmeralda, Hantei nos recibió con andanadas. En retaguardia los Doblegadores parecían enfrentarse a los Robles Eternos y, al no saber si la Montaña era el traidor o el lealista, no pudimos apoyar aquel combate. Así pues, nos convertimos en blancos fáciles, atrapados en nuestro propio asedio mientras las naves de los Corsarios, supuestamente en retirada, salían de sus escondites y avanzaban, acompañadas por los eldar.

Tomé el mando entonces. Ordené mantener el contacto con la superficie todo el tiempo posible para asegurar una evacuación si era precisa. No me arrepiento. Nuestras bajas fueron atroces, sí, pero se lo debíamos a los muchachos que luchaban allá abajo.

 Vulkor y Hantei eligieron aquel momento para cerrar su cepo y se lanzaron sobre Istvaan acompañados de sus legiones. Fue lo que apagó cualquier esperanza de victoria. Las comunicaciones eran imposibles, así que los comandantes de tierra los recibieron como a héroes. La esperada segunda oleada…

No pudimos resistir mucho tiempo. Esa zorra de Sarrin, la capitana de la Horizonte, nos estaba destrozando. Los Robles Eternos se unieron a ella después de diezmar a los Doblegadores y todas las flotas traidoras se cernieron sobre nosotros.

Fue una masacre. Aún no sé cómo pudo salir nadie de aquel infierno…

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02/06/2018, 15:13
Caballeros del Emperador

TESTIMONIOS DE ISTVAAN: lord comandante Andred Gawain, Legio III

[El lord comandante no sobrevivió a la Atrocidad, sin embargo, los equipos de recuperación hallaron su casco, cuyo espíritu-máquina dejó constancia de su última batalla]

Terra… ¿cuánto llevamos aquí, Breunor? ¿Dos días? ¿Tres semanas? ¿Un mes? Ya no creo que vengan a buscarnos. Cada vez se ven menos fogonazos allí arriba.

Supongo que es un buen final. Si nuestro señor estuviera aquí… No; no tiene sentido plantearse algo así. Sin duda, de haber salido de Ullanor, Nimrod Arcturus habría sido Señor de la Guerra, y nada de esto hubiera ocurrido. Pronto nos uniremos a él.

Al menos hemos hecho sangrar a esos bastardos. Apuesto a que no se lo esperaban.

Nuestro primarca y sus enseñanzas nos han protegido. De no haber solicitado ir en vanguardia habríamos sido interceptados por la escoria eldar. Recordad ahora, en vuestros últimos momentos, cómo gritaban cuando probaron nuestro acero. Los kroot, los rak´gol y el resto de monstruos. Los tuvimos encima casi antes de salir de las cápsulas de desembarco, pero les hicimos retroceder hacia la Ciudad Coral. Elyan; aquel tiro con el que volaste la cabeza al comandante demiurgo fue impresionante. Lucan; el propio primarca te habría llamado a su escolta si hubiera visto tu duelo con la eldar. Kahedin; tú y tu lanzallamas habrías inspirado canciones allá en Neo Avalonis.

¡Cómo se agitaba nuestro estandarte cuando alcanzamos las calles de la ciudad! ¡Cómo nos aclamaban los soldados! ¡Cómo nos seguían! Guardadlo ahora en vuestros corazones, evocadlo. ¿Recordáis la sonrisa de ese cabrón amante de alienígenas cuando nos vio? Maldito traidor, allí, asomado a la balconada del Santuario de la Sirena, con su copa de vino, rodeado por su manada de xenos y sus capitanes. ¿Un cebo? Seguramente, pero somos los Caballeros del Emperador, su espada y su escudo: no retrocedemos.

Pensabais que Owain, Mordred y yo le teníamos, ¿eh? Allí en la escalinata, cuando salió a recibirnos. Es un primarca, muchachos, bastante que sólo me dejé la pierna. Por Owain, Mordred y el resto, sonreíd, pues muy pocos astartes pueden decir que se hayan enfrentado a un monstruo como Eon de Sycorax, y sólo nosotros podemos jactarnos de haber sobrevivido.

Cuando apareció aquel puñado de Custodios decapitando a diestro y siniestro llegué a pensar que podíamos ganar. Ah, estuvo cerca… así son las mejores batallas. Cuánta sangre en los pasillos de mármol; cuántas esculturas destrozadas por los disparos.

De no ser por Vulkor y por ese maldito Hantei, lo habríamos conseguido, estoy seguro. No lamentéis haber confiado en ellos: no sois vosotros los traidores, no sois vosotros quienes habéis obrado mal. Nuestra última resistencia fue hermosa, y estoy seguro de que nuestro padre, allá donde esté, está derramando lágrimas de orgullo.

¿Creéis que alguien ha conseguido escapar y advertir al Imperio de esta monstruosidad? Nicola, tal vez, sin duda no estaba conchabado con estos engendros. Si logran dar la alarma a tiempo serán aplastados. No son más que un segundón aspirante a Señor de la Guerra, una víbora que se cree un dragón y un loco con demasiados pájaros en la cabeza.

No pueden ganar. Apenas conseguirán matarnos a nosotros.

[Estática, una transmisión ininteligible]

Ah, así que por fin se han dado cuenta de que estábamos en las cloacas. En fin, muchachos, demostremos a esos Corsarios y a sus queridos xenos lo que pueden hacer veinte Caballeros del Emperador.

¡Espada y Escudo!

Notas de juego

(Escrito por W.O.N.K.A ,alter ego umbriano de Eón)

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02/06/2018, 20:08
Vulkor Señor del Legado Oscuro
Sólo para el director

El Ascenso del Traidor, las mentiras del Emperador.

Cuando todo hubo tras estallado tras el conflicto en Istvaan Vulkor se refugió en el Féretro, rodeado de sus más leales hijos, la Compañía Velada. Ya era tarde para arrepentirse o dar vuelta atrás, todo aquello era por culpa del Emperador, su tres veces maldito padre y se lo haría pagar, sin dudar ni un ápice. Despojado de su servoarmadura su fieles hijos le colocaron en las viejas cámaras de hibernación, esta vez no para dormir sino para despertar como un ser renovado tras un proceso "reparador"; por orden del primarca traidor su legión había estado recogiendo semillas genéticas del resto de capítulos durante la Cruzada para sus experimentos genicos. Lo que hasta ahora había sido la labor de un capítulo entero consagrado durante siglos a sanar el mal de sus hermanos los Caminantes Silenciosos se destinaría a crear un ser superior al Emperador quien había demostrado no estar a la altura de sus hijos. Vulkor renacería para acabar con su padre, más puro que él mismo.

Sin embargo esa cautela o miedo que demostró el viejo no tenía cabida en el nuevo orden que Vulkor visionaba para la galaxia, al fin y al cabo su padre seguía siendo humano no se había atrevido a ir más allá; él no se impondría esa pequeña limitación. Sabedor de contar con la semilla genética más estable esperaba que su cuerpo junto con toda la sabiduría acumulada en el Féretro pudieran reducir al mínimo las posibles mutaciones derivadas del proceso. Para horror de algunos y sabedores de que Eon había destruido uno de los corazones de su padre este hizo suplantarlo por el del caído Artanius, el primarca que fuera cacique de los orkos, una macabra sorpresa para sus enemigos en el campo de batalla. El tiempo había demostrado la inocencia de Artanius, ahora el viejo trofeo que durante años había sido sujeto de estudio en el Féretro sería parte de la venganza contra un Imperio decadente.

La suma de las partes es mayor que el todo, el nuevo corazón empezó a bombear el suero destilado con lo mejor de las legiones hermanas pero no se detuvo ahí la semilla eldar le haría mucho más rápido y grácil. Las consolas no dejaban de pitar, el cuerpo del primarca rechazaba todas aquellas toxinas como si trataran de matarle, bombardearon sus sistema inmunitario una y otra vez pero la clave fue el corazón de Artanius, el cual fue filtrando todo aquello que le causaba dolor asimilándolo paso a paso como un eslabón entre dos mundos. Tras oleadas de dolor, desgarros en su carnes y fibras luchando por su vida Vulkor se levantó, había renacido ahora se alzaba como algo superior algo mayor que el patético legado de su padre, algo dispuesto a enfrentarse a él cara a cara. Con la mano en el corazón derramó las ultimas lagrimas que le quedaban las cuales iban dirigidas a Artanius, Textrom, Nimrod, su hermano pequeño y todos aquellos que habían entregado sus vidas a un miserable, patético y moribundo Emperador que se ocultaba tras su trono dorado.

El grito desgarrador del Señor Oscuro fue tal que resonó a través de los ecos del espacio disforme pidiendo venganza y si algo que yacía allí dormido, oculto a la espera de este momento le respondió nunca nadie lo sabría. Y así se alzó para no rendirse jamás, orgulloso de que su padre el traidor le llamara a él hereje, enarbolando con orgullo dicho estandarte se dirigió a la guerra para aplastar los cadáveres de aquellos incautos que tratasen de detenerle en su camino hacia Terra.

Notas de juego

Lema de los Heraldos del Hijo Oscuro: La suma de las partes es mayor que el todo

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