Partida Rol por web

Las puertas del palacio se abren lentamente, de el sale un hombre seguido de un gran numero de soldados armados. Ese hombre de cabellos completamente blancos viste con elegantes ropajes azules y negros aunque arriba de esta lleva un peto de lo que parece ser metal junto con una espada y un cetro en sus manos. Este hombre y su ejercito camina hasta las escaleras que bajan del palacio y dejando a sus hombres atrás avanza hasta la altura del primer peldaño.
Mientras tanto del lado del ejercito de Argos un hombre se adelanta hasta las escaleras donde esta el otro hombre, vistiendo una armadura del mismo índole al resto con la unica diferencia es que este no lleva yelmo, si no que esta usando una coronilla bien ornamentada, dejando libre su largo cabello

La plaza queda en absoluto silencio, inclusive se pueden escuchar los pasos de los dos personajes caminando hacia su encuentro

Soy Angeleus VI, lider de el ejercito armado de cristo y estoy aquí para cumplir el deseo de nuestro señor. Dios a hablado y nos a dado la orden de rescatar a toda la gente anclada al pecado y darles una oportunidad mas de aceptar a dios en su corazon. Todo aquel que quiera ser salvado debera de juntarse con nosotros a las afueras de la ciudad, donde yo y mis hombres estaremos acampando y esperando durante veinticuatro horas a todas alma que quiera tener otra oportunidad

Pasada las 24 horas tomaremos la ciudad para limpiarla de todo pecado y hacerla un lugar donde una persona pueda vivir tranquila sin tener que sufrir tentacion alguna… Eso es todo. Por favor, promulguen la palabra asi todos pueden ser salvados

Hasta ahora el rey de Karjah no habia dicho palabra alguna y habia escuchado todo lo que el mensajero tenia que decir. Una vez que este se da vuelta para ir con su ejercito el rey con total tranquilidad responde

…Si te crees que te daremos la ciudad por vuestro divino capricho estan totalmente equivocados. Mi gente es libre de decidir si ir con vosotros o quedarse en nuestra ciudad. Son mi gente, y quiero lo mejor para ellos. Algunas personas iran con ustedes y no los voy a detener, pero no voy a dejar atrás a la gente que quiera seguir viviendo en Karjah

¡Lucharemos hasta el final para impedirlo, cueste lo que cueste! ¡Y lucharemos hasta el final para salvar a nuestra gente!

Angeleus escucho de espaldas al rey para luego seguir caminando como si no hubiera dicho nada. Moviendo su brazo hacia delante el ejercito da media vuelta y empieza a marchar hacia las afueras de la ciudad, donde dijo que esperaria a las personas. El rey tambien da media vuelta y empieza a caminar hacia su palacio seguido de su ejercito personal

Los pasos de los soldados se dejan de escuchar cuando todos los ciudadanos se empiezan a alborotar. Alguno de ellos salen corriendo despavoridos del lugar, otros empiezan a seguir a los soldados, otros hablan entre ellos y otros pelean. El lugar es rapidamente tomado por el caos y el miedo

Ansioso por saber que estaba pasando, Dariel tardó un rato en darse cuenta que finalmente Yaavid también les acompañaba, y para entonces ya era demasiado tarde como para obligarle a volver con aquella pobre gente. La multitud les rodeaba, y aunque al principio el joven se sintió arropado por ella como nunca antes, muy pronto aquel apelotonado gentío empezó a asfixiarle.

Boqueando en busca de aire, consiguió reencontrarse a duras penas con sus compañeros. Se habían quedado ligeramente atrasados debido a su propio entusiasmo, y cuando llegó hasta ellos pudo ver como que ese tal Kezan se les unía. Pese al mareo que empezaba a invadirle, pudo ver con total claridad el impresionante ejército que desfilaba.

Y luego empezaron a hablar. Dariel no conocía nada de la Iglesia, pero por lo que había oído de ella a sus antiguos amos y como hablaba su representante en aquellos momentos, no podía dudar que su intención era noble y venían a ayudar a las maltratadas gentes de la ciudad. La respuesta que el autoproclamado Angelus VI recibió fue apasionada, pero no pudo más que llenar de temor al joven. Estaba claro que aquel tirano que permitía que esclavizaran a su propio pueblo no entregaría su reino por las buenas.

Apenas se hubo marchado el mensajero y el caos empezó a reinar en la plaza, Dariel se dirigió hacia sus compañeros al tiempo que intentaba esquivar las revueltas para llegar a un rincón seguro- ¿Creéis que deberíamos intentar sacar a los... -a punto de decir esclavos, se contuvo en el último momento al no saber si Kezan era o no de fiar- ...sacarlos y llevarlos a las afueras de la ciudad? -terminó torpemente

Me alejo de la multitud enardecida e intento acercarme a donde los demas se habian agrupado, pero justo alguien de la multitud me agarra del cabello y tira de el intentando salir de la muchedumbre

¡Aaw¡ ¡Aaugh¡ ¡Dejame, infeliz!

Cuando me logro liberar me junto con los demas mientras miro mal al hombre que me agarro del cabello
Con el problemon que se nos viene encima nadie va a notar lo de los esclavos. Deberiamos explicarles la situación y dejarles libres, dependera de su propia voluntad de si quieren ir con la iglesia o no, aunque me temo que mas de uno no va a poder llegar muy lejos en su actual estado, pero no podemos hacer mucho mas para evitarlo

-No se vosotros, pero aparte de los esclavos de los que él se encarga tambien tendriamos que tener en cuenta nuestra postura, acaso nos interesa involucrarnos en una sangrienta batalla?. Tambien debemos pensar en nosotros, pues en menos de un día debemos decidir un bando, no?

-Está bien que hagamos de "guias" y les preguntemos a esa gente su opinión. Aunque imagino que si no quieren morir decidiran unirse a los de afuera, además aquí la vida no es que les fuese demasiado bien, no?

El hombre vestido de blanco se acerca a su grupo. Esta vistiendo unos pantalones amplios tipicos del la ciudad y arriba un pequeño chaleco con unas mangas del mismo indole de sus pantalones. En su faja lleva una cimitarra con un mango dorado que de vez en cuando se tambalea haciendo ruido.

Su rostro muestra amabilidad y tranquilidad, mucha tranquilidad. Y su cabello aun mas blanco que el del rey parece estar desordenado aunque mantiene un corte extraño

Al escuchar el comentario del hombre de negro sonrio y miro a Yaavid
Sigues en el oficio según veo. Eso es bueno…

Luego miro hacia el grupo y les explico mi punto de vista
No estoy seguro de lo que esten hablando aunque me de una idea, hay una cosa es segura. Si nos quedamos dentro de esta ciudad vamos a morir en mano del acero cristiano. Si vamos con ellos nos lavaran el cerebro.

No se ustedes, pero me voy a ir hacia otro lado... Aunque ir para el lado de Estigia es un poco peligroso, asi que no estoy de donde ir

De momento si no les molesta ¿puedo ir con ustedes? No estoy en servicio y no pienso estarlo en una situación como esta.
Les ayudare en lo que hagan hasta que sea hora para que me pire de aquí

Claro, estaremos encantados de que nos acompañes -ni siquiera la cimitarra que colgaba en la cintura del recién llegado logró hacer desconfiar a Dariel, que se sentía aliviado por ver que había más gente dispuesta a arriesgarse para ayudar a inocentes esclavizados- Creo que lo mejor será que los que conocéis la ciudad nos llevéis a algún sitio en el que podamos comprar ropa y comida antes de que se extienda el pánico

Y no sólo para esa pobre gente -se apresuró a añadir- Si finalmente intentanmos viajar hasta... -su memoria le falló unos instantes al intentar recordar el nombre que había pronunciado Kezan, poco acostumbrada a la geografía- ...Estigia, necesitaremos provisiones para el camino

El joven se puso a andar lentamente y sin ninguna dirección definida, pues aunque no conocía el camino era incapaz de quedarse quieto con toda aquella agitación a su alrededor- Además, yo todavía no he decidido que quiero hacer... me vendrá bien un tiempo para pensármelo mientras compramos las cosas

Marcus había permanecido silencioso largo tiempo, mientras seguía al grupo y aparecía toda aquella gente. No le gustaba nada en lo que se estaba convirtiendo el día, y a dónde se veía arrastrado poco a poco.

Él no era un hombre de compañía. Había intentado prevenir del peligro a los esclavos, y antes de darse cuenta, seguía a aquél individuo rubio y a los dos misteriosos hombres por un túnel, hasta un lugar donde existía un gran peligro. Él vivía en las sombras, no luchaba si podía evitarlo, ni tenía grandes ideales. Sólo pensaba en la siguiente bolsa que iba a robar.

Comenzaba a preguntarse, mientras fruncía el ceño, si no sería un buen momento para escabullirse solapadamente y volver a su antigua vida. La bolsa que había robado era generosa y justificaba de sobra el día. No le sería complicado desaparecer sin que se dieran cuenta y alejarse de aquél peligro innecesario...

Observemos, de momento... pensó finalmente.

- A mí también me gustaría adquirir algunas cosas -murmuró, mostrando su acuerdo con Dariel.

Bueno, seria complicado comprar algo legítimamente ahora mismo, a penas esta noticia recorra la ciudad, que dudo que tarde mucho, la gente va a empiezar a saquear toda tienda habida y por haber

Suspirando veo como la plaza empieza a despoblarse y como aun algunas personas que quedan alli siguen discutiendo o peleando entre ellas. La situación se salio completamente de control y quien sabe que es lo que va a pasar cuando el ejercito de la iglesia entre a por todas…

Bien, vallan a comprar lo que quieran, o saquear… a esta altura ya no tiene sentido. Yo voy a liberar a los esclavos y explicarles la situación, y luego ir a mi base a buscar mis cosas y pensar claramente que hacer

¿Tienes una base? Siempre pense que eras un “heroe” errante – Le pregunto con un interes casi morboso- Me pregunto que clase de base sera…

Me quedo mirando a Yaavid mientras pienso que clase de bases tendria y cuantas, aunque no me puedo hacer idea de ninguna de las dos

Tengo varias bases, pero en esa guardo varias cosas por si una situación como esta se presentaba - Me rio al ver que el no tenia idea de mis bases y le miro soberbio- Si quieres ver donde estaba una de mis bases puedes venir, como ya dije, a esta altura ya no tiene sentido seguir escondiendola

Me detengo y giro hacia otra direccion distinta a la que estabamos caminando, pero antes de caminar miro al pequeño grupete de los tres hombres y sonrio por lo alto
Si quieren venir conmigo son bienvenidos, siempre viene bien una mano de mas. Si no quieren… pueden ir a hacer sus compras tranquilos

¿Qué me dicen?
Pregunto con un tono que pareciera que les estuviera ofreciendo la mejor oferta de sus vidas

-Pienso que no hemos hecho todo ésto para que después de ello nos vayamos de compras... por mi parte te acompaño. Si tus refugiados deciden irse imagino irás con ellos, no? O piensas quedarte en la ciudad a luchar?

Ni una idea ni la otra me agradaba lo más mínimo pero podia ser interesante ver cómo se desarrollaba todo esto al final!

Oye, hago esto a diario. Rescatar a personas que estan bajo la opresión de este gobierno y de personas que se creen que todo les pertenece son una de las pocas cosas que hago a diario –Respondo molesto
Las personas que acabamos de rescatar ya son libres; cortamos los grilletes que les ataban a su inmoral amo y ahora son personas capaces de hacer lo que su propia voluntad les diga… ese es mi trabajo

Suspiro fuertemente al ver que aun no entienden bien mis planes, aunque por otra parte me hace sentir bien conmigo mismo por una propia satisfacción egoista
Si ellos deciden irse entonces que lo hagan, ya mi trabajo termino, ya son libres, y ese sera su primer paso en su nueva libertad. Una vez les comunique lo que ha pasado aquí me las pirare de este pueblo lo mas rapido que pueda

Empiezo a caminar lentamente hacia donde esta el almacén donde dejamos a toda la gente
Si piensan venir conmigo entonces no hay tiempo que perder y muevanse. Si no simplemente vallan por su camino

Las palabras de Yaavid lograron avivar en Dariel una gélida furia, sentimientos polvorientos tras sus largos años de retiro- Cuando en aquel subterráneo proclamaste que todos ellos estaban en deuda contigo, quise creer que jamás serías capaz de pedirles que te devolvieran el favor, que no eras tan ruin -rememoró con afilada calma- Pero ahora...

El sotano era amplio, de oscuras paredes maltratadas por el tiempo, la humedad y aquel... aquel frío... aquella jaula helada que apresaba su espíritu con más fuerza que los grilletes que le retenían. El chirrido de la gruesa puerta de roble, las pisadas... sus temblorosas manos aferrando la destartalada novela que tanto tiempo le había acompañado...

¡...Ahora pretendes abandonarlos! -su propia voz le llegó lejana, emborronada por los recuerdos inconexos que golpeaban su mente.

Risas, risas por todas partes. El niño se apretó aún más contra los barriles, casi como si aquello le permitiese saborear su contenido. Los arañazos ensangrentados salpicaban las tapas allí donde estas se sujetaban con clavos a la madera, pero su amo siempre se aseguraba de cerrarlos bien. En algún lugar por encima de él, los invitados seguían su baile, algunos conocedores del pequeño que vivía bajo el suelo que pisaban, pero todos demasiado ocupados para oírle llorar...

Se sorprendió a si mismo de pie ante el hombre de pelo rubio, su mano aferrando el cuello de aquel que les había servido de guía- ¡Acaban de recuperar su libertad! ¡En su estado actual y sin provisiones, les estás condenando a morir en una batalla de la que nada sabían o perecer lentamente en una huida por terrenos que nunca han pisado!

Sus dedos se crisparon aún más, atenazando el aire que Yaavid respiraba- No puedo permitirlo y no lo haré... vas a llevarnos a un sitio donde podamos conseguir provisiones, ropa de viaje y tiendas de campaña. Me da igual si lo compramos o utilizamos lo que sea que tienes almacenado, ¡pero iremos ahora!

La memoria del gélido almacen se mezclo con su ira en una vorágine alimentada por los poderes que guardaba en su interior. Dariel sabía que llevaba demasiado tiempo en esa ciudad, notaba que la temperatura ambiental ya empezaba a descender; la agitación que en aquel momento le embargaba no haría sino acelerar el proceso, y a la larga alguien terminaría por descubrir el foco de aquel inexplicable frío.

Ya había vivido esa experiencia con anterioridad en un pequeño pueblo, y no creía que los habitantes de aquella ciudad se mostrasen más comprensivos que los campesinos con aquel que les estropeara las cosechas.

Pero en aquel momento no le importaba. Sabía que su escuálida forma física y su casi inexistente fuerza no tenían muchas posibilidades de intimidar a Yaavid. Y necesitaba que hiciera exactamente lo que le había ordenado.

La escarcha se concentró en la punta de sus dedos cuando liberó su poder con la mano que agarraba al hombre rubio.

Al principio Yaavid escucho al joven mientras le miraba tranquilamente con su sonrisa arrogante, pero su practicada y estética mueca se rompe cuando Dariel le agarra sorpresivamente del cuello. Rapidamente entra en pánico y empieza a mirar a todos lados buscando algo con que ayudarse mientras su captor le apretaba mas y mas mientras descargaba su ira sobre el.

Al ver como todos los alli presentes miraban lo que sucedía y nadie iria a ayudarlo Yaavid mira asustado a los ojos de Dariel, asustado por su fuerza y carácter

Titubeando sin saber como responderle, Yaavid escucha indefenso mientras lentamente las palabras empiezan a hacerle sentir mal, dándose cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal… pero... ¿Acaso a el le importaba? Si, le importaba, pero no tenia otra opcion que hacerlo para lograr sus metas, las metas que se propuso al proclamarse heroe.
Su rostro empezó a deformarse de tristeza pero en ese instante un sentimiento molesto tomo su garganta

¡Uhk! – La mano que le tenia cautivo empezo a enfriarse mas y mas, no solo le estaba estrangulando si no que ese misterioso frio le estaba haciendo daño

¡Estas loco tio! ¡Aghk! –Tose de dolor por haber hablado, con un gesto de molestia lleva sus dos manos hacia su cuello para ayudarse a respirar- Tranquilízate un poco que me estas ahorcando… Si quieres ayudar a esas personas no lo vas a lograr consiguiendoles ropa, comida y demas, la ciudad esta a punto de ser atacada y huir al desierto sin saber como viajar es un suicidio por mas equipo que tengas

En mis bases tengo algo de proviciones, pero no alcanzara para todos los esclavos. De todos modos lo complicado es el escape ¿Cómo piensas viajar por el desierto con toda esa cantidad de personas? ¿O siquiera tienes idea de a donde ir?

Yo... -la furia empezó a amainar en Dariel, dejándolo tan confuso como cuando había llegado. Sin saber muy bien que decir, su mano se retiró rápidamente del cuello de Yaavid, como avergonzada de haberlo aferrado en algún momento- Creo que... -la mente del joven giraba sobre sí misma en una vorágine de indecisión, intentando discernir que era lo que tenía que hacer.

Me parece que lo mejor será llevar a esa pobre gente a las afueras de la ciudad -soltó de repente, consciente de que lo que en ese instante proponía era contrario a lo que había defendido momentos antes- Yaavid tiene razón: son demasiados para viajar por el desierto -aceptó de mala gana- Necesitaríamos una ingente cantidad de provisiones para mantenerlos, y ahora mismo no creo que fuésemos capaces de reunirlas

Su mirada se perdió en dirección a la plaza donde habían sido pronunciados los discursos- Ese Angeleus se ha comprometido a salvar a todo el que se reúna con él antes de mañana, y además ha venido hasta aquí para erradicar la esclavitud de esta ciudad...

Lo comprenderé si no queréis acompañarme -su voz era tranquila, resignada- Yo seré el que se encargue de protegerlos hasta las afueras

Marcus miró con desgana Dariel y resopló. Lo que estaba a punto de decir le costaba un esfuerzo enorme, pero sentía que era lo que debía hacer.

- Yo por mi parte, te acompañaré... -dijo perezosamente-. Pero una vez estén a salvo, me largaré y volveré a mi vida. Sé por experiencia que si uno sabe cuidarse, cuanto más sólo está, mejor. Y ya he sacado una buena tajada de esta ciudad...

Se colocó al lado de Dariel y esperó para ver qué decidía Sontash.