Partida Rol por web

(La chica tenía el cabello rubio muy claro, seguramente usaba un rpoducto para obtener ese tono, piel bastante blanca, labios pronunciados, y bastante buen rostro, tenía un tatuaje a la altura de la cadera de una rosa roja)-Eh..hola...¿de donde has salido tu?...(dice con simpatía)...oh...me llamo Charlotte...Charlotte Kelyto...

Una vez sale del agua, caminó de manera incómoda por la ropa mojada, peor no se fijó en como esta traslucía sus formas. -Soy Nisso Elrohir- responde mientras busca sentarse frente a la mujer, para poder recobrar el aliento de manera más tranquila. -ah ... ah...-

-acabo de escapar de un lugar... terrible...- responde intentando calmarse. Se gira a mirarla -¿donde estamos?- pregunta con esperanzas de estar en un lugar conocido para él.

-Estás en Naipes...claro...¿de un sitio horrible, te refieres a esa cueva?...bueno no es que halla cosas agradables ahí dentro, pero tampoco nadie te obligaba a meterte digo yo....¿no?...(dijo ladeando de manera afable la cabeza)...y bueno no se, ¿de donde vienes tu?....Nisso es nombre de...¿mujer o hombre?...

Corro junto a Madeleine hasta llegar al carruaje, donde nos montamos y salimos del castillo... Miro a Madeleine y sonrío ante su comentario. Con suavidad me inclino hacia ella y le doy un suave beso en la boca. -Para mi ha sido un despertar muy agradable, abrir los ojos y verte durmiendo a mi lado... Aunque hay que decir que para ti no ha debido ser muy agradable despertar y escuchar que nos debíamos ir antes de que la reina nos use para satisfacer sus perversiones sexuales... Miro por la ventana y suspiro... -Espero que Bexi no tenga ningún problema por esto... Miro a Madeleine a los ojos y sonrío, mientras agarro su mano. -Aunque le estoy agradecida de que nos haya apoyado... 

-Ella es una mujer bondadosa...según la historia de la orden ella es la segunda gran sacerdotisa que se comporta así...(cogió tu mano entrelazando vuestros dedos)...si la Reina de los mares es poco querída, pero su poder naval es inmenso...y además es una conquistadora...una noche tras la entrega de una sacedotisa...trato de que yo estuviera con ella de forma voluntaria...me contó lo que les hace a los hombres que atrapa...y lo que le gusta el cuerpo femenino...si te tuviera...si te toca...la mataría...lo juro...(aunque sin salirse de tono, jamás te hubieras figurado que ella pudiera hablar asi).

Se queda unos momentos quieto pensando en aquel nombre, cuando la voz de la chica y su pregunta vuelven a sacarlo de concentración. Nisso sonríe algo apenado, y quizá incómodo por su pregunta, pero agradado por el interés; vuelve a darle la espalda a la mujer y mira hacia el cielo el cual extrañaba de poder ver -no... era otro lugar, ahí llegué por un conjuro de alguien que me ayudó.-

Lo dice como rememorando a alguien y luego baja la mirada al agua - soy chico...- aclara, bajando un poco más la mirada y viendo su sobresaliente sexo; probablemente se le había pasado el "pequeño" detalle a ella... aunque su ropa estaba mojada y era más notorio, Nisso apenas había salido del agua se había sentado.

-señorita Kelyto... hace poco me encontraba en un lugar extraño... y ...- se ruboriza levemente recordando a la pelirroja -... no sé como volver a casa... de hecho me pregunto si sería bien recibido de regreso.-

-Lo de que eres chico ya lo sabía...decía tu nombre...tonto...(dice en tono de broma mientras se rie)...ya...pero y yo como sé de donde vienes a donde vas...y que pensarán personas que no conozco...con eso no te puedo ayudar, lo siento...(se levanta y coge su cesta de la ropa)...lo único que se es que esta ropa no se va a secar quedandosé aquí...jeje.

-Del bosque Eviarron... Ánglin, una ciudad cerca a Liuvatel - responde vagamente, mientras siente el frío de su ropa mojada, pero no tenía voluntad para hacer más; se encoge y abraza sus piernas, temblando levemente.

-gracias por decirme donde estoy...- agrega ya que parece que la chica se retira; pero sin voltear a verla pregunta -¿estamos muy lejos de un poblado o una ciudad?... no me quisiera perder...- gira con un rostro afligido -si estamos muy lejos, ¿podría ir contigo?...-

-Ni idea de donde queda eso...la verdad...(se gira y te sonrié)...claro, ven a mi casa...te puedes quedar conmigo...pero deberías quitarte esa ropa o coges un catarro seguro...puedes echarlas a mi cesto y esperas a que se sequen, yo vivo apartada del resto de casas...sólo te veré yo...y puedes estar tranquilo..(te muestra su mano izquierda con una alianza en dedo anular)...estoy casada y me debo a mi marido...seguro que os llevaís bien...¿quieres venir?.

Al ver el anillo, siente un poco de confianza pues no se aprovecharía de él; aunque no sabía si confiarse tanto e ir a la casa de la chica. De todas maneras ella tenía razón y se resfriaría si se quedaba así y ahí. -uhm... okey muchas gracias...- se fue removiendo la ropa de los hombros, pero se detuvo -uhmm... llevaré ésto en las manos para intentar cubrirme un poco... no soy quisiquilloso si me puedes prestar cualquier cosa llegando a tu hogar...- aclara, mientras intenta hacer que ella le de la espalda y avance primero para terminar de quitarse su ropa y cubrirse la delantera con la tela, aunque solo llevándola en las manos frente a su cuerpo.

-¿Okey?..¿es una palabra de algún idioma lejano?...no la conozco...bueno, vayamonos...(durante el trayecto ves que el bosque es muy profundo cada vez las copas de los arboles son más altas y frondosas, pero el sol es filtrado igualmente)...¿y cuales serán tus planes?, quiero decir que tienes pensado hacer a partir de ahora.
 

Miro un poco sorprendida a Madeleine y no puedo evitar sonreír con cariño. Con suavidad apoyo mi cabeza contra su hombro. -En cierta manera me hace feliz escucharte decir eso... Yo tampoco dejaría impune a cualquiera que te quisiese hacer daño... Beso su mano entrelazada a la mía y acercando mi rostro al suyo, la beso con ternura. -Ahora estamos lejos de las garras de esa arpía y tenemos el día solo para nosotras dos... Disfrutemos de este descanso...

-uhmm... sí, lo siento.- caminaba tras de ella sin decir mucho y a veces tentado a ver su figura, pero se esmeraba por seguirla por los cabellos rubios y no por sus generosas posaderas o largas piernas. Hasta ya sentía el calor recorrer su cuerpo y comenzar a tener peso en su entrepierna; pero se concentraba por momentos para bajar ello.

La pregunta lo ayuda a concentrarse en otra cosa, por lo que contesta, sin pensarlo demasiado -la verdad no sé... iba a rescatar a mi amiga apenas tuviera los conocimientos y poder... pero ... ya no estoy seguro si sea lo mejor, me dijeron que ahora es más feliz.- suspira algo triste por ese hecho -... pero tampoco sé si pueda volver a casa... así que no estoy seguro de que podría hacer ahora... supongo que en las ciudades necesitan sanadores... o bailarines.-

(Tras un largo, profundo y dulce beso)-Tranquila todo estará bien...conozco un sitio cerca...es una especie sitio de relajación y descanso con aguas termales...estaremos tu y yo solas...lejos de miradas...extrañas...(el carruaje pasó por los campos de cultivo donde los hombres trabajaban la tierra, eran en su mayoría jóvenes de alturas similares, color de cabello oscuros y tez morena cuarteada por el sol, el carruaje se detuvo en un edificio de madera ancho, de una planta y pintado de color blanco, unas escaleras a modo de entrada y una doble puerta de madera y tachuelas de metal negras por toda ella. Madeleine dijo al cochero que volviera al anochecer, este asintio y se marchó las dos pasasteís al interior había un pasillo a modo de recibidor donde se dejaba el calzado, un chico bajito, de pelo corto moreno limpiaba el suelo...era bastante jóven y te miraba mientras limpia con el cepillo el suelo con descaro a tus voluptuosos atributos femeninos...seguisteís hasta un pequeño mostrador de madera en una especie de recepción donde una chica de mediana edad con trenzas rubias, ojos castaños y una bata azul marina os recibió).

-Hola señorita Madeleine...cuantísimo sin verla...me alegra ver su bello rostro...y trae una invitada...(se te queda mirando con extrañeza fijandose también...en...tus cosas de mujer...)...¿y bien?...

-Ella es Anna...mi compañera...y...como verás algo más especial por venir conmigo...(te coje cariñosamente de la mano y te sonrié)...¿tendrías espacio para que estemos aquí solas todo el día?...(dice con un tono de segundas).

-Para usted...y su...dulce acompañante siempre...(le entrega una llave pequeña y se hacen un gesto con la cabeza, tras lo cual te lleva de la mano con ella por un pasillo de color amarillo lleno de puertas correderas, Madeleine usa la llave para abrir la 9 novena puerta a la derecha, pasaís a una especie de vestuario con espacio para unas veintes personas*).

(Madeleine se desnuda rapidamente y deja su ropa en la primera consigna que ve, al fondo había una doble puerta corredera, ella se acerca a ti por detrás te coge de la cintura y empieza a besar tu cuello deleitandose)-Espero que esto te guste...sabes...tengo que confesartelo...me excita ver como la gente te desea y sólo yo puedo tenerte...espero que no te enfade eso...

(La chica te miró un momento y siguió su camino)-Siento tener que decirte esto...pero los hombres sois así, siempre pensaís que una mujer será más feliz con ustedes...pero no es verdad, cada cual sabe como ser feliz y busca su felicidad...pero cuando influye otra persona ambas debe de pensar lo mismo...si quieres te cuento lo que paso en mi historia...(llegasteis a una casa algo común, de color amarillo, techo a dos aguas y de un tamaño normal, la puerta era de madera noble, y en el porche había un tendedero para la ropa)...pasa cielo...relajate...(se trataba de una cocina con comedor, con sus fogones, hornos y otros estantes, una mesa con sillas y tres puertas más)...voy a ponerlo al sol...(cogió tus ropajes rapidamente sin darte tiempo a pensar...y se encamina al porche para tender la ropa).

Sonrío tras el beso y asiento. -Me parece una idea genial... Tu guías pues.

Miro con curiosidad el lugar al cual me ha traído Madeleine y tras apearme, veo como esta despide al cochero.

Camino junto a Madeleine hacia el interior del pequeño edificio, en donde un pequeño chaval se me queda mirando con descaro, miro un momento al joven, pero lo ignoro y continúo caminando...

Llegamos hasta un mostrador y allí una chica se me queda mirando de nuevo mis pechos aunque esta vez con una curiosa expresión de extrañeza... Apenas consigo contener una pequeña sonrisa que aflora en mi rostro. Tras coger la llave, camino agarrada de la mano de Madeleine, sintiendo un calor que ya empezaba a recorrer mi cuerpo solo de pensar en lo que me esperaba...

Al igual que Madeleine, comienzo a desnudarme, cuando siento los brazos de esta rodeándome y comenzando a besar mi cuello. Sonrío ante sus palabras y me giro abrazándola y apretando mis grandes pechos contra los suyos. -Me alegra saber que no te pones celosa porque atraiga miradas... Mi cuerpo es solo para ti... Y solo tu podrás disfrutar de estos grandes pechos, deseados por muchos, disfrutados por una sola persona... 

"¿felicidad?..." solo ante las palabras de la señorita se plantea el verdadero motivo por el cual buscaba rescatar a la pelirroja "¿sería por que quería estar con ella?... por que sentía algo por ella aunque se haya aprovechado de él y luego lo insultara? ... ¿ella lo estaría buscando también?..." pero sabía que eso último era una ridicules. -uhm... perdone, no me entendió... ella fue secuestrada y afectaron su mente con objetos encantados...- hace una pausa -yo... intentaba rescatarla... no pensaba en que pasaría luego.- la velocidad de sus pasos se vuelven más lenta mientras se perdía en aquellos pensamientos; pero luego acelera su caminar y alcanza a la mujer.

Al ser invitado, una casi sonrisa se muestra en su rostro, mientras atraviesa el portal -muchas gracias, y sí, me gustaría escuchar su historia...- Se quedaba parado a un lado mirando el lugar con curiosidad por ver como era vivir fuera de un templo y es tomado por sorpresa. Su enorme miembro colgaba entre sus piernas y de inmediato se buscó cubrir con las manos -¡ah!- Se iba a apresurar en ir tras ella y detenerla, pero temía que se incomodara o pensara que se trataba de otra cosa; así que se sentó para disimular aquella cosota que tenía colgando.

-Bueno...a decir verdad no es tu pecho lo que más me atrae de ti...pero soy mujer y entiendo lo llamativos que pueden ser unos pechos...(ves como Madeleine te suelta y se encamina hacia la otra puerta, allí estaban los baños de agua era una especie de piscina hecha en la piedra con aguas termales, a su alrededor los muros de piedra cubrirían las zonas de alrededor gracias a la altura de la montaña...Madeleine se introduce delicadamente en las aguas)...ven...el agua es gloriosa...te calmará...te relajará...es casi como un opiáceo...(Madeleine deja las gafas fuera del agua en unas roquitas cercanas)...Madeleine se sienta en el agua y es cubierta hasta el nacimiento del cuello)...divina sin duda...

(Tras terminar de colgar la ropa Charlotte regresa dentro, sirve una especie de bebida caliente dejando unas hojas filtrarse en el agua y lo sirve en unos vasos anchos de cerámica blanca y se sienta en las silla)-Mi historia...es verdad...te la cuento...cuando era jóven un hombre mayor se enamoró perdidamente de mi y aunque me camelaba no llegó a avanzar las cosas, entonces me case con mi marido...y él ajudicando que sería más feliz con él...trato de inculpar a mi marido de delitos para que lo condenarán y quedarse conmigo...no entró en razón...y al final lo ejecutarón por acusar en falso...¿estás seguro de que eso que me cuentas paso así, o será que algún opiáceo o algo te hizo estar confuso?...(dijo todo esto con su voz dulce y tono calmado).

Al recibir el plato caliente se sintió sumamente reconfortado, no recordaba la última vez que había bebido algo caliente y hecho de manera tan afectuosa, dedicada o elaborada. -gracias- murmura suavemente al recibirla y probarla, mientras escuchaba la historia de Charlotte.

Cuando ella le pregunta si su historia era verdadera, Nisso se siente algo ofendido, se nota como su hermoso rostro hace un leve gesto de amargura y recelo, pero se calma al instante y comienza a explicar, viendo los brillos del agua temblando dentro del cuenco que aún no había terminado.

-mi cuerpo sintió su deseo una vez, fue mi primera vez; luego fuimos capturados y retenidos contra nuestra voluntad, aunque ella ya me estaba dejando atrás y yo tuve que alcanzarla cuando eso pasó.- su voz tembló un poco, ya sabía desde ahí que había sido usado para complacer y nada más; alzó su vista brilloza a ver a la mujer rubia -se suponía que mi pureza era para mi diosa... ella quizá sea una versión de ella... pero yo no puedo amar a mi diosa, de hecho nunca la vi como un amor o a alguien con quien quisiera estar... ella fue grosera y me abandonó luego de usarme.- vuelve a bajar la vista indignado y ya con una lágrima cayendo por su rosada mejilla. -...yo vi cuando le pusieron el objeto que hizo que cambiara tan pronto de personalidad, yo mismo vi como ella cambiaba y no era la misma...- intenta alzar su cuenco para tomar, pero sus manos tiemblan y decide no alzarlo -...y ahora eres la segunda persona que me dice que ella está mejor y es realmente más feliz... eso no tiene mucho sentido para mi; no creo que esa sea una manera de llegar a la felicidad, siendo obligado por un objeto mágico... pero quizá ya está mejor... quien sabe que vida habría tenido antes... no sé... simplemente no sé y por eso no haré nada al respecto.-  ya estaba llorando, sus enormes ojos estaba enrojecidos y una lágrima llegó a caer en la bebida, causando pequeñas hondas.