Partida Rol por web

Bien, parece que vosotros cinco os encargaréis del asunto de Fuller. John se pondrá en contacto con vosotros en cuanto acabe algún asunto personal, pero si necesitáis ayuda podéis intentar contactar con él antes... parece haber dejado claro que está dispuesto a colaborar.

Por otro lado Teresa han partido rumbo al castillo del conde Adams. No parece que podáis contar con ella por ahora.

Os habéis quedado sólos en la sala de reuniones de la séptima planta del Hotel Washington. Ahora toca que decidáis qué hacer, y cómo hacerlo.

Tenéis la dirección del almacén donde se supone que se refugia Fuller...

Esperó a que los demás desaparecieran para empezar a hablar. Cuando oyó la puerta de aquella sala cerrarse detrás de él, la cabeza de Cohen se giró en dirección a los demás. Su cara permanentemente agriada pareció relajarse un poco cuando se esforzó en suspirar:

—Muchas gracias a los presentes por contribuir tan amablemente a que el asunto de Fuller no se estanque —el deje despectivo que motivaba la poca dedicación mostrada por los otros Vástagos a la salvaguarda de la Mascarada era perfectamente perceptible—. Mi opinión es que no deberíamos perder el tiempo e ir cuanto antes. No obstante, es imprescindible que nos pongamos de acuerdo acerca de lo que haremos cada uno. Para poder tener una idea fundada al respecto, me gustaría conocer, con el mayor detalle del que sean capaces, las habilidades con las que cuentan. Podría darlas por hecho, pero no creo que caer en el estereotipo sea una buena idea —no pudo evitar una mirada algo molesta hacia Van Denholm—. Nuestra misión es de infiltración, y si bien la sangre Nosferatu tiene obvias ventajas en este tipo de empresas, la presencia de habilidades variopintas nos da una versatilidad que envidiaría un obseso de la Ofuscación.

Kipp se sonrió un poco al escuchar cómo Cohen pedía una suerte de curriculum de cada uno.

-Bueno, yo... no sabría cómo explicároslo, pero puedo hacer cosas interesantes. Me gustaría saber si Fuller tiene o cree que tiene alguna especie de jefe. Me vendría bien una imagen o una grabación de la voz de su jefe, o maestro, o mentor, o sire, o lo que sea. Mucho mejor sería tener las dos cosas, claro. ¿Y alguien sabe a cuántos pasos está de Caín? Es posible que pudiera... obligarle a hacer lo que queremos que haga...

Llevándose el índice y el pulgar a la barbilla, se detuvo unos instantes mirando al vacío.

-Hay algunas cosas que no sé de Fuller, y que los que estuvísteis anoche con él quizá podáis aclararme. Su clan, por qué rapta a la gente, esas cosas. Me resultaría muy útil también saber todo eso.

Esbozó una sonrisa, tan amplia como su rictus facial le permitía.

—Señor... ¿Kipp? Sin ánimo alguno de resultar un incordio, creo que sería más productivo si hacemos las cosas con un orden lógico y de momento hago yo las preguntas. Al final, tendrán ustedes toda la información con la que contamos —se obligó a suspirar una vez más—. Pero ya que las preguntas están hechas, las respondo rápidamente: como comprenderá, saber el pedigrí exacto de un vampiro es sumamente difícil. No estoy seguro siquiera de saber el mío, como probablemente nos ocurra a muchos de los presentes. Por otro lado, ¿Caín? ¿Cree usted en tales leyendas? En fin, da igual... Es probable que haya alguien por encima de Fuller, pero precisamente encontrar eso es parte de nuestra —hizo un gesto circular con las manos, refiriéndose a los presentes, mientras enfatizaba la palabra "nuestra"— misión. Si contáramos con una grabación de ese jefe o lo que sea, no necesitaríamos realizar esta incursión, seguramente. Tengo entendido que pertenece al clan Gangrel, pero juraría que tiene habilidades aprendidas de los Setitas con los que, con casi total seguridad, tiene contacto estrecho. Consiguió hipnotizar con unos ojos ciertamente similares a los de una serpiente a la señorita Teresa, y nunca he visto hacer eso a un Gangrel... Sobre el por qué rapta a la gente: pues parece necesitarlas para hacer sacrificios de una índole que aún desconozco. Quizás Lori sepa más al respecto, dada su formación en historia.

Dio una palmada.

—Ahora, volviendo a lo que estaba yo preguntando anteriormente: ¿podrían decirme para qué puedo contar con ustedes en esta misión? Kipp, le agradecería enormemente que fuera algo más detallado. "Cosas interesantes" podemos hacerlas todos en esta habitación.

Le miré algo dudoso, mientras examinaba la cara de los presentes, al ver que ninguno respondía decidí hacerlo yo.

- Mis habilidades combativas entran dentro de la media, soy más apto en investigación o adquisición de información, no obstante sé defenderme. Entraría en mayores detalles, pero prefiero guardármelos para mí, sin ánimo de ofender a nadie. No soy muy consciente de las normas sociales, pues como ya he comentado he estado mucho tiempo sin establecer contacto con otro ser vivo o no-muerto, pero creo que exigir algo más concreto quizá sea... algo irrespetuoso.

Me mantuve en silencio un momento y luego continué.

- Respecto a cómo actuar ahora mismo, lo que sugería Kipp, en mi opinión, no es una mala idea. Podríamos acercarnos al local, y ver qué podemos averiguar, más si consideramos que como indicó la señorita Ashley aquel vampiro se estará preparando. No digo que entremos sin  concierto alguno, pero no creo que sea buena idea quedarnos aquí discutiendo, es mejor marchar y ver que podemos averiguar allí o al menos, esa es mi opinión.

-Como podra deducir señor Cohen, la infiltración y el combate fisico no es uno de mis puntos fuertes - digo con una sonrisa coqueta en el rostro - Sin embargo puedo proporcionarles los recursos que necesiten para la misión. Ademas si es necesario arreglar algun asunto sutilmente, es una de mis especialidades. - me acaricio el pelo, apartandolo de mi cara mirando a los ojos directamente al nosferatu.

-Solo digame que necesitan, y si esta en mi mano se lo proporcionare lo antes posible.

Asintió tras las explicaciones de Van Denholm y Craighton, para finalmente añadir:

—¿Discutiendo? Estamos organizando, señor Van Denholm. Le recuerdo que anoche la falta de comunicación casi nos cuesta el pellejo a los que estuvimos en la mansión Campbell. No me gustaría volver a pasar otro día como el de hoy, sin saber si alguno de mis compañeros ha muerto por hacer las cosas con prisas —explico.

Sacó su teléfono móvil.

—Tengan todos mi número, es el XXXXX —digo—. Lo que sí es cierto es que no sabemos qué nos encontraremos exactamente allí, pero podríamos aprovechar los talentos de la señorita Craighton para distraer a quien hiciera falta. El señor Van Denholm podría acompañarla y estar atento a lo que ven. Mientras tanto, Lori y yo podremos aprovechar las sombras para infiltrarnos sin ser vistos. Kipp... ¿qué hay de usted?

Kipp se rascó un poco la cabeza. Miraba nerviosamente a unos y a otros, y todos parecían tener muy claro qué podían y qué no podían hacer. Cuando Cohen le volvió a llamar la atención, estaba algo nervioso, pero se obligó a serenarse.

-Bueno, ya te dije. Puedo intentar darle órdenes, aunque no sé si funcionará. Y tendrán que ser muy sencillas. Aparte de eso, pues... puedo confundirle. Podría distraer su atención, imitar la voz de su sire si la supiera... por eso quería una grabación de voz. O incluso una foto. Y podría hacerle algo más, pero creo que Vitel preferiría que Fuller estuviera consciente. El único límite es mi imaginación. Puedo afectar a sus sentidos como quiera.

Desviando un poco la mirada hacia abajo, Kipp bajó un poco el tono de voz, como avergonzado.

-Me gustaría que no le comentárais a nadie que puedo hacer esas cosas. Cuando se enteran de lo que puedo hacer desconfían de mi inmediatamente, me miran por encima del hombro, cosas así, y no me gusta.

Bajo la cabeza y escucho atentamente. Me gusta la capacidad organizativa de Cohen, yo sería incapaz de montar un tinglado así o mostrarme tan directa. 

- A... avergonzarte de ti mismo no servirá de nada, Kipp- susurro echándome el pelo ralo por detrás de los hombros-. Si no te quieres tú... nadie lo hará. 

- En cuanto a mis habilidades- Cohen ya ha dicho parte, pienso, pero ya que estoy hablando puedo soltarlo todo del tirón-, se me da bien infiltrarme. Y si hace falta puedo defenderme, aunque... No es lo que mejor se me da. 

En ese momento sonó el móvil de Kipp... Éste cogió el teléfono y respondió a la llamada...

Es John Weems:

   - Ey colega, estoy listo, ¿cuál es el plan? -

Permanecí callado pacientemente, y luego asentí con la cabeza. El hecho de estar allí hablando todo ese rato me hizo pensar que habría invertido mejor mi tiempo con el Conde Adams... o al menos habría sacado algo más de provecho. En fin... Poco se podía hacer ahora, y solo me quedaba esperar y callar. Al ver que en un momento dado la conversación pareció decaer y se hizo el silencio me decidí a hablar de nuevo.

- Ya comunicado todos nuestras capacidades y virtudes.  De acuerdo, entonces, ¿Cómo procedemos? Considero una buena opción utilizar las habilidades distractoras de Ashley, puedo acompañarla como decís, pero tenga en cuenta que soy un ser... ¿Cómo decirlo con delicadeza? Uhm... si... "variopinto". No es fácil que pase desapercibido.

El rostro de Cohen fue de sorpresa, un brillo de curiosidad apareció en sus ojos tras la confesión de Kipp.

—Interesante —dijo—. No se preocupe, no me interesa en absoluto airear sus intimidades; comprenda que esto son... negocios. Es la Mascarada. Éste es el bien mayor.

Su expresión no era falsa, como la de algunos Príncipes o Primogénitos, que solamente apoyaban la Mascarada por conveniencia. Cohen creía realmente en la Camarilla y eso iba más allá de consideraciones personales.

—¿"Variopinto"? No termino de entender a qué se refiere, pero no quisiera ofenderle con más preguntas que pudieran interpretarse como indiscretas —se encogió de hombros con un gesto de resignación en su deforme cara. Quizás por el movimiento, pero de pronto le llegó el tufo a café requemado, leche cortada y litros de suavizante que lo rodeaba y arrugó aún más su expresión y se alisó la ropa con el nerviosismo visible en su mirada—. Si... si hay alguna función que cree que desempeñaría mejor, siéntase libre de decirlo y hacerlo. Somos un equipo. La idea es que esta misión aproveche nuestras capacidades para ser cumplida, y nuestro objetivo es defender la Mascarada. Si cree que es poco discreto que vaya usted con la señorita Craighton, soy el primero en apoyar sus alternativas.

Kipp respondió al teléfono sin demora. Un brillo de ilusión apareció en sus ojos. Hacía ya mucho tiempo que no jugueteaba con su chisme.

-¡John, tío! ¿Qué tal te fue? Nosotros estamos comparando capacidades, ya sabes... Hemos formado un par de grupos, uno de distracción y uno de infiltración, pero aún no hemos empezado a movernos. ¿En cuál crees que encajas mejor? En el de distracción van Ashley y Freddie. En el de infiltración, los nosfes y yo.

Tapando un momento el móvil, preguntó en voz baja a sus compañeros para determinar un punto de encuentro para Weems.

-¿Dónde le decimos que le esperamos?

Encajo en los dos, a lo jodido. Su voz retumbaba como si se encontrara en el interior de una gran nave, hasta que el sonido de una puerta reveló el nocturno ruido de la calle. Pero contadme en infiltración, tengo ganas de decirle tres cosas a ese cabrón, ¿te parece? Entonces, dónde os veo.

Miré a Cohen como si por un momento pensara que se estuviera burlando de mí, me miré de pies a cabeza, y luego le miré de nuevo.

- Voy con gafas de sol, soy más blanco que la leche, y llevo un bastón y gabardina que están poco cercanos a la moda actual... Sí, soy "variopinto", creo que cualquier pregunta añadida al respecto sobraría... No obstante, prefiero ir con Ashley siempre que sea posible. - la miro con una sonrisa. - ¿Vamos, pues? Yo sigo teniendo que mandar un telegrama.

Dejo la frase ahí, pero en mi cabeza no deja de sonar la idea de haber ido a la cena del Conde. Si... o mando el telegrama o cambio de idea y me voy al final a donde el Conde Adams en lo que Cohen termina de organizar. (*)

No pudo evitar alzar la ceja aún más que antes ni mirar significativamente a Lori después de la explicación de Frederick.

—Vamos —dijo, acompañando la palabra, que pareció más un suspiro de resignación, de un asentimiento de cabeza.

- Si, vamos. No tiene más sentido retrasarse... ¿Cómo queréis entrar? ¿Nos hacemos pasar por alguno de sus sectarios? ¿Invisibles?- pregunto, intentando alejar el tema de Cohen y Frederick. Por el primero siento un profundo respeto por Cohen y por Frederik... algo me decía que podría deberle perfectamente la vida. No es agradable que la gente que te gusta se pelee. 

Aunque esa gente sea vástagos.